lunes, 24 de septiembre de 2012

Capítulo 222°: "Son dos".




…Al día siguiente…


Desperté temprano, bajé y ___________(tu nombre) estaba preparando el desayuno vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=59305767, traía el cabello laceado y la veía un poco mejor.

—Buenos días, princesa —me acerqué y la besé.
—Hola —saludó sonriendo levemente.
—¡Qué linda te ves, mi amor! —comenté.
—Tú, precioso —sonreí levemente y la abracé.

Luego de desayunar salimos camino al estudio en la ciudad de L.A. Al llegar solo entramos.

—Buen día —saludó Alison, no estaba dispuesto a dejar a ___________(tu nombre) sola.
—Hola —saludó mi esposa intentando aparentar simpatía.
—Hola, Alison —saludé yo.
—Has venido para grabar, ¿no?
—Sí —respondió ella—. Quiero comenzar a grabar los demos —y más que por grabar, yo sabía que era para salir del pozo en donde estaba.
—Pues, bien —accedió Alison—. Quiero ver alguna, la que primera se te venga a la mente. Solo grabaremos dos. Y quizás, luego de almorzar grabemos otras dos —me propuso.
—Okay —aceptó mientras entraba en la sala de grabación, Alison encendió el micrófono. ___________(tu nombre), tomó la guitarra y se acercó al micrófono—, Se llama: “Why not fall if you do not go up?”.
As long as I’m leaving —comenzó a cantar tocando la guitarra—
I see you looking at me
And I’m crying
But not going back

And if I see you smile
Hand in hand with another girl
It will be fault of the world
Because he wanted to me there

Aaah-aaah, If’m falling
I can not let anybody there
Oh, I do not want to see you near
Because if the end came, was you

I know, you blame
Do not try to touch myself
I will not change because you want it
No smiles, happiness
Already I find nothing
Why not fall it you do not go up?

If are going to fight
This better be right
Because if’m falling
I know it is going to hurt

Please
I will not ask you to stay
If you do not remember
All I cured.

Aaah-aaah, If’m falling
I can not let anybody there
Oh, I do not want to see you near
Because if the end came, was you

I know, you blame
Do not try to touch myself
I will not change because you want it
No smiles, happiness
Already I find nothing
Why not fall it you do not go up?
Yo… no puedo subir —cantó la última frase en español.

Las dos canciones que habían grabado esa mañana, eran muy buenas. Pero aún me seguía preocupando por su estado, no quería verla mal y sabía que cuando dejara de hacer algo y pensara en su madre, se pondría mal.
Habíamos salido del estudio para almorzar, en realidad no eran un día bellísimo, al parecer el clima estaba empecinado en verse mal, muy mal.

—Pensaba que podíamos ir a la playa mañana —murmuré mientras almorzábamos.
—¿A la playa? —cuestionó ___________(tu nombre). Yo asentí—. Pues lamento decirte que el clima no es para ir de playa, mi amor.
—Estamos lejos de Malibú —le recordé—, allí no creo que llueva.
—Pues, no tengo ánimos —confesó. No quería escuchar eso—. Enserio, no quiero estar rodeada de tanta gente, Just.
—¡Oh, no seas así! —hice pucherito— Vamos, podrás dispersar tu mente y no pensar en lo que te hace mal, por mí.
—Bueno, iremos —accedió—. Pero no esperes que esté muy contenta, ¿vale? —fruncí el ceño.


…Dos meses después…


Ya era junio, la primavera brillaba por su ausencia, hacía casi 3 días que el calor era insoportable. Me imagino como sufriría ___________(tu nombre) con esa enorme panza ya de 9 meses, ¡no podía creerlo! Faltaba muy poco para conocer a Jessica y eso me traía más que loco.

___________(tu nombre) había hablado con ___________(tu mamá), las cosas estaban completamente destruidas. No permitió que su “madre” se acercara a ella en todos estos dos, casi tres, meses y mucho menos quería que estuviera con ella el día del parto. Por más miedo que le causara, dijo que no la quería en Los Ángeles. Mamá ya la había acompañado a los ejercicios de parto y cada vez se convencía más de que sería una madre estupenda y de que sus ánimos ya no eran tan horribles como los de hacía poco.


—¡Justin! —la oí gritar, estábamos en mi antigua casa en la ciudad. Considerando que poco daría a luz, nos mudamos para estar cerca del hospital.
—¡Cariño! ¿Qué sucede? —pregunté entrando a la habitación. A penas eran las 06:00 a.m.
—¡Me duele! —afirmó tomándose la panza— ¡Creo que es hora! —estaba con los ojos húmedos y veía el dolor en su cara.
—¡Vamos! —afirmé.

La cargué en brazos y bajé con ella lo más rápido que pude. Nos monté en el auto y salimos hacia el hospital. Ante sus quejidos mi marcha aumentaba notablemente de velocidad. Aparqué frente al sanatorio y bajamos. La llevaron a una sala de parto, porque según ellos “había roto bolsa”. Estaba feliz, pero como cualquier persona también estaba preocupado. Tomé mi teléfono, le dije a mamá que viniera y que trajera el bolso que había armado junto con mi esposa.

—¡Justin, hijo! —mamá traía una expresión feliz en el rostro, sonreí y me puse de pie.
—Hola, mamá —saludé. Richard venía detrás de ella—. Hola Rich.
—¿Y __________(tu nombre)? —preguntó él sin saludar.
—Está en la sala —murmuré.
—Richard ya le avisó a ___________(tu papá) —me explicó mamá—. Pronto tomará un vuelo hacia aquí. Michael dijo que llegaría pronto con Nerea —ellos vivían en Los Ángeles—. Pero, ella está bien, ¿no?
—Sí, mamá —respondí. Aún así estaba nervioso.
—¿Hace cuanto llegaron? —me preguntó.
—Media hora —respondí—, ¿esto demora mucho?
—Más de una hora, seguro —afirmó mi madre mientras nos sentábamos en la banca. Yo suspiré.
—Descuida, Bieber —habló Richard—, ella estará bien.
—Creí que entrarías con ella —aseguró mi madre. También pensaba eso.
—Sí, solo que fue tan rápido que no tuve tiempo de entrar —y no exageraba.
—Jeremy vendría con los niños en cuanto encontrara un avión —añadió a la lista de llegantes mamá.
—Sabes, no quiero imaginar los celos de tu hermanita, Justin —dijo divertido el novio de mamá. Sonreí levemente.
—Tampoco yo, Richard —hablé—. Jazzy estará por explotar de celos.
—¿Ningún medio sabe del nacimiento de Jessica, no? —preguntó mamá con curiosidad.
—Aún no —respondí—. Pienso anunciarlo cuando vea a Jess y sepa que está bien —si Dios lo permite.
—Sí, eso mismo pensaba yo —habló mamá—. Por ahora, solo podemos esperar.

