domingo, 31 de marzo de 2013

Capítulo 55°: "Ella es la mejor Reina Cisne que podrán ver".




—Nena, nada es culpa tuya, nada —afirmé con seguridad—. La desalmada es Jennifer y eso está claro. Además, el destino es el destino. Y aunque no conforme absolutamente a nadie, las cosas suceden por algo.
—Just… Ronan no le hacía nada a nadie —era muy cierto—. Él era un inocente.
—Pero la vida es así, cariño —sonaba frío, pero era real—. Siempre te diré lo mismo, pero debes mantenerte fuerte.
—Ya nada será igual —oírla decir eso, honestamente, me dolía.
—No te permitiré que eso suceda —porque así solo se hundiría en el dolor y eso era malo, muy malo—. Juro que no te dejaré caer. Tu vida será la misma. Seguirás cantando y harás la obra.
—Justin, no puedo —ella estaba negándose de dolor. Ella podía hacerlo.
—Claro que puedes, nena —la animé mientras conducía concentrado en el tráfico—. Yo estaré apoyándote. No debes cerrarte a pensar siempre en lo mismo. Debes distenderte y recuerda, a Ronan le haría feliz que tú seas feliz y eres feliz bailando y cantando, no debes dejarlo.
—Solo prométeme que no me dejarás caer —me pidió—. Júrame que no me abandonarás y estarás a mi lado, pase lo que pase —yo asentí con una pequeña sonrisa en el rostro.
—Te lo prometí anoche y te lo prometeré de nuevo —mil veces más si era necesario—. Voy a estar siempre contigo, ¿lo tienes? —la miré menos de un segundo. Ella asintió levemente con una mueca rara que ella llamaría sonrisa.



…Más tarde…



Nos habían mostrado una casa muy bonita, ni muy grande, ni muy chica. Perfecta para los dos solos, así que firmé el contrato de alquiler y le pagué los dos meses por adelantado que pedía el contrato. Solo nos quedaba buscar las cosas de la casa de ___________(tu nombre), mis cosas y mudarnos. Pero primero, debíamos almorzar, así que nos dirigimos a un restaurante del centro a hacerlo. Pedimos spaguetti y nos sentamos en una mesa de dos.


—No me has comentado nada de tu contrato con la disquera, Justin —me pareció extraño oírla hablar tranquilamente. Notaba que quería distenderse de tanta tristeza y no recordar a Ronan para no llorar.
—Pues, ¿quieres que te cuente? —le pregunté divertido, ella asintió.
—Por algo estoy diciéndotelo —se encogió de hombros divertida.
—Bueno —carraspeé un poco—, fue obra de Ryan, él mandó un audio mío a la disquera diciéndoles que si podían escucharlo, que era muy bueno. Efectivamente, me llamaron y me dijeron que querían grabar algo para probar. Les dije que lo pensaría y debo llamarlos, no lo sé —me encogí de hombros.
—¿Cómo que no lo sabes? —habló inquisitiva— debes decir que sí. Esas oportunidades casi no se dan.
—¿Cómo puedes decirlo? —le pregunté divertido— te han llamado tres disqueras y te haces la humilde —ella rodó los ojos.
—Sabes que odiaría la fama —eso solo lo decía ahora.
—Imagínate lo que yo la odiaría —ella me miró fijo—. No tengo estudios, tú sí. Tienes con qué defenderte. Yo solo tengo el talento en bruto.
—Es lo que menos les importa —me recordó ella—. Eres apuesto y ellos pueden hacerte estudiar mientras triunfas, no es un inconveniente —se encogió de hombros desentendida.
—Vamos, no podría ser famoso —le repetí, ella suspiró frustrada—. Además buscan a alguien que componga canciones y, no sirvo para eso.
—¿Cómo te atreves? —me preguntó ceñuda— Tocas piano, guitarra y batería, ¿qué te costaría hacer un poco de poesía? Quizás un vaso o dos de whisky, ¿eso es tan malo? —yo sonreí divertido ante su consejo de artista.
—Lo malo es que soy malo para la poesía.
—No puedes usar dos veces malo en la misma oración —yo solté una pequeña risa, ella me miró divertida—. Además, podría ayudarte a escribir —comentó.
—Se me acaba de ocurrir algo —ella arqueó una ceja algo curiosa.
—¿Qué cosa?
—Compraré un piano para nuestra nueva casa, así podré enseñarte a tocar —además, sería una buena forma de distender todo lo que pasó con Ronan.
—Sería lindo tenerte de profesor, Biebas —a veces ella me llamaba así, era gracioso.
—Hoy tienes ensayo —le recordé, ella asintió levemente.
—Vendrás conmigo, ¿verdad? —yo asentí rápidamente.
—Hasta el fin del mundo, bebé.



…Más tarde…



Habíamos entrado al teatro y ___________(tu nombre) se fue a cambiar para ensayar. Me senté en una de las butacas y veía como un grupo de chicas hacía el acto de los pequeños cisnes. Salía parejo y se veía precioso, pero estaba ansiosa por verla a ___________(tu nombre) haciendo del Cisne Blanco. Ella llegó vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=77430395&.locale=es.


—Bien, chicas —habló Pitt en voz alta desde el escenario—; el número sale bien, así que pueden sentarse —les indicó—. Tengo un anuncio por hacer —añadió—. Presten atención, por favor. Como todos saben dos semanas antes de estrenar, hacemos una reunión muy formal en el salón del Hotel Hilton. Allí presentamos la reina cisne de la temporada y hablamos con los invitados de honor que irán al estreno. Esta reunión será mañana por la noche y quiero que todo mi elenco esté presente allí —dijo mirando a ___________(tu nombre)—. En especial, mi reina cisne.
—Será todo un honor —sabía que por dentro a mi novia no le entusiasmaba nada la velada.
—Bien, los espero a las 20:00 a todos mañana en el Hilton —resumió el lugar y la hora Pitt—. Ahora es turno de verte hacer el solo del Cisne Blanco que debías preparar para hoy —claramente le hablaba a su reina cisne.
—Cuando desees, Emma —___________(tu nombre), le hizo un gesto con la cabeza y se ubicó en medio del escenario.


Emma le hizo un gesto a la orquesta para que comenzara, así que la música comenzó a sonar y ___________(tu nombre) a sentirse una reina cisne. (http://www.youtube.com/watch?v=cpsk0GPEI1U)


—Y bien, Emma —volteó ___________(tu nombre) a verla sonriéndole amargamente.
—Como siempre, cariño, nada que decirte —Emma quedaba muda cada vez que veía bailar a ___________(tu nombre)—. Seguiremos en el siguiente acto.


___________(tu nombre) bajó y se sentó a mi lado.


—Me acompañarás mañana, ¿verdad? —yo tomé su mano.
—Claro, princesa —le respondí—. Y descuida, iré de smoking —ella soltó una pequeña risa recostándose en mi hombro.
—¿Se ve bien? —me preguntó.
—Se te ve tan hermosa como un cisne, preciosa —besé su mejilla.


Luego de casi una hora y media más, nos fuimos del teatro. Pasamos lo que restaba de la tarde buscando las cosas para mudarnos y así lo hicimos. A las 09:00 p.m. llegamos a la nueva casa.


—Nena, necesito una opinión —ella volteó extrañada a verme. La veía tan decaída, necesitaba hacer algo para verla bien.
—¿Sobre qué cosa? —me preguntó tenue.
—Mmmh… —me acerqué a ella abrazándola por la cintura—, el estreno es en dos semanas, ¿qué dices si nos hacemos unas pequeñas vacaciones de dos o tres días en Hawai? —ella arqueó una ceja.
—No tengo ánimos de viajar, Just —mustió enredando sus brazos en mi cuello.
—Oww, vamos nena —besé la comisura de sus labios—. Debes distenderte —ella me miró fijo a los ojos—. No puedes negarte —añadí besando su cuello.
—Just, no es momento de…
—Nena, por favor —le pedí mirándola fijo—. Déjame hacerte feliz.
—Deberíamos irnos después de la velada de mañana —dijo monótona.
—Mañana va a ser una noche especial, lo prometo —ella me miró confundida.
—¿Qué harás?
—Deja todo en mis manos —le pedí. Ella besó mis labios dulcemente.





…Al día siguiente…





___________(tu nombre) bajó las escaleras vistiéndose así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=77436037&.locale=es, su cabello venía así http://m1.paperblog.com/i/144/1449672/peinados-tocados-L-1ex2fc.jpeg, traía un maquillaje natural y fresco, se veía distinta, pero muy preciosa.


—¿Y qué dices? —me preguntó sonriendo amargamente. Su humor era neutro desde la tragedia de Ronan y era entendible.
—Eres preciosa, nena —aseguré tomando su mano para que bajara los últimos dos escalones.
—Amo tu traje —me informó. Yo vestía un traje gris oscuro, camisa blanca, corbata negra y zapatos negros también.
—Vas a brillar esta noche, ¿lo sabes? —ella asintió levemente, estaba decaída.
—Esperaba que Ronan viera mi triunfo en el ballet, él deseaba mucho esto —odiaba profundamente verla así de triste.
—Él estará viéndote desde donde quiera que esté, bebé —acaricié su mejilla dulcemente y le robé un corto beso.
—Ya vámonos —me pidió—, Pitt odia la impuntualidad.


Salimos de casa y nos montamos en el automóvil, yo conducía.


