miércoles, 28 de marzo de 2012

Capítulo 170°: "¿Ana? ¿Y esa?".




Luego de caminar un buen rato hasta el lago nos sentamos cerca del agua, donde la brisa era fresca y los mosquitos aún no aparecían. Eran las 05:00 p.m. y no pensábamos en movernos de allí, a menos que fuera muy urgente. Mis brazos contenían en su estrechamiento el cuerpo más hermoso y perfecto que alguna vez creí tener.

—Me gusta la casa —le informé. Sentí el leve sonido de sus labios dibujar una curva. Su curva más hermosa.
—Sabía que te gustaría —farfulló victoriosa de escuchar esas palabras salir de mis labios.
—Todo es natural aquí —dije admirando el paisaje.
—No creí que fuera tan fácil.
—¿Qué sea natural? —pregunté confundido. Ella meneó la cabeza negando mi suposición.
—Ser feliz —me explicó en dos palabras.
—¿Qué creías? —le pregunté. Las cosas no siempre deben ser difíciles para ser buenas, ¿saben eso, verdad?
—Creí que cuando conociera a la persona que me haría feliz mis pies temblarían, mis ojos desprenderían destellos. No lo sé. Creí que sería una especie de ángel diferente, muy diferente al resto —en cierto modo algo así era todo—. Y pues, para los demás nada es así. Aunque para mí sí.
—No soy una especie de ángel —le avisé divertido. Ella rió levemente.
—Pero eres diferente al resto, a todos.
—Me gusta oír eso —pensé en un susurro. Sentí su piel estremecerse.
—Después de casi 14 años, creía todo un fiasco. Pero entonces Justin Bieber apareció con su alocado peinado, hacía poco que lo había cambiado, alborotado y rubio. Su piel bronceada, sus ojos intensamente interesantes y miel a decirme que todo no era una mierda. Pero la rebelde sin causa de ___________(tu nombre) se negó a creer en la felicidad. Era mejor caer desmayada y terminar internada para darse cuenta de las cosas —su historia no fue fácil.
—Hay algo que nunca podré perdonarme —ella volteó su cabeza rápidamente. Apuesto a que pensó que la traicioné.
—¿Qué? —preguntó desesperada.
—Cuando tú estabas en rehabilitación —suspiré culpablemente—, yo no tuve los huevos como para mandarle una carta o llamarte. Fui un cobarde, nada más que eso. Tú era cuando más necesitabas de mí, que te apoye y te quiera, pero solamente me dediqué a mí y mi música —ya que otra cosa no pude hacer. Ella volvió a su vista anterior, apuesto a que sus ojos estarían llenos de lágrimas. Era un tema del que nunca habíamos hablado, pero sé que le dolía.
—Ya no importa —su voz era tenue, apagada. Creo que había tocado lo malo, lo débil.
—Lo lamento, no sabía que…
—Me duele mucho aún que no hayas estado allí para mí —afirmó algo dolida, quizás las lágrimas estaban mojando su mejilla. Odiaba ver los rastros de esas gotas en su cara—. Pero ya lo superé. Ya no soy una Ana.
—¿Ana? —pregunté confundido. Nunca entendí ese término y tan usado que es, me siento ignorante.
—Anoréxica —respondió.
—¿Eras anoréxica? —pregunté confundido. Creí que era anemia.
—Los médicos dieron a decir que era anemia, porque es más “curable” —por así decir—, que una anorexia casi crónica como pudieron curarla, todo murió allí. Pero… no es tan así. Aún me cuesta no darme un atracón y luego no pensar en dejar de comer durante meses —confesó sin mirarme. Era seguro que estaba llorando.
—Nunca me lo dijiste —me quejé. Yo podría ayudarla.
—Nadie lo sabía —farfulló y vi como sus manos se dirigían a su cara. Su voz estaba como cuando te resfrías.
—Son cosas que no deberías callar —quería verla a la cara.
—Son cosas que si todo mundo las sabe te vuelves débil, vulnerable —dijo ella corrigiendo mi idea—. Duele mirarte al espejo y que aunque te salten las costillas y seas solo piel, desees estar más y más flaca. Cuando el mundo sabe eso, solo logra mirarte con lástima. No quiero que me miren con lágrimas.
—Pero… tú estás bien —por favor, que diga que sí.
—Son épocas y épocas —afirmó—. Cuando perdí al bebé, seguramente habré estado en mis crisis —afirmó—. Aunque hace años que creo que no sufro una recaída.
—¿No confiabas en mí como para decírmelo? —pregunté. Me daba dolor, mucho dolor, saber que fue así. Que me ocultó esto durante años.
—No confiaba ni en mí misma para salir de esa enfermedad, Justin —farfulló ella y se volteó con la cara empapada en lágrimas.
—No quiero que caigas otra vez —nunca querría eso. Si ella cae, yo caigo.
—No voy a caer —aseguró—. Te tengo a ti, ¿verdad?
—Claro, mi amor —afirmé y deslicé mis manos por sus mejillas secando con mi dedo pulgar todo rastro que sus lágrimas dejaran en su piel.
—Ya, pero no quiero llorar más —afirmó tomando mis manos. Sonrió levemente, aún dentro de mí la desesperación latía vigente.
—Está bien —acepté, claramente. Ella besó fugazmente mis labios.
—Juguemos —me pidió. Sonreí y asentí—. Yo te digo tres cosas que me gustan de ti y luego tú me dices tres cosas que te gusten de mí —me propuso.
—Vale, comienza —le pedí algo arrogante. Ella se acomodó sentándose cómoda frente a mí.
—Me gustan tus ojos al sol. Se ven raros, pero sexys —comentó divertida—. Me gusta cuando usas el pantalón casi por los suelos —es exagerada—, se ve ardiente. Y amo tu sonrisa.
—Me gusta cuando dices “Bonjour” —comencé—, me gusta tu sonrisa y sus hoyuelos —a veces se le forman hoyuelos—. Amo ver tus dedos tocar acordes y piano. Amo tu voz al cantar. Cuando sonrojas. Me gustan tus piernas cuando llevas zapatillas —sonó raro. Pero se ven sexys. Ella rió divertida.
—¡Eran solo 3 cosas, Bieber! —se quejó. Yo me encogí de hombros.
—Vale, ahora… dime 3 cosas que no te gusten de mí —seguí el juego.
—Cuando te haces el arrogante —comenzó a regañarme—. Odio cuando pagas todo y no me dejas ayudar. Y odio tus celos excesivos —protestó—. Va ahora dime tú.
—Odio cuando dejas poco a imaginación de los demás —lo peor de todo—. Odio cuando no me robas besos. Y detesto que no dejes que Twittee una foto tuya todos los días —protesté.
—¡Sería loco! —se quejó— las Beliebers me odiarían.
—Ellas te aman —afirmó.
—Algunas sí, otras no —me corrigió.
—No puedes agradarle a todo el mundo —intenté conformar a mi novia.
—¡Pues, tus Beliebers son TODO el mundo! —enfatizó irónicamente y rió—. La Bieberfever nunca acaba, Just.
—Yo no hago nada —me libré de cargos. Ella rió.
—Tus fans son grandiosas —era raro. Ella las amaba también.
—Lo sé —sonreí—. Son las mejores fans del mundo.
—No hay duda —farfulló—. Pero sigamos jugando —me pidió ella—. Dime tu miedo más absurdo.
—Los gatos —respondí sin dudar un segundo de ello. Ella rió divertida—. Dímelo tú.
—Las ranas —dijo.
—¿Canción favorita? —pregunté dudoso de la que diría yo.
—Fly — Celine Dion —dijo ella sonriendo—, ¿la tuya?
—Don’t wanna miss a thing — Aerosmith —respondí. Nunca querría perderme nada de ella. Ni siquiera su respirar diario. Era indispensable para mí.
—Dime tu canción favorita para dedicarle a alguien —me pidió ella sonriendo.
—Up —sonreí. Sí, la canción era mía—, ¿la tuya?
—The reason — Hoobastank —respondió ella.
—Va, dedícame alguna canción —le pedí. Ella sonrió algo pensativa.
—The only exception de Paramore —me dijo algo enternecida. Esa canción era adorable.
—Yo te dedico Sin Miedo a Nada —sí, lo dije en español y creo que ella conoce bien la canción, ¿no?
—Adoro esa canción —farfulló. También me gusta. Es muy romántica—. Va, ¿qué prefieres? Besar a Ryan o correr desnudo por el programa de Ellen —era muy absurdo.
—Correr desnudo por el programa de Ellen —no besaría a Ryan ni en sueños—. Tú, ¿qué prefieres? Teñirte los mechones de tu cabello, todos de colores distintos o nadar en una playa nudista —sonaba sonso.
—Nadar en una playa nudista —respondió. La miré acusadoramente, con celos más que nada—. De noche, cuando nadie vea —se encogió de hombros.
—Haces trampa —inquirí. Ella rió.
—Nunca dijiste a qué hora —me sacó la lengua burlona—. Mucho menos si alguien debería verme.
—Tramposa —la acusé. Ella rió divertida.
—¿Qué prefieres? —preguntó— Volver con Selena o dejarme.
—Volver con Selena —respondí. Ella me miró con los ojos raros. Confundida, celosa, desilusionada—. Pues, volvería con ella pero tú seguirías siendo mi novia a escondidas. La engañaría contigo —ella rió divertida.
—No sería tu segunda —me avisó—. No te compartiría con ella.
—Luego soy yo el celoso —bromeé menos preciando sus celos.
—¡Bobo! —se quejó— Tampoco me compartirías con nadie —añadió inocentemente.
—NUNCA —enfaticé—. Con el único que te compartiría sería con John.
—¿John? —cuestionó confundida.
—Sí. John —afirmé.
—¿Y quién es él? —preguntó mi novia a la defensiva.
—Pues, no lo conoces aún. Pero algún día despertará en tu cama y te dirá: Hola mamá —sus ojos brillaron de ternura.
—¡Justin! —protestó divertida— ya creía yo que te habían raptado y dejaron un robot de repuesto —bromeó—. Te amo, sonso.
—Ya quisieras que fuera un robot —farfullé. Ella rió divertido.
—No sería tan bueno —afirmó ella mientras se quitaba los zapatos florales que traía hoy.
—¿Qué harás? —cuestioné. Ella sonrió moviendo sus dedos de los pies, con las uñas pintadas de rosa.
—Pues, debo enseñarte algo —afirmó mientras se ponía de pie sobre las tablas del pequeño puente, por así decir.

