Capítulo 203°: "Todo estará bien".

—Antes de conocerte, mi anorexia estaba ahí —me sinceré. Era algo que desde pequeña sufrí—. Sentí durante años las ganas incontrolables de romperlo todo, por no poder reparar las cosas, por no poder hacer que todo marche sobre ruedas. Viví mal muchos años y llegas tú, cuando pienso que todo regresará a ser gris y dices unas palabras que me llenan de paz. Merecen un Hallelujah Justin, mereces un Hallelujah, porque me llenas de paz —murmuré sin dejar de derramar lágrimas.

—No soy una especie de Dios —me aclaró él.

—Estoy segura de eso —no creía que él lo fuera—, yo sé que tú eres mi ángel. Sé que alguien te mandó a protegerme. Y te amo, Justin Drew Bieber Mallette. No puedo alejarme de ti, porque eres mi ángel y sin ti estoy desprotegida.

—¿Quieres hacerme llorar más? —preguntó sonriendo levemente.

—Quiero estar segura de que todo estará bien —respondí.

Justin se levantó de su silla y me abrazó con fuerzas. Sentía estar completa en sus brazos, pero aún así seguía derramando lágrimas.

—Todo estará bien —era todo lo que necesitaba escuchar de él. Nada más. Nada menos. Solo eso.

—Sabes… —necesitaba decirlo todo—, por eso mismo quise que compraras la estancia en el campo, lejos de todo lo que pudiera hacerme caer. Porque quiero ser feliz, anhelo con mi vida ser madre contigo, casarme, ser felices. Porque yo no quiero dinero, carros, casas o lo que sea, solo quiero ser feliz. Antes, ser feliz para mí era tener a mi madre, luego fue el canto, y ahora no hay más felicidad que tú y el niño o niña que viene en camino, Justin —me sinceré. Sus ojos estaban húmedos.

—Me enorgulleces, mi amor —me sonrió—, todo estará bien. Porque haré todo para mantenerte a ti y a nuestro futuro hijo o hija a salvo, lo juro.

—Eres lo mejor del mundo, ¿lo sabes, Justin? —le pregunté sonriendo, él aún no me había soltado.

—Claro que no lo soy —respondió—. Quizás sea lo mejor para ti, que es distinto.

—Pues, sea lo que sea, te amo y me haces sentir muy segura —lo sé, pareciera que estaba diciendo cosas que nunca dije, pero siempre las sentí.

Justin me levantó la cara sutilmente desde el mentón y me besó en los labios.

—Quizás, sea mejor que regresemos a Los Ángeles —murmuró luego de besarme.

—¿Regresar? —pregunté, no oponiéndome. Solo confundida.

—Debemos controlar tu embarazo —me explicó a brevedad.

—Es verdad —haría todo para no perder a otra criatura.

…Los Ángeles…

Esa misma noche llegamos a Los Ángeles. Bajamos del avión y Kenny nos esperaba fuera del aeropuerto en la camioneta. Entre un mar de paparazzis, como siempre, subimos y el guardaespaldas de Just, condujo hasta la estancia que habíamos comprado semanas antes.

—Sabes, amo el olor a aire puro —dije entrando a la casa. Era enorme y muy hermosa.

—Sí, lo sé —sonrió y me abrazó por la cintura—. Mañana mismo iremos al médico.

—Lo que sea necesario para mantener a salvo a nuestra futura felicidad —sonreí mientras él cerraba la puerta.

Al día siguiente cuando me levanté, me duché y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=54597935. Cuando salí del baño, Justin esperaba por mí sonriendo algo nervioso.

—¿Ya vamos? —preguntó.

—Sí, ya —respondí y comenzamos a salir de la habitación—. Estoy nerviosa —me sinceré.

—Lo sé, cuando estás nerviosa no traes tacones —rió algo divertido.

—Está bien —acepté—, lo admito. Odio caminar de tacos cuando estoy nerviosa —él rió, pero no tan natural como siempre—. También estás nervioso.

—Mucho —confesó algo serio mientras comenzábamos a bajar las escaleras.

—Sabes, tengo un presentimiento de que todo estará bien —murmuré. Él me miró sonriendo.

—Si hoy las cosas salen bien, me gustaría que nuestras familias supieran del embarazo, ___________(tu nombre) —me daba algo de miedo. Nadie sabía que estaba embarazada y no sabía cómo lo tomarían. Sería el peor castigo que mi familia no acepte que voy a ser madre y eso me hace feliz.

