domingo, 21 de octubre de 2012

Capítulo 226°: "Deberé bajarme y quedarme aquí, en Los Ángeles".




—¡No puedo creerlo! —exclamé al verlo allí, parado sonriendo justo frente a mí. Hacía años no lo veía y no esperaba que llegara así de la nada misma a casa.
—¡Estás preciosa! —él y sus cumplidos. Corrió hasta mí y me abrazó con fuerzas. Realmente había extrañado eso.
—No puedo creer que estés aquí, Jason —hablé una vez que me soltó.
—Pues, si yo no te visito tú no piensas hacerlo —protestó.
—¡No estabas en Los Ángeles! —saqué en cara—, ¿qué tal Brasil para los negocios? —pregunté mientras nos sentábamos.
—Nada mal —aseguró.
—Soraya, por favor —hablé. Ella llegó rápidamente—, ¿nos traes dos cafés?
—Enseguida, señora —habló—. Con permiso —se retiró.
—¿Cómo estás? —sé que Jason quería hablar de lo que pasaba.
—Pues, asustada y con tristeza —aseguré a modo de respuesta.
—Puedo ayudar y lo sabes —sí, Jason era abogado.
—Sí —afirmé—, pero aún no quiero ir a juicio —le expliqué—. Esperaré a que sigan, pues no estoy por esperar a que cometan alguna locura. Justin no quiere que haga juicio, pero no me quedaré quita si se sobrepasan.
—Pues, yo vengo a solucionarlo —sonrió amistosamente.
—¿Qué piensas hacer, Jason? —conocía todo de él y sabía que planeaba algo.
—Podríamos quitarle la licencia para estar en Los Ángeles —era una buena idea, aún así podía seguir jodiéndome la vida.
—Quizás —hablé, Jason arqueó una ceja.
—Sé que no te convence —murmuró—, pero más no podemos hacer, porque él no infringe las reglas.
—Sí, es cierto —me conformé de cierto modo—. Oye, ¿qué dices si salimos a almorzar hoy? —le ofrecí, él sonrió.
—¡A eso vine, mujer! —exclamó como si fuera obviedad.
—Mejor vámonos, porque si no, no llegaremos.

Salimos de casa y yo comencé a conducir.

—¿Hacia dónde comienza la gira? —preguntó Jason rompiendo el silencio.
—Comenzaré en Estados Unidos, luego seguiré por Asia —le expliqué brevemente.
—Es lindo que te subas con toda tu familia —me informó Jason.
—Será una grata experiencia —aseguré yo.
—Una vuelta de página, quizás —sonreí sin quitar mi vista del camino—. El camino es pintoresco —comentó mirando los bosques.
—Amo el verde de los árboles —aseguré—, también el olor a pino que invade el auto en verano. Estoy feliz de alejarme de la ciudad lo suficiente como para olvidar el humo de los autos y las fábricas, olvidar el tedioso rugido de los motores y el constante murmullo.
—¿Cómo harás cuando sea hora de que los niños vayan al colegio? —me preguntó mi mejor amigo desde la infancia.
—Contrataremos una institutriz —pues, ir a la escuela para los niños sería traumático. Después de todos no son “normales”, en el sentido de ser hijos de “Justin Bieber  y ___________(tu nombre y apellido)”.
—Lo imaginé —sonrió divertido—. Sabes, es raro todo esto.
—Lo sé, aún extraño estar juntos en el parque haciendo skate o bailando —sabía perfectamente que a eso se refería él.
—Sí, es cierto —murmuró con melancolía—. Los años pasan rápido, querida amiga mía.
—Estoy orgullosa de lo que llegamos a ser, Jason —afirmé.
—También yo, sonsa.
—Sigues siendo amoroso —hablé con sarcasmo. Él rió divertido.
—¡Extrañaba tanto estas conversaciones! —exclamó mi amigo, yo reí por lo bajo— Cambiando de tema —prosiguió Jason—, ¿sigues en contacto con los muchachos de One Direction?
—Sí —respondí—, somos grandes amigos.
—Es genial, creí que nunca harías amigos en el mundo de la música —bromeó riendo a carcajadas. Yo fruncí el ceño.
—¡Qué bobo eres, Jason! —protesté ceñuda, él no dejaba de reír— No has cambiado en nada, mi querido amigo.
—¡Tampoco tú! Eres la misma enojona de siempre —se burló. Yo, solo no podía hacer nada.
—Oye, no se vale —me quejé divertida.

Llegamos a un restaurante en el centro de Los Ángeles. Pedí mesa para dos y rápidamente nos dieron una mesa, nos sentamos y pedimos lo que cada uno quería comer.

