martes, 31 de enero de 2012

Capítulo 152°: "San Valentín".




—¿Ya vamos? —me preguntó viéndome con punto y detalle.
—¡Sí! —exclamé tomando mi bolso.
—Estás hermosa —se levantó y me abrazó de la cintura mientras bajábamos.
—¿Queda lejos? —le pregunté con un tono de flojera total.
—10 cuadras y las haremos caminando, así vemos la belleza italiana —sonreí y besé su mejilla.
—Te amo, mi amor —él sonrió y besó mi mejilla de igual forma que yo. Sus labios eran tan suaves y cálidos.
—Italia será nuestro país y Venecia nuestro escape al mundo, ¿ya? —sonreí orgullosa de las palabras de Just.
—Cada vez que quiéramos estar solos vendremos aquí, ¿ya? —eso sería perfecto.
—Así será, mi amor —me aseguró.
—Justin, estoy segura de que este será el mejor 14 de febrero de toda la historia —él sonrió tan ampliamente que iluminó mi corazón, más de lo que hacía día a día.


(Los Ángeles — California) (Casa Beadles)
Narra Caitlin:

—Caitlin —me habló la novia de Christian saliendo de la cocina—, ¿tu hermano?
—No lo sé, no le he visto —respondí casi sin ánimos. Este 14 de febrero me trataba mal.
—¿Te sucede algo? —cuestionó Anya.
—No, solo tengo algunas contracciones —aunque era raro.
—Pero solo estás de 5 meses —me recordó. Yo asentí sonriendo.
—Mamá me dijo que era normal —pero dolía.
—Deberías ir al médico —me comentó mi cuñada.
—¿Tú crees? —cuestioné preocupada. Ella asintió.
—¿Quieres que te acompañe? —Anya era una chica muy buena. Amable.
—No —me negué sonriendo entre tanto dolor en mi vientre—, quédate a pasar tu 14 de febrero con Christian —no sería tan egoísta de llevarla al hospital—. Llamaré a Chaz.
—Avísame, ¿sí? —me pidió sonriendo algo maternalmente.
—Ya —acepté marcándole a Chaz.

No quería preocuparme. Prefería pensar que era natural, como mi madre dijo. Sonó una, dos, tres veces y Chaz atendió.

#Vía telefónica#
—¿Aló? —atendió Chaz.
—Hola, lindo —saludé con voz adolorida.
—Hola, amor —me saludó feliz—. Feliz día.
—Igual —intenté decir algo mejor, pero los apretujones eran fuertes y doloridos. Suspiré intentando que pasaran—, ¿Puedes venir a casa? —le pregunté.
—¿Sucede algo? —su tono de preocupación se notaba.
—Necesito ir al hospital —respondí rápidamente, chocando las palabras—. Tengo contracciones.
—Es 5 minutos estoy allí —me avisó y colgó.
#Fin vía telefónica#

Ordené las cosas en mi bolso y Chaz llegó. Subimos a su carro y comenzó a conducir hasta el hospital.

—¿Estás bien, mi amor? —cuestionó. Odiaba preocuparlo.
—Sí, Chaz. Solo me duele —dije entre suspiros—. Mamá dice que son normales.
—Pero estás recién de 5 meses, cariño. No es muy normal —todos dicen lo mismo. Hasta él, Chaz, que mucho de esto, a decir verdad, no sabe.
—Lo sé —afirmé.

Llegamos y bajamos. Caminamos, entre mis posibilidades, rápidamente. Fuimos a la sala de obstetras.

(Venecia — Italia)
Narra Justin:

Sabía lo mucho que a ella le gustaba Venecia y en especial, el puente de los suspiros. Entonces, reservé una mesa en el restaurante que queda arriba del canal por el cual, a algunos metros, está el puente de los suspiros.

—Aquí es —dije indicándole que entrara. Ella me sonrió y se adentró en el lugar.
—¿Es el restaurante que queda arriba del canal? —me cuestionó ella sorprendida. Yo asentí.
—Así es, mi bella princesa —mi linda novia, besó mi mejilla y tomando mi mano entramos al restaurante—. Reservación para Bieber —me dirigí a la mujer de recibimiento.
—Justin Bieber —me dijo en un acento Italiano—. En la azotea —añadió simpáticamente.
—Muchas gracias —respondí y me redirigí con ___________(tu nombre) hacia la mesa.

Al llegar a la mesa, ella inspeccionó el paisaje con su mirada. Yo abrí su silla y ella se sentó. Luego hice lo mismo, sentándome frente a ella.

