Capítulo 133°: "With you ♥"

—Creo que estaremos allí hoy —comentó Bieber.

—¡Así es! —exclamó la conductora de dicho programa— La feliz pareja de hace algunos años, está una vez más junta.

—Lo advertí —dijo Justin victorioso.

—___________(tu nombre) y Justin, han confesado ayer en un programa de aire estar juntos nuevamente. Además, por la noche se los vio llegar al Sheraton de la costa de la ciudad donde habitan. Vestían muy elegantes y se los veía muy enamorados y felices. Creemos que quedaron a pasar la noche allí. Según informaciones, Justin llevó antes de anoche a la muchacha a cenar a un restaurante dónde les agarró la tormenta y debieron dormir en el estacionamiento. Creemos que después de ahí fue cuando su relación floreció una vez más, aunque los últimos 2 o 3 meses se los vio pasar mucho tiempo juntos y muchas personas rumoreaban una relación entre estos dos jóvenes con grandes éxitos musicales. Esperemos que todo vaya como ellos esperan, les deseamos toda la suerte del mundo. 

—Sabes… no sé como lo hacen —comenté con un poco de cólera. En cierto modo me molestaba lo que hacían.

—Créeme que hace 5 años digo lo mismo que tú —comentó divertido mientras se sentaba a mi lado.

—Son asquerosos —su trabajo lo es.

—Algo —comentó—, pero sabes —me miró mientras rodeaba mis hombros con su brazo— me da igual. No me importa que ellos hablen, me llega. Yo sé que seremos más fuertes ¿no? —sonreí.

—¿Crees que iré a dejarte por lo que ellos hablan? —pregunté irónicamente— pfff… ni loca —añadí.

—Te amo —susurró a mi oído.

Acomodó mi cabello detrás de mi oreja y sonrió viéndome fijo a los ojos. Sonreí y lentamente él se acercó. Besó mis labios con mucha delicadeza, sus besos eran perfectos. Nada comparados a los de cualquier otra persona, él era un príncipe azul. Mi príncipe azul.

—Oye —susurré, él volvió a verme a los ojos tiernamente—, sé que no es una buena noticia pero tengo fecha de ida a Londres.

—¿Cuándo? —me preguntó. Sé que no le ánima para nada que me vaya.

—El 20 de enero —respondí. Él me miró desanimado y suspiró.

—¿No pasarás el día de los enamorados conmigo? —cuestionó.

—En realidad —sonreí—, en Londres tendremos un departamento con Anya y pues… creo que no sería mala idea —sonrió levemente—, que te vayas por febrero hasta que comience el trimestre, ¿no?

—No lo sé —dijo caviz bajo—, Scooter está que arde con el trabajo, vez y pues… no lo sé —sabía que sería una opción.

—Está bien —no era lo que esperaba. Justin tomó mi mano e hizo que mis ojos lo miraran. Su mirada era de culpa y… no sé por qué.

—Quizás no pasaré el mes contigo —me empezó a explicar—, pero te prometo que el día de los enamorados será nuestro mejor día juntos —eso significaba que iría, ¿no?

—¿Irás? —pregunté incrédula, él hacía muchas cosas por mí.

—¿Crees que no pasaré el 14 de febrero contigo? —preguntó divertidamente—, pues… te equivocas. Sí lo haré.

—¡Eres increíble, Justin Bieber! —exclamé y tocaron la puerta—. Ve tú —lo mandé.

—¡Oye! —protestó sin moverse— ve tú.

—Yo ordené el desayuno —me defendí. Él frunció el seño y se levantó a atender la puerta.

—Buenos días —saludó un empleado del hotel— les traje su desayuno —añadió mientras dejaba el carrito con el apetitoso desayuno dentro de la habitación.

—Muchísimas gracias —dije.

—Cárguelo a la cuenta, por favor —le pidió Bieber. Solo sonreí, nunca lo había visto tratar a alguien de usted y eso.

—Claro, señor —¿señor? Una pequeña risita se me escapó pero rápidamente bajé la cabeza. Justin lo notó—, ¿algo más?

—No, gracias —dijo él. El empleado se retiró y mi novio cerró la puerta— ¿De qué ríes?

—Te dijo señor —comenté entre risas.

—Sí, lo sé —afirmó él riendo un poco. Estaba terminando de preparar el desayuno—. Suena bastante raro —sonrió.

—Oye, Justin —lo hablé ya seria, él me miró—, quiero ver algo contigo —le expresé. Él me miró extrañado.

—¿Qué es? —preguntó. Yo saqué de mi bolso el CD, era el CD que Justin me había regalado hace 2 años en Canadá. El día antes de Navidad.

—¿Lo recuerdas? —pregunté sonriendo.

