—Estás así por lo
de Justin, ¿no? —al parecer, él también había oído la pelea.
—¿También oíste?
—Louis se encogió de hombros.
—No es que
quisiera, pero… ya sabes —sonrió levemente.
—A veces es mejor
ni siquiera hablar —él me miró detenidamente, otra vez.
—No sé por qué
peleaban, pero, sé que las cosas cambiaron, todos lo sabemos. Quizás, Justin
aún no se adaptó a eso. No debes dejarlo solo —y otra vez alguien dependía de
mí, cuando ni siquiera podía conmigo misma.
—No puedo siquiera
conmigo misma, Louis —pasé saliva intentando no comenzar a llorar—, Justin sabe
que no puedo mantenerme en pie por mucho, ¡no puede pretender que sea yo la
fuerte!
—Y tú tampoco
puedes esperar todo de él —mis ojos se clavaron en Louis con frialdad mientras
él se ponía de pie—. Solo digo, quizás ya no lo quieras, pero si no es así, no
vale perderlo todo por nada —retomó su camino, supongo. Solo se fue de allí.
“No vale perderlo
todo por nada”, ¿tendría razón?
Me quedé un rato
más sentada allí, aburriéndome. Pensando qué diablos sería como antes y qué no,
estaba aburrida de vivir así, creí que al salir las cosas cambiarían, pero
honestamente, salir solo cagó un poco más las cosas, o eso parecía. Me puse de
pie y tomé mi bolso. Solo quería mi carro e irme a la ciudad, pero sería bastante
difícil. Quería ver a Miley y Cait. Solo quería a mis amigas, al menos un
pequeño momento.
Caminé hacia dentro
de la casa, otra vez.
—Esperé que no
volvieras —solo ignoré la tediosa voz de la muchacha—. Oye, no quiero peleas.
—No estoy peleando —hablé
dejando mi bolso en uno de los sillones. Jaden solo oía todo en absoluto
silencio, con precisión—. Jaden, ¿me prestas el auto? —él arqueó una ceja.
—¿Quieres que te
lleve? —yo me encogí de hombros.
—Neutral —le
anticipé—. Necesito ver a Miley.
—Vamos, te llevaré —me
ofreció él.
—Jaden tú…
—Willow, no busques
guerra —le pidió su hermano poniéndose de pie—. Es mi amiga, ¿vale? Prefiero
que se lleven. Ya vámonos —me aconsejó él.
Salimos de la casa
y me subí al automóvil de Jaden. Él hizo el mismo proceso, solo que del otro
lado. El motor del automóvil arrancó y comenzamos a movernos.
—Es raro que Justin
no esté contigo —¿a caso todo el mundo iba a nombrarlo?
—Peleamos —sentencié—.
Y no intentes decirme que debo solucionarlo, por favor.
—No, no diré nada —me
anticipó—. Solo no quiero verlos mal, a ninguno de los dos.
—Sé que los
negocios no andan bien —Jaden se sorprendió un poco al escucharme decir eso—,
¿qué sucede?
—No tienes por qué
saberlo —me aseguró el mejor amigo de Justin—.Tú no estás en el plan, solo
sabrás sobre tus negocios y listo, ¿lo tienes, no? —yo fruncí el ceño
desconforme.
—Tengo una mierda —protesté—.
No pueden esconder las cosas de integrantes del Clan. Es absurdo. Todos
corremos peligros, incluso si no operamos el negocio.
—Pues, Justin es el
líder, lo sabes —sí, lo sabía. Todo el mundo lo sabía—. Él dijo que no te
dijéramos nada, no puedo desobedecerlo.
—Pareciera que
estuvieras tan ciego —carraspeé un poco intentando no pelearme con Jaden—. Pero
sabes, está bien —era raro oírme ceder después de tanto tiempo.
—Cambiando de tema —habló
Jaden—, ¿a qué vas a casa de Miley? Creí que no sabías nada de ella.
—Por eso mismo voy —respondí
astutamente—. Quiero verla, es mi prima. Además, necesito ver también a
Caitlin.
