Capítulo 149°: "Fue mi culpa".

—Nos vamos, quisiste decir —la corregí. Ella sonrió ampliamente.

—Pues, ¿has hablado con quienes debes? —me preguntó ella.

—Mamá está feliz por nosotros —mi madre adora a ___________(tu nombre), ella la quiere de nuera—. Scooter dijo que no habría inconvenientes en grabar en Londres y Usher seguirá produciéndome sin problema alguno. La disquera está neutra, seguirá mi decisión —le expliqué—. Es decir que sí, lo hice.

—Te amo —dijo ella y besó mi mejilla tiernamente.

—Oye y… ¿cómo harás con tu carrera? —le pregunté. Era un tema que no tenía en claro yo.

—Pues, es una escuela de artes —eso estaba claro— por lo que me dijo la coordinadora que tiene estudio de grabación propio. Alison arregló las cosas para que comenzara a grabar en Marzo ya que más de la mitad de las canciones ya las tengo y como serán con piano aún debo perfeccionar mis melodías —era tan perfecta.

—Será genial escucharte tan acústicamente —su voz es tan perfecta.

—En realidad, perderé muchas ventas y fans —o ganará más—, solo quieren verme cantar pop y bailar.

—No será así —le aseguré—. Ganarás más fans de los que tienes.

Casualmente me encontraba aparcando en casa de Jaden. Él nos vio por la ventana y rápidamente salió por la puerta de entrada, junto con ___________(tu nombre) bajamos y nos dirigimos hacia él.

—¡Jaden, hermano! —lo saludé.

—Bro —dijo él y me abrazó.

—Amor, él es Jaden uno de mis mejores amigos —le presenté a ella—. Jaden, ella es mi novia, futura esposa, madre de mis hijos y amor de mi vida —dije sonriendo. Ella sonrió ampliamente.

—Un gusto, novia, futura esposa, madre de hijos de Bieber y amor de su vida —la saludó divertido.

—Un gusto, Jaden —dijo ella sonriendo divertida—, pero mi nombre no es tan chorrera. Me llamo…

—___________(tu nombre y apellido) —la interrumpió Jaden.

—No coquetees con ella, Smith —lo regañé. Mi amigo rió levemente y palmeó mi hombro.

—Ya entren —nos invitó. Así lo hicimos él como dueño de casa que es, cerró la puerta.

—Oye, Jaden —lo habló mi novia. Ella se veía pálida y seria—, ¿puedo pasar al baño?

—Acompáñala —me pidió mi amigo—. Tú sabes donde es —añadió.

—Vamos —dije tomándola por la cintura. Así comenzamos a caminar por el pasillo dirigente al baño—, ¿te sientes bien?

—Tengo nauseas —dijo ella con voz débil.

—No me asustes —le pedí. Al llegar al baño ella entró y cerró la puerta.

Desde afuera pude escuchar sus arcadas, me asusté tanto. Sentía una presión en el pecho y mil ideas por mi cabeza, pero la más confusa: “¿estará embarazada?”. A los pocos minutos ella salió con su cara húmeda, al parecer se la había lavado y con sus ojos débiles.

—¿Estás bien? —repetí.

—Debo ir a un hospital —me dijo ella. Me alarmé tanto al escuchar eso.

—Vamos —le dije. Rodeé su cintura nuevamente y caminamos veloz hasta la sala—. Jaden, acompáñame por favor al hospital.

—Vamos —dijo él saltando del sillón.

Subimos a mi auto y Jaden conduciría, ya que no conozco como llegar al hospital. Comenzó a conducir a una velocidad bastante alta.

—¿Qué te sucede? —le preguntó Jaden. Yo estaba con el corazón en la boca.

—No lo sé —respondió ella débilmente—. Siento una presión en el estómago y tengo muchas nauseas.

—Llegaremos rápido —dijo mi amigo. Yo no mencionaba nada—. El hospital está a dos calles más.

Al llegar aparcó y nosotros bajamos rápidamente. Entramos y nos mandaron a guardia. Allí ella entró a la sala con el médico. Yo y Jaden quedamos fuera esperando por ella.

—Estoy muy nervioso —confesé—, tengo miedo de que le suceda algo malo.

—Justin —lo miré—, ¿no estará embarazada, verdad? Es chica aún —tiene 18 apenas.

—No es posible —nos cuidamos siempre. No creo que haya sido así.

—¿No intimaron aún? —me preguntó. De seguro yo estaba rojo como tomate. Soy muy vergonzoso.