—Ese color te queda espectacular, nena —saqué tema de conversación.
—Tengo curiosidad —confesó ella—. Jamás vine a una de estas veladas —confesó—. Dado a juzgar a que nunca estuve en una compañía de ballet.
—Podrías llegar al Bolshoi —realmente tenía condiciones.
—No soy como Svetlana Zakharova (una de las mejores, para mí la mejor, bailarina de ballet de origen ruso) para llegar al Bolshoi con diecisiete o dieciocho —me recordó.
—No eres Svetlana, pero eres ___________(tu nombre y apellido). Podrías hacerlo —me encogí de hombros. Nada era imposible.
—Es lo que siempre quise, hacer historia —confesó—, pero es mucho más difícil de lo que crees —añadió.
—¿Eso piensas? —le pregunté.
—Sí.
—Pues, ¿qué dirías si yo te digo que no es así? —le pregunté otra vez.
—¿Por qué lo dices?
—Porque en mí sí hiciste historia —era una real pena no poder mirarla ya que iba conduciendo—. Después de todo me enseñaste a amar, nena. Eso sí es hacer historia.
—Jamás creí que Justin Bieber sería tan dulce —habló en tercera persona.
—¡Oye, nena! —exclamé divertido— tengo mi parte ruda y mi parte dulce, recuérdalo —ella soltó una pequeña risa. La primera en estos dos días.
—Pero es rara tu parte tierna —me aseguró—. Más que nada que la digas, porque siempre eres un caballero conmigo y me tratas dulcemente.
—Eso sí fue raro —musité divertido—. Sabes, escucharte ser tierna es lo raro.
—¡Qué malvado! —musitó ella algo divertida— Me cuesta, sí. Pero contigo, debo serlo.
—Y amo que así sea —aseguré posando una de mis manos en su pierna.


Conduje los restantes 15 minutos en silencio. Noté que ___________(tu nombre) estaba nerviosa y era más que lógico, esta noche ella sería el centro de toda la atención de los presentes. Ser la Reina Cisne, en el mundo del ballet, era un gran requerimiento psicológico y físico, cosa que a ___________(tu nombre) no le había costado definitivamente nada.

Al bajar nos encontramos con una gran cantidad de lo que podrían llamarse paparazzis, solo caminamos por la alfombra roja, ___________(tu nombre) me llevaba de la mano. Al parecer sería un gran e importante evento.


—Tengo muchos nervios —confesó, yo la miré y le sonreí cálidamente.
—Estás preciosa y todo saldrá bien, ¿vale? —ella me miró temerosa. No me gustaba verla insegura, ella siempre había sido todo lo contrario y era raro encontrarla así— Solo relájate.
—No te alejes de mí —me pidió. Yo la abracé por la cintura.
—Buenas noches —saludó un mozo llegando a nosotros con una bandeja y dos copas de champagne.
—Gracias —musité luego de que tomáramos las copas.
—¡___________(tu nombre)! —se acercó exclamando Pitt.
—Hola, Emma —saludó mi novia intentando parecer feliz y simpática—. Él es Justin, mi novio.
—Un gusto —sonreí levemente.
—Sí —me sonrió Emma—, tú eres el hermano de Jazzy Bieber. Tu hermana tiene un gran potencial.
—Tiene una gran maestra —me referí a ___________(tu nombre). Pitt le sonrió a ella.
—No lo dudo —añadió Emma—. Esta es tu noche, cariño.
—Tengo miedo de fallar, Emma —confesó mi novia—. Honestamente, pienso que no voy a colmar expectativas.
—Vas a superarlas, querida —le aseguró Pitt—. Tienes demasiado talento, eres la mejor bailarina que tuvo esta compañía en todos sus años, ¿qué podría salir mal? —estaba muy de acuerdo con Emma Pitt.
—No lo sé —rogaba que ella no comenzara con su negatividad. Todo lo que había pasado últimamente la tenía muy agobiada—. Solo espero que todo marche de acuerdo a lo que tienes planificado, Emma.
—Y así será, cariño. Todo estará muy bien —aseguró Pitt—. Si me disculpan, debo ir a saludar —añadió retirándose.
—Luego de salir de aquí, tengo una pequeña sorpresa —le aseguré. Ella me miró divertida.
—¿Qué cosa, Justin? —me preguntó en un tono inquisitivo.
—Sorpresa, ¿no te dice algo? —dije irónicamente, ella sonrió divertida.
—Ya, vale —aceptó divertida—. Entendí lo que quieres decirme, no soy tan lenta.
—Claro que no eres lenta —musité divertido bromeando.
—Entremos —le pedí—, de seguro Emma me necesitará allí dentro luego —me explicó ella. Yo caminé junto con ella.


El salón estaba repleto de gente y sonaba El Lago de los Cines de Tchaikovski, todos hablaban arduamente. Era la típica reunión de película, donde la gente más adinerada se reunía por un acontecimiento cualquier a convertirlo en un acto protocolar y distinguido. Así era el ambiente de las puntas y los tutús.


—Sabes —me habló ___________(tu nombre) yo la miré mientras le daba un trago a la copa—, tengo ansias de estrenar.
—Siempre me atrajo el cisne negro, no quiero imaginarte bailando y seduciendo a todos, no será justo —bromeé. Ella me abrazó dulcemente por la cintura con su brazo libre.
—Eres un charlatán —aseguró ella algo divertida, aún así no era la misma de siempre—. Lo mejor de ser el cisne negro es que me siento tan identificada y me sale mucho más natural que el cisne blanco —era muy cierto. Aunque había trabajado para que el cisne blanco se le viera natural y lo logró.




—Su atención, por favor —habló Emma en el centro, todos callaron y voltearon a prestarle atención—. Como todos sabrán estamos reunidos aquí para anunciar la apertura de una nueva temporada en la cual aremos nuevamente “El Lago de los Cines” —anunció—. Este año tendremos una nueva reina cisne. Ella es una bailarina de excelencia. Jamás ha estado en una compañía hasta esta vez, pero es una gran coreógrafa, maestra y bailarina con sus diecisiete años. Mi nueva reina Cisne es ___________(tu nombre y apellido) —nombró a mi novia apuntándola, todos se voltearon a verla aplaudiéndola.
—Gracias, Emma —sonrió ___________(tu nombre)—. Es un gusto y un honor enorme que me hayan elegido como la Reina Cisne sin siquiera tener trayectoria. Estoy completamente agradecida y trabajo muy duro en hacer bien las cosas. Sé que la temporada será un éxito.
—¡Señores, ella es la mejor Reina Cisne que podrán ver!

Capítulo 54°: "No quiero que tú termines como Ronan".








—Venga —me habló Justin, yo sonreí divertida—, entremos. Hace frío aquí.
—Ya, entremos —accedí—. Te quedas a dormir, ¿verdad?
—Sí —respondió él abriendo la puerta. Yo pasé primero, mis ojos quedaron quebrantados y sentí como mi corazón se marchitaba al ver la escena en el living.
—¡Mierda! —masculló Justin.
—¡No, Justin, no! —grité volteándome a esconderme desesperada en su pecho mientras lloraba como una niña de dos años— ¡Dime que no es verdad! —le pedí a gritos desconsolados. Justin no tenía palabras.
—Nena, cálmate —me pidió viendo que estaba a punto de una crisis nerviosa grave—. No te alteres así.
—¡Dime que no es verdad! —le repetí desesperada— ¡Mataré a Jen, lo juro! La haré volar en pedazos —añadí desesperada. No podía quitarme esa imagen de la cabeza, ¡no podía ser cierto!— Justin, dime algo —le exigí.
—Nena, tranquilízate —me solté de él queriendo comprobar que había visto mal, pero al voltear la misma imagen apareció en mi vista.


La silla de Ronan tirada en el suelo, un poco más a la derecha mi hermano mayor yacía muerto, sí, muerto. Mi mundo se caía a pedazos, ¡no podía ser cierto! No podía estar pasando, Ronan muerto, ¡no era lógico! No era justo y no estaba dispuesta aceptarlo ¡Nadie más que Jen podría haber hecho semejante atrocidad como darle un disparo en el pecho!


(https://www.youtube.com/watch?v=eEHFmenl7sM escúchenla mientras leen)


Corrí hacia el cuerpo de mi hermano y me tiré a su lado abrazándolo por la cintura mientras lloraba, prácticamente, a gritos. Sentía un dolor inmenso en el pecho y una furia que corría por mis venas sin nombre alguno que pudiera describirla. No podía asimilar lo que estaba pasando, no era justo que pasara.


—Nena —me habló Justin y sentí sus manos apoyarse en mi cuerpo—, hagamos bien las cosas —me pidió con voz dulce y compasiva.
—¿Hacer qué cosas? —le pregunté volteándome a verlo mientras lloraba desesperada— ¡Si las cosas ya están hechas y las pagó todas Ronan!
—Cálmate —me pidió otra vez jalándome un poco haciendo que me pusiera de pie frente a él—. Debemos llamar a la policía para que den el acta de defunción —me recordó siguiendo el protocolo fríamente.
—No voy a hacerle funeral —aseguré enjuagando mis lágrimas—. No quiero que Jen aparezca esparciendo su hipocresía, solo quiero verla muerta.
—Nena —acarició mi mejilla—, quiero que te tranquilices, ¿sí? —me apretó entre sus brazos— las cosas estarán bien, solo conserva la calma, por favor.
—No puede estar muerto, Justin —protesté aferrándome con fuerza a su torso, él acarició mi espalda dulcemente.
—Mantén la calma —me pidió otra vez—. Te juro que Jen pagará por esto.



Narra Justin:



___________(tu nombre) estaba totalmente destruida, la policía había llegado momentos después de encontrarnos con la escenas. Hicieron muchas pericias, sobre todo por la forma de la muerte de Ronan, pero apostaba a que ellos sabían exactamente que detrás de esto estaba Jen y solo se encargarían de cubrir su puto trasero.

Nos esperaba una larga noche, por ello supe que tenía que estar al pendiente de ___________(tu nombre). En primer lugar, porque su estado era demasiado débil y conociéndola el suicidio sería su primera opción, ¡no la dejaría morir! Ni siquiera en las peores de mis pesadillas dejaría que eso sucediera; y en segundo lugar, Jen podría atacarla en cualquier momento. Después de lo que había hecho sabía que cumpliría con su plan.