Tomó su I-phone y luego de escasos segundos de mi espera puso una melodía. Era algo pop, más de las que solía hacer. Bailable, algo hip-hop, era muy pegajosa.
—Les gouttes froides
Refroidissement mes épaules
La nuit crie
Est-ce le bonheur

Je crie
Pour tenir tout le monde
Je veux entendre votre voix
Dire que tout ira bien

Dites-moi vous n’irez pas
Ja vais sourire
Cela me voler mon coeur
Sous la lumière bleue
Je vais regarder ton visage
Il votre coeur
Il sera mon bonheur
Voler mon coeur

Mes yeux
Ils vous regardent loin
Le sort
Je pars avec vous aujourd’hui

Musique
Échos dans mes oreilles
Je veux entendre votre voix
Dire que tout ira bien

Dites-moi vous n’irez pas
Ja vais sourire
Cela me voler mon coeur
Sous la lumière bleue
Je vais regarder ton visage
Il votre coeur
Il sera mon bonheur
Voler mon coeur

Mientras cantaba sus pies descalzos se movían al ritmo de la canción. Ella al terminar me jaló poniéndome de pie.

—Estamos en Los Ángeles y somos lo suficientemente mayores como para divertirnos en una noche de California, ¿no crees? —su voz era agitada. Joder, estaba siendo muy sexy. Más de lo debido.
—¿A qué te refieres? —cuestioné alzando la ceja.
—La canción habla de una linda noche de antro, en la cual podemos divertirnos juntos, no sé qué dices —quería ir a un antro.
—Pues, iremos esta misma noche —afirmé.


…Noche del mismo día…


___________(tu nombre), bajó vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=46130890&.locale=es, su cabello alisado por más de su media espalda caía libre, sus pestañas rizadas, sus ojos delineados y sus labios brillosos. Estaba bellísima y muy natural. Yo traía un jeans azul, supras negras, una remera blanca y encima una camisa a cuadros rojos y negros mangas cortas. Conduje hasta el antro en centro de Hollywood —según Kenny era el mejor.

—Va, aquí es —le avisé entrando al aparcamiento privado. Era un edificio bien imponente, de unos 3 pisos.
—Joder, ¡qué lujo! —farfulló. Estábamos en el vip preferencial, solo van famosos allí. O gente muy importante.
—Lo sé —afirmé parando el motor del auto—. Kenny dijo que era el mejor de Hollywood.
—Va, bajemos —me propuso.

Bajamos del carro y entramos sin algún problema al antro. Por ser vip preferencial, ni entrada abonábamos. Subimos hasta el tercer piso y allí ___________(tu nombre) buscó dos licores de fresa. Dijo que eran buenos.

—Sabes a lo largo de mi corta vida, no he vivido las noches en antros o discotecas —confesó divertida mientras nos sentábamos en uno de los sillones blancos del fondo. Sonaba Call me maybe, algo pegajosa.
—Pues, no creas que yo sí —con mamá persiguiéndote, era bastante difícil.
—No debe ser tan bueno —añadió cruzándose de piernas. No sé si por conformarse o porque sí.
—¿Dices? —le pregunté. Ella rió algo sonsa y luego bebió un sorbo de la bebida.
—¿Te gustaría estar alcohólico todos los fines de semanas? —me preguntó. Yo negué con mi cabeza, entonces ella me conformó con una sonrisa encogiéndose de hombros.
—En realidad, no es tan bueno —después de todo no lo es.
—¡Tortolitos! —esa voz me era muy conocida. La conocía desde hace años.
—¡Butler! —farfullaron mis labios al verlo allí parado sonriendo frescamente. Su cabello levemente desparramado, sonrisa blanca en su rostro, remera coral y jeans negro, supras blancas. ___________(tu nombre) se puso de pie y lo abrazó cariñosamente. No, descuiden, no estaba nervioso.
—Hola, Ry-ri —saludó ella divertida. Él correspondió al abrazo.
—Hola, ___________(tu nombre) —saludó mi amigo—. Bro —me saludó sonriendo.
—¿Qué haces aquí? —pregunté, algo bastante obvio. Él se sentó frente a mí y a ___________(tu nombre).
—Cazar —respondió divertido, mientras jugaba bamboleando la copa que traía en mano—. Lo raro es verlos aquí a ustedes dos —afirmó.
—Llegamos hoy mismo —le recordé una de las causas por las cuales no veníamos.
—Nunca venían —añadió ceñudo.
—Era menor de edad —afirmó mi novia algo divertida. Creo que ya estaba ebria.
—¡El punto es…—suspiró— están aquí! —Ryan estaba muy divertido.
—Y… ¿estás solo? —preguntó ___________(tu nombre) algo curiosa e insinuativa de que era una situación rara. Ryan en un antro y sin chica.
—Pues, hace ratito llegué —punto de partida. Llevaba poco tiempo aquí— y para su información en un vip preferencial solo podría besarte a ti, pero tienes novio y eres mi amiga —básicamente, era imposible.
—Y te quedarías sin cabeza —añadí entre dientes. Ryan rió y me quedó viendo desconcertado.
—Crees que yo… —sé que se refería a que si creía que él era capaz de besarla.
—¡Justin! ¡Ryan! —protestó ___________(tu nombre).
—Ya, ya, linda —le sonreí. Ella devolvió el gesto.
—¿Han ido a ver a Cait y Chaz? —preguntó Ryan para luego beber un trago esperando la respuesta. Eso indicaban sus celestes ojos viéndonos inquisitivamente.
—No, aún no —respondimos al unísono. Él sonrió divertido.
—Su panza está enorme —comentó. Creo que a Ryan le enternecía ese hecho. Él siempre quiso a Caitlin, lo admita o no.
—La sigues queriendo —afirmó victoriosa de su deducción mi novia.
—Hay cosas que cambian, amiga —afirmó melancólico.
—¿Te gusta? —le cuestioné. Él se encogió de hombros estúpidamente.
—No hay vuelta atrás —se lamentó. Es un completo idiota, ¿verdad?—. Ella ahora está casada, yo… siempre seré el amigo solterón que todo hombre necesita —me sonrió amargamente.
—No, no —se negó ___________(tu nombre) interrumpiéndolo—. Mira, no te regañé por esconderme lo de Caitlin, porque antes de casi 1 año podría haberte ayudado. El problema es que después del próximo 14 de febrero —suspiró y sonrió actuando calma—, ¡no serás el amigo solterón que lleva a su mejor amigo de putas! ¿Vale? —Ryan rió divertido.
—¡No lo llevaré de putas! —dijo levantando las manos inocentemente.
—¡No iré de putas! —me defendí antes de que cancelara el casamiento. Ella rió divertida.
—Deberé ir de joda solo —avisó—. Es que todos mis amigos se casaron o irán a casarse —era verdad. Hasta hoy, solo quedábamos yo y él sin casarnos. Pero eso no sería por mucho. Estaba decidido a hacerlo en algunos meses.
—Pues, sí, sonso Butler —dijo burlona ella.
—Creo que ese licor te está afectando muy temprano —le avisó Ryan quitándole el vaso. Ella frunció el ceño.
—¡Sonso! —protestó ella quitándole el vaso.
—Son unos niños de Kínder —me quejé.
—Habló el señor universitario —se defendió Ryan con ironía.
—Psss… habló el señor director de cine —repliqué divertido—. Ryan, ¿dirigirás películas XXX? —pregunté. Él frunció en entrecejo e hizo un movimiento raro con su nariz. Fue raro.
—¡Idiota! —me insultó ante la risa de mi prometida.
—¿Dirigirás esas cosas? —preguntó ___________(tu nombre) ahogada en carcajadas.
—¡No! ¡Qué absurdo! —se quejó Ryan enfatizando. Era buen actor— Si querría ser director de películas pornográficas no habría estudiado —___________(tu nombre) y yo nos echamos a reír más aún.
—Te estás hundiendo, amigo —le avisé entre risas.
—El alcohol los está afectando —intentó acomodarla Butler. Pero… era en vano, no dejábamos de reír.
—Veremos qué dices de tanto sexo después del 14 —bromeó Ryan. Le proporcioné una mirada fulminante y las risas acabaron—. Bromeaba.
—¡Bobo! —farfulló mi prometida.
—¡Sonsa! —dijo él.
—Bobos los dos —me metí. Ellos me miraron algo raro.
—Colado —cacarraspeó Ryan. ___________(tu nombre) rió como sonsita.
—Colado tú —me defendí divertido.
—¿Bailan? —preguntó escuchando de fondo Stole my heart ella.

