—¿Y tú quién te
crees, novio de la borreguita? —cuestionó Rango con burla.
—Justin Bieber,
para ti. Y es mejor que comiences a temer cuando escuches ese nombre, porque
acabo de recordar que tú eres de la parte de Rebbeca —el imbécil puso sus ojos
en blanco, incrédulo.
—¿Justin Bieber?
—preguntó divertido y soltó una risa un poco nerviosa— jamás voy a temer al
escuchar tu nombre, y ahora que conozco a la tan nombrada “___________(tu
nombre)”, sé que no debo preocuparme, pues los dos son unas princesas.
—Princesa tú —hablé
yo—, porque puedo patear tu trasero cuando mis ganas lo dispongan —le advertí,
honestamente ese tipo me caía pesado.
—Métete tus
palabras en el trasero, cabrón. Porque la próxima vez que escuches mi nombre,
será cuando te informen quién te dejó inconsciente, ¿vale? —el puño de Rango se
elevó, pero Justin lo tomó antes de que se estrellara en su cara.
—¡Bieber! —gritó
Chaz— Aquí y ahora no.
—¡Cierra la boca,
Somers! —gritó Justin empujando al Rango para abalanzarse sobre él.
—¡Justin, vámonos!
—le grité al ver los patrulleros de la policía aparecer.
—¡Bieber, muévete!
—gritó Chaz, al ver la policía Justin se puso de pie. Lo importante era que yo
saliera de allí. No podía hacer nada ilícito y las carreras, eran ilegales.
—¡Sube, sube! —dijo
Justin montándose a la moto, yo subí detrás de él— ¡Esto no terminó, imbécil! —le
gritó Justin y arrancó la moto.
Aceleró con
velocidad y salimos mientras la gente intentaba salir de allí antes de ser
atrapados por la policía. Extrañaba lo que se sentía tal acción de la noche.
…
Pocos minutos
después estábamos en la taberna donde había encontrado a Rebbeca esa misma
mañana. El ambiente era pesado, sabía que algo pasaría, podía olerlo en el
ambiente, ¿qué sería? No estaba claro, pero sucedería algo.
—Dos veces el mismo
día por aquí —habló Edith mientras Justin se apoyaba en la barra.
—Dame dos tequilas —pidió
él sin decir nada. Estaba muy tenso.
—Tranquilízate —le
pedí, Edith posó dos vasos de whisky sobre la mesa y comenzó a verter el
alcohol en ellos—. No pasó nada.
—Jamás vuelvas a
hacerlo, ¿vale? —Edith no entendía, lo notaba en su cara.
—No van a hacerme
nada —me refería a la policía, sonreí cínicamente—. Ya nadie me soportaba allí dentro.
—No solamente eso —habló
Justin—, ¿sabes cuánta gente muere allí?
—¿En esas carreras
de borregas que hacen? —solté una risa divertida— ¡Vale tío! —alcé las manos en
forma de defensa— No quiera ser que una mariposilla se cruce delante de mí y
caiga gracias a ello.
—¿Estabas
corriendo? —preguntó Edith, yo la miré mientras tomaba un vaso y le daba un
sorbo—, jamás una mujer ha corrido aquí.
—Pues, me vale
mierda —hablé encogiéndome de hombros—, porque lo haré cuando lo dispongan mis
ganas…
—¡Ya dije que no,
mierda! —protestó Justin mirándome severamente— Es peligroso, aquí no hay
códigos. El imbécil de Rango no dudará en matarte si le molestas mucho, es de
Rebbeca, ¿lo olvidas? —lo miré fijamente otra vez, me trataba como una niña a
la cuál debía proteger de todo lo que pudiera golpearla, ¡eso era absurdo! Ya
no era una niña indefensa.
—Rebbeca me importa
un bledo, ¿vale, lo tienes? —odiaba que me sobreproteja así— Si tengo que matar
a quien me malogra demasiado lo haré, no importa quién puta sea, sea Rebbeca,
Rango o quien puta lo intente, ¡no le temo a nadie! —Justin ni siquiera se
inmutó. Solo se quedó viéndome fijo, con firmeza.