Cuando una hora pasó mis nervios ya habían aparecido, ¿por qué diablos se demoraban tanto? Hacía exactamente una hora y media que estaban dentro cuando escuché el llanto de un bebé y una enfermera salió de la sala sonriendo, con una hermosa niña recién nacida en brazos. Me puse de pie en un instante y me asombre totalmente cuando salió otra detrás de ella, con un niño envuelto en una mantita celeste.

—¿Señor Bieber? —preguntó una de ellas, yo asentí—. Puede pasar si gusta, traeremos a los bebés en un momento.
—Gracias —miré a mamá mientras las enfermeras se iban.
—¿Son dos? —preguntó Richard.
—No lo sé —respondí yo—. Creí que solo era una niña.
—Pero… llevaban dos —aseguró mamá.
—Entraré —anuncié. Abrí la puerta, cuando llegué a donde ella y entré.
—¿Justin? —preguntó ___________(tu nombre) con voz débil.
—Sí, mi amor —afirmé cerrando la puerta.
—¿Y Jess? —preguntó, creo que ella también pensaba solo en una.
—La enfermera se la llevaron, junto con un baroncito —ella debía saberlo.
—¿Fueron dos? —preguntó incrédula. Yo asentí tomando su mano.
—Fueron dos —repetí.
—¡Muero por verlos! —sonrió ampliamente.
—Te amo —besé su frente.
—También te amo, cariño —habló ella.

Habían pasado al menos unos 15 minutos.

—Permiso —se escuchó la voz de una enfermera. Entró una mujer con una bebé en brazos y detrás otra.
—¿Son dos? —preguntó mi esposa.
—Sí, señora Bieber —habló la que entró segunda—. Una niña y un niño. Los dos muy sanos, por cierto.
—¡No puedo creerlo! —exclamé acercándome a los bebés.
—¿Quieren cargar a alguno? —preguntó la enfermera. Los dos asentimos. A mí me dieron a la niña y a ___________(tu nombre) al niño—. Con permiso, nos retiramos. Si quieren algo nos avisan.
—Tiene cara de Joe —aseguró mi esposa. Yo sonreí—. Es muy hermoso.
—Y Jess, también lo es —murmuré acariciando la mejilla de la niña.
—Creo que el mundo nos ha premiado de la mejor manera, mi amor —habló ella.
—Son unos pequeños ángeles, preciosa.
—Permiso —oímos la voz de mamá, ella y Rich entraron—, ¡no puedo creerlo! —exclamó.
—Felicidades —habló mi “padrastro”.
—¡Son preciosos! —mamá estaba más que feliz.
—Ella es Jessica —murmuré yo.
—Y él es Joe —añadió mi hermosa esposa.
—¡Qué bellos bebés! Y son sanitos —dedujo mamá.

Todos fueron llegando ese día, Michael y Nerea, Anya y Chris, Cait y Chaz, ___________(tu papá) con José y Lola, Alison, Usher, Scooter, Kenny, Robert, Ryan y Rosa, Demi, Jaden, Willow. Era la noche y solo estábamos ___________(tu nombre), yo y los bebés, quienes dormían. Tomé mi teléfono y Twitee: “Hoy, 20 de Junio han nacido mis preciosos hijos. Estoy feliz, ¡soy el hombre más feliz del mundo!”.

—Estoy cansada —confesó mi esposa. La miré rápidamente—. Tanta gente me agobió.
—Mañana te darán el alta, mi amor —le recordé. Ella sonrió ampliamente.
—Sí, gracias a Dios —expresó—. Odio estar en hospitales —se sinceró.
—Y yo —murmuré—. Jess tiene tu misma simpatía y Joe es todo un hombre.
—Joe tiene tu color de ojos —aseguró— y mi color de cabello. Jess tiene tu color de cabello y mi color de ojos —era cierto.
—Los bebés son preciosos, cariño —hermosos.
—Estoy ansiosa por estar en casa y jugar todo el día con ellos —noté un brillo peculiar en sus ojos. Se veía tan pura y natural.


…Al día siguiente…


Eran las 08:00 a.m. cuando nos dieron el alta. Había sido parto normal, así que ya podíamos irnos. ___________(tu nombre) se cambió así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=59595516. Para ser sinceros solo había subido uno o dos kilos y se notaba ahora, ya que su enorme panza había desaparecido. Ella llevaba a Jess y yo a Joe y al bolso cuando salimos. Subimos al auto y comencé a conducir, había paparazzis pero mantenían distancia y respeto.

—¡Qué lindos son! —hablaba ___________(tu nombre) con los bebés.
—¡Pff, como tú, cariño! —me entrometí. Ella rió por lo bajo.
—¿Oyeron, pequeños? —hablaba con los niños—, Papá es un charlatán.
—¡No les enseñes esas mentiras! —protesté divertido.
—¡Diablos! —protestó ella al escuchar sonar su teléfono, sería algo casi imposible que lo atendiera— Deberán esperar.
—Sabes, estás tan linda como antes de quedar embarazada de estas preciosuras —le informé.
—¡Oww, gracias, mi amor! —exclamó.
—Estaba pensando que deberemos ambientar también un pedazo de la habitación para Joe —porque solo contábamos con Jess a la hora de armar todo.
—Es cierto —habló—. Ya veremos cómo hacer —prefirió ser paciente.
—No puedo creerlo —repetí—, soy tan feliz, mi amor.
—Tú y estas preciosas criaturas me hacen feliz —se oyó tan tierna.

Llegamos a casa después del viaje que hacíamos siempre desde la ciudad al campo y viceversa. Entramos a casa y nos acomodamos en la sala. Ella tomó su celular y creo que marcó a la última llamada. Puso el alta voz.


