—¿Qué
sorpresa? —cuestioné yo. No quería paparazzis esta vez.
—¡Es
sorpresa! —murmuró divertido él.
—¡Oh,
Justin! —me quejé yo— Ya, está bien, ¿debo ir formal? —quizás iríamos a cenar.
—Lo
tengo todo planeado —me respondió él.
—Es
decir, que ¿ya has organizado lo que me pondré? —me refería a lo que vestiría.
—Sí
—sonrió levemente—. Bueno, no yo. Pero sí —sonrió. De seguro le pidió ayuda a
Nerea, ya que con Rosadela él no habla—. Nerea me ayudó —sonrió.
—Entonces
me dejas a entender que iremos a un lugar elegante —sonreí levemente.
—Muy
elegante —me sonrió ampliamente.
Ese
mismo día almorzamos en el restaurante del hotel, no teníamos planeado salir ni
mucho menos, no queríamos más problemas.
Esa misma noche,
tomé una ducha y me cambié con lo que Justin había dejado sobre la cama de la
recamara, Nerea lo había elegido especialmente para mí y sinceramente las botas
Loboutin que había elegido estaban volviéndome loca. Me vestí así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=51736338&.locale=es, dejé mi cabello caer por mi espalda con
sus ondas naturales. Me puse brillo en los labios, me ricé las pestañas y me
delineé un poco, nada extravagante. Al salir en la sala se encontraba Justin,
sentado en el sillón vistiendo un traje gris oscuro, con corbata roja y zapatos
negros. Estaba muy elegante, muy hermoso.
—¿Ya
estás lista? —me cuestionó sonriéndome.
—¿Es
necesario el sombrero? —pregunté yo.
—Mucho
—me sonrió—. Las señoritas de clase lo usan como algo indispensable, así que
debes traerlo.
—¿A
dónde iremos? —cuestioné confundida. Quería saber a dónde iríamos.
—No
falta mucho —me recordó sonriendo maliciosamente.
—Ya
vámonos —al menos quería ser puntual, sí sabía que debíamos estar a las 9 y
eran 8:30.
—Sí,
vámonos.
Justin
condujo por la ciudad y dio la vuelta, haciendo que quedáramos en la llamada
“playa sur”. Es decir, la “opuesta” a donde estábamos nosotros. Allí, bajamos.
Él me dirigió hasta un crucero, allí pasamos y subimos. La música sonaba
fuerte, era una orquesta en vivo, lo apuesto. Tocaban jazz. Y sí, parecía una
película de Hollywood, justo en la parte que vas entrando a Las Vegas, a ver algún
espectáculo de chicas bailando en un casino mientras tipos importantes juegan a
la ruleta. Solo digo, nunca fui a Las Vegas ni mucho menos a un casino como los
de las películas de Las Vegas.
—¿Qué
es esto? —cuestioné caminando por una cubierta.
—Una
fiesta elegante —murmuró él sonriéndome. Tomó mi mano y entramos a un enorme
salón donde había mucha gente escuchando la música y hablando en grupos. Sí,
una típica fiesta de la clase social más alta.
—¿Qué
hacemos aquí? —cuestioné más confundida que antes aún.
—Cantar
para gente importante —resumió nuestra presencia.
—¿Qué?
—Además
de que sea la boda de mi prima —añadió sonriendo levemente. Me sentía rara,
todos me miraban como si nunca habrían visto a una mujer llevar vestido corto y
fue cuando me percaté de que era la única que dejaba a la vista parte de sus
piernas. Jodida Nerea.
—Comienzo
a pensar que habría sido una mejor idea que hablaras con Rosadela sobre mi
vestido —murmuré disimuladamente al oído de Justin.
—Nerea
dijo que se te vería bien y yo coincido —comentó mi novio sonriéndole a algunos
invitados, que al parecer eran conocidos de él.
—Todas
traen vestidos largos —me quejé yo.
—Tienes
lindas piernas —se encogió de hombros. Al mover la cabeza, vi a Pattie parada a
un lado con Richard.
—Allí,
está tu mamá —le indiqué a Justin.
—Sí,
vamos —me indicó. Nos acercamos hacia ella y miraba a Justin algo enfadada,
cada vez más.
