Capítulo 167°: "Bullying".

—¿Quién eres? —pregunté confundida. Yo hace minutos no estaba aquí.

—Jack —respondió. Era muy bello. Tenía cabello oscuro, ojos miel y sonrisa perfectamente dulce y encantadora.

—¿Dónde estoy? —pregunté alarmada. Esto comenzaba a atormentarme.

—Mamá, ¿no me conoces? —evadió el niño mi pregunta.

—¿Qué? —pregunté esperando que no sea verdad. El recuerdo de un bebé que perdí llegó a mi mente.

—Soy Jack, el bebé que perdiste…

—¡Jack! —básicamente grité. Era un niño algo fortachón. Pero a todo esto solo había una explicación y ¿ya había muerto yo también?

—Mamá, tú no debes estar aquí —me informó—. Aquí el tiempo pasa más rápido, yo tengo 5 —me informó—. Esto es la entrada al cielo.

—¿Al cielo? —cuestioné. Estaba por morir pronto, entonces.

—Sí —afirmó—. Debes irte —de repente la visión de una habitación de hospital apareció—. Ésa eres tú. Hermosa y fuerte. Debes salir adelante, tener hijos, casarte con papá, ser feliz. Mami, tú perteneces a la tierra aún —mis ojos estaban bordeando de lágrimas.

—¿Por qué no pude concebirte? —me lamenté. Él me abrazó con fuerzas.

—Mamá, yo te protegeré desde aquí —me informó—, debes ser fuerte. Te amo.

—También te amo —era tan tierno. Era tan puro el amor.

—Ahora, ve —me indicó—. Papá está muy triste.

—Gracias Jack.

—Te amo, mamá.

La pequeña manito de Jack tomó la mía haciéndome sentir escalofríos. Tironeó un poco de mí para que caminara y me dirigió hasta un puente. Miré hacia todos lados, todo era minimalista y blanco. Árboles, flores, olor a pino.

—Ve, mamá —me indicó.

—Adiós, Jacky —me agaché a su altura—, siempre voy a amarte.

—También yo, mami —dijo él. Me abrazó con fuerzas, haciéndome sentir esa felicidad que pocas veces consigues dentro.

…

Abrí los ojos agitada. Me dolía todo el cuerpo aún, al parecer el golpe había sido fuerte. Miré hacia el costado y Justin estaba sentado en un sillón, según divisé en la oscuridad estaba dormido. Suspiré y mi pecho se contrajo del dolor. Estaba entera golpeada, pero había algo distinto. Había recordado todo. Mamá, papá, Nerea, Caitlin, Chaz, Chris, Anya, Marcel, Jason, Cody, Selena. Todos, buenos y malos, aparecieron en mi cabeza como si la magia habría obrado en mi cerebro. Mi respiración era acelerada, me costaba bastante respirar. Tenía el pecho pesado, pero era a causa de los golpes. Una luz iluminó la habitación, era el teléfono de Justin que estaba a mi lado. Intenté no tomarlo, pero en realidad, me daba mucha pena que se despertara, seguramente llevaba tiempo aquí y estaba cansado. Por lo que lo tomé.

Mi corazón se despedazó, sentí mis ilusiones romperse. Creí que todo estaría bien, que ya había pasado lo que sucedió en el restaurante, pero en realidad al ver quien llamaba, odiaba creer que iba a acabar pronto. Dejé el teléfono donde estaba antes, justo después de leer que decía: “Selena, llamando”. Me di vuelta a duras penas en la camilla dándole la espalda a Justin, las lágrimas comenzaron a caer, mojando la almohada. Mi felicidad, era una maldita dependencia, era una dependencia de alguien que me estaba decepcionando; ¿Qué mierda haría Justin llamado a Selena?

Me sentía como una estúpida, tenía ganas de pararme y gritarle cualquier cosa a Justin en su cara. El teléfono volvió a encenderse. Al parecer esta vez despertando a Justin. Quien al verme dada vuelta y sollozando se sorprendió totalmente.

—¡___________(tu nombre)! —exclamó y pasó su mano por mi espalda.

—¿Qué? —pregunté volteándome a verlo—, ¿qué quieres, Justin?

