Es mejor ser lastimado por la verdad que ser consolado por una mentira. |
—Lindo
lugar, ¿no crees? —fuera, en la calle los autos pasaban y las personas también.
Le daba un aspecto urbano, distinto a todos los restaurantes lujosos que había
visitado en cualquier lugar.
—Sí
—sonrió él—. Es algo urbanístico.
—Y
hippster —aseguré—. Cuando hacía skate era hippster —recordé divertida.
—Eres
hippster a veces —decidió decir. Yo reí divertida.
—Yo
solo me visto como me gusta hacerlo —y ya.
—Pues,
vistes bien de cualquier manera, linda —Justin era un halagador nato.
—Pff
—resoplé, él rió.
—Estaba
pensando en algo —murmuró. Lo miré con curiosidad.
—Dime.
—Si
Jessica quiere dedicarse a la fama —era raro que él le dijera así, me refiero a
ser famoso. A hablar así de la “fama”, como un objeto—, me gustaría que
estudiara canto y danzas, primero.
—Pues,
aún hay que ver lo que amará Jess —mantuve mi punto—. Si es lo que tú dices, no
me opondré a que estudie.
—___________(tu
nombre)… eres la luz que ilumina mis días.
…
La luna de miel
acabó más rápido de lo que pensaba. Para el 20 de abril ya nos encontrábamos en
Los Ángeles, con la primavera entre nosotros. Habíamos vuelto de España hacía
dos días. España, por cierto, fue el lugar “sorpresa” de Justin. Estuvimos casi
3 semanas allí, en realidad la pasamos mucho más que bien. Hacía solo un poco
mínimo de frío, más bien casi hacía calor en Los Ángeles. Mi embarazo
funcionaba a la maravilla, ya estaba casi de 7 meses y medio. No podía creer
que en 1 mes y medio para tener a Jessica entre mis brazos. Justin se veía tan
feliz como yo, o más aún. La noticia de que Anya y Christian se habían mudado a
Los Ángeles nos alegró más al llegar a Los Ángeles.
Ese día desperté
temprano, era un 22 de abril húmedo y lo suficientemente caluroso como para
recordarnos que en poco tiempo llegaría el verano. Me di una ducha y bajé
vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=58828143, era tarde. Ya eran las 10:00 a.m., había
dormido mucho porque me había acostado tarde. Chris, Anya y Benjamín habían
venido a cenar anoche y se fueron cerca de las 02:00 p.m. Justin, a pesar de
eso, se levantó temprano para ir al estudio.
—Just
—hablé sorpresivamente al verlo en la cocina, él me sonrió—. Creí que no habías
vuelto.
—Subí,
pero estabas duchándote —me explicó— y aunque me tentó, preferí no entrar —fruncí
el ceño, él rió divertido.
—¡Qué
sonso!
—Linda
tu panza —sonrió y me abrazó dulcemente.
—¡Oww,
también es tuya! —no literalmente, pero sí. Él rió.
—¿Quieres
desayunar? —me ofreció.
—No
lo sé, ¿desayunas tú? —le pregunté. Él sonrió levemente.
—No,
pero te preparo algo si deseas —no accedería.
—Mejor
espero al almuerzo —hablé. Él me miró serio.
—¿Segura?
—Sí
—hablé. Me controlaba mucho con la comida—. Descuida, estoy bien.
—Eso
espero —habló, le saqué la lengua en broma. Él cedió un poco y sonrió.
—Necesito
ir a casa de mamá hoy —él me miró raro. Era entendible, pensó que me referí a
Atlanta—. Su antigua casa aquí, en Los Ángeles —especifiqué.
—¿Por
qué, amor? —me preguntó.
—Es
que debo buscar unos papeles —le expliqué—. Pero iremos luego de almorzar.
—Genial
—sonrió—, porque esperaba cocinar hoy.
—¿Y
qué cocinarás, cariño? —le pregunté abrazándolo.
—Tengo
ganas de papas fritas y carne azada, ¿qué dices? —me sonrió ampliamente.
—Digo
que es una genial idea y un exquisito menú.
Salimos
al patio para que Justin comenzara a azar la carne en la barbacoa. Mientras él
cocinaba salí con limonada y me senté cerca de él.
