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"Toma mi mano y llévame a cualquier parte". |
—Mi vida no era tan
mala, Justin —aseguré—. Tenía 15 y sufría Bullying, lo sé. Pero en casa había
algo que me hacía tan feliz y tenía el nombre de Ronan. Era mi ángel. Él me oía
y simplemente decía: “Estarás bien”, aunque sus palabras fueran toscas y nadie
más que yo las entendiera, él era quien amé con locura. No bastaba mucho, solo
que él me mirara para ser feliz —las lágrimas recorrían mis mejillas—. Desde
que nací, él estuvo ahí. Desde que nací lo veía en la cocina, sentado
intentando comer sin ensuciar su remera, desde niña tenía el sueño de que él
corriera con migo y Sam en el jardín, pero mis padres fueron unos egoístas. Dos
días después de cumplir mis 15 años, se llevaron a Ronan. Lo internaron en un
centro de cuidados para discapacitados, porque sufría de parálisis de medio
cuerpo. Me quitaron a mi hermano, la persona que más me llenó de luz alguna
vez. Por eso hice todo lo que hice, por eso mis padres jamás me entenderán,
porque ellos no querían lo suficiente a Ronan. Por eso Sam intenta borrar el
pasado de mi mente, pero ellos jamás amaron tanto a Ronan como yo lo hice
—guardé silencio porque las lágrimas me ahogaban.
—No llores —me
pidió abrazándome por los hombros—. No creí que escondieras tanto dolor.
—Nadie lo hace
—aseguré con un hilo de voz.
—Pero puedes
encontrar a Ronan —me recordó Justin.
—Sí, pero no sé
dónde está, Justin —suspiré profundamente inhalando el perfume de Justin. Él no
estaba dispuesto a soltarme al parecer.
—Sam nunca me habló
de esto.
—Sam es una
desagradecida con la vida —le recordé—, al igual que mis padres.
—___________(tu
nombre) —me habló Justin, yo elevé mis ojos para mirarlo. Se veía tan lindo al
reflejo del agua—, prometí ayudarte, así que te ayudaré a encontrar a Ronan,
cueste lo que cueste.
—Justin, es
arriesgado. Si mis padres se enteran será un desastre —no sabía lo que eran
capaz de hacernos.
—No me interesa.
—Justin…
—Vamos, sé que amas
el riesgo, además… no es nada malo que quieras encontrar a tu hermano —él tenía
razón.
—Está bien.
…Al día siguiente…
La luz irrumpió la
tranquilidad de la habitación y oí los gritos desesperados de mi madre, así que
necesité abrir mis ojos, al parecer igual Caitlin.
—¿Qué tienes? —le
pregunté atormentada—, ¿no te enseñaron modales en tu infancia? —cuestioné
enojada.
—¿Dónde diablos
está Samanta? —dijo desesperada. Pensándolo bien, no lo sabía.
—¿Por qué debería
saberlo? —pregunté encogiéndome de hombros— Se cree lo suficientemente grande
como para quitarme el novio, que se cuide sola —de seguro mi madre no
entendería.
—¡Cómo me gustaría
que alguna vez en tu vida fueras más humana, __________(tu nombre)! —ya se
estaba pasando, no le contestaría con rosas. Caitlin no entendía mucho.
—¿Y tú lo eres,
___________(tu madre)? Yo creo que no —grité como ella—. La perra de tu hija
debe de estar con Rodrigo —deduje—. Ahora déjame en paz.
Mi madre se fue y
no crucé palabra alguna con Caitlin, no quería pelear. Me metí en el baño, me
di una ducha y luego me cambié así
http://www.polyvore.com/cgi/set?id=67267068&.locale=es . Tomé mi bolso con mi guitarra y sin
cruzarme con nadie, salí de la casa. Me importaba poco qué había sido de
Samanta, me había traicionado y conmigo había perdido la guerra. Tenía mi
teléfono, 50 dólares, mis lentes de sol, mi guitarra y mi bolso. Por el fin de
semana, no necesitaba nada más. No volvería hasta el día siguiente por la noche
y no esperaba que me buscaran. Sinceramente, era lo que no quería. Me dirigí
hacia donde la estación del metro y me senté en una de las paradas con mi
guitarra.
