lunes, 25 de febrero de 2013

Capítulo 42°: "No lo intentabas, pero lo hiciste".



Dije eso, porque honestamente, lo quería de la mala y la buena forma a la vez. Amar es lo bueno y odiar es la parte mala, sin amor no hay odio, lo que nos lleva a asegurar que el odio es la forma mala de amar. Odio no es lo opuesto a amor, lo opuesto a amor es guerra, es ignorancia, es dolor. Y quizás en este último sentimiento del concepto, yo estaba padeciendo lo opuesto a amor, porque que Justin fuera a ser padre de un niño con Samanta, me rompía el corazón y me dolía. Lo quería demasiado y me dolía aún más saber que, desde ese momento en que supe lo del embarazo de mi puta hermana, era prohibido para mí.



…Al día siguiente…



Eran casi las 09:00 a.m. cuando el sonido del timbre me despertó, fregué mis ojos y me senté en la cama. Verónica atendió la puerta. Me quedé allí, esperando saber si debía ir o no. Entonces golpearon la puerta de la habitación.


—Adelante —tenía confianza con Verónica, podía pasar. La puerta se abrió y vi a quien menos esperaba ver.
—¡Antes de que me grites, escúchame! —exigió— solo vine a hablar contigo.
—No deseo verte, Samanta —sentencié yo desde la cama mirándola fijo, ella haciendo oídos sordos solo entró.
—No me interesa demasiado lo que desees, ___________(tu nombre). Vengo a hablar contigo —añadió con seguridad, le sonreí cínicamente.
—Pues, habla —le exigí. No pretendía estar mucho tiempo en ese regodeo constante.
—Quiero que te alejes de Justin y de Rodrigo también —ante su imponente seriedad y tono altanero, solté una carcajada repleta de ironía.
—Lamento que no puedas retener a ninguno de los dos —musité burlista mientras miraba mis uñas un poco desarregladas.
—¡Deja de hacerme esto! —me impuso como si yo le hiciera toda esta mierda.
—¿Tengo yo la culpa de que te hayas acostado con Bieber y haya terminado en esto? —me encogí de hombros y le sonreí cínicamente— Me has dicho tantas veces que tienes casi 17  y eres responsable de tus actos, pues creo que llegó la hora de que también demuestres que eres responsable de sus consecuencias, ¿no? —además de ser justa, estaba deshaciéndome de ella de alguna manera.
—No intento solucionar nada contigo…
—Es lo que menos quiero —hablé interrumpiéndola. Ella era cómplice de Jen, ¿qué podría querer arreglar yo con ella?—, solo déjame en paz, ¿vale? Ya me has cagado la relación con Rodrigo y luego con Justin, ¿qué harás? ¿Embarazarte de todos mis novios? —le pregunté retóricamente— Solo sácate tú y tu puta vagina sucia de mi casa, ¿vale?
—No intentaba hacer esto con Justin —yo me encogí de hombros.
—No lo intentabas, pero lo hiciste —ella me miró fijo con los ojos húmedos—. Arregla tú tu mierda y vive como puta te plazca, pero déjame en paz, ¿vale?
—Y por último —tituló para guardar unos leves segundos de silencio—, estás jugando con fuego y sabes que mamá no va a quemarte, va a hacerte morir. Solo déjalo —me aconsejó.
—Metete tus consejos en el trasero, Samanta —hablé poniéndome de pie mientras ella pegaba su espalda contra la puerta de la desesperación quizás. No iba a pegarle, estaba embarazada, podría hacerle mal a la criatura, que nada tenía que ver con mi asco de vida y la irresponsabilidad de sus futuros padres—. Yo sé con qué estoy jugando y dónde estoy metida. Y créeme, que no soy yo quien debe cuidarse.
—Solo dije —sentenció mirándome con frialdad.
—Vete —repetí. Ella volteó y salió de mi habitación para irse. Azoté la puerta tras su salida.


Intenté sosegarme, pero en realidad estaba sacada de quicio. Tomé algunas prendas y me metí en la ducha, luego de quitarme las malas energías me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=73124934&.locale=es, me peiné el cabello en un moño un poco desprolijo y me maquillé como lo hacía usualmente. Tomé mi teléfono y salí a la sala, Verónica y Ronan no estaban.

Qué gran mierda, ¿no? Había terminado sola, aburrida y un poco resentida en un departamento a treinta cuadras de mi casa. Las vueltas de la vida te paraban donde menos podías esperarlo, ¡y aquí estaba! Mi teléfono vibró, miré la pantalla y era un número desconocido, por lo que contesté.


