Esquivé
a Justin con un audaz y rápido movimiento escapándome de donde estábamos. Salí
de la fiesta sin ser vista por alguien conocido. Me quité los tacones y comencé
a correr desesperada, vaya a saber Dios a dónde iba mi cuerpo a media noche
corriendo por los barrios de New York.
Atiné
a quedarme sola en una esquina sentada al borde de la acera, nadie pasaba por
allí. Estaba sola. Las palabras de Justin retumbaban en mi cabeza “¡Jamás
sabrás lo que es el amor, porque no has tenido la puta valentía de jugártela
por alguien que sí amas!”. Él tenía razón. Yo era un monstruo, y no cualquier
clase de monstruo… era de los peores. Un monstruo cobarde.
…
—Vamos,
___________(tu nombre) —insistió Caitlin frunciendo el ceño—. Dime qué sucedió.
Jamás te he visto tan mal como hoy, ¿qué sucedió el sábado?
—Justin, eso
sucedió —escupí a las justas. Aún dolía. Dos días después el remordimiento me
carcomía la cabeza—. Lo vi y me terminó de matar, Miley.
—Aún no entiendo
qué diablos has pensado cuando te viniste a vivir con Zayn, ¿qué es lo que
querías hacer, amiga? —suspiró algo frustrada— Pensé que no querías a Justin,
pero no es así.
—Las cosas no
funcionaban con Bieber, Cait —le expliqué. Ella arqueó una ceja—. No podía
quedarme con él.
—¿Sí? —yo asentí y
pasé saliva sonoramente.
—Él no se
acostumbraba a mí —ella suspiró con profundidad.
—Se te hace tarde —me
recordó—. Tienes que ir a ensayar, ¿no? —yo asentí mirando mi reloj.
—Te veré luego,
Cait.
—Suerte, amiga.
Luego de ensayar
como todos los días que iba al estudio del ballet, tomé mi bolso y me dirigí a
vestuarios para cambiarme por algo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=96171308&.locale=es. Desaté mi cabello y salí de allí, pero al
doblar a la derecha para irme hacia el estacionamiento donde tenía mi carro, mi
cuerpo colisionó con dureza contra alguien de casi mi estatura. Trastrabillé
hacia atrás desesperada por no caer, porque mi tobillo se vería en serios
problemas, pero fue en vano, caí doblándomelo y sí que dolió. Sin prestar
atención a quién había chocado froté con fuerza mi pie, intentando quitarme el
zapato.
—¿___________(tu
nombre)? —preguntó una voz masculina. Carraspeé esperando que no fuera cierto y
elevé mi vista.
—¡Dios mío! —exclamé
sorprendida.
—¡Qué sorpresa! —añadió
él exclamando.
…
Narra Justin:
—Tienes correo —me
informó Chaz pasando por el pasillo de las habitaciones—. Creo que va a
interesarte —arqueé una ceja desde la cama y solté mi teléfono.
—¿De dónde? —pregunté
curiosamente.
—Mmj… —murmuró Chaz
leyendo el sobre—. Ontario, Canadá.
—¿Bromeas? —exclamé
y salté de la cama en menos de un segundo tomando entre mis manos la carta—
Gracias, viejo.
—De nada, hermano —Chaz
se alejó viendo como yo me sentaba en la cama. Sentí el ruido de cuando cerró
la puerta y me dispuse a leer rápidamente.
Querido Justin: (03 de Junio).
Solo escribía para saber algo
de ti. Sé que hace muchísimo tiempo no he tenido contacto contigo y ya no soy
una pequeña adolescente. Han pasado, prácticamente, 5 años desde la última vez
que te vi y no puedo vivir más con esta situación. Creo que debería volver a
verte, ¿no?
