martes, 28 de enero de 2014

Capítulo 28°: "Son parte de mi vida, son mi familia".

I AM SO PROUD


—Te extrañé tanto —susurró agitado dejando pequeños besos contra mi hombro, luego de haberse vuelto a su lado de la cama.
—Te quiero, Justin —solté aferrándome a su pecho—. Te quiero mucho.



…Al día siguiente…



Me levanté, me duché y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=111704885&.locale=es . Dejé mi cabello suelto y no me maquillé. Decidí bajar, luego de charlar un rato con Pattie, Justin se nos unió y almorzamos temprano, sobre las 12:00 del medio día, para comparar con mis hábitos alimenticios, pero fue porque debíamos partir al estudio de televisión para estar puntuales a las 15:00 p.m.



Narra Justin:




___________(tu nombre) se había quedado detrás de cámara con Kenny. Sabía que en la entrevista buscarían hablar de ella y no estaba seguro si hacerlo o no. Solo preferí dejar que fluyera en el momento. Luego de retocarme, me llevaron al set y la conductora esperaba allí. No sería una entrevista en vivo, lo que era mejor para mí.



—Hola, Justin —me saludó simpáticamente una rubia cerca de los 30 años, la cual nunca antes me había entrevistado.
—Hola —saludé simpáticamente mientras le veía sentarse frente a mí en otro de los sillones.
—Mi nombre es Karla —acomodó su cabello hacia atrás de su hombro para luego tomar unos papeles—, comenzaremos a grabar en ahorita mismo, ¿sí? —yo asentí.
—Vale. Solo hagámoslo —estaba acostumbrado, nada nuevo para mí.



El director indicó que comenzaban a filmar y así todo comenzó, otra vez. Odiaba la rutina.



