—Exijo una prueba
de ADN —escupió él soltándome el brazo.
—¡Pues sí! —grité
desesperada poniéndome de pie— La niña es tuya, ¿feliz? Adelaide es tu hija,
porque cuando me vine a la ciudad ya tenía tres meses de gestación. Tuve que
mentirte y sabes para qué, para que la niña se criara tranquila en paz y fuera
una niña normal, no que estuviera rodeada de criminales —Justin quedó helado y
se paró frente a mí.
—Olvidas que la
única criminal has sido tú —mi mano se elevó y bofeteé su cara con fuerza. Él
se quedó viéndome con odio, ira. Con desprecio—. Me has mentido, ¿y sabes qué
es lo peor? Que hay un lazo que me une a la mujer más deplorable que conocí en
mi vida. Eres una perra, una puta barata, te has aprovechado del imbécil de
Zayn y me has mentido descaradamente a mí y a todos los demás —mi corazón se
caía a pedazos—, ¿sabes una cosa? —me miró y sonrió con asco, como le sonríes a
quien odias— Eres el mismo retrato de Jenn.
—¡Vete! —le grité—
¡Vete si no quieres que te mate aquí mismo! Vete —él ni siquiera se movió.
—No hasta que me
des a la niña —añadió con autoridad.
—¡Claro que no te
la daré! —me negué rotundamente— Adelaide no es ni será nunca tu hija, solo
tiene tu maldita sangre y nada más. Vete —sus ojos se oscurecieron de odio y me
tomó por los hombros haciéndome retroceder hasta pegarme con la pared.
—Estas me las
pagaras, ___________(tu nombre) —me advirtió—, ¿sabes por qué? Porque el amor,
el inmenso amor que sentía por ti, acaba de morir en tu maldita hoguera, donde
pronto arderás tú.
—¡Vete! —le grité
al ver que él no se movía— ¡Vete Justin, vete! No quiero verte —sus ojos
estaban clavados en mí con furia.
—¿Por qué debo
hacerte daño? —preguntó retóricamente entre dientes— ¿Por qué me has lastimado
así, ___________(tu nombre)? ¿Qué te he hecho para que me pagues así? —mis ojos
se llenaron de lágrimas mientras él pegó mi cuerpo contra la pared poniéndole
el suyo y su peso encima.
—Cuando supe que
estaba embarazada solo pensé en proteger a Adelaide —él me miró fijamente y sus
ojos se cristalizaron.
—¿Y crees que
alejándola de mí no corre riesgo? —preguntó irónico— ¿Olvidas qué clase de tipo
es Zayn? A caso, ¿olvidas tu pasado, ___________(tu nombre)? —agaché mi mirada,
pero él estaba demasiado cerca. No tenía reflejos ni reacciones, me absorbía.
—Adelaide ha
crecido como una niña normal —atiné a defenderme—. Y pretendo que siga siendo
así.
—No esperas que me
quede de brazos cruzados, ¿verdad? —yo arqueé una ceja confundida.
—¡No, Justin! —le
pedí llorando— No le hagas nada. Por favor.
—Quiero llevármela —mi
corazón se oprimió tanto hasta casi hacerme gritar, ¡no podía hacerlo! Me
moriría.
—Me matarás si lo
haces —confesé con voz débil, me sentía morir—. Es lo único real que tengo, es
lo único que me queda Justin. No, por favor —le rogué, pero él no se sintió
menos. Solo no se inmutó.
—No me quitarás el
derecho de sentirme su padre y actuar como tal —me aseguró. Mis lágrimas caían
desesperadas entre sollozos—. No me interesa cómo mierda te sientas, a ti no te
importó como yo me sentí… mucho menos te importa cómo me siento ahora. Sigues
pensando en ti.
—¡La niña ni
siquiera te conoce! —le recordé a gritos.
—¡Y sigues pensando
en ti! —me gritó nuevamente desesperado— No entiendo cómo puedes aniquilarme
así. Jamás te hice daño, aún así tú me has destrozado, ___________(tu nombre).
Si tú no tienes nada sin Adelaide, piensa cómo me he sentido yo durante estos
dos años, ¡que no he tenido nada sin ti! Nada —jamás me había dolido tanto
algo.
—Lo lamento —logré
soltar—. Perdón. Discúlpame.
Él me apretujó
entre sus brazos casi en un instante. Sentí mi cuerpo desvanecerse,
honestamente ya no tenía ninguna clase de fuerzas, ¡nada! Estaba débil,
demasiado débil. Mis lágrimas caían rápidamente, me sentía una total mierda.
—Te amo con mi vida
—me confesó—. Jamás he dejado de amarte, pero no puedo perdonarte,
___________(tu nombre). Porque sé que eso no cambiaría nada. Tú no estarías
conmigo ni repararías los dos años que perdí lejos de mi hija —solo lograba
llorar mientras él se separaba de mí y yo caía sobre mis rodillas en el suelo,
para quedar sentada con la espalda en la pared.
