lunes, 27 de mayo de 2013

Capítulo 4°: "Solo espero que no termines como el resto". (2da. Temporada)



Mi tentación fue mucho más grande que las ganas de hablar que tenía, mis labios aprisionaron los suyos sin temor o preocupación alguna, su cuerpo se destensó entre mis brazos y dejó su bolso caer para abrazarme por el cuello sin miedo alguno.

Jamás había esperado con tantas ansias besar a alguien, excepto a ella. No entendía el por qué, después de unos cuantos años, por qué justamente ella debía cambiarme y yo cambiarla a ella; pero supongo, que en eso se basa, ¿no? Complementarse el uno al otro, sin una razón específica. Sus labios temblorosos bailaban al compás de los míos, sentí como algunas lágrimas se mezclaban en el beso, ya no tenía definido si eran las mías o las suyas, solo no me interesaba nada más que amarla. 

Sus piernas se enredaron a mi cintura con simpleza, como si jamás hubiésemos dejado de hacerlo. Mis labios comenzaron a recorrer lentamente su cuello mientras me dirigía al sillón de la sala. Sus manos jugaban desesperadas con el cabello de mi nuca mientras gemía suavemente al sentir mis besos en su cuello.








—Jamás he extrañado así —confesó ella recostada en mi pecho—. Jamás pensé en dejarte solo, Justin.
—Como tú misma me has dicho —susurré acariciando su cabello—, las cosas ya han pasado, ¿no? No podemos volver el tiempo atrás y hacer las cosas bien, definitivamente no podemos.
—Justin —mencionó ella mi nombre, sabía que me preguntaría algo.
—Dime, bebé —le pedí.
—¿Quién es Rebbeca?
—¿Rebbeca? —intenté parecer calmado, como si ni siquiera conociera a alguien que se llamara así, pero no podía.
—No intentes engañarme —me pidió ella—. Sé que hay una tal Rebbeca en la vida de la pandilla, ¿quién puta es?
—Nena, apenas entras —suspiré acariciando su brazo con mi mano—. No intentes entender cosas que solo te traerán problemas.
—Soy de la banda ahora —me recordó algo que ya tenía presente—. Y corro el mismo peligro que tú, Chaz, Jaden o quién quiera que esté en ella, ¿lo tienes no? Pues, merezco saber de quién debo cuidar mi trasero —ella jamás paraba, ni siquiera después de tener un momento tan lindo.
—Lo sé, claro que tienes derecho —miré sus ojos los cuales me analizaban detalladamente, me intimidaba un poco la profundidad que había adquirido en ellos. Si antes lograba esconder todo detrás de su mirada, definitivamente ahora había trabajado mucho más en ello. Era imposible descifrar algo a través de sus luceros color marrón—. Pero, si te enteras de las cosas ahora, será mucho más complicado. Te conozco, sé que querrás atacar antes de que te ataquen y no podemos, debemos ser pacientes y hacer bien las cosas.
—¡Solo dime quién carajos es Rebbeca McCanter! —me pidió con autoridad.
—Oye, nena, no me grites —le sugerí con toda amabilidad, pero recordándole que debía tratarme bien—. Quizás a ti te funcionaba así dentro de la cárcel, pero esto es democracia y no puedes pegarme para que haga tu antojo —sus ojos se volvieron dos torbellinos negros.
—¿Vas a sacarme en cara toda la vida que estuve en cárcel, Justin? —y el tema la ponía sensible.
—No quiero pelear —le recordé. Ella suspiró acomodándose en mi pecho.
—Si tan solo fueras del todo honesto con…
—¡Soy honesto! —protesté, ella se sentó para mirarme otra vez mientras se cubría con la sábana— No estoy mintiéndote en nada.
—Solo lo ocultas —me reprochó—. Solo no pretendo que me cuides tanto el culo, yo puedo sola, pero al menos dime de quién diablos debo tener cuidado, Bieber.
—¿Quieres saber quién es Rebbeca McCanter? —ella asintió con seguridad— Pues, mañana mismo lo harás —y claramente, iba a mostrársela.



…Al día siguiente…



Era el amanecer cuando habíamos regresado a casa, ___________(tu nombre) me dijo que iba a ducharse, se cambiaría e iríamos a ver negocios. Definitivamente, no iba a poder dejarla fuera, como planeaba, ni darle un papel mínimo. Ella quería estar casi a la cabeza, junto conmigo.