—Just… —tragué saliva— tengo miedo de que mi familia no esté feliz con el bebé.

—Vamos, ___________(tu nombre) —murmuró—, ellos saben que nos casaremos. Es obvio que seremos padres —tenía razón.

—Quizás, esperan que sea dentro de un tiempo —me encogí de hombros—. Sabes que somos jóvenes —pues, 19 y 22 años, para ellos quizás no sea una edad coherente.

—___________(tu nombre) tú y yo, somos lo suficientemente maduros como para criar un hijo, vamos a estar bien —aseguró Justin—. Ellos van a estar felices —prosiguió.

—Eso espero, Just —claro que era lo que esperaba.

Salimos de la casa y nos subimos al auto. Justin comenzó a conducir por las calles de Los Ángeles luego de 1:30 hora de viaje hasta llegar a la ciudad, sí. Vivíamos básicamente, en el campo. Nos dirigimos hasta el hospital y allí bajamos. Entramos y en la recepción nos indicaron por donde ir hasta pediatría y qué obstetra nos atendería.

—Alison me dejó un mensaje hoy que decía que debe hablar conmigo respecto a una grabación —le comenté. Él me miró atentamente.

—¿Una grabación? —cuestionó.

—Sí, no dijo con quién, ni de qué —solo de la grabación—. Pero, no sé si aceptar.

—Debes ver con quién es —me aconsejó—. Quizás te convenga.

—Mientras no sea con Simpson o Selena creo que no me perjudicará —pues, con ellos dos cagaría mi vida—. Yo creo que será por el remix que quería hacer yo con Rhianna.

—Puede que sí —aseguró Justin.

—No lo sé —murmuré pensativa—. Luego de salir de aquí la llamaré —comenté.

—Quizás también pueda ser del dueto que cantamos en el festival —puede que quisiera saber qué haríamos con él.

—Eso estaría interesante —sonreí levemente.

—Sí —afirmó él—. Yo debo hablar con Scooter acerca de ello.

—Estaba pensando en terminar el álbum antes de ser madre, pero largarlo a la venta cuando nuestro ritmo de vida se haya adaptado al bebé —resumí mi idea.

—Me gusta la idea —afirmé—, ¿tienes algo escrito?

—Pues —sonrió levemente—, tengo una canción sobre ti y tus ojos, otra sobre papá y quiero hacer una pronto sobre Sofía.

—De seguro te harán 12 temas y 3 pistas extras para el dulex —afirmó él.

—Quizás, regrese a mis comienzos —le expliqué yo—. A cantar simplemente con una guitarra.

—En francés, ¿no? —sonrió divertido.

—Totalmente —afirmé yo a modo de respuesta.

La obstetra nos hizo pasar a su oficina luego de unos minutos.

—Buenos días —saludó simpática.

—Hola —saludamos al unísono. Estaba nerviosa, mucho.

—¿Cómo están? —preguntó— ¿Qué los trae por aquí?

—Pues —habló Justin y me miró—, queremos hacer un par de estudios.

—Oh, ¿sobre qué? —cuestionó la obstetra.

—En realidad, es más que nada para el bebé —hablé yo—. Es que sufro de anorexia crónica, aunque está controlada y la sobre llevo bien, tengo miedo de que el bebé sufra algún problema gracias a mí.

—Oh, entiendo —sonrió comprensivamente. Era una buena mujer, amable—. Y dime —me pidió—, ¿hace cuanto estás en tratamiento por esta enfermedad? —me preguntó.

—3 años —respondí—. En realidad, nunca me fue grave, porque me traté a tiempo.

—Pues, entonces no creo posible que la criatura sufra secuelas —murmuró la médica—. Además, si fuera a sufrirlas no estarías a punto de llegar a los 2 meses de embarazo —añadió—. De todos modos, vamos a hacerte un par de controles.

—¿Solo eso? —cuestioné aliviada.

—Sí —sonrió—. Eso y tendrás controles una o dos veces por mes.

—Gracias a Dios —dijo Justin y acarició mi mejilla.

—Tomaré unas muestras de sangre y en 10 minutos tendré exámenes exactos del bebé —me indicó.

Luego de saber que el embarazo iba más que bien, nos fuimos. Volveríamos en dos semanas a hacer la ecografía para saber si sería niño o niña. Llegamos a casa a las 10 de la mañana. Al entrar nos acomodamos en la sala a tomar café y comer galletitas.