—¿Estás bien? —preguntó—, buscaré una enfermera.

—Sólo busca a la enfermera y vete —le ordené. Él me miró confundido, con los ojos llenos de lágrimas.

—Es por lo del restaurante, ¿no? —me preguntó.

—Es porque ya no quiero sufrir —corregí la idea.

—¿Qué sucede? —preguntó. Sus lágrimas no tardarían en salir.

—Quiero regresar a Londres —farfullé desviando mi mirada.

—Por favor —me pidió—, dime qué sucede.

—¿Tú sigues hablando con Selena? ¿Después de que la denigré en su cara? Yo quedo como la estúpida, ¿sabes? —el semblante de Justin se tensó, en realidad estaría hablando con ella.

—___________(tu nombre), puedo explicártelo —sus ojos se veían acuosos—…

—¡No quiero escuchar nada, Justin! —le grité—, por eso me trataste de puta, ¿verdad? Por eso dijiste que era una ramera —mi corazón se oprimía con cada palabra.

—Por favor —rogó.

—¡Vete! —le grité—, ya no quiero verte.

—Déjame explicar…

—¡No quiero escucharte! —le interrumpí—. Vete, tienes la puerta allí, vete —mi respiración era agitada, estaba doliéndome mucho.

—Mi amor —él también estaba llorando.

—Señorita, ¿qué sucede? —preguntó la enfermera entrando algo desesperada a la sala.

—Acaba de despertar —le informó Justin.

—Retírese, señor —le pidió la mujer.

Justin salió cabizbajo de la sala. La mujer comenzó a preguntarme qué sucedió y me hizo un par de estudios. En dos días, estaría fuera de aquí. Al parecer había pasado casi 2 días en coma, era lo que ella dijo.

…Al día siguiente…

Me levanté, me di una ducha en el baño de la sala y me cambié así http://www.polyvore.com/love/set?id=45637055, me peiné el cabello y me enjuagué la cara, me había pasado la noche llorando. Odiando a Selena, otra vez, y a Justin por jugar por mí.

—Buenos días —saludó la voz de alguien a quien no quería ver.

—¿Qué haces aquí? —cuestioné sin voltear a verla, la odiaba. Maldita arpía.

—Espera —me pidió Selena—, vine a aclarar las cosas.

—¿Qué cosas? —cuestioné. La rabia estaba invadiéndome—. No quiero hablar de ti, ni de Justin —sin esperar respuesta abrí la puerta decidida a bajar hacia la cocina.

—___________(tu nombre) —me habló—, no es como tú creías —me informó corriendo con sus tacones tras de mí en el pasillo del hospital.

—¿Qué es entonces? —mi corazón latía más rápido de lo normal y mis manos sudaban, estaba más que nerviosa.

—Estoy con la gira, aquí —me comenzó a explicar—, necesitaba que Justin me ayudara a ser el telonero de esta noche, porque la banda local canceló —patrañas.

—No soy una idiota, Selena —le recordé. Ella suspiró como llenándose de paciencia.

—No estoy mintiéndote —me aclaró—. Es la verdad de todo, aunque quisiera que fuera real lo que imaginas, no es así.

—Sé lo que se siente necesitar a Justin, pero estás rompiendo algo más fuerte y grande de lo que crees —comenté para seguir mi camino.

—No necesito más a Justin, como tú crees —me avisó. Era absurdo, acababa de decir que sí.

—Acabas de admitirlo, Selena. No seas hipócrita —le pedí—. Al parecer has ganado.

—Amaría presumir que sí —farfulló y suspiró luego—, pero soy la perdedora aquí.

—No quiero oírte, Selena —me ponía nerviosa.

—Espera —me habló, otra vez. Volteé algo perpleja—. Ten —dijo y me pasó su mano cerrada. La abrió y dentro de ella había una medallita con un Cristo.

—¿Y esto? —cuestioné tomándola extrañada.

—Sé que has perdido un bebé, mi mamá también lo hizo —sabía eso—. Sé el dolor que se siente y aunque haya pasado hace ya algunos meses, quiero que sepas que no te maldigo por nada. Al contrario, gracias —estaba siendo una actitud muy madura de su parte.