—Yo creo que lo mejor sería quitarle la licencia de país —Jason quería solucionarlo, era obvio. Pero no sé si sería tan fácil.
—Lo que sería imposible si tiene residencia aquí, Jay —era lo lógico.
—Sí, es un buen punto —dedujo—. Aún así, le puedes dar restricción de acercamiento —era otra idea.
—Pero solo no puede estar a 200 metros mío —podía seguir metiéndose a 200 metros.
—Pues, la última opción es que hagas una denuncia —no quería llegar a tal punto.
—Mamá me odiaría si lo hago —y así la odie por lo que hizo, en el fondo la quiero como antes lo hacía.
—Quizás, debas ir y hablar bien con ellos dos —un nudo sucedió en mi garganta.
—¿Para qué? —pregunté— ¿Para qué ese tipo que es mi padre biológico y me defenestra en televisión y esa mujer tan mentirosa como ella misma me digan cosas horribles? —añadí— Pues, no —me respondí yo sola—. Ya no quiero llorar.
—Ni yo quiero que lo hagas —siempre tan dulce mi amigo—, pero no se quedará en paz, mayormente José.
—Sí, es cierto —hablé—, pero… ¿qué querrá?
—¿Dinero? —preguntó.
—No lo creo, José tiene una situación económica muy buena. Menor a la mía, pero buenísima.
—Tienes muchísimo dinero, ___________(tu nombre) —la herencia de mi padre, mi dinero y el dinero de Justin. Era mucho, pero no me importaba demasiado—. Él quiere más poder.
—¡Jason! —protesté— En todo caso yo debería quitarle dinero a él, no podrá sacarme dinero, es obvio.
—No tanto —me negó—. En realidad, ninguno puede quitarle dinero a ninguno.
—Pues, no sé qué haré.
—Quizás debas dejar que hagan las cosas como más deseen —habló—. Ninguno tiene derechos sobre el otro. Mucho menos él, que te dio en adopción.
—De forma ilegal —mis “padres” no tenían papeles de adopción.
—Jodidos —musitó Jason.

Volví a mi casa justo cuando el reloj marcaba las 03:00 p.m., entré y Justin estaba en la sala. Venía sola, Jason había quedado en la ciudad porque tenía negocios que hacer.

—Hola bebé —saludé dulcemente.
—Hola cariño —habló él sonriendo—, ¿qué tal todo?
—Excelente —pues, sí. Había decidido hacer como si no existían y seguir con mi gira y todo eso—. Jason vino hoy a casa y salimos a almorzar —le expliqué.
—¿Jason, tú viejo amigo? —yo asentí sonriendo.
—Él mismo —hablé—, ¿los niños? —pregunté notando esa ausencia.
—Mamá los dejó con ella, los traerá por la noche —me explicó—, quizás se quede a cenar.
—Genial —amaba la presencia de Pattie en la casa.
—¿Quieres hacer algo? —me propuso— Hoy estamos solos —sonrió divertido.
—Hay algo que deseo hacer hace ya unos días y aún no puedo —hablé sentándome a su lado.
—Quizás sea lo mismo que yo quiero —dijo acariciando mi mejilla y sonriendo.
—¿Y qué es lo que quieres tú? —le pregunté acomodándome en su pecho.
—Besarte como lo hacíamos cuando éramos adolescentes —sonreí algo apenada.
—Nada lo impide.
—Claro que no —sonreímos sonsamente.

Justin acortó los pocos milímetros que nos separaban y rozó sus labios contra los míos con dulzura. Amaba que lo hiciera. Un leve gemido de satisfacción inundó mi boca, Justin sonrió sobre mis labios y emboscó mi boca con la suya. Amaba que me besara, nunca me cansaría de ese hecho.