—___________(tu
nombre)…
—Justin no quiere
que veas a Miley o Caitlin —imité su voz interrumpiéndolo—. Justin no entiende
lo que se siente mortificarme durante dos largos años intentando saber qué pasa
por la cabeza de la gente que te quiere. Necesito al menos darles un abrazo,
¿vale? —y era raro que hablara tan abiertamente con Jaden.
—Lo que debes saber
es que ellas quizás no te vean igual que antes, amiga —¿a qué se refería Jaden?
—Sigo siendo la
misma —me defendí. Él sonrió divertido sin mirarme, iba conduciendo.
—¿Estás segura? —plantearme
esas cuestiones no era algo que hacía a menudo, por ende no tenía una
respuesta.
—Bueno, no lo sé —honestamente,
ya comenzaba a dudar de ello.
—Pues, claro que
no, ___________(tu nombre). Ellas no te ven igual, además de que no eres igual —no
entendía a qué se refería Jaden.
—Ellas saben…
—No, ellas no saben
por qué lo hiciste —fue casi como si leyera mi mente.
—Aún así, ¿crees
que serán capaces de temer por lo que pudieran creer que les haría? —Jaden
suspiró como si el tema se volviera realmente tedioso o incómodo.
—No lo sé,
___________(tu nombre) —confesó Jaden—. Honestamente, cuando todo sucedió hace
dos años y medio, ninguno de nosotros podía entender el por qué y eso,
particularmente, me asustó. Porque me hizo cuestionar en qué diablos pensaba
cuando estaba contigo, porque creí correr peligro todo ese tiempo —auch, eso
dolía.
Solo guardé
silencio, pues no pretendía defenderme, porque quizás Jaden tenía razón.
—Ya no dices nada —y
eso no era novedad, al menos no para mí.
—¿Qué esperas que
diga? —cuestioné con un tono frívolo— Creí que no iban a juzgarme.
—No estoy
juzgándote, yo jamás te juzgaría. No sé lo que se siente…
—Solo, guarda
silencio —le sugerí—. No quiero escucharte defenderte ahora. Bájame cerca del
centro.
—¿No irías de
Miley? —me preguntó.
—Tengo cosas que
hacer —al parecer él entendió el significado de guardar silencio.
A cabo de casi 15
minutos, Jaden aparcó a una cuadra de donde comenzaba el centro. No dije nada,
solo me bajé del auto. Ni siquiera me preocupaba como volver, honestamente, no
tenía ánimos de hablar con Jaden. La había cagado. Acomodé mi bolso y me dirigí
a caminar. Simplemente sentía la necesidad de sentir el viento en mi cara y la sensación
de saber que podía caminar libremente, sin que nadie fuera a decirme que debía “entrar”.
Caminaba como una
vagabunda, sin rumbo u horario. El cielo poco a poco iba apagándose, la gente
comenzaba a caminar rápido en las calles y juro que eso, jamás dejaría de
molestarme. Casi habían pasado dos horas desde que Jaden me había dejado allí,
lo único en que pensaba era en estar sola. Hasta que una imagen me partió el
alma.
Miley y Caitlin
salían de una cafetería cargando algunas bolsas del centro comercial, reían
divertidas y se veían como muy buenas amigas. Lamentablemente, intenté que no
me vieran, pero fue en vano; ya me habían visto y sus caras se habían tornado a
la de sorpresa y confusión, una mezcla bastante peculiar.
—___________(tu
nombre), eres tú —definitivamente eso no sonó como una pregunta.
—Caitlin —la regañó
Miley—. Mira su cara, ni siquiera nos conoce —mi corazón se caía a pedazos.
—¡Es ___________(tu
nombre)! —repitió Caitlin, estábamos solo a unos diez metros y juro que jamás
me había sentido tan horrible. Como mierda, para ser exacta.
—¿Eres tú? —cuestionó
Miley avanzando hacia mí.
—No sé quiénes son —hablé
intentando parecer coherente y segura de mis palabras.
