domingo, 28 de octubre de 2012

Capítulo 227°: "Concierto en Paris".




—Mamá —habló Jess—, ¿qué quieres que sea cuando sea grande? —me preguntó.
—Lo que tú quieras ser —respondí astutamente.
—Yo quiero ser como tú —me informó.
—Y yo como el tío Ryan —habló Joe. Yo sonreí. Eran muy ingeniosos. Joe amaba a Ryan, porque él era divertido y siempre filmaba vídeos de mi hijo.
—Ustedes serán mejores que nosotros —les informé—. Ustedes deben querer ser mejores. Yo siempre los apoyaré en lo que quieran hacer —porque era lo mejor que una madre podía hacer.
—Mamá —habló Jess—, la tía Willow, ¿siempre tuvo el cabello así? —reí ante esa pregunta.
—La tía Willow ama ir a la peluquería, mi amor —le expliqué—. Ella siempre cambia los colores de su cabello.
—¿Algún día podré pintármelo de verde? —sonreí divertida.
—Pues, cuando seas grande —cedí a cierto punto.
—Quedarás fea, Jessica —era divertido verlos pelear, aunque no podía permitirlo. Siempre reíamos con Justin de eso, obviamente cuando los niños no nos veían.
—Tú eres feo, Joe —se defendió mi niña.
—Ya, no peleen —les exigí seria, aunque por dentro moría de risa.
—Hola bellezas —saludó una voz que no confundiría en ningún lado del mundo.
—¡Papá! —exclamaron los niños al mismo tiempo y en menos de un segundo estaban abrazándolo.
—Hola, mis niños —estaba alucinando, ¡Justin estaba en Paris!
—¿Estás aquí? —pregunté asombrada.
—Estoy aquí —aseguró él sonriendo—. Hola, mi amor —me saludó y besó mis labios fugazmente.
—Siéntate —le pedí—. Estamos almorzando.
—¡Qué lindos están todos aquí! —exclamó divertido. Los niños no podían creerlo, estaban emocionados.
—¡Tú estás lindo, papi! —habló Jess, Justin sonrió. Estaba feliz, lo notaba feliz.
—¡Qué tiernos! —exclamé y en ese mismo momento mi teléfono vibró. Lo tomé y leí el mensaje de Alison: “La prueba de sonido comienza en media hora. Será mejor que vengas así ya nos vamos” —. Debo irme —hablé, aunque odiaba la idea, debía hacerlo.
—Pero… —intentó espetar Justin. Hice una mueca de culpa levantándome de la mesa.
—Tengo prueba de sonido. Si quieres ven, pero deberán quedarse con Verónica —les informé a los niños. Ellos no dijeron nada.
—Ve con mamá —dijeron al unísono.
—Va, Verónica está arriba, vamos. Los llevaré con ella.

Luego de dejar a los niños con Verónica bajé y en la recepción estaban Justin, Robert, Alison y un hombre que no conocía.  Salimos hacia el estacionamiento.

—Odio esa remera —susurró Justin a mi oído abrazándome por la cintura. Lo miré extrañada—. Muestras piel demás.
—¡Justin Bieber! —protesté. Él rió levemente.
—Extrañaba escuchar esas protestas —aseguró Alison caminando hacia la camioneta.
—Tú porque no has sido su chofer casi 10 años —protestó Robert. Yo solo reí.
—También extrañaba sus regaños, ¡sonsos! —hablé divertida.
—Ya suban —ordenó Robert. Justin abrió la puerta y me dejó pasar primero. Alison iba delante en el asiento de copiloto. Justin y yo, atrás.
—¿Es lejos? —preguntó Justin.
—No, 15 cuadras —respondió Alison. Justin suspiró.
—Ya odio viajar —protestó. Yo sonreí y me recosté en su hombro.
—¿Cómo es que estás aquí? —pregunté recordando que estaba filmando ayer mismo—, ¿no deberías estar en Los Ángeles?
—Pues, pedí una semana porque necesitaba verlos —sonrió. Sentí un escalofrío subir por mis piernas, ¡extrañaba tanto a Justin!
—¡Aww, qué dulce eres, mi amor! —sonreí acariciando su mejilla.
—Lamento interrumpir —habló Alison. Yo solo dirigí mi atención a ella—. Necesito hablar sobre el concierto, ___________(tu nombre).
—Dime —le pedí.
—El estadio es algo fuera de lo convencional —me explicó—. Las plateas son más grandes y tendrás fans mucho más cerca del escenario —para mí no era un problema—. No puedes forzar tu voz, estás bastante mal de la garganta. Rosadela ya tiene listo el nuevo vestuario —sí, íbamos a cambiarlo, más bien renovarlo—. Y por último, mañana, antes del segundo concierto, tendrás una entrevista en un programa de televisión nacional.
—¿Por qué el cambio de vestuario? —preguntó Justin curiosamente.
—Porque es invierno y no pensaré cantar casi desnuda, me enfermaría —le expliqué.
—Es lógico —afirmó mi esposo.
—Los teloneros de éste concierto son muy buenos —me informó mi managger—. Pensaba que te gustaría oírlos antes de esta noche, así que los llamé para que vengan a la prueba de sonido. Oh, ahora que lo recuerdo, ¿qué cover harás hoy?
—Pues, no lo sé —respondí confundida—. Olvidé elegir alguna canción confesé —Justin largó una pequeña risilla.
—Pues, ¿cuál es la que escuchas más últimamente? —preguntó mi esposo. Pensé breves segundos.
—¿Por qué no cantas Under The Water — The Pretty Reckless? —me preguntó Alison encogiéndose de hombros—. Amas esa canción.
—Es cierto —afirmé—, ¿te agrada? —le pregunté a Justin.
—En tu voz todo se oye hermoso —me halagó, yo reí apenada.
—Cantaré esa entonces —aseguré.
—Genial —murmuró Alison.

En pocos minutos estuvimos en el estadio. Entramos y nos dirigimos al escenario. Justin quedó sentado junto con Alison, yo ya tenía el micrófono puesto.

