Capítulo 195°: "Estamos mejor que nunca".

Vous m'avez dit: "Juste respirer"

Laissant tous volée

C'est tellement merveilleux ici

Puisque vous êtes,

C'est tellement merveilleux ici

 Puisque vous êtes, le bonheur —simplemente fluyó.

—¿Puedes ser más perfecta? —cuestionó Justin mientras se sentaba a mi lado en el puf rodeándome con su brazo.

—¿Por qué siempre que canto tú apareces mágicamente a decirme algún halago? —respondí con otra pregunta divertida.

—Mmmh… ahora que lo pienso, es como que el destino me dirige a ti —susurró él a mi oído mientras acomodaba mi cabello.

—¡Estás jugando sucio! —me quejé divertida y lo miré directo a los ojos dejando la guitarra a un lado.

—¿De qué hablas? —cuestionó entre risas.

—¡Estás seduciéndome! —exclamé. Él comenzó a besar mi cuello—, Ya, ¡Justin! —me quejé— no podemos.

—¿No, no podemos? —cuestionó algo desilusionado y me miró a los ojos otra vez.

—¡No, no podemos tontito! —respondí— estoy embarazada, olvidas ese detalle —no es que no pudiera, en realidad no sé si puedo. Es que… no quería. Quería cuidarme al máximo, no quería perder un bebé otra vez.

—Pero… sí podemos tomar algún refresco mientras charlamos bajo las estrellas hasta quedar dormidos, ¿no? —yo solo reí algo tímida. Justin parecía un príncipe azul sacado de una película de Disney.

—¿Tú dices? —me hice rogar.

—Yo digo —afirmó siguiéndome el juego.

—Entonces, sí —sonreí—. Pero si tú buscas los refrescos, recuerda que estoy embarazada —retruqué antes de que él dijera algo.

—¡Está bien! —exclamó entre risas— Ya regreso —prosiguió a besar mis labios fugazmente y se levantó para entrar a buscar las cosas.

Luego de unos minutos él llegó con un DVD portátil, dos refrescos, una manta y pizza. A veces creo que esto es mentira, Justin es tan lindo conmigo que es imposible creer que sea real. Yo creí que los hombres así ya no existían.

—Será una linda noche de películas —me avisó.

Entre películas románticas, besos y cariños la noche pasó rápido, muy rápido. Quedamos dormidos a eso de las 3 de la mañana, la noche estaba perfecta. Desperté al día siguiente, eran las 08:30 a.m., entré a la habitación luego de tapar a Justin con la manta, justo estaba en la sombra, por lo que no creo que despierte hasta que yo lo hable. Me di una ducha, sequé mi cabello y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=50613393&.locale=es, me maquillé naturalmente y salí a buscar a Justin.

—Amor —lo hablé acercándome a él.

—Mmmh… —dijo entre sueños.

—¡Justin, mi vida! —murmuré cerca de él.

—Los dinosaurios son lindos —habló sonsamente sin despertar. Yo solo largué a reír.

—¡Justin! —elevé la voz, él se sobre saltó y me miró.

—¡Mierda! —exclamó— los ángeles han bajado al cielo —yo solo reí por lo bajo.

—¡No soy un ángel, sonso! —exclamé— ya despierta son las 9.

—Ya, ya —sonrió—. Oye, ¿qué te parece ir al centro comercial hoy? —cuestionó divertido.

—¡Genial! —sonrió ampliamente— además, podemos ver algunas cosas para nuestro futuro hijo o hija —sonreí.

—Me gusta la idea —afirmó enmarcando mi cara entre sus manos y me besó dulcemente.

—Ya, levántate flojo —le ordené.

Desayunamos y eran las 10:30 cuando partimos hacia el centro comercial. Al llegar, casi a las 11:15 de la mañana, bajamos tranquilamente. Intentando no causar alboroto.

