—¿Emocionado amigo? —volteé mi mirada a Jaden quien conducía
el auto emocionado. Mi nudo en la garganta era indescriptible.
—No lo sé, viejo —la cara de Smith reflejaba total y
completa confusión—. Las cosas cambiaron —y mucho, seguramente. ___________(tu nombre)
no sería la misma.
—Solo pasaron dos años —carraspeé un poco—. No pudo cambiar
tanto.
—Definitivamente, no sabes de lo que hablas —carraspeé un
poco.
—¿Enserio crees que sea una criminal ahora? —me encogí de
hombros.
—Estuvo en la cárcel dos años tras rehabilitación, ¿qué
esperarías tú? —Jaden simplemente no dijo nada.
Entró por el camino que nos habían indicado algunos tres o
cuatro kilómetros atrás. Mi mente estaba nublada de ideas, no temía en qué se
había convertido ella, temía que no le agradara en lo que me había convertido
yo. Quedé pegado al tema del asesinato de Jen, no pude despegarme, por lo que
tampoco pude hacer la vida que mi madre tenía planeada para mí. Estaba viviendo
la vida que llevaba antes. Simplemente, que en ese momento tenía mi propia
pandilla. Yo era un criminal y mi miedo ahora era que ___________(tu nombre) no
me quisiera por ello. Mis sentimientos por ella seguían intactos.
—¿Y ella? —preguntó Jaden mientras nos acercábamos a la
parte trasera del edificio. Pude reconocerla, a pesar de todos sus cambios.
—¿Me creerás si te digo que es ___________(tu nombre)?
—Jaden soltó un jadeo, casi puse mi puño sobre su angelical cara.
—¿Ella? —Jaden aparcó el automóvil y no dudé en bajarme.
___________(tu nombre) volteó su cabeza a vernos una vez que
bajamos del coche, una sonrisa se dibujó en su rostro. Sincera y natural, pero
jamás inocente y dulce. Su look era completamente distinto. Traía su cabello
corto (http://larazalaraza.com/charlotte/wp-content/uploads/2013/04/RIHA.jpg),
su piel se veía bronceada, mucho más de lo que antes usaba, y sobre el borde
del short alcanzaba a divisarse una frase tatuada, luego prestaría mínima
atención a ello. Sus ojos estaban maquillados de negro y sus labios de un bordó
oscuro y potente. Traía su oreja bordeada de pequeños aretes y detrás de su
oreja divisé una pequeña cicatriz. Sus brazos no tenían cortaduras nuevas, ni
más marcas de quemaduras de cigarrillos, aunque ella estaba fumando uno apoyada
contra la pared, esperando que nosotros nos acerquemos a saludarla. Vestía así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=82045760&.locale=es.
—Bieber y Smith —exclamó y soltó el humo del cigarro para
sonreír divertida luego—, ¡todos unos señores de negro! —no pude evitar sonreír
al escuchar su voz, ¡la había extrañado tanto!
—¡Estás tan cambiada! —comentó Jaden, ella se encogió de
hombros y caló el cigarro nuevamente.
—Y ustedes —aseguró ella—. Extraño tus trenzas y tú, Justin,
me agradan esos tatuajes en tu brazo —dijo mirándolos atentamente.
—Vámonos —le pedí—. Honestamente, no quiero estar aquí si no
es por fuerza mayor —Jaden soltó una risa y comenzó a caminar.
—Sé que estoy demás —añadió yendo en dirección al auto.
—Te extrañé —volteé al oírla decir eso, ella me miraba
fijamente. Veía el dolor en sus ojos, pero la dureza también—. Honestamente, no
esperaba hacer tan mal las cosas, lo lamento, Justin.
—Ven aquí, nena —le pedí estrechándola entre mis brazos—. Te
extrañé demasiado.
Alcé su cara desde su barbilla y la besé lentamente, su
cuerpo quedó relajado entre mis brazos, deseaba tanto besarla después de dos
años, no podía creer que estuviera pasando.
—¡Ya entren! —gritó Jaden, ___________(tu nombre) se separó
de mí y sonrió divertida mientras tiraba su cigarro.
—Es hora de un poco de diversión —añadió mientras caminaba
hacia el automóvil.