—Hola
—saludamos al unísono mi futuro marido y yo.
—Hola
chicos —saludó Richard, el amigo de papá, novio de Pattie.
—Creí
que no vendrías —sé que Pattie se dirigía a su hijo—. Estoy muy enojada, Justin
Drew Bieber.
—¿Qué?
—cuestionó Justin en son de: ¿Qué hice?
—Le
has pegado a un paparazzi —oh, claro. Era por lo de hoy a la mañana, entiendo a
Pattie.
—Estaban
insultándonos —se defendió Justin—, además nos empujaban —Pattie no sabía del
embarazo.
—¡No
es excusa, Justin! —le exclamó su madre.
—Pattie…
—No,
no te metas —me interrumpió algo nerviosa—. Apuesto a que todo esto fue obra
tuya —juro que esas palabras me dolieron más que cualquier golpe.
—Pattie,
no la trates así —Justin elevó algo el tono mientras me abrazaba por la cintura
y mis ojos se llenaban de lágrimas.
—¿A
qué se debe esta rebelión? —nos estaba regañando a los dos.
—¡Primo!
—exclamó una muchacha vestida de blanco, supongo que la recién casada.
—¡Hola,
Jessica! —saludó Justin enérgicamente a la muchacha, ella me miró y me sonrió—
Jessica ella es ___________(tu nombre, mi futura esposa. Linda —me habló a mí—,
ella es mi prima Jessica.
—Un
gusto —la saludé—. Felicidades.
—Gracias,
el gusto es mío —me sonrió. Pattie nos miraba igual de severamente que hoy.
—Me
gustaría que cantaran en vivo —nos indicó Jessica.
—Pero
no tenemos nada preparado —se lamentó Justin mirándome.
—¡Vamos,
es el regalo que les pido! —era dulce al parecer.
—Jess
—interrumpió Patricia—, ahora no —le pidió. La muchacha sonrió y se fue.
—¿Por
qué estás tan así? —cuestionó su propio novio.
—Estoy
muy enfadada con ustedes —nos miró a mí y a Justin—. ¿Saben todos los líos que
armaron? —cuestionó.
—Sí,
lo sabemos —respondió Justin de antemano—. Hasta sé que podrían iniciarme
acciones legales, pero me vale nada lo que hagan. Yo defendí lo que amo.
—¿Qué
esconden? —cuestionó Richard astutamente.
—Estoy
embarazada —solté sin filtros. Los ojos de Pattie se abrieron ampliamente, la
tomé por sorpresa, lo sé.
—¿Qué?
—cuestionaron al unísono.
—Sí
—afirmó, esta vez Bieber—, por ello mismo le pegué a ese tipo, porque estaban
empujándonos y no estoy dispuesto a perder a otro bebé —añadió a la defensiva.
Pattie rápidamente me abrazó a mí y a Justin.
—¡Felicidades!
—exclamó felizmente.
—Igual
digo —añadió Richard y nos saludó dulcemente.
—Es
hora de bailar —murmuró el “animador” de la fiesta. Si es que podría llamarse a
esto una fiesta—, así que queremos a todas las parejas que no estén casadas aún
en la pista —Justin me jaló y nos colocamos en la pista, aunque ganas de bailar
no tenía ya estábamos en el juego—. Tenemos todo planeado, así que luego del
baile elegiremos a dos parejas para que la novia le cante a su novio la canción
que nosotros les indicaremos —añadió.
Comenzó
a sonar el típico clásico de cualquier película romántica en blanco y negro,
“Only you”. Justin se aferró a mi cintura y yo abracé su cuello dulcemente,
recosté mi cabeza en su pecho y comenzamos a balancearnos. Éramos unas de las
pocas parejas que lo hacíamos tan pegados, pero fue poca la importancia que
tomamos. Luego de bailar esos pocos minutos de canción nos separamos un poco
para que anunciaran las dos parejas que les cantarían a sus respectivos novios.
—Bien,
la primer canción será “First love” de Adele.
Anunció
la pareja y la novia cantó la canción, o bueno mejor dicho la aulló. Sí,
cantaba mal.