—¡Okay! —hablé divertida— es hora del rap —las bailarinas ya reían. Sabían que amaba sonsear.
—¿El rap? —preguntó Justin curiosamente.
—¡Ya, no más juegos! —ordenó Alison, yo fruncí el ceño— Es hora de ensayar, ¡vamos!
—Buenas tardes —saludaron un par de muchachos y una chica, jóvenes.
—Hola —dije extrañada y retumbó en todo el estadio. Todos me miraron y comenzaron a reír—. Oh, ya. Como si nunca me habrían oído saludar.
—Ellos son la banda telonera, ___________(tu nombre) —los presentó Alison—. Luca, Andrea y Marco —los nombró—, son “Destiny”. Chicos, ella es ___________(tu nombre).
—Un gusto —dijo la muchacha desde abajo del escenario, yo estaba en el borde, básicamente.
—¡Qué hermosa eres en persona! —exclamó Luc. Justin se paró desde las butacas y sonrió con celos.
—Mucho —añadió Marco.
—Un gusto —sonreí—. Me gustaría oírlos —les informé.
—Primero tú —indicó Marco.
—Sería genial oírte —añadió Andrea.
—Bien, comenzaré con The Voice Within —les informé sonriendo—
Young girl don't cry
I'll be right here when your world starts to fall
Young girl it's allright
Your tears will dry
you'll soon be free to fly
When you're safe inside your room your tend to dream
Of a place where nothing's harder than it seems
No one ever wants to bother to explain
Of the heartache life can bring and what it means
CHORUS
When there's no one else took inside yourself
Like your oldest friend just trust the voice within
Then you'll find the strength that will guide your way
You'll learn to begin to trust the voice within
Young girl don't hide
You'll never change if you just run away
Young girl just hold tight
Soon you're gonna see your brighter day
Now in a world where innocence is quickly claimed
it's so hard to stand your ground when you're so afraid
No one reaches out a hand for you to hold
When you look outside look inside to your soul
CHORUS
Life is a journey
It can take you anywhere you choose to go
As long as you're learning
You'll find all you'll need to know,(Be strong)
You'll break it,(Hold on)
You'll make it
Just don't forsake it because
No one can tell you what you can't do
No one can stop you
you know that i'm talking to you
CHORUS
Young girl don't cry
i'll be right here when your world starts to fall (la canción original es de Christina Aguilera, pero aquí en la novela será de ___________(tu nombre) xD jaja).
—¡Bravo! —escuché a uno de los muchachos, Marco, decir.
—Gracias, es su turno —les informé. Su acento francés se oía divertido.
—Espera, antes de ello —habló Andrea—, queremos una fotografía contigo —aseguró.
—Vengan entonces —les indiqué. Ellos subieron las escaleras mientras Alison apuntaba con un I-phone, posamos y sacó la foto.
—Tenlo un momento, por favor —pidió Luc—. Luego me lo das.
—No hay problema, muchacho —habló Alison.
—Y bien, ¿qué cantan? —me referí al ritmo.
—Hacemos covers —habló Luc—. Andrea es la de la voz maravillosa —bromeó. La muchacha sonrió apenada. Sentí unas manos en mi cintura, era Justin. La muchacha miró asombrada.
—Hola —saludó obnubilada.
—Hola —saludó Justin.
—Buenas tardes —habló Jennifer, me asombró verla aquí. Hacía casi 3 países de la gira que no la veía.
—Jenny —saludé a mi coreógrafa—, ¿cómo estás?
—Siempre extrañando a mi bailarina preferida —respondió—. Pero veo que no estás ensayando y a eso vine.
—Pero no estoy como para bailar —apunté mis tacones.
—Te cambias —me ordenó sonriendo.
—Pero debo escuchar a los chicos.
—Mientras te cambias escuchas —me explicó. Alison sonreía divertida.
—Ya —acepté.

Salí del escenario y mientras me cambiaba en camarín, escuchaba el cover de “We found love — Rihanna” que hacían los chicos. Eran grandiosos. Me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=61840741&.locale=es. Salí unos momentos antes de que los muchachos terminaran.

—¡Genial! Enserio son grandiosos —aseguré. Ellos sonreían orgullosos.
—¡Gracias! —dijo Luc.
—Bien, bien. Es hora de bailar —habló Jenny. Al parecer estaba con mucha energía.
—Falta Dylan —le recordé. Él llegó corriendo.
—Estoy listo —sonrió emocionado.
—Bien, bajemos todos —ordenó Alison. Así lo hicieron. Nosotros nos ubicamos para comenzar. Con Dylan, un bailarín del staff, hacíamos un pequeño número de baile.
—Bien, comenzamos —aseguró Jennifer y la música comenzó a sonar. Todos miraban atentos.

Empezábamos con U can’t touch this. (http://www.youtube.com/watch?v=5baoWohjDIY&feature=related) Seguimos con “Aila Re Aila”, aunque pareciera raro era Bollywood, un ritmo árabe que Jennifer había metido en la coreografía (http://www.youtube.com/watch?v=CJ97B2dIIw0&feature=fvwrel). Luego “Rude Boy” (http://www.youtube.com/watch?v=WhtYYB2P2sk) y por último “Toxic” (http://www.youtube.com/watch?v=TfWEjqINxUQ)

—¡No puedo creerlo! —escuché a Marco gritar.
—Es genial —aseguró Alison.
—Y agotador —comenté, Dylan solo sonrió divertido.
—Sale genial —era raro oír que Jennifer no retrucaba nada.
—Estoy cansada confesé —hacía meses venía así—, ¿puedo sentarme? —les pregunté. Alison asintió.
—Sí, descansa —sugirió ella. Sabía que estaba mal descansada.
—¿Siempre bailas así? —preguntó Andrea— Es asombroso.
—Gracias —murmuré sonriendo.

Luego de unos minutos todos se fueron y solo quedamos Justin y yo allí. Alison y Jennifer se habían ido a ver las últimas cosas de vestuario con Rosa.

—Mi amor, te extrañé tanto —habló Justin acariciando mi mejilla, yo le sonreí.
—También yo —respondí—. No puedo creer que estés aquí ahora.
—Estás más que hermosa —me aseguró—. Tienes más abdominales que antes —yo reí divertida.
—¡No seas sonso! —protesté— ¿Me das un beso? —pregunté. Él sonrió emocionado, podía sentirlo.
—¿Para qué lo desea señorita? —reí ante sus sonseras.
—Pues, para saber que aún puede hacerme sentir las nubes.

Justin enmarcó mi rostro entre sus manos y me besó con dulzura, extrañaba que fuera así. Sentí mariposas en mi estómago, como lo hacía años atrás. Amaba sus besos, amaba sentir su aroma otra vez. No podía vivir sin él.