—¿Aún no lo has visto? —cuestionó sonriendo. Mientras se sentaba a mi lado.

—En realidad, no —confesé mientras me levantaba y lo colocaba en el DVD.

—Pues… veámoslo —dijo él con ganas de recordar. Sus ojos estaban brillantes. Radiaba felicidad—, creo que aún te gustará.

Me senté una vez más en el sillón y Justin mientras me abrazaba por los hombros con uno de sus brazos apretó play. Arrancó sonando Favorite Girl. Una de mis canciones preferidas de Justin.

Pasaron algunas fotos nuestras, eran todas adorables. Pero… luego la música se apagó y apareció una imagen de Justin. El chico de 17 años que me cambió la vida.

—Qué idea más original, ¿no crees? —comenzó diciendo en el vídeo—, En realidad, no tengo mucha creatividad para los regalos y creo que más joyas sería excesivo —rió. En realidad, viendo ese vídeo y esos comentarios Justin y yo también—. Bueno linda, espero que disfrutes mucho de L.A, sé que te hará feliz ver a los niños, tú linda eres tan buena persona. Te amo, ¿sabías? En realidad, eres mi primer amor, jamás sentí esto por alguien y aunque… me habría gustado que estés aquí para navidad, así besarte bajo el muérdago —sonrió en el vídeo—, sé que en Los Ángeles estarás feliz de la vida, cenando con todos esos bellos angelitos. Linda, realmente, gracias por estos seis meses —él sonrió y besó mi mejilla—, enserio no hay cosa —prosiguió el vídeo—, más linda que saber que te tengo conmigo y puedo verte, besarte. No lo sé, eres la mujer más hermosa de todo el universo y no me importa que suceda luego de esto, si el mundo quiere explotar, que lo haga. Mientras te tenga a mi lado, linda, nada estará mal. Te amo —tiró un beso a la cámara. Sonreí ante esa imagen del vídeo. Justin agarró una guitarra y comenzó a tocar. Creo que era Ours — Taylor Swift—.

Elevator buttons in morning air

Stranger silence makes me wanna take the stairs

If you were here, we’d laugh about their vacant stares

But right now, my time is theirs

Seems like there’s always someone who disapproves

They’ll judge it like they know about me and you

And the verdict comes from those with nothing else to do

The jury is out, but my choice is you

So don’t you worry your pretty Little mind

People throw rocks with things that shine

And life makes love look hard

The stakes are high

The water’s rough

But this love is ours

You never know what people have up their sleeves

Ghosts from your past gonna jump out at me

Lurking in the shadows with their lip-gloss smiles

But I don’t care, ‘cause right now you’re mine

And you say:

Don’t you worry your pretty Little mind

People throw rocks with things that shine

And life makes love look hard

The stakes are high

The water’s rough

But this love is ours

And it’s not theirs to speculate

If it’s wrong and

Your hands are tought but they are where mine belong

And I’ll fight their doubt and give you faith with this song foy you

‘Cause I love the gap between your teeth

And I love the riddles that you speak

And any snatch remarks from my father about your tattoos

Will be ignored, ‘cause my heart is yours

Se don’t you worry your pretty Little mind

People throw rocks at thing that shine

And life makes love look hard

Don’t you worry your pretty Little mind

People throw rocks at thing that shine

But they can’t take what’s ours

The can’t take wwhat’s ours

The stakes are high

The water’s rough

But this love is ours —el vídeo sonaba con la adorable voz de hace 2 años de Justin y él a mi oído cantó más de media canción. El vídeo terminaba allí, la canción era preciosa. Amaba las letras de Swift.

—¿Existirá alguien más adorable que tú? —pregunté en un susurro. Él rió por lo bajo.

—Sabes… —suspiró—, creo que fui tan ridículo con ese vídeo —comentó.

—¡Oye! —lo regañé—, ¿dices que ser tierno es ser ridículo? —pregunté. Él me miró rápidamente a los ojos y sonrió.

—Creí que te reirías —comentó apenado.

—¿Reírme? ¿A caso fue comedia? —pregunté con ironía—, sabes que jamás lo haría. Me encanta que seas así conmigo. Amo tu forma de amarme, respetarme y hacerme sentir única. Tú eres único —comenté.

—Te amo —susurró y besó mi frente—, pero ahora a comer —me exigió.

Narra Justin:

Quizás a los 17 podía ser un idiota, recién aprendía lo que era el amor. Ese vídeo, siempre creí que pasó a la historia, pero verlo 3 años después, ¡Assu! Es como revivir mil sentimientos que hoy día son más apegados a tierra. Amo a ___________(tu nombre) con la intensidad de siempre y más, mucho más. Ella es mi mundo y cada día me convenzo más de que será la mujer para toda mi vida. La amo, así de simple, la amo como a nada en el jodido universo.

