—Soy bueno en el
arte culinario —presumí otra vez, ella soltó una pequeña risa.
—Lo sé, pero
deberás adaptarte a una dieta a base de verduras, mucho hierro, calcio y agua
mineral solamente —la miré confundido—. También frutas, ¡muchas, muchas, muchas
frutas! —soltó una pequeña carcajada ante mi cara de confusión.
—¿De qué hablas?
—cuestioné aterrado. Yo comía mucha comida chatarra y con muchas calorías.
—Tengo una dieta
balanceada —me recordó con tono de obviedad—, ¿o crees que las ballerinas
nacemos con un cuerpo esbelto y una silueta de avispa? —carraspeé un poco y
sonreí.
—Descuida —le
pedí—. Cocinaré para ti así deba aprender un millón de recetas dietéticas —ella
sonrió.
—Lo único que
espero ansiosa ahora, es estrenar la obra —confesó ella.
—Solo hay un problema
para mí —ella arqueó una ceja algo confundida.
—¿Qué cosa?
—preguntó.
—Mamá estará allí,
seguramente —y sí, con todo el acontecimiento de Samanta y su supuesto
embarazo, estábamos peleados.
—Deberías hablar
con Pattie, nuevamente —yo me encogí de hombros. No quería hacerlo.
—¿Para qué? —cuestioné,
ella frunció el ceño.
—¡Justin! —me
regañó— es tu madre después de todo —alcé mi mirada para verla fijamente—, y
no. No puedes decirme lo mismo, porque las circunstancias son abismales.
—Es cierto, nena. Pero
Pattie se portó mal conmigo —ella me miró fijamente.
—Yo no sé lo que
sucedió —claramente—, pero sabes que nada podría ser tan malo para perder a tu
madre.
—¿Segura? —me
refería a su situación.
—Ya te dije que mi
situación es algo incomparable con nada —odiaba hablar de Jen y se le notaba—.
Jen no es mi madre, porque si lo fuera me querría y ella no lo hace. Solo puso
su vientre y me tuvo, ¿ya, feliz? —frunció el ceño—. El punto es que debes
hablar con Pattie.
—Intentaré hacerlo —musité
con flojera, ella sonrió divertida.
—Pareces un bebé
llorón —aseguró.
—Hablando de bebés —ella
me miró asustada… ¿cuándo…?
—¡Cierra la boca! —me
exigió y rió divertida— Eso no pasará hasta dentro de un buen tiempo.
—¿Qué cosa? —pregunté
pícaramente sonriendo— Yo no dije nada.
—Sé lo que piensas —aseguró—.
Aunque no lo diga, puedo prevenirme a muchos de tus pensamientos —se encogió de
hombros y sonrió levemente.
—Ya me había hecho
ilusiones, pues —ella arqueó una ceja confundida.
—¿Con qué cosa? —le
extrañaba demasiado, al parecer.
—Con tener un bebé —ella
abrió los ojos sorprendida. Iba enserio, por más que el hijo fuera de Samanta,
estaba creído de que iba a ser mi hijo y sin conocerlo, ya lo amaba.
—Estás loco, no hay
duda —comentó resignada.
—Me había hecho de
la idea —le expliqué brevemente, ella sonrió divertida—. Aún así agradezco que
haya sido mentira, no resistiría si no te tuviera conmigo y debo admitir, nena
que eres muy terca.
—No quiero,
siquiera, empezar a oírte rogar nuevamente —me advirtió y rió por lo bajo—. No
quiero.
—¡Vale! Entendí —sentencié—.
No es para que lo tatúes en tu frente, nena.
—¿Y qué haremos
hoy? —la veía animada y juro que amaba que así fuera. Daría todo porque
estuviera así de feliz siempre.
—Es tú cumpleaños,
tú decides —le recordé. Ella carraspeó.
—Mi cumpleaños es
un día como cualquier otro —yo fruncí el ceño—. Sabes que odio cada puto
cumpleaños.
—¡Qué mala onda
eres! —protesté— pero no interesa, haremos algo interesante.
—¿Cómo qué? —frunció
los labios inquisitivamente, era tan linda.