—Y
como no, como no pedirle a ella que le cante a su flamante novio —sonrió
ampliamente el animador—. Justin y ___________(tu nombre), suban —nos indicó.
Así lo hicimos y subimos a la tarima—. Deberás cantarle “Oh say can you see” de
Lana del Rey.
—Con
gusto —respondí, el animador me entregó el micrófono y todos se cerraron en la
pista como si fuera a dar un concierto. Justin me sonrió levemente mientras se
sentaba en la banquilla y me jalaba para que me sentara en su falda.
Cuidadosamente lo hice y la música comenzó a sonar.
Oh
say, can you see my stars?
The
night time is almost ours
To
wander through hayley’s and look at the bars
Nighttime
is almost ours.
The
headlights from passing cars
They
illuminate my face then they’ve made the dark
The
voice of nirvana says “come as you are”
And
I will
The
nighttime is almost ours.
A
sway of the hips and arms
We’ll
cradle you from afar
They
swing till you tire and send it alarms
Nighttime
is almost ours —canté recostada en el hombro de Justin. Juro que no había
canción que me diera tanta paz, era muy dulce su melodía.
—Je
t’aime —murmuró Justin a mi oído, hacía tanto no lo oía decírmelo en francés.
Hacía mucho no hablaba el francés ni él, ni yo.
—¡Espectacular!
—dijo el animador. Nosotros sonreímos y bajamos de la tarima, para que los
lentos siguieran y la gente siguiera “divirtiéndose”.
—Je
t’aime aussi, je vous jure qu’il n’y a rien de plus important que vous (también
te amo, juro que no hay nada más importante que tú) —murmuré abrazándolo del
cuello, él solo se acercó un poco más y me besó dulcemente, con suavidad.
—Oui,
je peux voir ton étoile Je ne peux voir tout ce que vous voyez et plus (Yo sí
puedo ver tus estrellas, puedo ver todo lo que ves y más) —sí, estaba
respondiendo la pregunta de la canción.
—Eres
dulce —claro que lo era.
—Tú
eres dulce —me devolvió el cumplido, yo sonreí levemente.
Bailamos
toda la noche divertidos, hasta que a las 04:00 a.m. decidimos regresar, era
tarde. Al llegar solamente nos acostamos a dormir, no había otra cosa por
hacer.
…Al
día siguiente…
Desperté
a las 11:30 a.m. sí, era tarde y no era para menos, anoche nos habíamos
acostado a las 04:30 a.m. Entré al baño y me di una ducha, me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=51745334&.locale=es, me até el cabello en un
moño alto y decidí no maquillarme. Salí del baño y Justin seguía durmiendo como
lo hacía antes de que vaya a bañarme. Vi que su teléfono estaba vibrando sobre
la mesa de noche, pero él ni siquiera se percataba de eso. Me acerqué y vi que
era Ryan quien marcaba. Así que decidí atender.
#Vía telefónica#
—¿Aló? —respondí yo
saliéndome de la habitación.
—¡Justin! ¿Qué le sucedió a
tu voz? —reí levemente. Era un sonso.
—Soy ___________(tu
nombre), Justin duerme aún —le expliqué brevemente.
—¡Hola! —exclamó él—, ¿cómo
se la están pasando?
—Bien, muy bien, ¿allá como
están las cosas? —cuestioné por cortesía.
—Todo muy bien —me
respondió—. Necesito pedirte un favor —era raro, llamaba a Justin para pedirme
un favor a mí. No era lógico.
—Dime —le pedí a pesar de mis
deducciones.
—Necesito que hables con
Rosadela —me indicó él.
—¿Rosadela? ¿Mi estilista? —¿qué
querría Ryan con ella? Quizás, coquetear. No lo creo. Se encargaría él.
—Sí, ella misma —afirmó
Butler—. Es por trabajo.
—Pero… ella está en Los
Ángeles y yo en Hawái —sí, no tengo su número telefónico.
—¡Es urgente! —exclamó— a
menos que tú quieras estar en mi cortometraje.
—No, no —no quiero trabajo
por ahora—. Además, creo que a Rosa le parecerá una oportunidad interesante —o
eso supongo, necesita el dinero, quizás acepte.
—Entonces, habla con ella —me
pidió.