—Vamos, te ayudaré a darte un baño y luego dormiremos un poco, ¿sí? —para esto ya casi eran las 03:00 de la madrugada.
—Justin —dirigí mi vista hacia ella que estaba recostada en la cama, yo estaba sentado a su lado—, prométeme que estaremos bien —acaricié su mejilla con mi dedo pulgar.
—Cariño, te prometo que no habrá más dolor —besé sus labios fugazmente—. No dejaré que nadie te haga daño y respecto a Ronan, piensa que donde él está ahora ya no hay más dolor, él está feliz y Jen no puede hacerle daño —sus ojos se empañaron rápidamente.
—Voy a ducharme —me avisó intentando no llorar, pero era obvio que lo haría Todo había pasado muy rápido. Jen estaba atacando sin dar lugar a defendernos y eso era muy malo.
—Vale, te espero aquí —ella acarició mi mejilla y besó la comisura de mis labios. Su tristeza se sentía a metros.


___________(tu nombre), entró al baño y yo me quedé recostado en su cama. Mis ojos ardían de ganas de llorar, también apreciaba demasiado a Ronan. Era un ser especial. Dulce y simpático, alguien digno de querer y mucho. Pero, honestamente, no podía mostrarme triste o angustiado delante de ___________(tu nombre). Debía apoyarla, darle amor y sobre todo protegerla con todo lo que soy, así eso me llevase a matar a alguien o hacer una locura.

No permitiría que nadie le tocara ni siquiera a ___________(tu nombre), sea quien sea. Iba a costarle muy caro querer herir a la mujer de mi vida. Oía perfectamente cómo caía el agua de la ducha y también lograba oír los suspiros ahogados de lágrimas que soltaba ___________(tu nombre). Me destrozaba el alma oírla así.

A los pocos minutos salió vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=77336688&.locale=es, traía su cabello recogido desprolijamente y unas enormes ojeras debajo de sus ojos cafés. Ella sin decir nada se recostó a mi lado acurrucándose en mi pecho.


—Cántame —me pidió ella, la miré algo extrañado—, cántame como le cantarías a un bebé para que duerma pacíficamente toda la noche —acaricié su espalda y aclaré un poco mi garganta.
—Across the ocean, across the sea
Startin' to forget the way you look at me now
Over the ocean and across the sky
Startin' to forget the way you look in my eyes
And for you, I would walk
A thousand miles
To be in your arms
Holding my heart

Oh I, Oh I...
I love you
Everything's gonna be alright, I
Be alright, I
Be alright, I...

Through your sorrow,
Through the fights
Don’t you worry 'cause everything's gonna be alright
All alone in my room

Waiting for your phone call to come soon
And for you I would walk a thousand miles
To be in your arms,
Holding my heart

Oh I, Oh I...
I love you
Everything's gonna be alright, I
Be alright, I
Be alright, I...

You know that I care for you
I’ll always be there for you
Promise I will stay right here
I know that you want me too
Baby we can make it through anything
Cause everything's gonna be alright, I
Be alright, I
Through the sorrow, through the fights
Everything’s gonna be alright
Be alright... —sus ojos se cerraban pacíficamente sobre mi pecho.


Poco a poco su respiración se fue haciendo más y más pesada, hasta caer dormida. Había sido un día largo y sobre todo, triste. Todo en su vida pasaba rápido y fríamente, sin duelo, sin tener la oportunidad de llorar las cosas que le hacían mal, guardándoselas para que le dolieran por mucho tiempo.

Estuvo dormida casi media hora, pero su cuerpo se exaltó y se despertó, alguna pesadilla quizás.


—Nena —la hablé mirándola—, está todo bien —añadí—. Estoy cuidándote.
—Justin, debes dormir —me recordó—. No podrás vivir despierto.
—Descuida, bebé. Estoy bien —ella suspiró profundamente.
—Soñé con Ronan —sus ojos se humedecieron y bajó la mirada para que no me diera cuenta. Solo la apreté contra mi pecho—. Voy a echarlo tanto de menos.
—También yo —solté para su sorpresa—. Pero la vida es así y no podemos cambiar lo que nos toca —y ojalá muchas veces sí pudiéramos. Todo sería tan fácil.
—Pero, ¿es justo que todo en la vida sea malo para mí? —su voz se había quebrantado y estaba a punto de llorar.
—Sabes, lo bueno de la oscuridad es que alguna vez deberás salir a la luz —porque a todos nos tocaría nuestra parte mala y nuestra parte buena. En menor o mayor escala, mucho más larga y unida o mucho más corta y en distintas etapas, pero todos teníamos lo nuestro—, ¿y quieres saber qué es lo mejor de todo esto, princesa? Que serás fuerte para cuando lo bueno llegue y sabrás disfrutarlo tanto y como puedas, porque sabes lo que duelen las profundidades.
—Prométeme que nada va a separarnos, Justin —ella acarició mi mejilla dulcemente.
—Te lo prometo, nena. Te aseguro que no voy a alejarme de ti por nada del mundo y que voy a protegerte de lo que sea —ella sonrió de lado tristemente.
—Te amo —era raro oírla decir eso, pero se sentía tan bien.
—También te amo —mucho más de lo que pensé llegar a hacerlo con alguna chica alguna vez, pero en realidad, amaba amarla así.
—Duerme —me pidió ella luego de suspirar hondo.
—También tú duerme —le pedí yo—. Yo estaré cuidándote.
—Pero quiero que duermas también —me pidió—. Si no me veré forzada a no dormir contigo —sonreí levemente.
—Está bien, cariño —accedí—. Buenas noches.
—Buenas noches, Justin. Te amo.
—Te amo —respondí.


Dado a juzgar el cansancio que ambos teníamos nos quedamos profundamente dormidos sin mucho regodeo.




Desperté naturalmente, ___________(tu nombre) estaba abrazada a mi cintura y su cabeza estaba recostada sobre mi pecho. Su olor me invadía, pero su expresión no era la misma ni siquiera dormida. No podía verla mal, simplemente me causaba una incomodidad extrema, no podía dejar que todo se quedara así.


—Creí que despertarías más tarde —musité al ver que abrió sus ojos.
—Ya no tengo sueño —su voz era ronca.
—¿Qué haremos hoy? —sus ojos estaban oscuros y sin expresión.
—Pues, pensaba ir por Jen —la veía tan convencida de lo que decía.
—No podemos —claro que no—. Jen estará esperando para que lo hagamos, así nos ataca sin regodeo alguno y sabes qué —suspiré levemente—, si nos ataca ahora, ganará.
—No puedo quedarme de brazos cruzados —entendía perfectamente su dolor y resentimiento.
—Lo entiendo, pero no puedes hacer las cosas ahora sin pensarlas detalladamente. Jen es peligrosa —podríamos vencerla, sí, pero no de ese modo.
—¿Y qué me aconsejas tú? —me preguntó inocente.
—Deberíamos irnos a vivir a otro lugar, por empezar —era lo más correcto.
—Justin, no tengo dinero para alquilar algo —me miró fijamente con sus ojos cafés.
—Descuida, nena —sonreí levemente acariciando su mejilla—, yo sí tengo dinero y voy a alquilar algo para los dos, ¿vale?
—Justin, tú no deberías estar en esto —me recordó ella—. Este es mi problema, es mi peligro.
—Y tú eres mi novia, la mujer que amo y no te dejaré pasar por toda esta mierda sola, ¿lo tienes? —sus ojos se humedecieron rápidamente.
—No quiero que tú termines como Ronan —al nombrar a su hermano, su voz se quebró y soltó una que otra lágrima—. No sería tan fuerte, no podría soportarlo.
—¡Oh, vamos nena! —le pedí abrazándola, no quería verla llorar. Me dolía— No va a pasarme nada, yo estoy para protegerte y los dos saldremos sanos y salvos de esta, ¿vale? —ella asintió acongojada.
—No quiero que te hagan daño —me recordó.
—Nadie va a hacerme daño, bebé —acaricié su mejilla—. Nadie, ¿sí?
—Está bien —dijo enjuagando sus lágrimas con sus puños.
—Va, cámbiate, ¿sí? —le sugerí— iremos a una concesionaria hoy, para alquilar un departamento o alguna casa, ¿vale?
—Vale —aceptó ella—, si quieres tengo algunas prendas tuyas en el placar, quedaron desde hace bastante —me sonrió tristemente—. Búscalas.
—Ya —le sonreí.


Ella se levantó de la cama y tomó algunas prendas, sin inhibición alguna se desnudó delante de mí y se cambió así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=77412895&.locale=es. Luego de cambiarse se dio vuelta y me pasó una remera de cuello en v negra, un jean azul y un suéter gris oscuro. Mientras ella se peinaba en total silencio yo me cambié.

Unos minutos después salimos del departamento. Subimos a su carro, yo conducía. Ella había confesado que no tenía ánimos de conducir, mucho menos la atención necesaria.


—Me gusta esa canción —confesó ella intentando matar el silencio. En la radio sonaba Heart Of Gold — Neil Young.
—Es muy bohemia —comenté, ella soltó un suspiro.
—Todo fue mi culpa —me confundí al oír eso, por eso esperé a que siguiera hablando—. Debía prestarle más atención, no separarme de él. Si yo no hubiese ido al ensayo de ballet, él estaría vivo —su voz era tenue y apagada. Triste.
—Nena, nada es culpa tuya, nada —afirmé con seguridad—. La desalmada es Jennifer y eso está claro. Además, el destino es el destino. Y aunque no conforme absolutamente a nadie, las cosas suceden por algo.
—Just… Ronan no le hacía nada a nadie —era muy cierto—. Él era un inocente.
—Pero la vida es así, cariño —sonaba frío, pero era real—. Siempre te diré lo mismo, pero debes mantenerte fuerte.
—Ya nada será igual —oírla decir eso, honestamente, me dolía.
—No te permitiré que eso suceda —porque así solo se hundiría en el dolor y eso era malo, muy malo—. Juro que no te dejaré caer. Tu vida será la misma. Seguirás cantando y harás la obra.
—Justin, no puedo —ella estaba negándose de dolor. Ella podía hacerlo.
—Claro que puedes, nena —la animé mientras conducía concentrado en el tráfico—. Yo estaré apoyándote. No debes cerrarte a pensar siempre en lo mismo. Debes distenderte y recuerda, a Ronan le haría feliz que tú seas feliz y eres feliz bailando y cantando, no debes dejarlo.
—Solo prométeme que no me dejarás caer —me pidió—. Júrame que no me abandonarás y estarás a mi lado, pase lo que pase —yo asentí con una pequeña sonrisa en el rostro.
—Te lo prometí anoche y te lo prometeré de nuevo —mil veces más si era necesario—. Voy a estar siempre contigo, ¿lo tienes? —la miré menos de un segundo. Ella asintió levemente con una mueca rara que ella llamaría sonrisa.






