viernes, 8 de marzo de 2013

Capítulo 46°: "I've got nothing left to lose".

"No tengo nada que,
no tengo nada que perder".



Los labios de Zayn se apoderaron de mi boca una vez más, mientras tanto su mano libre desprendía los botones de mi vestido.


—Ten —dijo él ofreciéndome el porro, mi mente se nubló.


Era mi elección entre el camino de la muerte y el camino de la vida. Todo dependía de un sí.


—Vamos, tómalo, sé que quieres —me ofreció nuevamente, estaba en blanco y las palabras no me salían.


Tomé el porro entre mis manos y olvidé todo lo que había trabajado psicológicamente durante casi dos años, mi corazón se aceleró y sentí la sangre correr con velocidad en mi venas, lo calé como calaba todos los cigarros que fumaba, sentí como todo giraba a mi alrededor y como mis ojos comenzaban a arder mientras el humo bajaba hasta llegar a mis pulmones, Zayn sonrió perversamente mientras se deshacía de mi vestido.


—No te das una idea de lo que he extrañado a esta ___________(tu nombre), que es tan mía —aseguró con una pizca de egoísmo en su voz para luego comenzar a besar mi pecho desesperadamente.
—¡No te imaginas lo que extrañé esto! —sonreí divertida mientras sentía un cosquilleo divertido en mi estómago.






Luego de tener sexo drogados en el sofá de Zayn casi por una hora y media, nos vestimos y regresamos al bar, teníamos ganas de diversión, así que al aparcar en el estacionamiento bajamos del automóvil.


—Espera, preciosa —habló Zayn jalándome del brazo, me di vuelta y le sonreí divertida.
—¿Qué? —solté una pequeña risa ante su mirada pícara acorralándome contra el automóvil—, ¿no te bastó?
—¿Sabes todo lo que te deseé, bebé? —me preguntó mirándome fijo.
—Siempre me intimidaron tus ojos pardos, lo sabes, ¿no? —Zayn me robó un pequeño beso.
—Siempre amé tus labios —escuché perfectamente como un auto aparcaba al lado de nosotros, ese ruido se me hacía conocido. Zayn desvió sus ojos y antes de que yo volteara a ver él me besó apasionadamente.
—¿Quién es? —pregunté cuando logré separarme después de unos segundos, entonces fue cuando me di cuenta a quienes tenía parados frente a mí.
—¿Qué haces con él? —oí la rabia de Justin cuando soltó las palabras entre dientes.
—Tú no eres nadie para cuestionar una mierda, Bieber —habló Zayn.
—Creí que ya no te juntabas con la basura —Miley no tenía derecho a hablar así.
—Ya cállense —les exigí—. Zayn es mi amigo, y si les molesta que esté con él púdranse.
—Los amigos no se besan —escupió con ironía Bieber.
—Tus novios no embarazan a tu hermana —le retruqué yo y reí con asco—. Ya déjenme en paz.
—Vamos —Zayn me jaló levemente del brazo y comenzamos a caminar, pero entonces una mano me retuvo.
—¿Qué quieres Miley? —le cuestioné volteándome.
—Estás drogándote de nuevo, es eso, ¿no? —sonreí divertida, obviamente no le diría que sí, ¿qué se pensaba?
—No eres mi puta madre, ¿lo tienes, no? —no sabía lo que hacía, estaba flotando en cualquier otra parte que no fuera esa.
—Ya dejen de meterse en su vida —maldije la hora en la que Zayn habló—, es suya después de todo, ¿no lo creen?
—Mejor cierra tu puta boca Malik, porque juro que te haré caer uno por uno tus dientes a golpes —Justin estaba furioso.
—¡No le hables así! —le grité histéricamente, él solo me miró funciendo el ceño.
—¿Qué tienes, hermano? —si Justin era hipócrita y sarcástico, Zayn era diez veces peor, eso no era bueno ahora— ¿estás celoso porque tuve hoy lo que tú deseas en tu cama? —en ese momento me sentí ultrajada, Zayn estaba denigrándome frente a Miley y Justin.
—Cállate —le dije por lo bajo, pero él hizo oídos sordos. Justin estaba enfureciéndose.
—Sigue hablando Malik, estás buscándome y me encontrarás —le advirtió Bieber, en ese momento solo sentía ganas de llorar, Zayn era un patán conmigo. Cómo diablos era capaz de hacer lo que hacía.
—Solo hablas, Justin, porque quieres salvar a ___________(tu nombre) de la mierda a la que volvió por tu puta culpa —Zayn soltó una carcajada cínica.
—Cierra tu puta boca, maldito hijo de perra —solté indignada a los gritos gracias a Zayn—. Maldigo el momento en que decidí estar contigo hoy, eres un imbécil.
—Tú eres la puta…
—Cierra la boca —le ordenó Justin y sentí como me jalaba del brazo haciendo que zafara del agarre de Zayn—. Ven —añadió—. Miley, espéranos aquí —mi prima asintió.
—No quiero irme contigo —le recordé a Justin, él hizo oídos sordos y siguió jalando.