—Sí, pero nos cuidamos —dije apenado—. Tengo miedo de que sea una recaída en sus problemas alimenticios.

—Ella estuvo en rehabilitación, ¿no? —y ni quiero recordar ello. Es lo más triste de la vida.

Estuvimos allí hablando los minutos mientras examinaban a mi bella ___________(tu nombre). Luego de un rato salió una enfermera con una planilla.

—Señor Bieber, ¿verdad? —me habló.

—Sí, soy yo —respondí poniéndome de pie.

—Acompáñeme —me pidió.

—Yo me quedo aquí por cualquier cosa —me avisó Jaden. Se estaba comportando como un enorme amigo.

Caminé detrás de la mujer vestida de blanco y entramos a una oficina.

—La señorita ___________(tu apellido) me dijo que hable con usted sobre su diagnostico —me comentó la mujer.

—Sí, soy su novio —le afirmé.

—Lamento mucho lo que voy a decirle —ya estaba preocupándome demasiado.

—¿Sucede algo malo? —pregunté a punto de llorar.

—Su novia estaba embarazada de 2 semanas —¿qué?— pero se sentía así de mal porque el feto murió y esto causaba los síntomas —mis lágrimas comenzaron a caer.

—¿Estaba esperando un bebé? —pregunté con una punzada en mi corazón.

—Así es, señor —me afirmó—. Ella no sabía del embarazo ya que su período menstrual es en 1 semana y no sentía síntomas todavía. El feto no sobrevivió a tanta actividad física que ella realiza en sus presentaciones y siendo tan chico, casi invisible, murió. Se desprendió del cordón umbilical —no podía creerlo.

—¿Ella como está? —pregunté alarmado—, ¿puedo verla?

—La señorita aún no sabe nada, el doctor se lo diría en estos momentos. Podrá pasar cuando él salga —me respondió—. El feto lo sacaremos con una pastilla que deberá tomar ella y luego con el ciclo menstrual se irá solo.

Solo me di la vuelta y salí llorando de la oficina. Jaden estaba sentado donde antes y al verme llorar no hizo más que darme un abrazo.

—¿Qué sucede, viejo? —me preguntó. Lo solté y me senté tapando mi cara con las manos.

—Odio que se haya esforzado tanto ensayando para los malditos premios esos —no. No lloraba por el embarazo, lloraba porque lo perdió. De haber sabido del embarazo habría sido el hombre más feliz del mundo, así ella tenga 18 y yo 20. Lo habría criado con todo el amor del universo.

—¿Qué sucedió? —me preguntó alarmado Jaden. Fue cuando el doctor salió de la habitación.

—Espera —le dije.

El médico se alejó y con mi rostro empapado en lágrimas entré a la habitación de mi novia. Ella estaba sentada en la cama con su frente apoyada en sus rodillas y llorando desconsolada.

—Mi amor —la hablé con voz llorosa y apoyé mi mano en su espalda. Los dos estábamos destruidos. Ella levantó su mirada. Estaba muy mal.

—Lo siento, lo siento mucho —dijo con un hilo de voz y me abrazó—. No sabía que estaba embarazada, porque si lo habría hecho te juro que ni siquiera habría respirado porque el bebé viviera —dijo llorando.

—Mi amor, ya no hay nada por hacer —dije derramando algunas lágrimas.

—Me siento muy mal —me dijo ella—. Maté a nuestro hijo.

—¡No! —dije rápidamente—, no digas eso. No lo mataste.

—Yo tuve la culpa —dijo ella desesperada—. Me esforcé tanto en los premios que maté a la persona que habría hecho mi vida lo mejor del universo —me dolía en el alma escucharla así.

—Nadie tuvo la culpa. Solo Dios lo quiso así —nadie más que él sabe porqué las cosas son así.

—No tenía la intención de ser mamá a los 18 —ella se sentó correctamente pero estaba tomando mi mano—, pero si lo habría hecho hubiese sido la mujer más feliz del mundo —sus lágrimas no dejaban de empañar el momento.

—El feto ni siquiera tenía forma aún, no fue culpa de nadie, no podías saber si estabas o no embarazada —nadie podía hacerlo.

—Perdóname —la miré extrañado con mis ojos llenos de lágrimas—. Perdóname por no ser la madre de tu hijo. Por haberle quitado la vida. Por no hacerte el hombre más feliz del mundo.

—No, no —me negué al ver que ella lloraba desconsoladamente una vez más—. No llores así por favor, linda. Tú eres la mujer de mis sueños y tendremos docenas de niños, no llores. Me hace mal —aunque yo también lloraba.