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Lindas, espero que les guste el capítulo :) Como les vengo diciendo últimamente, estamos casi terminando la primera temporada, pero… ¡no se alteren! Jaja, voy a escribir la segunda temporada, para que no me odien demasiado. Ya creo que me odian por tardarme en subir, no soportaría que me odien por no escribir dos temporadas jajaja.

Bueno, para adelantarles algo la segunda temporada se llamará: “Behind The Cold: ‘El Clán’”. No puedo decirles de qué tratará exactamente, jaja, pero descuiden. Pronto les daré la sinopsis. Espero que les guste, la verdad jamás me cansaré de decirles que son las mejores lectoras de tooodo el mundo, ¡las amo! Gracias por todo, aún no puedo creer que tengo casi 200 seguidoras y que estamos cerca de las 500.000 visitas.

¡Son grandiosas! Y honestamente, nada de esto habría sido realidad sin ustedes. Las amo y pronto les subiré capítulo.


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—Poly—




P/D: COMENTENN! :)

sábado, 30 de marzo de 2013

Capítulo 53°: "De la única manera que sufro es estando lejos de ti. Debes ser mía otra vez".




—No podemos dejar que Jennifer haga cualquier cosa aquí —Justin sabía algo y no estaba diciéndolo. Pero haría que confesara luego, primero debía hablar de lo de Samanta con él.
—¿Estás bien, verdad? —le pregunté. Él suspiró.
—Sí, nena —extrañaba oírlo decirme así. Debía admitirlo.
—Justin, hay algo que debo decirte —le aseguré.
—También yo —habló siguiendo mis palabras—. Estoy agradecido contigo, de que vinieras a salvarme y todo eso —oí como pasaba saliva, señal de sus nervios—, pero ___________(tu nombre), tienes razón. Debo apoyar a Samanta, debo dejarte ir y centrarme en lo que tendré de ahora en más. Debo centrarme en mi hijo —al parecer estaba madurando y tomándolo enserio.
—Justin tú… —intenté hablar.
—Déjame terminar, por favor —me rogó. Juro que imaginé su cara de desesperación al decir eso—. Te amo, como jamás amé a alguna mujer, pero no puedo estar contigo ___________(tu nombre). Ya no más.
—¿Me dejarás hablar? —cuestioné, quizás le extrañaba mi actitud. Solo pasaba que él no sabía lo que yo sí.
—¿Y tu orgullo? —cuestionó confundido—, ¿por qué no estás apuntándome con un arma o pegándome como un hombre enfurecido? —solté una risa divertida ante sus preguntas.
—Déjame decirte lo que tengo que decirte —le exigí, él suspiró.
—Venga, suéltalo —me pidió impaciente.
—No serás padre, Samanta no está embarazada. Por el contrario, fue todo una mentira de Jen —callé y hubo un largo silencio entre los dos.
—¿Estás segura? —cuestionó incrédulo segundos después— Porque todo parecía muy real.
—Justin, la propia Samanta me lo dijo hoy —sonreí mientras conducía—. Por un lado me pone muy feliz, ¿sabes? Pero eso no quita todo el daño que me hice yo misma gracias al dolor. Jennifer es una perra.
—Juro que no puedo creerlo —aseguró Justin—. Me da tanto coraje saber que fue una mentira solo para alejarme de ti.
—Pues, créelo —le sugerí acelerando el automóvil—, porque es lo cierto.
—___________(tu nombre) —me habló, no podía mirarlo, iba conduciendo—, ¿tú… tú piensas lo mismo que yo? —arqueé una ceja sin mirarlo.
—¿Huir de New York? —le pregunté dudosa.
—Me refiero a nosotros —sentenció Justin posando su mano en mi pierna.
—Justin, no es momento —le recordé—. Jen debe estar furiosa y sabes, no quiero morir sin antes verla muerta.
—Pero prométeme que no te alejarás —me rogó.
—No podría enfrentarla sola —sonreí levemente y lo miré menos de un segundo. Sus ojos ilusionados estaban clavados en mí—. Además, no quiero alejarme de ti, ¿o algo dice lo contrario? —él soltó un suspiro y aposté a que estaba sonriendo.
—¡Nena! —exclamó alterándose—, lo había olvidado.
—¿Qué cosa? —cuestioné confundida por su cambio repentino de ánimo.
—Debemos ir con urgencia a donde está Ronan —me informó—. No querrás saber lo que Jen quiere hacer.
—¿Qué mierda? —cuestioné furiosa, no permitiría que Jen le hiciera daño otra vez a mi hermano— ¡Jen no le hará nada a Ronan! —añadí desesperada.
—Cálmate —me pidió—. No puedes arriesgarte a hacer las cosas en una corazonada y que salgan mal —me recordó y sí, era cierto.
—¡No puedo aceptar que le haga algo a Ronan, Justin! —tenía un enorme nudo en el estómago, era odio y rencor— ¿Qué quiere hacerle? —le pregunté a Justin.
—Nena, a veces es mejor ignorar lo que nos hará mal, ¿sabes? —odiaba que hiciera eso con mi psicología.
—¡Justin! —protesté furiosa— Vamos, lárgalo. Sabes que estoy preparada.
—¡Nadie está preparado para la muerte, ___________(tu nombre)! —me informó alterado, pero había hecho algo mal. Había confesa inconscientemente.
—¡Mierda! —musité— No puedo creer que el odio de Jennifer llegue a tanto.
—Debes pensar fríamente —era fácil decirlo, ¿no? Pero cuando te tocan lo que amas, nada es fácil.


Guardamos silencio hasta llegar a mi departamento. Nos bajamos disparados, casi como el viento que nos cruzaba alrededor. El día era precioso, todo lo contrario a lo que pasaba por mi mente, mucho más por mi corazón. Solo rogaba que nada le pasara a Ronan. Solo eso pedía.

Subimos las escaleras con gran velocidad, ninguno de los dos decía palabra alguna. Saqué la llave de mi bolso y abrí la puerta. Todo estaba en orden al parecer.


—¿Y Ronan? —preguntó Justin. Volteé a verlo, realmente estaba destruido. Pareciera que lo habrían golpeado mucho.
—En su habitación —siempre estaba allí con Verónica. Yo me acerqué a Justin y pasé mi mano por su mejilla viendo de cerca sus moretones—, ¿estás seguro de estar bien? —elevé mis ojos hasta los suyos.
—Solo me duele un poco —afirmó y sentí como sus brazos se posaban en mi cintura, extrañaba sentir su calor y su aroma cerca de mí.
—Justin, voy a ver a Ronan en su habitación y me daré un baño —le expliqué—, ¿me esperas? —él asintió.
—Toda la vida —sonrió levemente acariciando mi mejilla.


Me alejé de él contra mi voluntad, pero no era momento para solucionar lo nuestro. Primeramente, necesitaba solucionar mi vida y luego sí, podría solucionar lo de él. Me acerqué a la puerta de la habitación de Ronan y se oían charlando con Verónica, no quería irrumpirlos. Me dirigí al baño y me metí bajo la ducha, luego de bañarme, me dirigí a mi habitación y me vestí así http://www.polyvore.com/jsr/set?id=77014194,  até mi cabello en una coleta alta y algo desprolija, decidí no maquillarme. No tenía ánimos de arreglarme demasiado, así que tomé mi teléfono y salí a la sala, Justin estaba recostado dormido en el sillón.

Me senté en el suelo a su lado y pasé tenuemente mi mano por su cabello. Lo veía tan golpeado y me daba lástima. Todo había sido mi puta culpa desde su pelea con Pattie hasta estar secuestrado, quién sabe todo lo mal que se sintió durante las últimas semanas, ¡no podía seguir allí! Todo lo que él había dicho en el auto respecto a nosotros, tenía una razón y era: “El dolor”. Yo iba a lastimarlo como fuera, porque era lo único que lograba hacer, no había de otra.


—Extrañaba tu aroma a flores —musitó sin abrir los ojos con un hilo de voz y una semi-sonrisa en su rostro.
—Creí que dormías —susurré algo apenada al encontrarme con sus ojos miel mirándome fijamente.
—¿Me dejas quedarme aquí? —yo asentí levemente.
—Sí, Justin —afirmé—. Para mí es mayor seguridad y para ti un problema menos —por Pattie comentaba.
—Necesito hablar con Samanta —me extrañó oírlo decir eso.
—Yo creí que…
—No es por eso, nena —arqueé una ceja algo confundida—. Quiero que sepa que estaré contigo, porque sé que todo es mentira.
—Justin, no…
—No vas a decirme que no, nena —me advirtió—. Ya no hay nada que pueda separarnos.
—Jen sí —hablé con firmeza, sus ojos se enfurecieron.
—Eso no sucederá —me aseguró él acariciando con su mano mi mejilla. Su tacto me electrizaba.
—No me hagas esto —le pedí con los ojos húmedos. Mis labios temblaban ante la tentación y sentía como él necesitaba besarme.
—Vamos, nena —suspiró levemente—, te deseo tanto como tú a mí —sentí como las lágrimas bajaban por mi mejilla.
—No quiero lastimarte, Justin —comenté mirando el suelo—. No quiero verte sufrir más por mí culpa.
—De la única manera que sufro, bebé, es estando lejos de ti —mi respiración se aceleró cuando sentí suavemente sus labios rozarse con los míos—. Debes ser mía otra vez —susurró sobre ellos.


