miércoles, 29 de enero de 2014

Capítulo 30°: "¿Vienes conmigo o te quedas aquí?".





—Tengo un mal presentimiento, Ame —confesé dejando mi tenedor sobre el borde del plato para apoyarme en mis codos—. Algo me dice que las cosas comenzarán a ir mal y no sé por qué.
—Si no comes va a irte mal —me regañó—, ¡Vamos! Cociné para que lo terminaras —me exigió, frustrada tomé el tenedor y metí otro bocado en mi boca—. Y sí, quizás. No lo sé —se encogió de hombros—. Realmente, puede que esto sea un problema o puede que estés pensándolo demasiado.
—Ojalá solo sea mi jodida mente dándome una mala jugada —murmuré.



…Lunes…



Desperté sobre las 07:00 a.m., el entrenamiento comenzaba a las 08:00, así que me duché rápido y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=111823791&.locale=es . Samanta había decidido ir al médico primero y luego hablar con nuestros padres. Respeté su decisión, aún así seguía preocupada por su futuro. Desayuné rápidamente leche con cereales y luego caminé hasta el hípico.



—Hola chica —saludó alegremente Elisa, una de las muchachas del equipo de polo, con la única que mantenía una pequeña amistad.
—Hola, Elisa —sonreí saludándola.
—Es un gusto tenerte con nosotras otra vez —me aseguró uniéndose a mi camino hacia la caballeriza.
—Sí, solo será un tiempo —me encogí de hombros—. Una pequeña ayuda.
—Deberías tener un lugar estable —pensó en voz alta—. Eres muy buena en el juego.
—No, no es lo mío. Al menos, prefiero la equitación.
—Vi la competencia por televisión —Elisa sonaba animada, feliz—, ¡estuviste increíble! —exclamó sonriéndome— Realmente, eres muy buena en ello.
—Gracias —sonreí sumisa—. Es lo que amo —me encogí de hombros.
—Estoy segura de que si te toca jugar los primeros juegos de la temporada llegaremos lejos, nuevamente —las chicas del equipo tenían fe ciega en mí, era raro.



Entramos al campo de juego para comenzar el entrenamiento, esta vez montaba a Tania. Solo estábamos jugando un partido de calentamiento, pero para ser completamente honesta, no me sentía para nada bien. Frené a Tania hacia un costado intentando recobrar mi visión, estaba mareada y todo giraba alrededor de mí. Sentí como me desvanecía y segundos después golpeaba duramente contra la tierra de la cancha.



Narra la escritora.



Elisa, atenta a los movimientos de ___________(tu nombre), fue la primera en ver la caída. Montó a toda velocidad atravesando la cancha, llevándose las miradas prendidas, hasta frenar al lado de ___________(tu nombre) cernida en el suelo. Bajó de su caballo marrón casi con la velocidad de la luz.



—___________(tu nombre) —habló—, ¡Vamos, nena! —exclamó mientras miraba acercarse a una de sus compañeras— ¡Andrea, llama la ambulancia, rápido! —gritó desesperada.
—¡Demonios! ¿Qué le pasó? —cuestionó otra de las muchachas.
—No lo sé —la voz de Elisa estaba alterada, ella estaba nerviosa—. La vi caerse de la yegua desplomada, probablemente se desmayó.
—Tómale el pulso —sugirió. Pero Elisa quedó inmóvil, la chica morena tomó la muñeca de ___________(tu nombre) y esperó sentir los latidos—. Está desmayada aseguró.
—La ambulancia está en camino —habló Andrea.
—¿Qué sucedió? —la voz de Edward rompió el clima, se encargó por sí solo de ver a su mejor jinete tirada en el suelo desmayada— ¡Diablos!
—Se desvaneció —le informó Elisa—. Cayó del caballo desplomada, hemos llamado la ambulancia.






La ambulancia la llevó hasta el hospital en compañía de Edward y Elisa, quién insistió en ir a toda costa. El entrenador de la muchacha había llamado a sus padres, quienes llegarían en cualquier momento al hospital. En la sala de espera estaban Elisa y Edward, segundos después llegó Caitlin con Dexter.



