domingo, 10 de febrero de 2013

Capítulo 39°: "Juro que lo haré pagar por esto".




This was so wrong
But my heart was a criminal

You can arrest me, baby
But I will not go
I'm getting high with your love
I'm riding all I find
And I'm your fucking bitch
I'll be your criminal
I want to be a criminal
Not going to deny, because is all you want —terminé de cantar y parada casi en el borde de la tarima divisé tres caras muy familiares, ¡diablos! Estaba en serios problemas.


Bajé de la tarima luego de cantar, intentando huir de la presencia de Chaz, Alfredo y Ryan G. pero fue imposible. Me miraban directo y se acercaron hasta estar cara a cara conmigo.


—No puedo creer lo masoquista que sueles ser, ___________(tu nombre) —abrió la boca Alfredo negando con la cabeza.
—Te dijimos que nada de presentaciones y aún así, no tomas conciencia de que ya no es la misma vida que llevabas antes —esta vez prosiguió Chaz. Ryan G, solo me miraba inspeccionando mi forma de vestir.
—¡Me importa una mierda quien esté apuntando mi cien con un arma! ¿Vale? Es lo que amo hacer y no dejaré de hacerlo porque a la perra de Jen se le ocurra controlar mi vida —hablé con claridad haciéndole frente a los chicos.
—¿Y cuando tengas la bala en medio de tu frente, te interesará? —dijo severamente Ryan. Yo solté una risa cínica.
—Probablemente, no —quizás ellos jamás me habían escuchado hablarles así—. Tal vez no consideraron el hecho de que si me pega un tiro antes de lo que yo pueda hacerlo, ya estaré muerta y no sentiré más.
—Así que… intentas dejarle toda la mierda a Ronan —dedujo Alfredo poniéndome en la posición de culpable.
—Tengo diecisiete, ¡necesito alcohol, fiestas, diversión! Y es mi forma de divertirme, ¿vale? —carraspeé un poco—, si quieren ir a decirle que me vieron aquí a Justin, vayan. Hagan lo que se les plazca, pero cuando sea hora de que alguien muera, les aseguro que no seré yo.


Me abrí paso entre Alfredo y Chaz y caminé hasta donde estaba Miley esperándome con un vaso de whisky, lo tomé y bebí con odio a fondo blanco. Mi prima me miraba confundida.


—¿Quieres irte? —me cuestionó, yo sonreí divertida.
—¿Parezco tener ánimos de ir a dormir? —Miley negó levemente con la cabeza.
—Oye, olvidé contártelo —sentenció Miley divertida, yo arqueé una ceja mientras volteaba hacia la barra. Le hice seña al barman de que me sirviera otro vaso de whisky, este en menos de lo que pensé lo hizo.
—Gracias —sentencié, él hizo un gesto con la cabeza, entonces volteé a ver a Miley otra vez, quien seguía con la misma expresión—, bien, suéltalo —le aconsejé.
—Adivina la nueva pareja del colegio —hice memoria, pero jamás fui buena para recordar parejas.
—No lo sé —me encogí de hombros—, ¿tú y Ryan? —ella frunció el ceño negando con la cabeza.
—¿Eres idiota o qué? —al parecer odiaba a Ryan, como cambian las cosas, ¿no?— Jaden está saliendo con Caitlin.
—¡A la mierda! —musité asombrada—, ¿enserio? —Miley asintió, era raro enterarme así. Caitlin era como mi hermana y no me lo contó. Bueno, en realidad no la había visto en casi dos meses.
—Ninguno podía creerlo —aseguró mi prima sonriendo divertida—. Tan santa que parecía tu querida francesa.
—Y así son las cosas —me encogí de hombros—, ¿quién diría que yo estaría con Bieber y que él sentaría cabeza? —Miley me miró divertida.
—¿Olvidas que estaba hablando con Samanta? —de repente mi mente se llenó de odio hacia sus palabras.
—Él estaba defendiéndome, Miley —hablé intentando no golpearla en la cara.
—¿Eres tan idiota, enserio? —me miró detenidamente.
—Puedes irte al demonio —escupí luego de beber un trago de whisky— Tú no sabes una mierda lo que pasa e intentas hacerme quedar mal con Justin, más bien que él quede mal conmigo, ¿qué puta tienes, Miley? —ella soltó un suspiro e hizo una mueca para encogerse de hombros luego.
—Te conozco tanto, ___________(tu nombre) —sí, tenía razón. Lo hacía, pero eso no explicaba ni la mitad de las cosas—, y conozco a Justin también. No son lo que buscan. Él no sobrevivirá contigo y tú no te adaptarás a él.
—¿Y qué opinas si te digo que ya lo hicimos? —ella sonrió cínicamente y negó con la cabeza.
—Justin aún no te conoce cuando algo te molesta, no sabe cuando llegas con tus borracheras y haces cualquier locura. Y tú no lo conoces cuando él intenta “apoderarse de algo” —Miley actuaba raro, ¿qué diablos pasaría?
—¡Ya habla, Miley! ¿Qué mierda está pasando para que me digas todo esto? —le exigí casi a gritos, gracias a Dios nadie nos prestaba demasiada atención.
—___________(tu nombre) —pasó saliva y se quedó en silencio.
—¡Habla, Miley!
—Samanta está embarazada de Justin —soltó rápidamente, mi garganta se paralizó antes de que pudiera gritar qué mierda pasaba, estaba atónita.
—Es imposible —sentencié—, ¿quién no me asegura que es de Rodrigo? —después de todo él era su novio.
—Samanta y Rodrigo comenzaron hace poco más de un mes —sí, era cierto— y Samanta está casi por entrar en su tercer mes.
—Pero ella no hace tanto salió con Bieber —le recordé, Miley negó con la cabeza.
—Tú no estabas enterada, pero sí pasó. Ellos se acostaban mucho antes de lo que tú crees, ___________(tu nombre) —sentí como mis ojos se humedecían y sentía ganas de matar a Justin en ese mismo momento—. Lo lamento.
—Justin va a saber lo que es meterse con ___________(tu nombre y apellido). Él va a sufrir un poco más que yo aún —dejé el vaso sobre una mesa y me puse de pie.