Al aire.
—Buenas tardes, Los Ángeles —saludó la rubia simpáticamente mientras miraba a la cámara—. Es un gusto presentarles la entrevista del día. Como lo habíamos anticipado durante la semana, hoy estará con nosotros la estrella del pop masculino, Justin Bieber —otra presentación poco original para la lista—. Hola, Justin.
—Hola, Karla —sonreí ampliamente, otra vez.
—Es un honor para nosotros tenerte aquí en nuestro living —pronto llegarían las preguntas.
—Oh, el honor es mío —sonreí, nuevamente.
—Déjame preguntarte, Justin, ¿has estado mirando televisión? —¿Qué clase de pregunta era esa?
—Bueno… —carraspeé acomodándome en el sillón—, en realidad no.
—Pero es de suponer tuyo, que todo mundo esté hablando de la muchacha que has ido a buscar al aeropuerto ayer, ¿verdad? —ella me miró divertida, como si escondiera algo detrás de sus ojos y deduje que ella reconoció a ___________(tu nombre) detrás de las cámaras, junto con Kenny.
—Ella es una muchacha —me animé a darle créditos—. No hay nada de lo que preocuparse.
—Ella es ___________(tu nombre y apellido), ¿no? Una gran jugadora de polo canadiense y una chica que hace dos días ha ganado la competencia de equitación realizada en Georgia, ¿no es así? —y allí íbamos, ellos lo sabían todo.
—Oh, sí —sonreí buscándola detrás de cámara, ella estaba sonriéndome, regresé mi vista a Karla. Ella esperaba algún comentario más—. Es una gran jugadora de polo y monta muy, muy bien —Karla me sonrió.
—¿Están saliendo? —se animó a cuestionar. Busqué con la mirada a mi novia, quién al entender lo que le preguntaba sin soltar alguna palabra se encogió de hombros y luego asintió sonriendo.
—Estamos en el mejor estado que alguien podría estar —Karla arqueó una ceja.
—¿Y cuál es ese estado, Justin?
—Estamos muy enamorados y estamos tomándolo con calma —me sentí orgulloso de decir eso.
—Es bueno oír eso, creímos que nunca superarías a Selena —ellos buscaban la forma de armar chismes.
—Sí, bueno… —carraspeé y sonreí simpáticamente, por mucho que quisiera mandarla al demonio por nombrar a Selena—, Selena fue alguien importante en mi vida, pero supongo que todo ciclo tiene un fin y el nuestro ya ha sido, ¿no? —me encogí de hombros— La quise mucho, pero eso ya pasó a ser parte del pasado.
—Debemos suponer, entonces, que no harás planes de gira hasta un largo tiempo —dedujo.
—No, no es que no haré planes por mi vida privada. Realmente, a penas estoy metiéndome en el estudio, me lo estoy tomando con calma. Me llevará algún tiempo tener la música nueva, promover el álbum, hacer todos los requisitos que uno nuevo precisa, ¿sabes? Y te deja poco tiempo para pensar en una gira, al menos hasta que la promoción haya terminado —y no estaba apurado por subirme a un avión y viajar por el mundo.
—Se rumoreaba que ibas a tomarte un largo descanso después de todo lo que sucedió con la policía y esas cosas —allí íbamos, camino a hablar de lo mismo. Saqué mi mejor sonrisa, deseando que no se viera tan falsa y sentí la tensión crecer.
—Bueno, fue un golpe duro —mucho—. Muchas de mis fans se fueron, comenzaron a reclamarme cosas y a pedir que volviera en mí, a ser yo mismo. Sinceramente, estaba mal —muy—. De todas maneras, no conducía ebrio, ni drogado. Solo tenía la licencia vencida, es un delito y sí, pagué. Pero, no creo que sea razón para que se me tilde de drogadicto o alcohólico, cuando en realidad, no lo soy. Solo tengo 19, casi 20, años. Muchas cosas se me escapan —como a todo mundo—. Y soy culpable de ellas, lo sé. Solo estoy equivocándome y creciendo. Deberían dejar de esperar educarse conmigo, ya que no soy un colegio de modales o algo así —me encogí de hombros.
—¿Sigues pensando en tus fans? —la miré fijamente y pasé saliva.
—Claro que sí —el nudo crecía en mi garganta, no quería quebrarme—. Ellas lo son todo para mí. Mis pequeñas y hermosas Beliebers —sonreí melancólicamente—. Muchas de ellas están aquí desde mis covers en youtube, desde One Time, ¿cómo podría no pensar en ellas? Si mi vida está aquí y así gracias a su dedicación —carraspeé aclarando mi garganta—. Las amo. Son parte de mi vida, son mi familia. Les pido perdón por las muchas veces que las lastimé, solo no intentaba hacerlo. Estoy viviendo, aprendiendo a vivir, y siendo honesto, tengo que caer para ser fuerte y aprender. Sé que las lastimo en el proceso, pero eso no quita que las ame. Claro que no —me convencí a mí mismo.
—Me dio mucha lástima ver las noticias en la televisión y ver que estabas arrestado, Justin —sonreí amargamente.
—Ya no quiero hablar de esto —o terminaría llorando—. Ya no lo haré, no pasará.
—¿Se debe a ___________(tu nombre)? —cuestionó ella sonriéndome como mamá lo haría.
—Quizás —sonreí más animado—. Realmente, fue grandioso encontrarla. Ella… ella es tan distinta —no quería venerarla, pero realmente ella era especial—. Supo desconectarme de todo esto —me referí a los problemas—. Y lo único que espero ahora, es que mis Beliebers puedan ser felices con mi elección. No quiero que ellas me odien por querer y ser feliz. Sé que ___________(tu nombre) aprenderá a quererlas y viceversa. Realmente, entenderán de lo que hablo con el tiempo —Karla me sonrió dulcemente.
—¿Quieres saber algo? —supe que era una pregunta retórica— Es grandioso verte así. Hacía tiempo no te escuchábamos hablar así.



La entrevista fue grabada rápido, quizás por el hecho de que era corta. Saludé a Karla y me dirigí hacia Kenny y ___________(tu nombre).



—Scooter te había dicho que no hablaras de… —comenzó a regañarme preocupada ___________(tu nombre). Sonreí divertido.
—No te preocupes —le pedí interrumpiéndola—. Ya hablé, Scooter no puede hacer nada ahora.
—¿Nunca obedeces? —solté una risa mientras caminábamos para largarnos de allí de regreso a casa. Kenny venía atrás de nosotros.
—¿Tú qué crees? —ella frunció el ceño, haciéndome reír más.
—Deberás aprender a hacerlo, ¿sabes? Me gusta el orden —sentenció.
—¿Enserio? —la miré divertido— Bien, a ti te obedeceré —alcé mis manos en son de rendición—. No podría decirte que no, ¿sabes?
—¿Qué haremos ahora? —me preguntó emocionada.
—¿Quieres regresar a casa? —le ofrecí— O podríamos hacer lo que quieras —me encogí de hombros pasando mi mano por mi cabello mientras salíamos a la claridad del día para caminar hacia el aparcamiento al aire libre.
—Mmmh —me sonrió ampliamente—, ir a casa estará bien.
—Quizás podemos mirar una película en el sillón —le ofrecí sonriendo—. Besuquearnos también —ella soltó una risa divertida.
—¡Eres terrible, Bieber! —me informó exclamando.
—Lo sé, nena —la abracé por la cintura—, pero no niegues que te encanta la idea —ella volvió a reír mientras yo le sonreía divertido.
—Estará bien, solo si la película no es de amor —la miré simulando ofensa.
—¿Enserio? —le cuestioné en broma— ¿Quieres ver una de terror? Claro que no, soy miedoso.
—¡Pareces niña, Bieber! —se burló.
—¿En la cama también? —susurré a su oído, ella me miró con el ceño fruncido.
—No puedo opinar. Eres el único que he probado —hizo un mohín, yo reí divertido.
—Aceptaré mirar una película de terror, está bien —suspiré simulando pesar—. Pero solo si me dejas abrazarte cada vez que tenga miedo.
—Te pasarás la película abrazándome, ¿no? —dijo con un tono de pesadez, como si fuera obvia mi intención.
—Es que hasta los créditos dan miedo —intenté no reír y lo logré.
—Deberías ser chantajista —habló mientras se metía al auto y yo me arrastraba a su lado.
—Séh —dije con despreocupación—, lo estoy pesando últimamente.