—Soy la peor novia de la existencia —ella no dejaba en ningún momento de llorar—. Quiero irme de aquí.

—¿Te puedes ir? —le pregunté secando sus lágrimas. Ella asintió en un sollozo—. Vamos —le dije.

Ella se bajó de la camilla y yo la abracé desde la cintura. Salimos de la sala y Jaden esperaba afuera. Al vernos no dijo nada, solo cayó y salimos de allí. Subimos al auto y en el camino no se escucharon más que los suspiros de ___________(tu nombre). Yo solo lloraba en silencio.

Llegamos a casa de Jaden, no queríamos ir al hotel por los paparazzi. Entramos y ella solo se sentó a llorar en el sillón.

—¿Te quieres dar una ducha? —le ofreció Jaden. Ella lo miró con los ojos hinchados y asintió—. Te buscaré ropa de Willow, mi hermana y te dejaré en la habitación de frente al baño —le avisó.

Ella se levantó y se fue al baño. Yo solo me senté y volví a tapar mi cara con las manos para llorar una vez más. Hay veces que la vida se pone dura, ¿no? No podía asimilar todavía que estuve por ser papá pero… pero todo salió mal.

—¿Qué fue lo que sucedió? —me preguntó Jaden sentándose frente a mí. Él no entendía nada—, ¿por qué lloran?

—Estaba embarazada —dije con voz dolida. Él me miró sorprendido.

—¿Estaba?

—Perdió el embarazo gracias a tanta actividad física. El feto no lo soportó y lo perdió. Estaba de dos semana y ninguno de los dos sabía nada —cada vez que recordaba ello lloraba como un niño pequeño. No podía evitarlo.

—Lo siento tanto, hermano —dijo Jaden.

Narra ___________(tu nombre):

No puedo asimilar nada aún. Siento un vacio enorme en mi corazón. Estoy sintiendo la depresión más grande de la vida. Dios no puede ser tan injusto de llevarse lo que me haría tan feliz. Quizás no sabía aún de la existencia de ese diminuto ser dentro de mí, pero, ¿qué he hecho para merecer tal desgracia?

Sé que solo tengo 18, pero habría hecho lo posible por criarlo y darle el amor que se merecía y más, mucho más. Porque no sé qué se siente ser madre, pero aseguro que debe ser el orgullo y la felicidad más grande del mundo.

Salí de la bañera y me envolví en una toalla. Crucé a la habitación del frente y me vestí así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=42477985&.locale=es con lo que Jaden dejó sobre la cama de la habitación. Tomé mis cosas, las metí en el bolso y bajé. Tenía los ojos hinchados y mi voz no mencionaba palabra alguna.

—¿Estás bien? —me preguntó Jaden, quien estaba consolando a Justin.

—Quiero irme a casa —lo sé, me dirían inmadura, pero lo necesitaba—. Necesito ir.

—Tomaremos el primer vuelo a L.A —me afirmó y se paró para abrazarme.

Tenía un enorme nudo en la garganta, pero no quería seguir llorando.

(Los Ángeles — California) (10:00 p.m):

No hice más que llorar todo el día. Llegamos a L.A y Justin se fue a su casa y yo a la mía. Él no quería dejarme sola, pero lo necesitaba. Necesitaba llorar mi dolor sola.

…Al día siguiente…

Narra Justin:

Sin dormir en toda la noche, crucé la calle y entré a lo de ___________(tu nombre) para ver como estaba. Subí a su habitación y abrí. Ella estaba sentada recostada contra la madera de la cama, con todo tirado por el suelo. Papeles, fotos, libros, ropa, adornos, absolutamente todo. Estaba llorando peor aún que ayer y mi preocupación se acrecentaba a cada milésima de segundo. Ella levantó su mirada llorosa y esquivó mi vista.

—¡Déjame sola! —me gritó.

—Linda…

—¡No quiero ver a nadie, ya nunca jamás! No quiero —me gritó llorando como loca.

Me acerqué a ella. Entendí que estaba así por su dolor, pero… solo lo hacía crecer más. Me senté a su lado, ella no veía a nada y menos a mí. Tenía su cabeza entre sus brazos apoyados a sus rodillas.

—Dios nos pone a prueba hoy, debes ser fuerte —ella me miró sin dejar de llorar.

—Todo lo lindo se va de mi vida, menos tú —su voz era casi nula.