—¿Y qué dices? ¿Qué tal están las nubes hoy? —preguntó bromeando, sonreí divertida y besé fugazmente sus labios otra vez.
—Te amo, Justin.
—También te amo, mi amor —sonrió acariciando mi mejilla.
—Y qué dices, ¿te gusta algo del show? —pregunté divertida.
—No lo vi aún, pero si estás tú segurito me encanta —sonreí apenada. Él largó una pequeña risa—. No me gusta ese beso con Dylan —también añadió.
—Es trabajo —le recordé un poco seria—. Tal como tu actuación —porque sí, él tenía una “enamorada” en la película.
—Lo sé, linda —sonrió dándome confianza—. Sé que no serías capaz de engañarme —sonreí aliviada.
—Mejor que creas eso —amaba que tuviera confianza ciega en mí. No iba a defraudarlo nunca—. Pero, bien, ya quiero irme.
—Debes buscar a Alison —me recordó.
—¡Ash! Tengo tantas ganas de caminar —murmuré con sarcasmo. Estaba agotada.
—Después de tantos bailes lo entiendo —sonrió Justin levemente, amaba su sonrisa.
—Buenas tardes —saludó una voz bastante familiar, volteé a ver y era nada más y nada menos que Taylor Momsen.
—¿Taylor Momsen? —cuestioné asombrada. Amaba su banda, su voz y sus canciones.
—Un gusto, ___________(tu nombre) —afirmó—. Hola, Justin.
—Hola —saludó Justin. Ella se acercó y nos saludó con un beso en la mejilla a cada uno.
—Perdón mi ignorancia, pero ¿qué haces aquí? —ella sonrió divertida.
—Pues, Alison me llamó para darte una sorpresa, cantaré contigo esta noche —me explicó a modo de respuesta. Estaba que no creía.
—¿Enserio dices?
—Sí, enserio digo —afirmó Taylor—. Será un honor, ¡amo tu voz, muchacha!
—Y yo tu voz —aseguré—. Amo en sí, todas tus canciones.
—¡Qué linda! Gracias —sonrió—, ¿ya te ibas?
—Pensaba en eso —aseguré. Justin guardaba silencio. Creo que el maquillaje negro de Taylor lo intimidaba.
—¡Oh, qué lástima! —protestó de alguna manera—, esperaba que te quedaras.
—Es que tengo los niños en el hotel —le recordé—. Debo irme.
—Está bien —murmuró—. De todas formas te veré esta noche.


…En el concierto…


Salí del camarín vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=61963201&.locale=es, los niños estaban con Verónica y Justin en los asientos en primera fila del preferencial vip. Retoqué mi maquillaje en un pequeño espejo y miré varias veces mi cabello, estaba bien así.

—Es hora de salir —me recordó Alison—. Tranquila, ¿sí? Todo estará bien.
—Ya —sonreí levemente.

Me dirigí a las escaleras del costado para subir. Fue cuando comenzó a sonar: “ALARMA, ALARMA”. Eran gritos que eran parte del show, obviamente. Entonces subí, yo de un lado y una de las bailarinas del otro.

—¿___________(tu nombre)? —preguntó la muchacha— ¿Eres tú?
—Sí, soy yo —hablé entonces todos comenzaba a gritar.
—Nos han atrapado —actuó preocupación.
—Pues, no hay nada por hacer —las luces se encendieron y las personas presentes aún más gritaron—. No van a cambiarnos.
—¿Cómo el mundo pudo crear una fábrica de identidades?
—No lo sé, simplemente toma coraje.
—¿Qué es eso? —preguntó asustada cuando veíamos a los demás bailarines salir de batas blancas detrás de la escenografía. Ellos jalaban de mí hasta hacerme parar en el medio del escenario en el frente con un micrófono de pie delante.
—¿Qué hacen? —pregunté simulando desesperación.
—Deberás mostrarnos tu talento, porque usaremos todo a tu favor, para cambiarte —habló una robótica voz.
—¡No, no lo haré! —me negué— No cambiarán nada.
—Pues, entonces deberemos desaparecerte. Canta —exigió la voz.
—Tonight I want out of here
Feel free and fly
Because there is no time to have it now
Without wanting to go on

Oh, I will not change now
I do not want to change
Because it's a good time
Fair

I'm touching the stars
I have it, touch it here now
There is no better feeling than being happy
I do not want to leave, I want to be happy

There is no better feeling
Nothing can make me change now
I'm feeling mighty here
I will not let it go now

I will not change
Nothing he does, I will not
I will not change
For a good time, I will not
I will not change.
I do not want to change
For now I am happy (Bis x2)

domingo, 21 de octubre de 2012

Capítulo 226°: "Deberé bajarme y quedarme aquí, en Los Ángeles".




—¡No puedo creerlo! —exclamé al verlo allí, parado sonriendo justo frente a mí. Hacía años no lo veía y no esperaba que llegara así de la nada misma a casa.
—¡Estás preciosa! —él y sus cumplidos. Corrió hasta mí y me abrazó con fuerzas. Realmente había extrañado eso.
—No puedo creer que estés aquí, Jason —hablé una vez que me soltó.
—Pues, si yo no te visito tú no piensas hacerlo —protestó.
—¡No estabas en Los Ángeles! —saqué en cara—, ¿qué tal Brasil para los negocios? —pregunté mientras nos sentábamos.
—Nada mal —aseguró.
—Soraya, por favor —hablé. Ella llegó rápidamente—, ¿nos traes dos cafés?
—Enseguida, señora —habló—. Con permiso —se retiró.
—¿Cómo estás? —sé que Jason quería hablar de lo que pasaba.
—Pues, asustada y con tristeza —aseguré a modo de respuesta.
—Puedo ayudar y lo sabes —sí, Jason era abogado.
—Sí —afirmé—, pero aún no quiero ir a juicio —le expliqué—. Esperaré a que sigan, pues no estoy por esperar a que cometan alguna locura. Justin no quiere que haga juicio, pero no me quedaré quita si se sobrepasan.
—Pues, yo vengo a solucionarlo —sonrió amistosamente.
—¿Qué piensas hacer, Jason? —conocía todo de él y sabía que planeaba algo.
—Podríamos quitarle la licencia para estar en Los Ángeles —era una buena idea, aún así podía seguir jodiéndome la vida.
—Quizás —hablé, Jason arqueó una ceja.
—Sé que no te convence —murmuró—, pero más no podemos hacer, porque él no infringe las reglas.
—Sí, es cierto —me conformé de cierto modo—. Oye, ¿qué dices si salimos a almorzar hoy? —le ofrecí, él sonrió.
—¡A eso vine, mujer! —exclamó como si fuera obviedad.
—Mejor vámonos, porque si no, no llegaremos.

Salimos de casa y yo comencé a conducir.