Nos levantamos de los sillones con las copas en mano aún y comenzamos a bailar al ritmo de la música. Luego de un rato, Ryan desapareció a besarse, o quizás algo más, con una rubia platinada de tacones enormes y, según él, exuberantes curvas. Peligrosas, como latinas. Comentarios específicos de Ryan. Con ___________(tu nombre), volvimos a nuestro asiento.

—Mañana deberemos ir a visitar a mi madre —afirmó ___________(tu nombre); era raro. Su madre estaba en Atlanta, hasta lo que yo sabía.
—Pero… ¿___________(tu mamá) no está en Atlanta? —pregunté confundido.
—No —negó ella—. Vino unos días a Los Ángeles porque debía hacer las cosas de la empresa.
—Pero… ¿no se había trasladado? —pregunté. Al menos era lo que yo sabía.
—No, Just —respondió sonriendo—. Está en eso.
—Olvidé comentarte algo —le afirmé.
—¿Qué es? —me preguntó ansiosa y sonriendo.
—Ya tengo lugar para nuestra luna de miel —respondí. Creo que iría a encantarle a dónde iríamos.




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Anónimo: ¡Hola! (: Sí, he escuchado Boyfriend, es tan sexy, tierna; ¡joder! Amo a Justin :$ jajaja. Un besito, gracias n_n
Ainelen: ¡Gracias linda! (: Besitos.
Marta: ¡Joder! Eres tan linda jiji, gracias por tu apoyo, cariño. Te quiero muchísimo belleza Española. Y… :| quieres pegarme virtualmente jajajjaa.
Camila y María: ¡Hola, hola! Escuché Boyfriend, sí. Es muy sexy jajaja. Respecto al favor, no puedo publicarla aquí :S, es que… ya no he publicado algunas novelas de otras lectoras y quedaría mal. Por ello mismo, la publicaré en Twitter (: Espero que no lo tomen a mal. Un besito, las quiero.
Lelyn: ¡Gracias por tus palabras linda! Me alegro que te guste jiji. Besos.
Sarahi: Hola (: Me encantó Boyfriend, es bellísima. Justin es perfecto, lo acabo de comprobar jaja. Gracias por decirme que soy una buena persona. Tú también pareces serlo. Un besito.
Carla: ¡Hola, hola! Bienvenida al blog, linda. Y… no tengas miedo, no como jaja. Ya no sufrirás tanto, jajaja. O quizás sí, esperando el siguiente ajajaja. Pues, dime lo que necesitas preguntar, te ayudaré con gusto. Un besito (:
Eloiise: Hola (: Sí, linda. La canción la escribí yo jaja. Pues, en nuestra mayoría las canciones son palabras que describen nuestros sentimientos, directa o indirectamente es una forma de decirle al mundo como nos sentimos. Una buena forma de descargarnos. El traje de patinaje, efectivamente, es de la otra nove. Un besito, te quiero.
Dahi: ¡Hola! Estoy muy bien, ¿tú? Pues… me alegro que puedas sentir lo que yo al escribir. Un besito, te quiero.
Vitha: ¡Hola! No importa, enserio. Entiendo lo del colegio, es agotador. Lo sé.
Sara: ¡Hola, hola! Pues, también veo a Justin muy lindo y perfecto, solo que detesto que se ciegue con Selena. Hay chicas mejores, él lo sabe. También amo a Patricia Lynn Mallette. Creo que es un ejemplo de vida para las jóvenes de ahora, ella luchó por su hijo. Es una enorme mujer. La amo (: por ser tan buena madre de Justin. ¡Me gusta saber que escribes! Muchas creen que es una sonsera. Y pues… sí. Escribía muy sonsa. Era un desastre jaja. Te quiero mucho (: Un besito, linda.
Katy Carrillo: ¡Un beso, linda!
Anónimo: Por favor, no mueras jajaja. Besos.




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Twitter Official de las Novelas: https://twitter.com/#!/NovePoli_Jb
Alguien a Quien Amar (Novela JB y tú): http://alguienaquienamarjbytu.blogspot.com/
Aprendiendo a Creer en el Amor (Novela JB y tú):http://aprendiendoacreerenelamor.blogspot.com/
 Tell Me A Lie  (Novela One Direction y tú):http://onedirectionytunovelas.blogspot.com/
Mi página en Facebook: http://www.facebook.com/pages/Loving-BieberJustin-Bieber/364664603547495 (tengo una novela allí, se llama: “Criminal Love”. Espero lean y le den like a la página).



Bien es todo por hoy, lindas chicas (: Las amo, gracias por todo.






—Poly—




P/D: FELIZ CUMPLEAÑOS LADY GAGAAAAAAAAA! (:
P/D 2: COMENTENN! 

lunes, 26 de marzo de 2012

Capítulo 169°: "Cerca de Hollywood".




—¿Qué haremos hoy? —preguntó cambiando de tema— Luego de almorzar tenemos la tarde libre.
—Podríamos ir de compras —propuse. Me refiero a llevar regalos y recuerdos ¿vale? No a ir de compras por ropa y zapatos.
—El centro comercial queda a dos cuadras —me afirmó.
—¿Iremos?
—Sí —sonrió ampliamente—. Debemos comprar regalos —añadió.
—Comprar regalos —farfullé divertida—. ¿A quiénes?
—Jazzy, Jaxon, papá, mamá, mis suegros, mi futura cuñada, en fin, a mis conocidos —resumió chocando sus palabras.
—¡Estás loco, Bieber! —reí divertida. Él también me siguió la acción.
—Por ti —me afirmó.
—¡Sonso!
—Sonsa
—Lindo
—Preciosa
—No se vale —me quejé frunciendo el entrecejo—. Tú debías decir “linda”, bobo —él me sonrió.
—No puedo decirte linda, cuando eres preciosa —me corrigió la idea.
—¡Mfffffff! Ya quisiera yo —dije divertida. Él suspiró agobiado.
—Sí eres linda, sonsa —me afirmó.
—Just —lo hablé pasando saliva y jugando con una de sus manos—, ¿qué sucederá si todo no es como lo planeamos? —me referí al futuro.
—No estás segura de casarnos, ¿verdad? —preguntó algo decepcionado.
—¿Qué? —pregunté algo exasperada.
—Estás dudando de que todo vaya a ser como lo planeamos, dudar es no estar seguro de algo —me explicó. Sus ojos se veían caídos ahora, no quería eso.
—No, Just —me negué—, no es eso. Es que… mira, por ejemplo papá y mamá estaban seguros, pero terminaron separándose para luego regresar otra vez —algo bastante tedioso y complicado.
—No será así, reina —me avisó él—. Si hay amor, lo demás puede ser todo bueno y eso tú lo sabes.