—Gracias —dije extrañada.

—Por favor —repitió—, no pelees con Justin.

—Selena yo…

—Juro que no lo llamé por lo que crees —repitió—. Justin no tiene la culpa.

—Gracias —repetí sin dejar de salir de mi asombro. Ella se abalanzó sobre mí abrazándome. Quizás, era lo que más necesitaba ahora.

No esperaba estar abrazando a Selena, que ella sea quién esté ahora conmigo. Todo se volvía raro. A veces la vida da vueltas, dejándote parado frente a quién menos te lo espera. Y como siempre dice, un gran amigo como lo es, Zayn: “La vida es loca. Te da sorpresas. Cuando crees que lo tienes todo en orden, se da la vuelta dejándote todo desparramado otra vez”. Pues, en realidad… esto nunca acababa de sorprenderme. Selena se separó de mí, me sonrió con una sinceridad que nunca vi ni noté en ella y se fue. Algo pasmada bajé las escaleras para conducirme hasta el comedor. Miré el reloj de mi teléfono y daba las 08:30. Éste día había comenzado lo suficientemente raro, como para seguir pensando en negativo. Guardé la medalla en mi bolsillo y me introduje en la cafetería. Tomé una bandeja y me serví una taza de café y 4 galletitas. Para poste una manzana y un vaso de agua. Me senté en una mesa sola, alejada de la mayoría. Cualquiera podría conocerme y no era lo que quería.

—¿___________(tu nombre)? —podría conocer esa voz a millas de distancia.

—¿Papá? —pregunté y volteé exasperada por ver si era o no él.

—¡Cariño! —exclamó y me abrazó—, ¡despertaste!

—¡Papá! Te extrañé mucho —mascullé mientras correspondía el abrazo.

—Mi amor, estás bien —farfulló mientras se sentaba frente a mí.

—¿Has venido solo? —pregunté.

—Mamá, Michael y José estaban con papeles para la empresa —me explicó—. Así que decidí venir solo.

—Papá —suspiré—, peleé con Justin.

—¿Qué? —cuestionó mi padre alarmado—, ¿cómo que peleaste con Justin? —creo que no podía creerlo.

—Peleamos antes del accidente y… anoche Selena estaba llamándole —la cara de papá se desilusionó al escuchar eso. Creo que él tampoco esperaba que Justin sea así conmigo.

—Pensé que Justin no era así —pensó en voz alta—. Creí que iba a cuidarte.

—Papá, quiero regresar a Los Ángeles —le comenté. Los ojos de papá se compadecieron de mí y de la situación.

—Mi amor, estás tomando las decisiones muy deprisa —extrañaba a papá—. Recuerda que Justin te ama, quizás no es lo que tú crees.

—Papá, ¿qué haría Selena llamando a Justin? —cuestioné obviamente—, yo no le marco a Adam o a Cody.

—No lo sé, mi amor. No lo sé —creo que era la respuesta a mi pregunta—. Pero si vas a casarte con Justin, deberías confiar en él.

—Papá —suspiré—, ¿no será que la relación está desgastada? —pregunté.

—Ay princesa —suspiró—. Cuando eso pase solo ustedes se darán cuenta. Todo esto es nuevo para ustedes. La convivencia, las peleas, los enfrentamientos, pero son cosas propias de una pareja —era raro hablar de esto con papá.

—Papá —suspiré—, ¿me equivoqué cuando decidí ser famosa? —le pregunté. Él rió irónicamente.

—¿Tú crees eso? —preguntó asombrado ante mi seriedad—. ___________(tu nombre) hace 4 años ganas 3 grammys todas las galas de ellos, cantas a la perfección, miles de adolescentes te aman, ¿crees que te has equivocado? —preguntó—. Además, algo que pocos hacen, les has enseñado a muchas personas a ser fuerte. A demostrarse como son y eso no tiene precio.

—Papá, cuando todos se vayan, tú no —le pedí. Sus ojos lagrimearon un poco.

—¿Cómo crees? —preguntó con un hilo de voz.

