—¿Pero qué, Ry? —le pregunté otra vez insistiendo.
—___________(tu nombre), quiero pasar la noche contigo
—sonreí divertida.
—Ry, pasamos muchas noches juntos, ¿por qué me negaría? —él
sonrió algo divertido. Me hizo cuestionarme si había entendido bien.
—No hablo de eso —me explicó y acarició mi mejilla
suavemente—. Hablo de la otra forma.
—Ryan yo…
Él hablaba de acostarnos y yo pensaba en Bieber, no podía
hacerlo. Por empezar, era virgen, Ryan era mi primer novio, jamás había estado
con alguien antes. Y para seguir con los aspectos negativos de hacerlo, no
estaba segura de amarlo. Debía ser honesta conmigo misma, debía descubrir qué
era lo que hacía que estuviera con él pensando que su amigo me gustaba y luego
responderle si lo haría o no.
—Ryan, no lo sé —hablé agachando mi mirada—. No quiero que
sea algo planeado, simplemente debe pasar, ¿no? Si debe pasar, pasará. No
forcemos las cosas —le pedí. Él me sonrió levemente.
—No quiero que mal interpretes, ¿sí? —me pidió— No estoy
contigo porque quiero acostarme y ya, ¿vale? Yo te amo y por eso quiero estar
contigo. Te esperaré. Si quieres que esperemos, esperaré —añadió y besó
fugazmente mis labios.
—Te amo —solté sin pensarlo—. Gracias, Ry.
…
La semana había pasado rápido. Casi no había visto a Justin
desde el día que cociné para ellos, y eso era lo mejor para mí. Realmente, no
quería verlo y volver a confundirme. Yo amaba a Ryan y pensar en Justin era una
idiotez.
Me metí en la ducha y al salir me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=106910944&.locale=es.
Dejé mi cabello suelto y solo me puse rímel y brillo labial. Tomé mis maletas y
bajé, Ryan llegaría pronto.
—Cuídate, linda —me repitió mamá.
—Estaré bien —le afirmé—, ¿Sally aún no baja?
—¡Aquí vengo! —exclamó bajando a duras penas con sus
maletas.
—Avísenme cuando vengan —nos pidió papá—. Iré por ustedes al
aeropuerto.
—¿Llevan todo? —se entrometió mamá.
—Sí, mamá —habló Sally cansada de las mismas preguntas—. No
se preocupen. Estaremos bien.
—¡Pórtense bien! —recordó decir mi padre.
—Lo haremos —dijimos a dúo y oímos la bocina de una
camioneta sonar.
—Debe ser Ryan —dedujo papá.
—Las amamos —dijo mamá despidiéndose.
Saludamos a cada uno y salimos de la casa emocionadas. Ryan
puso las maletas en el maletero y luego subimos a su camioneta.
—Chaz espera en el aeropuerto —habló Ryan, creo que se lo
comentaba a Sally—, ¿Qué tal todo? —me preguntó mirándome. Yo iba de copiloto,
Sally atrás.
—Bien —respondí sonriendo—. Estoy algo nerviosa.
—¿Por qué? —preguntó divertido.
—No lo sé —hablé entre risas—. Pero todo estará bien.
—¡Claro que sí! —exclamó Sally— Las mejores vacaciones de la
vida.
Minutos después llegamos al aeropuerto. Eran las 00:00 a.m.,
debíamos abordar a la 01:30 a.m., así que nos dirigimos rápidamente a hacer el
chequeo y pasar las maletas. Luego de eso, nos dispusimos a encontrar a Chaz, y
para mi mala suerte, estaba Justin Bieber y su madre allí.
—Buenas noches —saludé simpáticamente al llegar.
—Hola viejo —saludó Justin a Ryan—, hola chicas.
—Hola bro —respondió Ryan—, Somers, ¿estás aquí? —Chaz se
levantó de la silla y sonrió.
—Estoy cansado —comentó—, ¿qué tal? Hola.
—Mamá —habló Justin—, ella es ___________(tu nombre y
apellido) y ella es su hermana Sally.
—Un gusto, chicas —nos saludó Pattie. Nosotras sonreímos.
Justin se veía realmente apuesto. Traía jeans negros, supras
grises, una sudadera azul, gorra y lentes, aún así, cubriendo gran parte de su
cara, se veía hermoso.
—El viaje no es demasiado largo —habló Chaz—, para las 04:00
a.m. estaremos en Ontario.
—Y por la mañana hay que ir al parque —comentó Justin
sonriendo.
—¿No duermes, Bieber? —preguntó Ryan entre risas— ¡Eres un
vampiro!
—¡Venga! —exclamó Justin— esta semana he dormido demasiado,
necesito dormir poco nuevamente o cuando
deba hacerlo no resistiré.
