Atraje la atención de Justin
fácilmente, pues esa canción la escribí aún estando con él y se la cantaba las
noches antes de dormir. Al verlo allí con Willow, sentí la necesidad de que
supiera que estaba allí, que lo recordaba y, al menos causarle la tediosa
molestia de que se pregunte: “¿Me ama o no?”, porque después de todo estaba
segura de que él pensaba que no lo hacía. Aún así, fue una idiotez.
—¿Estás bien? —me preguntó
Zayn al lado de la tarima mientras me abrazaba por la cintura.
—Sí —le sonreí levemente
mientras me abrazaba a su torso, necesitaba sentirme protegida y no sabía el
por qué—. No te preocupes.
—Adivina quién ha venido
desde Londres —me sonrió levemente, intenté pensar positivamente y creer que no
era Styles, solo eso deseaba.
—¿Harry? —me arriesgué y dada
a ver la sonrisa enorme de Zayn, estaba en lo cierto—. Sí, es él —me respondí
yo sola intentando parecer divertida o motivada. En realidad, lo único que me
preocupaba era Bieber.
—Me avisó que venía hoy —me
explicó Zayn—. En realidad no sé si está aquí o no.
—Le sorprenderá vernos juntos
—mucho más que yo esté embarazada de Malik, porque eso era lo que él creería.
—¿Enserio no estás cansada o
algo? —me preguntó Zayn mirándome detenidamente mientras acariciaba mi mejilla
con una de sus manos—, porque te ves algo pálida.
—Estoy bien —solo eran los
nervios, las ganas de matar a Willow y la desesperación por lograr que Justin
jamás intentara cuestionar más de mi embarazo.
—¿Compro algo para beber?
—ojalá pudiera haberle contestado: “un tekila, por favor”, pero no. No podía.
—Sabes —carraspeé levemente—,
me gustaría regresar a casa —confesé. Para ser sensata era lo mejor.
—Pero… bebé —él suspiró y me
atrajo más hacia él—, hay buenos negocios para hoy —miré fijamente el suelo,
con rabia probablemente. Quería salir de allí antes de encontrarme con Bieber.
—Quedémonos —me encogí de
hombros y miré fijamente sus ojos pardos, él besó fugazmente mis labios.
—___________(tu nombre)
—volteé a ver y Willow estaba parada detrás de mí. Me sorprendió que quisiera
hablarme.
—Willow —musité algo
sorprendida—. Él es Zayn, Zayn ella es Willow.
—Un gusto —dijo mi novio,
podría decirse. Ella le sonrió algo fingida.
—Necesito hablarte —me
comentó—, ¿podríamos cruzar algunas palabras? —yo suspiré y Zayn me soltó con
un gesto de que fuera.
—Vale —acepté abriéndonos un
poco de Zayn y los demás chicos.
—No quiero que pienses que
vengo de parte de Justin, pero… me sorprende verte así —miró, notoriamente, mi
vientre—, ¿estás embarazada? —era algo obvia la respuesta, ¿no?
—Así es —dije a las justas—.
Aún así no necesito que intentes llevarte bien conmigo ahora por el simple
hecho de que estoy embarazada, Willow. Jamás me has querido, ¿qué te hace creer
que confiaré en tu nobleza? —pues yo seguía siendo la misma.
—No has cambiado nada —yo
sonreí cínicamente, ¡claro que no!—. Aún así, es una duda un tanto personal,
¿el bebé es de Justin?
—Deduzco que te has estado
acostando con él el último tiempo ante mi ausencia, algo así como el “premio
consuelo” —y lo decía por la furia en sus labios y la manera especial con la
cual lo acariciaba en la mesa donde estaban minutos antes—. Sin embargo,
borrega —le sonreí cínicamente—, eso no ha servido de nada.
—No estás respondiéndome
—dijo con autoridad, como si merecía mi respuesta.
—¿Y si no lo hago, qué? —ella
frunció el ceño y suspiró como “armándose de paciencia”— No, Willow, no soy
idiota por estar embarazada. Al contrario, sigo siendo la misma que has
conocido y conocerás toda tu puta vida, ¿vale?