—Te amo con todo lo
que soy, Justin —me animé a confesar—. Y no sé qué esperas de mí, pero… estoy
dispuesta a cualquier cosa con tal de no alejarme de Adelaide —y cuando decía
cualquier cosa, era cualquier cosa.
—¿Por qué si me
amas has hecho todo esto? —me preguntó arrodillándose frente a mí—, ¿por qué,
nena? —esta vez sonaba calmo, mientras sus manos levantándome por el mentón.
—Porque sabías que
yo no estaba bien. Cuando reaccioné era demasiado tarde —por primera vez en
mucho tiempo estaba hablando con la verdad.
—Busca a Adelaide y
vámonos —lo miré fijamente sorprendida—. Dijiste que me amabas y qué harías
cualquier cosa por no separarte de nuestra hija. Pues, hagamos las cosas como
siempre debieron ser.
—Justin yo no… —intenté
hablar.
—¿Por qué no? —me
interrumpió— No amas a Zayn y la niña es mía, ¿qué estaría mal? —era ahora o
nunca.
—Bien —carraspeé y
enjuagué mis lágrimas con mis puños—. Tomaré algunas cosas, despertaré a
Adelaide y nos vamos, ¿vale? —una enorme sonrisa apareció en su rostro.
—¿Hablas enserio? —yo
asentí.
—Es lo que quieres,
¿no?
Casi una hora
después estaba todo listo. Había armado dos maletas mías y una de Adelaide.
Desperté a la niña y la cambié por unos shorts y una remera simple, debíamos
irnos antes de que Zayn estuviera allí. Subimos al automóvil de Justin y
sentamos a Adelaide atrás, por precaución, él comenzó a conducir.
—¿A dónde iremos? —le
pregunté.
—¿Importa eso
ahora? —me preguntó él algo emocionado— Porque a mí no mucho.
—Justin no estamos
solos —le recordé—. Adelaide viene con nosotros —él carraspeó.
—Bien, iremos a mi
departamento y allí veremos qué hacer —sentenció—. No puedo creerlo —añadió por
lo bajo y esbozó una pequeña sonrisa.
Debía admitir que
era lo que había soñado cada noche de la mentira que era mi vida hacía dos años
ya. Aún así, no todo iba a ser tan fácil y lo sabía. Justin no se olvidaría así
como así que le mentí durante tanto tiempo y Zayn no se quedaría de brazos
cruzados; después de todo él consideraba a Adelaide como su hija aún. De todas
maneras, sabía que estar con Justin era mi destino, bien o mal. Entre armas,
balas o en la paz de la más tranquila armonía, él era mi vida.
—Mami, tengo miedo —musitó
Adelaide desde el asiento de atrás.
—Descuida, cariño —le
pedí desesperándome. No quería verla mal—. Todo está bien. Iremos a la casa de
Justin, ¿lo recuerdas? —ella asintió mientras yo la miraba cálidamente— Y él
nos llevará a nuestra nueva casa.
—Soy tu amigo
ahora, pequeña —Justin le hablaba con ternura, aún así sin mirarla. Él iba
conduciendo.
—¿Iremos al parque
hoy a la tarde, mamá? —no podía decirle que sí. Al menos no hasta que supiéramos
qué hacer.
—Quizás, nena —no
quise desanimarla—. Puede que Justin nos acompañe, ¿qué dices?
—Está bien —sonrió
levemente y yo volví a acomodarme hacia delante en el asiento.
Casi 20 minutos
después Justin aparcó frente a un edificio y allí bajamos. Subimos hasta el
tercer piso, yo con Adelaide en brazos, quien por cierto dormía. Allí entramos
a un lujoso pero pequeño departamento.
—La recostaré un
momento en el sillón —susurré—. Debemos hablar —me acerqué al sillón y dejé a
la niña allí. Luego seguí a Justin hasta la cocina.
—No creas que todo
está bien —me informó—. Aún no te he perdonado.
—Lo sé —murmuré—.
Pero no podemos quedarnos en la ciudad —cambié de tema—. Zayn no debe vernos.
—¿Y qué le dirás a
la niña? —me preguntó Justin— Ella cree que él es su padre —escupió sentándose.
—No lo sé —me
encogí de hombros—. Luego veré qué hago con Adelaide. Primero es ver dónde
quedaremos.
—No puedo irme de
la ciudad —me recordó—. El Clan sigue aquí, no se mudarán todos.
—Y yo no puedo
arriesgarme a que Zayn le haga daño a la niña —sentencié con autoridad—. Tú
decides.
—Deberás
acompañarme a la guarida —murmuró—. Hablaré con los chicos allí.
—No entraré a ese
lugar, me sacarán los ojos —ninguno de ellos, supongo que en especial Willow,
me pasaba ahora.
—¿Desde cuándo eres
tan cobarde, ___________(tu nombre)? —me preguntó algo irónico— Creí que seguías
siendo la mujer de la cual me enamoré. Pero ahora… eres una niñita.
—¿Quieres ver a la
mujer de la cuál te enamoraste? —sonreí cínica— Bien, la verás —le advertí y en
un ágil movimiento me senté en su falda frente a él. Justin se sobre saltó un
poco.