Cerré mis ojos deseosa de que me besara. Los labios de Justin acorralaron los míos con pasión. No podía contener toda la emoción que sentía en mi cuerpo, ¡lo había extrañado demasiado! Sus labios jugaban con los míos dulcemente, jamás me había besado con tanta ternura. Sentía su amor en ese beso, solo amor.


—No te alejes, por favor —me rogó y acarició mi mejilla—. No te alejes.
—Te amo, Justin —le dije por primera vez, él sonrió ampliamente y besó mi frente.
—También te amo, nena —yo le devolví la sonrisa.
—Justin —musité su nombre y lo miré fijamente—, quiero que me acompañes a hablar con Pitt hoy mismo —él arqueó una ceja confundido.
—¿Qué? ¿Para qué? —preguntó algo curioso.
—No haré la obra —por mucho que me doliera.
—¿Qué? —cuestionó asombrado— ¡Claro que no! —añadió en modo de regaño— Harás la obra, porque sé que es lo que más quieres desde hace mucho, así que hoy irás con Pitt, pero a ensayar.
—Pero Justin yo no…
—Venga —me pidió—, es lo que más quieres, ¿por qué te negarías a hacerlo?




…Más tarde…




Justin me había acompañado al estudio donde tenía ensayo con Pitt. Ya tenía aprendido y perfeccionado todos los actos del Cisne Blanco, creí que iban a costarme pero no fue así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=77071033&.locale=es en lo absoluto; me salieron con total facilidad y perfección. Ese día me tocaba hacer al menos dos actos del Cisne Negro. Salí vestida así al escenario, lista para comenzar. Justin miraba desde las butacas.


—¡Qué sorpresa! —exclamó Pitt y me sonrió— Creí que hoy no tendría a nadie para bailar hoy.
—Me siento el cisne negro hoy —comenté sonriendo, ella soltó una pequeña risa. Estar en el teatro me llenaba el alma.
—Eso es genial —afirmó—, porque ya tenemos esas variaciones modificadas para ti y tus atributos —se refería a mis puntos fuertes en el baile.
—Pues, comencemos —le pedí.




http://www.youtube.com/watch?v=WiS4n4RSuVY , mis pies flotaban y mis brazos se elevaban en el aire libremente, pero mi mente estaba atada al suelo con peso y sentimientos horribles en ella. Mi corazón estaba oprimido en mí, mi mente estaba en negro y sentía mi cuerpo sucio y deseoso de hacer sufrir a Jen. El dolor era un mal consejero, una mala vivencia que no dejaba al futuro fluir con naturalidad y paz interior. Simplemente, estaba en lo más bajo de mí. Tenía un sentimiento oscuro en mí, como un mal presentimiento, algo que me inquietaba por completo y debía solucionarlo.




—Eres increíble allí arriba —aseguró Justin mientras rodeaba mi cintura con su brazo—. El escenario es tu lugar, ¿no lo crees? Cantando, bailando —añadió con orgullo.
—Mi lugar eres tú ahora, Justin —vi una sonrisa esbozarse en su rostro. El crepúsculo se le veía tan lindo.
—Mudémonos —me pidió él. Lo miré detenidamente, otra vez, él no estaba bromeando. Hablaba enserio.
—Primero veré muerta a Jen —sentencié con odio, entonces la llama de odio se encendió en mí.
—Algo me dice que no es lo que quieres —susurró cerca de mi oído, arqueé una ceja y lo miré confundida.
—¿De qué hablas? —pregunté mientras emprendíamos el camino a mi departamento.
—Lo que tú quieres es solo un poco de paz, quieres ser feliz y que eso cueste tanto te llena de odio —jamás nadie había sido tan sincero conmigo.
—No asimilo cuánto daño más puede hacerme Jen, sabes —suspiré levemente y recosté mi cabeza sobre su hombro—, todo en mi vida ha sido difícil, pero este último tiempo, honestamente, no tiene comparación.
—¿Por qué lo hiciste? —me preguntó, yo arqueé una ceja, Justin me confundía muy a menudo— Digo, meterte con Zayn y volver al ruedo de las drogas —suspiré intentando olvidar esa pequeña parte de mi vida.
—Solo intentaba hundirme, borrar todos mis recuerdos —le aseguré, Justin suspiró.
—¿Dejas que te pida algo? —cuestionó, asentí sonriéndole levemente.
—¿Qué vas a pedirme? —le pregunté, él sonrió levemente.
—Cántame algo —me pidió, sonreí divertida.
—I will mourn tears of blood (Voy a llorar lágrimas de sangre)
For this love (Por este amor)
I will mourn tears of love (Voy a llorar lágrimas de amor)
In this life (En esta vida)
Now there's nothing to buy it (Ahora no hay nada que lo compre)
I'm in you (Estoy en ti)

Bloody New York (Sangriento New York)
In my veins tonight (En mis venas esta noche)
The roulette Play (Juego la ruleta)
Whereas your face appears in the middle (Mientras tu cara se aparece en medio)
I have no money and no interest (No tengo más dinero y no interesa)
Tonight someone will take (Esta noche alguien va a llevarme)

There is no nothing I want more (No hay nada que quiera más)
Just kiss your lips (Solo besar tus labios)
But there is a dream expecting baby (Pero hay un sueño esperando, bebé)
Nothing I can lose (Nada que pueda perder )
In your eyes tonight (En tus ojos esta noche)
Just let yourself go (Déjate llevar)

I will mourn tears of blood (Voy a llorar lágrimas de sangre)
For this love (Por este amor)
I will mourn tears of love (Voy a llorar lágrimas de amor)
In this life (En esta vida)
Now there's nothing to buy it (Ahora no hay nada que lo compre)
I am in you, in you (Estoy en ti, en ti)

I have in my eyes (Tengo en mis ojos)
That bullet of whiskey (Esa bala de whisky)
And my hands shake (Y mis manos tiemblan)
With the touch of your skin (Con el tacto de tu piel)
Night falls on my shoulders brash (La noche cae sobre mis hombros insoltente)
Tonight someone will take (Esta noche alguien va a llevarme)

I was born to live fast (Nací para vivir rápido)
Running at night (Correr la noche)
If there shine in your eyes, baby (Si en tus ojos hay brillo, bebé)
Nothing to lose without playing (No hay nada que perder sin jugar)
I can not miss being so Young (No puedo extrañarte siendo tan joven)

I will mourn tears of blood (Voy a llorar lágrimas de sangre)
For this love (Por este amor)
I will mourn tears of love ( Voy a llorar lágrimas de amor)
In this life (En esta vida)
Now there's nothing to buy it (Ahora no hay nada que lo compre)
I am in you, in you (Estoy en ti, en ti)






—Venga —me habló Justin, yo sonreí divertida—, entremos. Hace frío aquí.
—Ya, entremos —accedí—. Te quedas a dormir, ¿verdad?
—Sí —respondió él abriendo la puerta. Yo pasé primero, mis ojos quedaron quebrantados y sentí como mi corazón se marchitaba al ver la escena en el living.
—¡Mierda! —masculló Justin.





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¡Bien, lindas! :) Vi que algunas me preguntaron cuántos años tiene Jazzy, pues en la vida real creo que tiene 5 o 6, pero en la novela Jazzy tiene 13, casi 14. Y sí, sabe conducir! :)
Bueno, como verán estamos cerca del fin de la temporada, así que intentaré subir capítulo hoy a la noche o mañana.
Las amo! :)






—Poly—




P/D: COMENTENN!

miércoles, 27 de marzo de 2013

Capítulo 52°: "Tonto es quien ignora lo que tiene a su lado".

"Lo ignoras, hasta que lo necesitas".



—Es una lástima que te hayas puesto en mi contra, Reckless (peligroso) —sonreí cínicamente, hablaba con voz seductora. En nada se equivocó Dolly cuando mencionó que era una perra. Lamentablemente, me hacía acordar a ___________(tu nombre) cuando recién la conocí.
—Yo no estoy en tu contra, Jen. Simplemente, estoy cubriendo a ___________(tu nombre) de tu demencia, mujer —sus ojos estaban clavados en los míos, seguramente notaba que yo hablaba con la verdad. En ese momento envidiaba a ___________(tu nombre) y su virtud de esconder todo sentimiento de su expresión facial, mucho más de sus ojos.
—Alguna vez entenderás todo Justin y te arrepentirás —arqueé una ceja burlista y sonreí de lado.
—¿Entender que eres una narcisista demente? —negué con la cabeza divertidamente, por así decirlo— No, Jennifer. Eso jamás nadie, incluso yo, voy a entenderlo. Hasta el animal más cruel y depredador protege a su hijo, en cambio tú… te empecinas en hacer sufrir a Ronan, a Samanta y en especial a ___________(tu nombre). No sé cuál es tu puto problema, pero enserio, vas a sufrir también tú —mágicamente, agachó su vista y quedó leves segundos en silencio.
—Prepárate, Justin —me advirtió—. Porque Jazzy y ___________(tu nombre) deberán salvarte, si sobreviven —sonrió cínicamente y salió.


Estaba pasmado, juraba mentalmente que si le tocaba un solo cabello a Jazzy iba a reventarla cuán hormiga pisada por un humano. La haría morir de una forma miserable, así tuviera que pasar el resto de mi vida en la cárcel. Jen no iba a lastimar a ___________(tu nombre), mucho menos a Jazzy.

