domingo, 2 de febrero de 2014

Capítulo 33°: "No me gustaría saber que eres una de ellos".




La puerta de la habitación fue golpeada por alguien desde afuera con un toque pacífico y algo abatido, quizás. Justin salió de la cama algo confundido y se dedicó a abrir.



—¡Viejo! —exclamó haciéndose a un lado—, pasa.
—Hola —saludó él mirándome detenidamente con angustia.
—Ryan —murmuré sorprendida—, hola.
—Me enteré de lo que pasó y quise venir —me explicó adentrándose. Justin se quedó parado en la puerta viéndonos.
—No te esperaba por aquí —y siendo honesta, creí que él no vendría.
—¿Cómo estás? —pude imaginarme que él mismo pensó que era una pregunta estúpida y sí, lo era.
—Bueno —me encogí de hombros viendo como él se sentaba en el sillón, Justin lo hizo pero a los pies de mi cama—, aún no ha empezado lo peor. Supongo que no puedo decir que estoy bien.
—Me preocupó mucho cuando me enteré —confesó—. Jamás creí que esto sucedería —sonrió amargamente.
—Sí, lo sé —murmuré—. Nadie lo esperaba, pero está pasando.
—Estarás bien —me aseguró. Negué con la cabeza y me encogí de hombros.
—Quién sabe —aclaré mi garganta—. Todo mundo dice eso, pero nadie controla lo que pasará.
—Debes ser fuerte —sonaba tan fácil.
—¿Qué haces aquí? —soné grosera, frívola, pero por primera vez después de mucho tiempo me sentía identificada con el concepto de un libro “Soy una granada”. Ryan me miró sorprendido.
—Nena —murmuró Justin desconcertado.
—¡No quiero que me tengan lástima! —saliendo de la cama hacia el lado contrario de Ryan me puse de pie— No quiero que me digan que estaré bien cuando la puta verdad es que el cáncer jamás te permite estar bien. Quizás viva unos años más, pero regresará. El jamás me dejará. Moriré, es eso. Moriré —estaban pasmados mirándome—. Voy a morirme —solté mientras las lágrimas caían igual que yo hacia el suelo sobre mis propias rodillas—. Tal como sucede en las películas. Será un final horrible y no quiero que nadie sienta mi perdida.
—___________(tu nombre) —mencionó entrecortada la voz de mi ex novio. Metí mi cabeza entre mis manos intentando escapar de todas las voces.
—No quiero —grité nuevamente—, ¡no quiero! —entre mis gritos oí la puerta abrirse.
—¿Qué pasó? —era la voz de Alba, pude reconocerla— ¡Chicos, salgan! —les pidió.
—Nena —los brazos de Justin, los cuales nunca podría desconocer me abrazaron suavemente sobre mis hombros.
—No, no hagas esto —le supliqué sin moverme de mi posición—. Déjame morir sola.
—No vas a morir —habló Alba acercándose, lo noté por el tono de su voz.
—No quiero estar aquí —susurré elevando mi vista entre sollozos.



La imagen era devastadora. Justin estaba a mi lado con las lágrimas mojando sus mejillas, desesperado. Ryan estaba en la puerta inmóvil, como si estuviera viendo un fantasma. Jamás lo había visto en ese estado de shock. Alba parecía paciente y dulce, pero lo que más me llamó la atención fueron los ojos azules de Tucker mirándome desde atrás de Butler en la puerta.



—Sabemos lo que estás pasando —comenzó Ryan—, pero no hagas esto.
—Tiene razón, nena —lo apoyó Justin apretándome contra él. Bruscamente me puse de pie separándome de él.
—¡No, no tienen idea! —volví a gritar— No tienen idea de lo que es saber que tienes una enfermedad que puede llevarte a la muerte. Jamás entenderían lo que es no tener opción, ¿vale? Jamás lo harían a menos que tuvieran esta puta mierda —todos miraban en silencio mientras yo me caía en mi propio mundo.
—Déjenme con ella —la voz frívola de Tucker rompió el espeso silencio—. Sé cómo manejarlo.
—Pero… —intentó remeter Justin.
—Eres su novio, lo sé. Solo sé cómo hacerlo mejor que todos ustedes —aseguró adentrándose en la habitación.