—¿Quieres ir de
compras? —le ofrecí. Ella arqueó las cejas y soltó una carcajada un poco
cínica.
—¡Oye! —protestó—,
¿tan básica logro verme, Biebas? —yo me encogí de hombro. A las chicas les
gusta eso— Vamos, llévame al fútbol —me pidió. La miré asombrado.
—¿Fútbol? ¿Fútbol y
chicas? —repetí confundido— Creí que no eran compatibles.
—¿Y quién dijo que
yo era chica, Bieber? —solté una enorme risa.
—Lo he comprobado
por mí mismo, nena —ella se sonrojó levemente. Era muy pudorosa—. Pero venga,
iremos al fútbol.
—Ni intentes hacer
que me cambie —me advirtió.
—Me gusta que…
—Comentarios
morbosos, no —yo solté una risa divertida. Ella me miró seria, amenazándome
quizás.
—Vale, vale —elevé
las manos en signo de rendición.
…Más tarde…
Luego de almorzar,
nos dirigimos al estadio donde veríamos un partido de fútbol americano. Tal
como ___________(tu nombre) sugirió hacerlo. Estábamos sentados en un lugar
bueno, ni al frente, ni atrás de todo.
—Sabes, quizás a
este cumpleaños no lo odie —volteé a verla, ella me sonrió levemente—. Me
pasaron cosas feas, las más feas que me podían pasar; pero después de todo,
nene, creo que si tú estás nada es tan malo como debería.
—¿Tener dieciocho
te ha cambiado tanto, bebé? —pregunté divertido, ella besó mis labios
fugazmente.
—En dos meses
también los tendrás, así que no te burles, Bieber —ella tenía razón.
—¿Puedo preguntarte
algo? —ella me miró curiosamente mientras asentía.
—Dime.
—¿Dejarás de hacer
presentaciones por las noches en los bares? —su mirada se enfrió mucho, no
sabía por qué.
—No es lugar para
hablarlo, Just —esa respuesta me daba mala espina.
—Lo hablaremos
luego —le aseguré.
Miramos el partido
mientras hacíamos algunos comentarios y sonseábamos un poco. Eran las 06:00
p.m. cuando salimos del lugar, así que fuimos por un café a algún bar. Pedimos
cafés y donas, para merendar.
—Oye, nena, ¿por
qué me dijiste que hablaríamos luego de las presentaciones? —era un tema que me
quemaba las neuronas.
—Tienes miedo, ¿no?
—buena deducción, yo solo guardé silencio— En ese ambiente siempre habrá
drogas, gente que intenta hundirte y alcohol, pero ¿sabes algo? —carraspeó
levemente y le dio un sorbo al café— Solo intento destruirme cuando estoy en
las penumbras y si tú estás, no hay oscuridad.
—¿Estás segura? —ella
asintió y tomó mi mano por sobre la mesa— Porque no quiero perderte, bebé.
—Sé que no inspiro
confianza en ese aspecto, ni a ti, ni a nadie. Incluso muchas veces ni yo misma
confío en mí. Sin embargo, Justin, si no hubiera sido por Zayn yo no habría
regresado a las drogas ni a la mala vida. Soy rockera, oscura, peligrosa, rara
o lo que quieras, pero no soy idiota.
—No lo dudo —era
todo menos idiota, eso era seguro—. Pero una persona que consumió se ve débil
ante la tentación —ella arqueó una ceja confundida.
—¿Tú consumiste?
—No —respondí con
seguridad—. Pero conocí a muchos quienes sí. La rehabilitación muchas veces
falla, la tentación siempre es mucho más fuerte, nena.
—Olvidas que tengo
a quien me hace a un lado eso —pensé en Ronan, pero… no estaba. Solo no le
respondí. No sabía que decir—. Mientras estés a mi lado, nada saldrá mal,
Justin.
…
Llegamos a casa y
le aconsejé a ____________(tu nombre) que se bañara y se vistiera para salir,
porque la llevaría a cenar a un bello lugar. Mientras ella se bañaba yo me
recosté en la cama. Estaba mirando mis mensajes en Facebook, nada interesante.
