Capítulo 141°: "Mi mamá..."

Oh, bébé tu as volé mon coeur (Oh, nene te has robado mi corazón)

Vous courez le risque de perdre (Has corrido el riesgo de perder)

Mais vous toujours choisi de gagner (Pero has optado siempre por ganar)

Un sourire pas plus (Una sonrisa nada más)

Une fois sur deux, au sein de la boussole (Un tiempo de dos, dentro de un compás)

Juste l’amour que vous avez utilisé pour voler (Solo amor usaste para robar)

Juste ton sourire, amour, sauve-moi (Solo tu sonrisa, amor, me salvará) —canté mientras caminábamos.

—¡Ay mi amor! —exclamó él— eres tan adorable —añadió.

—De todas formas —por mala suerte—, no estará en ningún álbum.

—¿Por qué? —preguntó él tranquilamente. Al parecer no le afectaba mucho.

—Es que —suspiré con un poco de rabia—, Alison me dijo que debía co-escribirla o no estaría en el álbum.

—¿Por qué? Si es hermosa —pues… no lo sé.

—En realidad, no lo sé. Solo me dijo eso —me daba mucho coraje.

—Pues, dile a Usher que la co-escriba contigo y cuando lo “hagan” explícale que…

—Te la regalo —lo interrumpí. Él me miró asombrado.

—¿Qué? —cuestionó.

—Te la regalo, te doy los derechos y la partitura. Es tuya, puedes cantarla, adaptarla, co-escribirla. Te la doy a ti, lindo —le expliqué sonriendo.

—¡No! —se negó—, no puedes. Es tuya.

—Y te la escribí a ti —le recordé—. Enserio, te la regalo.

—¡Te amo, linda! —me expresó él.

—También te amo, lindo —le respondí sonriendo. Él besó con dulzura mis labios.

—Por cierto, ¿sabías a dónde irían Chris y Anya? —me preguntó él. En realidad, no lo sabía. Chris solo me dijo que quería terminar de conquistar a Any.

—No sé. Realmente, Christian no me lo dijo —por si las dudas, me encanta decirle Christian y no sé porqué solo no le digo Chris—. Solo sé que iría a conquistar el corazón de mi actriz amiga.

—Anya debería ser actriz —comentó entre risas Justin.

—Pero le gustan las artes —dije imitándola.

—¡Estás loca! —exclamó y besó mi mejilla.

—Hoy hablé con Anya sobre como viviremos en Londres. Ya tenemos los horarios de materias y, estoy feliz de decirte que podré pasar toda la tarde contigo todos los días —le afirmé sonriendo. Londres sería lo que necesitábamos.

—Pues… hablé con mamá, Scooter y Usher ayer. Mamá aceptó —Pattie era realmente maravillosa—, Scooter primero se interpuso pero luego Usher dijo que seguiría siendo el productor y grabaríamos en algún estudio inglés y pues… será casi lo mismo, solo que trabajando en Londres. Scooter irá una semana al mes allí, porque no quiere mudarse con Carin —me informó él.

Narra Christian:

Estaba esperando a Any para ir al parque de diversiones de la costa donde iríamos a divertirnos y cenar.

—¡Anya! ¿Te puedes apurar? —cuestioné. Ya se estaba tardando demasiado.

—Ya voy, Chris —dijo ella saliendo. Vestía así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=41185215&.locale=es.

—Vamos, se nos hace tarde —le expliqué. Ella besó lentamente mis labios y sonrió.

—Vamos —dijo ella.

Comenzamos a caminar, mientras sonreíamos y hablábamos llegamos al parque.

—¡Aww, qué adorable! —exclamó ella—, me has traído al parque Chris.

—Sabía que te gustaría —le comenté mientras tomaba su mano—, ahora vamos.

—Chris, primero… —suspiró y su cara cambió a seriedad y angustia. Era raro, Any era muy festiva y alegre— tengo algo de lo que hablarte.

