martes, 2 de abril de 2013

Capítulo 56°: "Quizás sea hora de que yo te cuente todo lo que pasó".







—Su atención, por favor —habló Emma en el centro, todos callaron y voltearon a prestarle atención—. Como todos sabrán estamos reunidos aquí para anunciar la apertura de una nueva temporada en la cual aremos nuevamente “El Lago de los Cines” —anunció—. Este año tendremos una nueva reina cisne. Ella es una bailarina de excelencia. Jamás ha estado en una compañía hasta esta vez, pero es una gran coreógrafa, maestra y bailarina con sus diecisiete años. Mi nueva reina Cisne es ___________(tu nombre y apellido) —nombró a mi novia apuntándola, todos se voltearon a verla aplaudiéndola.
—Gracias, Emma —sonrió ___________(tu nombre)—. Es un gusto y un honor enorme que me hayan elegido como la Reina Cisne sin siquiera tener trayectoria. Estoy completamente agradecida y trabajo muy duro en hacer bien las cosas. Sé que la temporada será un éxito.
—¡Señores, ella es la mejor Reina Cisne que podrán ver!


La velada se extendió una o dos horas más. Muchos se acercaron a hablar con ___________(tu nombre). Yo solo me encargaba de estar allí a su lado, acompañándola y nada más que eso. Luego de salir del Hilton, comencé a conducir camino a mi sorpresa.


—¿A dónde vamos? —me preguntó ella curiosamente.
—Cuando alguien dice que es una sorpresa, es porque debes mantener la calma para sorprenderte cuando te den eso o te lleven a ese lugar misterioso —le expliqué divertido.
—Sí, Biebas —habló con un tono divertido—. Eso lo sé desde hace mucho tiempo, por si no sabes.
—Solo te lo recordaba —ella soltó una risa por lo bajo. Amaba saber que podía hacerla sonreír después de todo.
—Gracias, Justin —me extrañó oírla decir eso, ¿a qué se refería? Una de sus manos se apoyó en mi pierna sutilmente—. Sé que es extraño que te diga todo esto, pero en realidad, no puedo guardármelo. Simplemente gracias, porque gracias a ti descubrí lo que era mi madre realmente y logré descubrir que era ella la única que me lastimó durante tantos años. No sé quién me mantendría firme, Justin. Honestamente, sin ti sosteniéndome me caería. Tú eres lo único que necesito para ser fuerte, para estar bien y enfrentarme a todo —me daba tanta ternura oírla decir eso.
—Te amo, nena —le informé posando mi mano sobre la suya que estaba en mi pierna.


Conduje alrededor de casi media hora más, ___________(tu nombre) iba concentrada mirando por la ventanilla mientras escuchábamos en la radio Pink Floyd, era de sus bandas favoritas. Me detuve justo donde debía hacerlo, miré a mi novia y ella me miró a mí curiosamente.


—Bajemos —le sugerí. Ella asintió una vez y abrió su puerta.


Bajamos del auto y quedamos parados el uno frente al otro.


—¿Por qué me traes a un acantilado? —me preguntó curiosamente mirando hacia un lado.
—Primero que todo, feliz cumpleaños, princesa —la tomé por la cintura y ella se acurrucó en mi pecho mientras yo la apretaba contra mí—. Te amo tanto, nena.
—I love how his name sounds (Amo como suena su nombre)
I love when you write beside me (Adoro cuando se escribe junto a mí)
No lo cambiaría (I would not change)

Justin, is he (Justin, es él)
Ju-ustin

Her hair disheveled (Su cabello despeinado)
Her sweet honey gaze (Su dulce mirada miel)
There is nothing not want to do (No hay nada que no quiera hacer)
In his arms (En sus brazos)