Mientras ella subió a ducharse, supongo, yo me quedé en la sala mirando mi teléfono.


—Bieber —me habló Chaz entrando a la sala—, tengo noticias.
—Dime —le pedí mirándolo fijo—, ¿sucede algo, Somers?
—Alfredo y Ryan G., llamaron hoy —pues, sí. Ellos también eran parte del clan.
—¿Hay noticas de la perra? —claramente hablaba de Rebbeca.
—Nada —aseguró Chaz—, solo que deberán cuidarse tú y ___________(tu nombre), porque ella ya sabe de su llegada.
—Dime que bromeas —le pedí. Mi amigo no gesticuló, lo que era un rotundo no—, ¡Qué gran mierda! —protesté poniéndome de pie, tenía muchísima rabia fluyendo en mí— ¡Lo único que me falta es poner en peligro a ___________(tu nombre)!
—Yo no me preocuparía por ella —miré a Somers y él se encogió de hombros—. Sabe defenderse.
—Jennifer y Rebbeca son dos polos —me animé a comentarle—. Jennifer era de los juegos psicológicos y la tortura lenta hasta lograr que quieras morir. Rebbeca, no necesita que desees morir para disfrutarlo, ella solo te asesinará.
—¿Quieres mi opinión? —yo solo no respondí nada. Sabía que debería escucharla, quiera o no— Cuéntale las cosas a ___________(tu nombre). Dile cómo ensució tu nombre, dile que es su culpa que Rebbeca nos odie, además de que el clan influye en su zona. Enséñale de qué debe cuidarse ahora que está con el culo libre fuera de la cárcel. Ella sabrá qué hacer —mi mente no pensaba con claridad. Solo quería proteger a ___________(tu nombre). Rebbeca era diez veces peor que Jennifer, eso era seguro.
—No lo sé, Chaz. Pero si Rebbeca llega a hacerle algo a ___________(tu nombre), voy a matarla —sin margen de error—. Sabes que soy capaz, no iré con regodeos.
—¿Saldrás ahora? —me cuestionó inspeccionando mi aspecto— Porque parece que has tenido una noche agitada hermano —sonrió divertido—, no regresaron.
—Estuvimos en la casa de papá —podía confiar ciegamente en Chaz, era como mi hermano mayor—. Iremos a la taberna ahora. Ella quiere adaptarse —revoleé los ojos, Chaz soltó una pequeña risa.
—Viejo, lo mejor que puedes hacer es no mentirle —en eso coincidía con Chaz—. Tú sabrás cómo hacer para que no se pase del peligro y termine otra vez como terminó la última. Confía en ti, lo harás bien, hermano.


Antes de que pudiera responderle algo a Chaz, ___________(tu nombre) se apareció en la sala vistiendo así http://www.polyvore.com/rm/set?id=83579074. Como un instinto masculino, mis ojos y los de Chaz fueron directo a sus piernas. Tuve que contener mis ganas de pegarle a Chaz, honestamente, él no tenía la culpa.


—¿Ya nos vamos? —preguntó ella y carraspeó ante el silencio, entonces reaccioné.
—¿Puedo aconsejarte algo? —habló Chaz antes de dejarme responder, mi chica lo miró atentamente.
—Dime —le pidió.
—Es una ley básica, antes de que ellos te den miedo a ti, tú dales miedo a ellos, ¿vale? —___________(tu nombre) sonrió irónicamente.
—Ley muy básica, casi igual a respirar —aseguró—. Estuve en la cárcel, dos años. Sé a quién intimidar, a quién seducir y con quién victimizarme. Podrían sorprenderse —y tal vez, era cierto. Porque ella, no era de las muchachas egocéntricas.
—Venga, ya vamos —le pedí.


Salimos de la casa y recordé que no podíamos ir en la camioneta, Rebbeca la conocía, por lo que toqué mi bolsillo y encontré la llave de mi moto. Sonreí divertido, pensé qué tan emocionante sería montar una motocicleta con ___________(tu nombre). Ella se desconcertó un poco viendo que me dirigí a entrar al garaje. Subí mi moto y la encendí, hice rugir el motor y salí. Le hice un gesto y ella solo se subió a la moto.