—¿Anya, pasa algo? —pregunté alarmado. Ella me abrazó con fuerzas.

—Chris… —suspiró y no pudo hablar más, las lágrimas habían llegado.

—Dime, Any —le pedí—, no estés así linda.

—Es que… —suspiró aún sin soltarme— mamá —añadió y regresó a llorar.

—¿Tu mamá qué? —lo sé. No la conocía mucho, casi ni siquiera un mes. Pero quiero un montón a Anya y su mamá, Betty es una mujer muy adorable. Amable y gentil.

—Mi mamá tiene cáncer, Chris. Mamá está casi por morir —dijo ella llorando como loca sobre mi hombro.

Quedé en shock por algunos segundos, no lograba asimilar las palabras, ¿cómo podía ser? Betty, se veía como una mujer muy sana y saludable, ¡qué injusta es la vida!

Anya tenía una relación muy unida y especial con su madre. Eran como amigas, hermanas. Era raro, jamás vi eso en alguna hija. Es raro, pero… no imposible.

Anya estaría abatida, lo está. Sé que ella la adora y sé cómo de mal le cae esta putrefacta noticia. Pero… ¿el cáncer no tiene cura?

—Pero, mi amor… pude hacerse el tratamiento —intenté animarla, aunque yo estuviera mal. No tanto como ella… pero en fin mal.

—Mamá es alérgica a la quimioterapia, moriría de todas formas.

—Pero… —suspiré y guardé silencio. Ella volvió a abrazarme con fuerzas y respondí ese abrazo mientras intentaba no llorar. No quería que ella me viera llorar. No por orgullo. Si no que, ella necesita que yo la poye y sea fuerte en esta situación.

—Nadie más sabe de esto. Solo mamá, papá, tú y yo —me afirmó.

—Pero y ¿___________(tu nombre)? —Anya me soltó y secó sus lágrimas. Al parecer, no quería llorar más.

—Ella… —suspiró—. Ella tiene una vida que no depende de mí y de mi madre. Ella me consolaría y sería historia —¿enserio cree eso de ella? ¿No que es su amiga?

—Any, estás equivocada —le afirmé. No por pelea, si no para que sepa que sí puede contar con nuestra amiga—. Ella si tú le dices que la necesitas, dejará su casa, el canto, la universidad y se irá contigo. Ella es muy abocada a sus amistades.

—Es que… —suspiró— eso lo tengo bien claro. Lo que no quiero es que ella deje de su vida por mí —añadió.

—Tarde o temprano ella se enterará de esto, Any —le recordé. Ella suspiró.

—No me juzgues —me pidió.

—¿Hace cuánto lo sabes?

—Hace como 2 días —me dijo ella intentando no llorar. Tenía la voz muy quebradiza.

—Entonces, ¿por qué quisiste venir? —le cuestioné. Parecería reproche. Pero… ¿no debería de pasar más tiempo con Betty?

—Porque mamá me dijo que viniera —dijo ella—, ella no quiere que la llore y me ponga triste. Ella vivirá con normalidad, hasta el día en que… tenga que morir —tras las últimas tres palabras las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos.

Narra Justin:

—Pues es una muy buena noticia —comentó ella sonriendo. Como amaba su hermosa sonrisa.

—Excelente, diría yo —dije acercándome a su tentadora boca.

—Ya, ya —me detuvo ella y se alejó un poco. Fue raro—. No quiero que los paparazzi nos vean y nos fotografíen, una vez más.

—¿Por qué? ¿Sucede algo? —ella no solía hacer esos cuestionamientos.

—Es que… —suspiró—, tus Beliebers comienzan a odiar que estemos gracias a las fotos.

—Ay, linda —hice que me mirara a los ojos—. Algunas de ellas nunca querrán a mis novias, por el solo hecho de que ellas quieren estar en tu lugar. Nunca aceptarán a nadie, mi amor —ella me miraba atenta y afligida—. Pero, no por eso yo no puedo hacer mi vida, ¿entiendes?

