…6
horas después…
Habíamos
aterrizado en Bélgica, allí apenas eran las 12 del medio día. Bajamos y nos
encaminamos al hotel. Un botón ordenó las maletas en la habitación. El hotel
era como cualquier hotel cinco estrellas de New York o cualquier lado. Bajamos,
otra vez, y nos dirigimos a un comedor que había frente al hotel. Era un
edificio viejo y bien cuidado. Pero a diferencia de Venecia, esta antigüedad
recordaba demasiado a la época feudal o de principio del fin del feudalismo.
Casi como una taberna.
—¿Qué
haremos por la tarde? —le pregunté. La diferencia horaria era casi
insignificante, solo una o dos horas.
—No
lo sé —se encogió de hombros—. Mañana iremos a ver un castillo antiguo, ¡está
monísimo!
—Oh,
genial —le sonreí—. Sabes, esta ciudad me inspira amor.
—¿Enserio?
—preguntó divertido.
—Es
raro —me encogí de hombros.
—A
mí tú me das felicidad, hermosa.
—¡Me
haces sonrojar, sabes que odio eso! —protesté ceñuda, pero divertida a la vez.
—Pfff
—resopló entre risas—, te sienta bien el rojo, cariño.
—¡Patrañas!
—hablé.
—Oye,
esta tarde podríamos mirar películas, abrazados en casa —me sonrió como
afirmando que fuera una buena idea.
—Es
cierto —sonreí—, podría estar abrazada a ti toda la tarde, eso me agrada —él
sonrió.
—¡Uh,
qué adorable idea! —exclamó él sonriéndome.
…Al
día siguiente…
Desperté, Justin ya
había bajado a la cocina. Me levanté y me di una ducha, luego me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=58580489. Peiné el cabello que me había laceado con
ayuda de Justin anoche, es que estábamos aburridos, y bajé.
—Hola,
precioso —saludé. Él me sonrió, había olvidado que lo saludé arriba.
—Mi
amor, linda —habló y besó mis labios.
—Sonsito
—lo hablé, él se dirigió al petril para servirme el desayuno—, sabes… tengo
ganas de jugar al basketball.
—¿Enserio
dices? —preguntó poniendo frente a mí un plato con quesadillas y jugo de
naranjas.
—Claro
—aseguré, probé una de las quesadillas y sabía exquisita—. Deberías dedicarte a
ser cocinero.
—Lástima
que no puedes jugar y no sé si Scooter confiaría en mis artes culinarios —bromeó
sentándose frente a mí.
—¿No
desayunas? —no estaba comiendo.
—Ya
desayuné mientras te duchabas —me explicó—. Desperté demasiado temprano —era
obvio, ¿quién más haría quesadillas tan rápido?—. Soñé con una melodía,
desperté a las 05:00 a.m. y escribí la canción, luego no pude dormirme.
—¿Enserio?
—le pregunté curiosa por saber qué había escrito.
—Sí
—aseguró—, pero no te ilusiones. La conocerás a su debido tiempo.
—¡No
se vale! —me quejé frunciendo el ceño.
—Oh,
pues claro que sí, señora Bieber —habló burlonamente. Yo no cambié mi expresión—.
Además, será el demo de promoción que dije que haría contigo.
—¡Reitero
que no se vale, Justin Drew Bieber Mallette! —reclamé.
—¡Oh,
no me digas así! —hizo pucherito— Suena a que estás enojada.
—Pfff
—sonreí, verlo hablar así era mi debilidad—, ni que pudiera enojarme contigo,
sonso.
—Ella
es mi chica
La
que nunca dice no
La
que por una sonrisa
Me
da todo su amor —estaba rapeando.
Digan
sí, digan sí, ¡yeah!
Hoy
bailamos todos al ritmo de la canción
¡Oh,
chica! Ya muestra tú sonrisa
Sé
que hoy tendré tu corazón
—¿Qué
rapeas, Biebs? —pregunté confundida.