Maldita Jennifer, no solo le bastaba con sus hijos y su infelicidad, ella quería ver infeliz a todo el mundo, era tan absurdo, ¡demasiado absurdo! Pero por muy absurdo que fuera eso me llenaba de odio, ira, rencor, un sentimiento increíblemente repugnante y lleno de maldad que crecía a cada segundo y lo único que sentía era la necesidad de ver sufrir a Jen. Solo rogaba que no le hiciera nada de nada a Jazzy, absolutamente nada.

No sabía qué puta hora era o si era de día o noche. Mi noción del tiempo era nula y honestamente, no tenía idea de dónde diablos estaba metido.




Me desperté unas horas después o eso deduje. Me dolía el cuerpo y había descansado demasiado poco, honestamente estaba con el humor dado vuelta. De repente la puerta de la habitación se abrió otra vez, pareciera que fuese telepatía, tal vez había despertado por algún ruido proveniente del exterior, solamente solté un suspiro y Jennifer apareció sobre mi vista.


—Buenos días, Bieber —dijo altanera.
—Hola, perra —saludé. Ella rió burlista y se paró frente a mí tomándome por el cabello.
—Voy a contarte un par de cosas, hijo de perra —sonrió maliciosamente—. Sé que te agradará oírlo.
—Nada de lo que digas va a interesarme —jugaba con mi psicología como para debilitarme, honestamente me daba odio.
—Planeo hacer sufrir a ___________(tu nombre) —aseguró—. Descuida, el hijo de Samanta estará bien —rió burlista y cínica a la vez, ella estaba haciéndome llegar a mi límite.
—Eres tan repugnante.
—Mataré a Ronan —soltó con total naturalidad, mi mente quedó en blanco y no logré decir nada—. Es el punto más débil de ___________(tu nombre), cuando lo mate ella decaerá tanto que dejará que la mate con total facilidad. Dos pájaros de un tiro —sonrió triunfante, me salió de muy dentro de mí escupir en su cara. Con asco ella sacó mi saliva de su cara.
—Eres tan idiota, Jennifer —negué con mi cabeza incrédulo—. Ronan es un ser inocente que solo irradia luz y felicidad, ¡no puedes matarlo!
—¿Crees que no? —cuestionó en tono de desafío— Claro que puedo.
—Tu moral, debería no permitírtelo —corregí mi idea. Pero pensándolo, era algo ilógico hablar de moral con ella.
—Sabes —sonrió cínicamente—, amaré destruir a ___________(tu nombre).
—¿No consideras la idea de que las cosas salgan al revés, Jennifer?
—Eso jamás sucede, Reckless —odiaba que me apodaran así. Eso era parte de mi pasado. Mi oscuro y peligroso pasado.



Narra ___________(tu nombre):



—¿Qué quieres decir con que Jen tiene a Justin? —cuestionó por segunda vez mi hermana, al parecer era corta de alcance.
—¡Lo que estoy diciendo, Samanta! —grité exasperada— La puta de Jennifer tiene secuestrado a Justin, ¿lo tienes ahora? —sus ojos azules estaban impactados y su expresión era atemorizada—, ¿qué tienes? —sabía que no le preocupaba Justin, porque si no estaría llorando. Más bien algo pesaba en su conciencia.
—___________(tu nombre), hay algo que debo decirte —musitó seria, casi con  un hilo de voz.
—No es hora de juegos, Samanta —le recordé—. Justin corre peligro —ella volvió a suspirar. Esperaba que dijera algo.
—No estoy embarazada —afirmó soltándolo de golpe, mi expresión era impresionada, no podía creerlo, ¿hablaría enserio?
—¿De qué puta hablas, Samanta? —cuestioné yo esta vez, no podía procesar bien lo que había ido. Juré estar equivocada, juré oír mal.
—No estoy embarazada —repitió—. Fue todo un invento de Jen para hacerte sufrir a ti, a Justin y a mí también, honestamente, yo jamás quise hacerte daño así, hermana.
—¡No puedo creerlo! —exclamé frustrada— Jen no tiene límites.
—Lo peor es que va a lastimar a Justin ahora —seguramente sería así.
—No puedo creerlo, Samanta —mi corazón brincaba de felicidad, pero me cagaba en tanto odio. Jodidamente, no podía hacer nada por cambiar las cosas, mucho menos por borrar todo mi sufrimiento y mi regreso a la mala vida—. No puedo creer toda la mierda que me he comido por nada, mucho menos todo lo que han hecho sufrir a Justin —negué mi cabeza ofuscada. Estaba a punto de una crisis nerviosa.
—Mantén la calma —me pidió Samanta tomando mi brazo—, no puedes hacer las cosas ahora porque sabes que no piensas con claridad. Lo importante ahora es sacar a Justin de donde quiera que esté.
—¿Y cómo esperas encontrarlo? —cuestioné nerviosamente— No puedo hacer nada ahora, porque no sé dónde puta está Jennifer ahora, mucho menos dónde está Justin.
—Lamento mucho todo, ___________(tu nombre), pero justo ahora tomé el coraje como para enfrentar a Jennifer, lo lamento —poco servía, ¿no?
—¡Me vale mierda ahora! ¿Sabes? Lo único que calmará todo lo que siento es ver a Jen con un tercer ojo en su frente —claramente, me refería a un disparo—. No me quejaré contigo, sé que después de todo estar bajo la presión de Jennifer no tiene escapatoria, pero nada, absolutamente nada, hará que mis sentimientos cambien. Me ha hecho demasiado daño y realmente, solo verla muerte me dará paz —soné tan psicópata, tan parecida a Jen, pero no podía pensar de otra manera.


Salí casi como el viento de mi antigua casa que me traía tanto asco y malos recuerdos a la mente. Me subí al auto con una mezcla de sentimientos demasiada rara. No podía pensar, pero tampoco actuar porque no tenía medios. Había estado toda la madrugada vagando sin rumbo, con uno o dos tekilas encima. Mi hígado era débil aún, pero me importaba una mierda lo que pudiera pasarme. Ya nada podía ser peor. No podía dejar de pensar que Justin estaba en peligro.

Era un alivio saber que no sería tía, que Samanta no estaba embarazada y que si Justin salía bien de esta, podría ser lo mismo que antes. Quizás no igual, pero tal vez lo mejor posible. Pero antes, debía quitarme mi única amenaza, debía hundir a Jennifer tres metros bajo tierra.

Conduje vagamente hasta un bar. Estaba totalmente ofuscada y mucho peor me había dejado la noticia que Samanta me había dado. No pensaba en nada que no fuera Justin, pero necesitaba pensar las cosas más fríamente aún. Mientras fumaba un cigarro y bebía una taza de café, una idea apareció en mi cabeza fugazmente. Obviamente, Jennifer tendría a Justin como llamador para que yo vaya a buscarlo y capturarme. Dado eso, tenía que ser en un lugar que yo conociera y adivinen qué, su único escondite que yo conocía era su central. Dejé un par de dólares bajo la taza, tomé mi bolso y salí del bar con velocidad.

En la radio del automóvil sonaba “The Night Before – The Beatles”, no podía dejar de asociar su letra con la cara y las acciones que habían pasado entre Justin y yo. Las calles en la mañana de New York solían ser movidas, pero estaban toscas y vacías hoy. Quizás, por el hecho de que era víspera de navidad, pues esa misma noche era Noche Buena. Aparqué frente al viejo edificio donde supuse que estaba Justin y entré con mi arma en manos.


—¡Maldito! —grité con odio al ver a Alex en una habitación con Justin sentado frente a ella.
—Creí que jamás vendrías —sonrió con cinismo el rubio de ojos celestes, los ojos de Justin me veían sorprendidos.



Narra Samanta:



Las noticias llovían a casa como si fuera algo bueno y juro que me daba odio ver a mi padre sentado en el sillón leyendo su libro de prácticas de vida, tranquilo, como si nada sucediera. Comenzaba a parecerme a ___________(tu nombre), siempre quejándose, pero ahora entendía lo que ella sintió durante toda su vida. Jamás presté atención a toda la mierda que ella vivía, jamás pensé que doliera tanto.


—No te inmuta en lo más mínimo —mi padre alzó la vista y sonrió desentendido.
—¿De qué hablas, princesa? —negué con la cabeza sonriendo incrédula.
—¿Sabes todo lo que está pasando? —él se encogió de hombros— Pues, también es tu culpa.
—Deberías agradecer que después de todo tu madre te mantiene mínimamente a salvo a ti —era increíble su cinismo.
—¡Eres un egoísta! —estaba afligiéndome. Jamás esto me sucedía, pero en realidad sí quería a ___________(tu nombre) y me importaba lo que fueran a hacerle— Es tu hija, lleva tu sangre, ___________(tu papá).
—Hijo es a quién quieres, no esa mierda que trajimos al mundo —mi cuerpo se tensó, la ira me corría en las venas como pocas veces me pasaba.
—¿Y dices eso mismo de mí, padre? —cuestioné despectivamente gritándole.
—Eres tan tonta, Samanta, que jamás te diste cuenta que te queremos por ser una princesa que se conforma con unos cuantos dólares —auch, eso sí dolió.
—¿Crees que es bueno que escuche eso, querido padre? —escupí con total asco— Déjame decirte que es mejor ser una tonta a tener un hueco negro en vez de un corazón, porque es como tú eres. Eres un desalmado, ___________(tu papá).
—¿Vez? —sonrió cínicamente acomodándose en su asiento—, es lo que acabo de decir, eres una tonta.
—¡Ya deja de llamarme así! —grité con ira— Tonto es quien ignora lo que tiene a su lado, ¡como tú, imbécil! —y sí, estaba con un ataque de nervios— Yo no soy una tonta, ¿sabes? El idiota, eres tú.
—¡Cierra la boca, Samanta! —me ordenó él.
—¡Púdrete! —le respondí sin interesarme lo que él dijera— Si algo le pasa a Justin o a ___________(tu nombre), yo me voy a encargar de que Jen y tú caigan, ¿lo entiendes?