—No quiero que me odien —dijo ella entre un suspiro.

—Nunca podrás hacer que todo el mundo te ame —y aunque sea cruel, es real.

—Lo sé, pero… ellas son tus Beliebers. Mis fans —ella les decía así porque no tenían nombre en especial—, ellas te adoran, hasta mis fans hombres te creen un ejemplo, son Beliebers boys. Pero… tus Beliebers serían capaz de colgarme en la plaza —era un dicho como decir: “Me matarían”.

—Tus fans son grandiosos y mis Beliebers también lo son. Solo es que nuestra relación es distinta entre fans —le expliqué—. A mis Beliebers les dije que era su novio y lo entendieron muy literal. Yo no dejaré de ser lo que soy contigo por ellas. Las amo, sí. Pero tú eres la mujer de mi vida. —y no exageraba. No quería perder a mis Beliebers, pero ellas tendrían que estar dispuestas a aceptar a mi novia, quieran o no.

—Justin…

—¡No! —me negué interrumpiéndola—. No serás cobarde.

—No lo soy —se negó.

—Entonces aceptarás nuestra relación, quieras o no —parecía que la estaba obligando, pero sé que ella lo hacía por inseguridad.

—¡Justin! —se quejó.

—Por favor —hice pucherito. Ella sonrió y se abalanzó sobre mí abrazándome desde el cuello y me besó.

Me besó apasionadamente. De esos besos que te dejan sin respiración y te hacen querer más y más. Nos separamos a falta de aire.

—Te amo —dijo ella y sonrió.

—Te amo, mi amor —respondí—, pero sigamos o no llegaremos… jamás —sonreí.

—Vamos —ella tomó mi mano y comenzamos a caminar nuevamente.

Sonseamos cariñosamente hasta llegar al lugar donde cenaríamos. Me había tomado el trabajo de pedirle a Kenny que ambientara todo. Estoy seguro de que no fue él quien lo hizo, pero… no importa. Había algunas velas y una mesa con dos sillas. Una enfrente de la otra.

—Yo no sé porqué lo haces —dijo ella sonriendo asombrada. Amaba su expresión—. Me conformaba con comer sentada en la oscuridad al lado del mar, Justin. Eres maravilloso.

—¿Tú cenar en la oscuridad sentada al lado del mar, en la arena? —cuestioné irónicamente. Ella no se merecía eso, se merecía más, mucho más. El oro puro—. No linda, te equivocas —le informé—. Tú te mereces todo lo mejor, quieras o no.

—Vuelves a equivocarte, pues… yo tengo lo mejor —dijo mirándome enternecida

—Tú eres lo mejor —la corregí.

—¿Eso crees? —dijo como enigma— Pues, te equivocas. Tú eres el mejor, más bien… —sonreímos juntos—, lo mejor.

—Te amo —fue lo único que salió de mi boca con torpeza. Moría por volver a sentir su dulce sabor.

—También te amo, te amo con todas mis fuerzas —dijo sonriendo.

No es de necesitado por tener sexo, pues… yo no tengo sexo con ella. Yo hago el amor con ella. Yo sentí su piel, acaricié su pureza y besé su dulzura. Yo toqué el cielo con mis manos, porque ella es mi cielo. Yo no tengo la necesidad de acostarme con ella por satisfacción, como miles de hombres hacen. Yo… yo solo quiero amarla, besarla, tenerla entre mis brazos y saber que es mía. Que será mía por siempre. O si por la vida no es así, saber que fue mía alguna vez.

Y saben qué, hoy tengo ganas de revivir aquella noche, una vez más.

—Quiero estar contigo —¿por qué mierda lo hice?

—Estás conmigo —dijo ella sonriendo y al ver mi seria cara me miró con una expresión extraña y su sonrisa se volvió una mueca rara.

—Lo siento, hablé de idiota —y cada vez… Justin Bieber se encargaba de meter más y más la pata.

