lunes, 17 de septiembre de 2012

Capítulo 220°: "Tú eres mi esposa ahora, eres ___________(tu nombre) Bieber, la futura mamá de Jessica Bieber y la adorable mujer que le da sentido a mi vida, ¿quieres cambiar eso?".

Es mejor ser  lastimado por la verdad que ser consolado por una
mentira.



—Lindo lugar, ¿no crees? —fuera, en la calle los autos pasaban y las personas también. Le daba un aspecto urbano, distinto a todos los restaurantes lujosos que había visitado en cualquier lugar.
—Sí —sonrió él—. Es algo urbanístico.
—Y hippster —aseguré—. Cuando hacía skate era hippster —recordé divertida.
—Eres hippster a veces —decidió decir. Yo reí divertida.
—Yo solo me visto como me gusta hacerlo —y ya.
—Pues, vistes bien de cualquier manera, linda —Justin era un halagador nato.
—Pff —resoplé, él rió.
—Estaba pensando en algo —murmuró. Lo miré con curiosidad.
—Dime.
—Si Jessica quiere dedicarse a la fama —era raro que él le dijera así, me refiero a ser famoso. A hablar así de la “fama”, como un objeto—, me gustaría que estudiara canto y danzas, primero.
—Pues, aún hay que ver lo que amará Jess —mantuve mi punto—. Si es lo que tú dices, no me opondré a que estudie.
—___________(tu nombre)… eres la luz que ilumina mis días.




La luna de miel acabó más rápido de lo que pensaba. Para el 20 de abril ya nos encontrábamos en Los Ángeles, con la primavera entre nosotros. Habíamos vuelto de España hacía dos días. España, por cierto, fue el lugar “sorpresa” de Justin. Estuvimos casi 3 semanas allí, en realidad la pasamos mucho más que bien. Hacía solo un poco mínimo de frío, más bien casi hacía calor en Los Ángeles. Mi embarazo funcionaba a la maravilla, ya estaba casi de 7 meses y medio. No podía creer que en 1 mes y medio para tener a Jessica entre mis brazos. Justin se veía tan feliz como yo, o más aún. La noticia de que Anya y Christian se habían mudado a Los Ángeles nos alegró más al llegar a Los Ángeles.


Ese día desperté temprano, era un 22 de abril húmedo y lo suficientemente caluroso como para recordarnos que en poco tiempo llegaría el verano. Me di una ducha y bajé vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=58828143, era tarde. Ya eran las 10:00 a.m., había dormido mucho porque me había acostado tarde. Chris, Anya y Benjamín habían venido a cenar anoche y se fueron cerca de las 02:00 p.m. Justin, a pesar de eso, se levantó temprano para ir al estudio.

—Just —hablé sorpresivamente al verlo en la cocina, él me sonrió—. Creí que no habías vuelto.
—Subí, pero estabas duchándote —me explicó— y aunque me tentó, preferí no entrar —fruncí el ceño, él rió divertido.
—¡Qué sonso!
—Linda tu panza —sonrió y me abrazó dulcemente.
—¡Oww, también es tuya! —no literalmente, pero sí. Él rió.
—¿Quieres desayunar? —me ofreció.
—No lo sé, ¿desayunas tú? —le pregunté. Él sonrió levemente.
—No, pero te preparo algo si deseas —no accedería.
—Mejor espero al almuerzo —hablé. Él me miró serio.
—¿Segura?
—Sí —hablé. Me controlaba mucho con la comida—. Descuida, estoy bien.
—Eso espero —habló, le saqué la lengua en broma. Él cedió un poco y sonrió.
—Necesito ir a casa de mamá hoy —él me miró raro. Era entendible, pensó que me referí a Atlanta—. Su antigua casa aquí, en Los Ángeles —especifiqué.
—¿Por qué, amor? —me preguntó.
—Es que debo buscar unos papeles —le expliqué—. Pero iremos luego de almorzar.
—Genial —sonrió—, porque esperaba cocinar hoy.
—¿Y qué cocinarás, cariño? —le pregunté abrazándolo.
—Tengo ganas de papas fritas y carne azada, ¿qué dices? —me sonrió ampliamente.
—Digo que es una genial idea y un exquisito menú.


