viernes, 7 de septiembre de 2012

Capítulo 218°: "Feliz cumpleaños, precioso".




…Al día siguiente…


Habíamos ido a las góndolas, tal como me lo había prometido el día anterior. Pagó para subir a una y así lo hicimos, un hombre remaba en el “Gran Canal” de la ciudad italiana. El crepúsculo se presentaba frente nuestros ojos y a lo lejos la sombría silueta de el cementerio acuático de Venecia. Evadiendo el cementerio, ¡el paisaje era bellísimo!

—Sé que son pocas personas las que nos tienen fe —hablé rompiendo el silencio—. Para ser honestos, la mayoría cree que solo nos casamos porque estoy embarazada —y eso era absurdo. Estúpido, en realidad—. Pero, yo creo que será para siempre.
—¡Claro que así será! —exclamó él— No voy a alejarme.
—¡Pamplinas con que “si lo amas déjalo ir”! —exclamé, Justin rió levemente. Estaba abrazándome por los hombros y yo me encontraba recostada sobre su pecho—. Yo creo que si lo amas, lucharás por él con uñas y dientes.
—¡Claro que es así! —él pensaba como yo—. Jamás te dejaría ir, ___________(tu nombre) —besó mi frente con dulzura.
—Yo, no me iría —le anticipe.
—Tampoco yo —aseguró. Levantó mi rostro desde mi barbilla con su suave mano, dulcemente comenzó a besar mis labios. Amaba sus dulces besos. 


…Viernes 1 de marzo…


Desperté temprano, me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=57855344, para mi gran suerte Justin no despertó con el ruido. Así que me dirigí a la cocina para comenzar con mis regalos. Comencé a preparar el desayuno. Preparé algunas tortitas y café.

—Oh, oh, oh, come fill my glass up a little more.
We ‘bout to get up, and burn this floor
You know we getting hotter, and hotter
Sexy and hotter, let’s shut it down —estaba tarareando “Pound the alarm — Nicki Minaj” mientras preparaba la mesa.
—Pound the alarm —cantó Justin imitando la voz de Nicki. Me sobresalté un poco.
—¡Mi amor! —exclamé. Él sonrió. Venía vistiendo jeans azules, una sudadera blanca con dibujos en rojo y unas supras azules. Me abalancé sobre él y lo abracé mientras besaba sus labios. Primero fue algo tosco, luego él me abrazó por la cintura y me siguió el beso—, ¡felices 21 años, precioso!
—¡Oww, princesa! —estaba algo agitado, al igual que yo—, ¡Qué lindo saludo de cumpleaños!
—Pff, lindo tú —hablé y besé la punta de su nariz.
—¡Qué sonsa! —exclamó y rió divertido.
—Hice tortitas, crema de frutillas, café y jugo de naranjas —le sonreí ampliamente.
—¡No puedo creerlo! —afirmó—, ¿has cocinado y seguimos vivos todos en el hotel? —estaba bromeando.
—¡Qué sonso eres! —pues, mis dones culinarios habían cambiado.
—A ver, quiero probar esto —aseguró sentándose en la mesa.
—Pues, adelante —incité sentándome frente a él. Justin tomó una taza y nos sirvió café, para mí y para él. Luego me ofreció una tortita después de ponerle crema sobre ella.
—Qué linda te verías con crema en la nariz —sé que moría por untarme crema en la punta de la nariz.
—¡No voy a dejarte hacerlo! —él rió ante mi exasperación.
—¡Qué mala onda eres! —protestó divertido— Pero aún así es tierno que hayas hecho mi desayuno, cariño.
—Gracias, bonito —daba por seguro que ya estaba sonrojada. Aún no entendía como podía, después de tanto, sentir pudor en algunos casos hacia él.
—Y el rojo también te sienta bien —lo hacía adrede y yo mucho más me sonrojaba.
—¡Justin! —protesté tapando con mis manos mis mejillas.
—Ya, ya. No te quieras meter bajo la mesa —era exagerado. Yo reí ante la idea, pero me decidí a probar mi tortita.
—Pfff, ni que fuera divertido hacerlo —hablé. Él se encogió de hombros mientras tomaba un sorbo de café—. Oye, esta noche saldremos —le avisé. Él arqueó una ceja.
—¿A dónde iremos? —me preguntó.
—¿Crees que en Venecia no hay antros? —dejé en claro a dónde iríamos.
—No te dejaré ir a una disco, ___________(tu nombre) —lo dijo tan serio que deduje que no cedería.
—¿Por qué? —pregunté haciendo pucherito.
—¡Estás embarazada! —me recordó—. Mira si alguien casualmente te golpea o si nos atosigan los paparazzis otra vez, le puede pasar algo a Jessica.
—Está bien —no me quedaba otra opción que aceptar y ya—. Entonces… ¿a cenar?
—Pues, ya —aceptó y me sonrió. Le devolví el gesto.
—Ya, pero cuando termines de desayunar saldremos —le anticipé. Él me sonrió.
—¿A dónde iremos? —me preguntó con curiosidad.
—Pues, sorpresa —Justin frunció el ceño.