—Estás
leyendo mucho últimamente —sacó tema de conversación. Era cierto su comentario.
—Sí,
es cierto —afirmé—. Los libros de madres son interesantes, Bieb.
—Es
raro, porque antes no leías y sí escribías —rió divertido.
—Estuve
escribiendo hace poco —confesé. Justin me miró curioso.
—¿Me
muestras? —me preguntó él.
—No
lo sé —le saqué la lengua. Él rió.
—Va,
no te hagas rogar, sonsa —me pidió.
—Ya,
pero espérame un tantito —dije mientras me ponía de pie, a una velocidad
bastante reducida.
Entré
a casa rápidamente, busqué en la sala de los instrumentos una guitarra, mi
vieja guitarra acústica y regresé al patio.
—¡Cómo
extraño verte tocar! —sonrió ampliamente.
—Se
complica con Jess aquí —bromeé. Justin rió al mismo tiempo que yo.
I
looked hard
I
looked strong
But
inside
I
was falling
He
was smiling
As
a girl
To
the world
The
look nice
But
to me a shit
All
in that time
Because
I let fall
Everything
we had here
All
that was myself
because
disappeared
In
the distant haze
And
while them wanted to push me
I
wanted to smile
Being
who I was here
It
hurts now, it hurts
What
I did at that time,
Before,
time
Would
have been being myself
It
hurts, hurts, hurts
Would
do anything to change it
Now,
now, now
Would
have been being myself
I
love to look at me now
I'm
not perfect,
But
I feel good
I
do not want act
I
say this Just
I
love it
Smile
well.
But
I give a shit
All
in that time
Because
I let fall
Everything
we had here
All
that was myself
because
disappeared
In
the distant haze
And
while them wanted to lie down
I
wanted to smile
Being
who I was here
It
hurts now, it hurts
What
I did at that time,
Before,
while
It
would have been myself
It
hurts, hurts, hurts
I
would do anything to change it
Now,
now, now
It
would have been myself —canté al ritmo de la guitarra. Justin se quedó
atentamente escuchándome.
—¡No
puedo creerlo! —exclamó. Sonreí ante su cara de felicidad mezclada con
sorpresa.
—¿Te
gusta? —pregunté sonsamente. Él asintió.
—Nunca
creí que hablaras de esto tan libremente —se refería a mi pasado, claramente.
Nunca
había hablado de mí pasado en ningún lado y con nadie, nadie más que no fuera
Justin o los especialistas en el centro de rehabilitación. Me causaba dolor y
no estaba dispuesta a llorar en una entrevista, porque no era lo que quería
hacer. Yo solo me dedicaba a hacer música y no a exponer mi pasado tan
horrible. No es que estuviera mal, solo que no espero que Jess alguna vez lea
que fui un fiasco cuando tuve 15 años.
No
esperaba que Jessica supiera, hasta grande, lo que había padecido por no tener
el apoyo que requerí, cuando lo requerí. Por esa, simple, razón nunca me senté
a hablar de rehabilitación. Quizás dirán, pero no sabías de Jessica, pero sí
sabía que iba a ser mamá algún día y que haría todo lo posible para proteger a
mi hijo o hija del Bullying y de los problemas alimenticios, además de las
adicciones. Esperaba que Jess, dentro de su poca normalidad por ser hija de
padres famosos, fuera una niña común y corriente.
—Tampoco
yo —hablé y reí divertida. Esta vez me sentía apta para tomarlo con calma,
recordando que lo superé—. Pero ya es hora de que saque todo lo que tengo
dentro, ¿no?
—Sabes
que lo que te haga bien, para mí estará bien, linda —y era lo que amaba de él,
que me apoyaba en todos los aspectos de mi vida.
—No
pienso incluirla en mi CD —confesé—, pero sí pienso presentarla en la próxima
actuación que tenga.
—¿Por
qué no? —me preguntó curiosamente, mientras volteaba a mirar la carne que
estaba cocinando.
—Porque
sería un punto muy bueno para la prensa de atacar sobre mi pasado y sabes que
nunca daré entrevistas de ello —porque no era un motivo para sacar tapas de
revistas.