Salimos al patio para que Justin comenzara a azar la carne en la barbacoa. Mientras él cocinaba salí con limonada y me senté cerca de él.


—Estás leyendo mucho últimamente —sacó tema de conversación. Era cierto su comentario.
—Sí, es cierto —afirmé—. Los libros de madres son interesantes, Bieb.
—Es raro, porque antes no leías y sí escribías —rió divertido.
—Estuve escribiendo hace poco —confesé. Justin me miró curioso.
—¿Me muestras? —me preguntó él.
—No lo sé —le saqué la lengua. Él rió.
—Va, no te hagas rogar, sonsa —me pidió.
—Ya, pero espérame un tantito —dije mientras me ponía de pie, a una velocidad bastante reducida.

Entré a casa rápidamente, busqué en la sala de los instrumentos una guitarra, mi vieja guitarra acústica y regresé al patio.

—¡Cómo extraño verte tocar! —sonrió ampliamente.
—Se complica con Jess aquí —bromeé. Justin rió al mismo tiempo que yo.
I looked hard
I looked strong
But inside
I was falling

He was smiling
As a girl
To the world
The look nice

But to me a shit
All in that time
Because I let fall
Everything we had here
All that was myself

because disappeared
In the distant haze
And while them wanted to push me
I wanted to smile
Being who I was here

It hurts now, it hurts
What I did at that time,
Before, time
Would have been being myself
It hurts, hurts, hurts
Would do anything to change it
Now, now, now
Would have been being myself

I love to look at me now
I'm not perfect,
But I feel good

I do not want act
I say this Just
I love it
Smile well.


But I give a shit
All in that time
Because I let fall
Everything we had here
All that was myself

because disappeared
In the distant haze
And while them wanted to lie down
I wanted to smile
Being who I was here

It hurts now, it hurts
What I did at that time,
Before, while
It would have been myself
It hurts, hurts, hurts
I would do anything to change it
Now, now, now
It would have been myself —canté al ritmo de la guitarra. Justin se quedó atentamente escuchándome.
—¡No puedo creerlo! —exclamó. Sonreí ante su cara de felicidad mezclada con sorpresa.
—¿Te gusta? —pregunté sonsamente. Él asintió.
—Nunca creí que hablaras de esto tan libremente —se refería a mi pasado, claramente.

Nunca había hablado de mí pasado en ningún lado y con nadie, nadie más que no fuera Justin o los especialistas en el centro de rehabilitación. Me causaba dolor y no estaba dispuesta a llorar en una entrevista, porque no era lo que quería hacer. Yo solo me dedicaba a hacer música y no a exponer mi pasado tan horrible. No es que estuviera mal, solo que no espero que Jess alguna vez lea que fui un fiasco cuando tuve 15 años.

No esperaba que Jessica supiera, hasta grande, lo que había padecido por no tener el apoyo que requerí, cuando lo requerí. Por esa, simple, razón nunca me senté a hablar de rehabilitación. Quizás dirán, pero no sabías de Jessica, pero sí sabía que iba a ser mamá algún día y que haría todo lo posible para proteger a mi hijo o hija del Bullying y de los problemas alimenticios, además de las adicciones. Esperaba que Jess, dentro de su poca normalidad por ser hija de padres famosos, fuera una niña común y corriente.