—Un
pedacito de la canción —habló convencido de que yo rapearía.
—Si
es rap, sueña que cantaré, ¡sonso! —saqué la lengua, yo no sabía rapear.
—¡Pfff,
si quieres! —murmuró actuando ignorancia— ¡Obvio que cantarás pop, sonsita!
—¿Tienes
melodía? —pregunté, él asintió.
—Es
una mezcla entre “Calling All The Monsters — China Anne McClain” —me explicó.
Imaginármelo me era imposible.
—No
puedo imaginarme eso —me sinceré. Él sonrió.
—Yo
sí, y suena bien —guiñó un ojo divertido. Yo volví a sacarle la lengua.
—Pero
espero que grabemos cuando ya pueda bailar, así hacemos un vídeo espectacular —no
quería algo sencillo.
—¡Pues,
claro que no, querida! —habló correctamente, me causó gracia—. Esperaremos a
que puedas bailar excelentemente.
—Además,
debo grabar con Hazza —le recordé.
—Sí,
recuerdo eso —aseguró. Yo sonreí levemente.
Terminé
de desayunar y él me indicó que debíamos irnos hacia el castillo que
conoceríamos en Brujas, almorzaríamos allí y luego iríamos a caminar por la
feria un rato. Mientras Justin cantaba canciones sonsas como el “feliz
cumpleaños” tomé mi bolso y salimos.
Quedé
anonadada frente a un enorme edificio, pero cuando mencionaba enorme me refería
a 20 veces más grande que mi casa y la de Justin juntas. Contaba con dos torres
y una entrada rodeada de bellísimas flores. Muy parecido a los castillos de las
películas, solo que 100 veces más real y precioso.
—¡Diablos!
—logré decir, Justin sonrió divertido.
—¿Te
gusta? —preguntó mientras rodeaba mi cintura con su brazo.
—Es
tan precioso —aseguré—. Es enorme.
—Ven
—me indicó—, debemos unirnos al grupo que hará el recorrido ahora. Caminamos
hasta un grupo de personas, algunas miraron incrédulos. Justin solo sonrió.
—Buen
día —saludó el guía en voz alta, todos callaron para prestar atención. Había
algunas familias, personas mayores y niños. Éramos 15, aproximadamente—, mi
nombre es Carlos y seré su guía el día de hoy. Ustedes son el grupo de idioma
inglés, ¿verdad?
—Por
supuesto —respondimos al unísono.
—Bien
—sonrió, Justin me apretó más contra su cintura—, ¿Justin Bieber y
___________(tu nombre)? —preguntó con naturalidad. Sonreí levemente.
—Un
gusto —hablé, todos nos miraron, otra vez.
—Sí,
un gusto —mencionó Justin.
—Bueno,
ya —intentó quitar la atención de nosotros—, volviendo al recorrido. Comencemos
—todos volvieron a prestarle atención.
—Como
odio que hagan eso —murmuró Justin a mi oído y besó mi mejilla.
El
recorrido fue lo suficientemente largo como para que Carlos intentara
coquetear. Era un muchacho de unos 22 o 23 años, alto de cabello rubio y ojos
claros. Justin estaba furioso y debo admitir que eso era algo gracioso. Nos
fuimos a almorzar y luego regresamos a comprar algunas cosas de recuerdo.
—A
ver —dije mirando una de las tiendas donde vendían recuerdos como llaveros y
cosas así—, ¿qué prefieres? —iba a regalarle algo.
—Mmh…
a ti —me sonrió.
—Hablo
de los regalos, sonso —le saqué la lengua, él los miró.
—No
quiero que me regales algo —sabía que luego seguía: “No debes gastar dinero en
mí”.
—Psss,
no importa —lo interrumpí—, yo sí quiero.
—¡Oh,
mira! —exclamó. Miré en dirección donde sus ojos y me encontré con un par de
llaveros.
—El
de Beyoncé, ¿verdad? —reí. Sabía su amor por la morena. Él asintió sonriendo
como niño pequeño—. Señor —hablé lento, por si no me entendía.