—A ver —suspiré e
inspeccioné en unas milésimas de segundo mi idea, otra vez—, ¿qué te parece
venir hacia Hawái? Yo le diré a ella que venga y aquí arreglarán ustedes.
—¿No podría ser cuando
ustedes regresen en Los Ángeles? —me preguntó Ryan.
—Regresaré en un mes —le
expliqué—. Además, Rosadela es algo rara respecto a “citas”.
—¿Segura de lo que dices? —sí,
por mi descripción pareciera que fuera mi mejor amiga.
—Sí, Ryan —afirmé—. Sé más
de ella de lo que tú crees —trabaja conmigo, debo conocerla.
—¿Estás segura de que irá? —Ryan
es desconfiado a veces.
—¡Sí, Ryan! —exclamé yo— Yo
haré que venga a Hawái, además no creo que se niegue a venir sabiendo que hay
espectaculares olas aquí.
—Está bien —lo notaba feliz
ahora.
—Bien, ¿cuándo vendrás? —le
pregunté.
—¿Te parece en dos días? —cuestionó
Ryan.
—No es que tenga que
parecerme a mí, solo cuestioné para decirle el tiempo a Rosadela —esclarecí.
—Ya, iré en dos días
entonces —afirmó él.
—Bien, le diré a Rosadela —le
informé.
—Gracias, sonsita —lo decía
amistosamente.
—De nada, Riri —murmuré.
—Te veo —se despidió.
—Adiós —me despedí yo y
colgué.
#Fin vía telefónica#.
Entré
a la habitación otra vez y Justin recién despertaba.
—¡Hola,
amor! —saludó energéticamente— ¿con quién hablabas? —cuestionó.
—Con
Ryan —respondí pasándole su teléfono—. Estaba llamando y contesté por ti —le expliqué.
—¿Qué
quería? —cuestionó él sentándose en la cama y agarrando su teléfono.
—Hablar
sobre Rosadela —y no, no lo dije ni despectiva ni nada de eso.
—¿Sobre
qué? —creo que Justin no se esperaba nada de ello.
—Es
que tiene que filmar un corto y pensó en Rosadela —me resumí toda la historia
en una simple oración.
—¿Y
cómo harán para tratar? —cuestionó Justin. Creo que aún estaba algo dormido, lo
digo por su voz.
—Vendrán
a Hawái los dos —le informé.
—No
has pensado que ella no aceptará venir, ¿verdad? —Justin era pesimista hoy, eso
me sonaba raro y malo. Muy malo—. Ella no tiene el dinero suficiente —me
informó encogiéndose de hombros ante mi intimidante mirada.
—¡Justin!
—me quejé yo— Es mi estilista, es obvio que la llamaré como para que “trabaje
para mí”. Yo le pagaré las cosas —lo sé, estarán pensando “¿Y a esta qué
diablos le pasa?”. No es que sea una generosa por afán, pero la ayudaría.
—¿Estás
intentando “comprar” de algún modo a Rosadela? —cuestionó Justin. Sí, él
creería que la odio, no era de culparlo.
—No,
Justin —respondí en forma obvia—. Yo no tengo broncas con ella y quiero
ayudarla —le expliqué.
—Ya,
está bien —accedió sin más reproches—, pero solo una cosa.
—Dime
—le pedí.
—A
lo único que accederé es a una mínima salida de recibimiento o lo que sea, no
dejaré que se acerquen tanto a nosotros como para que sean unas vacaciones
dobles —me advirtió Justin rápidamente.
—Ya,
está bien —claro que accedí yo—. Vendrán en dos días, aún debo llamar a
Rosadela, pero lo haré por la tarde.
—Iré
a darme una ducha e iremos a almorzar —me avisó él sonriendo. Me besó
lentamente y se salió de la cama.
Luego
de que se duchara, bajamos y almorzamos en el restaurante del hotel. Nos
pasamos la tarde hablando y riendo mientras paseábamos por el centro de la
ciudad, sí, esta vez sin paparazzis. Regresamos a las 05:00 p.m. entonces
decidí llamar a Rosadela, para comunicarle lo de su viaje hacia Hawái.