Justin, is he (Justin, es él)
Ju-ustin
Every time you touch me (Cada vez que me toca)
We fly high (Volamos alto)
Nothing to his kisses (No hay nada que sus besos)
Not achieve (No logren)
The psychology is sinking (La psicología se hunde)
In my blood (En mi sangre)
I love his voice when he says (Amo su voz cuando él dice)
I love you (Te amo)
Let me touch you again, dear (Déjame tocarte otra vez, cariño)
Let me do a show (Déjame hacerte un show) —quedé abrazándola y escuchando la dulce melodía que susurraba en mi pecho. Se oía tan dulce.
—Tengo un regalo para ti —yo no había olvidado tal acontecimiento.
—No quería que fuera especial —musitó mirándome a los ojos—. Odio cada cumpleaños desde que tengo 15.
—No podía pasar por alto que ya eres mayor de edad, bebé —sonreí divertido y besé sus labios fugazmente.
—Tampoco es el acontecimiento del año —yo lamí mis labios mientras sacaba del bolsillo de mi smoking el regalo.
—Sé que somos jóvenes, quizás esto es demasiado rápido, pero nena, nuestra vida es rápida. Estás enamorado de un hombre moribundo y yo estoy enamorado de una mujer masoquista, ¿qué podría ser más rápido que esto? —sus ojos se iluminaban de un brillo oscuro pero dulce a la vez, raro, muy raro— Probablemente, falte mucho por saber el uno del otro, pero quiero que… —pasé saliva y suspiré lentamente—, quiero que seas la mujer de mi vida —añadí pasándole la pequeña caja de terciopelo azul marino.
—Justin…
—Ábrela —le pedí. Sus manos tomaron la pequeña caja y le quitó la tapa encontrándose con el anillo (http://www.forodefotos.com/attachments/amor/21600d1308418116-rubi-anillos-rubi-oro-blanco.jpg), me miró desconcertada mientras yo tomaba su mano para poner el anillo en su dedo anular.
—Justin, no era necesario —musitó mirando el anillo—. Sabes que odio los regalos caros y mucho más que tú gastes…
—¿Y cómo esperabas que nos comprometiéramos? —pregunté divertido, ella me sonrió. La primera sonrisa natural y sincera que le había visto durante días.
—Te amo —me informó ella.
—Y yo te amo a ti, princesa —sonreí y besé sus labios dulcemente.



…Al día siguiente…



___________(tu nombre) aún dormía, sabía que estaba cansada, por ello la dejé dormida arriba. Era su cumpleaños y debía ser especial, por lo que me cambié y bajé a preparar el almuerzo para los dos. Mientras estaba en la cocina oí el timbre, me pareció algo muy raro, ya que no esperábamos a nadie ni mucho menos.

Me dirigí hasta la puerta y abrí, pero no había nadie allí. Dirigí mi vista hacia el suelo y había una caja envuelta en papel marrón, del tamaño de una caja de zapatos. Me pareció raro, pero saben, solo un nombre se cruzó en mi mente y adivinen cuál: Jennifer.

Tomé la caja y cerré la puerta de la entrada, la puse sobre la mesa del living y rasgué el papel, luego quité la tapa para encontrarme con una remera negra de ___________(tu nombre) que tenía una inscripción de AC/DC, se la había visto puesta la noche que nos presentamos juntos por primera vez. Estaba bañada de sangre, era un mensaje y claramente sabía qué significaba.

La próxima víctima sería ___________(tu nombre), pero primero Jen debería jugar un juego muy sucio conmigo. Bajo la remera había una nota que decía: “Happy birthday, sweet bloody princess” (Feliz cumpleaños, dulce princesa sangrienta). Metí todo rápidamente en la caja y me encargaría de hacerlo desaparecer, ___________(tu nombre) no podía verlo, porque sabía que se alteraría.









Era el medio día cuando ___________(tu nombre) bajó vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=77628320&.locale=es. Traía su cabello laceado suelto por la espalda y traía maquillaje como lo hacía casi habitualmente.


