viernes, 24 de enero de 2014

Capítulo 25°: "Hazlo por mí".





#Vía telefónica#
—Hola, hermoso —saludó dulcemente.
—Hola, preciosa —respondí—, ¿qué tal estás?
—Bien, bonito. Cansada, ¿tú?
—Bien, muy, muy, muy bien —ella soltó una pequeña risa ante mi exageración.
—¿Y… a qué se debe eso? —preguntó divertida.
—Bueno, sé que no podrás creerlo pero…
—¿Pero qué? —se desesperó ante mi silencio. Me reí divertido.
—Hablé con Ryan —solté tranquilamente.
—¿Qué? —prácticamente gritó— ¿Y qué te dijo? ¿Pelearon? ¿Te insultó? —disparó preguntas— ¡Justin! —me regañó ante mi silencio— Habla o me harás morir.
—Él dijo que, bueno dijo que estaba bien. Que desde un principio se dio cuenta de nuestra atracción y que acepta que estemos juntos, él nos quiere ver felices, nena —escuché un chillido alegre del otro lado y no pude evitar soltar una risa.
—¿Enserio? —cuestionó— No puedo creerlo.
—Bueno, pues créelo, cariño. Porque no hay nada por qué preocuparse ahora —evitando hacer caso a la distancia de por medio, pero eso era un detalle menor.
—Solo falta poco para verte, ¿sabes eso? —sonreí totalmente enamorado.
—Lo sé, preciosa. Sé que estarás en Georgia pronto —y haría todo por verla.
—Me quedaré unos días con Sandy y Cait —le aseguré.
—Pues, mejor para nosotros, así podré verte más, nena —oí su risita del otro lado, volviendo a la completa vida mi corazón. Ella era lo único que quería.



…Dos semanas después…



Luego de atravesar a duras penas saludando rápidamente el tumulto de Beliebers que estaba esperando cerca del aeropuerto, logré entrar para recibir a ___________(tu nombre) en Los Ángeles. La competencia había sido el día anterior y ella ganó el primer puesto en equitación. Yo tuve que volver antes en mi jet privado, pero ella tomó el vuelo después del festejo para pasar sus tres días conmigo mientras Caitlin estaba en casa de su padre con Christian también.

Entré con Kenny cubriéndome la espalda hacia la puerta del recibidor del aeropuerto, rápidamente pude divisar a la pequeña figura que me traía loco. Sonreí antes de que ella pudiera reconocerme y supuse que eso no llevaría mucho ya que todo el mundo estaba comenzándose a dar cuenta de mi presencia.

Su cabello volaba gracias a la velocidad de sus pasos al divisarme, los pliegues de su pollera roja pegaban contra sus muslos y ella no dejaba de dibujar en sus labios al mismo tono de la prenda una hermosa sonrisa. El pequeño abrigo aterciopelado azul marino que traía se ajustaba con un botón a su cintura dejando ver una blusa blanca y negra por debajo. Sus piernas iban cubiertas un poco hasta por encima de sus rodillas con unas botas azules de tacón bajo (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=111205017&.locale=es ). Lucía increíblemente sexy y fresca. Abrí mis brazos recibiéndola en ellos como no pude hacerlo en la competencia, ya que solo la vi montar y tuve que irme.



—Felicidades, preciosa —susurré a su oído acariciando su cabello bajo la palma de mi mano.
—Gracias, bonito —murmuró sin soltarme, como yo tampoco a ella.
—Estás hermosa, nena —hablé tomando su cara entre mis manos, ella sonrió y le robé un beso de sus labios.
—Alguien podría fotografiarnos —me recordó apenada.
—No me importa, no quiero esconderte —le confesé y volví a besarla—. Te he extrañado tanto preciosa.
—Yo también te extrañé —sus manos acariciaron dulcemente mis mejillas, me relajé ante su tacto.
—Lamento interrumpir, chicos —oí a Kenny decir volteándome hacia él, no sin antes rodear la cintura de ___________(tu nombre) con mi brazo—, pero una avalancha de paparazzis se aproxima, así que será mejor que salgamos.
—Está bien —se apresuró ___________(tu nombre) tomando su maleta.
—Yo la llevaré —le informó Kenny tomándola sin dejarla decir nada. Comenzamos a caminar con él protegiéndonos las espaldas.
—No te preocupes —le pedí viendo que a la salida del aeropuerto, hacia nuestro coche, los paparazzis esperaban hambrientos—. Solo haz como si no están, ¿vale?
—Mhm —dijo ella asintiendo. Me saqué mis ray ban’s y se los pasé. Ella los tomó confundida—. Póntelos —le pedí—. Los flashes marean. Estoy acostumbrado, pero tú no.
—Vale —ella se puso mis lentes sin dejar de caminar.