Pasé por su lado
intentando no volverme a llorar a gritos que extrañaba mi vida anterior,
simplemente era algo que no podía hacer. Estaba destrozada, no entendía por qué
mi vida tenía que seguir siendo una mierda, una enorme e irreparable mierda.
Caminé casi cuatro
cuadras más y me senté en unas de las bancas de un parque. Las lágrimas caían
desesperadas por mi rostro, mi pasado me ataba, no podía liberarme, mucho menos
olvidar y empezar de nuevo, porque las personas seguían hundiéndome. Estaba
sola, me sentía sola.
Narra Justin:
Llegué a la casa
casi cuando eran las 11 de la noche, iba dispuesto a hablar con ___________(tu
nombre). Para ser sincero, no tenía otra cosa en mente, solo quería decirle que
la amaba.
—¡Justin! —habló
desesperado Chaz cuando me vio entrar.
—¿Qué sucede? —le
pregunté al ver su cara de preocupación.
—Bueno, no sé cómo
decirlo… —pasó saliva y se quedó viéndome en silencio.
—¿Qué puta tienes? —cuestioné
con rabia— ¿a caso eres un gilipollas? ¡Habla, mierda! —le exigí. Chaz cada vez
se ponía más nervioso—, ¿qué pasó? ¿Están todos bien?
—___________(tu
nombre) le pidió a Jaden que la llevara al centro y…
—¿Y qué? —grité
desesperado— ¿Qué le pasó? —mi corazón latía desesperado y ya pensaba en
romperle la cara a Jaden.
—Y aún no regresa —añadió
mi amigo. Mis ojos se encendieron de odio y juré que si algo le había pasado,
iba a matar a quien le tocara un solo pelo.
—¡Mierda! —grité y
estampé mi puño contra la pared— Mierda, mierda, mierda, ¿cómo diablos se les
ocurre dejarla irse? ¿Están locos? —pasé mi mano por mi cabello intentando
controlarme, pero era en vano. Sentía odio hacia Jaden.
—¿Qué sucede? —preguntó,
justamente, Jaden entrando a la sala.
—¡Sucede que has
dejado sola a ___________(tu nombre)! —le grité acercándome peligrosamente a él—
Y ninguno de nosotros sabe qué mierda es capaz de hacer.
—Oye, hermano —intentó
tranquilizarme Jaden—, ella sabe cuidarse sola.
—¿Eso crees? —soplé
el aire con furia— ¡Pues, no la conoces, Jaden! Tú no la conoces.
—¡Es una asesina! —me
gritó, juro que eso me cegó. Lo tomé por el cuello y elevándolo lo pegué contra
la pared.
—Repite una vez más
lo que has dicho y juro que tus huevos quedarán de adorno en tu boca, ¡imbécil!
—Jaden estaba desesperándose porque comenzaba a no respirar y, con sinceridad,
no tenía ganas de ceder—, ¿dónde puta la has dejado? —le pregunté.
—En el centro —musitó
con la voz entre-cortada, entonces lo solté—. La dejé en el centro, temprano
por la tarde.
—¡Mierda! —grité en
su cara y salí disparado de la sala.
Entré a la
camioneta y aceleré con furia, me jodía la vida pelearme con ___________(tu
nombre) y no poder contenerla, porque era eso. Ella lo hacía porque habíamos
peleado, no por otra cosa. Ni siquiera estaba consciente del riesgo que corría
conduciendo por la carretera a casi 200 km. por hora. Estaba desesperado por
saber que ella estaba bien, porque saber que Rebbeca nos tenía en contra, me
desesperaba. Sabía que ella buscaría hacerle daño, aunque no estaba seguro de
que supiera de ella en la banda aún.
Conduje lentamente
por todo el centro, pero ni siquiera había rastro de ___________(tu nombre).
Recordé el parque que estaba cerca del centro, de seguro ella estaría ahí. Así
que llegué al parque y aparqué, luego me bajé de la camioneta y comencé a
caminar por el parque, entonces ahí la vi, en una banca, sola.
