—¡No
puedo creerlo! —exclamé al verlo allí, parado sonriendo justo frente a mí.
Hacía años no lo veía y no esperaba que llegara así de la nada misma a casa.
—¡Estás
preciosa! —él y sus cumplidos. Corrió hasta mí y me abrazó con fuerzas.
Realmente había extrañado eso.
—No
puedo creer que estés aquí, Jason —hablé una vez que me soltó.
—Pues,
si yo no te visito tú no piensas hacerlo —protestó.
—¡No
estabas en Los Ángeles! —saqué en cara—, ¿qué tal Brasil para los negocios?
—pregunté mientras nos sentábamos.
—Nada
mal —aseguró.
—Soraya,
por favor —hablé. Ella llegó rápidamente—, ¿nos traes dos cafés?
—Enseguida,
señora —habló—. Con permiso —se retiró.
—¿Cómo
estás? —sé que Jason quería hablar de lo que pasaba.
—Pues,
asustada y con tristeza —aseguré a modo de respuesta.
—Puedo
ayudar y lo sabes —sí, Jason era abogado.
—Sí
—afirmé—, pero aún no quiero ir a juicio —le expliqué—. Esperaré a que sigan,
pues no estoy por esperar a que cometan alguna locura. Justin no quiere que
haga juicio, pero no me quedaré quita si se sobrepasan.
—Pues,
yo vengo a solucionarlo —sonrió amistosamente.
—¿Qué
piensas hacer, Jason? —conocía todo de él y sabía que planeaba algo.
—Podríamos
quitarle la licencia para estar en Los Ángeles —era una buena idea, aún así
podía seguir jodiéndome la vida.
—Quizás
—hablé, Jason arqueó una ceja.
—Sé
que no te convence —murmuró—, pero más no podemos hacer, porque él no infringe
las reglas.
—Sí,
es cierto —me conformé de cierto modo—. Oye, ¿qué dices si salimos a almorzar
hoy? —le ofrecí, él sonrió.
—¡A
eso vine, mujer! —exclamó como si fuera obviedad.
—Mejor
vámonos, porque si no, no llegaremos.
Salimos
de casa y yo comencé a conducir.
—¿Hacia
dónde comienza la gira? —preguntó Jason rompiendo el silencio.
—Comenzaré
en Estados Unidos, luego seguiré por Asia —le expliqué brevemente.
—Es
lindo que te subas con toda tu familia —me informó Jason.
—Será
una grata experiencia —aseguré yo.
—Una
vuelta de página, quizás —sonreí sin quitar mi vista del camino—. El camino es
pintoresco —comentó mirando los bosques.
—Amo
el verde de los árboles —aseguré—, también el olor a pino que invade el auto en
verano. Estoy feliz de alejarme de la ciudad lo suficiente como para olvidar el
humo de los autos y las fábricas, olvidar el tedioso rugido de los motores y el
constante murmullo.
—¿Cómo
harás cuando sea hora de que los niños vayan al colegio? —me preguntó mi mejor
amigo desde la infancia.
—Contrataremos
una institutriz —pues, ir a la escuela para los niños sería traumático. Después
de todos no son “normales”, en el sentido de ser hijos de “Justin Bieber y ___________(tu nombre y apellido)”.
—Lo
imaginé —sonrió divertido—. Sabes, es raro todo esto.
—Lo
sé, aún extraño estar juntos en el parque haciendo skate o bailando —sabía
perfectamente que a eso se refería él.
—Sí,
es cierto —murmuró con melancolía—. Los años pasan rápido, querida amiga mía.
—Estoy
orgullosa de lo que llegamos a ser, Jason —afirmé.
—También
yo, sonsa.
—Sigues
siendo amoroso —hablé con sarcasmo. Él rió divertido.
—¡Extrañaba
tanto estas conversaciones! —exclamó mi amigo, yo reí por lo bajo— Cambiando de
tema —prosiguió Jason—, ¿sigues en contacto con los muchachos de One Direction?
—Sí
—respondí—, somos grandes amigos.
—Es
genial, creí que nunca harías amigos en el mundo de la música —bromeó riendo a
carcajadas. Yo fruncí el ceño.
—¡Qué
bobo eres, Jason! —protesté ceñuda, él no dejaba de reír— No has cambiado en
nada, mi querido amigo.
—¡Tampoco
tú! Eres la misma enojona de siempre —se burló. Yo, solo no podía hacer nada.
—Oye,
no se vale —me quejé divertida.
Llegamos
a un restaurante en el centro de Los Ángeles. Pedí mesa para dos y rápidamente
nos dieron una mesa, nos sentamos y pedimos lo que cada uno quería comer.