—¡No dejaré que
nadie te haga daño, ___________(tu nombre)! Y sabes que Rebbeca no es presa
fácil —para él quizás.
—No hablaré de esto
aquí —Edith estaba mirándonos, prestando atención a nuestra discusión. Solo
miré a Justin y bebí un sorbo de mi bebida. Él estaba nervioso, su mandíbula
estaba tensa. Alcé mi mano y acaricié su rostro, él relajó un poco.
—Vendrán hacia aquí
—lo miré fijamente, algo desencajada. Confundida quizás.
—¿Quieres que
cierre, Justin? —le preguntó Edith, yo dirigí mis ojos a ella. Era demasiado,
cómo decirlo… “solidaria” con Justin.
—¿Quiénes vendrán? —cuestioné
tocando la parte trasera de mi short, justo allí estaba lo que esperaba que
estuviera. Justin miró mi brazo.
—Ni se te ocurra —me
advirtió—, porque juro que voy a darte un coñazo de la ostia —mi mente quedó en
blanco y sentí con la mano que estaba tocándolo como él se tensaba de nuevo—.
Verte apuntar otra vez, no.
—Dime quién mierda
vendrá, Bieber —le exigí sin hacerle el mínimo caso.
—Vámonos —me dijo
él poniéndose de pie—. Necesito hablar contigo.
—Estamos hablando —le
recordé, estaba alterada, debía admitirlo.
—¡Vámonos, dije! —me
exigió. Suspiré y le di otro sorbo al vaso, dejándolo casi por la mitad. Justin
le pasó un billete a Edith.
Salimos de la taberna
y subimos a la motocicleta, otra vez. Mi pecho iba pegado a la espalda de Justin
y mis brazos rodeándolo. Podía sentir lo tenso y mal que estaba, de cierta
forma eso me molestaba. Me hacía sentir incómoda. De repente, él solo detuvo el
ciclomotor en algo parecido a un mirador abandonado. Bajamos de la moto y él
simplemente, enloqueció. Comenzó a golpear el cesto de basura que estaba allí y
un banco, realmente estaba sacado.
—¡Justin, basta! —le
grité, él solo explotó en llantos— ¡Basta, para!
—¡Ya no puedo! Ya
no —gritó y se giró hacia mí para tomarme por los hombros con brusquedad— ¡Esto
es una gran mierda! Ya no puedo —añadió sus últimas palabras tenues y
soltándome de a poco.
—Tranquilo —le pedí
y lo abracé por la cintura, su cuerpo lentamente se destensó y sus brazos me
abrazaron mientras sentía como su pecho subía y bajaba al ritmo de su llanto.
—Cambiaste,
___________(tu nombre), cambiaste —sus palabras quedaron resonando en mi cabeza
seguido de su llanto. Simplemente, hice que camináramos y nos sentamos en el
banco, bajo la tenue luz de la luna y el lejano foco amarillo.
—¿Por qué estás
así, Justin? —él solo no dijo nada, me apretó con fuerzas contra él.
—Lamento haberte
dejado sola, lo lamento —sus palabras cada vez me agobiaban y confundían más—.
Yo no esperaba que fuera así, ¡enserio no lo esperaba! Jamás creí que actuarías
tan impulsivamente, nena, no pude hacer nada por proteger tu libertad, no pude
y no intenté lo suficiente —mi nudo en la garganta aparecía cada vez que él
hablaba más—. La pasé mal, y jamás voy a reparar todo lo malo que hice.
—¿Lo malo que
hiciste? ¿Qué hiciste? —cuestioné con un hilo de voz, odiaba recordar los
últimos dos años y medio, ¡los aborrecía!
—Nena, hace casi
tres años no sé nada de Pattie, Jazzy, Jeremy o Jaxon —su voz se quebró totalmente
cuando mencionó ese suceso.
—Justin tú…
—No podía regresar —afirmó
cabizbajo—. No podía después de tanta mierda. Terminaría lastimándolos y jamás
esperé eso. Solo me aislé y cada día eso me duele más y más.