#Vía telefónica#
—Bonjour, belle —sonreí divertida al identificar la voz.
—Bonjour, Chris —saludé, era Christian.
—Creí que no me conocerías —aseguro, yo solté una pequeña risa. Era increíble cómo me cambiaba el humor.
—¡Oh, claro que sí! —hablé con sarcasmo—, es que tengo tantos amigos con acento francés —añadí de la misma forma.
—Y gracias a que es así, debes aceptar almorzar conmigo hoy —aseguró con firmeza.
—¡Oh, no me digas! No lo sé, debería pensarlo…
—¡Oye, no se vale! —me interrumpió, yo solté una pequeña risa— Me enteré lo que pasó con Justin y Samanta, me gustaría verte, enserio.
—Con una condición —sentencié, oí como carraspeó.
—Sí, dime —me pidió predispuesto.
—Hoy es sábado y hay audiciones de ballet en el teatro central, quiero…
—Dime que volverás a bailar —pues claro, para él dejé de hacerlo.
—Quiero audicionar —no, no estaba bromeando. Necesitaba distenderme y qué mejor que bailar. Las funciones solo eran los fines de semana por lo que no se interpondría con mi trabajo sucio.
—Siempre son a la siesta —sí, era cierto—, así que almorzamos y vamos, ¿te parece?
—Está bien —sonreí ampliamente, ¡Amaba el tiempo con Chris!
—Venga, paso por ti en media hora, ¿qué dices? —a penas serían las 10:30.
—¡Chis! —reí divertida—, a penas serán las 10:30, es temprano.
—¡Venga! —exclamó—, es temprano, pero podemos dar un paseo, no lo sé. Quiero estar contigo, querida —reí divertida.
—Ya, ya —acepté—, pasa por mi cuando quieras.
—Venga, en un poco menos de media hora estoy ahí, ¿vale? —carraspeó un poco.
—Vale, te espero. Solo toca timbre —le expliqué.
—Te veo.
—Un beso, sonso —saludé, casi en vano diría, y colgué.
#Fin vía telefónica#


Tomé una nota y escribí: “Regreso por la tarde, tuve cosas que hacer. Besos, ¡qué se diviertan! :)”. Me metí en mi habitación y metí prendas de danza en un bolso. Jodidos recuerdos, como odiaba recordar que la última vez que había estado en un estudio y había usado mis puntas todo había terminado en un secuestro. Gracias a Justin, Chaz, Ryan G. y Alfredo estaba fuera, pero todo había sido mierda, quizás jamás debí salir de ese putrefacto lugar donde me tenía Jen.