Recordé lo de esa misma mañana. Debía planear algo en contra de Jen sin poner
en riesgo a ___________(tu nombre). Es decir, en un momento que ella no pudiera
darse cuenta de lo que iba a hacer. Porque sí, pensaba matar a Jen.
Debía encontrar un
día especial, ¿pero cuál? Mi mente se encendió cuando recordé una fecha clave
para ella, el día del estreno del Lago de los Cines. Realmente, ¡era la
oportunidad perfecta!
Unos minutos después
ella salió del baño vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=77782151&.locale=es. Se veía preciosa, traía los ojos
maquillados oscuros, algo así como difumado, los labios de un color cobrizo
oscuro y su cabello laceado caía hacia los costados de sus hombros. Estaba
preciosa.
—¡Qué linda novia
tengo! —exclamé, ella volteó a verme sonriendo levemente.
—Qué adulador —me
respondió ella volteándose otra vez al tocador para comenzar a arquear sus
pestañas.
—Voy a ducharme, ya
salgo, ¿vale? —ella asintió sin responder.
15 minutos después
salí de la ducha solo en bóxers, ___________(tu nombre) seguía en el tocador.
Era incontable el tiempo que demoraba una mujer en satisfacerse con su imagen.
Si supiera ella que siempre se ve totalmente encantadora y adorable. Tomé unos
jeans negros, un suéter escote de v de color verde inglés y unas supras negras.
Desparramé mi cabello como siempre lo hacía y listo, estaba listo. Tomé las
llaves del auto y mi celular.
—¿Estás listo? —me
preguntó ella mientras hacía no sé qué cosa en su cara con algún maquillaje
frente al tocador.
—Sí, nena —respondí—,
¿ya nos vamos? Te ves preciosa así.
—Vale —se puso de
pie y me sonrió levemente—. Tú mandas.
Salimos de la casa
y comencé a conducir. Segundos después estacioné en casa de Miley.
—No puedes negarte —le
sonreí inquisitivamente—. Ya estás aquí.
—¡Sabes que odio
ser anfitriona de una fiesta! —protestó ella. Era cierto, pero era su
cumpleaños 18, ¡no podíamos dejar de hacerle un cumpleaños! ¿no? Así sea, lo
habíamos hecho.
—Pues, no dejaré
que te quedes aquí, así que bajemos —ella frunció el ceño y abrió la puerta.
Bajamos del carro y
comenzamos a caminar para entrar.
—Llegan a gritar
como idiotas sorpresa cuando entro y mataré a alguno, ¿vale? —reí ante su
amenaza, era absurdo. Básicamente, la música estallaba la casa de Miley y la
gente rebalsaba en el lugar.
—Descuida, están
muy preocupados por otras cosas —la tranquilicé entrando a la casa. Miley se acercó
rápidamente.
—¡Feliz cumpleaños,
casi ninfómana! —intenté no reír ante su “amoroso” saludo.
—Gracias, idiota —respondió
___________(tu nombre) abrazándola también.
—Feliz cumpleaños —gritaron
al unísono Ryan, Jaden y Caitlin. A su lado, estaba parada inocentemente
Samanta, ¿qué diablos?
—Gracias chicos —dijo
mi novia sonriéndoles—. Hola, Sam —la saludó, su hermana se tiró desesperada a
abrazarla. Sam estaba llorando.
—Feliz cumpleaños —logré
oír que dijo.
—No llores, Sam —le
pidió ___________(tu nombre).
—Perdón, chicos —dijo
mirándonos a ella y a mí con los ojos lagrimosos—. Yo…
—Descuida —le pedí,
no podíamos hablar allí—. Está todo bien, Samanta.
—¡Pero ya no más
llantos! —pidió Miley divertida.
—Queremos que la
cumpleañera nos cante algo —___________(tu nombre) miró de forma asesina a
Caitlin y yo, también.
—¡Venga! No es
momento —pidió ella que no la hicieran cantar.
—¡Claro que lo es! —animó
Ryan jalándola.
La paró frente al
micrófono y al cortarse la música todos voltearon a verla encontrándose con
ella. Ella le hizo un gesto a Ryan, quien al parecer buscó una canción de ella
en la computadora, porque a los segundos comenzó a sonar una canción. Sus ojos
se encendieron y comenzó a sacudirse sensualmente jugando con su cabello. Ella
cantó esta canción http://www.youtube.com/watch?v=pspYb5KT6X0.