—¿Crees que está bien? —Caitlin estaba desesperada y el silencio la inquietaba aún más.
—No lo sabemos —soltó Ed—. Ni siquiera sabemos por qué se desvaneció. Entró hace media hora a terapia, espero que nos digan qué tiene pronto.
—Yo sabía que algo le pasaría —protestó Caitlin aferrándose a Dexter, quien envolvió sus hombros protectoramente guardando silencio—. Ella estaba demasiado delgada.
—Yo la veía saludable —alegó Elisa—. Hasta antes de caerse, estaba bien.
—¿Dónde está mi hija? —interrumpió la voz desgarradora de ___________(tu mamá), quien era perseguida sigilosamente por su marido.
—En terapia —respondió Edward poniéndose de pie—. Se cayó del caballo en el entrenamiento, creemos que se desmayó.
—¿Aún nadie dijo nada? —cuestionó alarmada— ¿Qué tiene? ¿Se golpeó?
—No lo sabemos —habló Cait desde su lugar en el sillón de la sala—. Aún no nos han dicho nada.
—Diablos —ella se volteó a ver a ___________(tu papá)—, deberemos esperar —soltó consternada.
—Le avisaré a Sally —murmuró él—. Seguro querrá venir.
—Esperemos —le aconsejó su esposa—. Está en el colegio. Debemos esperar a saber el diagnóstico, quizás no tiene nada y solo hacen papeleo —o al menos, eso esperaba ella.



El tiempo se hacía interminable, Edward y Elisa se fueron con la condición que los llamarían con las noticias del estado de ___________(tu nombre). Caitlin no aceptó moverse de allí, por ende, Dexter tampoco. Ella sabía lo que era estar en un hospital, no dejaría sola a su amiga. Los padres de la muchacha sin diagnóstico, estaban hechos un mar de nervios.



—¿Los padres de ___________(tu nombre)? —habló un hombre parándose frente al sillón. Rápidamente los dos mayores se pusieron de pie.
—Sí, díganos —pidió desesperada ___________(tu mamá).
—Acompáñenme por favor.



Trazando un camino a través de los pasillos que cualquier persona puede caminar con tristeza y enojo hacia el destino, ellos lo caminaron con preocupación y miedo a lo que tendrían por escuchar. Al entrar a la sala tomaron asiento frente al médico.



—Con mucha suerte, ella ha salido ilesa de la caída del caballo —___________(tu mamá) dio un suspiro de alivio, pero ___________(tu papá) notó que las noticias no eran esas y que algo malo vendría.
—¿Hay algo más? —preguntó él, el médico guardó silencio mirando nuevamente el expediente médico de la muchacha. Suspiró y acomodó los papeles perfectamente frente a él haciendo crecer la tensión. El silencio era fatal.
—Necesito saber qué tiene mi hija —___________(tu mamá) volvió a su estado de desesperación—. Doctor, ¿es grave? ¿Por qué han tardado tanto en diagnosticarla? —casi dos horas y media. El médico la miraba detenidamente analizando su actitud, quizás para atacar con la trágica noticia.
—Cálmate —habló ___________(tu papá) hacia su esposa.
—Realmente, tuve que hacer las pruebas un par de veces antes de declarar el diagnóstico absoluto —el doctor acomodó sus anteojos en el puente de su nariz y dejó la lapicera sobre el escritorio—. Pensé que estábamos equivocándonos —___________(tu mamá) se removió en el asiento intentando contener sus lágrimas—. Su hija sufre de un carcinoma hepatocelular. Es el tipo de cáncer más común.
—¿Mi hija tiene cáncer? —cuestionó incrédulo ___________(tu papá), su esposa a su lado solo soltó unas cuantas lágrimas reprimiendo un sollozo al tapar su boca con su mano ahuecada.
—Su hígado estuvo fallando últimamente, pero es una enfermedad que no tiene un aviso demasiado notorio —explicó a la brevedad el médico.
—¡No puede ser cierto! —gritó desesperada la madre de la muchacha— Ella estaba saludable.
—Tranquila, cariño —susurró su esposo acariciando su espalda suavemente— Doctor, ¿tiene cura, verdad? —él intentaba sosegarse, pero en su interior una guerra de tristeza, odio contra la vida y rencor se desató.
—Necesito que colaboren conmigo —les informó el doctor.
—¿Qué es lo que necesita? —preguntó el  hombre de la familia intentando mantener su compostura. Su esposa, estaba destruida.
—¿Ella ha perdido peso últimamente? —fue la simple pregunta del profesional.
—Quizás un par de kilos —no demasiados para ser drásticos, pensaba el padre. ___________(tu mamá) asintió entre sollozos.
—Haremos un par de estudios para ver cómo tratar el tumor. Realmente, estoy seguro de que solo será la cirugía y algunas sesiones de quimio. Nada más que eso —a los padres de ___________(tu nombre) el mundo se les había dado vuelta. Cualquier cosa que asegurara mantener a su hija con ellos, estaría bien.
—¿Cuán peligroso es? —habló la madre de la muchacha.
—Bueno, ningún cáncer es menos peligroso que otro. Todos lo son en algún punto. Pero, por lo que puedo deducir con el escaso diagnóstico que tengo, es que no es un tumor añejo y puede que no esté ramificado. No será demasiado grave —el consuelo no era suficiente. Nada les daría paz y tranquilidad—. Necesito que firmen el permiso para organizar la cirugía, bueno en realidad, primero debemos hacer unos estudios y luego organizaremos el quirófano —explicó el doctor.
—¿Dónde hay que firmar?



