Vestía la típica
bata azul del hospital. Sus ojos eran azules y profundos, perdidos en la frialdad,
en el olvido, en el rencor contra nada en especial. Su boca presionada en una
firme línea, sus labios rosados a penas, signo de la debilidad de su cuerpo. Él
estaba calvo, rápidamente deduje que él era víctima de cáncer y que estaba
pasando por algo que yo pasaría en poco tiempo. Sus brazos estaban llenos de
moretones y tenía una intravenosa que goteaba a una velocidad desesperante
pasándole suero. Me pregunté fugazmente cuál era su enfermedad. Sus ojos se
clavaron en mí como cuchillos tirados a la velocidad de la luz, directo a
matar.
—Hola —murmuré y
sonreí levemente, casi inconscientemente me encontraba mirándolo con lástima.
—Hola —su voz se
oyó frívola, distante y sus ojos no se inmutaron.
—Soy ___________(tu
nombre), soy nueva aquí —él asintió sin cambiar su semblante.
—Sí, lo sé —él no
cambiaba su plan—. Soy Tucker.
—Dime, Tucker —carraspeé
aclarando mi voz—, ¿conoces el lugar?
—Después de un año
de estar aquí, supongo que sí —sus ojos azules me escaneaban
indiscriminadamente.
—¿Sabes dónde puedo
conseguir jugo? —él me miró arqueando una ceja.
—¿No has almorzado?
—yo asentí— Pues, no conseguirás jugo. Solo agua —se encogió de hombros—.
Supongo que deberás acostumbrarte —me sonrió vacío—, ¿sabes cuánto tiempo
pasarás aquí?
—No, bueno, todos
dicen que serán un par de meses y ya —él asintió pensativo.
—¿Quieres ir a la
sala de juegos? —me ofreció— No podremos saltar, porque no es guardería, pero
hay más gente allí. No creo que desees estar sola.
—Vale —acepté
cediéndole el paso para dejarme guiar—, ¿hace mucho estás…?
—Seis meses —habló
rápidamente—. La leucemia me está consumiendo, no tengo la suficiente fuerza
para mantenerme en pie. No te preocupes —su voz seguía fría—, te acostumbrarás
a ver gente en mi estado aquí.
—¿Hay muchos pacientes?
—intenté cambiar de tema.
—Sí, pero aquí en
esta sección somos pocos —respondió—, ¿cuándo llegaste? —él iba concentrado en
el camino hacia el fondo, yo lo seguía a su lado manteniendo el paso.
—Ayer —murmuré.
—Vas rápido —me
informó—, ¿tienes fecha?
—¿Fecha? —cuestioné
confundida.
—La cirugía, las
quimios, algo —dio opciones.
—Mañana será mi
cirugía —recordé el hecho.
—Debes estar
aterrada —asentí y ante mi silencio él me miró—. Estarás bien.
—Todos dicen eso —me
encogí de hombros intentando parecer despreocupada—. Pero supongo que sabes lo
difícil que es.
—Sí —soltó secamente.
—¿Cuántos años
tienes? —saqué tema para no caer en el silencio.
—Veintidós —parecía
de menos—. Estás sobre los 18, ¿no?
—Sí, 18 —afirmé
cuando él frenó frente a una puerta. Se estiró para abrirla abriéndome paso a
la sala.
—Pasa —me invitó.
Había sillones y
las paredes estaban pintadas de color crema, olía a perfume de lavanda, había
unos diez chicos y chicas allí, algunos jugaban damas, otros ajedrez, algunos
solo charlaban entre ellos. Parecían conocerse.
—Chicos —habló
Tucker teniendo la atención—, ella es ___________(tu nombre), la nueva.
—Hola —escuché
algunas voces decir.
—Hola —respondí
sonriendo levemente mientras acomodaba mi cabello detrás de mi oreja. Irónico,
¿no? En su mayoría estaban calvos o con pañuelos cubriendo su cuero cabelludo
reluciente. Pronto estaría así mismo.
—Pasa —me invitó
una de las chicas—. Siéntate, ponte cómoda —me sonrió levemente.
—Aún tienes cabello
—comentó una muchacha de lindos ojos verdes sonriéndome melancólicamente.
—¡Kelsey! —protestó
la muchacha que me invitó a sentarme mirándola con una mirada regañadora.