—Yo
creo que lo mejor sería quitarle la licencia de país —Jason quería
solucionarlo, era obvio. Pero no sé si sería tan fácil.
—Lo
que sería imposible si tiene residencia aquí, Jay —era lo lógico.
—Sí,
es un buen punto —dedujo—. Aún así, le puedes dar restricción de acercamiento —era
otra idea.
—Pero
solo no puede estar a 200 metros mío —podía seguir metiéndose a 200 metros.
—Pues,
la última opción es que hagas una denuncia —no quería llegar a tal punto.
—Mamá
me odiaría si lo hago —y así la odie por lo que hizo, en el fondo la quiero
como antes lo hacía.
—Quizás,
debas ir y hablar bien con ellos dos —un nudo sucedió en mi garganta.
—¿Para
qué? —pregunté— ¿Para qué ese tipo que es mi padre biológico y me defenestra en
televisión y esa mujer tan mentirosa como ella misma me digan cosas horribles? —añadí—
Pues, no —me respondí yo sola—. Ya no quiero llorar.
—Ni
yo quiero que lo hagas —siempre tan dulce mi amigo—, pero no se quedará en paz,
mayormente José.
—Sí,
es cierto —hablé—, pero… ¿qué querrá?
—¿Dinero?
—preguntó.
—No
lo creo, José tiene una situación económica muy buena. Menor a la mía, pero
buenísima.
—Tienes
muchísimo dinero, ___________(tu nombre) —la herencia de mi padre, mi dinero y
el dinero de Justin. Era mucho, pero no me importaba demasiado—. Él quiere más
poder.
—¡Jason!
—protesté— En todo caso yo debería quitarle dinero a él, no podrá sacarme
dinero, es obvio.
—No
tanto —me negó—. En realidad, ninguno puede quitarle dinero a ninguno.
—Pues,
no sé qué haré.
—Quizás
debas dejar que hagan las cosas como más deseen —habló—. Ninguno tiene derechos
sobre el otro. Mucho menos él, que te dio en adopción.
—De
forma ilegal —mis “padres” no tenían papeles de adopción.
—Jodidos
—musitó Jason.
Volví
a mi casa justo cuando el reloj marcaba las 03:00 p.m., entré y Justin estaba
en la sala. Venía sola, Jason había quedado en la ciudad porque tenía negocios
que hacer.
—Hola
bebé —saludé dulcemente.
—Hola
cariño —habló él sonriendo—, ¿qué tal todo?
—Excelente
—pues, sí. Había decidido hacer como si no existían y seguir con mi gira y todo
eso—. Jason vino hoy a casa y salimos a almorzar —le expliqué.
—¿Jason,
tú viejo amigo? —yo asentí sonriendo.
—Él
mismo —hablé—, ¿los niños? —pregunté notando esa ausencia.
—Mamá
los dejó con ella, los traerá por la noche —me explicó—, quizás se quede a
cenar.
—Genial
—amaba la presencia de Pattie en la casa.
—¿Quieres
hacer algo? —me propuso— Hoy estamos solos —sonrió divertido.
—Hay
algo que deseo hacer hace ya unos días y aún no puedo —hablé sentándome a su
lado.
—Quizás
sea lo mismo que yo quiero —dijo acariciando mi mejilla y sonriendo.
—¿Y
qué es lo que quieres tú? —le pregunté acomodándome en su pecho.
—Besarte
como lo hacíamos cuando éramos adolescentes —sonreí algo apenada.
—Nada
lo impide.
—Claro
que no —sonreímos sonsamente.
Justin
acortó los pocos milímetros que nos separaban y rozó sus labios contra los míos
con dulzura. Amaba que lo hiciera. Un leve gemido de satisfacción inundó mi
boca, Justin sonrió sobre mis labios y emboscó mi boca con la suya. Amaba que
me besara, nunca me cansaría de ese hecho.
—Te
amo —susurré separándonos con la respiración agitada.
—También
te amo —me robó un pequeño beso.
—Estoy
orgullosa de ti, lo sabes, ¿verdad?
—Sé
todo sobre ti —sonseó—, y me encanta hacerlo, bonita.
—¡Oh,
qué sonso, precioso! —solté una pequeña risa.
—Oye,
cariño —habló dulcemente, yo lo miré fijo a los ojos, ¡qué hermosos y profundos
ojos miel! Los amaba, totalmente—, hoy estaba pensando en algo.
—¿En
qué?
—¿Cómo
nos imaginas de viejos? —preguntó con curiosidad.
—Pues
—sonreí—, viviendo aquí aún. Con muchos nietos, 4 o 5 hijos ya adultos, claro.
Muchos caballos y perros, también algunos pollos, no sé por qué —Justin rió—. Con
nuestra carrera como cantantes culminadas y quizás con muy pocos fans a
comparación de hoy. Siendo una familia normal, honestamente.
