domingo, 26 de mayo de 2013

Capítulo 3°: "Te necesito, Justin". (2da. Temporada).



—Estás así por lo de Justin, ¿no? —al parecer, él también había oído la pelea.
—¿También oíste? —Louis se encogió de hombros.
—No es que quisiera, pero… ya sabes —sonrió levemente.
—A veces es mejor ni siquiera hablar —él me miró detenidamente, otra vez.
—No sé por qué peleaban, pero, sé que las cosas cambiaron, todos lo sabemos. Quizás, Justin aún no se adaptó a eso. No debes dejarlo solo —y otra vez alguien dependía de mí, cuando ni siquiera podía conmigo misma.
—No puedo siquiera conmigo misma, Louis —pasé saliva intentando no comenzar a llorar—, Justin sabe que no puedo mantenerme en pie por mucho, ¡no puede pretender que sea yo la fuerte!
—Y tú tampoco puedes esperar todo de él —mis ojos se clavaron en Louis con frialdad mientras él se ponía de pie—. Solo digo, quizás ya no lo quieras, pero si no es así, no vale perderlo todo por nada —retomó su camino, supongo. Solo se fue de allí.


“No vale perderlo todo por nada”, ¿tendría razón? 

Me quedé un rato más sentada allí, aburriéndome. Pensando qué diablos sería como antes y qué no, estaba aburrida de vivir así, creí que al salir las cosas cambiarían, pero honestamente, salir solo cagó un poco más las cosas, o eso parecía. Me puse de pie y tomé mi bolso. Solo quería mi carro e irme a la ciudad, pero sería bastante difícil. Quería ver a Miley y Cait. Solo quería a mis amigas, al menos un pequeño momento.

Caminé hacia dentro de la casa, otra vez.


—Esperé que no volvieras —solo ignoré la tediosa voz de la muchacha—. Oye, no quiero peleas.
—No estoy peleando —hablé dejando mi bolso en uno de los sillones. Jaden solo oía todo en absoluto silencio, con precisión—. Jaden, ¿me prestas el auto? —él arqueó una ceja.
—¿Quieres que te lleve? —yo me encogí de hombros.
—Neutral —le anticipé—. Necesito ver a Miley.
—Vamos, te llevaré —me ofreció él.
—Jaden tú…
—Willow, no busques guerra —le pidió su hermano poniéndose de pie—. Es mi amiga, ¿vale? Prefiero que se lleven. Ya vámonos —me aconsejó él.


Salimos de la casa y me subí al automóvil de Jaden. Él hizo el mismo proceso, solo que del otro lado. El motor del automóvil arrancó y comenzamos a movernos.