Luego de un poco decidí caminar, ya no había vuelta atrás. Las lágrimas recorrían mi rostro, era una mezcla de rabia y odio por cómo me había denigrado Zayn y tristeza y anhelo de que Justin me abrazara con fuerzas. Pero, no podía hacerlo. No podía aceptar que ya no me pertenecía a mí, quizás tampoco a Samanta, solo al bebé que venía en camino.

La noche era un enorme manto negro sobre nosotros, las estrellas cubrían el cielo en puntos infinitos blancos y brillantes, era una noche bellísima, el frío atravesaba mi chaqueta intentando hacerme tiritar, pero tantas noches había sentido lo mismo que casi era inmune a sentir frío. Mi cabeza aún daba vueltas por todo lo que había pasado en el departamento de Zayn y estaba esperando a que Justin se detuviera en algún lugar. Así lo hizo, tal como esperaba. Se detuvo al final del estacionamiento, donde la luz no llegaba y nadie estaba.


—¿Y qué logras trayéndome aquí? —le pregunté casi sin ánimos de hablar, él suspiró y pasó una mano por su cabello algo nervioso.
—Lo lamento —sentenció, arqueé una ceja esperando a oír más—. Lamento demasiado haberme acostado con tu hermana estando ebrio, lamento haberla dejado embarazada sin siquiera estar consciente de lo que hacía. Sé que hice mierda y estoy seguro de que debo pagar, pero no puedes ser el precio —su voz se quebró un poco—. No puedo perderte así, nena.
—Justin, por más que ceda, no puedo estar contigo —dos cosas: ética y moral.
—¿Serás justa con Samanta? —me preguntó—, ¿Enserio? Ella jamás consideró el hecho de que eras su hermana cuando debió hacerte daño, ___________(tu nombre). Bien sabes toda la mierda que hizo, ¿serás buena con ella?
—No es eso —suspiré y elevé mis ojos para encontrarme con su angelical rostro húmedo con algunas lágrimas—. El problema es que jamás serás el Justin que conocí, porque serás padre. Tendrás un hijo o una hija y eso te quitará tiempo, amor, atención y lo que sea. No soy celosa, pero no puedo retenerte cuando en realidad debes estar con Samanta y el bebé —me encogí de hombros y suspiré conformándome—. No lo hago por mí, por ti o Samanta, lo hago por el bebé, porque él no tiene la culpa y lo sabes.
—Lo lamento tanto, nena —su mano tomó mi mentón mientras su pulgar acariciaba mi mejilla, las lágrimas desbordaron mis ojos y comenzaron a caer lentamente por mi mejilla.
—No quiero esto Justin —tampoco quería quebrarme ante él—. Pero mi vida se está derrumbando demasiado rápido, primero Jen, luego tú. No lo sé, ¿qué diablos está pasándome? Porque sé que soy yo el problema.
—Me gustaría cambiarlo todo, porque tampoco me va bien, nena —Pattie debe de querer matarlo—. Pero te necesito conmigo.
—Justin, no puedo —él se quedó esperando una explicación—. Audicioné para ballet y sé que me llamarán mañana, deberé ensayar duro para lograr lo que quiero y estoy trabajando —su expresión quedó impactada.
—¿Trabajando, de qué? —cuestionó.
—Estoy metida en algo sucio —me digné a decir—. También debo cubrirme las espaldas y cuidar a Ronan, porque cuando Jen sepa mi ubicación sé que deberé huir. Ella no tendrá piedad.
—Sabes que debes cuidarte muchísimo, ¿no? —yo asentí levemente, por obligación. Las palabras no salían de mí, tenía un enorme nudo en la garganta.
—Tanto como pueda —añadí con un hilo de voz.
—No llores, por favor —me rogó secando mis lágrimas con su pulgar—. Me destruye verte así.
—¿Qué esperas que haga? —necesitaba desahogarme.
—Solo quiero tener tu apoyo, no puedo estar sin ti y lo sabes —Justin tenía razón. Ni él podía estar sin mí, ni yo podía estar sin él.
—Es difícil, Justin —le recordé—. De seguro Pattie querrá que estés con Sam y si me meto será desastroso, además de tener a Jen mucho más cabreada conmigo y luego contigo también. No quiero problemas, Justin —porque honestamente, era lo que me sobraba.
—Cuando te conocí eras tan distinta —acarició mi cabello anheladoramente con su mano—. O tal vez, yo pensé que eras distinta. Creí que no sacrificabas tu felicidad por los demás, al menos por quienes no querías y mírate, mira en lo que nos hemos convertido.
—Justin, no es fácil —le recordé—. Es mi hermana, tiene mi sangre, pasé los mejores años a su lado, y más que por ello no quiero joderle la vida a mi propia sobrina, ¿lo tienes?
—¿Qué harás? —arqueé una ceja algo confundida.
—¿Hacer con qué?
—Contigo —me respondió Justin.
—Cantar, bailar, patear traseros, no lo sé —me encogí de hombros intentando dejar de llorar—. No lo sé, regresar a la vacía vida que tenía antes de ti.
—Sabes que no te dejaré —acarició mi mejilla con su pulgar, sus ojos se veían tan brillantes empañados de lágrimas. Aún así, tenía una expresión apagada y triste.
—No quiero ser distante y fría contigo, no quiero tener que decirte insultos para que te alejes, solo… sabes que las cosas jamás serán como queremos. Debes alejarte —por mucho que a los dos nos costara y más que eso, por mucho que nos doliera.
—¿Por qué por un momento no puedes pensar con el corazón y no con el cerebro, por qué? —la pregunta de Justin me hizo tambalear un poco mentalmente.
—Porque no quiero herir a los demás, no quiero lastimarme a mí misma de nuevo cuando tú tengas que irte —retrocedí un paso y me enjuagué mis lágrimas con mis puños—. No quiero que tú y Miley estén siguiéndome más. Todo estaba bien hasta que llegaron —suspiré negando con la cabeza—. Debo dar vuelta la página y escribir otra historia donde no estás, Justin. Entiéndelo y haz lo mismo.
—Todo sería más fácil si pudiera dejar de amarte —mi corazón se oprimió y recordé que debía ser fuerte, por lo que tragué mis lágrimas guardando silencio unos leves segundos. Los ojos de Justin húmedos estaban clavados en mí como si no pudiera despegarlos.
—Debo regresar —hablé fríamente—, tengo una presentación por hacer.