—Encontrarás el
mundo en tu cabeza
Te verás soñando
verdades
Un mundo sin tanta
arrogancia
Quizás con cosas
mejores
El viento se
convertirá en nada
Y los domingos
siempre va a llover
Podríamos seguir
girando en la oscuridad
Pero siento que
sangrarán mis pies
Ey, detrás de ese
muro
Hay una sonrisa
para ti
Ey, detrás del
rostro
Hay alguien que
debe partir
El amor mueve
montañas
Pero está
explotando mi corazón
Es largo el camino
a casa
Pero aquí tengo un
sueño, oh
Ey, detrás de ese
muro
Hay una sonrisa
para ti
Ey, detrás del
rostro
Hay alguien que
debe partir —estaba cantando en el metro, como algunas veces solía hacerlo.
La gente nunca se
detenía, porque llevaba prisa. Todos llevamos prisa alguna vez, de esa manera
dejamos pasar la felicidad por un lado, ¿no? Cuántas veces hemos pasado por al
lado a tantas personas que pudieron robarnos una sonrisa. Revolví mi bolso
hasta dar con mis cigarros, encendí uno y lo absorbí. Hacía bastante no fumaba.
Narra Justin:
Mi teléfono
retumbaba haciéndome despertar, ¡eran las 08:00 de la mañana! ¿Quién diablos
jodería a esa hora? Al ver el número de la madre de Sam, atendí.
#Vía telefónica#
—¿Aló? —hablé.
—Hola, Justin —saludó con una voz agitada la
mujer— ¿Samanta no está allí?
—¿Qué pasó con ella? —pregunté antes de
responder.
—No lo sé —dijo alarmada—, no sabemos dónde
está.
—¿___________(tu nombre) no sabe? —ella
estaba en la casa con Caitlin.
—No, Justin. Esa desagradecida no sabe nada —___________(tu
nombre) tenía razón, su madre le echaría la culpa de todo—, ¿no estuvo contigo
esta semana?
—Señora ___________(tu apellido), terminé
con Sam hace dos días —le expliqué. Ella suspiró frustrada—, ¿no tiene idea de
dónde puede estar?
—___________(tu nombre) mencionó algo de
Rodrigo —soltó confundida.
—Llámelo y pregúntele —le aconsejé.
#Fin vía telefónica#.
Me levanté con
prisa, me di una ducha y bajé a desayunar. Sam no estaba en casa, por lo pro
siguiente ___________(tu nombre) quizás tampoco estaba ahí. Solo esperaba que
no hiciera una locura, como drogarse otra vez o cortarse más aún. Terminé mi
desayuno y me dirigí hacia casa de los ___________(tu apellido).
—¡Justin! —exclamó
la madre de Sam cuando abrió la puerta.
—Hola —saludé—, ¿no
hay noticias? —pregunté entrando. Caitlin acababa de bajar de las escaleras.
—Acabo de hablar
con Anne, la madre de Rodrigo —soltó Cait, ___________(tu mamá) la miró
desesperada mientras ___________(tu papá) esperaba noticias—. Se fueron ayer
por la noche a Malibú.
—¿Qué? —cuestionó
su padre— ¡Diablos!
—Descuida, volverán
—aseguró ___________(tu mamá)—, ¿pero por qué fue Sam con Rodrigo? —al parecer,
todavía no entendía.
—Rodrigo y Sam
tenían una aventura —le expliqué resumiendo la historia—. ___________(tu
nombre) los descubrió hace unos días.
—¿Enserio? —preguntó
incrédulo el padre de Sam, Caitlin asintió.
—Así es —afirmó la
muchacha—, lo peor es que ___________(tu nombre) no intenta perdonar a alguno
de los dos, en especial a su hermana.