—¿Hacia dónde comienza la gira? —preguntó Jason rompiendo el silencio.
—Comenzaré en Estados Unidos, luego seguiré por Asia —le expliqué brevemente.
—Es lindo que te subas con toda tu familia —me informó Jason.
—Será una grata experiencia —aseguré yo.
—Una vuelta de página, quizás —sonreí sin quitar mi vista del camino—. El camino es pintoresco —comentó mirando los bosques.
—Amo el verde de los árboles —aseguré—, también el olor a pino que invade el auto en verano. Estoy feliz de alejarme de la ciudad lo suficiente como para olvidar el humo de los autos y las fábricas, olvidar el tedioso rugido de los motores y el constante murmullo.
—¿Cómo harás cuando sea hora de que los niños vayan al colegio? —me preguntó mi mejor amigo desde la infancia.
—Contrataremos una institutriz —pues, ir a la escuela para los niños sería traumático. Después de todos no son “normales”, en el sentido de ser hijos de “Justin Bieber  y ___________(tu nombre y apellido)”.
—Lo imaginé —sonrió divertido—. Sabes, es raro todo esto.
—Lo sé, aún extraño estar juntos en el parque haciendo skate o bailando —sabía perfectamente que a eso se refería él.
—Sí, es cierto —murmuró con melancolía—. Los años pasan rápido, querida amiga mía.
—Estoy orgullosa de lo que llegamos a ser, Jason —afirmé.
—También yo, sonsa.
—Sigues siendo amoroso —hablé con sarcasmo. Él rió divertido.
—¡Extrañaba tanto estas conversaciones! —exclamó mi amigo, yo reí por lo bajo— Cambiando de tema —prosiguió Jason—, ¿sigues en contacto con los muchachos de One Direction?
—Sí —respondí—, somos grandes amigos.
—Es genial, creí que nunca harías amigos en el mundo de la música —bromeó riendo a carcajadas. Yo fruncí el ceño.
—¡Qué bobo eres, Jason! —protesté ceñuda, él no dejaba de reír— No has cambiado en nada, mi querido amigo.
—¡Tampoco tú! Eres la misma enojona de siempre —se burló. Yo, solo no podía hacer nada.
—Oye, no se vale —me quejé divertida.

Llegamos a un restaurante en el centro de Los Ángeles. Pedí mesa para dos y rápidamente nos dieron una mesa, nos sentamos y pedimos lo que cada uno quería comer.

—Yo creo que lo mejor sería quitarle la licencia de país —Jason quería solucionarlo, era obvio. Pero no sé si sería tan fácil.
—Lo que sería imposible si tiene residencia aquí, Jay —era lo lógico.
—Sí, es un buen punto —dedujo—. Aún así, le puedes dar restricción de acercamiento —era otra idea.
—Pero solo no puede estar a 200 metros mío —podía seguir metiéndose a 200 metros.
—Pues, la última opción es que hagas una denuncia —no quería llegar a tal punto.
—Mamá me odiaría si lo hago —y así la odie por lo que hizo, en el fondo la quiero como antes lo hacía.
—Quizás, debas ir y hablar bien con ellos dos —un nudo sucedió en mi garganta.
—¿Para qué? —pregunté— ¿Para qué ese tipo que es mi padre biológico y me defenestra en televisión y esa mujer tan mentirosa como ella misma me digan cosas horribles? —añadí— Pues, no —me respondí yo sola—. Ya no quiero llorar.
—Ni yo quiero que lo hagas —siempre tan dulce mi amigo—, pero no se quedará en paz, mayormente José.
—Sí, es cierto —hablé—, pero… ¿qué querrá?
—¿Dinero? —preguntó.
—No lo creo, José tiene una situación económica muy buena. Menor a la mía, pero buenísima.
—Tienes muchísimo dinero, ___________(tu nombre) —la herencia de mi padre, mi dinero y el dinero de Justin. Era mucho, pero no me importaba demasiado—. Él quiere más poder.
—¡Jason! —protesté— En todo caso yo debería quitarle dinero a él, no podrá sacarme dinero, es obvio.
—No tanto —me negó—. En realidad, ninguno puede quitarle dinero a ninguno.
—Pues, no sé qué haré.
—Quizás debas dejar que hagan las cosas como más deseen —habló—. Ninguno tiene derechos sobre el otro. Mucho menos él, que te dio en adopción.
—De forma ilegal —mis “padres” no tenían papeles de adopción.
—Jodidos —musitó Jason.

Volví a mi casa justo cuando el reloj marcaba las 03:00 p.m., entré y Justin estaba en la sala. Venía sola, Jason había quedado en la ciudad porque tenía negocios que hacer.

—Hola bebé —saludé dulcemente.
—Hola cariño —habló él sonriendo—, ¿qué tal todo?
—Excelente —pues, sí. Había decidido hacer como si no existían y seguir con mi gira y todo eso—. Jason vino hoy a casa y salimos a almorzar —le expliqué.
—¿Jason, tú viejo amigo? —yo asentí sonriendo.
—Él mismo —hablé—, ¿los niños? —pregunté notando esa ausencia.
—Mamá los dejó con ella, los traerá por la noche —me explicó—, quizás se quede a cenar.
—Genial —amaba la presencia de Pattie en la casa.
—¿Quieres hacer algo? —me propuso— Hoy estamos solos —sonrió divertido.
—Hay algo que deseo hacer hace ya unos días y aún no puedo —hablé sentándome a su lado.
—Quizás sea lo mismo que yo quiero —dijo acariciando mi mejilla y sonriendo.
—¿Y qué es lo que quieres tú? —le pregunté acomodándome en su pecho.
—Besarte como lo hacíamos cuando éramos adolescentes —sonreí algo apenada.
—Nada lo impide.
—Claro que no —sonreímos sonsamente.

Justin acortó los pocos milímetros que nos separaban y rozó sus labios contra los míos con dulzura. Amaba que lo hiciera. Un leve gemido de satisfacción inundó mi boca, Justin sonrió sobre mis labios y emboscó mi boca con la suya. Amaba que me besara, nunca me cansaría de ese hecho.

—Te amo —susurré separándonos con la respiración agitada.
—También te amo —me robó un pequeño beso.
—Estoy orgullosa de ti, lo sabes, ¿verdad?
—Sé todo sobre ti —sonseó—, y me encanta hacerlo, bonita.
—¡Oh, qué sonso, precioso! —solté una pequeña risa.
—Oye, cariño —habló dulcemente, yo lo miré fijo a los ojos, ¡qué hermosos y profundos ojos miel! Los amaba, totalmente—, hoy estaba pensando en algo.
—¿En qué?
—¿Cómo nos imaginas de viejos? —preguntó con curiosidad.
—Pues —sonreí—, viviendo aquí aún. Con muchos nietos, 4 o 5 hijos ya adultos, claro. Muchos caballos y perros, también algunos pollos, no sé por qué —Justin rió—. Con nuestra carrera como cantantes culminadas y quizás con muy pocos fans a comparación de hoy. Siendo una familia normal, honestamente.
—¡Qué linda! —acarició mi mejilla— Debo comentarte algo.
—Dime, ¿qué es? —pregunté ansiosa.
—Me ofrecieron el papel en una película —habló—, la trama es buena, pero debería bajarme de tú gira para ir a grabar.
—¿Qué? —pregunté alarmada— ¿Cómo es eso?
—Comenzaríamos a grabar en 2 meses —justo en medio de la gira.
—¿Aceptarás? —pregunté, en realidad esperaba un “no” como respuesta.
—No lo sé —dudó.
—¿Es porque te gusta, verdad? —pregunté, él asintió y yo sonreí levemente.
—En realidad es buena y me encantaría volver al cine —confesó—, pero no me animo a dejarte sola.
—Pues, si es por mí puedo subir a Verónica al tour —no me costaría nada si ella acepta. Aunque amaría que él estuviera los meses del tour conmigo.
—Linda… yo no quiero que estés mal —no podía esconderle nada a Justin.
—Lo lamento —me disculpé—, sé que quieres hacerlo, pero en realidad amaría que estés conmigo.
—Si tú me dices que no, no iré —no iba a decirle que no lo haga, por mucho que quería que se quede conmigo. No podía hacerlo, no podía cortar su felicidad.
—Es tú decisión, precioso. Tú decides si vas o no, no voy a dejarte u odiarte por lo que elijas y lo sabes —acaricié su mejilla, él sonrió suavemente, aunque sus ojos se veían algo culpables—. Te amo.
—Te amo a ti, porque eres grandiosa, mi amor —me sonrió y besó mi frente—. Eres la mujer más perfecta.
—Ya no me adules tanto —pedí intentando no imaginarme lejos de él tanto tiempo.