#Vía telefónica#
—¿Aló? —respondió una voz desde el otro lado.
—Habla __________(tu nombre) Bieber —sonreí al oír eso—, ¿se encuentran los chicos?
—Claro, señorita —habló—. Enseguida los llamo.
—¡Oigan! Es ___________(tu nombre) —era la voz de Zayn.
—¡Hola! —gritaron los 5 al mismo tiempo.
—Hola, sonsos —habló ella.
—¡Te llamamos hoy! —afirmó Harry, mi esposa rió ante la obviedad.
—Venía viajando y era imposible atender con dos bebés en brazos —les explicó.
—¿Dos? —preguntó Niall.
—¿No era uno? —añadió Liam.
—Pues nacieron dos —rió.
—¡Oh, que Bieber es bueno! —reí ante el comentario de Louis.
—Estoy oyéndote, Tomlinson —murmuré. Él rió.
—¡Lo lamento hermano! —exclamó—. No sabía de tus dotes.
—¡Louis! —protestó Harry.
—Sí, Louis —se quejó Niall—. Aquí yo soy el Belieber Boy.
—¿Y los niños? —preguntó Zayn.
—Una niña, Jessica y un niño, Joe —explicó mi esposa.
—¡Soy tío, al fin! —era la voz de Niall.
—¿Están en Londres? —les pregunté.
—No, en Alemania —respondió Liam—. Pero pensamos ir a Los Ángeles la semana próxima para conocer a los bebés —sí, eran grandes amigos de ___________(tu nombre). También míos, pero más de ella.
—Mientras Harry no intente llevarse a Jess, estará bien —bromeé. Harry rió energéticamente.
—Si es tan linda como tu esposa, dudo que me contenga —fruncí el ceño y ___________(tu nombre) rió.
—Creo que después de esto nunca volverás a verme, Hazza —habló ella divertida.
—¡Es un pendejo! —afirmó Zayn.
—¡Oh, lo ha dicho el señor espejo no me abandones! —era gracioso oírlos pelear.
—¡Harry, Zayn! Ya basta —ordenó Louis.
—¡Ya, no peleen! —les pidió ___________(tu nombre).
—Cambiando de tema —explicó Liam—, ¿cuándo graban ustedes, Harry y ___________(tu nombre)?
—En agosto —respondió ella.
—¡Estaré allí! Recuérdalo Harry —le anticipé divertido.
—¡Oye, buena onda, Bieber! —exclamó Harry.
—¡Yo quiero ir! —gritó Niall. Yo reí junto con ___________(tu nombre).
—Oigan, debemos irnos —informó Louis—. Paul nos llama.
—¡Hablamos luego, sonsos! —habló mi esposa.
—Adiós, chicos —saludaron y ella colgó.
#Fin vía telefónica#.

Eran a penas las 10:30 a.m., como buenos recién nacidos los bebés dormían, ___________(tu nombre) los había dejado arriba con Lizza, una de las ama de llaves. Ella bajó vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=59597459.

—Amor, ¿salimos a correr? —me propuso. Me extrañó por un momento, pero luego me di cuenta de que ya no tenía una enorme panza con ella.
—Oh, claro —casualmente vestía ropa cómoda, así que no me impedía correr.
—Bien, salgamos —me propuso. Así lo hicimos—. Dejé a los niños con Lizza, los amamanté antes de salir, así que dormirán un buen rato —afirmó.
—Vas a ponerte en estado por lo del vídeo, ¿no? —solo pregunté de curiosidad.
—No empieces con los celos —me pidió divertida mientras comenzábamos a trotar.
—¡Sonsa! —exclamé— no me refería a eso —hablé—. Te lo preguntaba bien.
—Pues, sí —aseguró—. Y como debemos quedarnos en Malibú una semana tú vendrás con Jess y Joe.
—¡Claro que iré! —afirmé con seguridad— No te dejaré sola con Harry allá.
—Estarán Rosa y Ryan, Louis, Liam, Zayn y Niall también, solo eres un desconfiado —frunció el ceño, yo reí divertido.
—¡Eres una sonsa! —exclamé tomándola por la cintura, mientras disminuíamos la marcha—, ¡yo te amo y confío plenamente en ti! Te jodo, porque sé que te enoja que sea tan celoso. Mi amor, después de los preciosos niños que me acabas de dar ayer, estoy seguro de que será para siempre, preciosa.
—¡Pero qué tierno eres, mi querido Justin! —sonreí divertido ante su tono, la tomé entre mis brazos y la besé con dulzura y delicadeza, como a ella le gustaba.
—Cómo amo besarte —suspiré y ella me sonrió ampliamente.
—Y yo te amo a ti —murmuró ella. Estaba algo sonrojada—, pero no seas flojo y vamos, corre —me ordenó.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Capítulo 221°: "Necesito ayuda".




—Justin…
—¡No! —exclamó rotundamente— No lo harás. Demasiado accedí a Sofía hace meses atrás. No voy a hacerlo, duela lo que duela.
—Justin… por favor.
—¡No! —negó otra vez. Nunca se había negado, hasta hoy—. No voy a perderte, ___________(tu nombre). No voy a dejar que corras peligro por algo que forma parte de algo que ni siquiera debería afectarte tanto —habló severamente.
—Tú no entiendes lo que se siente no saber quién mierda eres —murmuré. Justin me miró con los ojos húmedos.
—Tú eres mi esposa ahora, eres ___________(tu nombre) Bieber, la futura mamá de Jessica Bieber y la adorable mujer que le da sentido a mi vida —las lágrimas golpearon a mis ojos—, ¿quieres cambiar eso, ___________(tu nombre)? 
—¿De qué hablas, Justin? —pregunté. Él me miró con un pequeño frío en sus ojos.
—¿Qué sucede si hay mucho más detrás de todo esto? —preguntó con temor— Si alguien, ahora haciéndote conocer ante él, quiere hacerte algo malo.
—Ya lo hubieran hecho —era muy lógico—. Soy famosa, Justin.
—No me interesa qué diablos haya pasado  y que no, ___________(tu nombre) —estaba siendo severo—. Prometí que nadie te haría daño y sé que hurgar en un pasado que ni siquiera has vivido te hará mal.


Narra Justin:


Estaba diciéndole las cosas muy severamente y sé que hacía mal en hacerlo.

—Sabes que te amo —murmuré—, y te apoyo en todo, porque así lo prometí. Pero solo te apoyaré en lo que te hace bien y buscar a ese tipo que ni siquiera conoces, te hará mal.
—Justin —habló con una voz quebradiza—, recuérdame siempre que nunca debo mentirle a Jessy. No quiero que nunca llore —me partía el alma verla así, lo odiaba profundamente.
—Mi amor —murmuré—, Jess estará más que bien, porque tú no eres como ___________(tu mamá) —y no era por ser odioso con su madre. Pero tan buena persona no era como para mentir así, de tal manera—. Los dos protegeremos a Jessica.