Los padres de ___________(tu nombre) estaban shockeados ante tal noticia. Un simple golpe de la caía del caballo, llevó a que ella fuera diagnosticada de cáncer de hígado, irónico para todos. Ella era tan dulce y buena, jamás le había hecho daño a alguien y lo único que hacía era preocuparse por que los demás estén bien a su alrededor. Verlos felices, era lo único que pedía, cuando esta vez era ella quien estaba mal. Era casi increíble de digerir.



—¿Qué pasó? —soltó Caitlin desesperada— ¿Está bien?
—No le pasó nada —habló ___________(tu mamá)—. Pero las noticias no son buenas.
—¿Qué tiene? —volvió a preguntar más nerviosa aún.
—Ella… ella —suspiró la mujer antes de seguir—… ella tiene cáncer hepático —soltó en un sollozo. Caitlin palideció casi desplomándose en los brazos de su novio.
—Dime que no es enserio —le pidió la muchacha mirando a ___________(tu papá) con los ojos llenos de lágrimas.
—Cait, tranquila —habló Dexter acariciando su cabello mientras la apretaba contra su cuerpo. Ella se soltó bruscamente del agarre.
—¡Es una broma! —gritó desesperada— ¡Claro, eso es! —intentó creer sus propias palabras— ___________(tu nombre) no puede tener cáncer. No ella. No lo merece —Caitlin se tiró pesada sobre el sofá escondiendo su cara entre sus rodillas arrolladas contra su pecho.
—Tranquila, Caitlin —intentó consolarla ___________(tu mamá) sentándose a su lado—. Ella estará bien.
—¿Quién me lo asegura? —preguntó entre sollozos sin dejarse ver la cara con nadie.
—El médico dijo que la salvará. Ella regresará sana y salva a casa, ¿vale? —animó, esta vez, el padre de su amiga.





La noche caía sobre Toronto, nadie se había movido del hospital en espera del diagnóstico principal. De allí se sabría qué tratamiento tendría y cuanto tiempo debería estar en el hospital. Sally había sido notificada de la noticia al llegar del colegio y sin pensarlo dos veces se dirigió al hospital, Chaz no dudó en acompañarla, por más que las cosas entre ellos no estuvieran demasiado bien, no la dejaría sola y mucho menos en el estado que estaba. Caitlin había mandado a Dexter a casa sobre las 08:00 p.m., pero ella se negó a moverse de allí. Ninguno había podido ver a ___________(tu nombre) aún. Ella no sabía la terrible noticia.

Algo en el bolso de Caitlin comenzó a vibrar. Poniéndose de pie ella tomó el teléfono de su amiga en manos y respondió sin saber qué decir.



#Vía telefónica#
—Hola, nena —la voz de Justin se oía pacífica y alegre.
—Justin —Caitlin intentó parecer integra, pero solo soltó un suspiro desesperado.
—¿Caitlin? —preguntó Bieber confundido— ¿Estás con ella?
—Justin —repitió sin saber si darle o no la noticia—, ¿puedes hablar ahora mismo?
—Claro que sí —respondió sin dudar él—, ¿está todo bien, Caitlin? ¿Estás llorando?
—Tengo malas noticias —él pasó saliva al oír esas jodidas palabras.
—Habla —exigió neutro, preparándose psicológicamente para cualquier cosa, menos la que escucharía.
—___________(tu nombre) —soltó Caitlin y sollozó guardando silencio.
—¿Qué le pasó? —escupió Justin preocupado— ¡Caitlin! —reclamó su habla.
—Ella cayó del caballo hoy mientras entrenaba con el equipo de polo —le explicó ella. Justin se sintió cayendo de un precipicio—. Está hospitalizada.
—¿Cómo está?
—No le pasó nada.
—¿Y por qué sigue internada? —preguntó Justin con cautela. Caitlin sollozó dándole a entender que estaba llorando— Mierda, ¡Caitlin! Habla —le exigió desesperado.
—Ella fue diagnosticada con cáncer de hígado —habló la amiga de ambos entre lágrimas. En la cabeza del muchacho se desató una guerra interna, ¿había oído bien? ¿Le estaban diciendo que su novia estaba gravemente enferma?
—¿Hablas enserio? —preguntó él en un hilo de voz— ¿Ella tiene cáncer?
—Sí, Justin —la voz de Cait era un susurro devastador—. No pude verla aún. Están haciéndole estudios de urgencia. No te imaginas lo mal que estoy. Ella no puede pasar por esto, es justo —Bieber ni siquiera prestaba atención a las palabras de su amiga, el solo hecho de pensar que su novia estaba enferma, lo devastaba.
—Debo ir —sentenció él—. Tomaré el primer vuelo a Toronto. Debo ir —él estaba desesperado.
—Estamos en el hospital de Toronto —le informó Caitlin.
—Saldré hacia allí en el primer vuelo que encuentre —habló Bieber saliendo de su cama—. Por favor, Cait, no dudes en llamar.
—Claro que no —murmuró—. Te veré cuando llegues.
—Adiós, gracias amiga —colgó el teléfono.
#Fin vía telefónica#