—Sabes… te has vestido como a Anya le gusta —murmuró a mi oído mientras me abrazaba con la cintura para salir caminando del estacionamiento, yo solo reí divertida.

—Extraño a Anya y a Christian —confesé recordándolos.

—Son unos flamantes padres —murmuró él divertido.

—Lo seremos en 8 meses y una semana —comenté yo divertida.

—Me harás el hombre más feliz de todos y lo sabes, te amo —susurró lo último a mi oído.

—Me harás sonrojar aquí mismo —me quejé entre risas tímidas mientras entrábamos a los pasillos del enorme centro comercial.

—Te vez linda sonrojada, no te será un problema —bromeó él. Yo solo reí levemente.

—¡Qué sonso! —me quejé entre risas.

—Y volviendo al tema de tu ropa, te vez hermosa así —sonrió ampliamente.

—En pocos meses me será difícil vestir así —confesé entre risas.

—En pocos meses tendrás una pancita más que linda —Justin era dulce y esto de que va a ser papá, le asentaba más dulce aún.

—Ya quiero saber si será nena o nene —confesé.

—En poco más de un mes lo sabremos, mi linda prometida —me recordó Justin besando mi mejilla. Apuesto a que luego de este día saldrían mil fotos nuestras y el título sería: “Están mejor que nunca”.

—Pero, falta un poco más de un mes —le recordé divertida. Él solo se limitó a reír.

—Más de un mes —repitió pensativo—, quizás… en ese mes podríamos viajar a algún lugar.

—Debes grabar en dos semanas —le recordé divertida. Justin estaba perdiendo la cabeza.

—¡Lo olvidé! —murmuró divertido— ¡Yo quería vacacionar!

—El invierno se acerca —en unos meses será navidad y año nuevo y luego, ya solo quedaran dos meses para la boda. ¡Solo faltan 5 meses!

—Olvidas que al otro lado del mundo es verano —murmuró entre una risa leve.

—Nunca creí que me sería tan fácil pensar que en simples horas, con solo quererlo, estaría en China, por ejemplo —sí, tenía el dinero. Pero no era fácil.

—Las cosas se nos dan fáciles, ahora estamos bien —sonrió ampliamente.

—Aún así, hasta los ricos lloran —no había que confiar todo al destino. En realidad, no sabíamos qué nos depararía.

—Solo si tú me faltas —estaba meloso hoy.

Hacía casi 4 años, mi vida era un completo giro de 360°. La felicidad, no me parecía un sueño. Tener a alguien que me saque una sonrisa todos los días, tampoco me era loco ahora. Sus manos me sostenían con fuerzas, era simplemente perfecto. Ya lo sé, la perfección no existe. No, no existe. Pero cuando una persona logra hacerte sonreír sin motivos, cuando te da lo mejor que puedes tener, cuando te brinda la seguridad y te cuida como un ángel entonces… sí comienzas a pensar que la perfección es una virtud de aquellas personas que tienen luz propia, que irradian felicidad.

¿No han conocido a alguien que les parezca muy positivo, irreal, bueno, simpático para vivir en este mundo? Bien, si conocieran a mi Justin, sentirían eso. Él encuentra las palabras perfectas, él tiene las palabras perfectas. Sonríe de una forma que te hace sentir paz, no espera más que una sonrisa. No espera nada. Justin es un chico sencillo, aquel que nació en Canadá un 1 de marzo de 1994. Entre tantas personas, él es mi felicidad y eso me parece raro. Nunca creí merecer algo tan bueno. Pero después de todo, quizás sea lógico que después de vivir una infancia horrible y una golpeada pre-adolescencia, mi vida de un giro donde la luz aparezca. Donde la luz aparezca de la mano de Justin, más exactamente.

—Me hace feliz saber que siempre estaré a tu lado, pase lo que pase.