Nos levantamos y pusimos nuestros desayunos en la pequeña mesa. Allí mientras reíamos o charlábamos desayunamos. Terminamos de hacerlo a eso de las 8:30. Aún nos quedaban unas horas hasta las 11:00. Así que con la belleza de mi novia, decidimos ir a recorrer el patio.

—Oye, esto es bellísimo —dijo ella mientras salíamos al patio—, creo que jamás estuve en un hotel tan lujoso.

—Créeme que he ido a tantos que ni siquiera recuerdo cuál fue el mejor —le comenté divertido. En realidad, al vivir viajando es imposible recordar todos los hoteles en los que duermes.

—Sabes, hay días que me gustaría volver el tiempo atrás —confesó melancólicamente, ¿a qué haría referencia ese comentario?

—¿Cuánto? —me refería al tiempo.

—Cuando vivía en Atlanta —dijo ella. Nunca superó a su padre, ella lo ama más y más cada día, pero… es distinto. Ella odia a Mariel y ps… su padre cree que ella ya no es una niña. Sus hermanos, bueno ellos siguen siendo los mismos, pero su relación no. Están bastante alejados—, me gustaría tener a papá conmigo.

—Él está contigo —si eso querría ella.

—Papá tiene su empresa en Atlanta —tiene un buffet de abogados y esas cosas. Mucho no entiendo del tema—, él no dejará todo para venir y pues, lo necesito a veces —dijo ella—. Lo sé, tengo 18 años, próximo a los 19 y sigo siendo una nena de papi —créanme que sin mi madre yo no sería nada—, pero es que es mi papá. Lo amo demasiado, y él prefiere a esa ramera.

—Mariel no es mala —es una buena mujer. Aunque se equivocó, al igual que ___________(tu papá).

—Sí, quizás —aceptó mi novia—, pero hizo que mis padres se separaran. Es cosa de puta —un poco sí.

—Debes darte la oportunidad a ti misma de dejar ir las cosas y perdonar a tu padre. Él te ama como tú lo haces, pero al igual que tu madre quiere ser feliz. Él quiere rehacer su vida con Mariel, y que tú lo aceptes. Eres su hija, es claro que te ama —todo padre, de algún modo, lo hace, ¿no?.

—Olvidas que no soy de su sangre —dicho eso una lágrima recorrió su mejilla. Tenía razón, no era su hija biológica, pero eso no significa nada.

—Eso no significa nada —le informé secando su lágrima.

—Hay cosas que te marcan —me comentó ella. Era verdad— tú decides como. En este caso, yo no pude hacerlo. Cuando mamá se fue la casa calló sobre mí. Debí madurar a los 12, ¿linda imagen,  no crees? —dijo con sarcasmo—, siempre digo: “Todos se equivocan para madurar. Y yo, debí madurar para equivocarme” —jamás habló tan negativamente sobre su pasado. Creí que… no fue tan devastador. Pensé que lo había superado.

—Creí que lo habías superado —dije mientras tomaba su mano. Ella estaba llorando, eso me hacía mal.

—¿Superarlo? —preguntó con ironía—, Nunca se borrará de mi cabeza la imagen de mamá yéndose de casa, fue patético.

—___________(tu nombre), no importa quién fuiste —en realidad, no—, importa quién eres. Y sabes —respiré hondo, no quería llorar también yo— tú eres una mujer fuerte, decidida, eso es lo que todos admiramos de ti. Cada paso que has dado desde que viniste a este mundo te llevó a dónde estás. En la cima. Eres una inspiración, y no me interesa lo que el mundo diga de ti. Yo sé que Dios quiso que fueras fuerte por algo, yo sé que tú naciste para ser alguien —ella sonrió entre algunas lágrimas y me miró—, mírame a mi si no. Era un pobre niño en Canadá, que apenas sí tenía para comer, ¿y ahora? No es por presumir, pero puedo darles de comer a muchas personas que pasan lo que yo hace unos años —sus ojos cada vez se humedecían más—. Nacemos siendo alguien y eso nada lo cambia, el destino es un libro escrito y las personas somos sus personajes. No te dejes engañar, linda, tú eres fuerte y nada te quebrará.

—Si tan solo alguien me habría dicho esto a los doce, quizás no sería tan así —comentó divertidamente sin dejar de llorar aún.

—¿Así como? —pregunté—, así estás perfecta. Perfecta para mí —dije mientras besaba su mejilla.

—Te amo —dijo ella mientras me abrazaba con fuerza. Escondió su cabeza en mi pecho y acarició mi espalda. Lentamente acaricié su cabello y su aroma me inundó. Era perfecta para mí.

—Linda —susurré a su oído—, ¿quieres entrar? —quizás quería estar a solas.