—Es raro que Justin no esté contigo —¿a caso todo el mundo iba a nombrarlo?
—Peleamos —sentencié—. Y no intentes decirme que debo solucionarlo, por favor.
—No, no diré nada —me anticipó—. Solo no quiero verlos mal, a ninguno de los dos.
—Sé que los negocios no andan bien —Jaden se sorprendió un poco al escucharme decir eso—, ¿qué sucede?
—No tienes por qué saberlo —me aseguró el mejor amigo de Justin—.Tú no estás en el plan, solo sabrás sobre tus negocios y listo, ¿lo tienes, no? —yo fruncí el ceño desconforme.
—Tengo una mierda —protesté—. No pueden esconder las cosas de integrantes del Clan. Es absurdo. Todos corremos peligros, incluso si no operamos el negocio.
—Pues, Justin es el líder, lo sabes —sí, lo sabía. Todo el mundo lo sabía—. Él dijo que no te dijéramos nada, no puedo desobedecerlo.
—Pareciera que estuvieras tan ciego —carraspeé un poco intentando no pelearme con Jaden—. Pero sabes, está bien —era raro oírme ceder después de tanto tiempo.
—Cambiando de tema —habló Jaden—, ¿a qué vas a casa de Miley? Creí que no sabías nada de ella.
—Por eso mismo voy —respondí astutamente—. Quiero verla, es mi prima. Además, necesito ver también a Caitlin.
—___________(tu nombre)…
—Justin no quiere que veas a Miley o Caitlin —imité su voz interrumpiéndolo—. Justin no entiende lo que se siente mortificarme durante dos largos años intentando saber qué pasa por la cabeza de la gente que te quiere. Necesito al menos darles un abrazo, ¿vale? —y era raro que hablara tan abiertamente con Jaden.
—Lo que debes saber es que ellas quizás no te vean igual que antes, amiga —¿a qué se refería Jaden?
—Sigo siendo la misma —me defendí. Él sonrió divertido sin mirarme, iba conduciendo.
—¿Estás segura? —plantearme esas cuestiones no era algo que hacía a menudo, por ende no tenía una respuesta.
—Bueno, no lo sé —honestamente, ya comenzaba a dudar de ello.
—Pues, claro que no, ___________(tu nombre). Ellas no te ven igual, además de que no eres igual —no entendía a qué se refería Jaden.
—Ellas saben…
—No, ellas no saben por qué lo hiciste —fue casi como si leyera mi mente.
—Aún así, ¿crees que serán capaces de temer por lo que pudieran creer que les haría? —Jaden suspiró como si el tema se volviera realmente tedioso o incómodo.
—No lo sé, ___________(tu nombre) —confesó Jaden—. Honestamente, cuando todo sucedió hace dos años y medio, ninguno de nosotros podía entender el por qué y eso, particularmente, me asustó. Porque me hizo cuestionar en qué diablos pensaba cuando estaba contigo, porque creí correr peligro todo ese tiempo —auch, eso dolía.


Solo guardé silencio, pues no pretendía defenderme, porque quizás Jaden tenía razón.


—Ya no dices nada —y eso no era novedad, al menos no para mí.
—¿Qué esperas que diga? —cuestioné con un tono frívolo— Creí que no iban a juzgarme.
—No estoy juzgándote, yo jamás te juzgaría. No sé lo que se siente…
—Solo, guarda silencio —le sugerí—. No quiero escucharte defenderte ahora. Bájame cerca del centro.
—¿No irías de Miley? —me preguntó.
—Tengo cosas que hacer —al parecer él entendió el significado de guardar silencio.


A cabo de casi 15 minutos, Jaden aparcó a una cuadra de donde comenzaba el centro. No dije nada, solo me bajé del auto. Ni siquiera me preocupaba como volver, honestamente, no tenía ánimos de hablar con Jaden. La había cagado. Acomodé mi bolso y me dirigí a caminar. Simplemente sentía la necesidad de sentir el viento en mi cara y la sensación de saber que podía caminar libremente, sin que nadie fuera a decirme que debía “entrar”.

Caminaba como una vagabunda, sin rumbo u horario. El cielo poco a poco iba apagándose, la gente comenzaba a caminar rápido en las calles y juro que eso, jamás dejaría de molestarme. Casi habían pasado dos horas desde que Jaden me había dejado allí, lo único en que pensaba era en estar sola. Hasta que una imagen me partió el alma.

Miley y Caitlin salían de una cafetería cargando algunas bolsas del centro comercial, reían divertidas y se veían como muy buenas amigas. Lamentablemente, intenté que no me vieran, pero fue en vano; ya me habían visto y sus caras se habían tornado a la de sorpresa y confusión, una mezcla bastante peculiar.


—___________(tu nombre), eres tú —definitivamente eso no sonó como una pregunta.
—Caitlin —la regañó Miley—. Mira su cara, ni siquiera nos conoce —mi corazón se caía a pedazos.
—¡Es ___________(tu nombre)! —repitió Caitlin, estábamos solo a unos diez metros y juro que jamás me había sentido tan horrible. Como mierda, para ser exacta.
—¿Eres tú? —cuestionó Miley avanzando hacia mí.
—No sé quiénes son —hablé intentando parecer coherente y segura de mis palabras.