La próxima semana estaré en New
York. Me encantaría, al menos, tomar un café contigo. Que me cuentes qué ha
sido de ti y que puedas escuchar que estoy cumpliendo con cada promesa que te
hice cuando aún eras mi mejor amigo, hermano mayor. No quiero robarte demasiado
tiempo, espero que me contactes. Sigo teniendo el mismo número telefónico, por
si decides encontrarme.
Con amor, Jazmyne Bieber.
¡Maldición con los
del maldito correo! La carta había llegado ocho días después, quizás Jazzy ya
se había ido de New York, o tal vez al no tener respuesta jamás llegó a venir. Quería
verla, era lo que más deseaba desde hacía cuatro años, volver a tener contacto
con alguien de mi familia. Jamás busqué que eso pasara, por miedo a lo que me
dijeran o cómo reaccionaran, pero saber que Jazzy quería verme era totalmente reconfortante.
Tomé mi teléfono y
le marqué a su número.
#Vía telefónica#
—¿Aló? —oí su voz.
—Hola, Jazzy —ella no habló—. Soy Justin.
—¡Justin! —exclamó casi desesperada— creí
que no llamarías.
—Acabo de recibir tu carta, pequeña —mi
corazón saldría de mi pecho de tanto latir. Estaba feliz, después de tanto
tiempo—. Claro que me encantaría verte.
—¡Genial! —pude imaginármela sonriendo—
¿Estás en la ciudad?
—No, pero puedo hacerlo —le respondí—. En
quince minutos estoy en la ciudad, depende de dónde nos veamos te digo
exactamente el tiempo que me llevará llegar.
—Está bien, mmmh… —murmuró pensativa—, ¿qué
dices del Starbuks cerca del teatro central? —me ofreció— ¿Te queda demasiado
lejos?
—Estaré allí en media hora, ¿vale? —le
propuse.
—Ya, te esperaré con ansias.
—Te veo al rato, pequeña.
#Fin vía telefónica#.
Exactamente 35
minutos después aparqué frente al Starbuks donde quedé con Jazzy. Bajé
acomodándome la chaqueta y entré temeroso de no conocerla. Alguien chistó
llamando mi atención, volteé y en una de las mesas una muchacha me sonreía
simpáticamente, ¡era Jazzy! Estaba demasiado grande, pues habían pasado 4 años
y ella sí que había crecido.
—¡Jazzy! —exclamé
llegando a ella, quien solo me abrazó con desesperación.
—¡Justin! —musitó
ella y me miró directo a los ojos con lágrimas en los suyos—. Extrañaba tanto
verte —me sonrió amargamente.
—Sentémonos —le
pedí—. Hay mucho de qué hablar —ella en silencio tomó asiento y yo lo hice
frente a ella, estaba tan grande y linda—. Estás tan distinta, pequeña.
—Pues, tú sigues
igual de guapo, hermano —me sonrió ampliamente, me alegraba demasiado verla.
—Pfff, mentiras
tuyas —bromeé, ella soltó una pequeña risilla y yo le sonreí alegremente.
—¿Cómo has estado,
Justin? —fue su simple pregunta, complicada de responder.
—Todo ha estado
bien —no soné convencido, por el contrario.
—¿Estás seguro? —frunció
el ceño deduciendo que le diría que sí.
—Sí —afirmé con una
falsa seguridad.
—Pues, quizás no te
vi en mucho tiempo, pero a mí no me engañas —carraspeó mirándome con sus ojos
mieles clavados en mí.
—Para serte
sincero, Jazzy, todo ha sido una gran farsa, una mentira, una mierda, en simple
resumen —el silencio se quedó unos leves segundos entre nosotros.
—Cuéntame —me
aconsejó—. Porque yo no sé nada.
—Perdí mi vida por
una maldita perra.
—Si me lo dices
así, Justin, no sé qué pensar —me recordó ella—. Ya no soy una niña. Cuéntame,
no voy a juzgarte.