—No puedo creerlo —masculló viendo correr el agua—. Dicen que los canales aquí son muy profundos.
—Pues, en el recorrido te aseguro que las valsas son muy seguras —le afirmé.
—Subiría así no lo sean —me informó graciosa, la bella morena—. Venecia es mi lugar favorito.
—Es muy bello —hermoso.
—Un lugar turístico —me corrigió. Reí por lo bajo—. Dicen que el puente de los suspiros se llama así porque conectaba el calabozo con el palacio. Y pues, los presos cuando los trasladaban a los calabozos para morir allí era el único lugar donde podían ver el cielo, los edificios y el mar —ella se sabía la historia.
—Es poco romántico —afirmé divertido, ya que era verdad. No era nada romántico.
—Dicen que muchos artistas se inspiraron allí, por ello es el puente de los suspiros —la veía tan feliz, que me hacía feliz a mí.
—Escribiré una canción allí —ella rió—. No bromeo —afirmé divertido.
—Si eso deseas, Justin —reí con ella.
—Te prometo que esta noche, será muy especial —ella arqueó una ceja, motivo de duda y algo de desconfianza.
—¿Haremos el amor en la valsa? —bromeó. Creo que había sonrojado lo suficiente como para que todo italiano me mirara con cara de: “Uh, ¡picarón!”.
—¡___________(tu nombre)! —protesté. Ella rió y se encogió de hombros.
—Quizás sea lo que haga esto especial —pero no era como ella pensaba.
—No, no es eso, cariño —le corregí esa idea—. Es más adorable, aún.
—Con solo estar contigo, me conformo Justin —es por eso que la amaba tanto. Ella era tan humilde y sencilla.
—No, no. Dr. Bieber no se conforma con eso —ella rió energéticamente—. No me conformo con solo traerte. Debe ser inolvidable.
—Justin Bieber —se quejó—. Amor, tú sabes que no me interesa si estamos en Venecia o en el pueblo más miserable del universo. Si estoy contigo, para mí la vida sonríe —sus ojos eran las ventanas a su corazón. Era más pura que el agua que corría bajo nosotros. Era perfectamente imperfecta.
—Te amo, te amo tanto —susurré pero sé que ella oyó, era mi intención.
—También lo hago —me aseguró y sonreí—, también te amo.
—Sé que no podemos escapar, pero sí podemos subir —palabras de mi canción, “up”.
—Sé que no podemos escondernos, pero sí volar a nuestra propia galaxia —sonreí orgulloso y ella me acompañó en la acción.
—¿Te han dicho que eres adorable? —le pregunté sonriendo. Ella sonrojó apenas.
—Además de ti, no —me aseguró. Ella era perfecta, perfecta para mí. Y no me interesaba nada, nada más que ella.
—¿Qué puedo ofrecerles? —nos preguntó un mesero, hablando un inglés con acento italiano.
—Dos jugos de limón y… pizza —estábamos en Italia, es obvio que pediríamos pizza, ¿no?
—Ahora se los traigo —nos informó sonriendo y se fue.
—Tú eres adorable, pero lo feo de salir contigo —ella me miró preocupada y algo triste—, es que todos los meseros o gerentes te miran demasiado —ella rió tapándose la cara con sus manos.
—¡Eres un celoso! —me regañó divertida—. Quizás me miren, pero debes sentirte orgulloso, ¿no?
—¿Orgulloso? ¡Claro que no! —me negué—. Los mataré si siguen así —le avisé. Ella frunció el ceño.
—Deberías enorgullecerte —me repitió—, ya que soy tú novia, no de ellos —sonreí y me contuve de tirarme sobre la mesa y robarle sus labios por algunos minutos.
—¡Qué linda eres! —exclamé enternecido.
—Tú eres lindo —me corrigió apenada. Era tan dulce.
—Eres mi mundo, ¿lo sabías? —ella asintió cohibida—, eres… eres mi todo. Eres la razón por la cual me levanto y me acuesto. La razón por la que me pierdo en tus ojos y podía escribir una canción por cada segundo en el que me pierdo. Eres la razón por la cual mis labios tiemblan al tenerte tan cerca. La razón por la cual mi cuerpo desea sentir tu calor. La razón que me hace querer tener millones de hijos. Eres mi razón —sonó cursi, o no. No lo sé. Pero era lo que sentía, bueno, solo el 1% de lo que sentía.