Narra Justin:




Mi corazón estaba duro como una roca. Sin poder evitar las lágrimas caer por mis mejillas, tomé mi documento, mi billetera con todo el dinero que tenía en ella y las tarjetas de crédito, mi chaqueta, metí mis pies en mis zapatillas y el celular en el bolsillo trasero de mi jean. Bajé rápidamente las escaleras en busca de mamá, con mi rostro húmedo después de casi quince minutos del llamado la encontré en la cocina.



—¡Justin! —prácticamente, gritó— ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras?
—Mamá… —sollocé mientras ella me abrazaba acariciando mi espalda maternalmente—, mamá, ___________(tu nombre) está internada. Necesito ir a Canadá, ¡ahora!
—Espera —me pidió—, cálmate. No iremos a ningún lado así.
—¡Mamá! —protesté. Ella secó mis lágrimas con preocupación.
—¿Qué le pasó a ella? —preguntó.
—¡Está muriendo, mamá! —chillé. Ella se quedó atónita viéndome.
—¿Qué le sucedió?
—Cayó de su caballo y al hacerle algunos estudios en el hospital le descubrieron cáncer de hígado —las lágrimas volvieron a caer rápidamente de mis ojos—, ¿vienes conmigo o te quedas aquí? Porque no voy a dejarla sola.





Narra ___________(tu nombre):




—¿Cuándo me iré de aquí? —pregunté al ver a una enfermera entrar con una planilla— Hace como medio día llegué y estoy bien, ¡míreme! —dije lanzando los brazos al aire.
—Señorita, no puedo darla de alta —habló formalmente.
—¿Por qué no? —un doctor entró detrás de ella— ¡Gracias a Dios! —exclamé— Doctor, estoy bien. Debo irme a casa ahora.
—Vengo a hablar con usted, señorita —él usó un tono lastimoso, ¿qué estaba sucediendo?
—¿Por qué? ¿Qué pasa? —pregunté exasperándome. Odiaba los hospitales.
—Su diagnóstico no es favorable, señorita —arqueé una ceja confundida. El doctor rondaba los cuarenta, si era que llegaba. Traía su bata blanca abierta enseñando su camisa celeste con los primeros dos botones desabrochados. Su cabello enrulado estaba corto y controlado con fijador, sus ojos verdes resaltaban sobre su nariz y ésta sobre su mandíbula perfectamente contorneada. Un tipo buen mozo.
—Pero estoy bien —repetí por enésima vez.
—Bueno, en realidad no —me contradijo. Fruncí el ceño intentando sentir algo fuera de lugar.
—¿Qué tengo?
—Bueno…
—Solo lárguelo —lo animé impaciente.
—Tenemos que hacer una cirugía en su hígado y hacerle quimioterapia.
—¿Qué? —pregunté procesando sus palabras— ¿Quimioterapia? —repetí— ¿Tengo cáncer de hígado?
—No es nada grave —intentó él tranquilizarme.
—¿Cómo puede decir eso? —prácticamente, grité desesperada— ¡Estoy jodida! Tengo un tumor, voy a morirme.
—No, claro que no —habló él sacudiendo su cabeza pacientemente—. Hay tratamientos para esto, estarás bien, nena. Ya verás.
—Quiero estar sola —le indiqué entre lágrimas—. Váyase, por favor —le pedí.
—Necesitamos hacer más estudios…
—¡Hágalos mañana! —grité impaciente— ¡Váyase! No quiero ver a nadie. No permita que entre gente, ni siquiera mis padres, ¿vale? —él asintió acercándose a la puerta.
—Si necesita algo solo llame a la enfermera con el timbre de allí —señaló hacia mi cama. Ni siquiera me preocupé en ver.




Él desapareció detrás de la puerta, pero sus palabras y su voz rondaban en mi cabeza con la peor noticia que le podían dar a una persona en todo el universo. Tenía cáncer. 

3 comentarios:

  1. Síguela porfa te lo suplico ❤️❤️ Amo esta novelaaaa

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  2. haaayyyyyy poly siguelaa memuero quiero saber Que pasa con rayis a me el capi estado muriendo lentamente

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  3. ¿Cancer? ¿En serio? Pobre ____ :(

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