(Vuelo hacia Santiago de Chile)
Narra Cody:


—Selena —la hablé. Ella volteó rápidamente. Se preguntarán qué diablos hago aquí en el avión con ella. Pero es que estamos juntos en la gira.
—Dime —me pidió sin dejar de sonreír.
—Estuvo mal acosar así a ___________(tu nombre) anoche —aseguré. Su cara se tensó totalmente. Al fin y al cabo no sé qué era lo que ella esperaba.
—¿Vas a defenderla? —preguntó el novio de Selena, Billy.
—No —me negué—. Pero ella sufría de Bullying. Sería malo que volviera a hacerlo —quizás sí la defendía. No podía negarlo. La seguía queriendo.
—Cody —me habló Selena, la miré atentamente. Sus ojos oscuros se veían atormentados—, ¿qué diablos tiene ella que todos mueren al verla? —preguntó.
—No lo sé, pero no es tan así —respondió antes que yo Billy. Selena lo miró algo raro.
—¿Sigues enamorada de Justin? —era una pregunta astuta. Sus ojos se enfurecieron aún más y su mueca de burlismo cambió por una de pánico y odio a la vez.
—¿Qué dices? —Billy estaba colmándome la paciencia.
—No —se negó rotundamente Selena—. Me da rabia que esa perra quiera pasarme por encima.
—Ella ni siquiera sabe de tu existencia si tú no la atosigas —le recordé. En realidad, no creo que ___________(tu nombre) se la pase con Justin prendida de las noticias viendo si Selena cambió o no de novio.
—Eso crees tú, Simpson —me informó ella. Decidí sentarme frente a ellos y así lo hice. Selena se cruzó de piernas como para darme un sermón—. Mira, tú lo dices porque aún te atrae ella, pero debes quitarte esa idea de volver de la cabeza, pues ella está por casarse con Justin.
—¿Qué? —dijimos a unísono con Billy. Nos miramos incómodos, Selena nos miró con sus ojos severos y su entrecejo fruncido.
—Sí, par de babosos —afirmó—. Es así. Se están por casar y ninguno de nosotros podrá impedirlo —quizás no era lo que yo quería impedir la boda—. No podemos hacer nada.
—Pues dícetelo tú misma —le aconsejé.
—No estoy impidiendo que se casen —sus planes eran un fracaso en general—. Es que estoy tomando venganza. Ella solo ignora mis insultos y hace unos días en Londres me dijo cosas que nadie en mi vida me dijo y sabes… descubrí que la chica es una idiota —su sonrisa se veía tan cínica.
—Tanto no —aseguró Billy—. Ha inventado hasta una enfermedad como la anemia crónica para entrar a rehabilitación y tener más prensa —eso sí que no era así. Yo viví eso con ella y en realidad, esa fue su época más dura.
—¡No es así! —la defendí a casi ojos cerrados—. Ella enserio sufrió esa enfermedad y es propensa a caer en cualquier momento otra vez —Selena estaba enfureciendo conmigo.
—La defiendes como si fuera tu puta —aseguró Selena—. Y lo peor es que no es tu puta y mucho menos la puta de Justin. Él la ama tanto que sería incapaz de besar la mejilla de otra mujer por respeto a ella —sonaba a odio y envidia pura.
—Deberías replantearte porqué sigues persiguiendo eso —le propuso su novio con algo de celos.
—Billy, yo ahora estoy contigo —le recordó Selena.
—Pensando en Bieber —farfulló Billy.
—No.
—Deberías saber Selena que ese Justin no triunfará más, después de tanta buena racha la mala llega —aseguró como si hizo algún tipo de brujería y sabría que Justin caerá pronto.
—Jódete —le pedí—. Es que no saben aceptar cuando pierden —añadí.
—¿Eh?
—Tú Billy sigues enamorado de ___________(tu nombre) desde hace años, no la superas y odias a Bieber, no por su fama, si no porque él sí enamoró a ___________(tu nombre) —sus ojos me odiaron por escasos segundos, pero luego me dieron la razón—. Y tú Selena, también sigues enamorada de él. Así lo niegues, haces todo esto para volver a tenerlo, pero es en vano —aseguré—. Todo lo que hacen les sale al revés. Su amor es mucho más fuerte que su odio hacia ellos.
—Estás defendiendo algo que a ti también te duele, Cody —me recordó Selena algo vulnerable.
—Sí, Selena —afirmé. Los ojos de Billy me miraron con ira, recelos, odio—. Duele, me duele pero no por ello voy a cagarles la vida, ¿vale?
—¡No! Me vale madre —gritó ella exasperada; ¿a caso no recuerda que su novio está al lado?—. A mí no me importan sus vidas. Solo quiero verla sufrir.
—Pues, eres una egoísta —aseguré—. Porque deberías dejar que Justin sea feliz.
—Y tú deberías cerrar la boca, estúpido —me insultó el novio farandulero de la morena.
—¡Va, tío! Insultarme no hará que ella vuelva a ti, ¿lo sabes? —sus ojos me odiaban. Pero no le tenía miedo, pfff.
—Pues, lo sé. Pero sí puede hacer que te rompa la cara —me insultó otra vez. Sus amenazas eran estúpidas.
—Miren, idiotas —nos interrumpió Selena—, insultándose no eran una mierda —avisó.
—Pues, lo sé —habló Billy—. Pero le romperé la cara por idiota. Él se rindió, pero no yo —éstos chicos eran idiotas, ¿verdad? Están de novios pero hasta por poco, se odien.
—¿Volverías con esa perra? —los ojos de Billy se inundaron de lujuria. Éste chico era un psicópata.
—Solo por orgullo —farfulló Billy. Éstos dos estaban completamente locos y… por desgracia, estaban enloqueciéndome también.


(Sao Paulo — Brasil) (Hotel ___________(nombre de algún hotel))
Narra Justin:


Me extrañó que ___________(tu nombre) pensara eso, por un lado me hizo creer que estaba insegura de lo que haríamos. Sé que somos jóvenes, que todo mundo creerá que seremos de esas parejas que se divorcian a los pocos días de casados y luego pelean por la custodia de uno o dos bebés. Pero para mí ella es más que solo sexo, como todo mundo cree. Yo no quiero presumir, como muchos, que me acosté con ella; porque la amo. Y me acosté con ella por amor, no por alardeo.
Yo sí creo que todo irá bien entre nosotros.

—Justin —sus ojos se veían algo culpables—, no quiero que creas que pregunté por desconfianza, ¿vale?
—Está bien —accedí a introducirme ese pensamiento—. Pero tú deberás tener fe en que seremos muy felices —le propuse. Su sonrisa se hizo presente rápida y hermosa.
—Seremos los más felices del mundo —afirmó. Sonreí complacido. Era lo que quería escuchar.
—Oye —la hablé, ella me sonrió—, con todo lo de la gira deberás perder un trimestre de la universidad —le recordé.
—Pues, —suspiró levemente—, es así.
—¿Te subirás? —cuestioné directamente.
—Debo subirme —farfulló—. No sé si con los chicos o sola, pero debo hacerlo —afirmó.
—Lo sé. Hace al menos 1 año que no vas de gira —farfullé— y Alison querrá que te subas, pero ¿qué harás con los estudios? —le pregunté.
—Pensaba dejarlos —farfulló—. Desde que entré a la universidad me desconecté mucho de mis fans, de las fundaciones, de la música en sí.
—Quizás te has abocado mucho a mí y Anya —era lo que percibía. Desde nuestra mudanza hacia Londres, la relación se fortaleció y prevaleció mucho tiempo con Anya.
—No es eso —se negó ella y se acomodó en el sillón para proseguir—. Es que antes de entrar en la universidad tenía más contacto con mis fans y no podía vivir sin mi guitarra cerca —añadió. Era muy cierto—. Ahora ni siquiera sé donde está la hermosa Melody —su guitarra.
—Lo sé. Noté ese cambio, amor —afirmé acariciando su mano. Ella me provocaba tanta ternura. Era imposible no ser romántico a su lado.
—No quiero ser de esas famosas que ni siquiera saludan a sus fans —me informó. Ella nunca sería así, porque no puede. Ella no es así y no lo será, lo aseguro.
—No lo eres, no lo vas a ser —lo aseguré—. Sabes que amas a tus fans y ellos también lo saben.
—Just —habló y pasó saliva, me miró algo ansiosa. Sus ojos eran perfectos. Simétricos, cafés, pestañas pesadas y rizadas levemente pintadas, eran bellísimos. Tenían algunas rayas miel en medio, eran atrapantes.
—Dime, mi amor —le pedí.
—¿Si nos mudamos otra vez a Los Ángeles? —me tomó por sorpresa que me preguntara eso. Eso significaba que dejaría los estudios.
—¿Hablas enserio? —le pregunté. Ella me miró algo arrepentida, como si habría cometido un error—, ¿vas a dejar la universidad?
—Anya tiene a Christian ahora, vamos a casarnos en algunos meses y seguramente querremos tener un hijo o hija —se encogió de hombros.
—Pues, sí amor. Si quieres que nos mudemos, nos mudaremos —afirmé. Lo malo de Los Ángeles es que ella tiene su casa y yo la mía. No viviremos juntos como aquí.
—Pues, eso es genial, porque te tengo una sorpresa —¿qué? ¿Qué sorpresa?
—¿Qué sorpresa? —pregunté extrañado. No tenía nada de esto agendado.
—Pues, en Los Ángeles vivíamos por separado, pero… si vamos a casarnos no seguirá así, ¿verdad? —si es lo que me imagino, ¡se pasó! Yo debía ser quien hiciera eso—. Pues, compré una casa en un Country privado de la ciudad a las afueras de Los Ángeles, cerca de Hollywood.
—¡___________(tu nombre)! —me quejé. Ella sonrió levemente, algo desesperanzada, quizás creyó que odiaba la idea—. Yo debía ser el encargado de comprar la casa.
—Pues, no —se negó—. La casa es enorme y ya es nuestra —me avisó.
—¡Debía ser yo! —protesté. Ella besó mis labios fugazmente, entonces solo atiné a sonreírle.
—Va, mira, podemos ir cuando dispongas —me avisó—. Solo debo avisarle a Alison.
—Y yo a Scooter —le afirmé—. Pero quizás en 3 días ya podamos irnos.