—No me interesa saber tu
moral, tu ética o tu forma de ser una mierda, la más grande que he conocido,
para serte sincera —y ella estaba, oficialmente, bien cabreada—. Lo único que
me importa es saber si el bebé que esperas es de Justin, porque estoy segura de
que sí.
—¿Y si estás segura de que
sí, por qué te molestas en preguntármelo? —sonreí cínicamente, ella estaba
furiosa, demasiado furiosa.
—Porque si es verdad lo que
sospecho, no dejaré que la criatura esté contigo —mi corazón se aceleró y mis
ganas de romperle su cara fueron demasiadas.
—¿Y crees que te sentará bien
una criatura blanca cuando tú solo eres una negra? —pues, sí. Ella quería
pelear y lo había conseguido— Mira, cariño, si lo que quieres es quedarte con
el “premio” —enfaticé—, que obtienes de Bieber, hazlo. Ve, fóllalo, que te
folle, sean felices. Yo, simplemente, no voy a hacer una mierda porque ahora sí
tengo una vida y no un proyecto de ella como tú y él lo tienen, ¿Sí, es lo que
quieres? —carraspeé y solté una carcajada irónica—, ahora eres niña feliz con
juguete nuevo —definitivamente, el odio abundaba en su cara.
—Me compadezco de esa
criatura —miró mi panza y luego elevó su vista hasta mis ojos—, ojalá no sea
tan mierda como tú.
—Descuida, bebé —le guiñé un
ojo—, le inculcaré odio por ti —ella solo resopló y se fue de donde estaba.
Zayn tenía cuentas pendientes
en la parte de atrás del club. Yo tenía prohibido entrar, pues en realidad, las
drogas lo eran todo allí; no podía arriesgarme a caer, definitivamente no. En
una de las mesas estaba Harry, esperando por mí, así que me dirigí hacia él y
me senté frente.
—Hola, Hazza —lo saludé, él
sonrió coquetamente y besó mi mano.
—Hola, cariño —me saludó
dulcemente—, te vez adorable, pero ¿qué es lo que tienes en tu vientre? —cuestionó
algo divertido.
—Creo que un bebé —musité
sonriendo, él me quedó viendo fijamente.
—¿Un mini-Malik? —esperaba
que fuera cierto, pero era un mini-Bieber, diríamos.
—Claro que sí —intenté sonar
convencida y al parecer, lo había logrado.
—Pues, mi amigo se ha quedado
con el premio mayor —yo reí divertida, era un coqueto. Aún así, no lo soportaba
como quisiera.
—No esperaba nada de esto —intenté
parecer feliz aún así, quizás si las cosas fueran como debieran ser y yo
estaría con el verdadero padre de la criatura, sí estaría feliz. Pero mi vida
no era fácil y estar con Justin era casi una tortura, por mucho que nos
amásemos.
—Creo que es lo bueno de la
vida —Harry y su filosofía vital—. No esperas lo que viene, pero viene y te
hace feliz; porque te veo feliz —o él era muy idiota o yo era demasiado buena
actriz. Preferí creer la segunda opción.
De repente se escuchó en el
fondo, un poco alejado de donde nosotros, el ruido de una botella rompiéndose
contra algo o alguien, quizás. La gente comenzó a tomar preocupación mirando
hacia el lugar, todos se dirigían hacia allí y parecía imposible lograr ver
algo desde donde nosotros. Harry se puso de pie, como todos los demás. Se
escuchaban gritos e insultos, jamás confundiría esa voz, era la mismísima perra
contra la cuál debía tomar represaría desde hacía ya bastante tiempo.
Harry estaba dándome la
espalda, lo que me facilitó muchísimo escabullirme entre los presentes hasta
llegar hacia donde estaba el conflicto. Rebbeca le había partido una botella
vacía de whisky a Willow en la cabeza. Sin lugar a analizar demasiado quién
estaba preocupado por la víctima o por llamar a la policía, ella clavó su vista
en mí deseosa de verme sufrir, yo sonreí cínicamente; ella no podría contra mí,
claro que no.
