martes, 3 de septiembre de 2013

Capítulo 19°: "Todo ha estado bien". (2da. Temporada).




Esquivé a Justin con un audaz y rápido movimiento escapándome de donde estábamos. Salí de la fiesta sin ser vista por alguien conocido. Me quité los tacones y comencé a correr desesperada, vaya a saber Dios a dónde iba mi cuerpo a media noche corriendo por los barrios de New York.

Atiné a quedarme sola en una esquina sentada al borde de la acera, nadie pasaba por allí. Estaba sola. Las palabras de Justin retumbaban en mi cabeza “¡Jamás sabrás lo que es el amor, porque no has tenido la puta valentía de jugártela por alguien que sí amas!”. Él tenía razón. Yo era un monstruo, y no cualquier clase de monstruo… era de los peores. Un monstruo cobarde. 






—Vamos, ___________(tu nombre) —insistió Caitlin frunciendo el ceño—. Dime qué sucedió. Jamás te he visto tan mal como hoy, ¿qué sucedió el sábado?
—Justin, eso sucedió —escupí a las justas. Aún dolía. Dos días después el remordimiento me carcomía la cabeza—. Lo vi y me terminó de matar, Miley.
—Aún no entiendo qué diablos has pensado cuando te viniste a vivir con Zayn, ¿qué es lo que querías hacer, amiga? —suspiró algo frustrada— Pensé que no querías a Justin, pero no es así.
—Las cosas no funcionaban con Bieber, Cait —le expliqué. Ella arqueó una ceja—. No podía quedarme con él.
—¿Sí? —yo asentí y pasé saliva sonoramente.
—Él no se acostumbraba a mí —ella suspiró con profundidad.
—Se te hace tarde —me recordó—. Tienes que ir a ensayar, ¿no? —yo asentí mirando mi reloj.
—Te veré luego, Cait.
—Suerte, amiga.



Luego de ensayar como todos los días que iba al estudio del ballet, tomé mi bolso y me dirigí a vestuarios para cambiarme por algo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=96171308&.locale=es. Desaté mi cabello y salí de allí, pero al doblar a la derecha para irme hacia el estacionamiento donde tenía mi carro, mi cuerpo colisionó con dureza contra alguien de casi mi estatura. Trastrabillé hacia atrás desesperada por no caer, porque mi tobillo se vería en serios problemas, pero fue en vano, caí doblándomelo y sí que dolió. Sin prestar atención a quién había chocado froté con fuerza mi pie, intentando quitarme el zapato.



—¿___________(tu nombre)? —preguntó una voz masculina. Carraspeé esperando que no fuera cierto y elevé mi vista.
—¡Dios mío! —exclamé sorprendida.
—¡Qué sorpresa! —añadió él exclamando.




Narra Justin:




—Tienes correo —me informó Chaz pasando por el pasillo de las habitaciones—. Creo que va a interesarte —arqueé una ceja desde la cama y solté mi teléfono.
—¿De dónde? —pregunté curiosamente.
—Mmj… —murmuró Chaz leyendo el sobre—. Ontario, Canadá.
—¿Bromeas? —exclamé y salté de la cama en menos de un segundo tomando entre mis manos la carta— Gracias, viejo.
—De nada, hermano —Chaz se alejó viendo como yo me sentaba en la cama. Sentí el ruido de cuando cerró la puerta y me dispuse a leer rápidamente.



Querido Justin:                                                                          (03 de Junio).

                Solo escribía para saber algo de ti. Sé que hace muchísimo tiempo no he tenido contacto contigo y ya no soy una pequeña adolescente. Han pasado, prácticamente, 5 años desde la última vez que te vi y no puedo vivir más con esta situación. Creo que debería volver a verte, ¿no?
                La próxima semana estaré en New York. Me encantaría, al menos, tomar un café contigo. Que me cuentes qué ha sido de ti y que puedas escuchar que estoy cumpliendo con cada promesa que te hice cuando aún eras mi mejor amigo, hermano mayor. No quiero robarte demasiado tiempo, espero que me contactes. Sigo teniendo el mismo número telefónico, por si decides encontrarme.

                                                                             Con amor, Jazmyne Bieber.



¡Maldición con los del maldito correo! La carta había llegado ocho días después, quizás Jazzy ya se había ido de New York, o tal vez al no tener respuesta jamás llegó a venir. Quería verla, era lo que más deseaba desde hacía cuatro años, volver a tener contacto con alguien de mi familia. Jamás busqué que eso pasara, por miedo a lo que me dijeran o cómo reaccionaran, pero saber que Jazzy quería verme era totalmente reconfortante.


Tomé mi teléfono y le marqué a su número.


#Vía telefónica#
—¿Aló? —oí su voz.
—Hola, Jazzy —ella no habló—. Soy Justin.
—¡Justin! —exclamó casi desesperada— creí que no llamarías.
—Acabo de recibir tu carta, pequeña —mi corazón saldría de mi pecho de tanto latir. Estaba feliz, después de tanto tiempo—. Claro que me encantaría verte.
—¡Genial! —pude imaginármela sonriendo— ¿Estás en la ciudad?
—No, pero puedo hacerlo —le respondí—. En quince minutos estoy en la ciudad, depende de dónde nos veamos te digo exactamente el tiempo que me llevará llegar.
—Está bien, mmmh… —murmuró pensativa—, ¿qué dices del Starbuks cerca del teatro central? —me ofreció— ¿Te queda demasiado lejos?
—Estaré allí en media hora, ¿vale? —le propuse.
—Ya, te esperaré con ansias.
—Te veo al rato, pequeña.
#Fin vía telefónica#.