—Bien, nena —sonreí divertido mirándola de reojo—, aférrate a mi cintura y prepárate —le sugerí. Amaba la velocidad sobre esa hermosura.
—Vale —dijo ella y se aferró a mi cintura apoyando su rostro sobre mi espalda.


Aceleré y salimos rápidamente del lugar. Íbamos casi a 80 km. por hora, y para ser sincero, no sentía tensión por parte de ella. Al parecer, la velocidad, no la intimidaba.


—La ciudad es para el otro lado —dijo divertida cuando me vio doblar a la izquierda.
—¿Y quién dijo que íbamos a la ciudad, cariño? —ella soltó una pequeña risa.
—Por cierto, lindo aroma, Bieber —sonreí divertido mientras aceleraba un poco más. La taberna estaba casi a media hora, pero no había transito, así que quizás en veinte minutos estaríamos allí.


La noté profundamente entretenida en los paisajes que nos rodeaban, los cuales no eran muy interesantes, pero supongo que después de dos años de solo ver paredes grises, eran casi como un cuadro del mismísimo Picasso. Aparqué en el estacionamiento de la taberna, la cual estaba abierta y con gente, las 24 hs. del día. Bajamos de la moto y ella se quedó viéndome.


—Y aquí, de seguro, es una especie de guarida de mafiosos —yo solté una pequeña risa abrazándola por la cintura.
—Aquí me conocen todos —le anticipé—, pero nadie me busca pleitos, así que, por favor, no hagas locuras —ella sonrió divertida y besó la comisura de mis labios.
—Descuida —me pidió—, sé cómo jugar a este juego peligroso.


Sin soltar su cintura, comenzamos a caminar hacia la taberna. Abrí la puerta y todos voltearon a ver, casi como en una película y quizás, era por quien me acompañaba, porque aseguro que ella ya no era desconocida en el lugar. Tenía su fama y se la había ganado.


—Bieber —dijo Edith desde la barra.
—Ven —le indiqué a ___________(tu nombre)—, te presentaré a una amiga —al llegar a la barra noté la mirada fría y distante de mi chica. Había tomado literal el consejo de Somers—. Edith, ella es mi novia…
—___________(tu nombre y apellido) —terminó la oración mi amiga—. La conozco, todo mundo la nombró en su momento —___________(tu nombre) le hizo una media sonrisa bastante cínica.
—Nena, ella es Edith, una amiga de la taberna —Edith le extendió la mano, ___________(tu nombre) la inspeccionó y luego subió a su cara.
—Un gusto, Edith —musitó sin tomar su mano—. Te saludaría, pero temo que salgan a decir que voy a matarte por tocar tu mano —sonrió cínicamente, Edith quedó algo desconcertada.
—No le hagas caso —le aconsejé a Edith—, su humor es algo pesado.
—Es raro verte aquí a esta hora, cuando sabes que Rebbeca aparecerá y también cuando conoces que odia verte aquí cuando está ella —___________(tu nombre), no le quitaba los ojos de encima a la morena encargada de los tragos.
—Rebbeca tendrá con quien pelear hoy si quiere guerra —aseguré y no lo decía por ___________(tu nombre), lo decía por mí.
—¿Y quién diablos es Rebbeca como para que todo mundo tiemble al pronunciar su asqueroso nombre? —la voz de quien me acompañaba se vio opacada al final con un carraspeo que jamás desconocería.


Volteé a ver sin soltar a ___________(tu nombre) de su cintura, entonces me encontré con la imagen de Rebbeca parada allí mirándonos fijamente, intentando intimidarnos. Era una lástima, porque podía sentir que ___________(tu nombre) no sentía miedo, más bien estaba emocionada por lo que sucedería de ahí en más.