—Tampoco yo —hablé y reí divertida. Esta vez me sentía apta para tomarlo con calma, recordando que lo superé—. Pero ya es hora de que saque todo lo que tengo dentro, ¿no?
—Sabes que lo que te haga bien, para mí estará bien, linda —y era lo que amaba de él, que me apoyaba en todos los aspectos de mi vida.
—No pienso incluirla en mi CD —confesé—, pero sí pienso presentarla en la próxima actuación que tenga.
—¿Por qué no? —me preguntó curiosamente, mientras volteaba a mirar la carne que estaba cocinando.
—Porque sería un punto muy bueno para la prensa de atacar sobre mi pasado y sabes que nunca daré entrevistas de ello —porque no era un motivo para sacar tapas de revistas.
—Sí, es cierto —murmuró—. Pero es buena y tiene un gran mensaje.
—Buen mensaje tiene Born This Way —lo corregí—. Ésta solo habla de mí y sería muy buen punto para que me critiquen.
—No lo sé —se encogió de hombros, estaba dándome la espalda—. Yo creo que es buena.
—Alison quiere meterme en el estudio en agosto —confesé. No era tan mala idea, pero me parecía muy pronto.
—No te has negado, ¿verdad? —preguntó mirándome rápidamente.
—No —confesé—. Aunque no sé qué haré con Jessica.
—Pues… iré contigo —afirmó—, así cuido de ella mientras grabas —era buena idea.
—Me gusta esa idea —sonreí ampliamente—. Pero deberás ver a Christina Aguilera, Lady Gaga, Rihanna, Jay-Z y a Chris Brown.
—¿Grabarás con Chris? —me preguntó curiosamente.
—Al dijo que sí —me encogí de hombros—. Aún no he estado en contacto con ella así que no es mucho lo que sé del tema.
—Muero por escuchar ese álbum, entonces —sonrió divertido. Justin era gran admirador de los duetos.
—Quizás, solo quizás —repetí para que no se ilusionara—, salga a la venta en Diciembre.


Terminamos de almorzar casi a las 01:00 p.m., eran las 01:30 p.m. cuando comenzamos el camino hacia la ciudad de Los Ángeles. Hacía calor y el sol alumbraba los campos verdes a nuestro costado. Amaba el campo. Gwen Stefany sonaba en el stereo con Rich Girl. Soplaba una pequeña brisa y acercaba a nosotros el olor a pino y pasto verde floreciendo a pensar en víspera de la primavera.

Llegamos a las 02:30 p.m. a Los Ángeles y todavía teníamos 15 minutos hasta la casa de mamá.

—¿De qué son los papeles que vienes a buscar? —me preguntó curiosamente Justin.
—De la empresa —sí, la que era de Nicholas, pero mamá compró.
—Oh —recordó—, ¿para qué los necesita? —creo que habló de mi madre.
—No lo sé —respondí con toda sinceridad—. Papá y mamá actúan raro otra vez, pero prefiero no preocuparme. No querría que algo le pasara a Jess.
—Es paranoia —prefirió decir Justin—. No creo que algo raro pase, ___________(tu nombre).
—También quiero pensarlo —sonreí fingidamente, gracias a Dios, Justin no estaba mirándome. No notó la falsedad de esa mueca en mi cara.

Llegamos a la antigua casa de Los Ángeles —no tan antigua en realidad—. Bajé intentando recuperar el olor que me envolvió tantos años. Pero estúpidamente solo logré recordar la rehabilitación y su mierda. Sacudí mi cabeza levemente y sentí la mano de Justin en mi cintura. Le sonreí levemente y entramos.

Subí a la habitación de mamá y entré. Revisé los cajones de su mesa de noche, donde dijo que estaban los papeles en un sobre marrón. Encontré ese sobre y la curiosidad fue grande. Justin esperaba abajo. Tomé ese papel y comencé a leerlo. Definitivamente no eran los papeles de la empresa ni mucho menos.