—Mamá se fue cuando era chica, Michael y José a veces se van, Brenda se fue, Adam se fue, Jason está yéndose, los chicos también, papá si Justin se va, quiero que tú no te vayas —le rogué.

—Princesa, yo nunca me iré —me aseguró papá acariciando mi mano y tragándose sus lágrimas.

—¿Aún si yo fallara? —le pregunté.

—Claro que no —su sonrisa era hermosa—. Aún si fallaras seguirías siendo mi pequeñita.

—Te amo papá —sus ojos se bordearon de orgullo.

—También te amo, ___________(tu nombre) —me dijo él—. Y estaré orgulloso siempre de ti.

Terminé de desayunar mientras papá me contaba cómo iba mamá con su embarazo. Luego de ello regresamos a mi habitación, ya que no había mucho por hacer en cualquier otro lugar, digo pues… ¿a dónde más podríamos ir?

—¿No sabes a dónde fue Justin? —cuestioné viendo que no estaba en la sala.

—No, amor —respondió papá—. Quizás a descansar.

—Papá —suspiré—, ¿si pierdo a Justin?

—¿Crees que es posible? —cuestionó él sonriendo—, Justin te ama, cariño.

—No quiero hacerlo —farfullé mientras me sentaba en la camilla cabizbajo—. No quiero que Justin me odie.

—Justin nunca te odiaría —me afirmó papá—. Mi amor, Justin te ama. Y estoy seguro de que esto solo fue un mal entendido.

—Eso espero, papá —farfullé.

Hotel ___________(nombre de un hotel)

Narra Justin:

Me sentía mal, me sentía muy mal. Ella no confiaba en mí. ___________(tu nombre), creía que la había hecho quedar como una completa idiota ante Selena, cuando no era así en lo absoluto. Si no que todo lo contrario. Me fui del hospital, sí. Sé que la dejé sola allí, pero si me hubiera visto allí esta mañana se habría largado a gritarme cosas. Además, accedí a ayudar a Selena esta noche. Cantaré dos canciones como telonero de su concierto. ___________(tu nombre), me odiará más por ello, pero no puedo ir en contra de lo que Scooter me diga.

Me odio a mí mismo. Yo solo arruiné todo. Si yo no era tan celoso, no habríamos peleado, ella no estaría en el hospital y quizás se habría enterado mejor de que Selena necesitaba mi ayuda. No creo que quiera volver a hablarme después de hoy. Va a odiarme por el resto de mi vida y eso me duele aún más. Yo no quiero estar lejos de ella, no quiero perderla. Pero, hay veces que odio ser Justin Bieber.

—¡Justin! —exclamó mamá a través de la vídeo llamada.

—Mamá —recordé.

—¿Qué sucede? —me preguntó—, ¿cómo está ___________(tu nombre)?

—Despertó anoche —farfullé para luego recordar la llamada de Selena—, pero peleamos.

—¿Qué? —cuestionó alarmada—, creí que estaban bien.

—Es que vio que Selena estaba llamándome y creyó que estoy engañándola. No me dejó explicar que Selena me llamaba para que sea el telonero de su concierto hoy —le expliqué a mamá, quién se lamentaba con la expresión de su rostro.

—¿Y qué harás? —preguntó.

—No lo sé mamá —estaba confundido, lo admito—. Sabes cómo es ella.

—Esa no es excusa —me recordó mi madre—. No permitiré que te quedes de brazos cruzados.

—Mamá —suspiré.

—¡Justin! —me regañó—. Vamos, ¿qué diablos haces allí? Ve con ella —me exigió.

—¿Y qué le digo? —pregunté—, ¿Qué iré al concierto de Selena a cantar?

—Pues, sí —respondió—. Ve con la verdad.

…Media hora después…

Llegué al hospital y me dirigí a la habitación de ___________(tu nombre). Golpeé la puerta y ella abrió. Se quedó algo pasmada al verme.

—Justin —farfulló cabizbaja.

—¿Podemos hablar? —le pregunté. Ella se corrió de la puerta y entré al lugar lleno de cables y aparatos donde estaba internada.

—Selena vino hoy —comentó ella sentándose en la camilla.