—¿Qué haces? —cuestionó
atónito, un poco incómodo y sorprendido quizás.
—Lo que hice
contigo cuando te conocí —le respondí bajando un poco más mi escote, los ojos
de Justin se perdieron allí.
—Mierda —murmuró
cerrando los ojos—. Olvidaba lo sensuales que eran tus tatuajes —sentí como
suspiró deseoso, yo desprendí los primeros botones de su camisa negra y
acaricie su pecho suavemente.
—¿Mmj? —suspiré
sensualmente acercándome a su oído—, ¿y te gustaría recordarlos uno por uno? —con
seguridad y confianza él apoyó sus manos en mis muslos, atrayéndome más hacia
su torso y su creciente erección.
—¿Por qué debes
hacerme esto? —preguntó respirando pesadamente cerca de mi pecho— Sabes que no
te he perdonado.
—¿Y por qué no? —le
pregunté— Después de todo, estamos juntos en esto nuevamente —lo vi de reojo
sonreír levemente y sentí como se estremeció cuando mis labios se apoyaron
delicadamente en su cuello.
—Debemos irnos
pronto —me recordó con la voz algo entrecortada gracias a mis besos.
—Mmmh… hay tiempo —le
informé—. Mucho más del que crees. Zayn no se molestará sino hasta la noche —estaba
más que segura.
—Bien, divirtámonos
entonces —sonrió una vez más y comenzó a besar mi cuello y recorrer la parte
desnuda de mi cintura con sus cálidas manos.
Justin se levantó
de la silla y yo rodeé su cintura con mis piernas, él recorrió mi cuello con
pequeños besos, ¡diablos! Jamás nadie me había hecho sentir así. Sentí como
caminaba hacia Dios sabe dónde. Nunca había deseado tanto a alguien. Entramos a
la habitación y lentamente él se encargó de depositarme en la cama. Se quedó
sobre mi pero teniendo su peso en sus propios brazos.
—No te irás después
de esto, ¿no? —lo vi tan vulnerable, tan puro, tan pacífico que no pude decirle
nada.
—Claro que no —respondí
después de unos segundos.
Poco después sus
calurosos y perfectos labios estaban sobre los míos. Un calor peculiar que mi
cuerpo necesitaba y consideraba como parte suya regresó a mí. No podía negar,
de ninguna manera, que Justin era el único amor de toda mi vida. Nuestras bocas
bailaban un ritmo deseoso mientras sus manos recorrían mi cuerpo dulcemente.
…
—No sabes cuantas
veces he soñado con esto —murmuró acariciando mi espalda, yo estaba recostada
boca abajo con mi cabeza en su pecho. Nuestras respiraciones eran una armonía
pacífica.
—Ahora sí no
tenemos demasiado tiempo —le recordé—. Debemos salir de New York, pero antes
debemos lograr que Adelaide no nos encuentre así cuando despierte —añadí algo
divertida.
—Te amo,
___________(tu nombre).
—Te amo, Justin.
Poly. Por Que ma haces esto por Que ladeja en la parte Que mas me gusto. Pero no importanta Siguela cuando pueda. Como siempre buena escritora la ame.
ResponderEliminar:0 woooooooooooow como haces para q cada capítulo sea tan hermoso y cautivador ? Dime cómo haces para hacerlos tan... Tan hermosos y perfectos ? Cómo haces para q me sienta hasta yo amada al leerlos ? Cómo ?
ResponderEliminarLa verdad ya se que ya te lo dije pero amoo como escribes y cada capítulo :D me encantan ! De verdad !
Besoooooos xx cuídate :D
PD: seguila cuando puedas esta hermosa ! :*
OMBBBB SSIN PALABRAS!!!! Bose como le haces pero logras solucionar todo!!! Enserio me siento mal por el anterior comentario enserio me siento de mierda pero la verdad era lo que pensaba, ya no me gustaba tanto odio era como que "pobre" *llorar llorar y mas llorar* (y si lloraba creelo) pero nose como volteaste todo ERES MI IDOLA pero enserio tu sigue la novela a como la planeaste no como nosotras querramos es tu novela, y yo se que me gustara a pesar de todo ^^ asi que suerte chica, te dije que no me gustaba ya casi nada (ya explique porque) pero dije que siempre estate alli (porque tus finales son a lo bomba y ademas me intrigaba ya estoy metida en la rayiiisss patea traseros) y bueno espero y la sigas esta padrisima (que sigo en contra del odio no creas mal) pero nose que le hiciste que el tema volvieron a ser ellos, ERES LA DIOSA en esto enserio felicidades, gracias y no cambies por nosotras que como he dicho seguimos alli :***
ResponderEliminarY yo que pensaba que iba a tardar dos años más en que se perdonen! Mirá ahora lo hiciste en un capitulo y te hemoso :') ¡Que alegria!
ResponderEliminarSe aman, se aman, se aman, se aman, aman a Adelaide ah. kajskjaksjak
Seguilaa! Que llega la parte de Zayn :3
Besos, me encanta como escribis :)
Polyyy siguela te lo pidooo porfas esta super hermosassss siguelaaaa
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