—¡Qué
linda! —acarició mi mejilla— Debo comentarte algo.
—Dime,
¿qué es? —pregunté ansiosa.
—Me
ofrecieron el papel en una película —habló—, la trama es buena, pero debería
bajarme de tú gira para ir a grabar.
—¿Qué?
—pregunté alarmada— ¿Cómo es eso?
—Comenzaríamos
a grabar en 2 meses —justo en medio de la gira.
—¿Aceptarás?
—pregunté, en realidad esperaba un “no” como respuesta.
—No
lo sé —dudó.
—¿Es
porque te gusta, verdad? —pregunté, él asintió y yo sonreí levemente.
—En
realidad es buena y me encantaría volver al cine —confesó—, pero no me animo a
dejarte sola.
—Pues,
si es por mí puedo subir a Verónica al tour —no me costaría nada si ella
acepta. Aunque amaría que él estuviera los meses del tour conmigo.
—Linda…
yo no quiero que estés mal —no podía esconderle nada a Justin.
—Lo
lamento —me disculpé—, sé que quieres hacerlo, pero en realidad amaría que
estés conmigo.
—Si
tú me dices que no, no iré —no iba a decirle que no lo haga, por mucho que
quería que se quede conmigo. No podía hacerlo, no podía cortar su felicidad.
—Es
tú decisión, precioso. Tú decides si vas o no, no voy a dejarte u odiarte por
lo que elijas y lo sabes —acaricié su mejilla, él sonrió suavemente, aunque sus
ojos se veían algo culpables—. Te amo.
—Te
amo a ti, porque eres grandiosa, mi amor —me sonrió y besó mi frente—. Eres la
mujer más perfecta.
—Ya
no me adules tanto —pedí intentando no imaginarme lejos de él tanto tiempo.
…4
meses después…
Desperté
temprano en Paris, estábamos con la gira allí. Los niños dormían en la misma
habitación que yo y aún estaban durmiendo. Entré al baño, me di una ducha y me
cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=61581684&.locale=es. Esperaba que Justin, como
todas las mañanas, me llamara. Lo extrañaba demasiado, ¡necesitaba verlo! Me
recogí el cabello y me puse un poco de maquillaje, hoy tenía la conferencia de
prensa en la ciudad del amor.
Luego
de desayunar partimos hacia el teatro donde sería la conferencia de prensa, me
extrañó demasiado que fueran las 10:00 a.m. y que Justin no llamara, en
realidad era raro.
—Buenos
días —saludó una mujer—. La conferencia de prensa se da por comienzo ahora
mismo.
—Bonjour
—saludó Alison—. Los periodistas preguntarán por orden de asiento, es decir del
1 al 50, dos preguntas cada uno. Muchas gracias.
—Bonjour
—saludé simpáticamente. Aunque no estaba muy bien.
—Buenos
días, ___________(tu nombre) —saludó la primer mujer que estaba por preguntarme—.
Espero que estés bien, mi primer pregunta será, ¿cómo te sientes aquí en Paris?
—Pues,
es mono —confesé—, porque puedo hablar mucho en francés y eso me encanta.
Además me tratan demasiado bien y amo las fans francesas.
—¡Qué
dulce! —comentó—, y la segunda pregunta será, ¿estás en contacto con Cody
Simpson, tu ex-novio?
—No
mucho, que digamos. Quizás cruzamos un par de palabras si nos cruzamos, pero no
quiere decir que seamos los mejores amigos otra vez. Las cosas están bien, en
cierto punto.
—Gracias
—murmuró y se sentó. Le sonreí dulcemente.
—Bonjour
—saludó un simpático muchacho.
—Bonjour
—respondí ante su silencio.
—Bonito
acento —todos rieron divertidos, incluso Alison—, ¿cómo están las cosas con
Justin?
—Pues,
las cosas con Justin están demasiado bien —aseguré—. Él está en Los Ángeles
ahora, pero las cosas están muy bien.
—Lástima,
esperaba invitarte a salir —reí algo incómoda—. Solo bromeaba, por último,
¿cómo estás de salud?
—Es
raro que alguien pregunte eso —sonreí—, pero estoy bien. Muy bien y saludable,
gracias.
—Hola
—saludó otro muchacho, el tercero—. Es un gusto, ___________(tu nombre).
—El
gusto es mío.
—Quiero
preguntarte si ya trabajas en nueva música.
—Pues,
yo trabajo en música constantemente —confesé introduciéndome en el tema—. En
realidad, tengo muchísimos demos grabados que nadie más que mi productor y
Justin conocen —reí levemente—. Pero no estoy planeando un nuevo álbum.