…4 meses después…



Desperté temprano en Paris, estábamos con la gira allí. Los niños dormían en la misma habitación que yo y aún estaban durmiendo. Entré al baño, me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=61581684&.locale=es. Esperaba que Justin, como todas las mañanas, me llamara. Lo extrañaba demasiado, ¡necesitaba verlo! Me recogí el cabello y me puse un poco de maquillaje, hoy tenía la conferencia de prensa en la ciudad del amor.

Luego de desayunar partimos hacia el teatro donde sería la conferencia de prensa, me extrañó demasiado que fueran las 10:00 a.m. y que Justin no llamara, en realidad era raro.

—Buenos días —saludó una mujer—. La conferencia de prensa se da por comienzo ahora mismo.
—Bonjour —saludó Alison—. Los periodistas preguntarán por orden de asiento, es decir del 1 al 50, dos preguntas cada uno. Muchas gracias.
—Bonjour —saludé simpáticamente. Aunque no estaba muy bien.
—Buenos días, ___________(tu nombre) —saludó la primer mujer que estaba por preguntarme—. Espero que estés bien, mi primer pregunta será, ¿cómo te sientes aquí en Paris?
—Pues, es mono —confesé—, porque puedo hablar mucho en francés y eso me encanta. Además me tratan demasiado bien y amo las fans francesas.
—¡Qué dulce! —comentó—, y la segunda pregunta será, ¿estás en contacto con Cody Simpson, tu ex-novio?
—No mucho, que digamos. Quizás cruzamos un par de palabras si nos cruzamos, pero no quiere decir que seamos los mejores amigos otra vez. Las cosas están bien, en cierto punto.
—Gracias —murmuró y se sentó. Le sonreí dulcemente.
—Bonjour —saludó un simpático muchacho.
—Bonjour —respondí ante su silencio.
—Bonito acento —todos rieron divertidos, incluso Alison—, ¿cómo están las cosas con Justin?
—Pues, las cosas con Justin están demasiado bien —aseguré—. Él está en Los Ángeles ahora, pero las cosas están muy bien.
—Lástima, esperaba invitarte a salir —reí algo incómoda—. Solo bromeaba, por último, ¿cómo estás de salud?
—Es raro que alguien pregunte eso —sonreí—, pero estoy bien. Muy bien y saludable, gracias.
—Hola —saludó otro muchacho, el tercero—. Es un gusto, ___________(tu nombre).
—El gusto es mío.
—Quiero preguntarte si ya trabajas en nueva música.
—Pues, yo trabajo en música constantemente —confesé introduciéndome en el tema—. En realidad, tengo muchísimos demos grabados que nadie más que mi productor y Justin conocen —reí levemente—. Pero no estoy planeando un nuevo álbum.
—¿No lo haces porque esperas ser mamá otra vez? —preguntó.
—A ser verdad, sí —confesé—. Espero ser mamá otra vez y no podría hacerlo si estoy pensando en música —él hizo un gesto de agradecimiento con la cabeza y se sentó.



La conferencia de prensa pasó bastante rápido, aunque en realidad nunca dejé de pensar en porqué Justin no se había molestado ni siquiera en mandar un mensaje. Ya estábamos en el restaurante a punto de almorzar.

—Mamá —habló Jess, la miré prestándole atención.
—Dime, mi amor.
—Extraño mucho a papá —confesó. Sonreí amargamente, también lo hacía.
—Lo veremos pronto, lo prometo princesa —eso quisiera. Aún faltaban dos meses.
—Mamá —esta vez fue Joe—, ¿por qué Alison no está aquí? —preguntó curiosamente.
—Ella está en el hotel, mi príncipe —le expliqué—, ¿por qué ese interés?
—Es que ella es hermosa —fruncí el ceño y me largué a reír luego.
—¡Joe! —protesté.
—Enserio digo, mamá —murmuró mi hijo—. Ella es bellísima.
—Mamá, ¿puedo tener novio? —me imaginé la cara de Justin si habría escuchado eso.
—¿Crees que puedes hacerlo a los 5? —le pregunté. Ella negó con la cabeza.
—Pues, no —sonrió traviesa—. Papá no quiere.
—¿Papá no quiere? —pregunté.
—No, no quiere —respondió ella—. Dice que estoy pequeña y que hasta que crezca él será mi único novio, pero no es así. Él es tú novio, bueno esposo —se corrigió. Joe rió.
—Papá es muy celoso —le recordé.
—Está bien —frunció el ceño—. Esperaré —yo solo intentaba no reír.
—¿Hoy tienes que cantar mamá? —me preguntó Joe.
—Sí, cariño —respondí.
—¡Genial! —exclamó mi niño— Amo ir a tus conciertos.
—Sí, luces tan linda siempre —sonreí enternecida ante el comentario de Jess. Mis hijos eran unos caramelos de dulces.
—¡Oww, pues ustedes son hermosos! —les informé.
—Mamá —habló Jess—, ¿qué quieres que sea cuando sea grande? —me preguntó.
—Lo que tú quieras ser —respondí astutamente.
—Yo quiero ser como tú —me informó.
—Y yo como el tío Ryan —habló Joe. Yo sonreí. Eran muy ingeniosos. Joe amaba a Ryan, porque él era divertido y siempre filmaba vídeos de mi hijo.
—Ustedes serán mejores que nosotros —les informé—. Ustedes deben querer ser mejores. Yo siempre los apoyaré en lo que quieran hacer —porque era lo mejor que una madre podía hacer.
—Mamá —habló Jess—, la tía Willow, ¿siempre tuvo el cabello así? —reí ante esa pregunta.
—La tía Willow ama ir a la peluquería, mi amor —le expliqué—. Ella siempre cambia los colores de su cabello.
—¿Algún día podré pintármelo de verde? —sonreí divertida.
—Pues, cuando seas grande —cedí a cierto punto.
—Quedarás fea, Jessica —era divertido verlos pelear, aunque no podía permitirlo. Siempre reíamos con Justin de eso, obviamente cuando los niños no nos veían.
—Tú eres feo, Joe —se defendió mi niña.
—Ya, no peleen —les exigí seria, aunque por dentro moría de risa.
—Hola bellezas —saludó una voz que no confundiría en ningún lado del mundo.