Terminamos de cenar y salimos del hotel. En la vereda del hotel había un reportero.

—Hola, muchachos —era raro que saludaran. La mayoría solo empezaba con las preguntas. Valía aclarar que tenía acento Italiano en su español.
—Hola —saludamos con Justin al unísono.
—¿Me permiten hacerles algunas preguntas? —nos pidió. Justin me miró y yo me encogí de hombros.
—Sí, claro —respondió Justin, quien no soltaba mi mano ni un segundo.
—¿Cómo vas con tu embarazo, ___________(tu nombre)? —preguntó simpáticamente.
—Pues, voy muy bien —sonreí—. Estoy feliz.
—Los dos estamos más que felices —aclaró Justin sonriendo.
—¿Están trabajando en nueva música? —preguntó.
—Yo no —respondió Justin—. No tengo planes de un nuevo álbum, pero creo que después de agosto comenzaré a escribir para otro álbum. Tengo muchas ganas de escribir canciones sobre todo lo que pasó en todo éste tiempo —me preguntaba si escribiría sobre nuestra separación por Rosadela.
—¿Y tú, ___________(tu nombre)? Ha sido una gran sorpresa que grabaras con One Direction, creíamos que no grabarías hasta después de dar a luz —era cierto, todos creían eso—. Además de que tu dueto con Harry fue un total éxito.
—Gracias —sonreí levemente—. Pues, yo sí estoy planeando música —al menos un último álbum grabaría antes de retirarme, si decidía hacerlo—. Grabaré luego de agosto o septiembre, ya tengo las canciones escritas y creo que a mis fans les encantará verme como en mis comienzos.
—¡Qué grata noticia! —exclamó el reportero—. Les deseo lo mejor chicos, espero que disfruten su paseo por Venecia.
—Gracias, adiós —respondió Justin y seguimos caminando.
—Es raro —hablé, Justin me miró atentamente—, fue amable.
—Sí, aún existen de esos paparazzis respetuosos —esos eran gratos.
—Eso es bueno —claro que era bueno.
—Obvio sí, princesa —me sonrió y besó mi mejilla mientras caminábamos—. Pero cambiando de tema, ¿a dónde me llevas?
—Hablando de eso, no te deseó un feliz cumpleaños —Justin se encogió de hombros.
—Sí, pero no cambies de tema, ¿a dónde vamos? —volvió a preguntarme. Yo reí por lo bajo, era impaciente.
—Pues, ya verás —hablé. Él frunció el ceño.
—¡No se vale! —se parecía a mí cuando me ponía ansiosa.
—¡No te hagas! —le exigí divertida—. Tú siempre me haces lo mismo, así que estoy tomando —de alguna forma— una pequeña venganza.
—¿Justo en mi cumpleaños? —preguntó.
—Exacto —aseguré yo. Él rió por lo bajo.
—Eres cruel —murmuró.
—Sí, claro —usé sarcasmo.
—Es cierto, no lo eres —se retractó—. Al contrario, eres linda y dulce.
—Y tú sigues siendo un charlatán —bromeé. Él rió levemente.
—Pfff, ya quisieras —murmuró divertido.
—Sí, claro que quisiera —él se puso serio y me miró raro—. Te bromeo, sonso.
—Owww, ¡te amo, sonsita!
—También te amo, bobito.

Caminamos las cuadras las cuales nos separaban de la sorpresa.