Querida ___________(tu nombre):
Espero que Sofía ya haya llegado contigo y te haya entregado a tu bella ___________(tu nombre). Nosotros, Gabriel y yo, ya estamos en el D.F de México. Lamento haber hecho las cosas tan mal. Creí que ibas a estar bien, también ___________(tu nombre) pero Paco no pudo evitar estafarte. Estás en banca rota y haré todo para subirte económicamente otra vez. Sé que cuidarás bien a ___________(tu nombre) de esa jodida enfermedad que la acecha. Y por favor, te lo pido de rodillas aunque no me veas, has que nunca ___________(tu papá) se entere de su verdadero origen. No soportaría saber que es hija de su propio mejor amigo.
Debo regresarme a mi país, mi hermana me necesita y sé que Sofía rondará por allí. No le digas a ___________(tu papá) que estoy bien y vivo; mucho menos que estoy en Chile otra vez. Él me odiará por eso y por ___________(tu nombre). Pero no puedo dejar que ella se quede conmigo siendo que no podré parar esa maldita infección. Por favor, no le enseñes que me ame si alguna vez le confiesas que soy adoptada. Aleja a Sofía de ella, cueste lo que cueste y amala, ámenla por todo lo que yo no la amé.
Espero que la amen y que la puedan curar sin secuelas. La amo, aunque lo que estoy haciendo sea un fiasco. Déjame ayudarte cuando llegue a Chile, por favor. Gracias, ___________(tu mamá). Y te pediré algo más, evita que ____________(tu papá) me extrañe más de lo que debe. Nunca digas la verdad, por favor. Ojalá ella los haga feliz, es una bebé hermosa, a pesar de su enfermedad. Los quiero y espero que ella esté bien. Escríbeme cuando tengas novedades. Te quiero gran amiga. Un beso y adiós.
Cuida a mi ángel.
José Earles.

Estaba atónita cuando terminé de leer la puta carta. Las lágrimas caían por mi mejilla, ¿qué diablos había terminado de leer? ¿En qué carajo de quilombo mi mamá había estado metida? ¿Quién era José Earles? ¿Por qué me alejaron de Sofía? No entendí nada y había más papeles dentro del sobre. Los tumbé sobre la cama, eran fotos. Aparecía la rubia mujer que conocí en casa hacía meses, con una panza de embarazada. Era tan parecida a ella, era indudable que era mi madre. Al lado de ella un hombre de cabellos rizados y algo alborotados, ojos grandes y preciosa sonrisa la abrazaba por la cintura. Deduje que era ese tal José, quien contenía por apellido mi supuesto apellido real, el cuál era “Earles”.

—Oye, linda —habló Justin entrando a la habitación. Al verme quedó atónito—, ¿qué sucedió? ¿Por qué lloras? —preguntó poniéndose frente a mí.
—Mi madre es una puta —murmuré a duras penas, Justin se agachó frente a mí y me abrazó. Solté todo para abrazarlo y apretarme contra él—. La odio, juro que la odio.
—Tranquilízate —me pidió acariciando mi espalda—. Mi amor, todo está bien, ¿qué sucede?
—Ella era una idiota —hablé de ____________(tu nombre)—. No debió hacerlo así.
—¿Qué hizo quién? —Justin no entendía nada y mis lágrimas lo desesperaban. Tomó mi cara entre sus manos y mirar sus ojos me dio algo de paz. Secó mis lágrimas mientras me tranquilizaba—. Solo respira —esas palabras me dieron fuerzas.
—Papá estuvo engañado todo este tiempo por mamá —más bien 19 años—. Sofía no era la mala drogadicta, irresponsable. Mi padre era un cobarte, hablo de mi padre biológico —hablaba desesperada—. Juro que no la hablaré más a esa idiota mujer.

Justin se sentó a mi lado y leyó la carta detenidamente.

—¿No hay ninguna otra? —preguntó él mirándome. Me encogí de hombros.
—Si mamá respondió, seguramente hay otra —deduje. Volteé hacia el cajón y hurgué otra vez. Efectivamente, había otra carta.

Un papel algo avejentado estaba dentro de un sobre simple y blanco. La abrí y junto con Justin leímos.

___________(tu mamá):

No puedo creerlo, ¿cómo es que no han encontrado cura pero la niña mejora milagrosamente? La leucemia es grave, ¿no te han dicho si sufrirá secuelas? A penas tiene dos años, ___________(tu mamá), es demasiado pequeña, muy débil. De seguro las tendrá y si es así, quiero que la cuides también, por favor.
Admiro que me digas que la aman mucho, en realidad estaba seguro de que lo harían. Me causó incomodidad lo que dijo ___________(tu papá), de que ve algo parecido a mí en el brillo de sus cafés ojos. Gabriel se ha mudado a Venezuela. No supe nada de Sofía en los últimos dos años y me preocupa lo que le haya sucedido a ella.
Echo de menos a mi amigo. También la vida en Atlanta, pero lamentablemente no puedo regresar. He cometido el peor error de mi vida en meterme con la novia del mafioso más grande de Estados Unidos y me siento miserable. Odio haber sido tan ambicioso, odio haber lastimado de tal manera a Sofía. Sé que ella amaría estar con su hija, pero no lo haría porque la leucemia consumiría a ___________(tu nombre) y sé que Sofía está limitada y no podría salvarla.
Estoy tramitando cosas para posicionarte en un alto rango en Los Ángeles, pronto te hablaré de ello. Cuida de mi pequeña, por favor. Te quiero, ___________(tu mamá). Adiós.
José Earles.