—Bueno… —pasé
saliva y me decidí a responderle lo que quería saber—, cuando ___________(tu
nombre) mató a Jenn, tuve que acompañarla demasiado. Entró en rehabilitación,
sufría de una crisis nerviosa prolongada, créeme que sufría como si estuviera
pasándome en vida propia. Dos meses y medio después salió de allí, fue
procesada y su condena fueron solo dos años y medio. Los peores dos años de mi
vida —suspiré—. Después de que Pattie me echara de la casa sufriendo un ataque
de nervios, recurrí a la peor opción —sonreí amargamente y desvié mi mirada de
Jazzy, perdiéndola por la ventana hacia la calle—. Me metí en el Clan de Chaz,
Chaz Somers —le informé su nombre—. Esos dos años y medio solo fueron matar
gente, negociar, cobrar cuentas. Ser oscuro, podría decirse. Cuando
___________(tu nombre) salió de la cárcel, se unió al Clan sin pensarlo dos
veces. Odiaba la idea de que ella estuviera en peligro, ¡no podía ser así! El
enfrentamiento de ___________(tu nombre) con Rebbeca, otra líder de una
pandilla cercana, nos puso en peligro a todos en el Clan. Eso logró que ella se
mudara nuevamente a la ciudad y, pues… ella —pasé saliva—, se quedó embarazada
de Zayn Malik —me costaba asimilarlo aún después de dos años.
—¿Qué? —cuestionó
incrédula mi hermana menor— ¿Quieres decir que fue madre?
—Hace dos, casi
tres, años —le respondí—. Hace unos pocos días la vi —recordé anhelándola. No
podía olvidarla.
—No supe nada de
ella, jamás —se encogió de hombros Jazzy—. Pero… ¿tú? ¿No has rehecho tu vida,
hermano?
—¿Crees que puedo? —suspiré
y negué con la cabeza respondiéndome yo sola— Intenté, pero ella y su recuerdo
me atormentan.
—Si tú no la
sueltas no la olvidarás —parecía fácil, ¿no? Pues, no era así.
—No sé por qué no
puedo, Jazzy —le confesé—. Juro que intenté odiarla, intenté jamás pensar en
ella. He buscado miles de maneras de olvidarme de su rostro, de su voz, de su
sonrisa, ¿y sabes qué consigo? Amarla más y más. Hay algo que me une a ella de
una manera sobrenatural, y aún no descubro qué demonios es.
—¿Y su hijo o hija?
—preguntó Jazzy, yo arqueé una ceja.
—Es una niña —murmuré.
—¿La has conocido?
—Sí. Se llama
Adelaide, es una niña adorable y dulce. Muy hermosa —muy bonita.
—¿Y cuánto tiempo
tiene, Just? —Jazzy lo preguntaba inocentemente, pero un presentimiento crecía
en mi interior. Mi instinto me estaba diciendo algo.
—Dos años —calculé
a grandes rasgos. Jazzy me miró detenidamente, prestándome atención—, ¿qué
estás pensando, pequeña?
—No, no es nada —me
sonrió intentando tranquilizarme. Pero era tarde.
—Dímelo, Jazmyne —le
pedí con autoridad.
—¿Estás seguro de
que la niña no sea tuya, hermano? —preguntó algo temerosa. Un nudo se formó en
mi garganta.
—En realidad, no.
Siguela. Mori con el capitulo la ame Siguela poly ansiosa por el otro capitulo sigueaaaaaaaaaaa love so much
ResponderEliminar:OO ¡Dioooooooooooos! Quiero la verdad ya. skajskajskas
ResponderEliminarMe encanta, Seguila *-*
Santa cachucha, espero que se venga lo mejoe e.e
Besos!
Polyyy no me dejes asiiiii siguelaaa porfavorrrrrr
ResponderEliminarexcelente cap poly, *---* siguelaa
ResponderEliminar:O diiiiiiiiooooooossssss ! Tenes q seguirla porfavor porfavooor !!
ResponderEliminarBesoooos xx cuídate poly :D