…Ontario — Canadá…
—¡Linda! —oí decir a la voz de Ryan y abrí mis ojos
lentamente—, linda, vamos. Arriba —me sonrió divertido—. Son las 10:00 a.m.,
cámbiate, iremos al parque y luego vendremos a almorzar con papá.
—Justin y sus ideas —protesté entre risas sentándome en la
cama. Él besó fugazmente mis labios.
—¡Venga, no seas floja! —me pidió divertido.
—Ya, enseguida bajo —hablé fregándome los ojos.
Ryan salió de la habitación, yo abrí mis maletas y saqué de
ella unos leggings, una sudadera y mis zapatillas deportivas (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=106912618&.locale=es),
luego de cambiarme me até el pelo en una coleta alta y bajé hacia la cocina,
donde supuse que estaba Ryan. Allí estaban, Chaz, Sally, Ryan y Justin.
—Buenos días —saludé.
—Hola —dijeron al unísono.
—Ven, cariño —me llamó Ryan indicándome una silla a su lado.
—¿Y qué haremos? —preguntó Sally.
—Iremos al parque —le aseguró Bieber—. Les va a encantar
—añadió simpáticamente para luego mirarme. Joder, ¡hasta recién levantado era
hermoso!
—¿Y qué haremos allí? —pregunté curiosamente.
—Bueno, quizás podamos hacer skate —me respondió Somers.
—¿Y los paparazzis? —preguntó Ryan mirando a Justin.
—No creo que sepan dónde estoy —le respondió—. Oh y tal vez
busque a Jaxon para traerlo.
—¡Debe estar enorme! —exclamó mi novio.
—Oh, sí —sonrió Justin—. Le diré a papá que lo lleve al
parque.
Luego de estar un rato allí esperando a que el papá de Justin
llevara a su pequeño hermanito a casa de Ryan, salimos hacia el parque. Jaxon
era un niño dulce y divertido, muy tímido, solo iba de la mano con Justin y
casi no hablaba.
—Deberíamos haberlos invitado a Christian y Caitlin —habló
Chaz, quien iba de la mano con Sally.
—Hace mucho no veo a los hermanos Beadles —comentó Ryan—.
Deben estar cambiados.
—Supe que Caitlin está en una agencia de modelos y que
Christian sigue sus estudios —dio información Justin—. Ya saben, no tengo mucho
tiempo para estar en Los Ángeles donde ellos.
—¿Quiénes son ellos? —me atreví a preguntar.
—Viejos amigos —me respondió amablemente Justin.
—¡Esta noche deberíamos de ir al antro! —habló Somers,
nuevamente.
—Sí, hace mucho no vamos —se animó a incitarnos Bieber.
—¿Qué dicen, chicas? —preguntó Chaz sonriéndonos.
—Por mí está bien —acepté. Después de todo veníamos a
divertirnos.
—Lo mismo digo —habló mi hermana.
—Miren, allí es el parque —habló Ryan apuntando hacia el
frente. Quizás habrán sido 3 o 4 cuadras repletas de árboles, caminos y mucho
verde, por sobre todo, un lugar precioso.
Nos cruzamos al parque y caminamos hasta llegar a unos
bancos, hacia un lado había un enorme piso de cemento donde estaban algunos
chicos haciendo skate.
—¡Venga, vamos a patear un rato! —ofreció Chaz. Ryan lo
siguió, también Sally. Solo quedamos Bieber, Jaxon y yo sentados.
—¿Quieres ir? —le pregunté, él me miró simpáticamente—, yo
cuido a Jaxon.
—No puedo ir —me confesó—. Si llegan a descubrirme un sería
alboroto.
—Oh —murmuré y miré a su pequeño hermano, él se intimidó un
poco.
—No temas, Jax —le pidió Justin divertido—. Ella es
___________(tu nombre), una amiga.
—Hola, lindo —lo saludé emocionada. Me gustaban las
criaturas.
—Hola —susurró tímidamente y me sonrió.
—Jazzy va a amarte —me aseguró Justin, lo miré con una
sonrisa sin entender de qué hablaba.
—¿Quién es Jazzy? —pregunté dulcemente. Odiaba que me
sonriera así, ¡demonios! ¿Debía ser tan lindo?
—Es mi hermanita pequeña —me respondió él—. Te adorará
porque adora a las chicas más grande si visten como ella quiere —solté una
pequeña risa.
—¿Y yo visto como ella quiere? —porque no me preocupaba por
mis atuendos.
—Sí, le gustarás.
Narra Justin:
No sabía que ella me atormentaría tanto, en la última semana
no podía quitármela de la cabeza y eso estaba mal, muy mal. Ella era la novia
de Ryan, mi mejor amigo, ¿cómo podía pensar en ella de esa forma? Era absurdo.