—Sí,
es cierto —murmuró—. Pero es buena y tiene un gran mensaje.
—Buen
mensaje tiene Born This Way —lo corregí—. Ésta solo habla de mí y sería muy
buen punto para que me critiquen.
—No
lo sé —se encogió de hombros, estaba dándome la espalda—. Yo creo que es buena.
—Alison
quiere meterme en el estudio en agosto —confesé. No era tan mala idea, pero me
parecía muy pronto.
—No
te has negado, ¿verdad? —preguntó mirándome rápidamente.
—No
—confesé—. Aunque no sé qué haré con Jessica.
—Pues…
iré contigo —afirmó—, así cuido de ella mientras grabas —era buena idea.
—Me
gusta esa idea —sonreí ampliamente—. Pero deberás ver a Christina Aguilera,
Lady Gaga, Rihanna, Jay-Z y a Chris Brown.
—¿Grabarás
con Chris? —me preguntó curiosamente.
—Al
dijo que sí —me encogí de hombros—. Aún no he estado en contacto con ella así
que no es mucho lo que sé del tema.
—Muero
por escuchar ese álbum, entonces —sonrió divertido. Justin era gran admirador
de los duetos.
—Quizás,
solo quizás —repetí para que no se ilusionara—, salga a la venta en Diciembre.
Terminamos
de almorzar casi a las 01:00 p.m., eran las 01:30 p.m. cuando comenzamos el
camino hacia la ciudad de Los Ángeles. Hacía calor y el sol alumbraba los
campos verdes a nuestro costado. Amaba el campo. Gwen Stefany sonaba en el
stereo con Rich Girl. Soplaba una pequeña brisa y acercaba a nosotros el olor a
pino y pasto verde floreciendo a pensar en víspera de la primavera.
Llegamos
a las 02:30 p.m. a Los Ángeles y todavía teníamos 15 minutos hasta la casa de
mamá.
—¿De
qué son los papeles que vienes a buscar? —me preguntó curiosamente Justin.
—De
la empresa —sí, la que era de Nicholas, pero mamá compró.
—Oh
—recordó—, ¿para qué los necesita? —creo que habló de mi madre.
—No
lo sé —respondí con toda sinceridad—. Papá y mamá actúan raro otra vez, pero
prefiero no preocuparme. No querría que algo le pasara a Jess.
—Es
paranoia —prefirió decir Justin—. No creo que algo raro pase, ___________(tu
nombre).
—También
quiero pensarlo —sonreí fingidamente, gracias a Dios, Justin no estaba
mirándome. No notó la falsedad de esa mueca en mi cara.
Llegamos
a la antigua casa de Los Ángeles —no tan antigua en realidad—. Bajé intentando
recuperar el olor que me envolvió tantos años. Pero estúpidamente solo logré
recordar la rehabilitación y su mierda. Sacudí mi cabeza levemente y sentí la
mano de Justin en mi cintura. Le sonreí levemente y entramos.
Subí
a la habitación de mamá y entré. Revisé los cajones de su mesa de noche, donde
dijo que estaban los papeles en un sobre marrón. Encontré ese sobre y la curiosidad
fue grande. Justin esperaba abajo. Tomé ese papel y comencé a leerlo.
Definitivamente no eran los papeles de la empresa ni mucho menos.
Querida ___________(tu
nombre):
Espero que Sofía ya haya
llegado contigo y te haya entregado a tu bella ___________(tu nombre).
Nosotros, Gabriel y yo, ya estamos en el D.F de México. Lamento haber hecho las
cosas tan mal. Creí que ibas a estar bien, también ___________(tu nombre) pero
Paco no pudo evitar estafarte. Estás en banca rota y haré todo para subirte
económicamente otra vez. Sé que cuidarás bien a ___________(tu nombre) de esa
jodida enfermedad que la acecha. Y por favor, te lo pido de rodillas aunque no
me veas, has que nunca ___________(tu papá) se entere de su verdadero origen.
No soportaría saber que es hija de su propio mejor amigo.