—¿Diversión? —cuestioné confundido.
—Bieber, Bieber —suspiró abriendo la puerta trasera del auto
y soltó una sonrisa irónica—, estuve en la cárcel, pero me enteré de todo.
—¿Todo? —oí preguntar a Jaden.
—Lo suficiente, Smith, lo suficiente —yo solo me subí al
automóvil—. Además, creí que no vendrían.
—Me llamaron para que te buscara —le confesé. Ella carraspeó
y Jaden arrancó el auto.
—Y yo ligué también —se entrometió Jaden, ___________(tu
nombre) solo soltó una pequeña carcajada—. Cuéntanos, ¿qué tal la cárcel?
—¡Viejo! —protesté.
—Si quieres saberlo, métete en ella —al parecer a ella no le
agradaba el tema.
—Han pasado muchas cosas —le aseguré yo—. La mayoría de las
cosas cambiaron, en realidad.
—Cuéntenme entonces —musitó ella. Estaba más ruda, más
fuerte. No lo sé, era la misma esencia, pero algunas cosas se habían
modificado.
—Después de lo ocurrido, no hablo más con mis padres, ni mis
hermanos —confesé—. Ya nunca volví al apartamento. Caitlin se volvió a Paris y
para serte honesto, no supe nada más de Ryan, Miley o Samanta.
—Yo sí —carraspeó un poco ella con una voz algo melancólica—.
Samanta vino la primera semana que estuve metida allí. Solo me dijo un millón
de insultos, tomó su bolso y se fue.
—El viaje será largo —se entrometió Jaden a avisarle—.
Estamos viviendo donde Chaz.
—¿Chaz? —cuestionó ella— su pandilla fracasó, ¿no es así?
—¿Lo sabes? —preguntó Justin.
—Te he dicho que me enteré de muchas cosas allí dentro.
Sabes —carraspeó otra vez—, ser una de las más importantes allí dentro te da
ciertos privilegios.
—Chaz jamás quiso decir el por qué del fracaso —comentó
Jaden algo confundido.
—Y quizás jamás lo haga —me extrañó ese comentario de
___________(tu nombre).
—Estuvo en la cárcel, ¿no? —deduje rápidamente.
—No lo sé —comentó ella—. Pero sus planes fracasaron de una
manera sobre natural. Ni siquiera a un principiante le sale tan mal un tráfico
de tal magnitud, era muy chico, pero la trampa era muy grande y visible —jamás
supimos eso—. Por eso luego ustedes entraron.
—¿También lo sabes? —pude ver por el retrovisor como ella
asentía.
—Y no sueñes que no voy a meterme —me advirtió—. La verdad,
es que estar en la cárcel o te arregla muy bien o te hunde del todo.
—Y, déjame adivinar —le pidió Smith—, a ti te ha hundido.
—Ya no tengo miedo, definitivamente —lo dijo con mucha
seguridad, como si enserio no temiera por nada.
…Media hora después…
Habíamos bajado en la casa que ahora teníamos con los muchachos,
___________(tu nombre) sería la única mujer allí. Ella abrió la puerta y se
quedó observando la fachada. Yo me paré a su lado en silencio.
—Perdimos todas las oportunidades —ella volteó su rostro
hacia mí.
—O ganamos la batalla —regresó su vista al frente. Simplemente,
no entendí eso.
—Tenemos que hablar —ella se puso de pie frente a mí.
—Yo te lo advertí antes de hacer las cosas, Justin —suspiró
y se quitó los lentes de sol—. Te advertí que no quería que te metieras en el
peligro, pero ¿recuerdas lo que me dijiste? —no entendía todo el planteo—. Tú
tenías futuro, pero te lo cagué, lo sé. Lo lamento, lamento eso.
—Nena, las cosas no cambiaron en mi corazón —le confesé. Sus
ojos me miraron un poco enternecidos.
—Y no lo dudo —soltó un pequeño suspiro, su aliento de menta
chocó contra mí—, pero ya no solo soy la cantante de rock de los bares
nocturnos. Soy una criminal, Justin. La policía no va a darme margen de error,
¿lo sabes, no?
—Seguir conmigo no es un crimen, nena —ella soltó una
pequeña risa algo cínica, debía admitir.