Sin esperar a que Miley hiciera lo mismo siquiera, comencé a caminar entre la gente con rapidez. Me habría paso con brusquedad, ni siquiera prestaba atención a los insultos que me decían las personas a las cuales empujaba. Divisé a mi presa justo donde esperaba que estuviera. Apresuré un poco más mi paso y al llegar a él interrumpiendo la charla con Chaz y Alfredo, besé a Ryan G. sensualmente, él no se negó y me siguió el beso para luego poner las manos en mi cintura y besarme con más intensidad aún.


—¿Qué mierda es esto? —oí a Chaz decir. Volteé sobre mis talones y lo miré sonriendo cínicamente.
—¿También quieres un poco? —le pregunté divertida, estaba fuera de mis casillas.
—Eres novia de Justin, ¿lo olvidas? —se entrometió Alfredo.
—Justin puede arder en llamas en el mismísimo infierno, ¡poco me interesa! —exclamé.
—Deberías ir a casa —aseguró Ryan.
—No parecías quejarte hace menos de dos segundos —volteé a verlo pervertidamente, él se encogió de hombros.
—No negaré que eres ardiente…
—¡Ryan! —lo interrumpió Alfredo— es novia de Justin.
—Y él no está haciendo las cosas bien —aseguró Ryan G. encogiéndose de hombros.
—Tú entiendes —le sonreí.
—¡Ya, vámonos! —sentí como Miley me jalaba sacándome de la ronda de los chicos.


Intenté zafarme de ella, pero para mi mala suerte había tomado un poco demás y no podía hacerlo. Al salir ella me metió en la puerta del copiloto del auto, tomó las llaves de mi bolsillo, se metió en el lado del conductor y comenzó la marcha.


—La próxima vez que actúes así por despecho voy a molerte a golpes —aseguró Miley, yo reí cínicamente mientras me burlaba.
—Deberías dejar que haga mi vida, ¿no lo crees? —ella carraspeó mientras doblaba en una esquina.
—¿Y crees que lo haces bien? —estaba a punto de sermonearme y no quería eso.
—¡Cállate si no quieres que me tire del auto ahora mismo! —le exigí, ella aceleró intentando hacerme desistir de la idea.
—No lo harás —aseguró con seguridad de sus palabras—, si lo haces mueres.
—Intenta retarme —le pedí con un tono de voz frío y vengativo—. Juro que no temo abrir la puerta y tirarme ahora mismo, ¡sería la solución a todos mis problemas!
—¡Ya deja de actuar así! —me exigió— Preferiría verte llorar a que te comportes como una insensible psicópata.
—Pues, podrás pudrirte en tu tumba antes de que eso suceda —le aconsejé—. No derramaré ni una puta lágrima por Samanta o Justin. Ellos han acabado de morir para mí, ¿lo entiendes, Miley?
—¡No seas así! —¿a caso quería verme sufrir?— Deberías hablar con Justin.
—Él deberá pedirme perdón de rodillas, ¡juro que lo haré pagar por esto, Miley! —mis ojos se nublaban de la furia, ¡lo odiaba demasiado en ese momento!