—Me harás llorar —protestó ella fregando sus ojos—, ¿eso quieres? —añadió.
—¡No! —me negué—. Solo es que cometería un crimen si no te digo todo lo que te amo —una lágrima corrió por su mejilla.
—Tú eres el sol de mis días, Justin —sé que me haría llorar, de felicidad; claro, pero no quería llorar—. No tengo palabras, más bien ninguna palabra alcanza para agradecerte de haberte pasado por mi camino hace años. Tú —suspiró intentando dejar de derramar sus lágrimas—, tú eres la persona que se roba todos mis suspiros y por la cual mi corazón se acelera golpeteando en mi pecho con furia. Te amo, Justin. No me interesa el mundo si te tengo conmigo, no me interesa nada, ni mi vida, si estás conmigo. Te amo, pero amarte queda chico —¡lo dije! Las lágrimas recorrieron mis mejillas, pero de alegría, orgullo de la persona que tenía a mi lado.
—También me haces llorar, sonsa  —protesté secando mis lágrimas.
—Me siento tan afortunada, soy la más afortunada —y yo el más afortunado.
—Prometo hacerte feliz, mientras mi vida sea tuya —es decir, toda mi vida.
—Prometo jamás dejarte ir —sonreí y besé su mano. Pero el mesero irrumpió dejando las copas sobre la mesa y la pizza también— Gracie —le respondió ___________(tu nombre). Éste sonrió y haciendo un ademán, se retiró.
—Te vez linda hablando italiano —ella era hermosa de todas formas.
—No es un idioma difícil —comentó y bebió un sorbo de agua.
—Cambiando de tema —ella sonrió con atención—. Ese sombrero te deja más hermosa de lo que eres.
—¡Pensé que era otra cosa! —protestó entre risas, para después tomar una porción de pizza.
—Extraño algunas cosas de Los Ángeles —suspiré y ella me miró preocupada—. En realidad, solo a mamá, Richard y los chicos.
—¡Vaya a saber como la están pasando! —masculló exaltada.
—Ryan, solo —él era el mujeriego después de estar con Mily—. Chris contento de la vida, con Anya. Cait con su futuro marido, Chaz. Tú conmigo —ella sonrió—. Mamá con Rich. ___________(tu mamá), mi suegrita, con Nicholas. Todos felices —resumí.
—Tengo el presentimiento de que mamá pronto se divorciará de su flamante marido —me comentó luego de tragar bocado.
—¿Por qué lo dices? —pregunté. Ella no lo diría porque sí, no más.
—Rich me dijo que pasa horas al teléfono hablando con mi padre. Mi padre se lo ha dicho —el novio de mamá y mi suegro, eran mejores amigos.
—¿Eso quiere decir algo en ___________(tu mamá)? —ella la conoce más que yo.
—Sí —me afirmó—, que necesita que alguien de confianza y a quién quiere mucho la escuche.
—Pero, tu mamá se metió en una fea —le aseguré—. Si ella se deja, seguro Nicholas la despide —deduje.
—Es difícil —me informó—. Mamá le compró las acciones de más de media empresa —me explicó por qué era que quedaría así. Empleada igual.
—Ó sea que básicamente la empresa es de tu madre —ella asintió mientras tomaba un trago de la copa.
—Sí y no —¿entonces qué?—. Mamá puso las acciones a nombre de José, Mich y yo. Es decir que si se divorcian deberemos ser socios de Nicholas —una mala pasada no.
—Pero, ¿eso te agrada? —ella se negó rotundamente mientras yo mordía una porción de pizza.
—En realidad, no seré socia de él —¿entonces?—. Porque siendo mayorista si con mis hermanos decidimos comprar lo que resta de las acciones correspondientes al mutante de traje —se refirió a su padrastro— él debe vender o quedar en banca rota.
—Pero a Santiago también le corresponden acciones —supongo.
—No —me aseguró—. Él es no es hijo sucesor.
—Ó sea que quedan en banca rota de cualquier modo —ella asintió ante mi afirmación.
—Pero con lo buena que es mi madre, de seguro le dará la mitad de las acciones de regreso —su madre era un ángel vestido de mujer.