Muchos podrán juzgar, decir que solo tengo 19, que me falta mucho por vivir, que atarme a él solo sería un estúpido error. No esperaba que todo mundo lo aceptara, en realidad… eso nunca sería posible. Simplemente, estoy segura de lo que haré. Estoy segura de que ser madre y casarme con Justin son opciones correctas, son las opciones que debo tomar. Lo que mi futuro dictará, lo que yo necesito para subsistir feliz. Justin y ese hermoso hijo o esa hermosa hija que vendría a cambiarnos y llenarnos de luz, en un par de meses.

—Linda, esto nunca va a cambiar —me aseguró él. Lo sé, estábamos tan tiernos en medio de un centro comercial, pero sinceramente era poco lo que nos importaban los demás.

—Te amo —susurré a su oído, sin dejar de caminar.

—Volviendo al tema de nuestras vacaciones —retomó su idea—, luego de grabar con Paramore podríamos ir a Milán, Paris, no lo sé. Quiero ir a Europa.

—También hace frío —le recordé en forma “obvia”.

—Lo sé, pero es un frío glammoroso —yo solo me dediqué a reír de ese comentario sonso—, ¿de qué ríes? —cuestionó él actuando seriedad.

—¿Has escuchado lo que te pones a hablar? —le pregunté sin dejar de reír.

—No, pero sabes de repente me dan ganas de entrar a un almacén y tirarnos con leche y yogurt como Rihanna en We Found Love —lo miré algo raro, pero sus ideas me causaron más gracia aún.

—¡Justin! —lo regañé divertida— estás volviéndote un rebelde sin causa —añadí burlándome.

—¡Oye! —protestó él— tú no eres tan rebelde que digamos —se defendió.

—Y no pretendo serlo —retruqué yo. Él solo recostó su cabeza sobre la mía y sentí como reía levemente.

—¿A dónde entramos primero? —me preguntó sin cambiar su posición anterior.

—Ya no quiero zapatos —le anticipé. Él solo sonrió.

—Lástima, estaba dispuesto a regalarte unos pares —murmuró. Justin veía ocioso que yo comprara zapatos compulsivamente.

—¿Lo dices enserio? —cuestioné. Él largó una pequeña risita.

—Sí —afirmó—. Solo porque estás embarazada.

Compramos algunas cosas y hasta llegamos a comprar ropa de bebé recién nacido, en realidad compramos colores como blanco y amarillo pálido, colores que son para varón y mujer. No nos interesó si la prensa podía vernos o no. Simplemente, no diríamos que sí, tampoco que no. Luego de casi 2 horas de estar en el centro comercial regresamos a casa. Justin cocinó pasta y comimos. Decidimos ir a caminar bajo el sol. Pero antes me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=50827434&.locale=es, para estar más cómoda.

—Vistes rara ahora —comentó Justin, yo solo reí y me puse los lentes, el sol me daba de frente.

—Se llama sencilla —lo corregí.

—Te vez hermosa así —me informó. No acostumbraba a estar tan “desarreglada”—. Ni siquiera sabía que tenías algo sin tacones o plataformas.

—¡Justin! —protesté. Él solo rió.

—Enserio —repitió—, es que siempre llevas esos 15 centímetros bajo de ti. Estoy celoso de todos esos Louboutin que traes en tu closet.

—¡Es solo para estar debajo de mí! —y sí, lo dije con mal sentido.

—¡Oh, nena! —exclamó divertido él. Yo solo fruncí el ceño y me giré a verlo.

Íbamos caminando por un camino lleno de flores y árboles, donde el sol daba suave pero calentaba lo suficiente para hacerte sentir a gusto. Era hermoso el aroma a pinos y frutos ya maduros, que dentro de poco caerían y los pájaros comerían antes de que el invierno los mate.

—¡Oh, vamos! No te enojes —murmuró Justin al verme caminar más rápido quedando delante de él.

—¡Suéltame! —le ordené jalando del agarre de su mano en mi brazo. Estaba actuando, pero lo hacía lo suficientemente bien como para que él se sintiera mal.