—Mi amor, no importa lo que sucedió. Sé que duele y duele mucho. Yo sé que la vida a veces es dura, pero es cuando debemos mantenernos firmes —ella no dejaba de llorar y me dolía en el alma.

—A veces es difícil. Fui fuerte tanto tiempo, pero esto me duele. Me duele en el alma, Justin —dijo sin mirarme a los ojos. Mis lágrimas no pasaban desapercibidas.

—Mi lindura, a mí también me duele —dije tomándola de la barbilla y haciendo que me mirara—. No dormí en toda la noche y me duelen los ojos de tanto llorar. Habría sido tan lindo ser papá, pero sabes que hay tiempo, podremos tener hijos y ser felices —ella secó sus lágrimas e estaba intentando no llorar.

—Quiero ser feliz —me dijo ella—, pero jamás podré hacerlo sabiendo que perdí a esa hermosa criatura que tan feliz nos habría hecho —odiaba verla en esta situación.

—Somos jóvenes aún, tenemos tiempo de ser padres —somos unos niños si se quisiera todavía.

Ella lentamente se acercó y besó mis labios, nuestras lágrimas se mesclaban en el beso, pero aún así su boca sabía a miel.

—Iré a darme una ducha —me avisó.

—Te espero —le informé.

Narra ___________(tu nombre):

Me levanté después de horas de estar tirada llorando en el piso. Entré al baño y me metí en la bañera.

Quizás mi sueño ahora no era ser madre, tengo 18 y creo que sería difícil ser madre tan joven. Pero, si así hubiera sido, si habría estado embarazada y no lo habría perdido sería muy feliz de ser madre, me gustaría tanto tener en 9 meses en mis brazos a esa criatura. Pero, no podrá ser así, ya que gracias a esos jodidos premios mi bebé se murió sin siquiera saber yo que él existía dentro de mí.

En mis sueños más locos, siempre soñé con mi primer hijo. Y siempre quise que fuera varón. Dije que lo llamaría Jack, no querría irrumpir los JB. Es decir nombre con J y apellido Bieber —sonreí para mí misma en mis escasas posibilidades de hacerlo—, pero las cosas nunca son tan fáciles como deberían. Me habría encantado ser madre, así tenga 18 y me falten muchas cosas por saber y otras tantas por crecer aprendiendo, soy una joven chica aún y puedo tener hijos adelante, pero… pensar que tuve la posibilidad y todo fue mal, es lo más triste que alguna vez me haya pasado en la vida.

Es difícil creer que Dios es justo ahora, ¿no? Te da la felicidad sin que puedas saber que vive en ti y te la quita para que sepas que la tuviste. Me habría encantado llevar a ese bello ser dentro de mí durante 9 meses, pero Dios me quitó la posibilidad de hacerlo. Solo él sabrá por qué me pone a prueba; ¿querrá que sea más fuerte? Pues, no es tan fácil como cree. Mucho menos cuando te derrumban todo, como acabó de hacerlo él.

El único consuelo que me queda es creer que ese bello ser que no alcanzó a conocer el mundo, es saber que será un ángel. Será un guía y una protección que quedará para siempre sobre mí y sobre Justin. Anoche, no hice más que pensar en lo que habría sido. Si habría sido niña, Justin habría sido el padre más celoso y protector del mundo —algunas lágrimas cayeron—. Le habría puesto Juliet, y creo que sería la niña más afortunada de todo el universo por solo ser la hija de Justin Bieber. Y si habría sido niño, le habría puesto Jack. Habría sido el segundo amor de mi vida. El 3 hombre que amaría en mi vida. Papá, Justin y Jack. Pero… no tuve la oportunidad de sentir esas mariposas en el estómago al verlo caminar, el dolor de darlo a luz. No tuve ninguno de los placeres de ser madre.

Salí de la bañera, antes de largarme a llorar otra vez. Me paré frente al espejo envuelta en una toalla y me lavé la cara con agua helada. Mis ojeras y la hinchazón de mis ojos daban pánico. Me cepillé los dientes y me sequé el cabello. Salí en ropa interior ya que había olvidado mi ropa afuera. No tenía vergüenza, Justin me vio desnuda, es mi novio. Me conoce.

Él se levantó quedando a la altura de mi vientre, me dio un suave beso. Mi nudo en la garganta volvió, pero me prometí no llorar. Él se paró del todo y besó mis labios tiernamente.

—Ese hermoso ser de luz, siempre nos iluminará y ten en claro que está en un lugar mejor —sonreí o eso intenté.

—Te amo —fue lo único que logré decir. Él volvió a besarme.