Casi por arte de una barita mágica, unos segundos después Justin salió último cerrando la puerta de la habitación. Me senté en mi cama mirando mis piernas extendidas hacia delante. Tucker se adentró un poco más hasta estar al lado de mi cama.



—Tú sí tienes salida —elevé mis ojos para mirar su rostro viéndome lejano, como siempre—. Y no, no vayas a decirme que no sé lo que pasará. Todas las palabras que has dicho antes, las debería decir yo —sequé mis lágrimas con mis puños—. Tengo leucemia, moriré. No hay otra opción para mí, para ti, afortunadamente, sí las hay.
—Siento que estoy atada a esta gran mierda —él no se inmutó.
—Perdí todo lo que tenía —perdió sus azules ojos en la nada misma—. Mi novia, mis amigos. Todos se fueron, ¿sabes por qué? —negué lentamente con la cabeza, esperando oír más— Porque les dije que quería morir solo. Jamás besé a alguien después de que Nelly se fuera, más bien, de que yo la echara. Jamás le conté un secreto a nadie nuevamente después de echar a mis amigos esta vez. Y sabes algo —sonrió irónicamente—, encontré esa maldita sala y encontré a esos malditos amigos que están allí siempre de ahora en más —las lágrimas volvieron a caer por mis mejillas—. Estar solo es feo —sus ojos me tomaron atención otra vez—, es muy feo. Mucho más de lo que crees. Están preocupados por ti, ellos no se adaptan a la idea y tú tampoco, pero no intentes hacer esto peor. Solo los desesperas.
—Tengo cáncer, Tucker. Igual que tú, igual que todos y bien sabes que…
—Sí, podemos morir —me interrumpió—. Mejor dicho, puedo morir.
—Todos —lo corregí.
—Todos lo haremos —fruncí mi ceño—. Todos moriremos algún día, ¿sabes lo que es malo? Decir que morirás, saber que morirás, pero aún mucho peor es vivir con la idea de que morirás —mi corazón se encogía con sus palabras—. Y eso es algo que tú puedes evitar, porque sabes que no morirás, no lo creas, no lo aceptes, lucha por vivir. Déjame todo lo demás para mí, yo no puedo creer que no lo haré, ¿sabes por qué? —sonrió amargamente— Porque yo sí lo haré. Yo sí moriré cuando menos todos lo esperen. Es la ley de la vida, pero tú vida aún no terminará. Créeme, vi pasar mucha gente por aquí. Su mayoría murió por creerlo, no por merecerlo. Su destino, no lo ameritaba —él comenzó a dirigirse hacia la puerta—. No me gustaría saber que tú seas también una de ellos.



Él salió de la habitación mientras mi corazón acongojado se balanceaba en un ritmo lento y tortuoso dentro de mi pecho. Dolía.



…Una semana después…



Metí mis pies en mis pantuflas y caminé hasta la silla de ruedas. Apenas eran las 06:00 a.m., me dolía la cabeza, mi cuerpo estaba débil, aún estaba recuperándome de la cirugía. Me puse un cárdigan sobre la bata para esconder los horribles moretones de los interminables sueros. Admiré los bucles caer por mis hombros hacia delante, probablemente, era la última semana que pasaba con ellos.

Rodé las ruedas hasta la puerta, abrí y salí hacia el pasillo empujándome mi propio peso con mis manos. Al encontrarme frente a la puerta de la sala entré.