Narra Justin:



Luego de hablar con ___________(tu nombre) y que se fuera dejándome sin más que decir, busqué a Miley y entramos al bar. Al menos necesitaba beber algo de alcohol para distraerme. Pero entonces cuando estábamos sentados bebiendo un poco de vodka, ella subió al escenario con una guitarra y sus ojos hinchados y colorados. Zayn subió a la guitarra eléctrica y otro tipo a la batería.


—Buenas noches —saludó ella parándose detrás del micrófono—. Prometí que iba a hacer una presentación hoy, así que aquí estoy —sonrió muy amargamente, si mis conocimientos no fallaban—. Espero que les guste —habló y los tres comenzaron a sonar en conjunto. Se oía rockero pero suave y pacífico. Una mezcla rara y relajante—
I was only 19, you were 29
It’s just 10 years, but its such a long time
In a heartbeat, I would do it all again
Late night sex, smokin’ cigarettes
I try real hard but I can’t forget
Now in a heartbeat, I would do it all again

Now I see that you and me were never meant
Never meant to be now
Now I’m lost somewhere
Lost between Elvis and suicide
Ever since the day we died, well
I’ve got nothing left to lose

After Jesus and Rock N Roll
Couldn’t save my immoral soul, well
I’ve got nothing left
I’ve got nothing left to lose

Callin’ out sins just to pass the time
My life goes by in the blink of an eye
I know you want me
I was only lookin’ for a friend

And everything I was
And everything that I’ve become
Just falls into the end and

Now I see that you and me were never meant
Never meant to be now
Now I’m lost somewhere
Lost between Elvis and suicide
Ever since the day we died, well
I’ve got nothing left to lose

After Jesus and Rock N Roll
Couldn’t save my immoral soul, well
I’ve got nothing left
I’ve got nothing left to lose

Now I see that you and me were never meant
Never meant to be now
Now I’m lost somewhere
Lost between Elvis and suicide
Ever since the day we died, well
I’ve got nothing left to lose

After Jesus and Rock N Roll
Couldn’t save my immoral soul, well
I’ve got nothing left
I’ve got nothing left to lose.


(La canción es de The Pretty Reckles, se llama Nothing Left To Lose).


Su voz rasgada y el ritmo de la canción, hacían que quisiera morirme ahí mismo. Ella tenía razón en cada palabra, en cada oración que cantaba, en cada nota que dedicaba en nombre de nosotros, porque no podía negar que esa canción no estaba escrita hacia nosotros. Qué cruel era la vida, ¿no? Primero lo tienes todo y luego lo pierdes para cambiarlo por algo que ni siquiera sabes, más bien, recuerdas cuando pasó.

Cuando ___________(tu nombre) me conoció me dijo: “Te enamorarás y vas a sufrir”, me causaba gracia creerlo, creía estar seguro de que jamás me enamoraría, mucho menos sufriría por amor, pues saben, era Justin Bieber, ¡maldición! Ahora el que sufre no soy solo yo, sino que ___________(tu nombre) también sufre y después de todo, ella es mucho más débil que yo, eso me duele aún más. Mucho más.

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