Narra
___________(tu nombre):
Estaba fumando
mientras veía la gente con prisa, era absurdo. A veces, yo era como ellos. No
me detenía a mirar la vida, porque simplemente me dolía; y cuando lo hacía
terminaba cortándome o haciendo incoherencias. No tenía claro qué hacer, así
que hurgueteé nuevamente en mi mente y encontré a Miley allí, al menos hasta
pasar a la noche, la cual tenía la presentación, debía hablar con Justin.
Salí de la estación
de metro y caminé hasta la casa de Miley. Al llegar golpeé la puerta.
—Diablos —musitó al
abrir, creo que el sol no le sentaba bien en la mañana—, ¿qué haces aquí a esta
hora?
—Huyendo de casa —confesé.
Ella se hizo a un lado y yo pasé.
—¿Qué sucedió
ahora, señorita problemas? —preguntó con un tono de “por qué debes hacerlo tan
difícil, mujer”.
—Sam se fue de la
casa y mi madre comenzó a gritar y hacer escándalo, entonces me fui y ya —le
expliqué en resumen.
—Te buscarán —dijo
sin inmutarse. Hablaba vagamente.
—Volveré mañana —dije
del mismo modo.
—Pasa, estás en tu
casa —me recordó. Al parecer, mi prima sufría resaca.
—¿Tan mal te trató
el viernes a la noche, Dest? —así le decía, por su nombre “Destiny”.
—Bastante —musitó—,
pero cambiando de tema, es un milagro que tú estés despierta a esta hora y sin
resaca, ¿qué pasó? —Miley no sabía que fui al ballet con Justin.
—Creo que puedo
decírtelo y no se lo dirás a Sam —Miley volteó a verme con los ojos
confundidos. Íbamos camino a su habitación.
—¿Qué has hecho? —cuestionó
algo alarmada.
—Fui al ballet con
Justin —solté atropellando mis palabras.
—¿Qué Justin? ¿Uno
nuevo? —dijo tranquilamente, creo que lo que menos se imaginaba era que fui con
Bieber.
—Mmh… no —solté.
Ella me miró raro—, fui con Bieber.
—¿Con Justin
Bieber? —preguntó asombrada— ¿te llevó al ballet?
—Sí, tampoco podía
creerlo yo —confesé encogiéndome de hombros.
—Enserio, ¿era
Justin? ¿Veías bien? ¿Estabas en tu sano juicio? —fruncí el ceño agobiada.
—Sí, Cyrus —hablé
interrumpiéndola—. Era Justin el chico “Quiero sexo” Bieber. Estaba con él —Miley
sonrió incrédula.
—Está enamorado de
ti —afirmó. La miré raro.
—En tus sueños.
—Y además de ellos,
en la vida real —aseguró.
—¡Ya cállate! —le
exigí, odiaba que pudiera ser real lo que decía— No es así.
—¡Vamos! Las dos
sabemos que es así —me recordó y carraspeó luego— y también te gustará a ti.
—¡Miley! No
inventes —le pedí mientras entrábamos a su habitación.
—No lo hago —aseguró—.
Simplemente es lo que creo.
—Justin no está
enamorado de mí y yo no estoy enamorada de él. Son ideas tuyas y ya —aseguré
sentándome en un sillón de la habitación de Miley.
—Lo que digas,
amiga. Lo que digas —musitó como diciendo “no te creo”.
—Ya —intenté
cambiar de tema—, hoy es sábado, ¿me acompañarás a la presentación? —le
pregunté.
—Claro —aceptó—. No
tengo algo mejor qué hacer. Luego nos vamos a algún antro.
—Sin duda —había
metido la pata, Justin iría conmigo a la presentación y me odiaría cuando se
enterara que Miley también iría.