Kelsey se encogió de hombros inocente mientras me sentaba tímidamente en el
sillón. Tucker se quedó en su silla a mi lado.
—Ella es Kelsey —apuntó
a la chica que había metido la pata—. La de al lado —la que la regañó—, es
Joanne. Son un poco nuevas, llevan como mucho, dos meses aquí.
—Yo seré como ellas
pronto —intenté todo por no sonar como una imbécil lamentándose, pero fue
imposible.
—¿Qué tipo de
cáncer tienes? —preguntó un sonriente muchacho caminando hacia el sillón de
enfrente al mío.
—Hepático —murmuré—.
Dicen que no está avanzado, que con la cirugía y algo de quimio estaré bien.
—También tuve
cáncer hepático —me aseguró él sonriéndome cálidamente, nada parecido a Tucker—.
Es un gusto —extendió su mano y yo la tomé batiéndola levemente con una tenue
sonrisa en mi rostro—, soy John.
—El Don Juan —añadió
Kelsey riéndose en voz baja. John la miró fulminándola.
—Y tú la chismosa —remetió
él contra ella. Reí en voz baja.
—¡Ey! Al menos la
haberos hecho reír —exclamó Tucker un poco más confianzudo que antes, miré su
rostro y una fugaz sonrisa atravesó sus labios.
—No es tan trágico —arqueé
una ceja ante el repentino cambio de tema de John—. El tratamiento no es tan
fuerte, solo unas sesiones de quimio después de la cirugía y un mes o dos y te
irás a casa —aseguró con total seguridad.
—¿Estás hace mucho?
—pregunté curiosamente.
—Cinco meses —arqueé
una ceja ante su respuesta.
—¿Y por qué sigues
aquí? —él carraspeó.
—Mi cáncer estaba
avanzado, el tratamiento que te harán no funcionó conmigo. Sigo con quimio
terapia —se encogió de hombros—. Estoy resignándome a ser trasplantado —mi
corazón se paró. Pobre muchacho.
—Ya no lloriquees, Greck
—le sugirió ligeramente Tucker—. Estarás bien, necesitas algunas sesiones más.
Vas mejorando —le recordó positivamente.
—Las quimios son
una mierda —protestó Kelsey uniéndose con nosotros en su silla.
—No la aterres —le
sugirió John—. No son tan malas —se encogió de hombros—. Depende la cantidad y
cómo tu sistema la tome.
—¿___________(tu
nombre)? —miré hacia la puerta encontrándome con Alba, ella me sonrió y detrás
de ella pude divisar la figura de Justin, me puse de pie automáticamente— Te
buscan —añadió haciéndose a un lado.
—Regreso en un
momento, chicos —les avisé amablemente.
—Tómate tu tiempo,
cariño —bromeó Kelsey, yo sonreí divertida.
—¡Os habéis roto el
corazón del pequeño, John, chicos! —exclamó Joanne hacia mí y Justin. Rodé los
ojos mientras salía hacia el pasillo. Justin me miraba sonriendo mientras Alba
cerraba la puerta después de entrar a la sala donde estaba antes.
Le sonreí algo
tímida mientras él envolvía mi cuerpo en sus brazos. Vi como esbozaba una gran
sonrisa.
—¿Qué ha pasado
allí dentro que estás tan radiante? —me preguntó curiosamente.
—Conocí a un grupo
de chicos grandiosos —le expliqué brevemente—. Al parecer no estaré sola aquí.
—Eso es genial —me
aseguró Justin—. Pero deberé conocerlos primero, no quiero que nadie coquetee
conmigo mientras no estoy —lo miré divertida, él se encogió de hombros—. Precaución.
—Vamos, vayamos a
la habitación —lo invité. Comenzamos a caminar por el pasillo.
—Estuve hablando
con Scooter —sacó tema mientras se aferraba a mi cintura—. Me tomaré un año
sabático, nada de giras, ni estudios. Mamá fue a la inmobiliaria hoy para
comprar una casa aquí en Toronto. Así que no deberemos separarnos —me sonrió
ampliamente. No podía asimilar las palabras.
—¿Estás loco? —le
pregunté confundida— No puedes solo dejarlo. Te ha costado mucho y yo…
—No te atrevas a
decir que no vale la pena —me sugirió con voz firme—. Necesitaba esto. Así que
intenta pensar que no solo lo hago por ti, sino también por mí mismo, ¿vale?
—Enserio, estás
loco —esta vez lo afirmé. Él sonrió divertido y besó mi cabello.
—Por ti —añadió en
un susurro.
Entramos a la
habitación, Justin se tiró desenfadado en el sillón mientras yo lo hacía en la
cama y encendía la televisión.
—Ven aquí —le
sugerí haciendo espacio en mi cama. Él me miró analizando mi petición—. Ven, no
muerdo.
—Vale, vale —se
puso de pie y se recostó a mi lado mientras rodeaba mis hombros con uno de sus
brazos y yo ponía mi cabeza sobre su pecho.
—¡Mira! —exclamé
subiendo el volumen— Hablan de ti —sonreí mirándolo hacia arriba.
—Cámbialo, por
favor —vi su expresión palidecer.
—Pero… —miré hacia
el televisor y todo lo demás dejó de importarme.
Narra la escritora.
El ambiente del
almuerzo familiar, después de tanto tiempo, en la casa de los ___________(tu
apellido) era demasiado espeso y Sally estaba segura de que sería peor después
de que ella hablara, pero ya no podía callar más.
—Tengo que… tengo
que confesar algo —soltó tartamudeando nerviosa Sally. Sus padres le brindaron
su atención.
—Dinos —le pidió su
padre mirándola atentamente. Sally pasó saliva intentando que sus lágrimas no
cayeran.
—Sé que no es una
situación buena como para que yo siga poniéndole problemas, pero realmente no
lo busqué —un sollozo desgarrador salió sin pedirlo de su boca mientras las
lágrimas corrían desesperadas por sus mejillas.
—¡Sally! ¿Qué te
pasa? —le preguntó su madre soltando el tenedor para mirarla alarmada.
—Papá, mamá —los
miró respectivamente al decir sus seudónimos—, lo siento.
—Ya habla —le
exigió tu padre—. Me preocupas.
—Estoy… —sacudió su
cabeza cerrando los ojos—. Estoy embarazada —escupió y abrió los ojos para ver
la cara de sorpresa de sus padres.
—¿Qué acabas de
decir? —soltó su madre intentando sosegar sus ganas de darle una bofetada.
—Mataré a Somers —añadió
___________(tu papá) mentalmente a su lista de actividades violentas jamás
cometidas.
—¡No puede ser
cierto, Sally! —gritó su madre poniéndose de pie con furia mientras las
lágrimas invadían sus ojos— ¡Eres una maldita irresponsable! Crié una dama, con
principios, que discernía lo bueno de lo malo, ¿crees que tener un hijo tan joven
es bueno? —exhaló frustrada.
—Yo no pedí esto…
—¡Pero tú lo
sabías! Sabías las consecuencias de acostarte con Chaz —sacó en cara su madre.
—Cálmate —le pidió
su esposo jalándola suavemente para que volviera a sentarse.
—¡No, no lo haré! —gritó
furiosa ___________(tu mamá)— Nada en esta familia sale bien últimamente.
Primero la enfermedad de __________(tu nombre), ahora la insolencia de esta
muchachita nos acarreará una criatura a la casa, ¿cómo coño esperas que me
calme? —sus ánimos estaban al borde desde el diagnóstico de su hija mayor, no
era para menos.
—¿Has hablado con
Chaz? —el hombre de la casa, en cambio, optó por la paciencia. Sabía que era un
tema inevitable, no había otra opción que aceptarlo. Era mejor conservar la
calma.
—Él… él está
enojado, pero no puede negarse a la realidad —Sally se encogió de hombros
secándose las lágrimas.
—¿Y lo tomas así? —preguntó
su madre indignada sin preocuparse por las lágrimas cayendo de su rostro— No
puedo creerlo —negó con la cabeza incrédula tomando asiento otra vez—. No sé
qué demonios he hecho mal contigo, Sally, ¿quieres matarme? ¿Es eso?
—No exageres —le
pidió su hija tomando coraje—. También tuviste a ___________(tu nombre) de
joven.
—¡Tu padre al menos
tenía trabajo! —protestó— ¿Qué harán tú y Chaz? ¿Trabajar? ¿Dejar los estudios?
—Buscaré un empleo —murmuró
Sally y se encogió de hombros—. No lo sé, pero criaré al bebé, ¿vale?
—Yo voy a ayudarte —aunque
la idea no lo emocionaba en lo absoluto, pero su padre no la dejaría sola.
—No sé qué clase de
mierda crié —volvió a ponerse de pie desesperada—, ¿pero sabes algo? La pobre
___________(tu nombre) está internada, con miedo a qué pueda pasarle y no lo
merece, ella es la hija perfecta. No como tú, tú andas acostándote por ahí con
un noviecillo que apenas conoces y no mides las consecuencias —las lágrimas de
Sally volvieron a caer. Las palabras de su furiosa y agobiada madre, le dolían.
—Lo lamento —escupió
su hija indignada—. Lamento que te avergüences así de mí. Tampoco creo que mi
hermana merezca la mierda que le pasa.
—Erica —llamó
___________(tu papá) a su esposa—, cálmate. No la lastimes así. Estás alterada,
no…
—¿Cómo demonios
quieres que esté? —gritó superada por la situación— Mi hija mayor tiene cáncer
y mi hija menor es una desgracia.
—¡Ya basta! —alzó
la voz él— Basta. Las cosas están así, deja de tirarle mierda, ¿vale? —la mujer
se sentó sollozando mientras secaba sus lágrimas con sus manos. Sally la miraba
ausente, carente de algún buen sentimiento, solo sentía dolor y vacío.
Abandono.
—No quiero que me
ayuden —sentenció—. Me las arreglaré sola.
—Me parece bien —escupió
su madre.
Narra
___________(tu nombre):
—¿De qué hablan? —pedí
sintiendo el nudo formarse en mi garganta.
—No lo escuches —me
suplicó Justin, me negué a hacerle caso. Subí el volumen para oír claramente.
“El ídolo canadiense ha admitido que tiene un
romance con la simpática chica de su misma nacionalidad, la jugador de polo y
equitación oriunda de Toronto es muy afortunada, ella conquistó el corazón del
galán Justin Bieber.
Aún así, con toda su suerte incluida,
sabemos que las Beliebers no son un hueso fácil de roer. Ellas se encargaron de
comenzar el bullying en Twitter, por más que la flamante novia de Bieber no
tenga acceso a una cuenta en la red social. Los comentarios harían trizas a
cualquier persona, solo esperamos que ella sea fuerte. No es fácil lidiar con
la enfermedad que está padeciendo y las fans de Justin parecen no tomar
consciencia de aquel hecho. Solo queremos que Justin ponga un freno a la
situación, la cual no es nada linda y las Beliebers están saliéndose de control”.
Ante mis lágrimas
Justin me arrebató el control y apagó el televisor. Suspiró mirándome, dirigí
mi vista hacia él encontrándome con sus ojos miel culpables.
—Te dije que no lo
miraras —habló algo enojado—. No debes mirar la televisión cuando sabes que
escucharás algo que no deseas escuchar.
—¿Qué dicen de mí? —pregunté
tenuemente secando mis lágrimas con mis puños.
—No me interesa qué
digan de ti —él no iba a decírmelo.
—A ti no, pero a mí
sí —él suspiró con pesadez.
—No interesa lo que
ellas digan —su voz se calmó un poco mientras acariciaba mi mejilla—. Ellas son
celosas, no te odian. Solo están enojadas conmigo.
—Soy débil —alegué
entre lágrimas—, no soporto que la gente me odie. Ellas querrán hacerme daño.
—No lo harán —me
aseguró Justin apretándome contra su cuerpo—. Ellas creen que las dejaré por
ti, pero no haré eso. Deben confiar en mí y no voy a dejarte, por más que la
prensa, las Beliebers y todo el mundo hablen, no me iré. Entiéndelo.
—No soportaría
perderte en este momento —confesé escondiendo mi rostro en su pecho—.
Realmente, no lo haría.
La puerta de la
habitación fue golpeada por alguien desde afuera con un toque pacífico y algo
abatido, quizás. Justin salió de la cama algo confundido y se dedicó a abrir.
—¡Viejo! —exclamó
haciéndose a un lado—, pasa.
—Hola —saludó él
mirándome detenidamente con angustia.
—Ryan —murmuré
sorprendida—, hola.
ame el capitulo y siguelaas cuando puedas <3<3
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