…2 días después…


Hoy teníamos que tomar el vuelo hacia Los Ángeles solo con nuestras maletas. ___________(tu nombre) vestía así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=46082479&.locale=es, y yo ya me había cambiado por un jeans negro, una remera musculosa blanca y unas vans azules. Con ayuda de Kenny, quién viajaría con nosotros y Rob, cargamos las maletas. Al llegar al aeropuerto hicimos Check-in y todo lo debido para luego abordar a las 10:00 a.m. En el viaje hablamos de cómo sería su gira con One Direction, ya que todo se dio y se subirían juntos dentro de un mes para recorrer toda América. Entre tanta charla, habíamos aterrizado en el aeropuerto de Los Ángeles. El aire era bastante pesado, hacía calor y había mucho sol.

—Si hay algo que extrañaré, será el viento inglés —farfulló divertida mientras jalaba su última maleta hacia el auto.
—Has vuelto con 10 maletas más de las que llevaste —le informé divertido mientras abría la puerta de la camioneta para que subiera.
—No es mi culpa que vivas regalándome ropa —se quejó ceñuda. Reí divertido.
—Pues, va. Ya no me quejaré —dije divertido. Ella sonrió levemente.
—¿A dónde los llevo, tortolitos? —cuestionó Kenny irrumpiendo nuestra charla.
—No lo sé —me encogí de hombros al no saber la dirección.
—___________(dirección) —respondió ___________(tu nombre)—. La casa va a encantarles.
—Ya sabes lo que opino al respecto —farfullé resentido. Kenny largó una pequeña risotada.
—Eres un machista —se quejó ella mientras mi guardaespaldas hundido en risas comenzó a manejar.
—¡No! —me quejé— es que yo debía encargarme de eso.
—Según leí tu nueva casa está valorada en 15.000.000 de euros —afirmó mi guardaespaldas. Miré a ___________(tu nombre) quien sonreía apenada.
—¿Has pagado todo eso? —pregunté exasperado. Ella rió.
—Tú has gastado mucho en todos tus regalos —me avisó ella—. Sabes que me da igual el dinero —me recordó. Suspiré algo frustrado. Odiaba que ella pagara las cosas y no sé porqué.
—La dirección es en Hollywood —sonó algo a una duda de Kenny.
—Sí —respondió mi prometida—. Es en la entrada, deberás doblar a la derecha para entrar al barrio privado —le avisó.
—Cada que tenga que buscarlos será una odisea —dijo divertido.
—Deberás entrar bien lejos por toda una arboleda, casi un bosque —¡joder! La casa sería NeverLand.
—¿Le has comprado la casa a Michael Jackson? —pregunté divertido. Ella rió y me miró acusadora.
—No —se negó—. Es nuestra, y está mona.
—Sigo quejándome de…
—¡Ya, calla! —me exigió ella descifrando que me quejaría de que haya comprado ella la casa.
—Pues, deberás soportar esto hasta que Bieber se centre en otra cosa o bien te devuelva el dinero —quizás podría usar la segunda idea de Kenny.
—¡Sería absurdo! —me miró inquisitivamente ella, como si escuchara mis pensamientos y sabría que iría a darle el dinero.
—No para Bieber —fruncí el ceño y miré por el retrovisor a Kenny, quién mostró sus blancos dientes con inocencia.
—Mejor te callas, grandulón —propuse. Él rió otra vez.
—¡Que ni se te ocurra, Justin Drew Bieber Mallette! —___________(tu nombre), ya se parecía a mamá.
—Está bien, clon de Patricia Lynn Mallette —ella rió divertida ante mi sumisa voz.

Luego de casi una hora de viaje, mi trasero ya se comenzaba a acalambrar y el golpeteo de las uñas de ___________(tu nombre) sobre su teléfono era señal de sus nervios. Hasta que llegamos a una reja automática que al instante se abrió. Supongo que por la placa de patente, ___________(tu nombre) sonrió victoriosa. Seguramente es aquí. No se veían más que árboles, grandes y robustos. Muy verdes. El olor a pino invadió el automóvil y el viento comenzó a soplar revolviendo nuestros cabellos, la brisa era fresca, perfecta. Como si habría un lago cerca. El camino se cerraba a lo lejos con flores y más árboles, estaríamos a kilómetros de la sociedad, reí mentalmente ante mi sonsa idea.

—¿A dónde vamos? —pregunté.
—Unos 10 kilómetros delante está la casa —me respondió ___________(tu nombre) sonriéndome.
—¿Todo esto es nuestro? —pregunté.
—Nuestro —afirmó ella. Joder, teníamos un bosque propio.

Unos minutos después una fachada enorme de una mansión casi de las de películas se apareció. Por poco pensaría que tiene 3 pisos, unos 5 escalones dirigen a una blanca y grande puerta de entrada estacionada bajo un pequeño techo. Grandes ventanales que de adentro debe verse todo me hizo sonreír ansioso de ver las estrellas desde allí. Estaba rodeada de arbustos perfectamente podados. Tenía algunas bancas blancas, flores, faroles y de fondo se veían las copas de algunos pinos en el jardín. Era hermosa.



Bajamos y entramos a un recibidor que era lujo puro. El piso estaba encerado, era brilloso y podías verte en él si deseabas. Dos grandes escaleras se imponían adelante y un piano daba lugar a una sonrisa en el fondo.



Caminamos obnubilados y antes del piano una puerta hacía lugar hacia la sala. Tenía dos sillones enormes y uno individual, una mesa de vidrio en medio con algunos adornos, un plasma enorme sobre una chimenea, un lugar muy acogedor.



Un pequeño pasillo de unos dos o tres metros dirigía al comedor.  Allí una mesa de madera con 6 sillas estaba ubicada bajo una hermosa araña, era perfecta. Vidrios colgando dispersamente me hicieron fugazmente pensar en el cabello de una de las hermanas legendarias, más bien en Medusa.



A unos pasos, una puerta corrediza nos dirigió hasta la cocina. Predominando en ella la mera, me hizo sentirme familiarizado en una cabaña. En medio tenía una mesada y estaba repleta de puertas y más puertas. Grande y espaciosa. Perfecta para cocinar en grande.



Una escalera que encontramos en la cocina nos hizo subir, allí arriba salimos en la biblioteca, tenía unas ventanas vidriadas enormes. Se veía una gran variedad de árboles y él camino desde allí. Tenía dos paredes repleta de estantes y libros. Creo que era la colección de libros de la que alguna vez ____________(tu nombre) me dijo que su padre le había regalado.



Volteamos y un pasillo nos llevó hasta una puerta blanca a lo último, entramos y había una enorme cama en medio, dos sillones camas en una esquina, un gran ventanal delante de de la cama, muy bello, mesas de noche, piso de madera, combinación entre blanco y verde aceituna. Muy bello.



El baño, era enorme, tenía bañadera, ducha, espejos, estantes y hasta un plasma ronda frente a la bañera. Una puerta de allí mismo dirige a un enorme cambiador, creo que hasta nos sobraría espacio allí dentro.



Volvimos a bajar por las escaleras del recibidor y al salir divisamos un camino de tierra. Había una pequeña cabaña de madera, flores, árboles.