…
La noche llegó, le
había mandado un mensaje a Justin a su celular, con la dirección del lugar
donde haríamos la presentación. Me cambié y tomé prestada ropa de Miley para
vestirme así
http://www.polyvore.com/cgi/set?id=67399161&.locale=es
.Traía mi cabello atado desprolijamente, me maquillé como acostumbraba a
hacerlo, delineador negro y pintura de labios roja. Encendí un cigarro y salí
de la casa de mi prima. Miley me avisó que no vendría porque tenía una cita
planeada hacía varios días. De seguro era con Butler. Así que caminé las 20
cuadras hasta el bar de la presentación con mi guitarra en mi espalda.
Al llegar, 5
minutos antes de lo acordado con Bieber, me quedé recostada en una de las
ventanas del lugar mientras fumaba un cigarro y escuchaba retumbar en mis oídos
Shoot to thrill – AC/DC. Acostumbraba a estar en lugares así desde hacía dos
años, básicamente. Había conocido buenas bandas amateurs y cantantes muy
geniales, pero ninguno duraba haciéndolo, tenían que sobrevivir de otra cosa.
Muchos de ellos, optaban por drogas y alcohol. Era la perdición misma. Era
raro, pero yo me había metido en eso antes de entrar en este ambiente.
—Lamento llegar
tarde —escuché a la voz de Bieber decir mientras se frenaba frente a mí—. Pero
mi auto se descompuso y tuve que venir caminando.
—Creí que no venías
—solté.
—Prometí venir —me
recordó— y cumplo mis promesas.
—Entremos —le
propuse y así lo hicimos. El ambiente de ese bar, en específico, era algo
pesado.
—Jamás vine a un
lugar así —confesó Bieber. Claro que no, él no era de esta movida.
—Y si lo haces
solo, no aceptes nada que te ofrezcan —le advertí. Él asintió seriamente.
—Por cierto —él
venía detrás de mí, sentí como su brazo rodeó mi cintura y apoyó su cabeza en
mi hombro—, estás hermosa.
—Ya deja de
seducirme —le dije zafándome de su agarre, voltee y sonreí divertida—. Los amigos no se besan —él
sonrió de la misma forma que yo al entender que estaba jugando también.
—¿Aquí siempre te
miran así? —pues, sí. Todos nos miraban y creo que a Bieber le intimidó un poco
eso.
—Siempre —musité—,
pero déjalos. Luego se cansan de verte y encuentran a alguien más.
Cuando nos
anunciaron que era hora de que cantáramos, subí primero. Justin haría la
segunda canción conmigo y, si se animaba, la tercera también. Canté la primer
canción para luego invitar a Justin.
—Canté varias veces
aquí —hablé— y hoy quiero darles una sorpresa. Es un amigo, que canta muy bien.
Justin, ven —lo llamé. Él subió al escenario y se sentó a mi lado. La canción tenía
música, era algo así como un “demo”. Así que hice una seña y comenzó a sonar—
No hay algo que
busques en mí
Lo tienes todo aquí
Y si hay algo que
mirar
Hazlo sobre mí —comencé
la canción.
—Hay algo en el
aire
Quizás es mi bebida
Pero tus ojos están
sobre mí
Y me miran
calientes —cantó él. A pesar de sus nervios, estaba haciéndolo bien.
—Si piensas que
esto es hot
No puedes tener más
Estoy quemándome,
quemándome baby
Si estás lejos de
casa
No puedes tocarme
ahora
Esto es mierda, es
mierda baby
No quedes ahí
Despega y hazme
soñar
Hay algo más, ooouh
Hot, hot, hot —cantamos
a dúo el estribillo.
—Hay un mundo
dentro
Dentro de mi
corazón
Y se está hundiendo
en cenizas
Esto es al amor —cantó
Bieber esta vez.
—Entonces la lluvia
moja
Cuando el sol se
alcoholiza
Y somos juguetes
Pero no importa
demasiado —canté yo el pre-coro.
—Si piensas que
esto es hot
No puedes tener más
Estoy quemándome,
quemándome baby
Si estás lejos de
casa
No puedes tocarme
ahora
Esto es mierda, es
mierda baby
No quedes ahí
Despega y hazme
soñar
Hay algo más, ooouh
—Justin ya había entrado en confianza.