A medida que llegábamos al tumulto los flashes comenzaban a dispararse, envolví contra mi cuerpo a ___________(tu nombre) tomándola por la cintura con uno de mis brazos, los paparazzis a veces solían abalanzarse y lograr empujarte o hacerte daño, quizás no apropósito, pero era agobiante. Las preguntas resonaban y se repetían en todas direcciones: “Bieber, ¿quién es ella?” “¿Es tu novia?”. Pero realmente, no esperaba responder nada. Solo abrí la puerta de atrás del SUV y me subí con ___________(tu nombre) por delante de mí. Kenny luego de poner la maleta en la parte trasera del coche, subió y arrancó a conducir camino a casa.



—Ellos te acosan —aseguró mi novia. La miré sonriéndole, sin importarme los paparazzis.
—Te acostumbras después de un tiempo —me encogí de hombros—. Ven —le indiqué trepando mi mano por el asiento hasta llegar a la suya y jalarla levemente. Ella se arrastró hasta estar a mi lado, se quitó mis lentes y enganchó una de las patillas en el cuello de mi sweater, sonreí divertido.
—Gracias —susurró y apoyó su cabeza en mi cuello, su olor a vainilla y chocolate me inundó las fosas nasales, la había extrañado demasiado.
—Estuviste grandiosa ayer, ¿lo sabes? —ella sonrió apenada— Descuida —susurré cerca de su oído—, Kenny no escucha jamás nada.
—Mmh —ella me sonrió y besó mi mejilla dulcemente, yo besé en forma de devolución sus labios. Ella se quedó viéndome divertida—. El viaje fue agotador, dormí poco —me aseguró.
—Bueno, si quieres ahora almuerzas y luego te vas a la cama, nena —ella negó con su cabeza.
—No voy a perder el tiempo durmiendo a deshora —me informó—. Vine a pasar tiempo contigo y eso haré.
—Pero…
—Nada —me interrumpió y besó fugazmente mis labios—. Nuestro tiempo, ¿vale? —le sonreí embobado. Ella era preciosa.
—Vale, vale —alcé las manos en forma de defensa—. Oye, Ryan está en casa, pero no te preocupes, él no te dirá nada.
—Está bien —murmuró—. Solo no quiero…
—Perdónalo —le sugerí—. Él está arrepentido y aceptó su error, él quiere aclarar las cosas.
—Yo no volveré con él —me dijo con seguridad—. Estoy contigo.
—Sí, no quiero que vuelvan —sentencié rápidamente—. Eres mía. Lo que digo es que él quiere que lo perdones.
—Hablaré con él —me tranquilizó—. Bueno, si él lo quiere.
—Cambiando de tema —titulé—. Las fotos saldrán pronto, ¿no hay problema, verdad?
—¿Hablas del aeropuerto? —cuestionó ella. Yo asentí— No, no interesa. Al menos a mí no.
—Pues, a mí tampoco —sonreí—. Era hora de que el mundo supiera que eras mía —susurré a su oído. Ella soltó una risilla.
—Lamento interrumpir, chicos —la voz de Kenny inundó nuestra burbuja—, pero ¿debo llevarte al estudio?
—Oh, sí, Kenny —respondí—. Debo hablar un momento con Scooter, ¿no te molestará, cierto? —ella negó con su cabeza.
—Está bien —ella me sonrió—. No tengo prisa, ni preocupaciones.
—Vale —besé su frente.



Casi veinte minutos después Kenny estacionó frente al estudio. Para mi suerte, ningún paparazzi esperaba allí. Salimos del auto y entramos al lugar. Scooter estaba en la sala con Mama Jan.



