jueves, 4 de abril de 2013

Capítulo 57°: "¡Happy Birthday, Baby!".




—Soy bueno en el arte culinario —presumí otra vez, ella soltó una pequeña risa.
—Lo sé, pero deberás adaptarte a una dieta a base de verduras, mucho hierro, calcio y agua mineral solamente —la miré confundido—. También frutas, ¡muchas, muchas, muchas frutas! —soltó una pequeña carcajada ante mi cara de confusión.
—¿De qué hablas? —cuestioné aterrado. Yo comía mucha comida chatarra y con muchas calorías.
—Tengo una dieta balanceada —me recordó con tono de obviedad—, ¿o crees que las ballerinas nacemos con un cuerpo esbelto y una silueta de avispa? —carraspeé un poco y sonreí.
—Descuida —le pedí—. Cocinaré para ti así deba aprender un millón de recetas dietéticas —ella sonrió.
—Lo único que espero ansiosa ahora, es estrenar la obra —confesó ella.
—Solo hay un problema para mí —ella arqueó una ceja algo confundida.
—¿Qué cosa? —preguntó.
—Mamá estará allí, seguramente —y sí, con todo el acontecimiento de Samanta y su supuesto embarazo, estábamos peleados.
—Deberías hablar con Pattie, nuevamente —yo me encogí de hombros. No quería hacerlo.
—¿Para qué? —cuestioné, ella frunció el ceño.
—¡Justin! —me regañó— es tu madre después de todo —alcé mi mirada para verla fijamente—, y no. No puedes decirme lo mismo, porque las circunstancias son abismales.
—Es cierto, nena. Pero Pattie se portó mal conmigo —ella me miró fijamente.
—Yo no sé lo que sucedió —claramente—, pero sabes que nada podría ser tan malo para perder a tu madre.
—¿Segura? —me refería a su situación.
—Ya te dije que mi situación es algo incomparable con nada —odiaba hablar de Jen y se le notaba—. Jen no es mi madre, porque si lo fuera me querría y ella no lo hace. Solo puso su vientre y me tuvo, ¿ya, feliz? —frunció el ceño—. El punto es que debes hablar con Pattie.
—Intentaré hacerlo —musité con flojera, ella sonrió divertida.
—Pareces un bebé llorón —aseguró.
—Hablando de bebés —ella me miró asustada… ¿cuándo…?
—¡Cierra la boca! —me exigió y rió divertida— Eso no pasará hasta dentro de un buen tiempo.
—¿Qué cosa? —pregunté pícaramente sonriendo— Yo no dije nada.
—Sé lo que piensas —aseguró—. Aunque no lo diga, puedo prevenirme a muchos de tus pensamientos —se encogió de hombros y sonrió levemente.
—Ya me había hecho ilusiones, pues —ella arqueó una ceja confundida.
—¿Con qué cosa? —le extrañaba demasiado, al parecer.
—Con tener un bebé —ella abrió los ojos sorprendida. Iba enserio, por más que el hijo fuera de Samanta, estaba creído de que iba a ser mi hijo y sin conocerlo, ya lo amaba.
—Estás loco, no hay duda —comentó resignada.
—Me había hecho de la idea —le expliqué brevemente, ella sonrió divertida—. Aún así agradezco que haya sido mentira, no resistiría si no te tuviera conmigo y debo admitir, nena que eres muy terca.
—No quiero, siquiera, empezar a oírte rogar nuevamente —me advirtió y rió por lo bajo—. No quiero.
—¡Vale! Entendí —sentencié—. No es para que lo tatúes en tu frente, nena.
—¿Y qué haremos hoy? —la veía animada y juro que amaba que así fuera. Daría todo porque estuviera así de feliz siempre.
—Es tú cumpleaños, tú decides —le recordé. Ella carraspeó.
—Mi cumpleaños es un día como cualquier otro —yo fruncí el ceño—. Sabes que odio cada puto cumpleaños.
—¡Qué mala onda eres! —protesté— pero no interesa, haremos algo interesante.
—¿Cómo qué? —frunció los labios inquisitivamente, era tan linda.
—¿Quieres ir de compras? —le ofrecí. Ella arqueó las cejas y soltó una carcajada un poco cínica.
—¡Oye! —protestó—, ¿tan básica logro verme, Biebas? —yo me encogí de hombro. A las chicas les gusta eso— Vamos, llévame al fútbol —me pidió. La miré asombrado.
—¿Fútbol? ¿Fútbol y chicas? —repetí confundido— Creí que no eran compatibles.
—¿Y quién dijo que yo era chica, Bieber? —solté una enorme risa.
—Lo he comprobado por mí mismo, nena —ella se sonrojó levemente. Era muy pudorosa—. Pero venga, iremos al fútbol.
—Ni intentes hacer que me cambie —me advirtió.
—Me gusta que…
—Comentarios morbosos, no —yo solté una risa divertida. Ella me miró seria, amenazándome quizás.
—Vale, vale —elevé las manos en signo de rendición.