—¿No
lo haces porque esperas ser mamá otra vez? —preguntó.
—A
ser verdad, sí —confesé—. Espero ser mamá otra vez y no podría hacerlo si estoy
pensando en música —él hizo un gesto de agradecimiento con la cabeza y se
sentó.
La
conferencia de prensa pasó bastante rápido, aunque en realidad nunca dejé de
pensar en porqué Justin no se había molestado ni siquiera en mandar un mensaje.
Ya estábamos en el restaurante a punto de almorzar.
—Mamá
—habló Jess, la miré prestándole atención.
—Dime,
mi amor.
—Extraño
mucho a papá —confesó. Sonreí amargamente, también lo hacía.
—Lo
veremos pronto, lo prometo princesa —eso quisiera. Aún faltaban dos meses.
—Mamá
—esta vez fue Joe—, ¿por qué Alison no está aquí? —preguntó curiosamente.
—Ella
está en el hotel, mi príncipe —le expliqué—, ¿por qué ese interés?
—Es
que ella es hermosa —fruncí el ceño y me largué a reír luego.
—¡Joe!
—protesté.
—Enserio
digo, mamá —murmuró mi hijo—. Ella es bellísima.
—Mamá,
¿puedo tener novio? —me imaginé la cara de Justin si habría escuchado eso.
—¿Crees
que puedes hacerlo a los 5? —le pregunté. Ella negó con la cabeza.
—Pues,
no —sonrió traviesa—. Papá no quiere.
—¿Papá
no quiere? —pregunté.
—No,
no quiere —respondió ella—. Dice que estoy pequeña y que hasta que crezca él
será mi único novio, pero no es así. Él es tú novio, bueno esposo —se corrigió.
Joe rió.
—Papá
es muy celoso —le recordé.
—Está
bien —frunció el ceño—. Esperaré —yo solo intentaba no reír.
—¿Hoy
tienes que cantar mamá? —me preguntó Joe.
—Sí,
cariño —respondí.
—¡Genial!
—exclamó mi niño— Amo ir a tus conciertos.
—Sí,
luces tan linda siempre —sonreí enternecida ante el comentario de Jess. Mis
hijos eran unos caramelos de dulces.
—¡Oww,
pues ustedes son hermosos! —les informé.
—Mamá
—habló Jess—, ¿qué quieres que sea cuando sea grande? —me preguntó.
—Lo
que tú quieras ser —respondí astutamente.
—Yo
quiero ser como tú —me informó.
—Y
yo como el tío Ryan —habló Joe. Yo sonreí. Eran muy ingeniosos. Joe amaba a
Ryan, porque él era divertido y siempre filmaba vídeos de mi hijo.
—Ustedes
serán mejores que nosotros —les informé—. Ustedes deben querer ser mejores. Yo
siempre los apoyaré en lo que quieran hacer —porque era lo mejor que una madre
podía hacer.
—Mamá
—habló Jess—, la tía Willow, ¿siempre tuvo el cabello así? —reí ante esa
pregunta.
—La
tía Willow ama ir a la peluquería, mi amor —le expliqué—. Ella siempre cambia
los colores de su cabello.
—¿Algún
día podré pintármelo de verde? —sonreí divertida.
—Pues,
cuando seas grande —cedí a cierto punto.
—Quedarás
fea, Jessica —era divertido verlos pelear, aunque no podía permitirlo. Siempre
reíamos con Justin de eso, obviamente cuando los niños no nos veían.
—Tú
eres feo, Joe —se defendió mi niña.
—Ya,
no peleen —les exigí seria, aunque por dentro moría de risa.
—Hola
bellezas —saludó una voz que no confundiría en ningún lado del mundo.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Lamento
que sea así de corto, es que en realidad me muero de sueño porque llegué a las
06:00 a.m. a mi casa de una fiesta y solo dormí dos horas! Jajaja, prometo que
el próximo será más largo. Las amo :)
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— Poly—
P/D: COMENTENN! :)
HOLA QUE HERMOSO CAPITULO
ResponderEliminarSIIGUEELAA PRONTTOOO PORRFFAA ME ENCANTTAA!!
ResponderEliminarsofuheur
ResponderEliminarNo puedo esperar al proximo capitulo! :)
Besos :)x
Hola! como estas? espero que bien, me encanto el capítulo Jess y Joe son muy tiernos :3, Sube pronto TKM <3
ResponderEliminarCorto? Para mi fue perfecto, mujer. Como siempre. Te quiero y debo irme porque mañana debo ir alcolegio y aún no termino mi tarea. Te quiero!!
ResponderEliminarMe encanto el capitulo porfa siguela sino voy a morir
ResponderEliminarPd: soy nueva lectora , no enverdad era lectora fantasma