—¡Mi amor! Sabes que bromeaba, vamos baby —me rogaba él sin dejar de agarrarme. Entonces, una pequeña risa se me escapó.

—Te asustas rápido —le avisé dándome vuelta a verlo.

—¡Eres cruel! —se quejó él abrazándome por la cintura.

—Sabes lo que dicen… —me hice la sonsa y comencé a jugar con la medalla que colgaba de su cuello, un pequeño Cristo— debes ser…

—¡No, no dicen nada! —me interrumpió inquisitivamente, sonriendo como diciendo: “sé lo que intentas hacer, ___________(tu nombre)”.

—¡No! —me quejé yo entre risas cuando él comenzó a hacerme cosquillas—, me hace mal.

—No dejo de hacerlo por ti, solo por nuestro hijo o hija —me advirtió. Justin se comportaba tan dulce y tierno. Lentamente se acercó a mí y apoyó sus labios sobre los míos, con un suave pero astuto movimiento me apretó contra él y sus labios, en menos de dos segundos estábamos besándonos y otra vez yo estaba tocando el cielo con las manos.

—Hacía mucho no me besabas así —comenté algo agitada. Él sonrió ampliamente.

—Ese pantalón te deja más trasero —bromeó Bieber. Yo solo reí.

—¡Justin! —protesté— Quizás esté subiendo de peso por el embarazo —intenté solucionar el comentario. Él solo rió.

—Ni siquiera tienes panza —me informó.

—¡Oww! —dije levantándome la remera y frotándome la panza— Ya quiero que crezca.

—¡Te vez tan tierna! —exclamó Justin abrazándome, otra vez. Amaba estar entre sus brazos.

—Justin —lo hablé, él me sonrió—, quiero que me prometas algo.

—Lo que desee mi princesa —aceptó sin sacar la sonrisa de su cara.

—Prométeme que no vas a dejar a nuestro hijo o hija si peleas conmigo, que vas a amarlo y apoyarlo en todo —hablaba en masculino generalizando.

—¿Cómo puedes pedirme eso? —cuestionó enmarcando mi rostro con sus manos—, ¡___________(tu nombre), yo por ti y por nuestro futuro hijo o hija, daría mi vida! No me interesa nada, yo nunca voy a dejarlos. Nunca, ni a él ni a ti.

—Te amo, ¿te lo había dicho? —cuestioné enternecida.

—Muchas veces —presumió él sin soltarme.

—Podría escribir un libro de lo mucho que me encantan tus ojos —le informé. Él sonrió algo apenado. Yo solo le devolví el gesto.

—Yo podría escribir un libro de lo que te extraño cuando no estás cerca —confesó arreglándome el cabello.

—Quiero que esto dure por siempre —quizás, era la frase más escuchada, la más conocida. Pero… era lo que sentía. Era lo que deseaba.

—___________(tu nombre), necesito de ti como nada en el mundo. Eres mi mayor dependencia —confesó él. Yo solo jugaba con mis dedos y el cabello de su nuca.

—No puedo creer que hace 4 años eres como mi droga, lo único que hace que me sienta bien, feliz. Lo único que me hace sentir vivo —amaba oír eso. Amaba oír que me amaba tanto como yo a él.

—¿Podría amarte más? —cuestioné retóricamente— Justin, no hay nada en el mundo que me llene más de luz que tú. Te amo, no quiero dejar pasar esto nunca, no quiero volver a la oscuridad que aparece cuando te vas —sonaba cursi, pero solo decía lo que pensaba, más bien lo que sentía.

—Solo me basta verte, para saber que todo estará bien —acarició mi mejilla dulcemente—, no hay nada mejor que despertar a tu lado cada mañana y verte dormir plácidamente.

—Bésame —le pedí. Él sonrió ampliamente. Para luego besarme con dulzura.