—Hola —saludó ___________(tu nombre) entrando por detrás de mí.
—Hola, pequeña —la saludó Scooter—. Jan, ella es la novia de Justin. ___________(tu nombre y apellido).
—Es un gusto, preciosa —saludó mi maestra vocal—. Justin es todo un afortunado.
—Y yo lo soy —le sonrió ___________(tu nombre)—. Él es grandioso.
—Venga, Biebs —tomó la atención Scooter—. La entrevista está programada para mañana a las 15:00 p.m., ¿vale? —yo asentí— Le mandaré la correspondencia al e-mail de Kenny, tú lo olvidarás —agitó la mano en mi dirección—. Intentaré estar allí, no prometo nada. Solo no metas la pata, ¿vale? Si hablan sobre la cárcel, drogas o alcohol, mantén tu boca cerrada. Di algo serio y prosigue a otro tema. No quiero oír dramas de eso, ¿vale?
—Ya lo sé, Scooter —escupí irritado—. No estoy en eso ahora, ¿vale? Sabes que lo superé. Salí de eso.
—Scooter —habló Mama Jan—. Ya basta. El chico habla enserio.
—Vale, vale —suspiró mi managger—. Ya que estás aquí, ___________(tu nombre), sabes me gustaría oírte en el estudio —ella lo miró alarmada.
—¿Yo, cantar? —negó con la cabeza atemorizada— No, no.
—Vamos, nena —insistí—. Nadie te grabará, ni siquiera te pedimos que lo hagas para un público, solo es cantar una canción para que Scooter me crea que cantas precioso.
—Justin…—suspiró suplicándome—, por favor. Sabes que…
—Hazlo por mí —ninguno de los demás decía nada. Ella mojó sus labios con su lengua y suspiró armándose de valor.
—¿Qué quieres que cante? —se dirigió a Scooter, éste se encogió de hombros.
—Lo que te quede cómodo, solo queremos oírte —respondió Mama Jan.



Le abrí la puerta a la sala de grabación, ella entró temerosa y se sentó frente al piano, como si una fuerza la atrajera hacia él. Era curiosa su relación con el instrumento. Salí parándome a un lado de Scooter, esperando deleitar mis oídos. Vimos cómo ella comenzaba a teclear el piano y la melodía comenzaba a inundarnos desde el otro lado del vidrio a través de los altavoces.


—You're never gonna love me, so what's the use?
What's the point in playing a game you're gonna lose?
What's the point in saying you love me like a friend?
What's the point in saying it's never gonna end?

You're too proud to say that you made a mistake,
you're a coward 'til the end.
I don't want to admit that we're not gonna fit
No, I'm not the type that you like.
So why don't we just pretend?

Lies.
Don't wanna know, don't wanna know.
I can't let you go, can't let you go.
I just want it to be perfect.
To believe it's all been worth the fight.
Lies.
Don't wanna know, don't wanna know.

You only ever touch me in the dark.
Only if we're drinking can you see my spark.
And only in the evening could you give yourself to me,
'cause the night is your woman and she'll set you free.

You're too proud to say that you made a mistake,
you're a coward 'til the end.
I don't want to admit that we're not gonna fit.
No, I'm not the type that you like.
Why don't we just pretend?

Lies.
Don't wanna know, don't wanna know.
I can't let you go, can't let you go.
I just want it to be perfect.
To believe it's all been worth the fight.
Lies.
Don't wanna know, don't wanna know.

Oooh.
L-I-E-S.

Lies.
Don't wanna know, don't wanna know.
I can't let you go, can't let you go.
I just want it to be perfect.
To believe it's all been worth the fight.
Lies.
Don't wanna know, don't wanna know. —su voz era la de un ángel en octava, ella era realmente grandiosa cantando. (https://www.youtube.com/watch?v=M1Dfa-JjnK4 ).
—¡Santo cielo! —exclamó Scooter mientras ella no lo escuchaba, solo se dedicaba a cerrar el piano y levantarse para salir de la sala—. Ella es grandiosa.
—Lo sé —murmuré sin salir de mi asombro—. Ella es grandiosa.
—¡Eres un ángel cantando! —exclamó Jan mirando a ___________(tu nombre) salir. Ella sonrió tímidamente.
—Gracias —susurró apenada.
—No puedo creer que cantes así —sentenció Scooter sin salir de su asombro—. Has estudiado, ¿verdad?
—Algo así —ella no quería hablar del tema y pude percibirlo rápidamente.
—Chicos —susurré en son de que pararan de escupir tantos halagos—. Debemos irnos —añadí aferrándome al brazo de ___________(tu nombre).