Comenzamos a caminar y luego de un rato de ir boquiabiertos de tanta naturaleza llegamos a un pequeño lago.






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Chicas, luego les contesto los comentarios. Estoy con pisa. Las amo (:


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Alguien a Quien Amar (Novela JB y tú): http://alguienaquienamarjbytu.blogspot.com/
Aprendiendo a Creer en el Amor (Novela JB y tú):http://aprendiendoacreerenelamor.blogspot.com/
 Tell Me A Lie  (Novela One Direction y tú):http://onedirectionytunovelas.blogspot.com/
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—Poly—



P/D: COMENTENN!

viernes, 23 de marzo de 2012

Capítulo 168°: "Nunca habrá nadie mejor que tú, tenlo claro".




—Viniste —masculló la voz de Selena.
—Hola —saludé con desconfianza. Su mirada se veía algo fea.
—Te has arreglado con Justin —farfulló.—Sí —afirmé.
—Selena —habló Cody—, ¿qué haces con las feas? —joder, lo odiaba.
—Debo irme —dijo ella. Entonces apareció Billy, de no sé dónde; ¿qué hacía él aquí?
—Adiós, Selly —dijeron ellos.
—¿Qué te sucedió? —preguntó Billy tomando un mechón de mi cabello—, ¿a caso Bieber no sabe que debes cuidarte el cabello?
—Suéltame —le pedí y le quité la mano de mi cabello.
—Estás fea —farfulló Simpson.
—Y tú estás idiota —me defendí poniéndome de pie. Pero… era en vano, no había nadie y si ellos querrían hacerme algo, eran dos contra uno. Ganarían.
—Estás gorda. Tienes sobre peso —esas palabras dichas por Billy daban vuelta en mi cabeza. Odiaba que se metan con mis problemas alimenticios. A veces era difícil para mí mantener mi peso y quizás sí, tenía uno o dos kilos de más. Pero eso no me interesaba—. Perderás fans, porque eres obesa —las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.
—Todo mundo te dejará, porque eres horrible, ___________(tu nombre) —masculló Cody. Las lágrimas salían más y más.
—¿Qué diablos sucede aquí? —preguntó Justin llegando donde yo estaba. Mis lágrimas caían desesperadas, los dos muchachos se miraron cómplices.
—Just —suspiré aliviada y él se paró a mi lado. Sentía su corazón latir cerca de mí, me daba seguridad.
—Estás ciego, Biebercito —dijo Billy—. Tu novia es horrible.
—Tú eres horrible, Billy —respondió mi novio poniéndose frente mío. Marcando territorio—. Tú eres aquí el que golpea a las mujeres.
—Mírala —se entrometió Simpson—, es fea y gorda —odiaba el Bullying. Era lo peor del mundo.
—Vámonos —me dijo Justin acordándose de mis lágrimas. Me jaló entre los dos tipos quienes reían descaradamente. Creo que Justin no había cantado.

Salimos del estadio por una salida de seguridad, yo no dejaba de llorar. Justin me abrazó y tomamos un taxi para regresar al hotel.

—¿Por qué lloras, amor? —preguntó Justin preocupado—, ¿qué sucedió allí?
—Me dijeron que era gorda, que estaba obesa y nadie me querría. Que era fea —confesé llorando en su hombro. Justin acarició mi espalda algo acongojado también.
—Pues, ellos están ciegos si creen eso —masculló secando mis lágrimas. Elevé mi vista y sus ojos estaban tristes—. ___________(tu nombre), ¿sabes algo? Yo sé que la belleza existe en el corazón. Si tu corazón es bello, tú eres bella. Allí fuera, hay muchas chicas muy hermosas, pero… a veces son solo una cara bonita —no entendía con exactitud a qué se refería—. Tú eres hermosa, eres la mujer más bella que alguna vez conocí. Eres bondadosa, simpática y… físicamente, muy apuesta.
—Justin —farfullé. Él enmarcó mi rostro entre sus manos—. No quiero sufrir más Bullying.
—Yo también sufría Bullying y sé lo doloroso que es —me aseguró. Sus ojos miel me hacían flotar—. Pero, yo no permitiré que tú sufras.
—Justin, solo arruiné estas vacaciones —me lamenté. Él sonrió levemente.
—¿Eso crees? —preguntó—, podemos quedarnos una semana más y pasarla bien.
—¿Podemos? —quizás teníamos trabajo, bueno yo no. Quizás él sí.
—Claro que podemos —me aseguró—. Hablaré con Scooter mañana mismo.
—Te amo, Justin —sonreí levemente mientras él secaba mis lágrimas.
—También te amo, mi amor —me aseguró—. Y lamento todo lo que sucedió.
—También lo lamento —le informé.

Él se acercó lentamente hasta besar mis labios. Era dulce, suave. Era perfecto.

Al día siguiente desperté temprano. Justin dormía plácidamente. Me levanté, me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=45805660&.locale=es. Al salir del baño me pareció raro que Justin estuviera levantado. Me dirigí a la cocina y él estaba sentado en una de las sillas con solo sus bóxers puestos, hacía frío aún así se resistía a vestir normalmente, viendo su teléfono.

—Hola amor —saludé.
—Hola linda —la sonrisa en su rostro era más que notable.
—¿Cómo estás? —pregunté. Más que anda mi curiosidad era sobre su sonrisa.
—Hablé con Scooter —me informó sin responder mi pregunta—. Podemos quedarnos una semana más.
—¡Genial! —exclamé—, ahora ve a cambiarte, te resfriarás —le informé.
—Está lloviendo —me informó él evadiéndome.
—¿Qué haremos? —le pregunté entonces.
—No lo sé —respondió—, quizás ir a surfear o tomar sol —bromeó.
—¡Sonso! —me quejé entre risas.
—No lo sé, ¿quieres bajar a desayunar? —me preguntó Justin divertido.
—Vale, pero cámbiate —repetí. Él se levantó y besó mis labios para luego irse.

Me senté en una de las sillas de la mesa a mirar Twitter. Miré las primeras menciones que aparecieron y una me llamó la atención decía:
@___________(tn), Stacy necesita de ti. #PrayForStacy.

Stacy, ¿Stacy? Una niña en el orfanato se llamaba Stacy. Tomé mi teléfono y mágicamente después de 3 años el número de Stella seguía allí. Yo seguía colaborando con esos chicos, solo que desde lejos ya que desde Londres es algo difícil ir a verlos como antes lo hacía. Pero seguía ayudándolos con todo lo que podía.
Sonó y sonó, pero nadie respondió a mi llamado. Así que desistí ya que Justin entró a la cocina con el cabello húmedo, un jean gris oscuro, supras rojas, buzo negro y chaqueta roja. Me sonrió y yo me puse de pie.

—Bajamos —me dijo él.
—Sí, vamos.

Tomamos las escaleras, la claustrofobia de Justin impedía que tomáramos ascensor y no lo secuestraría en uno para que se me desmayara ahí mismo. No sería bueno, no quería eso. Al llegar al restaurante estábamos solos, no había nadie. Así que nos sentamos en una de las mesas.