—Diga,
señorita —su inglés era pésimo.
—Lo
compraré —le anticipé apuntando el llavero. Él lo quitó de su lugar y mientras
yo tomaba unos billetes él me lo entregó—. Tenga —le pasé 10 dólares—, quédese
con el vuelto.
—¡Ow,
lo amo! —exclamó Justin mientras le daba el llavero y comenzábamos a caminar.
—Lo
sé —no era celosa de Beyoncé.
—Es
mi turno —dijo mientras caminábamos entre las tiendas—, ¿qué quieres que te
regale?
—Pues,
nada —respondí convencida.
—Nada
no es una respuesta, señorita —habló tan paternalmente que no pude evitar
imaginármelo diciéndole lo mismo alguna vez a Jessica.
—¡Oww,
sonaste tan paternal! —no pude evitar pensar en alto.
—Pfff
—rió divertido—, estoy ensayando.
—¡Así
me gusta!
—Pero
no me cambies de tema, querida señora Bieber —habló con actitud, yo reí.
—Enserio,
sonsito —abracé su cintura—, no quiero nada.
—Algo
sí —me contradijo.
—¿Enserio
quieres saber? —sonreí divertida, él asintió.
—Dime,
¿qué es?
—Tu
camisa, la que es blanca con puntos negros —lo miré dulcemente, él sonrió en
son de “No puedo negarme a esa mirada”.
—Solo
ruego que Jess no saque tu mirada de cachorrito mojado —habló y besó mi frente.
—¿Eso
es un sí? —le pregunté. Él sonrió divertido.
—Pues,
sí linda —su voz sonó dulce—. Cómo me negaría.
—Te
amo, ¿sabías? —él sonrió.
—Pues,
también yo te amo, linda —besó mis labios dulcemente.
—¿Quieres
que nos saquen fotografías en esta situación? —reí levemente.
—No
hay nada malo en ello —se encogió de hombros—. Una hermosa pareja de recién
casados besándose. A mí me gustan esas fotos, o… ¿con qué cree que hago los collages
en mi laptop lueguito? —reí divertida.
—¡Oh,
no digas que lo haces! —él asintió convencido.
—Y
son los más lindos —aseguró orgulloso.
—¡Ow,
qué dulce eres, sonso! —recosté mi cabeza en su hombro.
Eran
las 03:00 p.m. cuando regresamos al hotel. Nos habíamos divertido mucho, me
aseguró que mañana por la mañana recorreríamos el canal que estaba hacia el
sur. Amaba pasear en las góndolas.
—¿Quieres
salir a cenar hoy, por la noche? —me ofreció mientras mirábamos su Twitter en
la laptop.
—Um,
sí —acepté. Él abrió una pestaña para twitear—, ¿qué haces le pregunté?
—Tú,
lee —me indicó. Miré atenta: “¿Alguna vez
has creído que ___________(tu nombre) es adorable?”. Fruncí el ceño, pero
para entonces ya había publicado el Twit.
—¡Justin
Bieber! —protesté, él rió.
—No
te enfades —me pidió y volvió a comenzar a escribir. “Es raro, ella está enojada haha. Te amo, princesa”. Creo que las
Beliebers terminarían de odiarme.
—Y
sigues —protesté otra vez.
—Pero
si es tierno —murmuró haciendo pucherito.
—No
seas sonso —le pedí.
—Ya,
pero…
—¿Qué
pedirás? —interrumpí divertida.
—Tómate
una foto conmigo, por favor —me rogó—, hace mucho no subo una a Twitter.
—Ya
—acepté—, pero solo una —murmuré. Él sonrió orgulloso. Se acercó a mí luego de
encender la cámara y besando mi nariz tomó la foto. Luego la Twiteó con un
corazón de mensaje—. Me gusta —confesé.
—Lo
sabía —habló con orgullo. Yo reí—. Sabía que querías tomarte una foto, sonsa —sacó
la lengua.