Sin embargo, todo en ella era perfecto. Sin maquillaje era una muñeca, con ropa
deportiva o arreglada, su cabello, sus ojos, sus labios, sus pestañas, su
cuerpo, sus piernas, sus curvas, ¡era realmente un sueño hecho realidad!
—Me encanta este lugar —dijo luego de unos segundos,
haciéndome reaccionar de que me había perdido mirándola.
—Es muy bonito —logré decir sin parecer un imbécil—. Siempre
veníamos aquí cuando estábamos todos juntos.
—Debe ser feo —murmuró, yo arqueé una ceja, ella me miró
sonriéndome levemente—. Digo, tener todo lo que quieres lejos.
—Sí, es feo tener tus amigos lejos —murmuré. Era raro, jamás
nadie hablaba de esto—. Bueno, los veo a veces, pero tengo a todos lejos. A mis
hermanos, a papá, a mis abuelos, mis amigos. No lo sé —sonreí amargamente—,
cumplir tus sueños tiene sus lados negativos. Pero, es lo que amo.
—Lo entiendo —me comentó—, aunque yo no lo haya pasado.
Pues, como sabes el hípico está en la ciudad, tengo a mis seres queridos
conmigo.
—Debes valorar mucho eso, sabes… eres afortunada en ese
sentido.
—Sí, en realidad, no puedo quejarme —sonrió.
—No te conozco, pero pareces ser una buena chica —me animé a
alagarla—. Ryan tiene suerte.
—¿Y tú no? —me preguntó ella, esa pregunta me hizo ilusiones
en menos de lo que terminé de oírla, incluso.
—Estoy solo —hablé—, y es difícil encontrar a alguien que me
quiera por quién soy en realidad y no por mi fama.
—Qué triste suena —sus ojos miel eran un tormento, bellos
hasta la infinidad, pero sabía que todas las noches hasta quién sabe cuando al
cerrar los ojos para dormirme, ellos estarían allí.
—Sí, lo es un poco —murmuré algo divertido, no quería
ponerme sentimental.
—Hay cosas peores, ¿no? —murmuró ella jugando con Jaxon,
quien estaba entretenido con unos dibujos del banco.
—Eso creo —me enternecía verla jugar con mi pequeño
hermano—. Oye, ¿y qué onda con el hípico?
—Oh, bueno… —elevó su vista para mirarme con una encantadora
sonrisa.
—¡Oye, ___________(tu nombre)! —era Somers— Ven, debes
aprender a patear.
—¿Estás loco? —le dijo ella divertida— Ya sé hacerlo.
—Bien, queremos verte —dijo Sally mirándola con algo de
competencia.
—Espérame —me pidió ella divertida.
Se puso de pie y caminó hasta donde estaban todos. Ryan le
cedió la patineta, creí que iba a caerse, pues no tenía fachas de skater, ¿o
sí? Ella subió y pateó haciendo que la patineta comenzara a andar con perfecto
equilibrio, hizo unos cuantos metros y luego solo pasó el peso hacia un lado y
giró sobre la patineta para regresar. Todos comenzaron a reír y hacer bromas,
Ryan besó sus labios, mientras yo moría de envidia, de ganas de estar en su
lugar, y luego ella comenzó su regreso hacia nosotros.
—No creí que lo hicieras —ella soltó una pequeña risa.
—No es tan difícil —comentó—. No después de que jugaste al
polo mucho tiempo y tienes un equilibrio casi sobrenatural.
—¿Eres polista? —ella se sentó a mi lado y negó con la
cabeza.
—Jugué una temporada —me respondió—, porque una de las
muchachas del equipo se lesionó, pero luego volví a la equitación.
—¿Solo equitación? —ella asintió ante mi pregunta.
—Sí —me respondió—. Solo equitación. Bueno, no me gusta
sobre exigir mis caballos, así que una cosa u otra.
—Me gustaría ir a alguna competencia —¡qué pendejo!
Realmente, solo me interesaba ver lo sexy que se veía montando, porque no
entendía nada de la equitación.
—No sé donde será la próxima competencia —ella acomodó un
mechón de su cabello detrás de su oreja y me sonrió—, pero puedo invitarte cuando
lo sepa.
—Será un gusto ir —si pudiese, por mi apretada agenda.
—Bieber —me habló Jaxon, lo miré prestándole atención—, ¿puede
ser mi novia? —___________(tu nombre) soltó una risa bastante divertida y
sorpresiva. Yo atiné a hacer lo mismo.
—¡Venga, campeón! —exclamé— No lo sé, debes preguntárselo a
ella —Jaxon la miró sonriendo con vergüenza.