—¡Nena! —exclamé y le sonreí. Debía actuar normal, para que no notara lo de la amenaza.
—Hola, Just —me saludó ella y besó mis labios—. Huele rico —comentó divertida—, ¿cocinas?
—Y no te imaginas cómo —presumí, ella se sentó en una de las sillas de la cocina.
—Antes de presumir tanto, deberé probar —aseguró divertida, yo solté una pequeña risa abrazándola por detrás.
—¿Por qué eres tan linda, nena? —ella carraspeó un poco.
—Me gusta ser sexy, no linda —besé divertidamente su cuello.
—Eres sexy —ella volteó su cara a verme ceñuda.
—No es momento de sexo, es momento del almuerzo —yo sonreí divertido, ella me sonrió también.
—¡Nadie insinuó lo contrario! —me reconfortaba verla bien, se había levantado con un humor un poco más alegre al de días anteriores.
—Y bien, ¿con qué vas a deleitarme? —me preguntó ella y sonrió levemente poniéndose de pie frente a mí para abrazarme por el cuello. Mis manos se enredaron en su cintura.
—Bueno, hice camarones, salsa blanca de verduras y un poco de salmón —ella lamió sus labios—. Para tomar, he traído un especial y distinguido vino, blanco y algo agrio como te gusta —ella sonrió sensualmente, ¡era tan linda!
—Almorcemos, cuando dispongas —me advirtió y volvió a sentarse sonriéndome levemente.


Tomé dos platos y serví lo mismo en cada uno de los dos. Serví dos copas de vino y posé un plato y una copa frente a ___________(tu nombre), el otro frente a ella del otro lado de la mesa y me senté. Sus ojos se veían tan lindos. Honestamente, no podía quitarle los ojos de encima.