Debo regresarme a mi país,
mi hermana me necesita y sé que Sofía rondará por allí. No le digas a
___________(tu papá) que estoy bien y vivo; mucho menos que estoy en Chile otra
vez. Él me odiará por eso y por ___________(tu nombre). Pero no puedo dejar que
ella se quede conmigo siendo que no podré parar esa maldita infección. Por
favor, no le enseñes que me ame si alguna vez le confiesas que soy adoptada.
Aleja a Sofía de ella, cueste lo que cueste y amala, ámenla por todo lo que yo
no la amé.
Espero que la amen y que la
puedan curar sin secuelas. La amo, aunque lo que estoy haciendo sea un fiasco.
Déjame ayudarte cuando llegue a Chile, por favor. Gracias, ___________(tu
mamá). Y te pediré algo más, evita que ____________(tu papá) me extrañe más de
lo que debe. Nunca digas la verdad, por favor. Ojalá ella los haga feliz, es
una bebé hermosa, a pesar de su enfermedad. Los quiero y espero que ella esté
bien. Escríbeme cuando tengas novedades. Te quiero gran amiga. Un beso y adiós.
Cuida a mi ángel.
José Earles.
Estaba
atónita cuando terminé de leer la puta carta. Las lágrimas caían por mi
mejilla, ¿qué diablos había terminado de leer? ¿En qué carajo de quilombo mi
mamá había estado metida? ¿Quién era José Earles? ¿Por qué me alejaron de
Sofía? No entendí nada y había más papeles dentro del sobre. Los tumbé sobre la
cama, eran fotos. Aparecía la rubia mujer que conocí en casa hacía meses, con
una panza de embarazada. Era tan parecida a ella, era indudable que era mi
madre. Al lado de ella un hombre de cabellos rizados y algo alborotados, ojos
grandes y preciosa sonrisa la abrazaba por la cintura. Deduje que era ese tal
José, quien contenía por apellido mi supuesto apellido real, el cuál era “Earles”.
—Oye,
linda —habló Justin entrando a la habitación. Al verme quedó atónito—, ¿qué
sucedió? ¿Por qué lloras? —preguntó poniéndose frente a mí.
—Mi
madre es una puta —murmuré a duras penas, Justin se agachó frente a mí y me
abrazó. Solté todo para abrazarlo y apretarme contra él—. La odio, juro que la
odio.
—Tranquilízate
—me pidió acariciando mi espalda—. Mi amor, todo está bien, ¿qué sucede?
—Ella
era una idiota —hablé de ____________(tu nombre)—. No debió hacerlo así.
—¿Qué
hizo quién? —Justin no entendía nada y mis lágrimas lo desesperaban. Tomó mi
cara entre sus manos y mirar sus ojos me dio algo de paz. Secó mis lágrimas
mientras me tranquilizaba—. Solo respira —esas palabras me dieron fuerzas.
—Papá
estuvo engañado todo este tiempo por mamá —más bien 19 años—. Sofía no era la
mala drogadicta, irresponsable. Mi padre era un cobarte, hablo de mi padre
biológico —hablaba desesperada—. Juro que no la hablaré más a esa idiota mujer.
Justin
se sentó a mi lado y leyó la carta detenidamente.
—¿No
hay ninguna otra? —preguntó él mirándome. Me encogí de hombros.
—Si
mamá respondió, seguramente hay otra —deduje. Volteé hacia el cajón y hurgué
otra vez. Efectivamente, había otra carta.
Un
papel algo avejentado estaba dentro de un sobre simple y blanco. La abrí y
junto con Justin leímos.
___________(tu mamá):
No puedo creerlo, ¿cómo es
que no han encontrado cura pero la niña mejora milagrosamente? La leucemia es
grave, ¿no te han dicho si sufrirá secuelas? A penas tiene dos años,
___________(tu mamá), es demasiado pequeña, muy débil. De seguro las tendrá y
si es así, quiero que la cuides también, por favor.
Admiro que me digas que la
aman mucho, en realidad estaba seguro de que lo harían. Me causó incomodidad lo
que dijo ___________(tu papá), de que ve algo parecido a mí en el brillo de sus
cafés ojos. Gabriel se ha mudado a Venezuela. No supe nada de Sofía en los
últimos dos años y me preocupa lo que le haya sucedido a ella.