(Los Ángeles — California) (Hospital de L.A.)
Narra Chaz:

Habían llevado a Cait a una sala donde le harían estudios para saber qué sería de mi hija.

—¿Señor Somers? —se dirigió a mí una de las enfermeras. Yo me paré de golpe y asentí.
—Sí —aseguré abriendo mi boca.
—La señorita Beadles tuvo algunas complicaciones —mi corazón se aceleró de los nervios—, pero estabilizamos todo y la bebé estará de maravillas.
—¿Qué sucedió? —pregunté más calmado ya.
—El bebé estaba ahorcándose con el cordón umbilical —me informó.
—¿Estará bien? —cuestioné torpemente.
—Sí. Puede pasar —respondió y con una sonrisa se despidió de mí.

Entré a la habitación y Cait estaba sentada con sus piernas colgando de la camilla.

—¡Amor! —exclamé.
—Lindo —ya no se escuchaba adolorida.
—¿Estás bien? ¿Nuestra beba? —ella me dejó ver su enorme y perfecta sonrisa.
—Sí, todo está en orden —me respondió—. En 1 hora podremos regresar a casa y seguir con nuestros planes —me aseguró.
—Te amo —ella sonrió y besó mis labios.


(Venecia — Italia) (Restaurante)
Narra Justin:

—Serás toda una empresaria —bromeé.
—No —se negó divertida—, pero quizás nuestros hijos sí —no lo creo.
—No —le retruqué—. Mira, nuestra hija será actriz o bailarina y nuestro hijo cantante o jugador de basket —era mi sueño.
—¡Justin! —protestó—. Los niños decidirán qué hacer a su tiempo. No los frustraras con ser algo que no les gusta —sonó tan a mamá. Me hizo reír.
—Te pareces a mamá —ella se encogió de hombros y rió—. Pero más hermosa.
—¡Oye! —me regañó con el ceño fruncido—. Patricia es una mujer hermosa, muy hermosa —lo sé.
—Lo sé —le afirmé—, pero tú también.
—Gracias —me dijo algo vergonzosa.
—Sabes algo que me encanta de ti —ella negó meneando la cabeza—. Es que tú no tienes vergüenza de comer.
—Pues, tu también comes, Bieber —todos lo hacemos.
—¡Claro! —era obvio—. Pero hay chicas que intimidan y solo comen lo que un pájaro comería —ella rió divertida.
—No veo el caso —masculló—. Se sabe que comen y es normal. Todo mundo lo hace. No me intimida comer delante de hombres con los cuales salgo o delante de ti.
—Pero eres tú —ella me miró extrañada—. Eres una en todo el mundo.
—Al igual que tú y todos —me corrigió—. Aunque se copien de otras personas, todos somos distintos —tenía razón.

Terminamos de almorzar y regresaríamos al departamento, ya que eran las 2:00 p.m y decidimos salir a recorrer los lugares turísticos mañana. Estuvimos charlando un rato y luego miramos TV, aunque poco entendí ya que era italiana. Ella se fue a duchar y luego de ella fui yo. Salí vistiendo una camisa blanca, un saco celeste claro y un jeans negro con supras celestes. Ella estaba peinándose en la habitación frente al tocador, estaba vistiendo hermosa. Traía un vestido azul y zapatos blancos. http://www.polyvore.com/cgi/set?id=43060029&.locale=es, estaba hermosa.

—¡Amor! —exclamó volteando—, estás hermoso.
—También tú, lindura —ella sonrió y besó mis labios tiernamente.
—¿Ya nos vamos? —me preguntó. Yo asentí mientras la abrazaba de la cintura.
—Sí —le respondí y ella sonrió—, pero no sin antes darme un beso.
—Róbalo —me exigió ella. Lentamente me dirigí a su boca y le robé un beso—. Ahora vamos.
—Vamos.

Tomé su mano y salimos del apartamento. Gracias a Dios, Venecia era de esos lugares donde puedes andar tranquilo, sin guardia ni eso. Así que siguiendo indicaciones de expertos, caminé con mi bella novia en el crepúsculo de la ciudad italiana hacia el canal más bello del universo. Al llegar ella quedó boquiabierta.

—¿Cenaremos allí? —me preguntó apuntando la valsa que nos esperaba flotando.
—¿Tú qué crees? —ella sonrió y se aferró a mí abrazando mi cintura. Con una seña el tipo de los remos se acercó a nosotros.

Ayudando a que no se caiga ella subió y también yo. No sé si habrán visto alguna vez, pero en Venecia, por ser lugar turísticos hay botes cerrados, algo así como buces. Había alquilado uno que estaba modificado con una mesa y dos sillas. Pero para llegar a él debíamos hacer unas cuadras en valsa.

—¡Esto es un sueño! —masculló encantada viendo los edificios pasar lentamente.
—Debo —aclaré mi garganta nervioso—, debo decirte algo —ella volteó su cabeza hacia mí y me miró sorprendida. Algo preocupada, diría.
—Dímelo —sonreí dándole confianza, pero ya estaba nervioso.
—Sé que lo hemos hecho antes —mi voz estaba ronca, de nervios—, me equivoqué al dejarte ir por las estúpidas amenazas de ese idiota, te regalé a Simpson y nunca voy a perdonarme haber pasado esos dos años lejos de ti —ella sonrió levemente—. Pero cada día que pasó mi amor se hizo más grande de lo normal. No soporté tenerte lejos, aún siendo tu novio no soporto tenerte lejos siquiera 2 segundos. Eres mi complemento, mi sonrisa, mi felicidad. No elegiría amar a otra persona en el mundo, porque eres la mujer más adorable y dulce que mis ojos conocieron, que mis labios besaron y que mi cuerpo deseó alguna vez. Sé que me equivoqué muchas veces pero prometo que ya no pasará —ella sonrió y secó la primera lágrima que calló de su ojo.
—¿A qué se debe todo esto? —me preguntó con una voz algo quebrada, pero en un tono alegre.
—____________(tu nombre) ¿te quieres comprometer conmigo? —mi corazón golpeaba en mi pecho con fuerza, sentía salirse de él. Pero era el día más feliz de mi vida.
—Justin yo…

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Dahi: ¡Aww, gracias linda! (: Besitos.
Ainelen: ¡Linda! Sabes, yo cuando comencé a escribir era un fiasco. Era desastrosa haciéndolo, pero luego se aprende. Serás una gran escritora (: ¡Te quiero!
Sara: ¡Gracias, por la paciencia! No debes agradecer nada (: Besitos.
Pomb@-lista: ¡Gracias! :$, besos.
Marta: ¡Oh Dios! Como me he divertido en la twitcam con tu amiga. Las dos son muy divertidas y bellas. Y por cierto, yo te ayudaré a que tu amiga haga los vídeos cantando jaja. Gracias linda, te quiero belleza!
Zafiro: ¡Lindaaaaa! (: Mil gracias, besitos.