Narra ___________(tu nombre):



—¡Las cosas van a acabar aquí! —aseguró Alex y sonrió cínicamente. Justin estaba a punto de explotar si el tipo se ponía a hacerme algo.
—¿De qué cosas hablas, pendejo? —miré levemente a Justin, estaba agobiado. Se veía cansado, tenía moretones y algunos rasguños. Me daba demasiada lástima— No hay ninguna cosa que deba acabar, por el contrario. Aquí comienza todo —le aseguré y sonreí apuntándolo con el arma.
—Es la tercera vez que te tengo en esta situación frente a mí, nena —su voz era demasiado arrogante—, ¿cuándo jalarás el gatillo, querida?
—Cuando se me canten las pelotas —hablé con seguridad. Justin no quitaba los ojos de mí. Fue cuando me percaté de que Alex se estaba acercando a mí.
—¡Le pones una mano encima y juro que te cortaré las pelotas, imbécil! —gritó Justin desesperado forcejeando en la silla.
—Venga, Bieber —sonrió cínicamente Alex—. Deberías aprender a compartir. Tú elijes, me quedo con ___________(tu nombre) o voy por Jazzy —rogué que eso fuera mentira, que ese último nombre yo lo hubiera escuchado mal. Pero no, ¡no era así! Por desgracia, se había metido con el punto más débil de Justin y eso era peligroso. Justin, era peligroso.
—¡Cierra la boca, imbécil! Porque voy a joderte la puta vida, juro que no servirás para mierda después de que te agarre. Llegas a hacerle algo a Jazzy y voy a matarte —mi único anhelo era sacarlo de allí y hablar con él. Explicarle todo.
—¿Dónde está metida la puta de Jen? —pregunté mirando fijamente a Alex.
—¿Jen? —cuestionó Alex, luego sonrió con cinismo— ¡Hablas de tu madre! —rió divertido.
—¿Quieres jugar, Alex? —le pregunté burlista— También sé hacerlo y mucho mejor que tú, porque las últimas dos veces, te gané, ¿lo olvidas? —sonreí llena de odio y furia.
—No pasará esta vez —dijo con narcisismo—. Sé como juegas.
—¡Fue un gusto, Alex! —ya no necesitaba perder el tiempo. Gatillé y di la bala justo en medio de su pecho. Odiaba a ese tipo, pero el infierno valdría más si él ya no estaba aquí.
—¡Mierda, nena! —exclamó Justin, volteé mirando que nadie viniera aún. Supuse que estaba solo Alex de guardia, así que me acerqué a Justin para desatarlo— Se vio tan sensual.
—No es hora de esto —musité desatando sus manos para dirigirme a sus pies luego—. Necesitamos huir y lejos. No hay tiempo.
—Jamás esperé que vinieras a rescatarme —tomó mi cara por mi mentón haciendo que mirara su rostro con algunos moretones y grandes ojeras bajo sus ojos miel. Él sonrió levemente—. No había nada que deseara más que tú estuvieras bien.
—Sabes que sé defenderme —musité nerviosa y volví mi vista al nudo—. Pero, venga, no es lugar para hablar de esto. Debemos irnos, rápido —añadí.


Justin se puso de pie débilmente y yo jalé de su brazo, corrimos a través del pasillo y nos subimos al auto. Arranqué el auto y comencé a conducir. Sentía como los ojos de Justin estaban clavados en mí.


—Toma mi bolso —le pedí—, y busca mi celular allí dentro —añadí doblando en una avenida.
—¿Y ahora? —lo oí preguntar, suspiré intentando relajarme.
—Primero pásame un cigarro —le exigí, pocos segundos después él posó el cigarro en la boca. Lo calé y lo tomé con una de mis manos, con la otra manejaba el volante aún. Sentí mis músculos relajarse, era justo lo que necesitaba—. Ahora márcale a Chaz, dile que necesitamos irnos.
—No podemos —miré leves segundos a Justin confundida, luego volví la vista al autopista.
—¿Qué cosa?
—No podemos dejar que Jennifer haga cualquier cosa aquí —Justin sabía algo y no estaba diciéndolo. Pero haría que confesara luego, primero debía hablar de lo de Samanta con él.
—¿Estás bien, verdad? —le pregunté. Él suspiró.
—Sí, nena —extrañaba oírlo decirme así. Debía admitirlo.
—Justin, hay algo que debo decirte —le aseguré.
—También yo —habló siguiendo mis palabras—. Estoy agradecido contigo, de que vinieras a salvarme y todo eso —oí como pasaba saliva, señal de sus nervios—, pero ___________(tu nombre), tienes razón. Debo apoyar a Samanta, debo dejarte ir y centrarme en lo que tendré de ahora en más. Debo centrarme en mi hijo —al parecer estaba madurando y tomándolo enserio.
—Justin tú… —intenté hablar.
—Déjame terminar, por favor —me rogó. Juro que imaginé su cara de desesperación al decir eso—. Te amo, como jamás amé a alguna mujer, pero no puedo estar contigo ___________(tu nombre). Ya no más.
—¿Me dejarás hablar? —cuestioné, quizás le extrañaba mi actitud. Solo pasaba que él no sabía lo que yo sí.
—¿Y tu orgullo? —cuestionó confundido—, ¿por qué no estás apuntándome con un arma o pegándome como un hombre enfurecido? —solté una risa divertida ante sus preguntas.
—…

lunes, 25 de marzo de 2013

Capítulo 51°: "Entonces será tu destino morir por amor gracias a la perra de mi hija mayor".





Pasé la tarde junto con Ryan y Thomas, luego regresé a casa cuando casi eran las 08:30 de la noche. Me tiré en mi cama, Ronan estaba por acostarse, más bien Verónica estaba por acostarlo. Me dolía la cabeza y estaba demasiado deprimida como para componer o cantar. Honestamente, no podía hacer más que pensar en Justin.

Había oído todo lo que había dicho hacía dos días en el hospital. Desde que dijo que dejaría de lastimarme, ya no lo vi. Ni siquiera sabía qué era de él, honestamente, no sabía nada. Absolutamente nada. Me daba odio e impotencia, pero sabía que era lo mejor, viéndolo solo cagaba las cosas y me hacía mal a mí misma. Extrañaba con mi vida a Justin y lo único que podía hacer, era aferrarme al recuerdo o a la esperanza de que el futuro nos uniera, porque de su parte sabía que no volvería. 

Mi teléfono vibró a mi lado, lo tomé entre mis dedos casi sin ganas de leer algún mensaje de quien fuera o hablar con alguien. Vi en la pantalla que un número privado estaba llamándome, me extrañó ver eso. Apreté el verde y llevé el teléfono hasta mi oreja.


#Vía telefónica#
—¿Aló? —hablé sin ánimos.
—Señorita ___________(tu apellido) —la voz de quien hablara se notaba odiosa y cínica.
—¿Quién diablos habla? —mi humor no favorecía a nadie, era notorio.
—No es manera de hablarme esa, ¿no lo cree? —carraspeé y solté una carcajada cínica.
—¿Quién puta eres? —reformé mi pregunta.
—No interesa eso, bebé —mi ira creció cuando oí decirme así—. Sabes, a que no adivinas a quien tengo ahorita mismo conmigo —mi corazón se detuvo y pensé breves segundos, pero Ronan estaba en casa.
—¿A quién? —cuestioné divertida—, si Jen quiere hacerme tambalear, debe saber que no podrá.
—No es Ronan quien está conmigo —soltó una risa cínica—. Es alguien a quien amas mucho, nena.
—¿De quién hablas? —pregunté temerosa de la respuesta.
—Justin manda saludos, pequeña perra —mi corazón se detuvo y tuve ganas de morirme en ese mismo momento. Jen, ya se había metido con Justin, ¡jodida puta!
—¡Demuéstralo! Demuestra que tienes a Justin —le exigí desesperada.
—Bieber, habla —oí decir lejos del teléfono—, tu reina quiere oírte.
—¡___________(tu nombre)! No intentes nada, te harán daño —fue lo único que oí decir, al parecer lo callaron luego, pero definitivamente era él. La sangre en mis venas hervía y corría veloz, ¡tenía odio en mi interior! Solo odio.
—¡Maldito! —grité a través del teléfono— Justin no tiene nada que ver en los problemas que yo tengo con Jen, ¡jodidos!
—Con más respeto, florcita —me llenaba de asco—, ¡el único que dice cosas ahora, soy yo!
—No tienes la puta idea de lo que soy capaz de hacer si te metes con quienes quiero, maldito —escupí con ira.
—Recuérdale eso a Jen, ¿qué dices? —me ofreció burlista.
—¡Jen es una puta! —cosa que no era novedosa para nadie— y Justin no tiene la culpa de que mi propia madre intente destruirme, suéltalo —le exigí a través del teléfono.
—Ven tú por él, nena —me sugirió para colgarme la llamada.
#Fin vía telefónica#.


Mi cabeza iba a explotarme, ¡no podía creerlo! Me senté en la cama y azoté mi teléfono con ira contra la pared frente a mí. Era mi deber hacer algo, después de todo yo lo había metido en eso, ¡era una maldita! Jen estaba cagándome la vida, a mí en particular y ni hablar de Samanta y su futuro hijo con Bieber, ¡mi puta madre, por así decirle, era asquerosamente deplorable! Una persona miserable y aborrecible. Estaba enferma mentalmente, eso era seguro. No podía poner a más gente en peligro, debía hacerlo sola.

Tomé unas prendas y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=76580920&.locale=es . Me até el cabello y tomé mi pistola para meterla en la parte trasera de mi jean. Me subí a mi auto y comencé a conducir sin rumbo alguno, ni siquiera sabía a dónde puta iba.

Conducir sin rumbo por New York durante media hora acrecentaba mi ira, pero ver el ferrari negro de Justin aparcado en frente de una casa bastante presentable, diríamos, me llamó la atención. Aparqué y me bajé con velocidad, la sangre me corría rápidamente por las venas. Fue cuando vi a Jazzy salir corriendo, desistí de la idea de apuntar con mi revolver, definitivamente Justin no estaba allí dentro.