—¿Cómo puede ser que haya sufrido leucemia, Justin? —pregunté incrédula. Justin me miró con los ojos brillosos.
—He allí la explicación de tu anorexia crónica —encontró lógicas—. También descubro que eres media latina —intentó hacerme sentir mejor, pero era imposible. Yo no podía sentirme mejor sabiendo la estúpida que había sido mi madre.
—No puedo sentirme mejor —hablé. Su cara se tensó más, mucho más—. ___________(tu mamá) me quitó de Sofía, ella fue una idiota.
—Gracias a ella estás sana y salva, ___________(tu nombre) —me recordó Justin. Era cierto, aún así no era justo.
—Justin —suspiré—, ella me cambió la historia escondiéndome parte de mi identidad, ¿crees que se siente bien que te hable pestes de tu madre? —le pregunté— Pues, no. Al contrario, ahora me da rabia e impotencia —me respondí yo sola.
—No sabes si es verdad o mentira lo de Sofía, recuérdalo —me pidió. Tenía razón.
—No puedo confiar en lo que ___________(tu mamá) dice, porque ella misma se encargó de mentirme. Ha roto la confianza y no puedo quererla o confiar en ella —aunque suene duro, era así.
—El único que puede contarte bien las cosas, será ese José que escribe las cartas —Justin tenía razón—. Pero no te dejaré que lo busques —lo miré confundida.
—¿Por qué no? —le pregunté.
—Es un mafioso, ¿no lo notas? —preguntó con autoridad— No dejaré que corras peligro, quieras o no ___________(tu nombre).
—Justin…
—¡No! —exclamó rotundamente— No lo harás. Demasiado accedí a Sofía hace meses atrás. No voy a hacerlo, duela lo que duela.
—Justin… por favor.
—¡No! —negó otra vez. Nunca se había negado, hasta hoy—. No voy a perderte, ___________(tu nombre). No voy a dejar que corras peligro por algo que forma parte de algo que ni siquiera debería afectarte tanto —habló severamente.
—Tú no entiendes lo que se siente no saber quién mierda eres —murmuré. Justin me miró con los ojos húmedos.
—Tú eres mi esposa ahora, eres ___________(tu nombre) Bieber, la futura mamá de Jessica Bieber y la adorable mujer que le da sentido a mi vida —las lágrimas golpearon a mis ojos—, ¿quieres cambiar eso, ___________(tu nombre)? 

5 comentarios:

  1. Dios!!! Como Amo esta nove... Eres una escritora increible! Logras hacer que me meta en la novela de tal forma, que incluso me haces llorar... Eres genial linda... Siguela pleaseee! Besos! =D

    ResponderEliminar
  2. LA AMEEEEEEE siguela me enamore de la nove...rayis esta completamente curada de la leucemia??? :OOO quiero otro cap :S besos.
    PD:siguela o llamo a elmo,el sabe donde vives (?

    ResponderEliminar
  3. Wuuuau no entendi casi nada hjihghfd, pero esta genial, me encanto lo que dijo Justin alfinal <3 TKM sube pronto besitos c:

    ResponderEliminar
  4. siguelaaaa!! siguelaa!!! entiendes la palabra seguir? creo que si, te la dicen mucho xd, siguelaaaa por dios!

    Pd: un comentario paranoico de una persona desconocida xd

    ResponderEliminar
  5. wow que giro un padre mafioso hhahhalol te adoro poly me ncanto el cap
    yop :daii

    ResponderEliminar

¿Te gusta mi nove? ¿Debo cambiar algo? Dímelo :) Espero tu opinión :D