Links:

Twitter Official de las Novelas: https://twitter.com/#!/NovePoli_Jb
Alguien a Quien Amar (Novela JB y tú): http://alguienaquienamarjbytu.blogspot.com/
Aprendiendo a Creer en el Amor (Novela JB y tú):http://aprendiendoacreerenelamor.blogspot.com/
My Galaxy The Art (Blog Personal): http://mygalerytheart.blogspot.com/
 Tell Me A Lie  (Novela One Direction y tú):http://onedirectionytunovelas.blogspot.com/

¡Lamento demorar nuevamente! Esto del calor me está pegando mal. Jaja, ¡Las amo! (:



—Poly—



P/D: COMENTENN! 

sábado, 28 de enero de 2012

Capítulo 151°: "Tú sorpresa de San Valentín".




#Vía telefónica#.
—¿Aló? —respondí.
—Hola, ¿hablo con ___________(tu nombre)? —me preguntó una voz varonil.
—Sí, ella habla —ya comenzaba a extrañarme.
—Te habla Zayn Malik —oh, ¡sí! Zayn.
—Oh, ¡Zayn! No sabía tu número —dije algo apenada.
—¿Cómo estás? —me preguntó amigable.
—Muy bien, ¿tú? —respondí. Aún se me hacía raro su llamado.
—Bien —respondió—. Oye me enteré que llegaste a Londres hoy —así era.
—Sí, estoy aquí ahora —afirmé.
—Llamaba para decirte que los chicos me pidieron que te llame. Ellos hablaron con Alison y les comentó que comenzarás a grabar en unos pocos días —pues… así era— y queríamos saber si ¿aceptas grabar con nosotros una versión nueva de Moments? —claro, habíamos quedado hace unos meses de grabar algo juntos.
—Pues, sí —yo había aceptado y los demás también—, pero ¿Alison les dijo cuándo comenzaría a grabar?
—Ella solo dijo que vendría en 2 días —me comentó Zayn. Y es así, ya que ella viene con Mama Jan.
—¡Sí! —le afirmé—. Alison viene en dos días porque tengo sesión en el estudio de la universidad, comenzaré a grabar mi CD, y creo que allí se juntará con su representante —o eso deduje yo.
—Ow, está bien —accedió—, nos mantendremos en contacto entonces. Solo era para saber —me explicó.
—Está bien —dije simpática—, te llamo cuando tenga noticias. Adiós.
—Adiós —se despidió y colgué.
#Fin vía telefónica#.

Regresé donde Anya y Justin. Ellos estaban hablando. Anya reía, seguramente porque Justin seguía con su torpe historia del perrito. Entonces regresé y me senté al lado de Justin.

—¿Quién era amor? —me preguntó mi novio.
—Zayn —respondí sonriendo—, quería saber cuándo comenzaríamos a grabar.
—¿Harán un dueto? —cuestionó mi amiga con un tono exasperado.
—Sí —le afirmé por lo bajo. Seguro haría un escándalo.
—¡Aaaaah! —gritó emocionada—. No puedo creerlo —creo que estaba por llorar.
—Anya —le pedí con cordura—, contrólate.
—Lo siento —se disculpó con algo de pena—, es que son tan lindos —Justin me miró y frunció el seño para que no comentara nada parecido.
—¡Justin! —lo regañé. Él rió levemente y besó mi mejilla.
—Y volviendo al tema —se introdujo él—, sigo sin tener ese cachorro.
—Deberíamos haber traído a Payton —¿la recuerdan? Ella era la perrita que Justin me regaló.
—Ella es tan adorable —comentó Anya. Era verdad, Payton es de esos perros especiales, que tienen; por alguna razón; una felicidad única.
—Es que ella es mi hija —el tono “orgulloso” del buen modo que Justin utilizaba era muy gracioso.
—Oye, Bieber —protesté—, también es mía —añadí divertida. Él me abrazó desde los hombros y me pegó contra él adorablemente.
—Es de los dos, en todo caso —nos corrigió Any.


…2 días después…
(Estudio de grabación):

Estaba tan nerviosa de volver a grabar, hacía mucho no estaba en un estudio de grabación.

—Bien, sabes qué hacer, ¿no? —claro, lo había hecho muchas veces.
—Sí, sé que hacer —le aseguré a Alison.
—Bien, quiero escucharte tocar y cantar como nunca antes —sí. Tocaría el piano en vivo, por así decir.

Entré a la sala y me senté frente al piano del estudio. Deslicé mis dedos, ayer había ensayado en él. Entonces cuando Alison me dio el “ok” comencé a tocar.