Salimos de la casa de sus “padres” en Los Ángeles y viajamos hasta nuestra casa en el campo, otra vez. Llegamos cuando eran las 06:00 p.m., porque habíamos hecho algunas compras antes de llegar. El clima empeoraba notablemente con el correr del tiempo. Hacía algo de frío ahora, el cielo estaba pintado de gris oscuro y las nubes más pesadas eran casi negras, parecían pincelazos rosados al azar sobre una hoja gris. El viento llegaba hacia nosotros desde los pinos y sauces más lejanos, olía a eucaliptus, pasto recién regado y tierra fresca. Como si el clima se pusiera de acuerdo con la tristeza de mi flamante esposa, el día se tornaba cada vez más triste hacia el atardecer. Estaba por llover pronto, tal como lo hacía en los ojos de ___________(tu nombre).

De vez en cuando en el reflejo de la ventanilla veía sus mejillas húmedas y sus dedos rozar las lágrimas levemente, ¿qué pasaría por su cabeza en ese momento? ¿Qué se sentirá que tu madre, así no sea biológica, te mienta de tal manera? Era obvio que ella quería encontrar a ese tal “José Earles” —supuesto padre biológico de ___________(tu nombre)—, quién firmaba todas las cartas que leímos. Pero no lo permitiría, por más malo que pareciera. Ella no debía llorar por quién no lo merecía y… un tipo desconocido por parte de ella que solo la engendró, no tiene derecho a hacerla derramar ni media lágrima.

Según había entendido sus padres biológicos eran Sofía Heder y José Earles, tal como la partida de nacimiento lo dijo. La niña era producto de una relación clandestina entre Sofía y José, porque ella era novia de un gran mafioso estadounidense. La bebé, ___________(tu nombre), había nacido con leucemia y como José no tenía medios para curarla en Chile, se la dejó a ___________(tu mamá) y ___________(tu papá). No quería que su mejor amigo, ___________(tu papá), se enterara de que la niña era su hija y por eso, se la dejó a ___________(tu mamá), porque sabía que ella la cuidaría.


—Just —habló la voz casi nula de ___________(tu nombre) entrando a la sala.
—Dime, linda —le pedí volteando a verla.
—Me gustaría hablar con Pattie —confesó. La miré algo asombrado.
—Claro —acepté—, pero será mañana, mi amor.
—Sí, lo sé —no se negó—, pero deberemos ir al pueblo.
—Sin ningún problema, mi amor —sonreí levemente.



…Al día siguiente…


Me levanté y bajé a la cocina, ___________(tu nombre) aún no bajaba, así que decidí cocinar algo. Mientras preparaba galletas de chocolate, café humeante y tostadas con mermelada de frutos silvestres, ya se hicieron las 08:00. Iríamos a la casa de mamá para ir a almorzar, así ___________(tu nombre) hablaba con mamá. Serví la mesa y terminé justo cuando ella entró a la cocina. Vestía así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=59295362, no traía maquillaje, tenía algo de ojeras y no se veía radiando alegría, como siempre.

—Hola mi amor —me saludó ella, yo sonreí levemente.
—Hola, preciosa —saludé, ella se acercó a mí y besó mis labios.
—Oh, qué rico se ve —sonrió levemente, casi fue una mueca nula.
—Pues, desayunemos —le ofrecí—, así salimos cuanto antes para ir a casa de mamá.
—No tengo hambre —fruncí el ceño, no iba a acceder a que no desayunara.
—No voy a dejarte que no comas, así que vamos, siéntate —le exigí, ella suspiró.
—No tengo hambre —perceptiblemente noté que algo sucedía.
—¿Qué tienes? —le pregunté.
—Estoy bastante mal —murmuró—. Me duele la cabeza, tengo nauseas. Sé que si desayuno lo devolveré todo —sus palabras me alarmaron mucho más.
—¡Diablos! —protesté—, vamos ya hacia la ciudad, iremos al hospital.
—Pero…
—No hay peros —le anticipé.

Salimos de casa con prisa, estaba dispuesto a conducir como loco si era necesario. Subimos y en menos de 45 minutos estábamos en la ciudad aparcando frente al hospital, y sí iba demasiado rápido. Gracias a Dios, en la consulta solo le dieron un tranquilizante, porque eran los nervios y luego nos dirigimos hacia la casa de mamá. Eran las 09:30 cuando llegamos.

—¡Chicos! —exclamó mamá al vernos en la casa.
—Hola, mamá —saludé.
—Hola tía —saludó ___________(tu nombre).
—¡Qué milagro que estén aquí! —dijo mi madre asombrada.
—En realidad… vengo a hablar contigo, Pattie —aseguró mi esposa.
—Las dejo solas —sonreí levemente, y besé la frente de ___________(tu nombre).


Narra ___________(tu nombre):