Al llegar a casa bajamos y entramos a la sala. Ella se sentó en el sillón más grande frente a la pantalla. Busqué el control remoto y un rato después nos decidimos por “El Conjuro”. Busqué palomitas y nos acurrucamos en el sillón. Ella estaba con los brazos envueltos a mi torso y su cabeza apoyada en mi pecho, sus piernas atravesaban las mías horizontalmente, yo tenía mis brazos rodeándola.



—Adoro tu olor —me informó sin despegar los ojos de la película. Sonreí dulcemente al oírla decir eso.
—¿Es hora de besuquearnos? —reclamé en su oído a modo de pregunta. Ella sonrió escondiéndose en mi pecho.
—Calla, come y mira —me ordenó volviendo su vista a la película.
—Qué severa eres —ella rió sin dejar de mirar el televisor.



Oí pasos entrar a la sala, supe que sería Ryan, mamá no estaba, por ende era la única opción. Volteé mi cabeza a un lado y él estaba allí.



—¿Te unes? —le pregunté, ___________(tu nombre) me miró primero a mí y luego a él.
—¿No sobro? —los dos negamos con la cabeza hacia él.
—Únete —repetí. Ryan se sentó en el sillón individual.
—¿No la habían visto antes? —preguntó mirando la pantalla.
—No —dijimos al unísono.
—Está buena —comentó.
—Nada de besuquearnos ahora —susurró ___________(tu nombre) para que solo yo la escuchara. Sonreí divertido y ella regresó su atención a la película.



Casi una hora después la película culminó, entonces me percaté de que ella dormía en mi pecho.



—Estuvo buena —aseguró Ryan volteándose a vernos. Sonrió divertido—. Al parecer, se aburrió.
—Estaba cansada —me animé a decirle—. Tuvimos una mañana bastante atareada. Sabes cómo son los estudios de televisión.
—Nada parecido a un hípico, eso lo aseguro —sonreí asintiendo en su dirección—. Ella tiene suerte —noté como la miró dulcemente—.Y tú también. Ella es grandiosa.
—¿Qué hora es? —cambié de tema antes de entrar a un campo incómodo.
—Las 07:00 p.m. —respondió luego de mirar su reloj.
—¿Quieres ir a cenar? —le ofrecí. Él miró confundido la escena.
—¿Y ella? —me preguntó— No la dejarás sola.
—Irá con nosotros —le respondí divertido.
—Oh, vale —se encogió de hombros.
—Nena —susurré cerca de su oído, ella se removió abriendo sus ojos lentamente, para regalarme una sonrisa luego.
—Me quedé dormida —me informó lo obvio sentándose correctamente.
—Planeamos salir a cenar —le expliqué—, ¿vienes?
—¿A dónde iremos? —cuestionó y le sonrió simpáticamente a Ryan, para regresar su vista nuevamente a mí.
—A algún restaurante —respondí encogiéndome de hombros.
—¿No prefieren que cocine? —nos ofreció.
—Lo que él diga —le respondió mi amigo.
—Yo era para que no…
—Está bien por mí hacerlo —se encogió de hombros metiendo un mechón de su cabello detrás de su oreja—. Además, tengo ganas de hacerlo.
—Bien —le sonreí—. Vamos a la cocina.



Ella cocinó para tres. Hizo unas exquisitas empanadas árabes, comida que jamás había probado, pero era exquisita en realidad.