Nos despedimos y en total silencio regresamos a la camioneta, ___________(tu nombre) se durmió en mi regazo los cuarenta minutos de viaje hasta casa. Al llegar la cargué en brazos para entrar.



—Justin —susurró ella sonriendo divertida—, ya desperté. Bájame —me pidió en la entrada. Le sonreí besando su frente y la paré en el palier.
—¿Estás bien? —ella asintió sonriendo. Kenny dejó la maleta tras nosotros. Yo la tomé.
—Mhm —respondió—. Entremos —me sugirió. Abrí la puerta y caminé dentro abriéndole paso. Ella siguió mi figura.
—Mi casa es tu casa, bienvenida —ella sonrió escaneando la sala.
—Linda morada —alagó adentrándose para que yo cerrara la puerta.
—¡Chicos! —mamá exclamó entrando a grandes pasos rápidos a la sala— ¡Qué lindo es verlos nuevamente!
—Hola mamá —la saludé dejando la maleta hacia un lado.
—Hola, Pattie —saludó mi novia mientras mamá la apretujaba sin respiro entre sus brazos en un cariñoso abrazo.
—¿Qué tal estás, linda? —preguntó— ¡Felicidades por el premio de ayer! —añadió sin dejarla hablar. Solté una risa divertida mientras me movía hacia los sillones para dejarme caer en uno de ellos— Fue grandioso verte hacer el recorrido sin problemas.
—Oh, gracias —repitió ___________(tu nombre) apenada—. Solo hice lo mío, ya sabes.
—Es natural —aseguró mamá mientras se dirigían hacia mí. Cuando ___________(tu nombre) pasó frente a mí encaminándose al otro sillón la jalé suavemente, para que callera sentada en mi regazo. Ella me miró asombrada y avergonzada, mamá hizo caso omiso.
—Tranquila —hablé en voz baja—. No dirá nada —ella me sonrió.
—Qué raro que Caitlin no se haya aparecido —comentó mamá—. Creí que vendría con ustedes.
—Ella se fue con su papá —informó mi novia dulcemente—. Quizás aparezca luego.
—¡Oh, sería grandioso! —exclamó mamá sonriéndonos— Hace tiempo no la veo.
—Tiene novio —comenté divertido—. Pobre muchacho, ella está más alegre y exasperada que nunca.
—Dexter es tan tranquilo —aseguró ___________(tu nombre) entre risas—. Almorzamos juntos la última semana casi todos los días los tres, ella solo no deja de besarlo y acomodarle el cabello —reí ante la imagen.
—Caitlin es muy cariñosa —habló mamá—. De hecho, creo que es algo parecida a mí —se encogió de hombros modestamente.
—Esos abrazos tuyos, madre —negué con la cabeza entre risas—, ¡son aplastantes!
—No te quejes —me sugirió ___________(tu nombre)—. Eso demuestra que te ama.
—Ella tiene razón —apuntó mamá mirándome divertida—. Esta chica es grandiosa, ¿sabes? Siempre me apoya —sonrió alegremente mirándola.
—Van a llevarse bien —le informé mirando por sobre el hombro de ___________(tu nombre)—. Será genial saber que irán de compras juntas. Creo que será la actividad favorita y podrían unirla a Caitlin. Eso sí sería como un concurso de quién entra a más tiendas —reí divertido.
—Es divertido hacer compras —dijeron al unísono alentando mi risa.
—Sí, puedo imaginarlas entrar y salir de cada una de las tiendas con bolsas y más bolsas —ellas me miraban con sus ceños fruncidos—, ¡es increíble de divertido! —imité la voz chillona de una mujer.
—Si no fuera por las compras no podríamos vernos lindas y arregladas —aseguró mi madre—, pues ustedes serían los primeros en quejarse, ¿sabes?
—Es cierto —me encogí de hombros—. Ustedes no son tan adictas a las compras, hay mujeres que compran el triple de ustedes.
—Mujeres y compras —sentenció mi novia—, van de la mano.
—Puedes apostarlo —mamá sonrió divertida.

—Hola —volteé para ver a Ryan parado en la puerta de la sala y algo me dijo que no me saludó ni a mí, ni a mamá. Sus ojos estaban quemando la piel de ___________(tu nombre) y supe cuando sus ojos se encontraron porque ella se puso rígida sobre mi regazo, aún así, me negué a soltarla.

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