—¿Tu padre se fue? —me preguntó Justin sacándome de mis pensamientos mientras meneaba en café.
—Sí —respondí—, ayer —añadí.
—¿Pasa algo? —preguntó— te noto distraída —imposible esconder algún sentimiento.
—Hace unos minutos leí un Tweet —comencé a contarle, él soltó la cuchara que se azotaba a penas cada que revolvía el café y pegaba en la porcelana—, decía: “PrayForStacy” o algo así —no recordaba palabras exactas—. Estoy creyendo que podría ser la niña del orfanato, ¿recuerdas? —él la había conocido.
—Sí, la recuerdo —su preocupación se notó—, pero ¿no te comunicaste con nadie? —cuestionó Justin.
—En realidad, llamé a Stella, pero ella no responde al teléfono —suspiré haciendo esparcir el humo de mi café con leche. Bebí un sorbo, estaba caliente.
—¡Joder! —se quejó—. En Los Ángeles es bastante temprano aún —dijo recordando el cambio de horario. Claro, serían como las 05:00 de la mañana o menos quizás.
—Justin —suspiré y inhalé el humo que yo misma había dispersado segundos antes—, luego de casarnos —hice una pausa, no sabía cómo explicarle—, me gustaría adoptar algún niño.
—Pero… ¿tú no puedes tenerlos? —cuestionó confundido. Quizás creyó que yo era infértil.
—No, no es eso —negué rápidamente dejando la tasa sobre el pequeño platillo—. Es que me gustaría adoptar algún niño o niña. Luego tendríamos niños propios, claro —afirmé.
—Pues, vale —me sonrió—, veremos cómo hacemos pero lo haremos —me aseguró.
—Te amo —farfullé. Justin me sonrió y acarició mi mano.
—Oye, ¿quieres ir a la playa? —Justin estaba loco, ¿verdad? Llovía y hacía frío.
—Justin, es invierno, llueve y el clima es horrible —le recordé. Él sonrió.
—Existe algo llamado paraguas y… la playa de aquí tiene grandes galerías para pasear. Además te pones un abrigo, no iremos a nadar —luego de tantas palabras atropelladas mientras meneaba el dedo, hizo un pucherito muy adorable. Irresistible.
—Justin —me quejé en un soplido.
—¡Va! —insistió como niño pequeño—. Terminamos de desayunar y te cargo hasta la playa —bromeó.
—Está cruzando la calle —fruncí el ceño.
—Por ello mismo, te cruzo —insistió divertido. Reí levemente.
—Mira, terminamos de desayunar, esperamos que deje de llover tan fuerte y cruzamos hasta el muelle —Justin sonrió victorioso. Me había convencido… otra vez.
—Vale —aceptó. Su sonrisa era tan encantadora y sus ojos, solo podían compararse con la lluvia de inverno que te invita a quedarte en casa a tranquilizarte y desconectarte de todo.
—¿Cómo estarán las embarazadas? —Justin entendía a quienes me refería. A Any, a Cait y a mamá.
—Hablé con tu madre cuando estabas en el hospital y ella dijo que bien —comenzó a responder mi duda—. Any y Chris habían llegado bien a París y creo que Chaz cuida bien de Caitlin.
—Pues, en más o menos dos meses la niña de Caitlin nacerá —recordé.
—Tú serás la madrina, con Chris —añadió. Amaba la idea de ser madrina de la hija de mi mejor amiga.
—Sí —afirmé—. Quiero irme la semana que Cait entre en fecha —farfullé. Pues deseaba estar allí con mi mejor amiga cuando ella sea madre.
—Pues, yo también quiero ir —comentó Justin sonriéndome. Sus dientes perfectamente blancos me iluminaban adorablemente.
—El problema es que no sé como Alison organizará lo de la gira —el entrecejo de Justin se frunció levemente—. No quieres que me suba con ellos, ¿verdad?
—Es que… —suspiró. El humo de su café negro llegó hasta mis orificios nasales. Amaba el café—. Olvídalo —me pidió.
—Dímelo —le pedí. Quizás si sus razones eran demasiado buenas, me negaría a hacerlo.
—Es que sabes cómo son los paparazzis, sabes que inventarán cualquier huevada —era verdad. Pero, ¿nos detendríamos a oír eso? ¿Se dan una idea de todas las veces que inventaron que rompí con Justin? ¿O cualquier otra cosa? Pues, fueron demasiadas.
—Justin —suspiré—, si hay algo que aprendí en estos años es en que si te dejas llevar por ello, nunca serás feliz y no podrás vivir tu vida —a muchos les pasa.
—¿Quieres subirte a la gira? —cuestionó él.
—No sé si quiera si Alison aceptará —le informé encogiéndome de hombros. Entonces escuché las palabras portuguesas desesperadas de algunas personas. Volteé y había 3 o 4 chicas.
—Hola —saludó una sonriendo. Su ingles sonaba algo raro.
—Hola —saludamos con Justin al unísono.
—¿Podemos tomarnos una foto? —preguntó otra de las chicas.
—¡Claro! —acepté.

Estuvieron unos 10 minutos se sacaron las fotos, le firmamos algunas libretas y luego se fueron. Con Justin terminamos el desayuno y afuera ya no llovía, pero igualmente tomamos dos paraguas y salimos camino al muelle que estaba frente al lujoso hotel.

—El mar es tan lindo —comentó Justin. Él me tenía abrazada por la cintura, estábamos sentados en un lugar así







—Me gusta cuando el mar está así —el viento hacía que todo se viera enfurecido.
—Se ve tan natural y bello —comentó. Sonreí levemente, él me apretujó entre sus brazos.
—Sao Paulo es precioso —farfullé. Tenía lugares increíbles y eso que era invierno.
—Lo sé —afirmó sonriendo—. En verano aún más.
—Cuando vine no llegué a conocer estos lugares —solo lo hice por trabajo.
—Yo tomé algunas vacaciones hace tiempo aquí —me aseguró Justin—. El agua es cristalina y templada —aseguró—. Exquisita.
—Tengo algo de frío —pensé en voz alta. No traía abrigo y el viento azotaba contra mi cuerpo penetrando mi pulóver y haciéndome poner la piel de pollo. Justin me miró preocupado y se miró a sí mismo. Comenzó a quitarse la chaqueta—, ¿qué haces?
—Te daré mi chaqueta —me respondió pasándome su chaqueta roja. Sonreí algo apenada.
—Tendrás frío —le recordé.
—No —dijo él—, estoy abrigado —añadió—. Además tú me abrazarás y estaré bien.
—Gracias —él era todo un caballero. Me ayudó a ponerme su chaqueta, la cual me quedaba algo grande. Más bien, enorme.
—Te vez linda así —comentó. Reí divertida y me miré algo risueña.
—Me queda enorme —farfullé. Él rió.
—Es verdad, pero te vez linda igual —sonreí y lo abracé por la cintura para luego perder mi vista en el turbulento y hermoso mar.
—Te amo, Justin —amaba decir eso, mi corazón se sentía puro con esas palabras.
—Yo te amo a ti, ___________(tu nombre) —respondió él y besó mi mejilla con dulzura.


Lentamente él movió mi cara con delicadeza, quedando frente a frente. Sus ojos se clavaron en mis labios y sonrió levemente. A los pocos segundos las distancias de nuestros rostros eran nulas. Nuestros labios estaban bailando al compás que las olas y el viento dictaban. Sus labios eran cálidos, suaves, perfectos. Sus manos acariciaban mis mejillas dulcemente, mientras las mías enredadas en su cintura temblaban de nervios. Aún siento como si fuera la primera vez que lo besara. Aún el sentimiento de nervios y asombro, siguen en mí. Lo amo como el primer día y más aún.

—Eres tan perfecta —su respiración, al igual, que la mía era agitada. Nuestros corazones latían rápidamente, la adrenalina era tanta, eran tan lindos sus besos.
—Nadie es perfecto —farfullé. Él me sonrió sonsamente.
—Para mí, tú eres la persona que más cerca de la perfección está —cada palabra que salía de su boca, era dulce.
—¿Y tú entonces? —pregunté con ironía—, te pasas de la perfección a grandes millas.
—¡No seas sonsa! —me pidió entre risas.

Luego de estar un buen rato mirando la playa, decidimos regresar al hotel, estaba comenzando a llover otra vez. Llegamos al hotel y subimos a la habitación, otra vez.

—¿Qué haremos? —cuestioné sentándome plácidamente en el sillón.
—Tengo algo que mostrarte —me aseguró Justin. Sonreí ampliamente, esperando ver lo que él mostraría.
—Va, ¿qué esperas? —pregunté. Él se sentó en el sillón individual frente al mío. Mis ojos no se desprendieron de él.
—In your eyes I want
Dance tonight
Your sweet lips
Are making me hallucinate —su voz al cantar era dulce, angelical.

You’re burning in my skin
You’re dancing on your feet
I’m feeling like Romeo
In his night of passion

Dear, you’re enjoying
Baby, look into your eyes and I’m smiling
Maybe it’s love, you’re enjoying
Beautiful princess, cute brown eyes
You’re catching, Frenc, my love

I like you, are you taking me
Baby, your smile is catching me
The pace is stopping
Would you could win?

Dear, you’re enjoying
Baby, look into your eyes and I’m smiling
Maybe it’s love, you’re enjoying
Beautiful princess, cute brown eyes
You’re catching, French, my love —joder, las lágrimas caían libremente por mis mejillas mientras él cantaba. Era tan perfecto para mí.
—Justin… —las lágrimas comenzaban a ahogarme.
—¿Por qué lloras? —preguntó preocupado mientras se arrodillaba frente a mí.
—Porque no puedo creer que te tenga conmigo —farfullé—. Tú eres tan perfecto —su dedo se posó sobre mis labios y esbozó una sonrisa algo pícara.
—No llores —me pidió secando mis lágrimas.

Besó mis labios fugazmente y se sentó a mi lado.