—Dime, ¿qué pasa, cariño? —me preguntó Pattie con un semblante tenso mientras nos sentábamos en los sillones.
—No estoy bien, tía —mis ojos se humedecieron rápidamente.
—¿Qué tienes? —seguramente pensaba que era Justin.
—___________(tu mamá), es una farsante —hablé con mis labios temblando.
—¿De qué hablas, linda? No llores, por favor.
—Pattie, no soy adoptada. Mis padres biológicos me regalaron a ellos, porque tenía leucemia y él no se podía quedar en EE.UU. porque lo perseguía un mafioso. Es decir que mi madre me alejó de Sofía e hizo todo para que ella no me encontrara —Pattie había entendido poco y eso se notaba en sus ojos.
—¿Qué? —estaba asombrada— Creí que te había dejado Sofía en su casa.
—No lo sé —respondí—, no sé cuál es la puta verdad y eso me frustra —las lágrimas caían apresuradas por mis mejillas.
—No llores, por favor —repitió—, ¿de dónde has sacado eso?
—Lo leí en unas cartas que ___________(tu mamá) conservaba —mi voz era baja, muy baja.
—Pero no debes pensar en algo que te hace mal —justificadamente decía las mismas palabras que su hijo, era lógico—. El pasado ya pasó, debes pensar en el hoy y el mañana, debes pensar en ti y tu familia. Jess ahora y hasta que sea independiente necesitará de ti y debes ser fuerte, debes ser más que fuerte porque ella es parte de ti.
—Tía, solo estoy fuerte por Justin y Jess, porque ellos me mantienen viva —aunque sonara fatalista era así—. Hoy por la mañana me levanté con tantas ganas de entrar a rehabilitación otra vez —Pattie me miró atónita.
—No, no. Eso no —se negó—. Todo se derrumbará otra vez si lo haces y lo sabes, mi niña.
—Por más que ame con mi vida a Justin y Jessica, no tengo fuerzas —estaba abatida.
—¿Recuerdas lo que has sufrido cuando te has internado, ___________(tu nombre)? —me preguntó.
—Mucho —aseguré—. Pero me sirvió para ser fuerte.
—Cuando te habías ido, todo estaba cayéndose, tú ya no lo sostenías y si lo haces ahora todo caerá —un poco en lo cierto estaba—. Justin no soportará esa presión, ese dolor ¿y Jess? ¿Pasará sus primeros meses sin su madre? ___________(tu nombre) —suspiró y tomó mi mano con los ojos húmedos—. Yo pasé muchas cosas de joven. Yo sufrí mucho y en peores condiciones que tú y como la madre que me encantaría ser de ti, te pido encarecidamente que no lo hagas. No lo abandones, por favor —mis lágrimas caían mucho más veloces.
—Necesito ayuda —confesé. Pattie me abrazó fuerte entre sus brazos.
—Yo te ayudaré, pequeña. Claro que te ayudaré —aseguró en un prolongado suspiro, creo que quería contener sus lágrimas.
—Quiero que hables con ella y sin importar lo que ella disponga, que le digas que no se le ocurra aparecer para cuando Jessica nazca, porque voy a cometer una locura. Dile que no puedo pasar nervios porque le hacen mal al embarazo —el médico lo había dicho—. Por favor, tía. Dile que no aparezca.
—Me pedirá un por qué.
—Pues, dile que yo no quiero saber nada de ella, porque es una farsante —le informé—, pero ruégale por lo que más quiera en el mundo que no me llame y que no se aparezca por aquí otra vez.
—Intentaré que así sea —habló—, pero no creas que se conformará con eso —Pattie tenía razón—. Aún así, no me gusta que te alejes tanto.
—No puedo estar cerca de ella odiándola tanto —me sinceré. Justin entró a la sala.
—¿Estás bien? —sé que él se preocupaba demasiado.
—Un poco —preferí responder. Pattie me miraba con lástima.
—Debes apoyarla más que nunca —murmuró Pattie.

Luego de unos minutos, Richard me invitó a mirar el nuevo jardín de la casa.


Narra Justin:


Necesitaba hablar solo con mamá, así que intentamos que ___________(tu nombre) nos dejara solos y así fue. Se fue con Richard a recorrer el jardín.

—Oye, ¿qué te dijo, mamá? —le pregunté. La cara de mamá no era la mejor.
—Justin —tragó saliva—, necesita ayuda —me sorprendió escuchar eso.
—¿Qué dijo? —repetí.
—Quiere volver a rehabilitación, se siente mal otra vez. Esta noticia le pegó muy fuerte, Justin —esas palabras me derrumbaron y algunas lágrimas salieron de mis ojos—. Tú la conoces, has que algo la saque a flote, pero no dejes que vuelva a el centro de rehabilitación.
—¡Odio esto! —exclamé y suspiré profundo mientras secaba mis lágrimas—. Yo no entiendo mamá, no entiendo porqué mierda todo lo malo cae sobre ella, ¡no se lo merece! —claro que no se lo merece.
—Justin —suspiró otra vez mi madre—, debes ser fuerte, muy fuerte. Debes transmitirle paz y sobre todo, debes amarla. Debes hacerla sentir que ella no está perdida, que tiene identidad. Que ella es perfecta como es.
—¿Y cómo lo hago? —pregunté.
—Ámala, simplemente ámala, hijo —me aconsejó—. No hay nada más salvador que el amor.




Habíamos llegado a casa cuando ya eran las 04:00 p.m., estábamos en la sala, sentados. Ella no hablaba y yo no sabía cómo comenzar a hablar.

—Just —habló ella irrumpiendo el silencio—, quiero entrar en rehabilitación otra vez —confesó.
—¡No! —grité sin retenerme a mí mismo— No voy a dejarte.
—Necesito ayuda —prosiguió con sus ojos húmedos.
—Y para eso soy tu esposo, por favor ___________(tu nombre), no hagas que todo esté mal —ella suspiró.
—¡Me siento una estúpida! —exclamó— Mi vida es una mierda, primero me entero que soy adoptada y perdono a mis padres por mentirme y luego me entero que mi madre adoptiva es una estúpida e inepta farsante, ¡no quiero que el mundo se siga riendo en mi cara, Justin! Estoy harta de que mi vida tenga alto y bajos. Quiero ser fuerte, otra vez —estaba llorando y eso me partía el corazón.
—Por favor, linda —le pedí, ella me miraba con tristeza en sus ojos, odiaba eso—. Te necesito conmigo, sabes que no dejaré que caigas. Sabes que después de la tormenta sale el sol.
—Y también sé que el mundo está en mi contra —suspiré profundamente, no quería llorar también yo.
—¡Me importa una mierda el mundo! —hablé con exasperación, suspiré—. No me importa nada con tal de que estés bien —proseguí con un hilo de voz—. Por favor, mi amor, por favor —le rogué.
—Necesito que una vez, al menos una vez, las cosas no cambien para mal —moría por frenar el mundo y destruir todo lo que le hacía mal, ¡no podía verla llorar!
—Todo pasará, mi amor —hablé—. Pero, vuelvo a pedírtelo por favor, no intentes regresar a rehabilitación. Por lo que más quieras, no lo hagas —mis lágrimas caían.
—Necesito ayuda —repitió. No me resistí más, solo la abracé. La apreté entre mis brazos con fuerzas, hundí mi nariz en su cabello y ella su cabeza en mi pecho. Se prendió de mi cintura con fuerza y sentía claramente como sollozaba, ¡odiaba esto! Lo odiaba.


Era la noche, después de la cena. Entré a la habitación y ella estaba sentada en la cama con su pijama puesto. La veía tan débil y me sentía tan miserable al verla así. Tomé aire y entré.

—Mi amor —la hablé, ella levantó la vista.
—Dime —la notaba mal.
—Te amo —y sí, era lo que me salió decir. Ella soltó una sonrisa sincera, que me hizo volver por un momento a la tierra y sentirme en mi lugar.
—Justin —murmuró mientras me sentaba a su lado—, hablé con Alison, iré al estudio mañana. Quiero grabar.
—¿Grabar qué? —no es que me opusiera, si no que quería saber.
—Comenzaré a mostrarles los demos —me informó—. Sé que necesito salir cuanto antes de esta situación, ¿y qué mejor que grabar? —tenía razón y estaba más que de acuerdo con ello.
—Pues, estoy más que de acuerdo, mi amor.