—¿No has hablado con Alison? —cuestionó Justin.

—No, todavía no —respondí luego de tomar un sorbo de café.

—Me causa duda —reí divertida junto con él.

—Sí, a mi también. Voy a llamarla —le avisé tomando mi teléfono.

Marqué el número de Alison y esperé a que atendiera.

#Vía telefónica#

—¿Aló? —respondió Alison.

—Hola, Ali —saludé normalmente.

—¿Cómo estás cariño? —preguntó ella al saber que era yo.

—Bien, ¿y tú?

—Muy bien —respondió—. Te tengo noticias —prosiguió.

—Sí —afirmé—, por eso te llamo.

—Oh, bien te lo diré por aquí no más. Sé que para llegar al centro tienes rato y tengo una reunión en media hora —me explicó.

—Sí, dime —le pedí tranquilamente.

—Me llamó Paul —el representante de gira de los chicos de One Direction, ¿lo recuerdan, no?—. Me propuso una grabación muy interesante.

—Ya, dime —le pedí.

—Los chicos hablaron de grabar contigo un CD juntos —aseguró Alison—. Esperan grabar en inglés 14 temas ya que su gira juntos fue un verdadero éxito —me agradaba la idea.

—¡Me encanta la idea, Ali! —exclamé— ¿cuándo comenzaríamos?

—Las canciones ya están escritas por los chicos y comenzarían a grabar cuando tú dispongas.

—Pues, yo acepto. Tú encárgate de las grabaciones —le indiqué.

—Estás en Los Ángeles, ¿verdad? —sí, así era.

—Sí —afirmé.

—Bien, ya tenemos agenda entonces —me indicó—. Firmaré el contrato en la reunión y esta noche tenemos una cena con Usher, Paul y los productores ejecutivos de la gira. Puede venir Justin si eso deseas —añadió.

—Ya, iré. Dime la hora y el lugar.

—Las 08:30 p.m. en el Sheraton de la costa —añadió—. Se quedan a dormir allí, porque mañana tendrás ensayo y organizaré para que descanses y no viajes tanto.

—Está bien —acepté—. Llegaré antes de la cena —le anticipé—. Déjame dicho la habitación y has la reservación a mi nombre.

—Ok —aceptó—. La cena es formal —me anticipó—. Pero no te hagas problemas, le diré a Rosadela que busque algo adecuado.

—¿Estará en la cena? —pregunté.

—Sí —afirmó ella—. Es parte del team.

—Bien, te veo a la noche —añadí.

—Adiós —saludó y yo colgué la llamada.

#Fin vía telefónica#

Justin me miraba algo curioso, dudo que haya entendido algo. Yo solo reí divertida ante su cara de curiosidad máxima.

—¿Qué? —le pregunté sonriendo divertida, como si no fuera a decirle nada.

—¿Qué te dijo? —preguntó ansioso.

—Pues, no sé si decirte —me hice la loca, él frunció el seño.

—Ya, dilo —me exigió.

—Pues —sonreí—, grabaré con One Direction un disco —resumí todo—. Hoy tenemos una cena en el Sheraton de la costa —él sonrió divertido— y quedaremos a dormir allí porque mañana tengo ensayo.

—El Sheraton —sonrió algo pervertido ahora.

—No pensarás hacer nada —le indiqué. Pues, si no lo recuerdan, allí fue nuestra primera vez.

—¡Ya! —aceptó— solo porque mañana tendrás ensayo —añadió.

—¿Qué haremos ahora? —pregunté, ya habíamos terminado de desayunar y no teníamos nada emocionante por hacer.

—No lo sé, ¿quieres salir a caminar por el sol? —preguntó. Teníamos mucho por conocer de la estancia.

—Vamos a ver los caballos —le pedí sonriendo.

—¿Los caballos? —preguntó.

—Sí y le ponemos nombres —proseguí.

Caminamos hasta el establo y optamos por nombres para los caballos. No salimos a galopar por mi seguridad. Si caía podía ser fatal para nuestro futuro hijo. Luego de caminar hablando sobre distintas cosas, más que nada sobre la boda, regresamos a la casa. Estaba algo cansada. Justin cocinó un exquisito almuerzo. Almorzamos mientras reíamos de cualquier sonsera que Justin hacía. Notaba lo feliz y aliviado que estaba después de hablar con la obstetra.