—Si tout était tout simplement une chanson
Si tout se termine aujourd’hui
Si nous étions seulement des mélodies
Si nous n’étions pas seuls

Je choisirais
Voulez-vous vous trouvez

Parce que je ne peux pas loin de vous
Ce n’est pas asussi facile à atteindre finales
Je choisirais
C’est un rêve que je vis
Une histoire sans fin
Je choisirais

Je choisirais une nuit
Avec chaque vérité
Je ne veuz pas perdre ton coeur
Vous ne voulez pas perdre de qui je suis

Je choisirais
Voulez-vous vous trouvez

Parce que je ne peux pas loin de vous
Ce n’est pas asussi facile à atteindre finales
Je choisirais
C’est un rêve que je vis
Une histoire sans fin
Je choisirais —canté mientras mis dedos tocaban la dulce melodía de la canción. Hice las últimas notas y terminé. Entonces, Ali terminó la grabación.
—¡Oh Dios! Se escucha muy dulce —me dijo ella a través del micrófono. Yo me levanté y salí.
—Gracias —dije sonriendo—, amo esa canción y creo que espero que sea la primera del disco —mi managger solo sonrió.
—Linda, no debes forzar tanto tu voz a los agudos, recuerda. Baja más tu tono natural y cuando subas al agudo también baja un tono así entras más cómoda —me aconsejó Mama Jan.

Terminamos la sesión a las 10:00 a.m y tenía clases a las 2:00 p.m. Así que regresé a casa. Anya estaba en la universidad.

—Hola amor —saludé a Justin al entrar.
—Hola, linda —me saludó y besó mis labios.
—¿Cómo estás? —yo estaba feliz.
—Muy bien y mucho mejor viendo a la mujer de mis sueños —dijo mientras me abrazaba de la cintura.
—Aww, ¡qué adorable! —me enternecí.

Justin rodeó mi cintura con sus brazos y me besó tiernamente.

—¿Qué tal te fue en el estudio? —me cuestionó Justin. Se veía tan adorable.
—Muy bien —respondí—, grabé dos canciones.
—¡Oww! Qué chica más linda —volvió a besar adorablemente mis labios.
—Lo sé —le afirmé bromeando un tono egocéntrico.
—¡Oh! —exclamó—. Lo había olvidado, vamos cámbiate por lo que me hay sobre la cama. Tenemos una entrevista —arqueé una ceja—. Alison me avisó hace pocos minutos.
—¿Pero…
—¡Vamos! —me apresuró.

Corrí las escaleras hasta la habitación y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=42831250&.locale=es, me gustaba la elección. Bajé las escaleras y con Justin nos subimos al auto de Alison ella nos llevó hasta el canal. Allí bajamos.

…En vivo…

—¡Muy buenos días, Londres! Hoy tenemos una sorpresa especial. Después de tanto tiempo sin ver sus caras en el espectáculo hoy vemos en nuestro living a ___________(tu nombre y apellido) y Justin Bieber —dijo la presentadora acercándose—. Hola chicos.
—Hola —respondimos al unísono simpáticamente. Justin me tenía de la mano.
—¡Tanto tiempo! —exclamó— ya comenzábamos a extrañar.
—Fueron meses difíciles —le respondió Justin algo apagado. Odiaba esos apagones al recordar.
—Nos preocuparon tus Tweets aquella vez, ___________(tu nombre) —me comentó la mujer—, ¿qué fue lo que sucedió? Muchos rumores de que tu padre se separó de su novia corrieron y además también algunos de que habías peleado con Justin —eso era estúpido. Excepto lo de papá, que era verdad.
—En realidad, lo de papá debo admitir que a mí personalmente me ayudó a estar cerca de él —hice muchos viajes a Atlanta— y lo de nuestra pelea es totalmente falso. Yo jamás peleé con Justin desde hace meses —él sonrió y apretó mi mano—. Es solo la reacción que cualquier persona toma cuando se entera de cosas que no le agradan.
—Selena Gómez comentó algo sobre ustedes —¡joder! ¿Ella nuevamente?— Según la revista Teen dice: “Creo que la farsa se les fue de las manos. Han estado separados hace 2 meses, por eso es que nadie los ve. Deberían decir la verdad. Además, ella está preparando nuevo material, ¿volver a las rancheras? ¡Por Dios! ¿No entiende que sus ventas son bajas?” —mis ventas no eran nada bajas y las de ellas sí que lo eran.
—Creo que ella tiene el síndrome de “Estoy hundiéndome” —fue todo lo que diría.
—Yo estoy muy feliz con mi novia —sonreí al escuchar eso de Bieber— y no necesito que Selena crea o no en nosotros.
—Nos dijeron Justin que tu nuevo disco es doble platino en toda América latina —eso era grandioso para mi Juby.
—Estoy muy feliz y agradecido a mis Latin Girls, ella hacen que todo sea posible —su sonrisa era tan enormemente bella.
—Y… —dijo mirando el papel—, ___________(tu nombre), según tu managger hoy has regresado a grabar tu nuevo CD.
—Estoy muy contenta —demasiado, diría—. Hacía mucho no estaba en el estudio y debo admitir que sigue siendo igual de maravilloso —o más aún—. Además este nuevo reto de solo tocar el piano, es fantástico.
—Mi novia es multifacética —dijo Justin divertido—, pero no canta rancheras.
—Solo canto pop plástico —dije imitando a Selena. Justin comenzó a reír.
—Les tengo una propuesta —miramos atentos a la conductora—. Cambiarán de papel, tú Justin serás ella y tú ___________(tu nombre) serás Justin, ¿va?
—Está bien —aceptamos al unísono.
—Les haré una serie de preguntas, ¿ya? —asentimos—, bien. Justin —me tocaba—, ¿qué nos dices sobre el regreso de tu flequillo?
—Oh pues —dije imitando la voz de Bieber. Él comenzó a reír—, ya ___________(tu nombre), contrólate —le pedí divertida imitándolo—. Mi flequillo fue mi gran accesorio cuando salí a la fama, creo que es lindo, ¿no piensas igual? —la conductora también reía divertida.
—¡Sí, si lo creo! —miré la cámara sonriendo como Justin lo hace y imité el famoso “Hair flip”—. Bien, ___________(tu nombre), veo que tus Loboutin son muy bellos —Justin arqueó la ceja.
—¿Qué son los Loboutin? —preguntó entre risas.
—Los zapatos —respondí imitándolo.
—¡Oh, sí! Me los regaló Justin —dijo y se cruzó de piernas sonriendo. Estaba imitándome.
—¡Oye! —lo regañé imitándolo—. No mientas, ___________(tu nombre).
—¡Ya! Tú admítelo, Justin —me regañó imitando mi voz.
—Lamento decirte esto en TV —me anticipé dejando de lado el personaje—, pero te oyes muy gay imitándome —Justin comenzó a reír y la conductora también lo hizo.
—¡Chicos, son muy divertidos! —nos dijo entre risas.
—Gracias —dije sonriendo.