…Al día siguiente…


Desperté temprano, bajé y ___________(tu nombre) estaba preparando el desayuno vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=59305767, traía el cabello laceado y la veía un poco mejor.

—Buenos días, princesa —me acerqué y la besé.
—Hola —saludó sonriendo levemente.
—¡Qué linda te ves, mi amor! —comenté.
—Tú, precioso —sonreí levemente y la abracé.

Luego de desayunar salimos camino al estudio en la ciudad de L.A. 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Capítulo 220°: "Tú eres mi esposa ahora, eres ___________(tu nombre) Bieber, la futura mamá de Jessica Bieber y la adorable mujer que le da sentido a mi vida, ¿quieres cambiar eso?".

Es mejor ser  lastimado por la verdad que ser consolado por una
mentira.



—Lindo lugar, ¿no crees? —fuera, en la calle los autos pasaban y las personas también. Le daba un aspecto urbano, distinto a todos los restaurantes lujosos que había visitado en cualquier lugar.
—Sí —sonrió él—. Es algo urbanístico.
—Y hippster —aseguré—. Cuando hacía skate era hippster —recordé divertida.
—Eres hippster a veces —decidió decir. Yo reí divertida.
—Yo solo me visto como me gusta hacerlo —y ya.
—Pues, vistes bien de cualquier manera, linda —Justin era un halagador nato.
—Pff —resoplé, él rió.
—Estaba pensando en algo —murmuró. Lo miré con curiosidad.
—Dime.
—Si Jessica quiere dedicarse a la fama —era raro que él le dijera así, me refiero a ser famoso. A hablar así de la “fama”, como un objeto—, me gustaría que estudiara canto y danzas, primero.
—Pues, aún hay que ver lo que amará Jess —mantuve mi punto—. Si es lo que tú dices, no me opondré a que estudie.
—___________(tu nombre)… eres la luz que ilumina mis días.




La luna de miel acabó más rápido de lo que pensaba. Para el 20 de abril ya nos encontrábamos en Los Ángeles, con la primavera entre nosotros. Habíamos vuelto de España hacía dos días. España, por cierto, fue el lugar “sorpresa” de Justin. Estuvimos casi 3 semanas allí, en realidad la pasamos mucho más que bien. Hacía solo un poco mínimo de frío, más bien casi hacía calor en Los Ángeles. Mi embarazo funcionaba a la maravilla, ya estaba casi de 7 meses y medio. No podía creer que en 1 mes y medio para tener a Jessica entre mis brazos. Justin se veía tan feliz como yo, o más aún. La noticia de que Anya y Christian se habían mudado a Los Ángeles nos alegró más al llegar a Los Ángeles.


Ese día desperté temprano, era un 22 de abril húmedo y lo suficientemente caluroso como para recordarnos que en poco tiempo llegaría el verano. Me di una ducha y bajé vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=58828143, era tarde. Ya eran las 10:00 a.m., había dormido mucho porque me había acostado tarde. Chris, Anya y Benjamín habían venido a cenar anoche y se fueron cerca de las 02:00 p.m. Justin, a pesar de eso, se levantó temprano para ir al estudio.

—Just —hablé sorpresivamente al verlo en la cocina, él me sonrió—. Creí que no habías vuelto.
—Subí, pero estabas duchándote —me explicó— y aunque me tentó, preferí no entrar —fruncí el ceño, él rió divertido.
—¡Qué sonso!
—Linda tu panza —sonrió y me abrazó dulcemente.
—¡Oww, también es tuya! —no literalmente, pero sí. Él rió.
—¿Quieres desayunar? —me ofreció.
—No lo sé, ¿desayunas tú? —le pregunté. Él sonrió levemente.
—No, pero te preparo algo si deseas —no accedería.
—Mejor espero al almuerzo —hablé. Él me miró serio.
—¿Segura?
—Sí —hablé. Me controlaba mucho con la comida—. Descuida, estoy bien.
—Eso espero —habló, le saqué la lengua en broma. Él cedió un poco y sonrió.
—Necesito ir a casa de mamá hoy —él me miró raro. Era entendible, pensó que me referí a Atlanta—. Su antigua casa aquí, en Los Ángeles —especifiqué.
—¿Por qué, amor? —me preguntó.
—Es que debo buscar unos papeles —le expliqué—. Pero iremos luego de almorzar.
—Genial —sonrió—, porque esperaba cocinar hoy.
—¿Y qué cocinarás, cariño? —le pregunté abrazándolo.
—Tengo ganas de papas fritas y carne azada, ¿qué dices? —me sonrió ampliamente.
—Digo que es una genial idea y un exquisito menú.


Salimos al patio para que Justin comenzara a azar la carne en la barbacoa. Mientras él cocinaba salí con limonada y me senté cerca de él.


—Estás leyendo mucho últimamente —sacó tema de conversación. Era cierto su comentario.
—Sí, es cierto —afirmé—. Los libros de madres son interesantes, Bieb.
—Es raro, porque antes no leías y sí escribías —rió divertido.
—Estuve escribiendo hace poco —confesé. Justin me miró curioso.
—¿Me muestras? —me preguntó él.
—No lo sé —le saqué la lengua. Él rió.
—Va, no te hagas rogar, sonsa —me pidió.
—Ya, pero espérame un tantito —dije mientras me ponía de pie, a una velocidad bastante reducida.

Entré a casa rápidamente, busqué en la sala de los instrumentos una guitarra, mi vieja guitarra acústica y regresé al patio.

—¡Cómo extraño verte tocar! —sonrió ampliamente.
—Se complica con Jess aquí —bromeé. Justin rió al mismo tiempo que yo.
I looked hard
I looked strong
But inside
I was falling

He was smiling
As a girl
To the world
The look nice

But to me a shit
All in that time
Because I let fall
Everything we had here
All that was myself

because disappeared
In the distant haze
And while them wanted to push me
I wanted to smile
Being who I was here

It hurts now, it hurts
What I did at that time,
Before, time
Would have been being myself
It hurts, hurts, hurts
Would do anything to change it
Now, now, now
Would have been being myself

I love to look at me now
I'm not perfect,
But I feel good

I do not want act
I say this Just
I love it
Smile well.


But I give a shit
All in that time
Because I let fall
Everything we had here
All that was myself

because disappeared
In the distant haze
And while them wanted to lie down
I wanted to smile
Being who I was here

It hurts now, it hurts
What I did at that time,
Before, while
It would have been myself
It hurts, hurts, hurts
I would do anything to change it
Now, now, now
It would have been myself —canté al ritmo de la guitarra. Justin se quedó atentamente escuchándome.
—¡No puedo creerlo! —exclamó. Sonreí ante su cara de felicidad mezclada con sorpresa.
—¿Te gusta? —pregunté sonsamente. Él asintió.
—Nunca creí que hablaras de esto tan libremente —se refería a mi pasado, claramente.