Echo de menos a mi amigo.
También la vida en Atlanta, pero lamentablemente no puedo regresar. He cometido
el peor error de mi vida en meterme con la novia del mafioso más grande de
Estados Unidos y me siento miserable. Odio haber sido tan ambicioso, odio haber
lastimado de tal manera a Sofía. Sé que ella amaría estar con su hija, pero no
lo haría porque la leucemia consumiría a ___________(tu nombre) y sé que Sofía
está limitada y no podría salvarla.
Estoy tramitando cosas para
posicionarte en un alto rango en Los Ángeles, pronto te hablaré de ello. Cuida
de mi pequeña, por favor. Te quiero, ___________(tu mamá). Adiós.
José Earles.
—¿Cómo
puede ser que haya sufrido leucemia, Justin? —pregunté incrédula. Justin me
miró con los ojos brillosos.
—He
allí la explicación de tu anorexia crónica —encontró lógicas—. También descubro
que eres media latina —intentó hacerme sentir mejor, pero era imposible. Yo no
podía sentirme mejor sabiendo la estúpida que había sido mi madre.
—No
puedo sentirme mejor —hablé. Su cara se tensó más, mucho más—. ___________(tu
mamá) me quitó de Sofía, ella fue una idiota.
—Gracias
a ella estás sana y salva, ___________(tu nombre) —me recordó Justin. Era
cierto, aún así no era justo.
—Justin
—suspiré—, ella me cambió la historia escondiéndome parte de mi identidad,
¿crees que se siente bien que te hable pestes de tu madre? —le pregunté— Pues,
no. Al contrario, ahora me da rabia e impotencia —me respondí yo sola.
—No
sabes si es verdad o mentira lo de Sofía, recuérdalo —me pidió. Tenía razón.
—No
puedo confiar en lo que ___________(tu mamá) dice, porque ella misma se encargó
de mentirme. Ha roto la confianza y no puedo quererla o confiar en ella —aunque
suene duro, era así.
—El
único que puede contarte bien las cosas, será ese José que escribe las cartas —Justin
tenía razón—. Pero no te dejaré que lo busques —lo miré confundida.
—¿Por
qué no? —le pregunté.
—Es
un mafioso, ¿no lo notas? —preguntó con autoridad— No dejaré que corras
peligro, quieras o no ___________(tu nombre).
—Justin…
—¡No!
—exclamó rotundamente— No lo harás. Demasiado accedí a Sofía hace meses atrás.
No voy a hacerlo, duela lo que duela.
—Justin…
por favor.
—¡No!
—negó otra vez. Nunca se había negado, hasta hoy—. No voy a perderte,
___________(tu nombre). No voy a dejar que corras peligro por algo que forma
parte de algo que ni siquiera debería afectarte tanto —habló severamente.
—Tú
no entiendes lo que se siente no saber quién mierda eres —murmuré. Justin me
miró con los ojos húmedos.
—Tú
eres mi esposa ahora, eres ___________(tu nombre) Bieber, la futura mamá de
Jessica Bieber y la adorable mujer que le da sentido a mi vida —las lágrimas
golpearon a mis ojos—, ¿quieres cambiar eso, ___________(tu nombre)?
Dios!!! Como Amo esta nove... Eres una escritora increible! Logras hacer que me meta en la novela de tal forma, que incluso me haces llorar... Eres genial linda... Siguela pleaseee! Besos! =D
ResponderEliminarLA AMEEEEEEE siguela me enamore de la nove...rayis esta completamente curada de la leucemia??? :OOO quiero otro cap :S besos.
ResponderEliminarPD:siguela o llamo a elmo,el sabe donde vives (?
Wuuuau no entendi casi nada hjihghfd, pero esta genial, me encanto lo que dijo Justin alfinal <3 TKM sube pronto besitos c:
ResponderEliminarsiguelaaaa!! siguelaa!!! entiendes la palabra seguir? creo que si, te la dicen mucho xd, siguelaaaa por dios!
ResponderEliminarPd: un comentario paranoico de una persona desconocida xd
wow que giro un padre mafioso hhahhalol te adoro poly me ncanto el cap
ResponderEliminaryop :daii