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Lamento que sea así de corto, es que en realidad me muero de sueño porque llegué a las 06:00 a.m. a mi casa de una fiesta y solo dormí dos horas! Jajaja, prometo que el próximo será más largo. Las amo :)



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— Poly—




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viernes, 19 de octubre de 2012

Capítulo 225°: "Yo puedo ayudarte".




Miré los ojos de mi esposa, los cuales estaban húmedos y cristalinos. Odiaba a ese tipo sin conocerlo, era un cretino y aprovechado.

—Eso haré —habló ella con firmeza—. No me verán caer, iré y diré toda la verdad.
—Pero… no sabes los problemas que ello te traerá, cariño —le recordé.
—El mundo debe regir por la verdad y la justicia, ¿qué clase de justicia y verdad será si dejo que me pisoteen a su antojo, Justin? Hundiré a ese tipo y a esa mujerzuela que tantos años me hizo decirle madre y hacerme creer que se merecía mi respeto. Ya no más dolor, me las van a pagar —estaba totalmente decidida, eso era claro de su parte. 
—La venganza no soluciona nada —le recordé. Aunque, sabía que era en vano hacerlo.
—Lo sé, por eso no daré venganza, solo diré las cosas que deba decir y ya —explicó. Y lo haré por medio de un blog.


Narra ___________(tu nombre):

Tomé mi notebook, tranquila mientras estaba en el despacho comencé a escribir.

“Estoy totalmente harta de toda esta farsa. Ya no quiero encender la televisión y oír que hablen sobre mí diciendo cosas que no son reales. Ese tal José Earles, sí es mi padre biológico. El hombre que se encargó de dar esperma para que yo esté aquí. Pero también es culpable de que yo nunca haya podido disfrutar de mi verdadera madre antes de que ella muriera. Fue él y mi querida “madre adoptiva”, ___________(tu mamá). Pero no estoy dispuesta a que irrumpan mi familia ahora.
Jess y Joe me hacen feliz y me hacen fuerte. Yo sí sé con quién estoy casada y sé que es la mejor persona del mundo porque me hace feliz y me contiene ante todas las situaciones que puedan hacerme mal. Él es lo que amo, él y mis hijos. No quiero más cosas en mi vida, no quiero más derrumbes. Por ello mismo no salgo a hablar con ese tal José, porque no quiero intentar hacer las cosas cambiar de rumbo, porque por el rumbo que van las cosas van bien.
Estoy dolida por tanta mentira, porque hubiese sido lindo que mi vida hubiera sido como debería. Aún así, agradezco todo a esa mujer que me mintió toda la vida (mi madre adoptiva) y a las personas que amo de mi familia (___________(tu papá), José y Michael).
Estoy agradecida con mis fans, estoy feliz de tener mi hermosa familia y quiero agradecer con mi vida a mis amigos. Sin embargo, quiero pedirles que no se preocupen. Estoy bien y soy fuerte. Ya no más caídas, ya no más lágrimas. Soy fuerte porque mis bebés necesitan que yo sea feliz y fuerte, como lo soy. Voy a seguir con la música y espero que en la gira mis fans puedan percibir todo el amor que les tengo.
Los amo y quiero que ustedes también se mantengan fuertes. No crean en las declaraciones de personas que no quieren el bien para mí. Yo soy sincera con ustedes, porque ustedes son parte de mí.
___________(tu nombre y apellido)”

Cerré la notebook luego de dejar el link del blog, el cual no habría hacía años, en mi Twitter.

—No iré a hablar con ella —me referí a ___________(tu mamá).
—Mejor, porque los paparazzis harían todo por hablar contigo —Justin tenía total razón.
—Sí —murmuré y lo miré a los ojos—. Necesito hacer algo, estoy bastante ofuscada y no quiero que los niños lo noten.
—¿No irías a montar con Joe? —cuestionó Justin recordando lo de ayer.
—Sí —afirmé—. En eso pensaba, lo buscaré enseguida. Pero… tú no podrás llevar a Jessica al cine —los paparazzis eran la causa.
—Sí, es cierto —habló algo enojado con la situación—. Pero ella querrá ir a toda costa.
—Hablaré con Jess —propuse. Sé que a él no le agradó la idea.
—No, mejor no —se negó—. Solo busca a Joe, yo iré de todos modos con Jess al cine, pero por la tarde —afirmó.
—Justin, es peligroso —le recordé. Él sonrió levemente.
—Descuida —me pidió—, sé cómo controlarlo.
—No puedo creer que en diez días estaré de gira —cambié drásticamente de tema.
—Sí, tampoco puedo creerlo —bromeó Justin sacándome la lengua. Reí, a pesar de todo y tener 25 años, casi 26, seguía siendo como lo era a las 18 conmigo. Amaba eso. Mi teléfono comenzó a sonar.
—Es Alison —hablé. Justin me hizo un gesto, como para que respondiera.

#Vía telefónica#
—¿Bueno? —respondí.
—¡___________(tu nombre)! —habló con algo de exasperación.
—¿Pasa algo, Ali? —pregunté confundida.
—¿Qué diablos ha sucedido? —preguntó— Leí lo de ese tal José Earles y tu post en Blogger.
—Ya lo solucioné, Ali —preferí decir—. Si él sigue molestando, pondré un abogado. Hacia él y hacia mi querida —nótese el sarcasmo—, madre.
—¡No intentes hacerlo! —me exigió— Tu madre no se merece eso.
—Es ella quién lo causó todo con ese tipo, Alison —contesté firme—. Estoy decidida y soy lo suficientemente mayor como para decidirlo.
—Está bien —era raro que no intentara hacerme entrar en razón, según ella—. Solo no metas a los niños en esto. Ellos no entenderán y en realidad, eso estará mal para ellos y su infancia.
—Lo sé, sé que ellos no deben saberlo y no deben estar en el medio de este lío —sería horrible para ellos—. Por eso mismo los aíslo de los problemas y más que nada de los paparazzis y José junto con ___________(tu mamá).
—¿Y ___________(tu papá)? —preguntó Alison curiosamente.
—Él no sabía nada de que yo era hija biológica de su mejor amigo desde la infancia. Él creía que José estaba muerto —resumí—. Está peleado con mi madre y quiere divorciarse, otra vez.
—¡Diablos! —farfulló mi managger—, otra vez un disturbio familiar.
—Sí, todo culpa de esa mujer —retomé mi teoría.
—¿Te quedarás allí? —preguntó.
—Sí, no iré a la ciudad hoy —Justin sí, con Jessica—. No quiero ver a nadie, mucho menos a los paparazzis. Además, ___________(tu mamá), está en la ciudad y no quiero verla.
—¿Vendrás mañana? —preguntó Alison. Debíamos ensayar para la gira.
—Sí —afirmé—. Intentaré llevar a los niños con Verónica. Ya que quieren ir al zoológico.
—¿No los llevas tú? —me preguntó.
—No —hablé. Aunque me encantaría hacerlo—. Quieren ir temprano, Justin debe ir a hacer unas cosas con Kenny y Scooter y yo debo ensayar. Así que no podré.
—Pero si quieres te vas antes —me ofreció.
—¿Cuánto tiempo es antes? —pregunté curiosamente. Ella largó una pequeña risilla.
—¿Qué dices de salir a las 03:00? —me ofreció dulcemente. Alison amaba a los niños y mis niños la amaban a ella. Hasta le decían tía.
—¡Genial! —hablé emocionada— De todos modos los llevaré al ensayo con Verónica —sí, Verónica casi siempre estaba con nosotros. Era como una nana rodante. Ella iba hacia donde nosotros y la queríamos mucho.
—Bien, si me invitan quizás vaya con ustedes —ofreció. Yo reí levemente.
—¡Claro que estás invitada! —hablé.
—Bien, iré ya que insistes —bromeó—. Debo cortar, te veo mañana, ¿ya?
—Va —acepté— Cuídate.
—Mándale saludos a Justin y los niños, adiós —saludó y colgó.
#Fin vía telefónica#.