—Mmmh, ¿y no estás pequeñito para eso, Jax? —le preguntó
___________(tu nombre) divertida.
—No —negó Jaxon.
—Bien, entonces debes ser mi nuevo novio —afirmó ella
divertida abrazándolo mientras él hacía lo mismo.
—Aún no puedo creer que esté abrazándote —comenté en voz
alta—. Él es muy tímido.
—Y muy lindo —habló ella sonriéndole a mi hermanito,
¡demonios! Era realmente hermosa.
Narra ___________(tu nombre):
Estuvimos un rato más allí hasta que decidimos irnos porque
era hora de almorzar.
—Hola —saludé al entrar a la casa, el papá de Ryan ya estaba
allí.
—¡Oh, hola! —saludó Martin— Tú debes ser la famosa
___________(tu nombre) —apostaba a que en ese momento ya estaba roja como un
tomate.
—Es un gusto —comenté, Ryan se puso detrás de mí abrazándome
por la cintura.
—¿Y qué dices? —le preguntó a su papá— ¿Describí bien lo
hermosa que era? Porque creo que me faltó decirte que era un ángel de carne y
hueso —solo solté una risa muerta de pena.
—Me alegra verlos bien, realmente hacen una hermosa pareja
—aseguró él.
—¿Qué hay de almorzar? —preguntó Ryan— Estoy demasiado
hambriento.
—No lo sé, vamos al comedor de seguro Amelia ha puesto la
mesa —nos invitó.
Narra Justin:
—Justin, hijo —habló papá sonriéndome mientras yo entraba al
comedor con Jaxon.
—Hola —saludé sonriendo—, ¿qué tal todo por aquí? —pregunté
simpáticamente.
—¡Bieber! —gritó entrando a la cocina Jazzy, ella corrió a
mí y me abrazó con fuerza.
—Hola, preciosa —la saludé poniéndome a su altura—, ¡Qué
linda estás!
—Te he hecho lasaña —me avisó mi abuela desde la puerta que
daba hacia la cocina.
—¡Y lo mimas demasiado! —protestó mamá entre risas.
—Exageras, si nunca vengo es su deber mal criarme cuando
estoy, ¿no? —papá soltó una risa divertida.
—Creo que la última vez que nos visitas tú a nosotros aún
estabas con Selena —odiaba que la recordaran, no tenía mala relación con ella,
pero era parte de mi pasado y, para ser honesto, me dolía recordarla.
—Sí, fue hace mucho —intenté poner mi mejor cara, no quería
alborotos.
—Oh, no, pero ahora está loco por una nueva muchachita —miré
a mamá desesperado, ¡que no metiera la pata!
—¿Si? —preguntó papá algo divertido—, vamos, cuéntanos,
hijo, ¿quién es?
—Sí, mamá —la miré cuidadosamente—, ¿quién es?
—Es alguien que ya tiene dueño —un nudo se formó en mi
garganta, solo quería que ella se callara, ¿se había dado cuenta?— y si logra
tener su corazón, va a costarle caro, muy caro.
—¿De quién hablas? —dije desesperado.
—___________(tu nombre y apellido) —papá me miró
sorprendido.
—¿La estrella de polo de la temporada pasada? —¡Demonios!
—La novia de Ryan —agregó mamá.
Narra ___________(tu nombre):
—¿Y cómo están las cosas en Toronto? —preguntó Martin.
—Bueno, los estudios van bien —le respondió Ryan—. Y estamos
bien, ¿no, linda?
—Sí —sonreí levemente—, realmente la pasamos bien.
—¿El equipo, qué tal? —me preguntó Martin, sabía que le
interesaban los deportes.
—Tengo competencia en unos meses —amaba hablar de eso—, aún
no sabemos dónde será, solo sé que son las internacionales.
—¿Ya no juegas al polo? —Ryan se concentró en comer y Martin
en hablarme, era algo bastante peculiar ya que siempre que comía con Ryan él no
paraba de hablarme jamás.
—No —murmuré—, es que Marry ha regresado, ella era la
titular —le expliqué brevemente—. Además, me gusta más la equitación.
—Tus padres deben estar orgullosos de ti —él era simpático y
adorable conmigo.
—Bueno —sonreí algo apenada—, ellos lo están.
—¡Sus padres son geniales! —se entrometió Ryan— Ellos me adoran.
—¡Qué ego! —exclamó su padre entre risas.
—Es cierto —afirmé las palabras de Ryan—, mis padres lo
adoran.
Luego de almorzar pasamos la tarde en casa de Ryan, haciendo
absolutamente nada, Chaz y Sally estaban juntos y Justin, pues supuse que estaba
en su casa. Mi cabeza no dejaba de pensar en él y eso me incomodaba, ¿qué
demonios me pasaba con ese muchacho? Estaba obsesionada.
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