—¡Gracias! —añadió
y bajó del escenario.
—¡Diablos! —musitó
Jaden, yo lo miré frunciendo el ceño, él se encogió de hombros— Aconséjale ser
menos sexy.
—No es necesario —musitó
ella y le sonrió cínicamente—. Tú no deberías babearte y ya, Smith.
—Pensamos que no
llegarían —comentó Caitlin.
—¿No llegar a una
fiesta? —pregunté simulando estar ofendido, ___________(tu nombre) se posicionó
a mi lado y me abrazó por la cintura.
—Honestamente, creí
que eran otros los planes —miró a su prima—. Pero debes cagarla —Miley soltó
una enorme carcajada.
—¡Diablos! —exclamó
Ryan divertido tomando por la cintura a Miley— Todos pensábamos en esos planes.
—Orgía masiva —musitó
Jaden, yo exploté en risas.
—¡Oh, qué
promiscuo! —dijo Caitlin con sarcasmo, ___________(tu nombre) soltó una pequeña
carcajada.
—¿Quieren algo de
beber? —preguntó Ryan— Iré a la barra.
—Trae tequilas —le
pidió Caitlin, yo miré a ___________(tu nombre).
—Yo no quiero nada —sentenció
algo sumisa. Yo la abracé apretándola contra mí.
—¿Segura? —preguntó
Miley inquisitiva, yo la miré fijamente con rabia.
—Miley —sentencié,
sin decir que se callara.
—Enseguida vuelvo —avisó
Ryan.
—Just —susurró
___________(tu nombre) a mi oído—, gracias —yo le sonreí levemente y besé sus
labios fugazmente.
—¡Son tus
dieciocho, nena! —exclamó Caitlin, ella la miró confundida.
—¿Y eso qué? —preguntó
mi novia y sonrió divertida— Las cosas no cambian demasiado.
—¿Qué no? —cuestionó
pícaramente Miley y miró a Jaden.
—¿Qué traman? —cuestioné
curiosamente. No creía que era una orgía masiva, como dijo Ryan, pero algo
tramaba.
—Pues, nada que no
le guste a ___________(tu nombre) —mi novia los miró confundida.
—¿Qué cosa? —preguntó
__________(tu nombre)— Lo único que me gustaría es que tú, Jaden y Justin me
canten Mermaid Motel —la miré pasando saliva con los ojos abiertos. Miley rió
divertida.
—¿Y eso? —Jaden no
la conocía.
—Una canción
sensual, más bien sexual —le informó Miley respondiéndole—. La favorita de
___________(tu nombre), desde hace ya un par de años —la rubia miraba
pícaramente a mi novia, como si escondieran algo en su mirada.
—¿Por qué no la
cantas tú? —le sugerí a ___________(tu nombre).
—Te la cantaré
cuando esté encima de ti —dijo divertida—, pero ahora es su turno. Venga, ¡es
mi deseo de cumpleaños! Cúmplanlo.
—¡Qué explicita! —exclamó
Jaden, Caitlin y Samanta solo guardaban silencio.
—¡Buenas noches,
primor!
Esa voz me causó
escalofríos, pero definitivamente no estaba saludándome con ese tono cínico y
burlista a mí. Claramente saludó a…
OMG *_* Mori, quiero saber quien le saluda al finaaaaaaaal! Seguila prontooo,besitos:)
ResponderEliminarPorfavorrrrr Siguelaaa la amooo hace mucho que no comentaba lo se pero no tenia tiempo jeje siguela
ResponderEliminarSeguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila porfaavoooooor! Mueeroooooooooooo!!!!!
ResponderEliminarHoli cc: khjkglkhghghjgfg sube pronto ya quiero saber quien era :B TKM cc:
ResponderEliminarHolaaaa poly :) Cuando vas a subir otro caap? Llevas ya mas de una semaana sin subir.. No paasa nada subi cuando pueeedas muero de la intriiiigaaaa!!! Besitos :)
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