—Toma mi mano
Y volemos lejos —canté
yo.
—La tierra del nunca
jamás
Nunca se fundirá —cantó
Bieber.
—No corras de tu
situación
La mentira hará
explotar tu corazón
Somos mentira y
verdad cariño
No hay receta que
pueda destruirnos ahora, no
Porque estamos
mirando lo caliente
Somos la gente de
lo hot.
Si piensas que esto
es hot
No puedes tener más
Estoy quemándome,
quemándome baby
Si estás lejos de
casa
No puedes tocarme
ahora
Esto es mierda, es
mierda baby
No quedes ahí
Despega y hazme
soñar
Hay algo más, ooouh
—cantamos a dúo para cerrar.
—¡Diablos! —exclamó
Justin abrazándome con una sonrisa en el rostro, le devolví el gesto y volví a
mi lugar.
—Bien, para
terminar con esta presentación —retomé mis palabras—, quiero cantar una canción
algo personal y tranquila. Espero que les guste —comencé a tocar la guitarra
deseando no llorar mientras cantaba.
Aún recuerdo tu
sonrisa
Cuando veías una
lágrima recorrer mi mejilla
Decías palabras
simples, pero eran tiernas
Amo la forma en que
me consuelas
Eras la luz de mi
oscuridad
Y en tus ojos podía
verlo todo mejor
El mal solía ser
una historia
Que en ti jamás iba
a alcanzarme
Llegó el momento de
decir
Que te extraño
demasiado
Pero a pesar de que
estás lejos
Todas las noches te
siento conmigo
—Vamos, cariño
Tú eres fuerte y
encontrarás la luz
Por más que duela
I love you —Justin
estaba haciéndome el coro. Mi voz estaba bien, pero mi corazón no. Ya había
desparramado algunas lágrimas.
—Ideas malas no
existían en ti
Eras dulce, eras mi
ángel en la oscuridad
Y aunque todos te echaron
al olvido
Yo no lo hago,
siempre serás mío
No puedo creer
Que todo pase en un
suspiro
Y mañana cuando no
estés para mí
Todos digan que
estás aquí
—Vamos, cariño
Tú eres fuerte y
encontrarás la luz
En mis recuerdos
nadie puede
Hacerte solo
desaparecer
Vamos, baby
Volemos lejos de
aquí
Tú siempre serás lo
mejor —mi cara estaba entera empapada en lágrimas, Justin estaba haciendo el
coro, pero estaba preocupado y lo notaba por la forma en la que me miraba.
—Aún recuerdo tu
sonrisa
La noche de enero
Cuando te dije que
por siempre
Serías tú
No puedo quitarte
de mi corazón
Jamás podría
Porque daría todo
Por un momento
contigo
—Vamos, cariño
Tú eres fuerte y
encontrarás la luz
Vamos, baby
Volemos lejos de
aquí
Tú siempre serás lo
mejor —canté a dúo con Justin.
—Aún recuerdo tu
sonrisa
Cuando veías una
lágrima recorrer mi mejilla —terminé de cantar la canción y atiné a salir
corriendo mientras lloraba. Extrañaba a Ronan como nunca lo había hecho. Lo
necesitaba.
Salí del lugar
llorando, sabía que eso sucedería, por eso jamás cantaba esas canciones. Me
maldecía mientras lloraba, por hacerle caso a Bieber al abrir mi corazón. Sentía
un gigante nudo en mi corazón, ganas de buscar a mis padres y gritarles lo que
pensaba de ellos y su cobardía. Quería ver a Ronan, abrazarlo y llevarlo lejos
conmigo. La vida no podía jugarme tantas malas pasadas. No era justo.
Justin llegó a
donde estaba cargando mi guitarra, se paró frente a mí luego de recostar la
guitarra contra la pared y me abrazó con fuerzas. