Dije eso, porque
honestamente, lo quería de la mala y la buena forma a la vez. Amar es lo bueno
y odiar es la parte mala, sin amor no hay odio, lo que nos lleva a asegurar que
el odio es la forma mala de amar. Odio no es lo opuesto a amor, lo opuesto a amor
es guerra, es ignorancia, es dolor. Y quizás en este último sentimiento del
concepto, yo estaba padeciendo lo opuesto a amor, porque que Justin fuera a ser
padre de un niño con Samanta, me rompía el corazón y me dolía. Lo quería
demasiado y me dolía aún más saber que, desde ese momento en que supe lo del
embarazo de mi puta hermana, era prohibido para mí.
…Al día siguiente…
Eran casi las 09:00 a.m.
cuando el sonido del timbre me despertó, fregué mis ojos y me senté en la cama.
Verónica atendió la puerta. Me quedé allí, esperando saber si debía ir o no.
Entonces golpearon la puerta de la habitación.
—Adelante —tenía confianza
con Verónica, podía pasar. La puerta se abrió y vi a quien menos esperaba ver.
—¡Antes de que me grites,
escúchame! —exigió— solo vine a hablar contigo.
—No deseo verte, Samanta
—sentencié yo desde la cama mirándola fijo, ella haciendo oídos sordos solo
entró.
—No me interesa demasiado lo
que desees, ___________(tu nombre). Vengo a hablar contigo —añadió con
seguridad, le sonreí cínicamente.
—Pues, habla —le exigí. No
pretendía estar mucho tiempo en ese regodeo constante.
—Quiero que te alejes de
Justin y de Rodrigo también —ante su imponente seriedad y tono altanero, solté
una carcajada repleta de ironía.
—Lamento que no puedas
retener a ninguno de los dos —musité burlista mientras miraba mis uñas un poco
desarregladas.
—¡Deja de hacerme esto! —me
impuso como si yo le hiciera toda esta mierda.
—¿Tengo yo la culpa de que te
hayas acostado con Bieber y haya terminado en esto? —me encogí de hombros y le
sonreí cínicamente— Me has dicho tantas veces que tienes casi 17 y eres responsable de tus actos, pues creo
que llegó la hora de que también demuestres que eres responsable de sus consecuencias,
¿no? —además de ser justa, estaba deshaciéndome de ella de alguna manera.
—No intento solucionar nada
contigo…
—Es lo que menos quiero
—hablé interrumpiéndola. Ella era cómplice de Jen, ¿qué podría querer arreglar
yo con ella?—, solo déjame en paz, ¿vale? Ya me has cagado la relación con
Rodrigo y luego con Justin, ¿qué harás? ¿Embarazarte de todos mis novios? —le
pregunté retóricamente— Solo sácate tú y tu puta vagina sucia de mi casa,
¿vale?
—No intentaba hacer esto con
Justin —yo me encogí de hombros.
—No lo intentabas, pero lo
hiciste —ella me miró fijo con los ojos húmedos—. Arregla tú tu mierda y vive
como puta te plazca, pero déjame en paz, ¿vale?
—Y por último —tituló para
guardar unos leves segundos de silencio—, estás jugando con fuego y sabes que
mamá no va a quemarte, va a hacerte morir. Solo déjalo —me aconsejó.
—Metete tus consejos en el
trasero, Samanta —hablé poniéndome de pie mientras ella pegaba su espalda
contra la puerta de la desesperación quizás. No iba a pegarle, estaba
embarazada, podría hacerle mal a la criatura, que nada tenía que ver con mi
asco de vida y la irresponsabilidad de sus futuros padres—. Yo sé con qué estoy
jugando y dónde estoy metida. Y créeme, que no soy yo quien debe cuidarse.
—Solo dije —sentenció
mirándome con frialdad.
—Vete —repetí. Ella volteó y
salió de mi habitación para irse. Azoté la puerta tras su salida.
Intenté sosegarme, pero en
realidad estaba sacada de quicio. Tomé algunas prendas y me metí en la ducha,
luego de quitarme las malas energías me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=73124934&.locale=es, me peiné el cabello en un moño un poco desprolijo y
me maquillé como lo hacía usualmente. Tomé mi teléfono y salí a la sala,
Verónica y Ronan no estaban.
Qué gran mierda, ¿no? Había
terminado sola, aburrida y un poco resentida en un departamento a treinta
cuadras de mi casa. Las vueltas de la vida te paraban donde menos podías
esperarlo, ¡y aquí estaba! Mi teléfono vibró, miré la pantalla y era un número
desconocido, por lo que contesté.
#Vía telefónica#
—Bonjour, belle —sonreí divertida al identificar la
voz.
—Bonjour, Chris —saludé, era Christian.
—Creí que no me conocerías —aseguro, yo solté una
pequeña risa. Era increíble cómo me cambiaba el humor.
—¡Oh, claro que sí! —hablé con sarcasmo—, es que tengo
tantos amigos con acento francés —añadí de la misma forma.
—Y gracias a que es así, debes aceptar almorzar
conmigo hoy —aseguró con firmeza.
—¡Oh, no me digas! No lo sé, debería pensarlo…
—¡Oye, no se vale! —me interrumpió, yo solté una
pequeña risa— Me enteré lo que pasó con Justin y Samanta, me gustaría verte,
enserio.
—Con una condición —sentencié, oí como carraspeó.
—Sí, dime —me pidió predispuesto.
—Hoy es sábado y hay audiciones de ballet en el teatro
central, quiero…
—Dime que volverás a bailar —pues claro, para él dejé
de hacerlo.
—Quiero audicionar —no, no estaba bromeando.
Necesitaba distenderme y qué mejor que bailar. Las funciones solo eran los
fines de semana por lo que no se interpondría con mi trabajo sucio.
—Siempre son a la siesta —sí, era cierto—, así que
almorzamos y vamos, ¿te parece?
—Está bien —sonreí ampliamente, ¡Amaba el tiempo con
Chris!
—Venga, paso por ti en media hora, ¿qué dices? —a
penas serían las 10:30.
—¡Chis! —reí divertida—, a penas serán las 10:30, es
temprano.
—¡Venga! —exclamó—, es temprano, pero podemos dar un
paseo, no lo sé. Quiero estar contigo, querida —reí divertida.
—Ya, ya —acepté—, pasa por mi cuando quieras.
—Venga, en un poco menos de media hora estoy ahí,
¿vale? —carraspeó un poco.
—Vale, te espero. Solo toca timbre —le expliqué.
—Te veo.
—Un beso, sonso —saludé, casi en vano diría, y colgué.
#Fin vía telefónica#
Tomé una nota y escribí:
“Regreso por la tarde, tuve cosas que hacer. Besos, ¡qué se diviertan! :)”. Me
metí en mi habitación y metí prendas de danza en un bolso. Jodidos recuerdos,
como odiaba recordar que la última vez que había estado en un estudio y había
usado mis puntas todo había terminado en un secuestro. Gracias a Justin, Chaz,
Ryan G. y Alfredo estaba fuera, pero todo había sido mierda, quizás jamás debí
salir de ese putrefacto lugar donde me tenía Jen.
…
—Enserio, no puedo creer todo
lo que pasó —afirmó Chris tras mi historia de los hechos, sí. Le había contado
todo, absolutamente todo—. No puedo creer que ___________(tu mamá), pueda ser
esa clase de mujer vil.
—No es lo que más me duele
—me encogí de hombros y le di un sorbo a mi jugo de naranja—. En realidad,
jamás esperé algo bueno de ella, más bien nunca esperé nada. Lo malo y que sí
me pegó fue lo de Samanta y Justin —suspiré y sonreí amargamente.
—Es cierto, ¿no? —pues,
imagínense si Chris no podía creerlo, yo menos que él.
—Pues, ¿tú qué crees? —me
encogí de hombros negativamente. No podía hacer más que conformarme.
—No me gusta en lo que andas,
___________(tu nombre) —aseguró Christian—. Parece un ambiente peligroso y todo
esto va a terminar mal, lo tengo por seguro —suspiró profundamente.
—Y lo es, es demasiado
peligroso —hablé y sonreí un poco conformista—, pero, ¿qué más puedo hacer? No
puedo dejar que mi madre me maneje a su antojo, ella quiere matarme.
—¿Y qué harás, matarla tu
primero? —negó algo terco con la cabeza— La violencia no será la solución.
—Entonces deberé huir, ¿crees
que eso es mejor? —Chris se encogió de hombros, todo por no darme la razón.
—Ninguna opción de las que
presentas es buena y lo sabes, ___________(tu nombre) —Christian comenzaba a
parecerse a mi padre.
—¿Qué esperas que haga? No
hay otras opciones —ninguna otra.
—Estás loca —aseguró—, por
ejemplo, ¿costaría tanto avisarle a la policía de tal atrocidad? —reí
cínicamente.
—Intentas decir que no lo
hago porque me gusta ir por la vida matando gente —deduje y carraspeé luego
negando con mi cabeza—. No es tan fácil, Christian. La policía está tapando el
culo de Jen solo porque les da dinero.
—Solo no quiero que termines
con una bala en medio de la frente —era lo que yo tampoco quería.
—Sabes, Chris —sonreí
levemente—, de mis amigos solo tú y Justin saben esto y espero que no seas
capaz de abrir la boca con nadie, ¿lo tienes? —él asintió.
—Claro que no, ___________(tu
nombre) —sentenció con un tono divertido—. Pareciera que soy un desconocido para
ti.
—Lo lamento —suspiré un poco—,
es que ya últimamente no confío ni en mi sombra.
—Cambiando de tema —sonrió
ampliamente como con orgullo, añadiría yo—, ¿para qué audicionarás?
—Pues, para bailar en la
compañía —dije con toda obviedad—. Necesito distender mis nervios y, ¿qué mejor
que bailar?
—Enserio, es increíble que
aceptes bailar otra vez —creo que Chris se refería a que aceptara yo misma lo
de bailar. Porque, después de todo, yo me había obligado a mantenerlo en
secreto, para él mejor dicho, me había obligado a dejarlo.
—Sí, nadie podrá hacerlo —sonreí
divertida—, pero sabes, me importa una mierda si la gente va a hablar de mí.
Entendí que jamás voy a gustarles a todos y eso ya no pesa en mi consciencia.
—Creo que quiero casarme
contigo ahora —hizo una mueca divertida. Si algo caracterizaba a Chris, era su
gran sentido del humor.
—Tienes claro que eres como
mi platónico casi imposible —bromeé yo, él solo soltó una pequeña risa.
—Ya deja de hacerlo —sentenció,
yo arqueé una ceja haciendo una mueca divertida.
—¿Te molesta demasiado?
—Juegas con mis sentimientos —exageró
haciéndose el ofendido. Yo solté una pequeña carcajada.
—Extrañaba esto, lo aseguro —cambié
de tema volviendo a la seriedad.
—¿Quieres saber qué es lo que
yo extraño? —yo asentí algo confundida, Chris sonrió melancólicamente— extraño
mucho vivir en New York y lo peor es que jamás vas a Paris.
—¡Oye! —protesté y sonreí
divertida— tú no me invitas, Chris.
—A ver —carraspeó un poco
apoyándose en sus manos sobre la mesa, se veía tan tierno; casi como un niño—,
¿cuándo es la temporada de ballet?
—No lo sé —pensé un poco—. Si
quedo, comenzaré en un mes más o menos —calculando las temporadas exactas.
—Bien, yo me voy en dos días,
¿qué dices de venirte con Ronan a Paris, al menos por dos o tres días? —me
agradaba la idea. No podía ir más tiempo, por mi nuevo trabajo sucio, pero tres
días estaba bien, ¿no?
—Me encanta la idea —sonreí—,
y sé que a Ronan también. Pero… —no sabía cómo decirlo, jamás estuve en esa
situación—, no tengo dinero, Chris —al menos no tanto.
—¿Enserio crees que te haré
ir a Paris y sabiendo tu situación te dejaré gastar dinero? —negó con la cabeza
sonriendo divertido— Yo invito, yo pago.
—Pero…
—Pero nada —me interrumpió
para decir. Yo no quería hacerle gastar el dineral, ¡no me gustaba! Pero sabía que
no me dejaría pagar—. Nos vamos el lunes y listo, ¿está claro? —asentí
levemente y sonreí.
—Vale, vale —acepté.
Habíamos terminado de
almorzar y era mejor llegar al estudio,
debía cambiarme y estirar un poco antes de audicionar, no quería cometer
errores, hoy menos que nunca. Debía ser perfecta.
Chris conducía mi auto
mientras recordábamos viejas vivencias y reíamos de nuestras anécdotas, Chris
se estacionó frente al estudio y bajamos. Había muchachas que jamás habían
estado ahí. La compañía era grande y de las más importantes, quizás eso me provocaba
un poco de nervios, pero me tenía confianza. Sabía que Pitt tenía esperanzas en
mí, había hablado con ella después de volver de Brasil y me dijo que no le
enfadaba que haya dejado de dar clases, al contrario. Ella quería tenerme en el
cuerpo de baile.
Entré a los vestuarios y me
cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=73622266&.locale=es.
Recogí mi cabello en un perfecto moño de ballerina y salí de nuevo hacia donde
estaba Christian.
—¿Nerviosa? —me preguntó él.
—Mucho.
Siguela porfis
ResponderEliminarmmm que va a pasar con ______(tu nombre),justin y samanta???
ResponderEliminarsiguela te esta quedando increible, en serio amo tu nove sube mas caps pronto