—Te amo —susurré separándonos con la respiración agitada.
—También te amo —me robó un pequeño beso.
—Estoy orgullosa de ti, lo sabes, ¿verdad?
—Sé todo sobre ti —sonseó—, y me encanta hacerlo, bonita.
—¡Oh, qué sonso, precioso! —solté una pequeña risa.
—Oye, cariño —habló dulcemente, yo lo miré fijo a los ojos, ¡qué hermosos y profundos ojos miel! Los amaba, totalmente—, hoy estaba pensando en algo.
—¿En qué?
—¿Cómo nos imaginas de viejos? —preguntó con curiosidad.
—Pues —sonreí—, viviendo aquí aún. Con muchos nietos, 4 o 5 hijos ya adultos, claro. Muchos caballos y perros, también algunos pollos, no sé por qué —Justin rió—. Con nuestra carrera como cantantes culminadas y quizás con muy pocos fans a comparación de hoy. Siendo una familia normal, honestamente.
—¡Qué linda! —acarició mi mejilla— Debo comentarte algo.
—Dime, ¿qué es? —pregunté ansiosa.
—Me ofrecieron el papel en una película —habló—, la trama es buena, pero debería bajarme de tú gira para ir a grabar.
—¿Qué? —pregunté alarmada— ¿Cómo es eso?
—Comenzaríamos a grabar en 2 meses —justo en medio de la gira.
—¿Aceptarás? —pregunté, en realidad esperaba un “no” como respuesta.
—No lo sé —dudó.
—¿Es porque te gusta, verdad? —pregunté, él asintió y yo sonreí levemente.
—En realidad es buena y me encantaría volver al cine —confesó—, pero no me animo a dejarte sola.
—Pues, si es por mí puedo subir a Verónica al tour —no me costaría nada si ella acepta. Aunque amaría que él estuviera los meses del tour conmigo.
—Linda… yo no quiero que estés mal —no podía esconderle nada a Justin.
—Lo lamento —me disculpé—, sé que quieres hacerlo, pero en realidad amaría que estés conmigo.
—Si tú me dices que no, no iré —no iba a decirle que no lo haga, por mucho que quería que se quede conmigo. No podía hacerlo, no podía cortar su felicidad.
—Es tú decisión, precioso. Tú decides si vas o no, no voy a dejarte u odiarte por lo que elijas y lo sabes —acaricié su mejilla, él sonrió suavemente, aunque sus ojos se veían algo culpables—. Te amo.
—Te amo a ti, porque eres grandiosa, mi amor —me sonrió y besó mi frente—. Eres la mujer más perfecta.
—Ya no me adules tanto —pedí intentando no imaginarme lejos de él tanto tiempo.


…4 meses después…



Desperté temprano en Paris, estábamos con la gira allí. Los niños dormían en la misma habitación que yo y aún estaban durmiendo. Entré al baño, me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=61581684&.locale=es. Esperaba que Justin, como todas las mañanas, me llamara. Lo extrañaba demasiado, ¡necesitaba verlo! Me recogí el cabello y me puse un poco de maquillaje, hoy tenía la conferencia de prensa en la ciudad del amor.

Luego de desayunar partimos hacia el teatro donde sería la conferencia de prensa, me extrañó demasiado que fueran las 10:00 a.m. y que Justin no llamara, en realidad era raro.

—Buenos días —saludó una mujer—. La conferencia de prensa se da por comienzo ahora mismo.
—Bonjour —saludó Alison—. Los periodistas preguntarán por orden de asiento, es decir del 1 al 50, dos preguntas cada uno. Muchas gracias.
—Bonjour —saludé simpáticamente. Aunque no estaba muy bien.
—Buenos días, ___________(tu nombre) —saludó la primer mujer que estaba por preguntarme—. Espero que estés bien, mi primer pregunta será, ¿cómo te sientes aquí en Paris?
—Pues, es mono —confesé—, porque puedo hablar mucho en francés y eso me encanta. Además me tratan demasiado bien y amo las fans francesas.
—¡Qué dulce! —comentó—, y la segunda pregunta será, ¿estás en contacto con Cody Simpson, tu ex-novio?
—No mucho, que digamos. Quizás cruzamos un par de palabras si nos cruzamos, pero no quiere decir que seamos los mejores amigos otra vez. Las cosas están bien, en cierto punto.
—Gracias —murmuró y se sentó. Le sonreí dulcemente.
—Bonjour —saludó un simpático muchacho.
—Bonjour —respondí ante su silencio.
—Bonito acento —todos rieron divertidos, incluso Alison—, ¿cómo están las cosas con Justin?
—Pues, las cosas con Justin están demasiado bien —aseguré—. Él está en Los Ángeles ahora, pero las cosas están muy bien.
—Lástima, esperaba invitarte a salir —reí algo incómoda—. Solo bromeaba, por último, ¿cómo estás de salud?
—Es raro que alguien pregunte eso —sonreí—, pero estoy bien. Muy bien y saludable, gracias.
—Hola —saludó otro muchacho, el tercero—. Es un gusto, ___________(tu nombre).
—El gusto es mío.
—Quiero preguntarte si ya trabajas en nueva música.
—Pues, yo trabajo en música constantemente —confesé introduciéndome en el tema—. En realidad, tengo muchísimos demos grabados que nadie más que mi productor y Justin conocen —reí levemente—. Pero no estoy planeando un nuevo álbum.
—¿No lo haces porque esperas ser mamá otra vez? —preguntó.
—A ser verdad, sí —confesé—. Espero ser mamá otra vez y no podría hacerlo si estoy pensando en música —él hizo un gesto de agradecimiento con la cabeza y se sentó.