—Bésame
—le pedí entre risas, él me abrazó y besó mis labios divertido.
—Linda
—habló y mojó con su lengua su labio inferior. Se vio sexy—, si Jessica decide
ser cantante, ¿la ayudarías?
—¿Por
qué preguntas? —pregunté antes de responder, él se encogió de hombros.
—No
lo sé.
—Pues,
sí —afirmé—, claro que lo haría. Como mis padres lo hicieron conmigo. Amo la
música y si es lo que Jess elige, estará más que bien para mí, amor —él
acarició mi panza.
—Yo
no la dejaré, hasta al menos los 16 —me advirtió. Él y sus celos—. Imagínate,
si a ti en éstas épocas te largan en mayas casi desnuda —exageró—, dentro de
unos años Jessica saldría desnuda totalmente.
—¡Exageras!
—exclamé. Justin frunció el ceño.
—Sabes
algo… —calló y sonrió divertido—, Jazzy está celosa.
—¿Celosa?
—pregunté confundida.
—Sí,
de Jess —pero… si Jessica ni siquiera había nacido.
—Pero
si Jess ni siquiera nace aún —murmuré.
—Sí,
pero ella cree que no le daremos atención —me explicó él brevemente.
—Sabes…
podríamos llevarla a Los Ángeles cuando regresemos —era buena idea, excepto
porque era febrero y estaban de clases.
—Tiene
clases.
—Sí
—afirmé—, acabo de recordarlo.
Mi
teléfono comenzó a sonar. Lo tomé del bolsillo y vi que era, nada más y nada menos,
que Harry.
#Vía telefónica#
—Aló —habló con una voz
graciosa. Solté una pequeña risilla.
—Hola, Hazza —saludé. Él
suspiró.
—¿Cómo se encuentra, Señora
Bieber? —estaba sonseando.
—Bien, ¿tú? —le pregunté.
—Bien —aseguró—, ¿qué tal
te la pasas por allí?
—Genial, es precioso —mucho
más que eso—, ¿dónde estás, en Londres?
—No, en Las Vegas, baby —exclamó
divertido y rió junto conmigo—. Louis me trajo de luna de miel.
—¡Harry! —exclamé entre
risas—, ¿tienen una presentación?
—¡Ay, no sabes! —murmuró—
He comprado prendas tan sexys —estaba bromeando e imitando a una mujer.
—¡Ya! —intenté detenerlo.
—Sí, es que tenemos una
presentación hoy —esta vez habló enserio—. Venimos a cantar en Las Vegas, con
Louis claro —ya comenzaba a sonsear nuevamente.
—Las ventas van del
espectáculo —me daba orgullo eso.
—Es cierto —afirmó—. Pero
en la portada faltaba Kevin la paloma.
—¡Oh, Harry! —reí—, ¿qué te
has fumado hoy, sonso?
—Yo creo que Louis fue el
que puso algo en mi bebida —culpó a su amigo.
—Ya quisieras —reí—. Louis
es un santo, Hazza.
—Pfff, no conoces de él,
nena —estaba haciendo suspenso.
—No quieras engañarme
actuando, Harry Edward Styles —conocía cuando lo hacía.
—Solo bromeo —me informó—.
Es que estoy aburrido.
—También lo estamos con
Justin —Justin me miró divertido.
—Pon altavoz —así lo hice y
dejé el teléfono sobre el petril de la sala—. I wanna be forever Young —cantaron
los 5, reí al escucharlos.
—¡Hola, sonsos! —le indiqué
a Justin que saludara.
—Hola, chicos —habló
Justin.
—¿Qué hacen? —preguntó la
voz de Zayn.
—¿Se divierten? —era Louis.
—¡Louis! —regañó Harry.
—Más de lo que crees —respondió
Justin divertido. Él estaba de buena onda con los chicos.
—¡Uh, Bieber! —exclamó
Niall.
—Calla, estás celoso —bromeó
Liam. Yo solté una risa.
—Oye, ___________(tu
nombre) —habló Zayn—. Estamos componiendo algo y queremos saber si nos ayudan.
—También tú, Bieber —explicó
Harry.
—A ver, ¿qué tienen? —preguntó
Justin.
—“And you, and you, and you
Run the world turns
Without that you can achieve
your smile
And the breeze in your hair
fast fleet” —cantaron al unísono.
—Me gusta la melodía —murmuró
Justin—. Es el estribillo, ¿verdad?
—Sí, seguro —afirmó Niall—.
Esperábamos tener más para hoy, pero Liam piensa mucho en Danielle.
—Oye —escuché la queja de
Liam.
…
Hablamos
un buen rato con los chicos por teléfono, lo que nos “acortó” el tiempo. Eran
las 06:00 p.m. cuando me duché, tomé algunas prendas y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=58714200. Recogí mi cabello en un
lindo moño y salí. Justin se había duchado antes y estaba esperándome en la
sala.
—¡Oh,
qué hermosa! —me sonrió poniéndose de pie.
—¡Pff,
lindo tú! —ese suéter azul se le veía perfecto. Él besó mis labios,
recordándome a los besos que nos dábamos de adolescentes. Esos que me dejaban
sin aliento.
Salimos
de casa y tomamos un taxy hasta el restaurante. Llegamos a un elegante lugar,
Justin pidió una mesa y, a los dos segundos, nos habían dado una casi en el
centro del comedor. Justin pidió spaguetti a la boloñesa.
—Lindo
lugar, ¿no crees? —fuera, en la calle los autos pasaban y las personas también.
Le daba un aspecto urbano, distinto a todos los restaurantes lujosos que había visitado
en cualquier lugar.
—Sí
—sonrió él—. Es algo urbanístico.
—Y
hippster —aseguré—. Cuando hacía skate era hippster —recordé divertida.
—Eres
hippster a veces —decidió decir. Yo reí divertida.
—Yo
solo me visto como me gusta hacerlo —y ya.
—Pues,
vistes bien de cualquier manera, linda —Justin era un halagador nato.
—Pff
—resoplé, él rió.
—Estaba
pensando en algo —murmuró. Lo miré con curiosidad.
—Dime.
—Si
Jessica quiere dedicarse a la fama —era raro que él le dijera así, me refiero a
ser famoso. A hablar así de la “fama”, como un objeto—, me gustaría que
estudiara canto y danzas, primero.
—Pues,
aún hay que ver lo que amará Jess —mantuve mi punto—. Si es lo que tú dices, no
me opondré a que estudie.
—___________(tu
nombre)… eres la luz que ilumina mis días.
Awww! que lindo el capítulo, ya quiero conocer a Jess. TKM <3
ResponderEliminar:) me encaanta tu noveee ! La amo.
ResponderEliminarEspero que me des tu opinion sobre la mia,si no es mucha molestia:
http://tuvidajuntoajustinbieber.blogspot.com.es/
¡Amo a Justin Bieber!
Awww! En serio amo tu nove! No puedo parar de leerla!... Me tiene asi -> *.* Jajaja! Siguela prontoooo Porfipliiiiiis! =D
ResponderEliminarY si puedes pasate x la mia:
Nuestra Historia! Justin y Tu...
http://nuestrahistoria-justinytu.blogspot.com
Me encantaria saber tu opinion! =)
Awwww! Poly lo ame! Te quiero bonita. Besos :) Por cierto, tengo tarea, el martes debo entregar un buen de trabajos asi que no puedo comentarte demasiado.
ResponderEliminarSiguela por favor me encanta esta nove me la leí toda en una semana necesito leer más... me esta matando la intriga de saber todo lo que va a pasar!!..
ResponderEliminarTenes muy buen talento para escribir ya te estoy amando.. ya he llorado muchas veces por lo que dice la nove..
en pocas palabras la amo!!
me encanta haz un maraton pliz me encanta tu nove la amo pliz maraton :D
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