—Justin, no llores —le
pedí—. Por favor —él intentó enjuagar sus lágrimas, pero detrás de ellas seguían
cayendo nuevas y cada vez más pesadas.
—No puedo olvidarlo
—negó con su cabeza—, simplemente no puedo. Eres todo lo que me queda,
___________(tu nombre), porque ni siquiera el Clan durará por siempre. No puedo
perderte, porque ya no tendría razón por la cual luchar. Durante tanto tiempo
me dolió la angustia de pensar que quizás cuando te viera otra vez, no sería lo
mismo y, ¿sabes algo? No es lo mismo, eso me desespera aún más. No quiero
perderte, ¡no puedo perder mi vida! Y, tú sabes que mi vida eres tú —las
lágrimas recorrían mi rostro con velocidad y mi mirada estaba hacia el frente,
no quería que me viera así.
—Jamás las cosas
serán iguales —le informé, él me apretó contra su pecho un poco más—. Pero, eso
no quiere decir que no vaya a luchar por lo que amo, porque por si lo olvidas,
también eres lo único que me queda.
Ya ni siquiera Miley
o Caitlin podrían quedarme, ya no más Christian, Ryan o, al menos, Samanta. No
más papá, mucho menos madre. Simplemente el destino, el peligro y Justin.
Comencé a llorar como una niña acongojada cuando recordé a Miley y Caitlin el
día anterior en el centro, ¡no podía estar lejos de mi antigua vida! Pero
regresando a ella, ponía en peligro a todos y no era justo.
—No puedo quitarme
las imágenes de Ronan muerto, de Jennifer siendo una mal nacida hasta el día de
su muerte, del fantasma del supuesto hijo inventado de Samanta atormentándome
en rehabilitación. No puedo quitarme las marcas de Zayn, el dolor del Bullying
y el mal presentimiento que me atormentó desde el momento en el que hice la
muerte del cisne blanco —estaba confesándome, porque jamás había hablado lo que
estaba hablando con nadie—. Jamás seré la misma, porque ahora sí soy una
mierda, y lo que peor me duele es que soy la misma clase de persona que jamás
querría ser. Soy digna hija de Jennifer —mis puños se tensaron y mis ganas de
desquitarme contra alguien aparecieron como cada noche aparecieron en la
cárcel. Necesitaba boxear al menos un rato.
—Prométeme algo —me
pidió, sequé mis lágrimas y alcé mi cara para verlo fijamente. Me destrozaba
ver sus ojos llenos de lágrimas y sus mejillas húmedas.
—Nunca me dejes —dijimos
al unísono.
—Porque moriría sin
ti —él besó dulcemente mi frente y luego pasó sus manos por mis mejillas secándome
las lágrimas.
—Pero también
quiero aclararte otras cosas —suspiré imaginándome a qué se refería—. Solo
deberás atacar o defenderte si es de suma necesidad, ¿vale?
—Justin yo acabo de…
—Sé que acabas de
salir de la cárcel y que quieres que nadie te pise y blablablá —yo fruncí el
ceño—. Pero acabas de salir y no creo que quieras volver a entrar, así que haz
las cosas en frío. Piénsalas, analízalas, analiza sus posibilidades positivas y
negativas. Debes actuar con los planes hechos y saber cómo vas a hacer para no
caer; ya no puedes equivocarte, ¿lo recuerdas? —él tenía razón.
—Es cierto —admití
por mucho que me costara—. Intentaré contenerme más. Pero dos cosas, Willow
vuelve a decirme: perra, mojigata o vulgar, otra vez y le arrancaré mechón por
mechón su cabello. Ni siquiera mencionar lo que le haré a Rebbeca si vuelve a
presentarse a decirme cosas patéticas como hoy, ¿vale? —él asintió divertido.
—Mientras esté allí
para defender tu espalda, puedes nena —yo sonreí levemente entre lágrimas y
besé fugazmente sus labios.