—¿Qué? —si dijo algo que no era verdad, la mataría.

—¿Irás a cantar? —preguntó ella evadiendo mi interrogante.

—Scooter me ordenó que lo haga —le respondí sentándome en una de las sillas—. ___________(tu nombre) yo —proseguí después de unos segundos.

—Justin, ¿sigues sintiendo algo por ella? —me interrumpió. Estaba dura, severa. Eso no me gustaba.

—No —respondí rápidamente. Logré divisar que en su mano no llevaba el anillo de compromiso—, ¿qué te dijo hoy cuando vino?

—Que te había llamado para que seas telonero de su concierto —respondió ella—. Que no pelee contigo, porque tú no tienes la culpa. Me dio una medallita y me dijo que ella sabía lo que se sentía perder un bebé, porque su madre lo había sufrido. Y que ella comprendía mi dolor —me sorprendió escuchar eso.

—¿Vas a odiarme? —le pregunté.

—No —respondió ella.

—Perdóname —le pedí.

—Te amo Justin —escuchar eso me hizo volver el alma al cuerpo.

—Te amo —respondí. De repente la puerta se abrió y entró ___________(tu papá).

—¡Justin! —exclamó— no sabía que estabas aquí.

—Descuida, vine a hablar —le informé y sonreí.

—¿Está todo bien? —le preguntó a su hija. ___________(tu nombre), se encargó de iluminar el lugar con una enorme sonrisa.

—Sí, papá. Todo está bien —respondió.

—Traigo buenas noticias —nos informó.

—¿Cuáles? —preguntamos a unísono.

—Bueno, por empezar, me voy a la noche y por consiguiente, podemos irnos ya, porque estás estable y te dieron de alta —comentó ___________(tu nombre).

…La noche del mismo día…

___________(tu nombre) decidió venir, ya que le insistí en que me acompañara, para que viera que no haría más que cantar. Entonces accedió, se cambió así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=45651265&.locale=es, dejó sus ondas sueltas a lo largo de su espalda. No traía una gota de maquillaje y se veía hermosa. Tenía algunos raspones aún, pero se veía hermosa. Yo tomé unos jeans azules claros, suparas negras, un pulóver azul y una chaqueta negra.

—¿Ya vamos? —me preguntó ella sonriendo.

—Sí, mi amor —afirmé abrazándola por la cintura.

Narra ___________(tu nombre):

Llegamos a un enorme estadio, allí bajamos, estaba repleto. Justin debía ir hacia sonido y maquillaje, yo me quedé sentada en una de las banquetas, sola. Comencé a ver Twitter en mi Black Berry, nada interesante había, hasta que escuché unos tacos avecinarse.

—Viniste —masculló la voz de Selena.

—Hola —saludé con desconfianza. Su mirada se veía algo fea.

—Te has arreglado con Justin —farfulló.

—Sí —afirmé.

—Selena —habló Cody—, ¿qué haces con las feas? —joder, lo odiaba.

—Debo irme —dijo ella. Entonces apareció Billy, de no sé dónde; ¿qué hacía él aquí?

—Adiós, Selly —dijeron ellos.

—¿Qué te sucedió? —preguntó Billy tomando un mechón de mi cabello—, ¿a caso Bieber no sabe que debes cuidarte el cabello?

—Suéltame —le pedí y le quité la mano de mi cabello.

—Estás fea —farfulló Simpson.

—Y tú estás idiota —me defendí poniéndome de pie. Pero… era en vano, no había nadie y si ellos querrían hacerme algo, eran dos contra uno. Ganarían.

—Estás gorda. Tienes sobre peso —esas palabras dichas por Billy daban vuelta en mi cabeza. Odiaba que se metan con mis problemas alimenticios. A veces era difícil para mí mantener mi peso y quizás sí, tenía uno o dos kilos de más. Pero eso no me interesaba—. Perderás fans, porque eres obesa —las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.

—Todo mundo te dejará, porque eres horrible, ___________(tu nombre) —masculló Cody. Las lágrimas salían más y más.

—…

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Contestaré comentarios en la próxima entrada, es que tengo muchos deberes y estoy con prisa, ¡Las amo! (: Besitos.

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