…Al día siguiente…


Luego del ensayo me cambié en el baño del estudio así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=61335617&.locale=es, mientras los niños jugaban con Verónica esperando para ir al zoológico. Justin llegaría a casa a las 06:00. Así que teníamos casi 4 horas para regresar. Porque cenaríamos todos juntos a las 08:00 p.m.

—Tía —habló Jess a Alison mientras caminábamos en el parque—, ¿te gustan los monos?
—Me gustan los elefantes —respondió Alison.
—A mí los leones —aseguró mi hijo.
—¿A ti mami?
—A mí me gustan las jirafas, Jess.
—¿Y a ti, nana? —le preguntó Joe a Verónica.
—A mí me gustan también los leones y los tigres —aseguró.
—Quiero que papi esté aquí —habló Jess.
—Papá está trabajando, cariño —le recordé.
—¡Miren! —exclamó Alison— Es un oso.
—¡Un oso! —repitieron los niños emocionados.
—Vengan —indicó Verónica.
—Adelántense —les pedí mientras buscaba mi teléfono en el bolso, el cual estaba sonando.
—Te esperamos —dijo Alison caminando hacia el lugar de los ojos.

#Vía telefónica#
—¿Aló? —hablé.
—Antes de que cuelgues, necesito hablar contigo —no reconocí su voz.
—¿Quién eres? —pregunté extrañada.
—___________(tu nombre) —él era un hombre, estaba claro—, soy Cody.
—¿Cody Simpson? —pregunté anonadada.
—Sí —afirmó.
—¿Para qué llamas, Cody? —pregunté seria y cortante.
—Espera, no cortes —me pidió por segunda vez.
—Responde —exigí.
—Leí las noticias hoy sobre ti y tus problemas con José y __________(tu mamá).
—¿Y eso? —no tenía nada de especial.
—Necesito hablar personalmente contigo —me rogó.
—No, Simpson —me negué—. Quizás olvidas que no soporto verte más.
—Por favor —repitió—, por la amistad que tuvimos alguna vez.
—No es tan simple ahora, Cody —le recordé—. Tengo a mis niños y si Justin se entera me matará —aseguré. Él suspiró.
—Puedo ayudarte con el problema que tienes —lo notaba seguro de eso, pero… ¿cómo me ayudaría él?
—¿De qué hablas? ¿Qué sabes tú? —pregunté.
—Conozco a José —aseguró. Intenté no exaltarme, ¿cómo Cody conocía a ese tipo?
—¿Qué? —dije exaltada—, ¿cómo lo conoces, Cody?
—José era un productor de giras internacionales que llegaban a Chile —me explicó—. Quizás tú lo conoces desde allí —quizás sí—. Necesito hablar contigo personalmente, por favor ___________(tu nombre).
—¿Cuándo podemos hablar? —cedí sin dejar de ser seria con él.
—Cuando tú decidas. Pero avísale a Justin, no queremos problemas.
—Está bien —acepté—, ¿te parece desayunar mañana juntos a las 09:00? —le propuse.
—Estará bien por mí, ¿dónde lo haremos?
—Te avisaré cuando hable con Justin, ¿te parece? —pregunté.
—Ya, avísame. Sé que te será útil lo que sé de él —me habló.
—Bien, gracias Cody —murmuré.
—Gracias a ti, adiós.
#Fin vía telefónica#

Intentaba entender como había accedido y como hacer que Justin accediera a dejarme ir, debía lograrlo. Cody decía con seguridad que iba a ayudarme y quizás era así. A problemas grandes, soluciones desesperadas.


…Al día siguiente…


Desperté temprano, ansiosa por saber lo que Cody iba a decirme. Justin había accedido, aunque la idea no le emocionaba muchísimo. Tomé una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=61339569&.locale=es. Me arreglé el cabello y luego de saludar a los niños y Justin, quienes estaban todos dormidos, salí de casa.
Conduje hasta el restaurante donde desayunaría con Cody. El de estacionamiento aparcó mi auto y entré. En una de las mesas, estaba Cody esperando.

—Buenos días —hablé, él rápidamente al verme se puso de pie y me saludó extendiendo la mano.
—Hola —respondió—. Toma asiento, por favor.
—¿Cómo estás, Cody? —pregunté intentando ser formal. Intentando alejar de mi mente todos esos recuerdos horribles que venían a mi mente.
—Bien, ¿tú? —me preguntó.
—Bien —me digné a decir—. Pero… no considero estar aquí para hablar de esto.
—Sí, es cierto —murmuró—. Pero, primero pidamos el desayuno —en pocos minutos, lo hicimos.
—Ahora, dime, ¿de dónde conoces a José? —cuestioné curiosamente.
—Como te resumí ayer, él es productor de giras internacionales que llegan a Chile —era verdad, lo había dicho—, por ende cuando fui a ese país él produjo mi gira allí. Para entonces, ya estaba intentando saber sobre ti —eso me alteró.
—¿De cuánto tiempo hablas, Cody? —pregunté.
—No lo sé —murmuró pensativo—, quizás dos o tres años.
—Te preguntó sobre mí, ¿verdad? —Simpson asintió.
—Él sabía que había tenido algo contigo y preguntó sobre ti, sobre nosotros también. Pero me pareció extraño el hecho de que quisiera saber sobre tu familia —pues, jodido Cody si había hablado.
—Y tú de seguro respondías —Cody sonrió conformista.
—Solo lo que recordaba o sabía entonces, que no era mucho —habló—. Además, todo sobre ti y Justin o quienes estén en su entorno, está a un solo click en Internet, ¿por qué diablos intentaba conseguir la información conmigo?
—Quizás porque él sabía todo lo que había en Internet y necesitaba “nuevos datos” —enfaticé, Cody asintió considerando la idea.
—Puede que sí —aseguró—. Aún así, quería asesinarlo cuando dijo ante mí todo lo que dijo —arqueé una ceja.
—¿Qué dijo?
—Pues, ya te imaginas.
—No, no me imagino —por algo preguntaba qué dijo.
—Pues, defenestró tu imagen y dijo que no valías la pena —creo que se lo aconsejó, más bien—. Añadió varios insultos de una índole mayor a la de “perra” y prosiguió diciendo que Justin solo se acostaba contigo y ya.
—Cody… —pasé saliva—, ¿cómo es él?
—Idéntico a ti —respondió al instante—. Me refiero a lo físico. Tus ojos son iguales a los de él, tienen una bella sonrisa los dos y la nariz muy parecida. Solo que él es una persona que transmite oscuridad y tú una que transmite luz.
—Diablos —hablé con un nudo en la garganta.