…Al día siguiente…

Desperté temprano, anoche Alison había llamado diciendo que debía ir al estudio. Según ella, había buenas noticias. Justin aún dormía, me duché y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=50874938&.locale=es. Salí del baño y él aún dormía. Me había dicho que él me acompañaría al estudio, así que debía despertarlo. Luego de que despertara y desayunáramos nos dirigimos al estudio. Allí, Alison nos atendió, también estaban Rosadela y mis bailarines.

—Como me has dicho —comenzó a hablar—, has estado trabajando en nueva música.

—Así es —afirmé yo.

—Bien, estamos dispuestos a escuchar algo movido. Estamos preparando el primer sencillo —y solo lo dice así.

—Pienso cantar rock —le recordé. Rosadela inspeccionó mi figura entonces.

—No pareces rockera —me informó y luego me sonrió cálidamente.

—Aunque no lo creas —le habló Alison a Rosadela—, lo canta de maravilla.

—Es que no tengo nada planeado —confesé. Sí, tenía un par de canciones, pero nada maravilloso.

—Esperábamos que sí —informó Alison.

—¡Me habrías avisado! —le retruqué.

—Ya, era broma —me avisó ella. Yo solo sonreí aliviada—. Te tenemos una sorpresa.

—¿Qué sorpresa? —cuestioné ansiosa.

—Sabíamos que te gustaría grabar con ella así que… la llamamos —me anticipó mi managger. Volteé a ver al escuchar el ruido de pasos acercarse y allí estaba entrando a la sala de ensayos, la mismísima Rihanna.

—¡Oh Dios mío! —exclamé incrédula. Ella me sonrió y se acercó a saludar.

—¡Hola, ___________(tu nombre)! —saludó ella simpáticamente.

—Hola —respondí yo. Ella se encargó de saludar a uno por uno a los presentes.

—Me comentó Alison que te gustaría hacer un remix de Where have you been conmigo —claro, era su canción.

—Sí, es verdad —sonreí—. Es que es genial.

—Entonces, te parecerá muy buena la propuesta de grabar conmigo el viernes —¡mierda! Yo estaba escuchando mal, ¿verdad?

—¿Bromeas, verdad? —lo deseaba hace meses.

—¡Claro que no! —sonrió ella divertida—, ¿aceptas?

—¡Claro que acepto! Como no aceptar, si es lo que deseo.

—Pero primero debes dejar que te vea cantar y bailar —me pidió ella.

—Bailar, no puedo —ya había llegado a mi tope de actividad física con los MTV, no podía bailar—, pero cantar con gusto.

—Bien —sonrió, era un bueno que no pidiera explicaciones—. Me bastará con eso por ahora.

Narra Justin:

Sabía que ella quería cantar con Rihanna, entonces me encargué de organizar todo. Alison no dudó en llamar a Rihanna y Rihanna no dudó en venir. Por empezar, tenía compromisos ya que su managger dijo que sí y además es una gran amiga, no dudaba que diría que sí.

—I'm just hearing your voice

I'm just dancing alone

I need more than

Dancing with you in mind

The rain wets the time

I can not fly

My voice is heard in the distance

Everyone asks for more

Oh, I'm falling

Oh, I do not

The sun becomes small

Far away on the horizon

Your face gets wet

And the rain reminds me

Everything was fine a minute ago.

Cantó para Rihanna y se pusieron de acuerdo con lo que harían el viernes para grabar, horario, donde y todas esas cosas. Salimos del estudio y apenas eran las 09.30 de la mañana.

—Oye, sabes quién me ha escrito últimamente —musitó ___________(tu nombre).

—No, ¿quién? —cuestioné yo conduciendo.

—Ryan —¿Ryan Butler? No tenía nada contra él, pero después de que haya salido con ___________(tu nombre) sin pudor alguno, creo que mi imagen hacia él cambió mucho.

—¿Ryan Butler? —cuestioné yo.

—Sí —afirmó—. No lo odies —me pidió ella—. Él es un buen chico.

—…