Pasé por su lado intentando no volverme a llorar a gritos que extrañaba mi vida anterior, simplemente era algo que no podía hacer. Estaba destrozada, no entendía por qué mi vida tenía que seguir siendo una mierda, una enorme e irreparable mierda.

Caminé casi cuatro cuadras más y me senté en unas de las bancas de un parque. Las lágrimas caían desesperadas por mi rostro, mi pasado me ataba, no podía liberarme, mucho menos olvidar y empezar de nuevo, porque las personas seguían hundiéndome. Estaba sola, me sentía sola.



Narra Justin:



Llegué a la casa casi cuando eran las 11 de la noche, iba dispuesto a hablar con ___________(tu nombre). Para ser sincero, no tenía otra cosa en mente, solo quería decirle que la amaba.


—¡Justin! —habló desesperado Chaz cuando me vio entrar.
—¿Qué sucede? —le pregunté al ver su cara de preocupación.
—Bueno, no sé cómo decirlo… —pasó saliva y se quedó viéndome en silencio.
—¿Qué puta tienes? —cuestioné con rabia— ¿a caso eres un gilipollas? ¡Habla, mierda! —le exigí. Chaz cada vez se ponía más nervioso—, ¿qué pasó? ¿Están todos bien?
—___________(tu nombre) le pidió a Jaden que la llevara al centro y…
—¿Y qué? —grité desesperado— ¿Qué le pasó? —mi corazón latía desesperado y ya pensaba en romperle la cara a Jaden.
—Y aún no regresa —añadió mi amigo. Mis ojos se encendieron de odio y juré que si algo le había pasado, iba a matar a quien le tocara un solo pelo.
—¡Mierda! —grité y estampé mi puño contra la pared— Mierda, mierda, mierda, ¿cómo diablos se les ocurre dejarla irse? ¿Están locos? —pasé mi mano por mi cabello intentando controlarme, pero era en vano. Sentía odio hacia Jaden.
—¿Qué sucede? —preguntó, justamente, Jaden entrando a la sala.
—¡Sucede que has dejado sola a ___________(tu nombre)! —le grité acercándome peligrosamente a él— Y ninguno de nosotros sabe qué mierda es capaz de hacer.
—Oye, hermano —intentó tranquilizarme Jaden—, ella sabe cuidarse sola.
—¿Eso crees? —soplé el aire con furia— ¡Pues, no la conoces, Jaden! Tú no la conoces.
—¡Es una asesina! —me gritó, juro que eso me cegó. Lo tomé por el cuello y elevándolo lo pegué contra la pared.
—Repite una vez más lo que has dicho y juro que tus huevos quedarán de adorno en tu boca, ¡imbécil! —Jaden estaba desesperándose porque comenzaba a no respirar y, con sinceridad, no tenía ganas de ceder—, ¿dónde puta la has dejado? —le pregunté.
—En el centro —musitó con la voz entre-cortada, entonces lo solté—. La dejé en el centro, temprano por la tarde.
—¡Mierda! —grité en su cara y salí disparado de la sala.


Entré a la camioneta y aceleré con furia, me jodía la vida pelearme con ___________(tu nombre) y no poder contenerla, porque era eso. Ella lo hacía porque habíamos peleado, no por otra cosa. Ni siquiera estaba consciente del riesgo que corría conduciendo por la carretera a casi 200 km. por hora. Estaba desesperado por saber que ella estaba bien, porque saber que Rebbeca nos tenía en contra, me desesperaba. Sabía que ella buscaría hacerle daño, aunque no estaba seguro de que supiera de ella en la banda aún.

Conduje lentamente por todo el centro, pero ni siquiera había rastro de ___________(tu nombre). Recordé el parque que estaba cerca del centro, de seguro ella estaría ahí. Así que llegué al parque y aparqué, luego me bajé de la camioneta y comencé a caminar por el parque, entonces ahí la vi, en una banca, sola.