La conferencia de prensa pasó bastante rápido, aunque en realidad nunca dejé de pensar en porqué Justin no se había molestado ni siquiera en mandar un mensaje. Ya estábamos en el restaurante a punto de almorzar.

—Mamá —habló Jess, la miré prestándole atención.
—Dime, mi amor.
—Extraño mucho a papá —confesó. Sonreí amargamente, también lo hacía.
—Lo veremos pronto, lo prometo princesa —eso quisiera. Aún faltaban dos meses.
—Mamá —esta vez fue Joe—, ¿por qué Alison no está aquí? —preguntó curiosamente.
—Ella está en el hotel, mi príncipe —le expliqué—, ¿por qué ese interés?
—Es que ella es hermosa —fruncí el ceño y me largué a reír luego.
—¡Joe! —protesté.
—Enserio digo, mamá —murmuró mi hijo—. Ella es bellísima.
—Mamá, ¿puedo tener novio? —me imaginé la cara de Justin si habría escuchado eso.
—¿Crees que puedes hacerlo a los 5? —le pregunté. Ella negó con la cabeza.
—Pues, no —sonrió traviesa—. Papá no quiere.
—¿Papá no quiere? —pregunté.
—No, no quiere —respondió ella—. Dice que estoy pequeña y que hasta que crezca él será mi único novio, pero no es así. Él es tú novio, bueno esposo —se corrigió. Joe rió.
—Papá es muy celoso —le recordé.
—Está bien —frunció el ceño—. Esperaré —yo solo intentaba no reír.
—¿Hoy tienes que cantar mamá? —me preguntó Joe.
—Sí, cariño —respondí.
—¡Genial! —exclamó mi niño— Amo ir a tus conciertos.
—Sí, luces tan linda siempre —sonreí enternecida ante el comentario de Jess. Mis hijos eran unos caramelos de dulces.
—¡Oww, pues ustedes son hermosos! —les informé.
—Mamá —habló Jess—, ¿qué quieres que sea cuando sea grande? —me preguntó.
—Lo que tú quieras ser —respondí astutamente.
—Yo quiero ser como tú —me informó.
—Y yo como el tío Ryan —habló Joe. Yo sonreí. Eran muy ingeniosos. Joe amaba a Ryan, porque él era divertido y siempre filmaba vídeos de mi hijo.
—Ustedes serán mejores que nosotros —les informé—. Ustedes deben querer ser mejores. Yo siempre los apoyaré en lo que quieran hacer —porque era lo mejor que una madre podía hacer.
—Mamá —habló Jess—, la tía Willow, ¿siempre tuvo el cabello así? —reí ante esa pregunta.
—La tía Willow ama ir a la peluquería, mi amor —le expliqué—. Ella siempre cambia los colores de su cabello.
—¿Algún día podré pintármelo de verde? —sonreí divertida.
—Pues, cuando seas grande —cedí a cierto punto.
—Quedarás fea, Jessica —era divertido verlos pelear, aunque no podía permitirlo. Siempre reíamos con Justin de eso, obviamente cuando los niños no nos veían.
—Tú eres feo, Joe —se defendió mi niña.
—Ya, no peleen —les exigí seria, aunque por dentro moría de risa.
—Hola bellezas —saludó una voz que no confundiría en ningún lado del mundo.





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Lamento que sea así de corto, es que en realidad me muero de sueño porque llegué a las 06:00 a.m. a mi casa de una fiesta y solo dormí dos horas! Jajaja, prometo que el próximo será más largo. Las amo :)



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— Poly—




P/D: COMENTENN! :)

6 comentarios:

  1. SIIGUEELAA PRONTTOOO PORRFFAA ME ENCANTTAA!!

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  2. sofuheur
    No puedo esperar al proximo capitulo! :)


    Besos :)x

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  3. Hola! como estas? espero que bien, me encanto el capítulo Jess y Joe son muy tiernos :3, Sube pronto TKM <3

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  4. Corto? Para mi fue perfecto, mujer. Como siempre. Te quiero y debo irme porque mañana debo ir alcolegio y aún no termino mi tarea. Te quiero!!

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  5. Me encanto el capitulo porfa siguela sino voy a morir
    Pd: soy nueva lectora , no enverdad era lectora fantasma

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