#Vía telefónica#
—¿Aló? —escuché a la latina
saludar.
—Hola, Rosadela. Te habla
___________(tu nombre) —le expliqué brevemente.
—¡Oh! —exclamó sorprendida
y rápidamente noté como aclaró su garganta— ¿cómo estás? —me cuestionó.
—Muy bien, ¿y tú? —pregunté
cortésmente.
—Bien, muy bien —respondió
ella correctamente—, ¿qué se te ofrece?
—A ti… ¿no te gustaría
venir a Hawái? —le pregunté algo dudosa, no sabía si era la forma correcta de
decir la propuesta.
—¿De qué hablas? —cuestionó
confundida—, ¿tú no estás de vacaciones?
—Tengo una propuesta que te
interesará, Rosa —creo que ella desconfiaba de mí.
—¿Qué propuesta? —cuestionó
algo desconfiada ella.
—Necesito que estés aquí en
Hawái —me negué a explicarle telefónicamente—. Confía en mí, sé que te
interesará —insistí.
—Está bien —accedió ella.
—Mira, yo le diré a Alison
que compre los boletos y te los mande —le informé—. Deberás venir en dos días.
—Bien —accedió ella.
—Un beso, Rosa. Te veo —murmuré.
—Adiós, ___________(tu
nombre) —se despidió.
#Fin vía telefónica#.
Justin
me miraba algo raro, lo sé. Le caía raro que yo tratara tan bien a Rosa y lo
entiendo, no creo que él sobre llevara de esta forma la situación si estuviera
en mi lugar.
—¿Porqué
la tratas tan bien? —cuestionó él extrañado mientras me miraba atentamente
sentado frente a mí en el comedor.
—¿Se
merece lo contrario? —muchas personas me responderían que sí.
—No
lo sé —se encogió de hombros—. Yo en tu lugar creería que sí.
—Pues,
no —respondí yo y sonreí orgullosa de mí misma—. Sinceramente, no creo que lo
merezca. No le guardo rencores, no pretendo hacerle daño ni mucho menos.
—¿Por
qué eres tan linda, tan hermosa, tan buena? —me cuestionó acariciando
suavemente mi mejilla.
—¡No
soy tantas cosas! —exclamé divertida. Él sonrió sonsamente, embobado.
—¿Qué
haremos? —cuestionó.
Lo
demás no fue emocionante, lo admito. Solo charlamos enfáticamente, cenamos y
luego nos acostamos a dormir. Desperté desesperada. Estaba transpirada y mi
respiración era agitada, volteé a mirar y Justin no estaba en la cama. Me
desesperé el doble. Miré la hora en mi teléfono y eran las 04:00 a.m.
—Mi
amor, ¿qué haces despierta? —me preguntó Justin acostándose a mi lado. Me
sobresaltó un poco, no lo esperaba tan de golpe.
—No
lo sé —respondí—. Seguro fue alguna pesadilla.
—Ven,
solo duérmete —me pidió él. Dulcemente deslizó su mano por mi cabello e hizo
que nos acostáramos los dos. Mi cabeza quedó sobre su pecho y él se abrazó a
mí. Olía varonil y su calor me hacía sentir segura.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
¡Lindas! Espero que les
guste, intenté subir ayer, pero no pude. De todas formas, subí hoy. Subiré
cuanto antes pueda. Las amo (: Gracias.
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Poly.
COMENTENN!
:)
cielos!!, voy a hawaii!!, tengo envidia de mi misma :p
ResponderEliminaraaa me encanta siguela pronto
ResponderEliminarbesos
Att: laury
Me encanto Poly!!!!, mi comentario es corto porque ando con prisas. Te adoro!!
ResponderEliminarI LOVE U
Monii PolieberNumberOne
polyyyy cuanto tiempoooo sin darte señales d vida t explico : hemos tenido un mes ajetreado yo(camila) con las competiciones d patinaje y luego ya los ultimos examenes para ya xfin las vacaciones pero bno ya hemos acabado a si k ya podremos comentar mas de seguido
ResponderEliminarPD:siguela pronto
poly!!!!11 mee encantaaa siguienteeeee ya!! bueno estoy con prisa sube pronto tequieeero(L)
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