—No, quiero tomar aire —me respondió mientras me soltaba y secaba sus lágrimas. Se veía tan linda.

—Ven, sentémonos bajo aquellos árboles —le propuse. Ella asintió y allí nos sentamos, bajo un enorme árbol. Ella estaba recostada en mi pecho, jugando con mis manos.

—Oye —me habló ella—, respecto a lo de anoche —mis nervios revivieron en menos de un segundo—, te amo Justin —soltó ella.

—¿Eh? —pregunté confundido. Pensé que comentaría algo.

—No tengo palabras —me explicó—, fuiste tan correcto, tan suave, tierno, acogedor, me amaste y pude sentirlo. No tengo palabras —repitió. Sonreí un poco avergonzado.

—Linda, no sé qué decir —había quedado en blanco—, solo sé que eres la mujer que quiero para toda mi vida.

—Y tú el hombre de la mía —comentó mientras besaba mi mano. Sus labios eran de algodón. Lo apuesto.

Nos quedamos en silencio, un silencio plácido y tranquilo. Los pájaros cantaban y si se escuchaba a través de los autos de la calle, se podía oír el ruido de las olas del mar.

—Oye, Justin —susurró ella.

—Dime —le pedí.

—¿Cuándo son tus presentaciones? —me preguntó.

—Cuando termine este mes —le respondí—, algunas son aquí y otras en Europa —añadí información.

—Mmh, —susurró—, tengo un desfile en 20 y no quiero —comentó—, además la boda de mamá será en una playa de Atlanta y ni siquiera sé qué diablos me pondré.

—¡Recién es 3! —protesté ante su actitud de niña fresa.

—A veces se me da de este plan —comentó divertida— es que sabes cómo es Nerea. Me trae loca, quiere que le regale un par de mis zapatos que la trae loca, estoy planeando hacerlo pero… me jode con que qué me pondré.

—Las mujeres son tan complicadas —comenté divertido. Ella rió.

—En realidad, sí —aceptó. Era de las pocas.

—Enserio, lo son —musité. Ella rió levemente.

—Sí, lo sé. Lo somos —volvió a aceptar, reímos— oye… hay algo que debes saber —dijo seria.

—¿De quién? —pregunté un poco preocupado.

—De tu mamá —respondió.

—¿Lo de Richard? —pregunté con normalidad. Lo sospechaba y sabía que mamá algún día reharía su vida. Está bien, aunque admito que me dan celos.

—¿Lo sabes? —dijo ella.

—Sí, linda —respondí—, lo sospecho hace meses.

—En realidad, ella me confesó que están saliendo hace 2 meses —me contó mi novia. Creo que a ella le agradaba la idea—, tu mamá no se anima a contarte.

—Lo sé, cree que lo tomaré muy mal —dije divertido. Soy feliz si ella lo es.

—En realidad, todos pensábamos eso —dijo ella confundida. Quizás creían que sería un loco maniático y celoso—, pero veo que has madurado demasiado.

—¡Oye! —la regañé entre una pequeña risa.

—Richard es buen tipo —ella se veía segura.

—¿Lo conoces? —pregunté.

—Es el mejor amigo de papá —me afirmó ella. Realmente, no sabía ese dato—. Es como mi tío. Lo conoció por medio de mamá, en una cena en New York. Rich tiene una fábrica muy conocida textil. Es un tipo con un gran corazón. No tiene hijos ni nada, es un tipo solterón de 40 —reí por lo bajo ante su tono gracioso.

—Parece que lo conoces —comenté.

—Es que iba todos los veranos a casa cuando papá quería “divertirse” —rió por lo bajo—, era muy gracioso. Siempre me escabullía con Mich y los veíamos jugar al pool. Tomaban ron y se ponían a hablar muchas huevadas, enserio era muy gracioso. A veces iban otros amigos, siempre jodían hasta terminaban tirándose con las bolas del pool. Una vez Rich nos descubrió llevándonos el helado del refrigerador y nos amenazó con contarle a papá, entonces Michael le dijo que le escondería sus botellas de Ron. Lo único que dijo fue: “¿Quieren más helado niños?” —me contó ella imitando su voz. Se la veía tan divertida y hermosa.

—Aún mamá no me lo presenta, pero parece ser un tipo divertido —comenté. Ella asintió.

—Créeme que tendrás con qué divertirte —le afirmé.

De repente el griterío nos sobresaltó. Se escuchaban gritos desenfrenados y personas corriendo. Me volteé rápidamente y un montón de chicas corrían con euforia hacia nosotros.

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¡Chicas, las adoro! Gracias por ser lo máximo, no respondo porque me quedo sin batería en la notebook, gracias por su apoyo, las amo ♥

—Poly—

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