—Jamás creí que ibas a sentar cabeza —yo la miré divertido, me imaginaba mi mueca con mi ceja elevada—. Jamás tuve el tiempo de sentir que me engañabas, ni siquiera lo consideré alguna vez, excepto cuando Miley me contó lo de Samanta, pero sabes —tragó saliva y sonrió levemente—, me gusta saber que has cambiado.
—Yo no jugaba con las chicas —me confesé—. Yo tuve un pasado, bastante oscuro y asqueroso y necesitaba taparlo con algo para que no me temieran, por eso mismo salía con muchas chicas. Pero después de conocerte, es difícil, más bien imposible, que pusiera los ojos en alguien más, belleza —sus ojos cafés me miraban atentamente.
—¿Pasado oscuro y asqueroso? —algo en mí decía que debía decirle toda la verdad.
—Mucho, nena —aseguré mientras ella tragaba un bocado de salmón—. Quizás sea hora de que yo te cuente todo lo que pasó, ¿no?
—Escucharé atenta cuando consideres adecuado abrir tu corazón, Justin —suspiré y pasé saliva mientras me dignaba a pensar que era hora de hablarlo con alguien.
—Me metí en la pandilla cuando tenía apenas 13 —un niño todavía—, la calle era peligrosa, New York siempre es peligroso, mucho peor cuando no tienes control en casa. La pandilla estaba compuesta por un líder y casi 15 miembros más. Todos desde 15 a 20, yo era el único de 13. Aprendí todo lo que uno puede aprender en una pandilla —literalmente—. Desde defensa personal hasta como gatillar directo al punto que hará morir al apuntado en cosa de que la bala traspase el tejido de la piel —___________(tu nombre) me miraba atentamente—. Mamá lo sabía y papá también, pero honestamente me valía madre. Yo seguía estando metido ahí.
—¿Jamás dijeron nada? —yo sonreí amargamente.
—No los escuché —por despecho—. Cuando tuve 15, conocí a Rox. Éramos novios, pero ella era la presa de la pandilla. Un día, me encontraron con ella y me advirtieron que la próxima moriríamos los dos. Dos días después, mataron a Rox. Eso me dio tanta fuerza y me hizo reaccionar. Debía salir de la pandilla, porque ahí no había límites. No les importaría matar a ningún ser querido, ¡no era lo que yo quería! Pero salir, era básicamente el peor temor de los que estaban dentro. Tomé coraje y pensé: “Si me tocará matar a quien amo, vivir fuera de esto es lo correcto. Si muero, jamás deberé herir a nadie”. Así que me enfrenté a la pandilla —mi ira se dispersó por mí haciéndome poner tenso—. Me hicieron toda clase de tortura que podían hacerme legalmente.
—¿Qué cosas? —preguntó ella ante el silencio de mi parte.
—Mi tatuaje de la gaviota —seguramente lo recordaba—, me pegaron casi hasta dejarme inconsciente, me maltrataron de forma psicológica como nadie lo haría. Pero un día me cansé de tanta mierda solo para salir. Tomé mi arma y apunté al líder por la cabeza sin temor alguno a disparar —pasé saliva—. Todos me gritaron que no lo haga, pero era la única forma de poner respeto e irme.
—Lo mataste —dedujo ella. Elevé mis ojos y asentí fríamente—. Pero me habías dicho que…
—Jamás se lo conté a nadie —confesé—. Nunca olvidaré la mierda que se siente tener sesos de la persona que odias esparcidos en todo tu cuerpo. Honestamente, compadezco a quien lo sufrió. Pero preferí matarlo a él, que no era alguien a quien amaba profundamente, a llegar a tener que matar a alguien que sí amaba con profundidad —ella no se inmutó. Lo tomó con total tranquilidad—. No dirás nada, ¿verdad?
—¿Qué te diría? —me preguntó y bebió un sorbo de vino delicadamente—. Maté a dos personas, por si lo olvidas.
—Daría lo que fuera por sacarte de esto —confesé. Ella sonrió amargamente.
—De esto sí no podemos salirnos, Justin —yo asentí. Ella tenía toda la razón—. Solo podemos mantenernos como hasta ahora, defendiéndonos.
—Es una lástima que te hayan metido en esto —me refería a Jen, específicamente—. Jamás olvidarás toda la mierda que haces, te hacen o ves que hacen.
—¿Crees que lograré olvidar los golpes que me dio el imbécil de Alex? —ella negó con los ojos llenos de odio— ¿Y ver a mi hermano, la luz de mis ojos, muerto? —añadió entre dientes— Solo podré superarlo cuando mate a Jen.
—Te entiendo —ella elevó los ojos y los clavó en mí.
—Cambiemos de tema —me pidió ella—, no quiero quedar con la comida atragantada. La cual, por cierto, está exquisita.
—Soy bueno en el arte culinario —presumí otra vez, ella soltó una pequeña risa.
—Lo sé, pero deberás adaptarte a una dieta a base de verduras, mucho hierro, calcio y agua mineral solamente —la miré confundido—. También frutas, ¡muchas, muchas, muchas frutas! —soltó una pequeña carcajada ante mi cara de confusión.
—¿De qué hablas? —cuestioné aterrado. Yo comía mucha comida chatarra y con muchas calorías.
—Tengo una dieta balanceada —me recordó con tono de obviedad—, ¿o crees que las ballerinas nacemos con un cuerpo esbelto y una silueta de avispa? —carraspeé un poco y sonreí.
—Descuida —le pedí—. Cocinaré para ti así deba aprender un millón de recetas dietéticas —ella sonrió.
—Lo único que espero ansiosa ahora, es estrenar la obra —confesó ella.
—Solo hay un problema para mí —ella arqueó una ceja algo confundida.
—¿Qué cosa? —preguntó.
—…

2 comentarios:

  1. La amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo AMO TU NOVELA ES LA MEJOR Besitos,lucia

    ResponderEliminar
  2. Cuántos capítulos tiene esta novela?

    ResponderEliminar

¿Te gusta mi nove? ¿Debo cambiar algo? Dímelo :) Espero tu opinión :D