—¡___________(tu nombre), qué
milagro! —detrás de Rebbeca logré divisar a Chaz, Justin, Alfredo y Ryan G.
—Milagro es que te hayan
podido traer a la vida, perra —carraspeé mientras me habrían paso para quedar
en medio de la ronda junto a ella y Willow, quien estaba tirada sangrando en el
suelo.
—¿Y tú qué buscas? —escupió
con asco—, ¿Qué te deje como a Willow? Porque no tendré lástima por el simple
hecho de que estés embarazada, borrega.
—¿Crees que podrías, Rebbeca?
—solté una carcajada cínica.
—¡___________(tu nombre)!
Quédate quieta —me exigió Bieber, claramente dedujo que yo estaba a punto de
sacar el arma que cargaba siempre conmigo.
—¡Tú cierra la boca! —le
exigí asqueada de que intentara controlarme y protegerme. Casi un segundo
después me encontraba apuntando con mi ’38 a Rebbeca, de todas maneras jamás
fui tan estúpida como para creer que ella estaba sola. Divisé entre la gente a
muchos de sus “secuaces”.
Al parecer verme cargar un
arma terminó de armar el revuelo. Los disparos comenzaron, vi a Jaden salir con
Willow en brazos, ella estaba inconsciente, atiné a agacharme, así era más
difícil que los disparos me dieran. Todos contra todos. Chaz, Alfredo, Ryan G.,
Louis y Justin sacaron sus armas, vi como rápidamente Bieber se venía hacia mí.
—¡Vamos, camina! —me exigió
él cubriéndome con su brazo, yo solo atiné a que me protegiera. No temía por
mí, temía por mi bebé.
Después de tanto tiempo podía
decir que tenía un límite y eso me hacía aborrecerme cada día más y más. Yo no
había nacido para pensar en proteger a alguien más, yo era el peligro y no pude
tomar mi venganza contra Rebbeca gracias a la jodida criatura que llevaba en mi
vientre, ¡era una real mierda! Justin abrió la puerta de la camioneta y me
metió en el asiento del copiloto, luego se subió al volante y arrancó mientras
dejaba su pistola cerca de la palanca de cambio. Yo lo miraba fijamente, él
estaba en trance. Siempre que estaba “peleando”, por así decirlo, o atacando
entraba en un estado desesperante, en el cuál lograba desconocerlo.
—¡Estás loca! —prácticamente,
gritó mientras arrancaba a toda velocidad— Definitivamente, estás loca,
___________(tu nombre).Te dije que te detuvieras, ni siquiera tienes la
delicadeza y la responsabilidad de protegerte a ti y a la criatura que esperas,
¿en qué diablos piensas? —yo solo suspiré e intenté calmarme.
—Debemos saber cómo está
Willow —dije pacíficamente, como que nada me preocupaba. Los puños de Justin se
apretaron más contra el volante logrando poner sus nudillos blancos de la
fuerza.
—¡Ni siquiera sé qué mierda
hago defendiéndote y tú te preocupas por ella! ¿Por qué eres así? —la
desesperación se apoderaba completamente de él— Ya no me lastimas solo a mí, te
lastimas tú, a Zayn y hasta a la criatura que tienes en tu vientre. Deberías
madurar —mi corazón se oprimió y decidí que no iba a callarme.
—¿Enserio dices? —cuestioné
sarcásticamente— Pues yo no pedí embarazarme de Zayn, ¿sabes? Solo sucedió —¡claro
que no! Odiaba mentir así, pero no podía ser sincera, ya no—. No puedo cambiar
una mierda, no puedo hacerlo. Lo único que pude cambiar no lo hice, ¿y sabes
qué? Gracias a ello ahora soy la clase de perra criminal que soy, ¿qué esperas
que haga Justin? Ya no le temo a nada —literalmente.