Minutos después la entrevista terminó. Solo hablamos de trabajo, próximas giras y nos divertimos. Luego regresamos a casa. Allí Anya todavía no estaba y eran las 12:00 p.m.

—Me divertí en la entrevista —comenté sentándome en el sillón de la habitación.
—¿Tienes clases? —me cuestionó Justin quitándose la chaqueta. Odiaba recordar que debía ir a la universidad.
—A las 2:00 p.m —respondí. Él se sentó en la cama frente a mí esbozando una enorme sonrisa.
—Eres tan hermosa, ___________(tu nombre) —para estos casos soy la que sonroja primera.
—¡Justin! —me quejé, él largó una adorable risa—, me haces sentir roja de vergüenza —le comenté.
—Hoy hablé con Jazzy —me cambió de tema recordando lo que hizo—. Me dijo que quería venir.
—¿Enserio? —amaba a Jazzy.
—Sí —sonrió—, quiere venir a vacacionar —sonreí imaginándome como la pasaríamos.
—¿Vendrá entonces? —estaba ansiosa.
—Sí, pero aún faltan un par de meses —fruncí el seño y largué el aire escandalosamente.


Los días pasaban rápido. Grabaría con los chicos de One Direction el 27 de febrero. Y para mi enorme suerte hoy era 14 de febrero, día de los enamorados. Anya había viajado a Los Ángeles para pasarlo con Christian, ya que teníamos una semana de vacaciones y Chris no tenía esa suerte, por eso viajó ella.

—¿Estás lista? —cuestionó Bieber apresurándome desde afuera de la habitación, no sé para qué tanto apuro, ¡recién eran las 6 de la mañana!
—Ya salgo —le avisé saliendo del baño vistiendo así , tomé mi bolso y salí—, no entiendo porqué debemos ir tan temprano.
—¡Antes no eras tan floja! —se quejó. Reí y él besó mis labios para después jalarme bajando las escaleras—. Encárgate de agarrar tu bolso con ropa.
—¡No entiendo nada! —me quejé.
—¡Es sorpresa! —repitió.
—Odio las sorpresas Justin Drew Bieber Mallette —me quejé saliendo de casa mientras él trancaba con la llave—. Además, ¿para qué llevar ropa?
—Es que no regresaremos y deberás llevar la ropa para la cita —esto se estaba volviendo raro.

Subimos al auto y Justin condujo, para mi sorpresa hasta el aeropuerto.

—¿Qué hacemos aquí? —no entendía nada, ¿tendríamos un día en el aeropuerto o qué?
—Viajaremos a un lugar romántico —me afirmó mientras tomaba su bolso y el mío.
—¿Lugar romántico? —pregunté súper extrañada mientras él me jalaba.
—Sí, allí pasaremos nuestro 14 de febrero —mi corazón latía emocionado, pero las sorpresas no me gustan.

Sin dejarme decir más hicimos los papeles y abordamos el avión. Era privado, más bien alquilado. A los pocos minutos despegamos.