—La pregunta es —el acento inglés de Rebbeca invadió el lugar dejándolo en silencio—, ¿quién puta eres tú, borreguita, para hablar con tanta seguridad de quien no conoces, pero por lo visto has oído hablar? —le sonrió cínicamente, sentí como la rabia se apoderó de mi chica.
—Creí que sería más —carraspeó—, como decirlo —susurró para mirarla nuevamente y sonreírle con todo su cinismo—, intimidante, pero honestamente, es como una ramera recién llegada de su último servicio.
—¡Lo lamento! —Rebbeca estaba totalmente en blanco, se lo notaba por sus vacilaciones, ella jamás sonreía burlista. Era su signo de desconcierto— Habla la muchacha que mató tan desprolijamente que hasta cayó a la cárcel —___________(tu nombre) soltó una gran carcajada cínica.
—Creí que subiría de nivel al salir de la cárcel —musitó mi chica—,  pero honestamente —miró de arriba hacia abajo a Rebbeca, como despreciándola—, lo único que logré es seguir peleando con putas baratas —Rebbeca, en un manotazo de ahogado, desesperada, escupió la cara de ___________(tu nombre). Todo mundo, incluyéndome estaba atento a la reacción, yo solo esperaba el momento para detener a mi chica.
—Perra —musitó Rebbeca con odio. ___________(tu nombre) sacó la saliva de su cara con su mano y la sacudió con asco. Fue casi en una milésima de segundo cuando el puño de ___________(tu nombre) se vio estampado en la nariz de Rebbeca, al parecer la morena que me traía loco desde hacía tres años, tenía su derecha muy bien entrenada. De la misma manera en la cual le había roto la nariz a Willow, le acababa de romper la nariz a la peor enemiga que tenía el clan.


Definitivamente, si queríamos que la guerra comenzara, ese golpe fue el inicio.


—¡Maldita mojigata! —gritó Rebbeca mirando su mano ensangrentada.
—¿No te bastó, perra? —todo el mundo esperaba más, pero yo me aseguré de agarrar con fuerza a ___________(tu nombre).
—¡Vete! —le grité a Rebbeca.
—Es mi lugar, váyanse ustedes, imbéciles —estaba desesperada, jamás nadie la había humillado así.
—Vete o te saco yo, ¿vale? —ya me estaba enfureciendo, no me costaría mucho trabajo sacarla del lugar— Vete, porque no querrás que te saque, vete —le repetí.
—Esto recién comienza —le advirtió a mi novia caminando hacia la puerta.
—¡Adiós cariño! —saludó ___________(tu nombre) con ironía— luego cuéntame qué tal tu cirugía plástica de nariz —Rebbeca solo salió furiosa mientras mi chica se reía burlándose.
—Estás loca —le informé.
—A mí nadie me humilla, Bieber —me recordó ella—. Ya no más.
—¡Qué cojones, tía! —Edith, estaba muy impresionada— Pegarle así a Rebbeca McCanter, mereces todo mi respeto y más, tengo por hecho.
—Rebbeca McCanter va a rogar piedad —aseguró mi chica.
—No es tan fácil —le aseguré—. La has agarrado desprevenida.
—Nadie sabe de lo que soy capaz. Créeme que estar en la cárcel no solo es aprender lo que debes hacer y lo que no. Por el contrario, es casi la inmunidad al peligro y al miedo —daba escalofríos oírla hablar así, frívola y dura consigo misma—. Rebbeca quiere guerra, ¿y adivina quién estuvo en campo de concentración durante dos años? —sonrió divertida y cínica a la vez.
—Solo espero que no termines como el resto —dijo Edith, yo solo la miré detenidamente.
—Eso no va a pasar —afirmé yo.

—¿Terminar? ¿De qué manera? —preguntó curiosamente ella.

3 comentarios:

  1. oh por la shit , me encanto el capitulo estuvo genial , rayis es tan malota , bueno me tengo que ir a hacer mis tareas bye SIGUELA!!!!

    ResponderEliminar
  2. ¡¡¡¡SHIT!!!! que guay quisiera esta en los pantalones de rayita y pegarle también a esa bebbeca jjajaja tonta que no sabe con quien se esta metiendo pero yo le voy a deci : oye bebbeca te quiero informar que te estas metiendo con ______(TN) para tu informacion y no tengo intencion de hacerte el per ojo en la frente fucking que novela tan buena siguela


    ResponderEliminar
  3. :o hjgfjkljhgfhjkhgfhjdgfhjgf esta super duper el capítulo, perdón por no comentar es que lo leo del celu y se demora mucho, se pega cuando intento comentar :C, pero quiero que sepas que siempre leo los capítulos c; y que son geniales hjgfhjhgfhjgfj TKM <3

    PD: ________(TN) es tan malota jgfghjghghfgh

    ResponderEliminar

¿Te gusta mi nove? ¿Debo cambiar algo? Dímelo :) Espero tu opinión :D