—Tú no pediste estar
embarazada de él, pero aún así te has acostado con él —Justin no podía
reclamarme nada.
—Y tú con Willow —solté sin
pensarlo.
—¿Qué? —cuestionó nervioso.
—Los vi acaramelados en la
mesa cuando estaba cantando, ¿crees que soy idiota? —sonreí cínicamente— Creo
que está bien —intenté parecer superada.
—No, no crees eso —dijo
victorioso—, y eso me preocupa. Pues, tú deberías preocuparte por Malik, no por
quién se acuesta conmigo, ___________(tu nombre).
—¿Por qué crees que me
preocupa? —intenté parecer calma, pero sabía que no lo lograba.
—Pues, si no te preocupara no
habrías intentado llamar mi atención como lo hiciste cantando la canción que me
cantabas todas las noches —un nudo se apoderó de mi garganta—. Sé que sigue
siendo lo mismo en tu corazón, aún así no entiendo por qué te cierras en la
inmadurez de alejarte de mí.
Decidí cerrar la boca,
definitivamente no quería ver más a Justin. Debía tomar razón de que después de
quitarme a Rebbeca de encima ya no podría seguir siendo la criminal que era.
Debía tener una vida estable, segura en la cual criar a la pequeña criatura que
esperaba. Quizás Justin tenía razón, debía madurar.
—Lo lamento —dijo aparcando
en un parque cerca del centro. Detuvo el motor y me miró fijamente, yo hice lo
mismo, pero a diferencia de sus ojos, los míos no reflejaban amor u odio. No
reflejaban nada.
—Debo volver al departamento —intenté
abrir la puerta, pero tenía seguro. Miré a Justin esperando que la destrabara,
pero él no se inmutó.
—Bien sabes que debemos
hablar primero —respiré pesadamente, no quería hacerlo. No quería hablar ni
saber algo de él.
—Quiero irme —expresé con
seguridad.
—Te amo, ___________(tu
nombre) —soltó y guardó silencio esperando que lo mirara de nuevo, y así fue.
Volteé a mirarlo esperando que siguiera—. Te amo joven y hermosa. Te amé cuando
tenías el alma sana y ahora que dices ya no ser así, te sigo amando. Te amaré
cuando no seas joven, pero sí hermosa, porque siempre lo serás.
—Justin… —lo interrumpí para
recordarle que quería irme. No quería llorar.
—Pero ya no —añadió él con
seguridad—. Dices ser madura, dices saber lo que quieres, pues… entonces deduzco
que lo que quieres es tener tu familia con Zayn, el padre de esa criatura que
esperas, como tú dices —sus ojos estaban húmedos—. No te juzgo, si quieres amar
al hombre que te destruye, creo que debes tener una razón más que abstracta y
se llama amor, ¿no? Lo que jamás has sentido por mí —quería hablar, pero no
podía. No quería que me atase nada más a él y Justin se estaba encargando de
cortarlo todo. Aunque a mí siempre me uniría, en mis secretos, el bebé a Justin—.
Lo único que te pediré es que si logro amar a alguien más y quieres volver, no
lo hagas —sus palabras dolían—. No me arruines, por favor. Ya no más. Cuídate,
___________(tu nombre). Espero que seas feliz y que tu vida cambie mucho y para
bien —él quitó el seguro.
Sin decir nada tomé mi bolso
y bajé, él arrancó la camioneta y desapareció hacia el sur. Mis ojos húmedos
comenzaron a derramar lágrimas, moría por quedarme en soledad y llorar hasta
más no poder, pero debía saber cómo estaba Zayn y regresar al departamento porque
realmente, hacía frío.
En esa noche oscura y fría,
acababa de quedarme sin corazón.
¡Oh! Está hermosa,siguiente cielo
ResponderEliminarSiguela. Esta buenisima la amo Siguela plase
ResponderEliminarSiguela la amo Siguela plase. Morire Si no la sigues
ResponderEliminarDios ! Tienes q seguirla porfavor ! Esta hermosa !!
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