…Más tarde…



Luego de almorzar, nos dirigimos al estadio donde veríamos un partido de fútbol americano. Tal como ___________(tu nombre) sugirió hacerlo. Estábamos sentados en un lugar bueno, ni al frente, ni atrás de todo.


—Sabes, quizás a este cumpleaños no lo odie —volteé a verla, ella me sonrió levemente—. Me pasaron cosas feas, las más feas que me podían pasar; pero después de todo, nene, creo que si tú estás nada es tan malo como debería.
—¿Tener dieciocho te ha cambiado tanto, bebé? —pregunté divertido, ella besó mis labios fugazmente.
—En dos meses también los tendrás, así que no te burles, Bieber —ella tenía razón.
—¿Puedo preguntarte algo? —ella me miró curiosamente mientras asentía.
—Dime.
—¿Dejarás de hacer presentaciones por las noches en los bares? —su mirada se enfrió mucho, no sabía por qué.
—No es lugar para hablarlo, Just —esa respuesta me daba mala espina.
—Lo hablaremos luego —le aseguré.


Miramos el partido mientras hacíamos algunos comentarios y sonseábamos un poco. Eran las 06:00 p.m. cuando salimos del lugar, así que fuimos por un café a algún bar. Pedimos cafés y donas, para merendar.


—Oye, nena, ¿por qué me dijiste que hablaríamos luego de las presentaciones? —era un tema que me quemaba las neuronas.
—Tienes miedo, ¿no? —buena deducción, yo solo guardé silencio— En ese ambiente siempre habrá drogas, gente que intenta hundirte y alcohol, pero ¿sabes algo? —carraspeó levemente y le dio un sorbo al café— Solo intento destruirme cuando estoy en las penumbras y si tú estás, no hay oscuridad.
—¿Estás segura? —ella asintió y tomó mi mano por sobre la mesa— Porque no quiero perderte, bebé.
—Sé que no inspiro confianza en ese aspecto, ni a ti, ni a nadie. Incluso muchas veces ni yo misma confío en mí. Sin embargo, Justin, si no hubiera sido por Zayn yo no habría regresado a las drogas ni a la mala vida. Soy rockera, oscura, peligrosa, rara o lo que quieras, pero no soy idiota.
—No lo dudo —era todo menos idiota, eso era seguro—. Pero una persona que consumió se ve débil ante la tentación —ella arqueó una ceja confundida.
—¿Tú consumiste?
—No —respondí con seguridad—. Pero conocí a muchos quienes sí. La rehabilitación muchas veces falla, la tentación siempre es mucho más fuerte, nena.
—Olvidas que tengo a quien me hace a un lado eso —pensé en Ronan, pero… no estaba. Solo no le respondí. No sabía que decir—. Mientras estés a mi lado, nada saldrá mal, Justin.






Llegamos a casa y le aconsejé a ____________(tu nombre) que se bañara y se vistiera para salir, porque la llevaría a cenar a un bello lugar. Mientras ella se bañaba yo me recosté en la cama. Estaba mirando mis mensajes en Facebook, nada interesante. Recordé lo de esa misma mañana. Debía planear algo en contra de Jen sin poner en riesgo a ___________(tu nombre). Es decir, en un momento que ella no pudiera darse cuenta de lo que iba a hacer. Porque sí, pensaba matar a Jen.