—¿Es lo que pienso? —su dulce voz no sonaba enojada, sonaba vergonzosa. Sé que le daba pena hablar de esto.

—Olvídalo, ¿sí? —le pedí algo apenado.

—Pero… —regresé mi mirada atentamente a ella. Sus ojos brillaban— yo también quiero —añadió por lo bajo.

—¿Segura? —cuestioné tomándola de la cintura. No sé cómo haríamos para estar juntos ni dónde, pero de que lo haríamos lo haríamos.

—Me siento una puta —dijo ella y bajó la cabeza, ¿qué decía? ¿Cómo que puta?

—¿Puta? —pregunté.

—Es que —suspiró y agachó su mirada—, creerás que quiero acostarme contigo para satisfacer necesidades y que solo quiero tener sexo, para que nuestra relación tome ese camino y… no es así para nada —creo que sentía algo parecido, más bien igual, a lo que yo.

—Mi amor —tomé su cara desde el mentón con una de mis manos e hice que me mirara. Se veía tan adorable—, para mí tú nunca serás una puta, eres la mujer más digna y correcta del universo. Y… también tengo ese miedo, yo no quiero que nuestra relación sea solo sexo, porque yo contigo no tengo sexo —ella esbozó una diminuta sonrisa—, yo hago el amor. Me haces sentir en la gloria, porque me amas, no logro eso porque me dejas estar dentro de ti. Tú no eres una mujer para satisfacerme, eres la mujer que amo —creo que… me había desahogado.

—Eres tan —calló y sonrió—, eres tan hombre.

—Y tú tan adorable —dije abrazándolo—. No sé cómo o dónde, pero hoy será otra noche inolvidable —susurré a su oído.

—Gracias por ser tan dulce conmigo —dijo ella de la misma forma.

—Ven, cenemos —a eso vinimos, ¿no?

Ella se soltó del abrazo y caminamos hasta la mesa. Acomodé su silla y ella se sentó. Luego me senté frente a ella. Había una botella de vino, ni siquiera sabía cuál es. No conocía nada de esa bebida. La cena estaba en los platos. Yo serví el vino en las copas. Y mientras cenábamos charlábamos de… diversos temas.

—¿Qué haremos? —pregunté. Intenté disfrazar la pregunta como diciendo: “¿qué haremos ahora?”. Pero… ella estaba susceptible y sé que entendería el… “verdadero” significado.

—Bueno —dijo sonrojada—, no lo sé.

—Pues… —era peor que la primera vez. En la tienda, era imposible; Christian y Anya podrían descubrirnos. Sería un bochorno. Y… pues ¿en qué otro lugar sería posible?

No había prestado atención al clima. Pues, era lo de menos. Cuando me di cuenta vi algunas gotas caer sobre nosotros. Moví mi cabeza alarmado, sabía que iría a llover ahora. Vi algunas cabañas y la mayoría estaban a oscuras, de seguro no había nadie.

—¡Ven! —la llamé cuando vi las gotas caer con más fuerza.

La jalé y corrimos hasta las cabañas. Había un hombre fuera de una, cada vez llovía más fuerte.

—¡Chicos! —exclamó atentamente al vernos correr mojados por la playa desolada.

—¡Señor! —respondí—, ¿las cabañas son suyas?

—Sí —respondió.

—¿Podría alquilarnos una? —cuestioné rápidamente. Mi bella Smilove ni siquiera hablaba, creo que tenía algo de frío.

—¡Claro! Solo entren la lluvia es fuerte —era una persona muy amable—, luego me dan el dinero.

—¡Gracias! —dijimos. Él apuntó una de las cabañas y allí nos metimos rápidamente.

Estábamos empapados.

—¡Hace frío! —exclamó ella.

—Mucho —respondí mientras cerraba la puerta. Ella abrió su bolso y sacó algunas prendas. Era sorprendente, ¿traía ropa en un bolso? Las mujeres son dementes— ¿Traes ropa en un bolso? —cuestioné risueño.