—No esperaba verte tan pronto —John estaba recostado en el sillón, deduje que salía de su quimio. Se veía cansado y con mal estar.
—No deberías hablar —murmuré pasando por su lado—. Te ves débil.
—Te acostumbras —me aseguró y tosió pesadamente.
—¿Los demás?
—No lo sé —respondió—. Comenzarán a venir pronto. Es raro que tu novio no esté aquí todavía —volteé a verlo confundida.
—Justin viene siempre después del almuerzo —dije con seguridad. Él sonrió divertido y volvió a toser.
—¿A caso no lo sabes? —yo negué confundida— Él viene todas las mañanas muy temprano. Pregunta por ti, por como avanzas, lo veo todos los días —sonreí inconscientemente—. Eres afortunada.
—No sabía que él…
—¡No le digas que te lo dije! —me pidió rápidamente— Tal vez quiera mantenerlo en secreto.
—Está bien —murmuré sin dejar de sonreír levemente.
—¿Ya sabes cuándo comienzas con esta mierda? —asentí volviendo a la realidad.
—El lunes —era jueves—. El lunes comienzo.
—¿Quieres que te aconseje algo? —me propuso John sentándose a duras penas en el sillón.
—¿Qué cosa, John?
—Pide el fin de semana fuera —me sugirió—. Dile a Justin y a tu familia que quieres hacerlo, pásalo fuera. Créeme, cuando comiences con las quimio terapias no tendrás energía para hacerlo.
—No sé si me dejarán hacerlo —no sabía de algún permiso para aquello.
—Antes de las quimios, sí. Durante ellas, no. Deberás esperar a acabar —se encogió de hombros.
—Gracias, John —le sonreí ampliamente.



Salí de la sala a toda la velocidad que pude y antes de llegar a mi habitación vi la figura de Justin acercarse a la puerta, seguramente él me veía dormida seguido. Sonreí divertida.



—Buh —exclamé poniéndome detrás de él. Se sobresaltó y me miró agitado, sorprendiéndose.
—¿Qué haces despierta a esta hora? —se animó a preguntar. Me encogí de hombros.
—¿Así vas a saludarme, Justincito? —él sonrió divertido.
—No era realmente lo que esperaba —murmuró, se agachó hacia mí y me besó dulcemente.
—Entremos —le indiqué. Él abrió la puerta y me cedió pasó, después de que entráramos la cerró detrás de mí.
—¿Qué tal estás? —cuestionó.
—Em, bien —le sonreí divertida.
—¿Qué tramas? —se animó a preguntarme divertido.
—Bueno… —carraspeé sonriéndole—, me dijeron que puedo pedir el fin de semana para salir de aquí. Puedo pasar el sábado con mi familia y el domingo contigo, después comenzaré las quimios y no saldré hasta finalizado el tratamiento.
—¿Y te dejarán hacerlo? —la idea lo entusiasmaba.
—No lo sé —respondí—, ojalá que así sea. Lo deseo mucho, realmente.
—Sería grandioso —él se sentó en mi cama, yo frente a él.
—¿Qué es eso? —pregunté viendo el sobre salir levemente de su chaqueta, él miró en la dirección que yo lo hacía y sonrió como si recordara algo.
—¡Oh, sí! —exclamó divertido— Es un regalo de una Belieber hacia ti.
—¿Qué? —pregunté extrañada mientras él me pasaba el sobre.
—Sí, me la dio ayer a la salida del estudio —se encogió de hombros—. Creo que es una carta, no la he leído. Es tuya —estaba sorprendida.
—No me insultará, ¿no? —él rió divertido.
—No creo —se encogió de hombros—. Parecía ser dulce e incapaz de insultar a alguien.
—Léemela —le pedí pasándosela de regreso, él la tomó extrañado—. Solo quiero que la leas por mí, ¿vale? En voz alta —él abrió lentamente el sobre.
—Venga, dice así —aclaró su garganta clavando sus ojos miel en el trozo de papel escrito de ambos lados.