Luego de que Miley me dejara en mi departamento y se llevara mi auto por “seguridad”, entré y me senté en la mesa con un papel y un bolígrafo.


“No creí jamás llegar a odiar tanto a una persona como te odio en este momento. Eres miserable y asqueroso. No vuelvas a acercarte a mí, porque juro que antes de matar a Jen, te asesino a ti. Te volaré la cabeza en mil pedazos, ¡no intentes solucionarlo! Solo busca a Samanta y hazte cargo de la mierda que han hecho los dos.
No merecen ni siquiera estar en mis recuerdos, ni tú ni ella. Son asquerosamente imbéciles y putrefactos. Te odio, Justin Bieber. Llegué a creer que eras lo mejor que tuve, que podría estar feliz contigo hasta mucho más tiempo, pero sabes, aprendí que la mierda se descubre rápido cuando la tienes cerca, el olor delata todo.
Era demasiado increíble que tú funcionaras bien. Aquí tengo mi mierda, aquí estás, ¡eres tú! Gracias por hacerme creer que era la “única”, por decir que ibas a amarme y no sé cuánta idiotez más. Vete al diablo y sé feliz con la puta de Samanta y la maldita criatura que tendrán. Descuida, ¡jamás! Me volverás a ver y cuando lo hagas, será en el infierno. Porque si vuelves a acercarte a mí te mataré. Juro que te destaparé los sesos.
Ojalá madures alguna vez y hagas las cosas bien. Vete al demonio.
Mis más horribles deseos para ti y mi puta hermana.
___________(Tu nombre y apellido).



Lo metí en un sobre y lo dejé sobre la mesa. Iba a hacérselo llegar cuanto antes pudiera. Me tiré en la cama y fue cuando reaccioné de la mierda que había hecho Justin. Un hijo con Samanta, ¡no era justo! No fue jamás justo que me haya mentido tanto tiempo, jodido pendejo. Miley tenía razón, era demasiado raro que las cosas funcionaran bien, mucho más que Justin estuviera haciéndolo bien.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y sentí mis mejillas humedecerse con el correr del tiempo. No podía quedar todo así. Tenía que hacerle sentir lo que dolía esta mierda para mí, ¡no iba a quedarme quieta a esperar superarlo, simplemente! Primero iba a gritarle cuando lo aborrecía en su cara, para luego jamás volver a verlo.



…Al día siguiente…



Desperté con un dolor de cabeza tremendo y nauseas. La borrachera de la noche anterior no me sentaba muy bien que digamos. Eran las 10:00 a.m., me levanté y pasé por la habitación de Ronan, Erica su niñera, ya había llegado. Saludé casi sin sonido y me metí en el baño. Me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=71772571&.locale=es. Me até el cabello en un moño bastante desprolijo y me maquillé como lo hacía usualmente, para luego dirigirme a la habitación de Ronan.


—Señorita —me habló Erica cuando entré, la miré detenidamente prestándole atención. Ronan jugaba a las damas chinas en su ipod—, estábamos hablando con Ronan de ir al parque hoy —me comentó.
—En primer lugar, no me digas más señorita, por favor. Me llamo ___________(tu nombre) —Erica era una muchacha amable—. Y pues, es una buena idea —aseguré—. Yo no podré acompañarlos, tengo unas cosas que resolver —si se preguntan cuales, pues Justin y el embarazo de Samanta—. Pero volveré temprano así ceno con Ronan y te vas antes.


Luego de arreglar algunas cosas con Erica sobre el cuidado de mi hermano y esas cosas, tomé las llaves de mi auto y salí de la casa. Manejaba casi como una maniática por las calles de la ciudad, estaba repleta de ira y asco. Pero ante mis ojos se posó una imagen que jamás querría haber visto. Abrí la puerta de mi auto luego de haber aparcado rápidamente. Gracias a Dios era casi un haz del peligro al volante y además, estábamos en un lugar poco concurrido. Tomé el arma de la guantera del automóvil y bajé con velocidad.