—Pues… sí —respondió con normalidad—, por si acaso —añadió.

Lentamente me acerqué a ella. Su cabello mojado y sus ojos grandes y hispirnos me miraban alarmados, pero satisfechos.  La acorralé con mis brazos y ella desesperada dejó las cosas que traía en sus manos en la mesa de atrás, en la cuál estaba recostada gracias a la fuerza con la que la acorralé.

—Déjame amarte —le pedí perdiéndome en sus ojos chocolates.

—Y que yo lo haga —me pidió ella. Sonreí levemente.

Me apoderé de sus labios, sus dulces y rosados labios. Nuestros labios se rozaban con pasión y ternura a la vez, mis manos estaban posadas en su cintura. Ella me abrazaba, ahora, desde el cuello. Nuestras lenguas bailaban al compás de la excitación que esto estaba produciéndonos.

Sus largas y morenas piernas, quemadas por el sol, se enredaron en mi cintura y mis manos se posaron en sus muslos. Ella sensualmente desvió su boca por mi mandíbula hasta llegar a mi cuello. Allí comenzó a darme pequeños besos, ¡cómo me gustaba esto!

Narra Christian:

Habíamos hablado junto con Anya sobre el problema de su madre y ella solo me pidió una cosa: “No me tengas lástima, por favor. Ahora solo vallamos a divertirnos”. Me partía el corazón saber que su madre estaba padeciendo de esa enfermedad y que según Any solo tenía 3 meses de vida. Una real tristeza.

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Constanza: ¡Hola, linda! Enserio, es un gusto que me digas eso, después de todo tus palabras son la compensa que yo tengo por mi trabajo. Es un honor, Coni (: Respecto a tu respuesta, la nove llegará a 250 capítulos. Tengo dos opciones de las cuáles luego haré una encuesta. Ellas son si la nove termina en el casamiento o… si quieren saber qué pasará con los años entre Justin y ___________(tu nombre). Lo decidirán ustedes llegado el momento. Besitos linda.

Luu: Llegué a leer algunos capítulos de tu nove y me parece muy buena. Prometo seguir leyéndola. Gracias por leer, un besito linda.

Ale: ¡Gracias, linda! Ahora mismo paso por tu nove jiji. Besotes.

Vale: ¡Bienvenida! Te tendré en cuenta y sabré que allí estás, bonita. Muchas gracias por decirme cosas lindas, enserio. Es un gusto enorme para mí que te agrade mi nove. Besos.

Mony: ¡Hola, hola! También le tocaría el trasero a Justin :P jajaja. Y sí, le tengo FOBIA a las ranas, son asquerosas y me dan muchísimo miedo. Muchas gracias por lo de mi papá, por suerte hoy él está aquí en mi casa y me pasé un día muy buenazo con él jaja. ¡Fuerzas amiga! Tu abuelito te cuidará y te dará el saludo de navidad desde el cielo. Te quiero mucho y… estoy sonriendo ahora mismo :) ¡Pasa lindos días, amore! Te adoro amiga.

Marta: ¡Linda, feliz navidaaaaaaaad adelantada! Te quiero, española bella.

Liset: ¡Gracias, lindura! Espero que andes muy bien, te quiero n.n

TishuNove: ¡Gracias, cariño! Te quiero montones, que pases lindo día. Besotes.

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Bien, respondí los comentarios de la entrada 139° y aquí estoy, zafándome de las reglas jaja. Pude subirles hoy así que estoy muy feliz, ¡mañana es noche buena! Les regalaré un post para entonces, a la hora Argentina. Será, de seguro, después de las 00:00 (:

¡Comenté algo de un concurso! Pues… consiste en la frase más ingeniosa para una tarjeta de navidad para Bieber. Tendrán tiempo hasta… la próxima entrada que haga en el blog. Los premios… los sabrán luego. Habrá 1° lugar, 2° lugar y 3° lugar. ¡Espero que participen! Y… ¡qué gane la mejor! Las amo.

—Poly—

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