Nunca había hablado de mí pasado en ningún lado y con nadie, nadie más que no fuera Justin o los especialistas en el centro de rehabilitación. Me causaba dolor y no estaba dispuesta a llorar en una entrevista, porque no era lo que quería hacer. Yo solo me dedicaba a hacer música y no a exponer mi pasado tan horrible. No es que estuviera mal, solo que no espero que Jess alguna vez lea que fui un fiasco cuando tuve 15 años.

No esperaba que Jessica supiera, hasta grande, lo que había padecido por no tener el apoyo que requerí, cuando lo requerí. Por esa, simple, razón nunca me senté a hablar de rehabilitación. Quizás dirán, pero no sabías de Jessica, pero sí sabía que iba a ser mamá algún día y que haría todo lo posible para proteger a mi hijo o hija del Bullying y de los problemas alimenticios, además de las adicciones. Esperaba que Jess, dentro de su poca normalidad por ser hija de padres famosos, fuera una niña común y corriente.

—Tampoco yo —hablé y reí divertida. Esta vez me sentía apta para tomarlo con calma, recordando que lo superé—. Pero ya es hora de que saque todo lo que tengo dentro, ¿no?
—Sabes que lo que te haga bien, para mí estará bien, linda —y era lo que amaba de él, que me apoyaba en todos los aspectos de mi vida.
—No pienso incluirla en mi CD —confesé—, pero sí pienso presentarla en la próxima actuación que tenga.
—¿Por qué no? —me preguntó curiosamente, mientras volteaba a mirar la carne que estaba cocinando.
—Porque sería un punto muy bueno para la prensa de atacar sobre mi pasado y sabes que nunca daré entrevistas de ello —porque no era un motivo para sacar tapas de revistas.
—Sí, es cierto —murmuró—. Pero es buena y tiene un gran mensaje.
—Buen mensaje tiene Born This Way —lo corregí—. Ésta solo habla de mí y sería muy buen punto para que me critiquen.
—No lo sé —se encogió de hombros, estaba dándome la espalda—. Yo creo que es buena.
—Alison quiere meterme en el estudio en agosto —confesé. No era tan mala idea, pero me parecía muy pronto.
—No te has negado, ¿verdad? —preguntó mirándome rápidamente.
—No —confesé—. Aunque no sé qué haré con Jessica.
—Pues… iré contigo —afirmó—, así cuido de ella mientras grabas —era buena idea.
—Me gusta esa idea —sonreí ampliamente—. Pero deberás ver a Christina Aguilera, Lady Gaga, Rihanna, Jay-Z y a Chris Brown.
—¿Grabarás con Chris? —me preguntó curiosamente.
—Al dijo que sí —me encogí de hombros—. Aún no he estado en contacto con ella así que no es mucho lo que sé del tema.
—Muero por escuchar ese álbum, entonces —sonrió divertido. Justin era gran admirador de los duetos.
—Quizás, solo quizás —repetí para que no se ilusionara—, salga a la venta en Diciembre.


Terminamos de almorzar casi a las 01:00 p.m., eran las 01:30 p.m. cuando comenzamos el camino hacia la ciudad de Los Ángeles. Hacía calor y el sol alumbraba los campos verdes a nuestro costado. Amaba el campo. Gwen Stefany sonaba en el stereo con Rich Girl. Soplaba una pequeña brisa y acercaba a nosotros el olor a pino y pasto verde floreciendo a pensar en víspera de la primavera.

Llegamos a las 02:30 p.m. a Los Ángeles y todavía teníamos 15 minutos hasta la casa de mamá.

—¿De qué son los papeles que vienes a buscar? —me preguntó curiosamente Justin.
—De la empresa —sí, la que era de Nicholas, pero mamá compró.
—Oh —recordó—, ¿para qué los necesita? —creo que habló de mi madre.
—No lo sé —respondí con toda sinceridad—. Papá y mamá actúan raro otra vez, pero prefiero no preocuparme. No querría que algo le pasara a Jess.
—Es paranoia —prefirió decir Justin—. No creo que algo raro pase, ___________(tu nombre).
—También quiero pensarlo —sonreí fingidamente, gracias a Dios, Justin no estaba mirándome. No notó la falsedad de esa mueca en mi cara.

Llegamos a la antigua casa de Los Ángeles —no tan antigua en realidad—. Bajé intentando recuperar el olor que me envolvió tantos años. Pero estúpidamente solo logré recordar la rehabilitación y su mierda. Sacudí mi cabeza levemente y sentí la mano de Justin en mi cintura. Le sonreí levemente y entramos.

Subí a la habitación de mamá y entré. Revisé los cajones de su mesa de noche, donde dijo que estaban los papeles en un sobre marrón. Encontré ese sobre y la curiosidad fue grande. Justin esperaba abajo. Tomé ese papel y comencé a leerlo. Definitivamente no eran los papeles de la empresa ni mucho menos.


Querida ___________(tu nombre):
Espero que Sofía ya haya llegado contigo y te haya entregado a tu bella ___________(tu nombre). Nosotros, Gabriel y yo, ya estamos en el D.F de México. Lamento haber hecho las cosas tan mal. Creí que ibas a estar bien, también ___________(tu nombre) pero Paco no pudo evitar estafarte. Estás en banca rota y haré todo para subirte económicamente otra vez. Sé que cuidarás bien a ___________(tu nombre) de esa jodida enfermedad que la acecha. Y por favor, te lo pido de rodillas aunque no me veas, has que nunca ___________(tu papá) se entere de su verdadero origen. No soportaría saber que es hija de su propio mejor amigo.
Debo regresarme a mi país, mi hermana me necesita y sé que Sofía rondará por allí. No le digas a ___________(tu papá) que estoy bien y vivo; mucho menos que estoy en Chile otra vez. Él me odiará por eso y por ___________(tu nombre). Pero no puedo dejar que ella se quede conmigo siendo que no podré parar esa maldita infección. Por favor, no le enseñes que me ame si alguna vez le confiesas que soy adoptada. Aleja a Sofía de ella, cueste lo que cueste y amala, ámenla por todo lo que yo no la amé.
Espero que la amen y que la puedan curar sin secuelas. La amo, aunque lo que estoy haciendo sea un fiasco. Déjame ayudarte cuando llegue a Chile, por favor. Gracias, ___________(tu mamá). Y te pediré algo más, evita que ____________(tu papá) me extrañe más de lo que debe. Nunca digas la verdad, por favor. Ojalá ella los haga feliz, es una bebé hermosa, a pesar de su enfermedad. Los quiero y espero que ella esté bien. Escríbeme cuando tengas novedades. Te quiero gran amiga. Un beso y adiós.
Cuida a mi ángel.
José Earles.