El ruido del azote de la puerta del auto hizo que Jen volteara a verme, sonrió cínicamente no muy sorprendida de verme.


—¿Qué mierda haces aquí, bebé? —fruncí la cara de asco al verlo allí. Jodido Alex.
—No hables, patán —le aconsejé y le sonreí cínicamente—. Aún olvidas que puedo patear tu trasero.
—¿Tú sola? —rió burlista—, ¿dónde has dejado a los payasos que te acompañan, nena?
—Guarda silencio —le aconsejó Jen con paz—. No sé si te has enterado pero tú hermana…
—Samanta me importa una mierda, es una perra —Jen sonrió cínicamente.
—¿Y qué harás? —me preguntó ella. Sus juegos psicológicos eran astutos, pero me valía mierda—, ¿asesinarla, torturarla, raptarla y mandarla a otro continente? —yo solté una carcajada llena de cinismo y sarcasmo.
—No soy como tú, madre —enfaticé con asco escupiendo las palabras cerca de su cara—. Samanta puede tener su hijo en paz, quedarse con Bieber y hacer lo que su vagina mande —los ojos de Jen se encendían en llamas ante mis palabras crueles hacia su hija “preferida”—. Pero su conciencia no la dejará vivir, como a ti tampoco. Hacerme creer que me matarás, decirme que tema por mi vida, es un juego absurdo, Jen —sonreí cínicamente—, porque olvidas que jugamos el mismo juego y que los novatos tenemos mejores ideas.
—¿Insinúas que puedes contra mí y todo mi clan? —preguntó burlista.
—Sí —solté secamente—. Es lo que insinúo. Así que bien, si yo debo temer por mi vida, tú también, porque juro que voy a hacerte llorar lágrimas de sangre, querida madre —mi sarcasmo ante la actitud de llamarla madre se llenaba de odio y asco hacia ella.
—Mira, mocosa —habló con severidad. Mi mueca de cinismo y altanería no desaparecía de mi rostro—, no te atrevas a hablarme así, ¿lo entiendes? —su mano se alzó violenta para estampillarse en mi cara. Me había dado una bofetada, yo reí con sarcasmo—. La próxima no te avisaré, ¿lo entiendes? Solo te apuntaré y dispararé, para hacerte un tercer ojo justo en medio de estos dos, en tu frente.
—Qué cosa, ¿no? —reí divertida— La venganza no es buena perra, solo si juegas con fuego te quemas, ¿y adivina dónde te acabas de meter? En la hoguera más grande que conocerás. Más bien, la última.






Aparqué frente a la casa de Bieber, sabía que esa semana estaría solo,  pues Pattie se había ido de Luna de miel. Así que toqué timbre y su ama de llaves atendió diciéndome que subiera a su habitación, que Justin habría subido hacía algunos segundos.


—¡Nena! —exclamó al verme, mis ojos se nublaron de lágrimas y mi pecho subía y bajaba a descompás gracias a la furia.
—No me llames así —le exigí con voz áspera—, quizás deberías decirle así a Samanta ahora.
—¿Otra vez con eso? —me preguntó algo confundido.
—¿Tú crees que soy idiota? —le pregunté con odio—, ¡sé toda la mierda que has hecho! Eres un imbécil.
—¿Qué?
—Sé que dejaste embarazada a Samanta, Justin ¡lo sé! —grité desesperada en su cara.
—…

6 comentarios:

  1. no la puedes dejar asi siguela porfis solo un capitulo mas amo la nove eres una grandiosa escritora

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  2. omg omg omg!!! wtf?? como no puede ser la dejo embarazada!!!
    sigue la nove esta increible. la amoo
    besos

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  3. O POR DIOS SÍGUELA ME ENCANTO! SÍGUELA PRONTO! :D

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  4. Oh x la shit me encanto el capitulo ojala qe no este embarazada de justIn la bitch de samanta bueno siguela besos

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  5. La amooooooooooooooo Chicas me ayudarian con un like porfavor https://www.facebook.com/photo.php?fbid=336821899769593&set=o.111367450125&type=1&theater&notif_t=like

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  6. Siquela plisss me puse a leer todas tus novelas son las mejores que he leido siquela cuanto antes porfavor mi nombre es Daniella pero me dicen dany asique siquela pliss gracias

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