Querida ___________(tu nombre):

No me conoces, yo sí te he visto en fotos. Sé que eres novia de mi ídolo, creo que está demás decir quién es. Puede que creas que quiera insultarte y decirte barbaridades, en realidad, es lo último que deseo. Tengo 16 años y poseo novio, por ende, sé lo que es estar enamorada y no te juzgo, apuesto que Justin es un gran muchacho.
Las noticias corren, no de la mejor manera, pero lo hacen y mucho más cuando son no muy buenas. La prensa apesta, aunque no me persigan, estoy segura del hecho ¿Y quieres saber algo? Sé lo que estás pasando.
Mi madre murió de cáncer de estómago y como si eso fuera poco, yo padezco de cáncer de colon. Sé por lo que estás pasando. Solo… no te dejes vencer. No es fácil, es una lucha tediosa y más de una vez caerás, pero estoy segura de que tienes algo por lo que luchar y alguien que te ayude a ponerte de pie. Por favor, no escuches lo que la gente tiene para decirte, mejor dicho: no escuches lo malo que vayan a decirte. Nada puede ser lo suficientemente malo como para derribarte.
Me agradas, veo que Justin está bien contigo, me gusta saber que él está así ahora. Lo vi mal, pero apareciste en su vida y lo veo mejor que antes. Me gustaría al menos hablar contigo algún día por teléfono o skype. Quién dice, tal vez hasta ir juntas por un café. Mi nombre es Daphne. Dejaré mi e-mail y mi número telefónico más abajo, por si alguna vez quieres hablar y no sabes con quién, estaré encantada de hacerlo.

Solo sé fuerte, no te dejes vencer por nada. Reza, reza mucho y ten fe. Cuida mucho a Justin y deja que él te cuide a ti. No lo sueltes, él tampoco lo hará. Te deseo mucha suerte y fuerzas, que te mejores cuanto antes.


Daphne.



—Bueno, creo que ella no te insultó en lo absoluto —sus ojos estaban llenos de lágrimas mientras metía el papel nuevamente en el sobre.
—Es raro que una de ellas no me insulte —sonreí lentamente, él elevó mi vista para verme.
—No todas te odian —me informó—. Pero eso no interesa, ¿sabes? Realmente, eso no me importa.
—Si ellas escucharían eso me matarían y luego a ti —le recordé.
—Sí, tal vez —sonrió divertido—. Ven, nena —me pidió—, estás lejos.




…Sábado por la mañana…



—Debo confesar que extrañaba el olor a casa —aseguré adentrándome hacia la sala—. Subiré a cambiarme —me volteé a sonreírle a mamá—. Bajo en un momento.
—Vale, ten cuidado —murmuró ella, quien se había tomado el día libre para estar conmigo.



Subí las escaleras y me adentré en mi habitación. Mis cosas, mi cama, mi armario, mi ropa, mis zapatos, ¡extrañaba mi casa! Tomé algunas prendas y me quité la bata azul para vestirme así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=112283284&.locale=es. Bajé hacia la cocina, mamá estaba allí preparando té de frutos rojos.