Estaba atónita cuando terminé de leer la puta carta. Las lágrimas caían por mi mejilla, ¿qué diablos había terminado de leer? ¿En qué carajo de quilombo mi mamá había estado metida? ¿Quién era José Earles? ¿Por qué me alejaron de Sofía? No entendí nada y había más papeles dentro del sobre. Los tumbé sobre la cama, eran fotos. Aparecía la rubia mujer que conocí en casa hacía meses, con una panza de embarazada. Era tan parecida a ella, era indudable que era mi madre. Al lado de ella un hombre de cabellos rizados y algo alborotados, ojos grandes y preciosa sonrisa la abrazaba por la cintura. Deduje que era ese tal José, quien contenía por apellido mi supuesto apellido real, el cuál era “Earles”.

—Oye, linda —habló Justin entrando a la habitación. Al verme quedó atónito—, ¿qué sucedió? ¿Por qué lloras? —preguntó poniéndose frente a mí.
—Mi madre es una puta —murmuré a duras penas, Justin se agachó frente a mí y me abrazó. Solté todo para abrazarlo y apretarme contra él—. La odio, juro que la odio.
—Tranquilízate —me pidió acariciando mi espalda—. Mi amor, todo está bien, ¿qué sucede?
—Ella era una idiota —hablé de ____________(tu nombre)—. No debió hacerlo así.
—¿Qué hizo quién? —Justin no entendía nada y mis lágrimas lo desesperaban. Tomó mi cara entre sus manos y mirar sus ojos me dio algo de paz. Secó mis lágrimas mientras me tranquilizaba—. Solo respira —esas palabras me dieron fuerzas.
—Papá estuvo engañado todo este tiempo por mamá —más bien 19 años—. Sofía no era la mala drogadicta, irresponsable. Mi padre era un cobarte, hablo de mi padre biológico —hablaba desesperada—. Juro que no la hablaré más a esa idiota mujer.

Justin se sentó a mi lado y leyó la carta detenidamente.

—¿No hay ninguna otra? —preguntó él mirándome. Me encogí de hombros.
—Si mamá respondió, seguramente hay otra —deduje. Volteé hacia el cajón y hurgué otra vez. Efectivamente, había otra carta.

Un papel algo avejentado estaba dentro de un sobre simple y blanco. La abrí y junto con Justin leímos.

___________(tu mamá):

No puedo creerlo, ¿cómo es que no han encontrado cura pero la niña mejora milagrosamente? La leucemia es grave, ¿no te han dicho si sufrirá secuelas? A penas tiene dos años, ___________(tu mamá), es demasiado pequeña, muy débil. De seguro las tendrá y si es así, quiero que la cuides también, por favor.
Admiro que me digas que la aman mucho, en realidad estaba seguro de que lo harían. Me causó incomodidad lo que dijo ___________(tu papá), de que ve algo parecido a mí en el brillo de sus cafés ojos. Gabriel se ha mudado a Venezuela. No supe nada de Sofía en los últimos dos años y me preocupa lo que le haya sucedido a ella.
Echo de menos a mi amigo. También la vida en Atlanta, pero lamentablemente no puedo regresar. He cometido el peor error de mi vida en meterme con la novia del mafioso más grande de Estados Unidos y me siento miserable. Odio haber sido tan ambicioso, odio haber lastimado de tal manera a Sofía. Sé que ella amaría estar con su hija, pero no lo haría porque la leucemia consumiría a ___________(tu nombre) y sé que Sofía está limitada y no podría salvarla.
Estoy tramitando cosas para posicionarte en un alto rango en Los Ángeles, pronto te hablaré de ello. Cuida de mi pequeña, por favor. Te quiero, ___________(tu mamá). Adiós.
José Earles.

—¿Cómo puede ser que haya sufrido leucemia, Justin? —pregunté incrédula. Justin me miró con los ojos brillosos.
—He allí la explicación de tu anorexia crónica —encontró lógicas—. También descubro que eres media latina —intentó hacerme sentir mejor, pero era imposible. Yo no podía sentirme mejor sabiendo la estúpida que había sido mi madre.
—No puedo sentirme mejor —hablé. Su cara se tensó más, mucho más—. ___________(tu mamá) me quitó de Sofía, ella fue una idiota.
—Gracias a ella estás sana y salva, ___________(tu nombre) —me recordó Justin. Era cierto, aún así no era justo.
—Justin —suspiré—, ella me cambió la historia escondiéndome parte de mi identidad, ¿crees que se siente bien que te hable pestes de tu madre? —le pregunté— Pues, no. Al contrario, ahora me da rabia e impotencia —me respondí yo sola.
—No sabes si es verdad o mentira lo de Sofía, recuérdalo —me pidió. Tenía razón.
—No puedo confiar en lo que ___________(tu mamá) dice, porque ella misma se encargó de mentirme. Ha roto la confianza y no puedo quererla o confiar en ella —aunque suene duro, era así.
—El único que puede contarte bien las cosas, será ese José que escribe las cartas —Justin tenía razón—. Pero no te dejaré que lo busques —lo miré confundida.
—¿Por qué no? —le pregunté.
—Es un mafioso, ¿no lo notas? —preguntó con autoridad— No dejaré que corras peligro, quieras o no ___________(tu nombre).
—Justin…
—¡No! —exclamó rotundamente— No lo harás. Demasiado accedí a Sofía hace meses atrás. No voy a hacerlo, duela lo que duela.
—Justin… por favor.
—¡No! —negó otra vez. Nunca se había negado, hasta hoy—. No voy a perderte, ___________(tu nombre). No voy a dejar que corras peligro por algo que forma parte de algo que ni siquiera debería afectarte tanto —habló severamente.
—Tú no entiendes lo que se siente no saber quién mierda eres —murmuré. Justin me miró con los ojos húmedos.
—Tú eres mi esposa ahora, eres ___________(tu nombre) Bieber, la futura mamá de Jessica Bieber y la adorable mujer que le da sentido a mi vida —las lágrimas golpearon a mis ojos—, ¿quieres cambiar eso, ___________(tu nombre)?