—¿Nena? —cuestioné,
ella elevó sus ojos húmedos y volteó el lado de su cara.
—Vete —me ordenó—.
Quiero estar sola —me senté a su lado.
—Es media noche —quizás
ya había pasado y era más tarde aún—, está haciendo frío y no puedes quedarte a
pasar la noche aquí sola —ella volteó a verme, había estado llorando.
—No me lastimes —me
pidió, juro que sentí ganas de llorar cuando la oí pedírmelo.
—Nena —hablé y pasé
mi mano por su mejilla, ella se alejó un poco; como si no estuviera
acostumbrada—, lamento todo lo que te dije. Juro que lo lamento.
—Esto es mucho más difícil
de lo que creí —confesó ___________(tu nombre)—. Extraño todo lo que fui, pero
no puedo cambiar nuevamente mi vida. Simplemente tengo que ser una perra
malvada —sus ojos desprendieron algunas lágrimas otra vez y mi corazón se
encogió haciéndome sentir una mierda por hacerla llorar.
—¡No, no! —me negué
tomando su cara por el mentón para que me mirara—, no llores, por favor.
—Te necesito,
Justin —mis ojos se humedecieron rápidamente—. Necesito que me ames, que me
entiendas y que no me preguntes sobre lo que me duele.
—También te
necesito, bebé —mucho más de lo que ella creía—. Y no sabes cuánto.
—Llévame lejos —me
pidió mientras yo secaba sus lágrimas con mi dedo pulgar—. Llévame a un lugar
donde podamos estar solos, por favor.
—¿A dónde quieres
ir, nena? —porque no estaba dispuesto a decirle que no.
—Quiero estar
contigo, Justin. Quiero sentirme amada —sus palabras me hicieron sentir un
cosquilleo en el estómago, ¿estaba hablando enserio?
—Vamos, te mostraré
un lugar. Sé que va a gustarte.
…
—¿Dónde estamos? —me
preguntó entrando justo detrás de mí.
—Ven —le indiqué,
ella solo siguió caminando detrás de mí—. Es una casa que tenía papá aquí, ya
no viene.
—Justin, alguien
puede…
—No, no llegará
nadie —le expliqué—. Papá no viene hace mucho tiempo, descuida. Venía a menudo
a pasar tiempo solo, nadie viene en mucho tiempo.
—Lamento haberte
dejado solo —volteé sobre mis pies a mirarla fijo a los ojos. Ella solo se me
quedó viendo—. Entiendo que no fue fácil para ti, para ninguno en realidad.
Pero créeme que para mí tampoco lo fue —mis brazos rodearon su cintura
atrayéndola contra mi cuerpo, extrañaba su calor—. Tú sabes que yo no quería
que las cosas fueran así, pero Jennifer terminó de derrumbarme cuando…
—Nena, no sigas
hablando —le pedí ante su silencio y sus ojos lagrimosos—. Yo sé lo que
pasaste, porque lo viví contigo.
—Justin —suspiró
levemente y alzó sus ojos para mirarme fijamente—, jamás te dije lo que te diré
ahora, pero enserio, gracias.
Mi tentación fue
mucho más grande que las ganas de hablar que tenía, mis labios aprisionaron los
suyos sin temor o preocupación alguna, su cuerpo se destensó entre mis brazos y
dejó su bolso caer para abrazarme por el cuello sin miedo alguno.
Jamás había
esperado con tantas ansias besar a alguien, excepto a ella. No entendía el por
qué, después de unos cuantos años, por qué justamente ella debía cambiarme y yo
cambiarla a ella; pero supongo, que en eso se basa, ¿no? Complementarse el uno
al otro, sin una razón específica. Sus labios temblorosos bailaban al compás de
los míos, sentí como algunas lágrimas se mezclaban en el beso, ya no tenía
definido si eran las mías o las suyas, solo no me interesaba nada más que amarla.
aww me encanto el capitulo , la ultima parte fue como aww que tierno es justin , bueno SIGUELA , besos bye
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