—Odio verte llorar —lo sé. Eso lo sé. Es que lloro de emoción, no de tristeza.
—Es que lloro de felicidad —le informé. Él se encogió de hombros.
—Sigo odiando ver tus lágrimas caer —repitió con distintas palabras la misma idea.
—Deseo que sea 14 de febrero pronto —farfullé. Él me sonrió ampliamente.
—También deseo ser tu esposo pronto —farfulló algo divertido—. Es que… creo que todo será mejor que ahora.
—Just —él me miró—, yo no creo en nada malo o mejor después de ti —sus ojos se llenaron de lágrimas rápidamente. No quería verlo llorar.
—¿Qué dices? —preguntó algo confundido.
—Justin, tú me has enseñado a verle el lado positivo a las cosas, a las personas —suspiré intentando dejar de derramar lágrimas, las cuales eran de alegría, claro—. Me convertiste en mejor persona y esas cosas, son impagables. Nunca habrá nadie mejor, tenlo claro, Justin.
—Estoy tan orgulloso de ti —algunas lágrimas escaparon apresuradas—. Tú me hiciste crecer, me hiciste afrontar que el amor no es perfecto, pero tú puedes hacerlo lo más perfecto posible si eso quieres. Me enseñaste tantas cosas y eres la primera y la única —igual que él en mí.
—¿Quieres hacerme llorar más, verdad? —le pregunté divertida. Su rostro se iluminó con una sonrisa. Mi corazón estaba flaqueando, pero… la felicidad explotaba dentro de mí.
—Nunca, mi reina —dijo acariciando mi espalda dulcemente. Se acercó a mí y besó mi frente. Haciéndome recordar de cierta forma a esa actitud sobre protectora de mi padre.
—Amo que actúes así —pensé en voz alta—. Me haces sentir segura, Just.
—Siempre cuidaré de ti —aseguró abrazándome. Solté un leve suspiro, me dolían los movimientos bruscos.
—Quiero que siempre cuides de mí —le pedí. Su sonrisa se abrió ante mí otra vez. Amaba ver sus dientes relucir, no sé por qué.
—No debes pedirlo —aseguró—. Yo lo haré así tú te niegues. Es mí deber protegerte, aunque no sea más que tu futuro esposo, yo quiero protegerte.
—¿Solo mi futuro esposo? —pregunté asombrada— Tú eres mi mundo, mi hombre, el amor de mi vida, mi novio, mi amigo, mi todo. Justin, ¿entiendes? —él sonrió, otra vez.
—Eres dulce, Shawty —aseguró pasando su dedo índice por mis lágrimas.
—Tú eres dulce, Justin —lo contradije. Él sonrió levemente.
—¿Qué haremos hoy? —preguntó cambiando de tema— Luego de almorzar tenemos la tarde libre.
—Podríamos ir de compras —propuse. Me refiero a llevar regalos y recuerdos ¿vale? No a ir de compras por ropa y zapatos.
—El centro comercial queda a dos cuadras —me afirmó.
—¿Iremos?
—Sí —sonrió ampliamente—. Debemos comprar regalos —añadió.


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Ainelen: ¡Gracias linda! Un besito.
Eloiise: ¡Hola linda! Gracias (: Y sí, ___________(tu nombre) había recobrado la memoria, por eso reconoció a Jack al tacto. No debes agradecer, es un placer, linda. Un beso (:
Dahi: ¡Gracias! Y pues, ni Billy, ni Cody. Ellos tendrán sus merecidos, un beso.
Marta: Gracias por tus palabras, eres tan adorable ¡Besos linda! Te amo (:
Mony: ¡Hola, amiga! Pues, quizás tu amigo también guste de ti y por ello mismo actúa como un completo idiota, es decir quiere que eso no suceda por miedo a perder la amistad. O si no, es un bobo. Solo debes hablar bien con él. Y… no te preocupes, llegará el indicado si él no lo es. Te amo también, linda (: Besitos y que tengas un lindo fin de semana.
Liza: Pues, ¡Reconquista es cerca de aquí! Es una ciudad grande a comparación de Vera, si no conoces Vera… no te pierdes de mucho, ¿sabes? Jaja. Aunque cuando vengas deberías de avisarme. Respecto al miedo, yo le tengo fobia a las ranas. Los grillos los odio y encima en Vera, hay una invasión enorme de esas cosas. Un beso, linda. Te adoro también (:
Lelyn: ¡Un beso linda (:!
Pomb@-lista: No a la agresión jajaja, un beso (:
Anónimo: ¡Gracias! (:
Sara: Hola (: No te lamentes, lo entiendo muy bien. ¡Jack es muy lindo! Jiji, es dulce. Selena, ok no la insultaré. Selena solo sufre trastorno de bipolaridad, ok no ._. pero no la insultaré. Pues, sí. Nuestra suegrita Pattie tuvo que hacer a Justin entrar en razón. Respecto a qué edad comencé a escribir fue a los 11. Era bien sonsa todavía, pero ya tenía como 10 novelas escritas (eran horribles). Y lo hice porque soy una gran seguidora de la página eslamoda.com y allí vi que escribían una novela (casualmente, de Justin y tú O.o) entonces se me dio por escribir una también. Pues, nunca nadie las vio, son horrorosas; lo aseguro. Un beso, linda. Te quiero (:
Isa: ¡Hola, linda! (: No te preocupes por no haber comentado antes, no te hagas rollo, enserio. No me enojaría por eso. Tampoco sería amiga de esa bitch. La odio. Pues, Billy y Cody son unos idiotas manipulados por Selena, pero las pagarán. Lo aseguro. Casualmente, un meteorito les caerá en sus cabezas, ok no ._. jajajaja. ¿Tu abuelo bailando Baby? Ok no._. jajajajajaj, me río de solo imaginarlo. ¡Un abuelo Belieber! Dile al chico de tu clase que es un idiota. Lo odio sin conocerlo. Respecto a mi casa, es básicamente una granja lo sé. Pero amo a los animales.
Mi canción favorita de Justin es Pray o That should be me.
Mi color favorito, obviamente es el morado (:
Soy de religión católica.
Tengo una enemiga. Es la ex novia del chico que me gustaba. Es que ella me odia y entonces también comencé a odiarla. Inventa chismes sobre mí siempre. Está loca de la envidia.
Programa favorito, no tengo. Sí tengo serie favorita y es: Dr. House. Amo a ese tipo.
Artista, artista, no. Sí me sigue Lüc Carl, quien es el ex novio de Gaga. Amo a ese tipo, solo por seguirme en Twitter jajaja. Oye y pobre de tu primo jajajajjaja.
Subí hace unos días dos capítulos y llevo mucho escrito del próximo. Así que como es viernes, lo terminaré y subiré mañana, quizás, o pasado. Lo prometo.
No debes agradecer, yo siento que es un deber decirles porqué no publico y me atraso o esas cosas. Al fin y al cabo, sin ustedes este blog no sería nada. Un beso a ti, a Motitas y a Flor. Los adorooo! (:
Xoxo: ¡Gracias, linda! Un beso enorme.
Sarahi: ¡Hola! (: Es un gusto, bienvenida al blog, linda. Las ideas solo fluyen, me inspiro en muchas cosas en realidad. Un beso.
Camila y Maria: ¡Hola, chicas! Las fotos para los capítulos las saco de www.weheartit.com, un besito.
Katy: ¡No hay problema, no debes preocuparte por comentar siempre! (: Un besito.
Anónimo: ¡No los odies! Ellos tendrán de lo suyo, de su castigo.
Skay: ¡Joder! Como te extrañaba amiga. Te comentaré sobre lo que te has perdido en el chat, descuida jaja. Y pues, también me asombra eso. Hasta hace uno o dos meses solo tenía como máximo 8 comentarios y 50 seguidoras. Ahora es todo mucho más grande, ¡estoy súper contenta! Gracias, Skay. Enserio, es un gusto haberte conocido gracias a éste blog. Eres una gran chica, una gran amiga. Te adoro (:
Anónimo: fueron casi 5, pero aquí estoy. No mueras jaja. Un beso.
Daii: ¡No te comas las uñas! Ya estoy aquí, jaja. Un beso (:


Links:


Twitter Official de las Novelas: https://twitter.com/#!/NovePoli_Jb
Alguien a Quien Amar (Novela JB y tú): http://alguienaquienamarjbytu.blogspot.com/
Aprendiendo a Creer en el Amor (Novela JB y tú):http://aprendiendoacreerenelamor.blogspot.com/
 Tell Me A Lie  (Novela One Direction y tú):http://onedirectionytunovelas.blogspot.com/
Mi página en Facebook: http://www.facebook.com/pages/Loving-BieberJustin-Bieber/364664603547495 (tengo una novela allí, se llama: “Criminal Love”. Espero lean y le den like a la página).


¡Es todo por hoy, lindas! Las amo (:



—Poly—



P/D: COMENTENN!