—¿Nena? —cuestioné, ella elevó sus ojos húmedos y volteó el lado de su cara.
—Vete —me ordenó—. Quiero estar sola —me senté a su lado.
—Es media noche —quizás ya había pasado y era más tarde aún—, está haciendo frío y no puedes quedarte a pasar la noche aquí sola —ella volteó a verme, había estado llorando.
—No me lastimes —me pidió, juro que sentí ganas de llorar cuando la oí pedírmelo.
—Nena —hablé y pasé mi mano por su mejilla, ella se alejó un poco; como si no estuviera acostumbrada—, lamento todo lo que te dije. Juro que lo lamento.
—Esto es mucho más difícil de lo que creí —confesó ___________(tu nombre)—. Extraño todo lo que fui, pero no puedo cambiar nuevamente mi vida. Simplemente tengo que ser una perra malvada —sus ojos desprendieron algunas lágrimas otra vez y mi corazón se encogió haciéndome sentir una mierda por hacerla llorar.
—¡No, no! —me negué tomando su cara por el mentón para que me mirara—, no llores, por favor.
—Te necesito, Justin —mis ojos se humedecieron rápidamente—. Necesito que me ames, que me entiendas y que no me preguntes sobre lo que me duele.
—También te necesito, bebé —mucho más de lo que ella creía—. Y no sabes cuánto.
—Llévame lejos —me pidió mientras yo secaba sus lágrimas con mi dedo pulgar—. Llévame a un lugar donde podamos estar solos, por favor.
—¿A dónde quieres ir, nena? —porque no estaba dispuesto a decirle que no.
—Quiero estar contigo, Justin. Quiero sentirme amada —sus palabras me hicieron sentir un cosquilleo en el estómago, ¿estaba hablando enserio?
—Vamos, te mostraré un lugar. Sé que va a gustarte.






—¿Dónde estamos? —me preguntó entrando justo detrás de mí.
—Ven —le indiqué, ella solo siguió caminando detrás de mí—. Es una casa que tenía papá aquí, ya no viene.
—Justin, alguien puede…
—No, no llegará nadie —le expliqué—. Papá no viene hace mucho tiempo, descuida. Venía a menudo a pasar tiempo solo, nadie viene en mucho tiempo.
—Lamento haberte dejado solo —volteé sobre mis pies a mirarla fijo a los ojos. Ella solo se me quedó viendo—. Entiendo que no fue fácil para ti, para ninguno en realidad. Pero créeme que para mí tampoco lo fue —mis brazos rodearon su cintura atrayéndola contra mi cuerpo, extrañaba su calor—. Tú sabes que yo no quería que las cosas fueran así, pero Jennifer terminó de derrumbarme cuando…
—Nena, no sigas hablando —le pedí ante su silencio y sus ojos lagrimosos—. Yo sé lo que pasaste, porque lo viví contigo.
—Justin —suspiró levemente y alzó sus ojos para mirarme fijamente—, jamás te dije lo que te diré ahora, pero enserio, gracias.


Mi tentación fue mucho más grande que las ganas de hablar que tenía, mis labios aprisionaron los suyos sin temor o preocupación alguna, su cuerpo se destensó entre mis brazos y dejó su bolso caer para abrazarme por el cuello sin miedo alguno.


Jamás había esperado con tantas ansias besar a alguien, excepto a ella. No entendía el por qué, después de unos cuantos años, por qué justamente ella debía cambiarme y yo cambiarla a ella; pero supongo, que en eso se basa, ¿no? Complementarse el uno al otro, sin una razón específica. Sus labios temblorosos bailaban al compás de los míos, sentí como algunas lágrimas se mezclaban en el beso, ya no tenía definido si eran las mías o las suyas, solo no me interesaba nada más que amarla. 

1 comentario:

  1. aww me encanto el capitulo , la ultima parte fue como aww que tierno es justin , bueno SIGUELA , besos bye

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