…Al otro día…
Me desperté casi a
las 09:00 a.m., definitivamente estaba cansada de la noche anterior. Pero
necesitaba hacer un poco de boxeo. Salí de la cama, Justin ya no estaba allí.
Me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=84847481&.locale=es. No me maquillé ni nada, solo bajé. No
tenía apetito, por lo que ni siquiera entré a la cocina, solo me dirigí a la
sala. Todos los hombres estaban allí. Es decir, Justin, Chaz, Jaden, Ryan G. y
Alfredo. Todos voltearon a verme, honestamente, no me sentía nada cómoda.
—Hola —especialmente
saludé a Alfredo y Ryan G, que no los vía hacia mucho tiempo.
—¡Hola! —saludaron
todos al unísono. Se oían como unos babosos.
—¡Qué abdominales! —afirmó
Alfredo— ¡Y woow que has cambiado!
—Al parecer tú
sigues igual, Alfredo —comenté divertida—. Por cierto, ¿dónde puedo ir a un
gimnasio de boxeo? —todos se quedaron viéndome raro.
—¿Saldrás? —me
preguntó Justin— porque ninguno podemos ir contigo al centro, ni siquiera
Willow.
—Gracias a Dios —musité
y carraspeé un poco—. Descuida, si me dan algo en qué ir, sé cómo ir y volver —después
de todo, no había estado demasiado tiempo fuera.
—Venga, ten las
llaves del auto —me dijo Chaz y me las lanzó—. Un rasguño y mueres, ¿vale?
—¡Venga, venga! —musité
divertida— he conducido durante años, soy una experta.
—¿Regresas
temprano? —cuestionó Justin— Porque nosotros estaremos fuera hasta casi la
noche.
—Descuida —le pedí—,
tengo mucho por entrenar —y de seguro podría recorrer la ciudad tranquila.
Salí de la casa y
me monté en el auto de Chaz. Conduje por la ciudad hasta dar con el viejo
gimnasio al que solía ir a veces con Miley. Era el único que conocía en la ciudad.
Aparqué, tomé mi bolso y bajé. Entré al gimnasio, dejé la bolsa en el suelo y
me puse mis guantes. Me paré frente a la bolsa y lo único que pude hacer fue
plasmar la cara de Jennifer en ella, como lo hacía siempre. Mis puños pegaban
con fuerza sobre la bolsa y mi mente estaba en blanco, hasta que noté que
alguien tenía la bolsa. Frené mis golpes y miré detrás de la bolsa.
—¿Qué haces? —cuestioné
mirándolo fijamente, un tipo de unos 21 se había parado detrás de la bolsa y la
estaba sosteniendo, para qué, no lo sabía.
—¿Quieres subir? —me
preguntó sin responderme. Miré el ring y había dos muchachas peleando.
—No creo que sepas
bailar muy bien allí arriba, muchacho —le sonreí divertida y comencé a pegarle
a la bolsa otra vez.
—Podrías llevarte
una sorpresa —me aseguró. Yo carraspeé y lo miré mientras hacía una combinación
en la bolsa.
—Créeme que tú te
llevarías la sorpresa —le informé yo y reí divertida apoyándome en la bolsa—,
pero… ¿quieres que te suba allí y patee tu trasero? Pues, lo haré.
Luego de que la
pelea amateur de las chicas que estaban sobre el ring terminara, subimos mi
desconocido retador y yo. Unas de mis bandas favoritas sonaba detrás, Porcelain
Black (). No temía, por el contrario, estaba más que tranquila. Era buena, muy
buena.
—Te doy ventaja —me
aseguró bajando su defensa mientras recorríamos el ring. Él en el medio, yo por
fuera.
—¿Si? —cuestioné y
le di un derechazo en su cara, él solo elevó su defensa.
—Creí que
esperarías a que yo avance —antes de que él terminara de hablar yo estaba
atacando su defensa, dos de mis tres golpes entraron en su cara—. Mierda —protestó
cuando yo me alejaba.