—No, eso no —la miré arqueando una ceja ante un pequeño
silencio, luego comprendí que seguiría hablando—. Pero eres un criminal ahora,
Justin. No pretendo salir de esto, ni alejarme de ti. Solo deberemos tener
demasiado cuidado, porque no quiero estar dos años presa, otra vez.
Sabía que odiaba estar allí dentro, por eso mismo había
hecho todo lo que había hecho.
#Flash back#.
—Si por mí fuera, seguiría en rehabilitación —aseguró
mirándome con una mirada fría y dura.
—Saldrás de allí rápido, sabes que matar a Jen, por más
homicidio que fuera, no te costará tan caro.
Sus ojos habían estado en el mismo estado los últimos dos
meses, perdidos en lo lejano. Como si no quisiera ver y reconocer las cosas.
Las visiones habían desaparecido, pero el primer mes fue el peor. Estaba
completamente perdida, sacada de razón, ni siquiera tenía permitida visitas,
había logrado superarlo después de todo, pero nadie sabía cuándo podría pasar o
si jamás eso regresaría a ella.
—Pero estaré privada de mi libertad allí dentro —musitó
entre dientes—. No quiero que nadie vaya a verme, Bieber.
—¿De qué hablas? —le pregunté, ella solo suspiró
profundamente y me miró con sus ojos vacíos, carecientes de calor.
—No te dejaré verme, ni a ti, ni a nadie, ¿vale? —pasó
saliva— Dolerá, solo el primer tiempo; luego podrás superarme y no te culparé.
Soy una bolsa de problemas para ti.
—___________(tu nombre), no puedes pretender que…
—Chicos, las horas de visita acabaron —musitó una enfermera—.
Debes retirarte —me miró encogiéndose de hombros ante mi mirada.
—Esto no va a quedarse así —le advertí a ___________(tu
nombre)—. Mañana lo hablaremos —añadí mientras ella se ponía de pie acompañada
de un policía. Estaba bajo arresto allí dentro.
#Fin Flash Back#.
Quizás las cosas se pusieron duras para ella, pero algo en
mi interior me advertía que ella era la misma mujer frágil y dulce que había
conocido, simplemente que no de 17, si no de 20. Pero la verdad, me
desconcertaba que quisiera poner tal barrera ante mí.
—Ya no confías en mí —sus ojos no me dijeron nada, sus
labios se apretaron en una uniforme raya recta.
—No es eso —musitó con sus ojos oscuros—. Ya no me conozco,
Justin. No sé quién soy, ni qué puedo hacer, ¿cómo esperas que ame así? —sentí
como mi corazón se reprimía.
—¡Bieber! —oí como me hablaron, volteé sin ganas de hacerlo
y me encontré con Louis, Louis Tomlinson, un nuevo integrante de la pandilla.
—Louis —dije sin expresión alguna, honestamente acababa de
interrumpir.
—Iré adentro —afirmó ___________(tu nombre), me extrañó que
ni siquiera saludara—. Hace calor aquí fuera —me daba rabia no poder seguir
hablando, aunque habría más tiempo.
Vi como ella comenzaba a moverse hacia dentro de la casa y
lo primero que pensé en ese momento, fue en romperle la cara a Louis.
Narra ___________(tu nombre):
Abrí la puerta de la casa mientras una ola de recuerdos me
invadían. Jamás había estado allí, pero el camino para llegar era el mismo de
la vez que habíamos tomado en vuelo a Seattle con Justin, hacía un par de años.
Al entrar la casa olía a pino y barniz, mezclado con aroma a
fritura, olor a hogar. Cerré la puerta tras mis pasos, mi presencia estaba algo
cohibida en un lugar, que no era el mío, pero debía serlo ahora.
—___________(tu nombre) —volteé a ver quién me había hablado
y era Chaz.
—¡Chaz! —exclamé y sonreí levemente. Moría de ganas de fumar
un cigarro—, ¿qué tal?
—Increíble tu cambio, querida —aseguró mientras yo me
quitaba el sombrero y lo dejaba a un lado para sentarme en el sillón.
—Ya sabes lo que dicen, el zorro cambia el pelo, no la maña —me
encogí de hombros buscando un cigarro en mi bolso.