—¡Jazzy! —exclamé—, ¿qué haces aquí? —pregunté confundida caminando hacia ella.
—___________(tu nombre), ¿tú enviaste el mensaje? —preguntó la pequeña confundida.
—No, claro que no —respondí pensativa—, ¿qué mensaje?
—No lo sé —se encogió de hombros—. Decía que venga a esta dirección y como Justin no estaba en casa tomé su auto y conduje hasta aquí.
—Diablos —musité confundida—, Jazzy, debes volver a tu casa, quédate allí y no salgas.
—¿Qué? ¿Qué sucede? ¿Por qué? —no podía decirle que corría peligro, ni ella, ni Justin.
—Podré decírtelo luego, solo hazlo —ella me miró detenidamente.
—¡Tú estás metida como él! Es eso, ¿no? —arqueé una ceja. Jazzy estaba alterándose.
—¿De qué hablas, Jazzy? —le pregunté, al parecer… Justin estaba metido en algo.
—¡Lo vi a Justin salir con un arma hace uno o dos días! —dijo desesperada con los ojos llenos de lágrimas— Sé que él está en alguna pandilla de nuevo, ¡lo presiento! Y apuesto a que es todo tu culpa —no cerraban los datos, ¿Justin nuevamente en una pandilla? No lo creo.
—Yo no soy parte de ninguna pandilla, nena —intenté tranquilizarla—. Me llamaron diciendo que tenían a Justin, intento encontrarlo, pero no sé si dónde está.
—¿No sabes en qué estaba metido? —soltó Jazzy preocupada. Podía notarlo.
—¡Qué bellezas! —oí decir con seguridad, volteé sobre mis talones ante el impacto de esa voz cínica y burlista en mis oídos. El jodido Alex estaba frente a mí apuntándome con un arma.
—¡Maldito! —exclamé y automáticamente con velocidad lo apunté también yo— Jazzy, ponte detrás de mí —le exigí, pero ella estaba atónita—, ¡Ya! —le grité— Vamos, hazlo —grité otra vez.
—Sigues igual de linda que hace unos meses, cariño —sonreí cínicamente mientras tapaba a Jazzy con mi cuerpo.
—Y tú igual de arrogante —él carraspeó un poco.
—Y sigues olvidando el hecho de que te apunto con un arma y puedo hacerte volar en pedazos la cabeza, nena —solté una carcajada burlista.
—Eres tan narcisista —demasiado para mi gusto—. Lástima, ¿no? —di unos leves pasos hacia él abriendo mi chaqueta con una de mis manos.
—¿Lástima qué? —cuestionó mirando mi abdomen que quedaba al descubierto.
—Lástima que estés de parte de Jen, porque… sé que me deseas y estoy sola —lo miré sensualmente—. Lo malo es que no traiciono mis principios —susurré sensualmente acercándome a él. Instintivamente su arma bajó.
—¿Y eso qué? —cuestionó mirándome fijo con sus azules ojos— Solo intentas hacer que no te mate y descuida, no lo haré —yo sonreí divertida.
—Podríamos jugar un juego, si es lo que quieres —estaba seduciéndole, pero sabía hasta dónde llegar.
—¿Qué buscas, ___________(tu nombre)? —preguntó con la respiración agitada al sentir mi mano cerca de su bragueta.
—Mmh… —gemí un poco cerca de su oído—, un poco de diversión —añadí susurrando.
—Deja de hacerlo —me pidió.
—¿Seguro de que es lo que quieres? —sonreí sensualmente mirándolo. Sus ojos estaban hundidos en lujuria y deseo.
—Está tu cuñada aquí detrás, ¿lo olvidas? —intentaba tener compostura. Mientras tanto, yo sacaba su celular del bolsillo trasero con delicadeza de que no lo notara.
—Claro que no lo olvido —musité—, tampoco olvido que Justin no es nada mío ahora.
—Pues, en ese caso… —antes de que él terminara de decir algo, golpeé su nuca con mi pistola, haciendo que cayera inconsciente al piso.
—¡Vamos, Jazzy! —le grité mirándola— Corre —añadí.
—¿A dónde vamos? —cuestionó corriendo a mi lado.
—Vámonos —le exigí jalándola hacia mi auto.


Desesperada Jazzy subió en lugar del copiloto, yo en lugar del piloto. Arranqué el motor y sin mucho que esperar comencé a conducir.


—¡Con que no estabas en la banda! ¿No? —me sacó en cara Jazmyne.
—Jazzy, no es lo que tu crees —me dediqué a decirle preocupada por escapar—. No puedo hablarte de la verdad, porque ignoras lo que desconoces y eso es mejor en esta situación —mucho mejor—. Si algo llega a sucederte, Justin me mataría y creo que es bastante obvio que el peligro viene detrás de ti también.
—¿Por qué mierda estamos metidos en esto? —a la pequeña hermana de Justin la desesperaba todo esto tal como a mí hacía un par de meses, pero debía admitir que ahora… era parte de mí.
—Jazzy, no puedo decirte nada —hablé con seguridad mientras me metía en la autopista y aceleraba—. Solo debes tener cuidado hasta que logremos dar con Justin, ¿vale?
—Quieren matarme, ¿no? —en realidad, no lo sabía.
—No lo sé —en realidad, era a mí a quien buscaban.
—¿Y qué hay que hacer ahora? —buena pregunta.
—Encontrar a Justin —lo esencial— y ya luego, veremos.
—Necesito saber en qué puta estoy metida —repitió algo ofuscada Jazzy.
—¡Ya sabes que no voy a decírtelo, Jazmyne! —exclamé cansada de oírla decir lo mismo tantas veces— Simplemente, guarda silencio y preocúpate por no tener una bala en medio de la cien, ¿vale?


Ella no respondió nada, solo guardó silencio mientras su vista se dirigía hacia la autopista por la ventanilla del automóvil. Interiormente mi cabeza era un torbellino, necesitaba estar en un lugar donde Jen no pudiera tenerme y revisar detalladamente el móvil del imbécil de Alex. Luego de casi una hora aparqué en una gasolinera algo abandonada. Jazzy se había quedado dormida. Sin salir del auto deslicé el móvil por mi bolsillo y lo tomé entre mis manos. Pasé mi dedo por la pantalla y se encendió.



Narra Justin:



La jodida de Jen había ido demasiado lejos esta vez, no era por presumir, pero era Justin Bieber y nadie se metía porque sí conmigo. Absolutamente, nadie. Me importaba una mierda quién era, iba a pagarlas.


—Hola, Bieber —saludó Jen entrando a la sala putrefacta donde me tenían amordazado.
—Jodida —musité, ella sonrió cínicamente haciendo resonar sus zapatos en el suelo.
—Irónico, ¿no? —carraspeó un poco— Planeé que te metieras con ___________(tu nombre), pero jamás pensé que ella se metería tanto en ti y tú te meterías tanto en ella —esta mujer estaba demente.
—No tiene sentido lo que dices, Jennifer —escupí con odio. Estaba totalmente cegado de odio y nervios.
—¿Eso crees? —preguntó irónicamente sentándose en una silla frente a mí— Pues, no fue casualidad que tú pusieras los ojos en ella, ni que ella fuera tan cálida, por así decirlo, contigo —odiaba sus ojos de gata y su voz traviesamente diabólica disfrazada de dulzura irónica. Era repugnante.
—¡El destino no se controla, maldita! —fuera quien fuera, no podría.
—Entonces será tu destino morir por amor gracias a la perra de mi hija mayor —hablaba con tanta frialdad que era increíble pensar que era, realmente, humana.
—Pues, será mucho más honrado que recibir todo el odio y el desprecio que sienten tus tres hijos y tu hermana Dolly hacia ti —sus ojos se oscurecieron furiosos, como un mar de odio y asco.
—Tú hablas, pero no sabes nada. Simplemente conoces la mirada sombría y narcisista de la perra de ___________(tu nombre), pero es mucho más que su puta negatividad —solté una risa irónica.
—No necesito más que eso para juzgarte, sé mucho más de ti de lo que crees, Jennifer. Olvidas que también soy de tu peso —sonreí cínicamente.
—Es una lástima que te hayas puesto en mi contra, Reckless (peligroso) —sonreí cínicamente, hablaba con voz seductora. En nada se equivocó Dolly cuando mencionó que era una perra. Lamentablemente, me hacía acordar a ___________(tu nombre) cuando recién la conocí.
—Yo no estoy en tu contra, Jen. Simplemente, estoy cubriendo a ___________(tu nombre) de tu demencia, mujer —sus ojos estaban clavados en los míos, seguramente notaba que yo hablaba con la verdad. En ese momento envidiaba a ___________(tu nombre) y su virtud de esconder todo sentimiento de su expresión facial, mucho más de sus ojos.
—Alguna vez entenderás todo Justin y te arrepentirás —arqueé una ceja burlista y sonreí de lado.
—¿Entender que eres una narcisista demente? —negué con la cabeza divertidamente, por así decirlo— No, Jennifer. Eso jamás nadie, incluso yo, voy a entenderlo. Hasta el animal más cruel y depredador protege a su hijo, en cambio tú… te empecinas en hacer sufrir a Ronan, a Samanta y en especial a ___________(tu nombre). No sé cuál es tu puto problema, pero enserio, vas a sufrir también tú —mágicamente, agachó su vista y quedó leves segundos en silencio.
—Prepárate, Justin —me advirtió—. Porque Jazzy y ___________(tu nombre) deberán salvarte, si sobreviven —sonrió cínicamente y salió.


Estaba pasmado, juraba mentalmente que si le tocaba un solo cabello a Jazzy iba a reventarla cuán hormiga pisada por un humano. La haría morir de una forma miserable, así tuviera que pasar el resto de mi vida en la cárcel. Jen no iba a lastimar a ___________(tu nombre), mucho menos a Jazzy.