—Cámbiate y vamos a ver a mamá —me pidió.

—Está bien —acepté.

Me metí en el closet y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=42486589&.locale=es, y salí a la habitación otra vez.

—¿Estás mejor? —me preguntó Justin. Él no estaba mucho mejor que yo. Yo solo asentí.

—Vamos —le pedí.

Salimos de casa y caminamos hasta casa de Pattie. Allí solo entramos.

—¡Chicos! —exclamó Richard, el novio de Pattie.

—Hola —dijimos al unísono. Intenté sonreír pero fue en vano.

—¿Por qué esas caras? —nos preguntó. No iría a contarle o lloraría, como idiota.

—No es nada —dijo Justin—, solo tuvimos una mala noche —evadió el tema—, ¿mamá?

—En la cocina —le dijo Richard y regresó a su libro. Con Justin fuimos a la cocina.

Pattie estaba cocinando, seguro ella notaría nuestra tristeza.

—¡Chicos! —dijo Pattie alegremente. Sonreí y Justin también, pero se parecía a cualquier cosa menos una sonrisa— ¿y esas caras? Están demacrados —dijo dejando las cosas de cocina preocupada—, ¿pelearon nuevamente?

—Mamá —habló Justin con los ojos acuosos—, ___________(tu nombre) estaba embarazada —mis lágrimas comenzaron a caer.

—Pero eso es maravilloso, es un suceso divino —dijo Pattie intentando hacer que todo pareciera lindo.

—Pattie —la hablé ella me miró más que preocupada—, perdí el bebé.

—¿Qué? —dijo Pattie y miró a Justin de acto seguido—, chicos ¿qué sucedió? —comencé a llorar una vez más, ni siquiera podía hablar. Solo me senté en la mesa y Pattie abrazó a Justin.

—Estaba embarazada de 2 semanas y como el feto era chico no resistió a los PCA y las actividades físicas —le explicó Justin. Pattie se sentó al lado mío y me abrazó maternalmente.

—Justin siéntate —le pidió a Pattie.

—Mamá —intentó advertirle algo Justin.

—Justin, escúchame —le pidió Pattie—. ___________(tu nombre) —levanté mi cabeza y la apoyé en mi mano mirándola a Pattie—. Yo no sé qué se siente, pero sí sé lo que es ser madre joven —ella tuvo de chica a Justin—. Como mujer te aseguro que no es un error, porque amo a mi hijo y es lo más maravilloso que me pasó en la vida. Pero es demasiado difícil. No tendrás la oportunidad de disfrutar tu juventud —es verdad—. Es lo más maravilloso del mundo, sí. Pero es difícil. Son jóvenes y tienen tiempo para ser padres.

—Pero no sabes el dolor que tengo en el corazón, Pattie —le comenté llorando—. Anoche no dormí ni siquiera un segundo llorando toda la noche. Me imaginé cada detalle y no pude dejar de pensar en cómo se sentiría el amor de una madre hacia un hijo —ella sonrió orgullosa y besó mi frente maternalmente.

—Ese dolor que tú sientes ahora, así y más grande es el amor que te inspiran —Justin también estaba llorando—. Pero ya no lloren. Deben seguir con sus vidas —nos dijo ella—. Saben que los amo y para mí más que una nuera eres mi hija, pero odio verlos así.

—Gracias —dije secando mis lágrimas y tragando mi nudo en la garganta—. Para mí eres mi segunda mamá, Pattie.

—¡No debes agradecer linda! —me dijo ella.

—¿Quieres jugo? —me ofreció Justin levantándose hacia la heladera.

—Sí, por favor —necesitaba beber algo. De tanto llorar quedaría seca.

Estuvimos un rato más hablando con Pattie y luego nos fuimos de allí. Aún no sabía qué hacer. Mamá no estaba en Los Ángeles y había dejado de plantón a Demi, claro que la llamé. Pero no le conté todo.

Mi vida era un solo derrumbe… y solo Justin estaba ahí para mí.

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Nicky: ¡Hola, hola! (: Bienvenida, o bueno… bienvenida al mundo de los comentarios (?) jaja. Y quizás, sí te estén buscando para una película, ¿quién dice que no? Jajaja. Un besote, linda. Te quiero montones.

Ainelen: ¡Besos, linda!

Ale: ¡Hola, linda! Jajaja, hace mucho no comentabas, es verdad. Un beso.

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Subiré pronto, lindassssssssssss (: Las amo n.n Besitos.

—Poly—

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