—¿Sally? —me animé a preguntar sentándome en una de las sillas.
—Salió —su voz fue cortante, seca.
—¿No está en casa? —era raro, ella siempre dormía los sábados por la mañana.
—Salió con tu padre —añadió datos. Era raro que ella hablara tan tajante del tema. Me pasó una pequeña taza con té humeante.
—¿Sally ha hablado con ustedes? —mamá elevó su vista para verme algo sorprendida, bebió un sorbo de té y aclaró su garganta.
—No estoy de acuerdo con nada que digas defendiéndola —fruncí el ceño mientras revolvía mi té esperando que se enfriara un poco.
—Mamá no…
—No puedo con todos los problemas, ¿vale? —se defendió interrumpiéndome— Tu enfermedad está primero, Sally estará bien.
—Ella necesita apoyo, ¿sabes? Es tu hija.
—Tu padre está acompañándola —me dolía verla hablar así.
—No seas dura con ella —le imploré—, ella no merece que lo hagas. Se equivocó, sí, es cierto, ¿pero sabes algo? La vida viene escrita —me encogí de hombros mirando el líquido rojo en la taza frente a mí—. No puedes hacer nada por cambiarla y por más inquietante que sea, es así.
—No te pongas de su lado —me soltó mirándome fijo.
—No lo hago —le aseguré sencillamente—. Solo es que no puedes hacerle esta mierda, madre —negué con la cabeza—. Solo la marcarás, ella no puede evitar el hecho de que va a ser madre. Es joven, sí. Por ello mismo te necesita.
—Solo quiero que te pongas bien —habló ella mirándome fijo.
—Estaré bien —preferí decirle—. Solo no abandones a Sally.
—No la abandonaré —admitió—, solo estoy muy enojada.
—Mamá —carraspeé después de tragar un sorbo mi té—, ¿qué opinas de Justin? —ella me miró fijo.
—Sé que están en algo, simplemente, no sé qué decirte —me informó—. No sé mucho sobre él, realmente, me preocupa que te lleve por un mal camino. No lo conozco, pero nadie dice nada bueno de él —podía imaginarme que ella pensaba eso.
—Él no es lo que la prensa muestra, mamá. Te lo aseguro —claro que no lo era—. Y puedo poner las manos al fuego por él, jamás creí que me apoyaría tanto. Él está tan al pendiente de mí —mamá me miraba prestándome máxima atención—. No sé si vas a aceptarlo mamá, pero realmente, lo quiero.
—¡Hola, chicas! —saludó papá entrando alegremente a la cocina.
—Hola papá —murmuré sonriéndole. Él besó mi cabello y se sentó a mi lado.
—Hola, hermanita —me saludó Sally algo desanimada sentándose a un lado de mamá.
—¿Cómo estás, pequeña? —le pregunté alegremente.
—Bien, me alegra que estés aquí —me sonrió.




Poco a poco comenzaba a sentirme mejor, realmente John tuvo una gran idea al decirme que pidiera el fin de semana. Me costó conseguir el permiso, pero no fue imposible y no me arrepiento de ello.

10 comentarios:

  1. gracias nena por ese capi tan maravilloso besos siguelas cuando puedas

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  2. Hola !, bueno , yo soy nueva lectora y amo tu novela , la verdad hace rato que la leo , me llamo javiera y tengo 18 el 12 cumplo 19, amo tu novela , seguila pronto, y una pregunta , podria aparecer con chris? Si no puedo entiendo , y seguire siendo tu fiel lectora , porsiacaso te dejo mi descripcion:
    Tengo ojos azules , cabello castaño claro, piel blanca , soy modela de la compañia famous mania, vivo en argentina, soy amable y simpatica, si soy fiestera, si , la verdad si
    Bueno seguila pronto!
    Tu nueva fiel lectora ~ javi ~

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  3. Heyy soy nueva lectora :D me encanta esta historia, es muy distinta a todas las que he leido<33 siguela pronto por favor! Besos desde venezuela

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  4. Me encata tu novelaaa, siguela piliss! besos

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  5. Cuándo subes ¡ESTOY MURIENDO!

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  6. Nueva lectora siguela porfi esta hermosa me encantaaa!!!♥♥♥♥♥♥♥������

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  7. Meee encantaaa demasiado la nooovelaa poorfavor sigueelaaa y haz maraatoneeesssss! PERO SUBE RAPIDITO POOORFI:)

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  8. Me has dejado con una intriga tremenda, por cierto soy nueva lectora. Escribes muy bien, me encanta y sobretodo me encanta Tucker. Es tan él. Tienes que seguirla :))

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  9. Siguela porfiii me estoy muriendooooo�� esta muuuuy padre ya hace falta capítulo nuevo plz síguelaaaaaaaa por favor por favor de verdad me encanta escribes muuy bien y la amo síguela porfi♥

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