—Somers —oí una voz femenina. Recordé que Justin dijo que
ninguna muchacha vivía allí, sin embargo, preferí a descubrirlo yo misma.
—Willow, ven —la llamó él, una muchacha de tez morena,
cabello corto y ropa hippie entró a la sala. Ella se me quedó viendo con suma
seriedad—. Ella es Willow Smith, hermana de Jaden. Will, ella es ___________(tu
nombre y apellido), novia de Justin y nueva integrante de la pandilla.
—Sé quién es —mencionó la muchacha, al parecer no tenía
buenas referencias de mi, por su rostro lo digo—. Fue quien metió a Jaden en
esto —mi ceño se frunció y solté una carcajada cínica y burlista.
—¿Yo meter a Jaden en esto? —negué con la cabeza y carraspeé
poniéndome frente a ella de pie. Chaz miraba todo sin inmutarse.
—Sí, perra, ¿a caso eres sorda? —mis nervios estaban
apareciendo.
—Pregúntale a Jaden quién se arrastraba por quien —le sugerí—.
Y la próxima vez que vuelvas a llamarme perra, voy a quitarte tu cabello con
mis dientes, ¿lo tienes? —ella me miró fríamente.
—Perra —musitó desafiándome, sonreí irónicamente y sentí
como mi mandíbula se tensaba. Sabía que no sería bueno, pero mis instintos eran
peores. Eleve mi puño cerrado y lo estampé en su nariz, casi como un hombre lo
haría. Ella retrocedió unos pasos llevando sus manos a su cara y con expresión
de dolor.
—¡Oye! —se quejó Chaz sosteniéndome del brazo. Si me soltaba
iba a seguir pegándole.
—Cuando aprendas a respetarme tendrás mi respeto, ¿lo
tienes, mocosa? —ella solo me dio una mirada llena de veneno.
—Te costará caro —me advirtió mientras caminaba hacia atrás,
para irse, apuesto.
—¡Caro va a costarte a ti, pendeja! —estaba totalmente
sacada de mis casillas. Me había acostumbrado a reaccionar así en la cárcel y
fue así como conseguí ser la primera del status— No sabes con quien acabas de
meterte —en ese mismo momento Justin y Louis entraron a la sala.
—¿Qué sucede? —preguntó Louis, yo no me inmuté, mucho menos
me preocupé.
—Solo pongo las cosas en su lugar —le respondí y carraspeé
un poco. Willow me miraba con odio.
—¿Le pegaste? —me preguntó Justin viendo a Willow tapar su
cara con una de sus manos, su nariz mejor dicho.
—Qué lástima, ¿no? —sonreí cínicamente— Olvidó quién era e
intentó hacerse la manda más, conmigo.
—Ninguna es más que la otra —habló Chaz con voz firme, yo
solo miré fijamente sus ojos y solté una carcajada cínica.
—Cállate —me aconsejó Justin.
—Ya olviden esto —pidió Louis—, e intenten llevarse bien o,
mejor, ni se lleven.
—A mí nadie me dice perra, ni me culpa de que su hermano se
haya metido en tanta mierda por mi culpa —escupí sin filtros. Jaden miró a
Willow.
—¡Cállate! —me exigió Willow— Todos sabemos la clase de
arpía que eres.
—Yo no me metí en la pandilla por ella, Willow —habló Jaden,
yo sonreí triunfante.
—Aprende a cerrar tu boca, hija de perra, porque estoy de
regreso.
Aaaahhhhh me encanta este giro repentino. Sube pronto k me he enamorado de la 2a temp!!!
ResponderEliminarwow....increible
ResponderEliminarAwwww esta.... me quede sin palabra sigue porfavorrr!!!!!!!!! que me muero
ResponderEliminaruiii qe malota , enserio siguela me encanta !!!
ResponderEliminarHola soy nueva me encanta tu novela, es muy buena, esta bien redacta y eso, me gusta es distinta, por cierto '_______' tiene el mismo corte de pelo que yo ya puedo morir tranquila, sube pronto, besos, Alba
ResponderEliminarOkey, entonces ¿rayita fue a la carcel por matar a jen? supongo no? y hay wey que lenta soy estoy toda perdida :l
ResponderEliminarHelp me :c