Debía encontrar un día especial, ¿pero cuál? Mi mente se encendió cuando recordé una fecha clave para ella, el día del estreno del Lago de los Cines. Realmente, ¡era la oportunidad perfecta!

Unos minutos después ella salió del baño vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=77782151&.locale=es. Se veía preciosa, traía los ojos maquillados oscuros, algo así como difumado, los labios de un color cobrizo oscuro y su cabello laceado caía hacia los costados de sus hombros. Estaba preciosa.


—¡Qué linda novia tengo! —exclamé, ella volteó a verme sonriendo levemente.
—Qué adulador —me respondió ella volteándose otra vez al tocador para comenzar a arquear sus pestañas.
—Voy a ducharme, ya salgo, ¿vale? —ella asintió sin responder.


15 minutos después salí de la ducha solo en bóxers, ___________(tu nombre) seguía en el tocador. Era incontable el tiempo que demoraba una mujer en satisfacerse con su imagen. Si supiera ella que siempre se ve totalmente encantadora y adorable. Tomé unos jeans negros, un suéter escote de v de color verde inglés y unas supras negras. Desparramé mi cabello como siempre lo hacía y listo, estaba listo. Tomé las llaves del auto y mi celular.


—¿Estás listo? —me preguntó ella mientras hacía no sé qué cosa en su cara con algún maquillaje frente al tocador.
—Sí, nena —respondí—, ¿ya nos vamos? Te ves preciosa así.
—Vale —se puso de pie y me sonrió levemente—. Tú mandas.


Salimos de la casa y comencé a conducir. Segundos después estacioné en casa de Miley.


—No puedes negarte —le sonreí inquisitivamente—. Ya estás aquí.
—¡Sabes que odio ser anfitriona de una fiesta! —protestó ella. Era cierto, pero era su cumpleaños 18, ¡no podíamos dejar de hacerle un cumpleaños! ¿no? Así sea, lo habíamos hecho.
—Pues, no dejaré que te quedes aquí, así que bajemos —ella frunció el ceño y abrió la puerta.


Bajamos del carro y comenzamos a caminar para entrar.


—Llegan a gritar como idiotas sorpresa cuando entro y mataré a alguno, ¿vale? —reí ante su amenaza, era absurdo. Básicamente, la música estallaba la casa de Miley y la gente rebalsaba en el lugar.
—Descuida, están muy preocupados por otras cosas —la tranquilicé entrando a la casa. Miley se acercó rápidamente.
—¡Feliz cumpleaños, casi ninfómana! —intenté no reír ante su “amoroso” saludo.
—Gracias, idiota —respondió ___________(tu nombre) abrazándola también.
—Feliz cumpleaños —gritaron al unísono Ryan, Jaden y Caitlin. A su lado, estaba parada inocentemente Samanta, ¿qué diablos?
—Gracias chicos —dijo mi novia sonriéndoles—. Hola, Sam —la saludó, su hermana se tiró desesperada a abrazarla. Sam estaba llorando.
—Feliz cumpleaños —logré oír que dijo.
—No llores, Sam —le pidió ___________(tu nombre).
—Perdón, chicos —dijo mirándonos a ella y a mí con los ojos lagrimosos—. Yo…
—Descuida —le pedí, no podíamos hablar allí—. Está todo bien, Samanta.
—¡Pero ya no más llantos! —pidió Miley divertida.
—Queremos que la cumpleañera nos cante algo —___________(tu nombre) miró de forma asesina a Caitlin y yo, también.
—¡Venga! No es momento —pidió ella que no la hicieran cantar.
—¡Claro que lo es! —animó Ryan jalándola.