—¿Pattie no cena? —cuestionó ella al cabo de unos minutos.
—Salió temprano —me informó Ryan—. No dijo si vendría.
—Supongo que cenará fuera —deduje.
—Es una lástima que se pierda esto —habló Ryan alagando la comida.
—De seguro se fue con alguna de sus amigas —me encogí de hombros divertido—. Mejor, más comida para nosotros.
—Egoísta —musitó ella mirándome divertida.
—¿Hasta cuando estás aquí? —preguntó Ryan hacia mi novia. Lo dijo con un tono casual, inocentemente.
—Mañana —musitó ___________(tu nombre) algo seca. Ella no estaba bien con él eso era obvio—. Por la noche. Mi vuelo sale sobre las once de la noche.
—Llegas como a las 04:00 a.m. a Canadá —le aseguré—. El vuelo saldrá pasada media noche.
—¿Qué tal las cosas en Toronto? —volvió a hablar Ryan.
—Ya sabes —ella se encogió de hombros—. No salí más allá del hípico, porque la competencia se llevaba todo mi tiempo. Supongo que lo de siempre. Nada interesante —le sonrió amargamente—. Oigan, ¿se enojan si me voy arriba? —la miré confundido— Estoy agotada.
—Vale —aceptamos al unísono.
—Hasta mañana, chicos. Los veo —sonrió y se esfumó hacia la escalera con rapidez.
—Ella me odia —aseguró Butler melancólicamente.
—Solo no lo supera —me encogí de hombros metiendo otro bocado a mi boca—. Supongo que no es fácil.



Luego de ordenar un poco la cocina Ryan salió hacia casa de Lucy. Mamá había llegado minutos antes y dijo que iría a recostarse porque tuvo un día pesado. Yo solo entré a mi habitación con la esperanza de que ___________(tu nombre) estuviera allí, pero ella no estaba. Entré a su habitación ya que la puerta estaba entreabierta. Ella estaba sentada en su cama con una camiseta mía de la cual se había adueñado en Puerto Vallarta, su cabello estaba recogido en un moño desprolijo y estaba con su portátil entretenida.



—¿Estás bien? —pregunté cerrando la puerta detrás de mí. Ella se asustó y luego me sonrió serena.
—Sí —murmuró—. Estoy bien.
—Casi no has cenado.
—No tenía hambre —me explicó.
—¿Segura? —ella asintió— ¿Por qué comes tan poco?
—¿También tú? —preguntó divertida haciendo la portátil a un lado para quedarse frente a mí cuando me senté al borde de su cama.
—¿También yo qué?
—Caitlin dice que estoy demasiado flaca —habló rápidamente—. Exageran, siempre he sido así.
—Ryan también lo dice —hablé seriamente. Ella frunció el ceño.
—¿Ryan habla de mí contigo? —cuestionó arqueando una ceja— Es absurdo…
—No cambies de tema —le exigí—, ¿por qué comes así?
—¿Así cómo? —preguntó con naturalidad— Estoy bien, no tengo nada. Enserio.
—Estás delgada —mi voz era severa—. No permitiré que…
—No tengo hambre —me soltó encogiéndose de hombro—. Como lo necesario hasta que no tengo más hambre. Es eso. No hay nada detrás. Estoy saludable, bien. Me siento bien, llena de fuerza y energía, ¿qué podría estar mal? —suspiré pesadamente y fruncí el ceño.
—¿Segura? —ella asintió ferviente.
—Sí.
—Vale, vale —sonreí y besé su frente—. No quiero verte mal.
—No estoy mal —me aseguró—. Estoy mejor que nunca —añadió rodeando mi cuello con sus brazos.
—Oye —mojé mis labios con mi lengua y enmarqué su rostro entre mis manos dedicándole una sonrisa—, es la última noche que te veo hasta quién sabe cuándo, es mi deber como novio dormir contigo —ella sonrió divertida.
—No tienes remedio, Bieber —negó con la cabeza divertida.
—Es que no puedo controlarme contigo —confesé encogiéndome de hombros, ella rió.
—Tampoco yo —me informó—. Tampoco yo —sonrió divertida.



Hicimos el amor como jamás en nuestro corto plazo junto lo habíamos hecho. Pude sentirla completamente mía y terminé de descubrir que no podía perderla, pasara lo que pasara. La quería demasiado como para dejar que cualquier cosa arruinara lo que teníamos.


La miré dormir entre mis brazos, hasta quién sabe qué hora, pero deduje que era la madrugada, el sueño se apoderó de mí y me quedé aferrado a ella durmiendo plácidamente.

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