¿Qué hubiese sido vivir con él y Sofía? ¿Qué habría sido de mí si entonces todo habría sido distinto? Sé que las personas nacemos con el destino escrito, o es lo que yo creo personalmente, pero algunas veces me pregunto por qué las cosas debieron ser tan duras para mí, ¿por qué yo nunca saqué fácil la ruleta de la buena suerte? ¿Por qué me pasé largos años llorando y luchando por ser fuerte y mantenerme en pie?
Estuve lejos muchas veces de entender lo que era felicidad, caí y estuve sola, intentando levantarme durante tanto tiempo sin ayuda de nadie. Entonces era cuando me preguntaba si mis padres —biológicos— habrían hecho algo por salvarme cuando estaba cayendo. Porque a ___________(tu mamá) no le importó y ___________(tu papá) siempre tuvo que lidiar con José y Michael. Entonces sigo pensando, ¿cómo habría sido si nunca me hubieran adoptado? Más bien, si nunca me habría aceptado ___________(tu mamá).

—Perdón que me entrometa —habló dulcemente Simpson—, pero… ¿en qué piensas tanto? Parece que llorarás —fregué mis ojos intentando disimular ese detalle.
—No quiero hacerlo —hablé mirando hacia arriba, no quería lágrimas, ¡no quería!—. Sin embargo, siempre me pregunto, ¿cómo habría sido todo si estaría con ellos ahora?
—No lo sé —respondió lo mismo que todo el mundo Cody—, pero te aseguro que no serías la mujer fuerte y valiente que eres ahora. Tampoco tendrías tu hermosa familia ni nada de lo que has conseguido.
—Nadie entenderá lo que se siente —me dije a mí misma en voz alta—, pero juro que nadie puede llegar a hacerme calmar el mar de odio, ira y tristeza que despierta en mí recordar tanto dolor. No puedo, simplemente, quiero bajar los brazos.
—¿Estás loca? —me preguntó Cody— Pues, no es eso lo que debes hacer. Jessica y Joe son pequeños y necesitan que tú los protejas, que tú seas su ángel de la guarda, ¿y cómo pasaría eso si tú no eres fuerte? —preguntó retóricamente.
—Ellos caerían —respondí cabizbaja y con voz apagada.
—Sabes, me equivoqué contigo —admitió luego de tantos años—. Fui cruel y luego me arrepentí, pero era tarde. Ya me odiabas. Aún así, siempre extrañé tenerte como amiga, ___________(tu nombre).
—Gracias, Cody —murmuré sonriendo levemente. Él no había cambiado en nada.

Luego de desayunar, tomé camino hacia casa nuevamente. Llevaba Born This Way (Álbum) en el stereo, amaba ese álbum de Gaga, creo que era el mejor. Eran las 11:00 a.m. cuando aparque en casa. Bajé y caminé hasta la entrada. Entré y dejé las cosas sobre la mesa del living. Había llegado el correo, miré las cartas, pero nada importante había allí. Me senté en el sillón. Quizás José buscaba algo que yo no sabía qué era. No podía dejar de pensar en eso y el porqué de su interés en mí después de 24 años.

—Señora —volteé a ver, era la ama de llaves, Soraya.
—Oh, dime Soraya —le pedí.
—El señor y los  niños han salido —me anticipó—, no regresarán hasta las 02:00 p.m.
—¿No le dijeron a dónde iban?
—No, señora —respondió—, ¿almorzará sola?
—Los esperaré —aseguré.
—Dijeron que no regresarían a almorzar.
—Oh, pues entonces sí —accedí. Justo el timbre sonó.
—Yo voy —me avisó corriendo hacia la entrada.
—¡No puedo creerlo! —exclamé al verlo allí, parado sonriendo justo frente a mí. Hacía años no lo veía y no esperaba que llegara así de la nada misma a casa.
—¡Estás preciosa! —él y sus cumplidos. Corrió hasta mí y me abrazó con fuerzas. Realmente había extrañado eso.
—No puedo creer que estés aquí, Jason —hablé una vez que me soltó.
—Pues, si yo no te visito tú no piensas hacerlo —protestó.
—¡No estabas en Los Ángeles! —saqué en cara—, ¿qué tal Brasil para los negocios? —pregunté mientras nos sentábamos.
—Nada mal —aseguró.
—Soraya, por favor —hablé. Ella llegó rápidamente—, ¿nos traes dos cafés?
—Enseguida, señora —habló—. Con permiso —se retiró.
—¿Cómo estás? —sé que Jason quería hablar de lo que pasaba.
—Pues, asustada y con tristeza —aseguré a modo de respuesta.
—Puedo ayudar y lo sabes —sí, Jason era abogado.
—Sí —afirmé—, pero aún no quiero ir a juicio —le expliqué—. Esperaré a que sigan, pues no estoy por esperar a que cometan alguna locura. Justin no quiere que haga juicio, pero no me quedaré quita si se sobrepasan.
—Pues, yo vengo a solucionarlo —sonrió amistosamente.
—¿Qué piensas hacer, Jason? —conocía todo de él y sabía que planeaba algo.
—…



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Hola chicas! Lamento la demora, hasta ayer recién llego de Cataratas del Iguazú. Extrañaba escribirles, pasó casi una semana de mi último post pero aquí estoy. Espero que les guste el capítulo de hoy y que estén bien. Yo estoy algo cansada del viaje pero feliz porque la pasé muy bonito.
Espero escribir lo antes posible, en realidad… no sigo muy bien que digamos, pero haré lo posible por escribir y subir antes del lunes. Las amo, besitos :) ¡Qué tengan lindo fin de semana! Feliz viernes.




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