La paró frente al micrófono y al cortarse la música todos voltearon a verla encontrándose con ella. Ella le hizo un gesto a Ryan, quien al parecer buscó una canción de ella en la computadora, porque a los segundos comenzó a sonar una canción. Sus ojos se encendieron y comenzó a sacudirse sensualmente jugando con su cabello. Ella cantó esta canción http://www.youtube.com/watch?v=pspYb5KT6X0.


—¡Gracias! —añadió y bajó del escenario.
—¡Diablos! —musitó Jaden, yo lo miré frunciendo el ceño, él se encogió de hombros— Aconséjale ser menos sexy.
—No es necesario —musitó ella y le sonrió cínicamente—. Tú no deberías babearte y ya, Smith.
—Pensamos que no llegarían —comentó Caitlin.
—¿No llegar a una fiesta? —pregunté simulando estar ofendido, ___________(tu nombre) se posicionó a mi lado y me abrazó por la cintura.
—Honestamente, creí que eran otros los planes —miró a su prima—. Pero debes cagarla —Miley soltó una enorme carcajada.
—¡Diablos! —exclamó Ryan divertido tomando por la cintura a Miley— Todos pensábamos en esos planes.
—Orgía masiva —musitó Jaden, yo exploté en risas.
—¡Oh, qué promiscuo! —dijo Caitlin con sarcasmo, ___________(tu nombre) soltó una pequeña carcajada.
—¿Quieren algo de beber? —preguntó Ryan— Iré a la barra.
—Trae tequilas —le pidió Caitlin, yo miré a ___________(tu nombre).
—Yo no quiero nada —sentenció algo sumisa. Yo la abracé apretándola contra mí.
—¿Segura? —preguntó Miley inquisitiva, yo la miré fijamente con rabia.
—Miley —sentencié, sin decir que se callara.
—Enseguida vuelvo —avisó Ryan.
—Just —susurró ___________(tu nombre) a mi oído—, gracias —yo le sonreí levemente y besé sus labios fugazmente.
—¡Son tus dieciocho, nena! —exclamó Caitlin, ella la miró confundida.
—¿Y eso qué? —preguntó mi novia y sonrió divertida— Las cosas no cambian demasiado.
—¿Qué no? —cuestionó pícaramente Miley y miró a Jaden.
—¿Qué traman? —cuestioné curiosamente. No creía que era una orgía masiva, como dijo Ryan, pero algo tramaba.
—Pues, nada que no le guste a ___________(tu nombre) —mi novia los miró confundida.
—¿Qué cosa? —preguntó __________(tu nombre)— Lo único que me gustaría es que tú, Jaden y Justin me canten Mermaid Motel —la miré pasando saliva con los ojos abiertos. Miley rió divertida.
—¿Y eso? —Jaden no la conocía.
—Una canción sensual, más bien sexual —le informó Miley respondiéndole—. La favorita de ___________(tu nombre), desde hace ya un par de años —la rubia miraba pícaramente a mi novia, como si escondieran algo en su mirada.
—¿Por qué no la cantas tú? —le sugerí a ___________(tu nombre).
—Te la cantaré cuando esté encima de ti —dijo divertida—, pero ahora es su turno. Venga, ¡es mi deseo de cumpleaños! Cúmplanlo.
—¡Qué explicita! —exclamó Jaden, Caitlin y Samanta solo guardaban silencio.
—¡Buenas noches, primor!


Esa voz me causó escalofríos, pero definitivamente no estaba saludándome con ese tono cínico y burlista a mí. Claramente saludó a…

5 comentarios:

  1. OMG *_* Mori, quiero saber quien le saluda al finaaaaaaaal! Seguila prontooo,besitos:)

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  2. Porfavorrrrr Siguelaaa la amooo hace mucho que no comentaba lo se pero no tenia tiempo jeje siguela

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  3. Seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila seguila porfaavoooooor! Mueeroooooooooooo!!!!!

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  4. Holi cc: khjkglkhghghjgfg sube pronto ya quiero saber quien era :B TKM cc:

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  5. Holaaaa poly :) Cuando vas a subir otro caap? Llevas ya mas de una semaana sin subir.. No paasa nada subi cuando pueeedas muero de la intriiiigaaaa!!! Besitos :)

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