—Jamás estuve
jugando, borreguito —él carraspeó un poco y me golpeó con su derecha, para
proseguir con la izquierda, pero esquivé su segundo golpe.
—Juguemos —sonreí y
avancé hacia él. Hice una combinación dando mis tres golpes sobre él.
—Para ser mujer,
peleas bien —comentó volteando de lado en el ring, lanzó un golpe, pero lo
esquivé con agilidad.
—Para ser hombre,
bailas bien —sonreí divertida y tiré un derechazo fallido, él lo esquivó.
—Esto no es un
baile, nena —mi puño izquierdo pegó en su defensa, mi derecho en su mejilla
izquierda, mi izquierda en su mejilla derecha y por último mi derecha en su
nariz. Él tambaleó un poco hacia atrás.
—¿Ah no? Porque soy
bailarina clásica y peleo mejor que tú —escupí, él se frenó en la cancha y se
quedó viéndome.
—¿Eso dices? —cuestionó
retándome. Yo avancé y estampé mi mejor derecha en su cara, él tropezó y cayó
hacia atrás. Muchos estaban mirándonos, supongo que no era usual ver a un
hombre pelear con una mujer y que ella le ganara.
—Dímelo tú —le pedí
divertida mientras me bajaba del ring—. No quiero avergonzarte más —añadí.
—¡Oye! ¿Dónde aprendiste
a pelear? ¿En la cárcel? —mis puños se tensaron, pero debía disimular.
—No lo sé, pero en
un lugar mejor que tú, seguro, borrego —él estaba siguiéndome.
—¿Cómo te llamas? —me
preguntó.
—___________(tu
nombre y apellido) —él no se inmutó, supuse que no conocía mis antecedentes.
—Soy Liam Payne —se
presentó—. Enserio, peleas bien.
—Ya no te emociones
—le pedí mientras me dirigía a tomar una de las sogas—. No soy profesora de
artes marciales como para darte una clase —le expliqué y comencé a saltar.
—¿Enserio eres
bailarina? —me preguntó.
—Lo era hasta hace
dos años —le expliqué—. Luego fue cosa del pasado, pero amo el ballet.
—¿Almorzamos hoy? —dijo
sin dificultad alguna. Yo solté una pequeña risa sin dejar de saltar.
—Tengo novio, Payne
—me animé a nombrarlo—. Simplemente, no busques pleitos —sería difícil contener
a Justin.
—No me interesarán
un par de golpes por semejante belleza —me aduló él—. Además, te podría
interesar algo de mí.
—¿Ah sí? —cuestioné
con sarcasmo—, ¿qué cosa? Porque odio a los presumidos como tú, niño.
—Mi padre es dueño
del teatro estatal de New York, donde siempre se presentan las mejores
compañías de ballet para estrenar —justo donde yo había hecho mi única función
de El Lago de los Cisnes.
—Dime que no es
cierto.
—Pues…
SIGUELA , SALIO LIAM X LA SHIT ES HERMOSO JAAJAJ ESTUVO GENIAL , JUSTIN ES TAN LINDO SSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIGGGGGGGGGGGGUUUUUUEEEEEEEEEEEEEEEELLLLLLLLLLLLLLLLAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarWUAJAJAJAJAJAJ DIOS CADA VEZ MÁS BUENA <3
ResponderEliminar¿volverá a bailar? :OO
& diooos, pobre Justin como sufre :'c como todo está mierda por la pura rebecca o quien sea .l.
Besooos, SEGUILA :D
asdfghjklasdfghjkl OMFG.!!! saliooooo Liam.!!! Joder siiiii
ResponderEliminarAunque espero que ____ no se pelee con justin por eso :/
Que baile otra vez please :)
Tienes que seguirla prontooo siii???
Besooooooooosss siguela prontooo
BYe
LoVe... LoVe...
ME ENCAAAAANNNNTOOOO!!! SIGUELA!!! Salio el Leeyum!!! que hermoso!!! siguela pronto!!
ResponderEliminarPdt: amo a JB
:)
Asdfghjkl estaaaaaaa geniial ! Siguelaaa plisss :D #swag
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