—¿A dónde vamos? —no es que desconfiara o eso, es que me daba nervios tanta curiosidad. Es como en navidad cuando eres niño y necesitas tu regalo para no morir de angustia y desesperación.
—No queda muy lejos. Solo son 2 horas de viaje —mi corazón latía desesperado. Necesitaba saberlo.
—Quiero saber a dónde vamos —él sonrió victorioso y se apoderó por algunos segundos de mis labios para hacerme degustar de su dulce boca.
—A Italia, mi linda novia —sonreí sorprendida. Uno de mis mayores sueños era ir a Italia. Amo Italia, en especial Venecia.
—¿Italia? —mi voz salió entre cortada y mi corazón corría dentro de mí dando brincos.
—Italia —me respondió con un acento italiano actuado.
—In Italia vi posso amare como ho fatto a Los Angeles o Londra (En Italia podré amarte como lo hice en Los Ángeles o Londres) —él se me quedó viendo atónito.
—¿Sabes Italiano? —me cuestionó. Creo que no lo sabía.
—Tuve que aprender —por la película que iba a hacer. Pero no hice gracias a la tragedia.
—¡Oh sí! —exclamó con expresión de recuerdo.
—Y bien, ¿a qué parte de Italia iremos? —porque Italia era el país, ¿no?
—¿Y preguntas aún? —se hizo el ofendido frunciendo el seño. Arqueé mi ceja extrañada, ¿sabría yo a dónde iríamos?
—¿Vamos a Venecia? —Venecia es Italia. Justin sonrió y mi corazón se paró por segundos de tanta alegría— ¡No puedo creerlo!
—Pasarás el 14 de febrero que creo que deseabas —sonreí y lo besé con ternura. Él me siguió el beso.

Las restantes 2 horas y 45 minutos de viaje, no fueron aburridas. Charlamos y nos divertimos. Estaba ansiosa por conocer la ciudad que más de una noche se robó un suspiro mío. Venecia era un lugar perfecto, para mí.

Aterrizamos y bajamos del avión. El aeropuerto estaba tranquilo hoy. Tomamos un taxy y mientras recorría la ciudad iba mirando todos los pintorescos edificios. Llegamos a un edifico alto y con un aspecto bastante vintage. Tal como imaginaba la bella Venecia.

—Ven —me incitó Justin a pasar. Él cargaba los bolsos y así entramos—. Vamos por las escaleras al segundo piso.

Seguí sus indicaciones y llegamos a la habitación 93. Él sacó la llave que tomó en la entrada y abrió la puerta del pequeño departamento.

—Aquí pasaremos nuestro 14 de febrero, también el 16, 17 y 18 —me avisó Bieber cerrando la puerta con suavidad.
—¡No puedo creerlo! —me dirigí rápidamente a la ventana y tenía vista a unos enormes y hermosos edificios venecianos.
—Es hermoso, tan hermoso como tú —sentí las manos de Justin apoyarse en mi cintura. Lentamente giré mi cara hasta encontrarlo y él me robó un beso.
—¿Era tan difícil decirme que vendríamos aquí? —le pregunté divertida.
—¡Oye! —se quejó—, me encargué de armar tus maletas y de traerte comiéndome las uñas por los nervios de que no descubras —él ¿podría ser más perfecto? No lo creo—. Así que… ¡no te quejes! —añadió divertido.
—Ya, no te enojes, sonsito —él besó mi mejilla adorablemente.
—¿Te cambiarás o… irás así a almorzar? —lo miré extrañada.
—¿Ya iremos a almorzar? —¿no era muy temprano aún?
Son las 11:00 a.m y aún debemos recorrer algunas cuantas calles para ir a la reservación —sonreí y besé su boca fugazmente.

Tomé mi bolso y me metí en una de las habitaciones que encontré. Tomé algunas prendas y gracias al calor que hacía me vestí así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=42941744&.locale=es. Me peiné y me dejé el pelo al natural, para ponerme el sombrero encima. Salí y Justin estaba sentado en una silla esperándome.

—¿Ya vamos? —me preguntó viéndome con punto y detalle.
—¡Sí! —exclamé tomando mi bolso.
—Estás hermosa —se levantó y me abrazó de la cintura mientras bajábamos.
—¿Queda lejos? —le pregunté con un tono de flojera total.
—10 cuadras y las haremos caminando, así vemos la belleza italiana —sonreí y besé su mejilla.
—Te amo, mi amor —él sonrió y besó mi mejilla de igual forma que yo. Sus labios eran tan suaves y cálidos.

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Zafiro: ¡No hay nada que agradecer, linda! (: besitos.
Pomb@-lista: Pues, ahora ya sabes que quería Zayn jaja. Besitos.
Sara: ¡Linda! Gracias (: aquí he subido, no tan pronto, pero lo hice jaja. Besotes.
Ainelen: ¡Besitos, linda!
Marta: ¡Oh sí que te extrañaba por aquí! :( , ya no desaparezcas jaja. Te quiero muchísimo, linda española (:

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¡Chicas! Lamento mucho mi demora, es que me puse a leer una novela y era tan buena que no podía despegarme hasta terminarla jaja. De todas maneras, ya estoy a full con las novelas. Sé que tengo abandonada las otras, pero ya regresaré a  escribirlas, lo prometo. Las amo y gracias por lo feliz que me hacen día a día. ¡Las veo pronto! (:




—Poly—




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