—¿Qué hacemos aquí? —me cuestionó.
—Pues, aquí es la sorpresa —ponderé la pequeña tienda en una calle muy alejada del centro. Justin me miró raro.
—¿Qué es esto? —no confiaba en el lugar, al parecer.
—Du, ¡desconfiado eres, eh! —hablé. Jalé un poco de él y entramos.
—Enserio, no me da buena espina este lugar —de cualquier momento no estaba negándose a entrar.
—¡Justin! —protesté. Entramos a la oficina que había estado yo ayer por la tarde. Era un centro de tatuajes.
—¿Qué es aquí? —volvió a preguntarme.
—Es un lugar donde hacen tatuajes —le anticipé mientras nos sentábamos en los sillones de la sala de espera.
—¿Vamos a tatuarnos? —preguntó confundido. Yo asentí sonriendo.
—Si no te niegas —sonreí levemente, él hizo lo mismo—. Nos tatuaremos lo mismo.
—¿Y qué será lo que nos tatuaremos? —era curioso y lo entiendo.
“Your eyes, our smile”. ¿Lo recuerdas, no? —Justin asintió emocionado.
—¡Amo la idea! —afirmó— Solo que no sé donde nos los haremos.  
—Pensaba hacérmelo en el tricep —comenté.
—Sí, es un buen lugar —me sonrió—. Así luciría mis músculos —reí ante su comentario.
—¿Enserio dices? —pregunté. Él sacó la lengua divertido.
—Sí, obvio que digo, princesa —habló con seguridad.
—Hola —saludó la voz de una mujer mirándonos desde otra puerta.
—Hola, Ivanna —saludé sonriendo y me puse de pie, Justin a mi lado—. Él es mi novio, Justin.
—Pasen —nos indicó— y felicidades cumpleañero —añadió. Nosotros entramos—. Bien, ¿quién irá primero? Así le hago el diseño.
—Voy yo —habló Justin sonriendo.


Luego de casi 2 horas, los dos tatuajes ya estaban hechos y vendados para que pudiéramos ponernos la ropa. Pagamos y salimos de allí, para dirigirnos a almorzar. Justin estaba radiando felicidad, tanto como yo.

—Te veías sexy tatuándote —comentó divertido. Yo reí.
—¡Dices! —hablé apenada, íbamos en medio de la gente y él hablando así—. Oye, leí en Twitter, en algunos Tweets de mis fans que te mandaban feliz cumpleaños —le sonreí.
—Hace dos días no twiteo nada —comentó. Eso era extraño. Justin era, algo así como, adicto a Twitter.
—Y las Beliebers deben estar algo así como desesperadas —aseguré. Él rió divertido.
—Les dije que me disfrutaría un poco sin twitear tanto —se encogió de hombros.
—Oh, entonces me odian —comenté divertida. Él se puso serio.
—No digas eso —me exigió—. Ellas te quieren y lo sabes.
—Algunas.

Sin meternos a debatir sobre el amor u odio de sus beliebers hacia mí, llegamos a un restaurante para almorzar. Después de tanto tiempo almorzamos sushi. El restaurante era americano, modesto pero original. Estaba adaptado a la antigua, había varios cuadros artísticos colgados en las paredes y de fondo sonaba el álbum “Back to black — Amy Winehouse”. Contaba con grandes ventanales hacia la avenida, donde las personas caminaban; algunas paseando, otras charlando con otras personas y algunas otras más volviendo del trabajo. Las mesas eran redondas, con sillas forradas de cuerina roja. Había hacia el fondo, una barra de tragos, algunos parlantes por dónde la música se oía y una puerta, que si mis cálculos no fallaban era la cocina.

—Amo ese álbum —aseguré. Justin me sonrió levemente.
—Amy tenía un gran talento para el Soul —era cierto, yo creo que fue la más grande.
—Sí, lástima que ya no está aquí —era raro, intentar curarse la había matado.
—Una gran pérdida —aseguró.
—Adam —sí, aquél patán que fue mi primer novio—, era un gran fan de Winehouse.
—¿Aún lo recuerdas? —preguntó divertido.
—Si no fuera por él, quizás nada de lo nuestro habría sucedido —me encogí de hombros. Él frunció un poco el labio.
—El destino viene escrito, ___________(tu nombre). Estaba dictado que estaríamos hoy aquí, disfrutando nuestra luna de miel —estaba de acuerdo con él.
—Quien escribió éste destino entonces estuvo muy a mi favor —a pesar de lo malo.
—Puede que sí, aunque quitaría muchas lágrimas de éste libro, linda —me sonrió.
—Pues… —intenté no parecer idiota, no hablar un comentario estúpido que pudiera hacer sentir a Justin como un pendejo; porque no creía que lo fuera. No quería mencionar lo de Rosadela, tampoco lo de Brenda, mucho menos que intenté olvidarlo con Cody o Ryan. En realidad, lo que menos quería era hablar de ello—, lo malo también forma parte de lo bello.
—Odiaba tanto hacerte llorar —murmuró y acarició mi mejilla.
—¡Ya no hables de eso! —le exigí, no de mala manera. Al contrario—. Es tu cumpleaños, ¿piensas pasártela de lamento en lamento, amor?
—Es cierto —sabía que alguna vez querría hablar de ello, pero yo hoy sí que no quería—. Por cierto, recuerda que tenemos que sacar pasajes para irnos al próximo lugar de la luna de miel.
—Oh, es cierto.


…Días después…


Había despertado temprano, me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=58323847. Peiné mi cabello y me puse un poco de mascarilla en las pestañas. Salí y Justin ya me esperaba cambiado.