Exactamente 35 minutos después aparqué frente al Starbuks donde quedé con Jazzy. Bajé acomodándome la chaqueta y entré temeroso de no conocerla. Alguien chistó llamando mi atención, volteé y en una de las mesas una muchacha me sonreía simpáticamente, ¡era Jazzy! Estaba demasiado grande, pues habían pasado 4 años y ella sí que había crecido.



—¡Jazzy! —exclamé llegando a ella, quien solo me abrazó con desesperación.
—¡Justin! —musitó ella y me miró directo a los ojos con lágrimas en los suyos—. Extrañaba tanto verte —me sonrió amargamente.
—Sentémonos —le pedí—. Hay mucho de qué hablar —ella en silencio tomó asiento y yo lo hice frente a ella, estaba tan grande y linda—. Estás tan distinta, pequeña.
—Pues, tú sigues igual de guapo, hermano —me sonrió ampliamente, me alegraba demasiado verla.
—Pfff, mentiras tuyas —bromeé, ella soltó una pequeña risilla y yo le sonreí alegremente.
—¿Cómo has estado, Justin? —fue su simple pregunta, complicada de responder.
—Todo ha estado bien —no soné convencido, por el contrario.
—¿Estás seguro? —frunció el ceño deduciendo que le diría que sí.
—Sí —afirmé con una falsa seguridad.
—Pues, quizás no te vi en mucho tiempo, pero a mí no me engañas —carraspeó mirándome con sus ojos mieles clavados en mí.
—Para serte sincero, Jazzy, todo ha sido una gran farsa, una mentira, una mierda, en simple resumen —el silencio se quedó unos leves segundos entre nosotros.
—Cuéntame —me aconsejó—. Porque yo no sé nada.
—Perdí mi vida por una maldita perra.
—Si me lo dices así, Justin, no sé qué pensar —me recordó ella—. Ya no soy una niña. Cuéntame, no voy a juzgarte.
—Bueno… —pasé saliva y me decidí a responderle lo que quería saber—, cuando ___________(tu nombre) mató a Jenn, tuve que acompañarla demasiado. Entró en rehabilitación, sufría de una crisis nerviosa prolongada, créeme que sufría como si estuviera pasándome en vida propia. Dos meses y medio después salió de allí, fue procesada y su condena fueron solo dos años y medio. Los peores dos años de mi vida —suspiré—. Después de que Pattie me echara de la casa sufriendo un ataque de nervios, recurrí a la peor opción —sonreí amargamente y desvié mi mirada de Jazzy, perdiéndola por la ventana hacia la calle—. Me metí en el Clan de Chaz, Chaz Somers —le informé su nombre—. Esos dos años y medio solo fueron matar gente, negociar, cobrar cuentas. Ser oscuro, podría decirse. Cuando ___________(tu nombre) salió de la cárcel, se unió al Clan sin pensarlo dos veces. Odiaba la idea de que ella estuviera en peligro, ¡no podía ser así! El enfrentamiento de ___________(tu nombre) con Rebbeca, otra líder de una pandilla cercana, nos puso en peligro a todos en el Clan. Eso logró que ella se mudara nuevamente a la ciudad y, pues… ella —pasé saliva—, se quedó embarazada de Zayn Malik —me costaba asimilarlo aún después de dos años.
—¿Qué? —cuestionó incrédula mi hermana menor— ¿Quieres decir que fue madre?
—Hace dos, casi tres, años —le respondí—. Hace unos pocos días la vi —recordé anhelándola. No podía olvidarla.
—No supe nada de ella, jamás —se encogió de hombros Jazzy—. Pero… ¿tú? ¿No has rehecho tu vida, hermano?
—¿Crees que puedo? —suspiré y negué con la cabeza respondiéndome yo sola— Intenté, pero ella y su recuerdo me atormentan.
—Si tú no la sueltas no la olvidarás —parecía fácil, ¿no? Pues, no era así.
—No sé por qué no puedo, Jazzy —le confesé—. Juro que intenté odiarla, intenté jamás pensar en ella. He buscado miles de maneras de olvidarme de su rostro, de su voz, de su sonrisa, ¿y sabes qué consigo? Amarla más y más. Hay algo que me une a ella de una manera sobrenatural, y aún no descubro qué demonios es.
—¿Y su hijo o hija? —preguntó Jazzy, yo arqueé una ceja.
—Es una niña —murmuré.
—¿La has conocido?
—Sí. Se llama Adelaide, es una niña adorable y dulce. Muy hermosa —muy bonita.
—¿Y cuánto tiempo tiene, Just? —Jazzy lo preguntaba inocentemente, pero un presentimiento crecía en mi interior. Mi instinto me estaba diciendo algo.
—Dos años —calculé a grandes rasgos. Jazzy me miró detenidamente, prestándome atención—, ¿qué estás pensando, pequeña?
—No, no es nada —me sonrió intentando tranquilizarme. Pero era tarde.
—Dímelo, Jazmyne —le pedí con autoridad.
—¿Estás seguro de que la niña no sea tuya, hermano? —preguntó algo temerosa. Un nudo se formó en mi garganta.

—En realidad, no. 

5 comentarios:

  1. Siguela. Mori con el capitulo la ame Siguela poly ansiosa por el otro capitulo sigueaaaaaaaaaaa love so much

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  2. :OO ¡Dioooooooooooos! Quiero la verdad ya. skajskajskas
    Me encanta, Seguila *-*
    Santa cachucha, espero que se venga lo mejoe e.e
    Besos!

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  3. Polyyy no me dejes asiiiii siguelaaa porfavorrrrrr

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  4. :O diiiiiiiiooooooossssss ! Tenes q seguirla porfavor porfavooor !!
    Besoooos xx cuídate poly :D

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