Estaba ansiosa por ver cómo sería Justin como padre, me causaba curiosidad. Además, sé que Justin no solo querrá un hijo, querrá mucho más que eso y no me parece que está mal, al contrario. Creo que sería lo mejor del mundo tener más de 1 hijo. Amo los niños y pues, Justin también ama a los niños.

Llegó la hora de darme un baño, así lo hice. Me peiné y me maquillé naturalmente, tomé algunas prendas y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=54702791. Justin traía smoking negro y supras blancas en sus pies. Él conducía, salimos a las 7 ya que debíamos llegar a las 08:20 por lo menos y teníamos una hora de viaje.

—Me agrada que trabajes con los chicos —era raro oír decir eso a Justin.

—Es raro, tú eres celoso —murmuré.

—Lo sé —afirmó divertido—, pero los chicos son casi como tus hermanos, con lo poco que los conoces.

—Es verdad —eran muy buenos conmigo—. Además, no son pendejos como dicen.

—Lo sé, ___________(tu nombre). Sé que ellos no son lo que los rumores dicen —los rumores son una mierda.

—En realidad, nunca entenderé porqué si eres hombre y famoso tienes que ser gay —eso me causaba odio.

—Créeme que yo tampoco —aseguró Justin.

—Sabes, yo antes creía en los rumores, antes de ser famosa —me sinceré.

—Lo sé —rió Justin—. Me llamabas Gayber —era muy cierto.

—Lo lamento mucho —me daba algo de pena.

—Creo que lo superaré —bromeó él y luego rió—. Yo creí que eras así de pendeja y histérica siempre.

—¡Oye! —me quejé entre risas— a veces me daba la rebeldía.

—Era locura —me retrucó—. Tratabas mal a todos.

—Y sabes el porqué —murmuré. Él sonrió amargamente.

—De todas formas me encantabas —confesó—. Y míranos, ya estamos por casarnos y ser una familia.

—Y es lo que más feliz me hace en el mundo —murmuré yo sonriendo—. Cambiando de tema, si Harry se hace el pendejo es joda —le anticipé.

—¿A qué se debe? —cuestionó. Cuando yo estaba con Harry no era novia de Justin, Harry estaba acostumbrado a no tener límites conmigo, no de mal modo. Solo que me abrazaba o jodía haciéndome chistes sonsos conmigo. Conociendo a Justin eso le daría celos.

—Harry a veces me abraza y cosas así —le comenté—. Pero no hay nada entre nosotros, solo es así y ya.

—Está bien —aceptó algo de mala gana.

—No te enfades —le pedí—. Harry es así, no solo conmigo.

—Ya, ya —aceptó y sonrió mirándome un solo segundo. Luego volvió a mirar la carretera.

Llegamos al Sheraton y eran las 08:15. Entramos y pedimos la reservación, habitación 15. Al llegar, dejamos las cosas allí y bajamos al restaurante. Estaba cerrado solo para los de mi equipo de trabajo, los del equipo de One Direction y los ejecutivos de gira.

—¡___________(tu nombre), Justin! —exclamó una voz familiar para mí.

—Niall —sonreí dulcemente—, Liam, Harry, Zayn, Louis —nombré los demás en son de saludo.

—Hola chicos —saludó Justin.

—Hola —saludaron los demás sonriendo simpáticamente.

—Siéntense —indicó Harry. Así lo hicimos, yo quedé sentada al lado de Louis y Justin del otro lado, con Harry frente a mí.

—¿Qué tal están, parejita feliz? —preguntó Niall, Belieber boy desde hace años.

—Bien, ¿tú? —respondió Justin.

—Yo estoy feliz —murmuró Liam. Yo lo miré curiosa—. Porque volveremos a trabajar con nuestra amiga.

—Será un éxito —aseguró Zayn.

—Como la gira —afirmé yo.

—Las canciones serán un total éxito —afirmó Luis—. Harry y Zayn escribieron de maravillas.

—No exageres —le pidió Harry.

—Dilo por ti —le pidió Zayn—. Yo escribí como un gran escritor —añadió. Yo solo reí divertida.

—Él y su vanidad —tituló Niall.

—Hola chicos —saludó llegando un grupo de personas.

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¡Hola lindas! Lamento la demora, veré si puedo subir otro capítulo ahora, si no prometo que mañana lo hago. Las amo :3

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