—Buenos días, mi amor —saludó y besó mis labios.
—Hola, precioso —saludé yo. Abrazándolo.
—Ya debemos ir al aeropuerto —me avisó. Hoy partíamos hacia Brujas—. Compraremos un café en Starbuks, no hay mucho tiempo para desayunar, princesa —acarició mi mejilla.
—No hay problema por eso cariño —le informé.
—Bajemos, las maletas ya están en el taxy, dos minutos antes el botón las bajó, linda.

Bajamos, Justin había arreglado en recepción el día anterior las cuentas del hotel. Así que solo salimos y montamos el taxy. 10 minutos después ya nos encontrábamos en el aeropuerto. Hicimos papeleo, ¡comenzaba a ver tedioso tanto Chek-in! Luego del papeleo, abordamos. Íbamos en primera clase, rumbo a Brujas — Bélgica. Conecté los auriculares a mi I-pod, amaba escuchar música en los vuelos, Justin se sirvió simpáticamente de uno de mis auriculares y el restante me lo puse yo. Sonaba “Stereo Heart”, pero una versión distinta. Un demo que Niall había grabado cuando estábamos en Londres, también tenía el de “Valerie” de Louis y el de “Gotta feeling” de Zayn. Me los habían obsequiado y amaba oírlos, me gustaban sus versiones acústicas. Creo que todo mundo veía de una manera rara mi unión con los chicos, pero eran básicamente mis mejores amigos en la música, junto con Demi, Willow y Jaden.

Tenía una cantidad bastante larga de letras de canciones que no habían sido grabada, quizás sí tenían melodía y un poco de idea para la música. Pero en mi disco, de las casi 60 canciones, solo entrarían 20. En realidad, la que más me prometía vender era “Aimez-moi vivre” (Ámame viviendo). Estaba segura de que quería esa en el disco y como primer single. Pero aún debía mostrarle las restantes canciones al equipo de producción, preferentemente a Usher. Él y Alison decidirían y veríamos cuáles de las canciones quedarían en el álbum.

Estaba encantada de mi vida ahora, más que conformidad era lo que sentía respecto a mi vida. Había madurado y creo que con el nacimiento de Jessica, mucho más lo haría. Mi música estaba modificada notablemente por esa madurez que se propagó. Luego de la aparición de Lesly  —mi alter-ego—, todos esperaban de mí lo mismo que Lady Gaga o Rihanna, ya no más lo mismo que Selena o alguna estrella de Disney. Lesly Dob, había hecho un revuelo en la industria, era gracioso. Muchos, en su mayoría, me criticaron tal como lo hicieron cuando Miley lanzó “Can’t be tamed” o comenzó a ser más controversial. Puede que yo comenzara a cambiar luego de Lesly, pero no es que Lesly cambió mi forma de ser. Yo cambié antes de ser Lesly y luego, todos creyeron lo contrario. Luego de ese vídeo no volví a la música, el embarazo y Justin me “quitaron” —por así decirlo de alguna manera—, de mi trabajo, haciéndome poner la atención en otra cosa. Por eso creo que “Sourire” —el nuevo álbum—, será muy esperado, esperan verme sexy y toda la cosa.



…6 horas después…



Habíamos aterrizado en Bélgica, allí apenas eran las 12 del medio día. Bajamos y nos encaminamos al hotel. Un botón ordenó las maletas en la habitación. El hotel era como cualquier hotel cinco estrellas de New York o cualquier lado. Bajamos, otra vez, y nos dirigimos a un comedor que había frente al hotel. Era un edificio viejo y bien cuidado. Pero a diferencia de Venecia, esta antigüedad recordaba demasiado a la época feudal o de principio del fin del feudalismo. Casi como una taberna.

—¿Qué haremos por la tarde? —le pregunté. La diferencia horaria era casi insignificante, solo una o dos horas.
—No lo sé —se encogió de hombros—. Mañana iremos a ver un castillo antiguo, ¡está monísimo!
—Oh, genial —le sonreí—. Sabes, esta ciudad me inspira amor.
—¿Enserio? —preguntó divertido.
—Es raro —me encogí de hombros.
—A mí tú me das felicidad, hermosa.




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Lamento demorarme últimamente, es que no estoy muy bien que digamos. Las amo, pronto regresaré con más frecuencia.








—Poly—




P/D: COMENTENN!

3 comentarios:

  1. Ame el capitulo ya te extranaba escribe pronto
    Majo

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  2. Hola! estuvo hermoso el capítulo TKM, espero que te mejores pronto <3

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  3. Joder Póli!!, no había visto que habías subido cap, así que venia a comentarte haber si seguías por aquí y me encuentro con este cap!!, awww! fue tan lindo <3!!! Te quiero poli... tengo montones de tarea.

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