—Enserio, no puedo creer todo lo que pasó —afirmó Chris tras mi historia de los hechos, sí. Le había contado todo, absolutamente todo—. No puedo creer que ___________(tu mamá), pueda ser esa clase de mujer vil.
—No es lo que más me duele —me encogí de hombros y le di un sorbo a mi jugo de naranja—. En realidad, jamás esperé algo bueno de ella, más bien nunca esperé nada. Lo malo y que sí me pegó fue lo de Samanta y Justin —suspiré y sonreí amargamente.
—Es cierto, ¿no? —pues, imagínense si Chris no podía creerlo, yo menos que él.
—Pues, ¿tú qué crees? —me encogí de hombros negativamente. No podía hacer más que conformarme.
—No me gusta en lo que andas, ___________(tu nombre) —aseguró Christian—. Parece un ambiente peligroso y todo esto va a terminar mal, lo tengo por seguro —suspiró profundamente.
—Y lo es, es demasiado peligroso —hablé y sonreí un poco conformista—, pero, ¿qué más puedo hacer? No puedo dejar que mi madre me maneje a su antojo, ella quiere matarme.
—¿Y qué harás, matarla tu primero? —negó algo terco con la cabeza— La violencia no será la solución.
—Entonces deberé huir, ¿crees que eso es mejor? —Chris se encogió de hombros, todo por no darme la razón.
—Ninguna opción de las que presentas es buena y lo sabes, ___________(tu nombre) —Christian comenzaba a parecerse a mi padre.
—¿Qué esperas que haga? No hay otras opciones —ninguna otra.
—Estás loca —aseguró—, por ejemplo, ¿costaría tanto avisarle a la policía de tal atrocidad? —reí cínicamente.
—Intentas decir que no lo hago porque me gusta ir por la vida matando gente —deduje y carraspeé luego negando con mi cabeza—. No es tan fácil, Christian. La policía está tapando el culo de Jen solo porque les da dinero.
—Solo no quiero que termines con una bala en medio de la frente —era lo que yo tampoco quería.
—Sabes, Chris —sonreí levemente—, de mis amigos solo tú y Justin saben esto y espero que no seas capaz de abrir la boca con nadie, ¿lo tienes? —él asintió.
—Claro que no, ___________(tu nombre) —sentenció con un tono divertido—. Pareciera que soy un desconocido para ti.
—Lo lamento —suspiré un poco—, es que ya últimamente no confío ni en mi sombra.
—Cambiando de tema —sonrió ampliamente como con orgullo, añadiría yo—, ¿para qué audicionarás?
—Pues, para bailar en la compañía —dije con toda obviedad—. Necesito distender mis nervios y, ¿qué mejor que bailar?
—Enserio, es increíble que aceptes bailar otra vez —creo que Chris se refería a que aceptara yo misma lo de bailar. Porque, después de todo, yo me había obligado a mantenerlo en secreto, para él mejor dicho, me había obligado a dejarlo.
—Sí, nadie podrá hacerlo —sonreí divertida—, pero sabes, me importa una mierda si la gente va a hablar de mí. Entendí que jamás voy a gustarles a todos y eso ya no pesa en mi consciencia.
—Creo que quiero casarme contigo ahora —hizo una mueca divertida. Si algo caracterizaba a Chris, era su gran sentido del humor.
—Tienes claro que eres como mi platónico casi imposible —bromeé yo, él solo soltó una pequeña risa.
—Ya deja de hacerlo —sentenció, yo arqueé una ceja haciendo una mueca divertida.
—¿Te molesta demasiado?
—Juegas con mis sentimientos —exageró haciéndose el ofendido. Yo solté una pequeña carcajada.
—Extrañaba esto, lo aseguro —cambié de tema volviendo a la seriedad.
—¿Quieres saber qué es lo que yo extraño? —yo asentí algo confundida, Chris sonrió melancólicamente— extraño mucho vivir en New York y lo peor es que jamás vas a Paris.
—¡Oye! —protesté y sonreí divertida— tú no me invitas, Chris.
—A ver —carraspeó un poco apoyándose en sus manos sobre la mesa, se veía tan tierno; casi como un niño—, ¿cuándo es la temporada de ballet?
—No lo sé —pensé un poco—. Si quedo, comenzaré en un mes más o menos —calculando las temporadas exactas.
—Bien, yo me voy en dos días, ¿qué dices de venirte con Ronan a Paris, al menos por dos o tres días? —me agradaba la idea. No podía ir más tiempo, por mi nuevo trabajo sucio, pero tres días estaba bien, ¿no?
—Me encanta la idea —sonreí—, y sé que a Ronan también. Pero… —no sabía cómo decirlo, jamás estuve en esa situación—, no tengo dinero, Chris —al menos no tanto.
—¿Enserio crees que te haré ir a Paris y sabiendo tu situación te dejaré gastar dinero? —negó con la cabeza sonriendo divertido— Yo invito, yo pago.
—Pero…
—Pero nada —me interrumpió para decir. Yo no quería hacerle gastar el dineral, ¡no me gustaba! Pero sabía que no me dejaría pagar—. Nos vamos el lunes y listo, ¿está claro? —asentí levemente y sonreí.
—Vale, vale —acepté.


Habíamos terminado de almorzar y era mejor llegar al estudio,  debía cambiarme y estirar un poco antes de audicionar, no quería cometer errores, hoy menos que nunca. Debía ser perfecta.

Chris conducía mi auto mientras recordábamos viejas vivencias y reíamos de nuestras anécdotas, Chris se estacionó frente al estudio y bajamos. Había muchachas que jamás habían estado ahí. La compañía era grande y de las más importantes, quizás eso me provocaba un poco de nervios, pero me tenía confianza. Sabía que Pitt tenía esperanzas en mí, había hablado con ella después de volver de Brasil y me dijo que no le enfadaba que haya dejado de dar clases, al contrario. Ella quería tenerme en el cuerpo de baile.

Entré a los vestuarios y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=73622266&.locale=es. Recogí mi cabello en un perfecto moño de ballerina y salí de nuevo hacia donde estaba Christian.


—¿Nerviosa? —me preguntó él.
—Mucho.

2 comentarios:

  1. mmm que va a pasar con ______(tu nombre),justin y samanta???
    siguela te esta quedando increible, en serio amo tu nove sube mas caps pronto

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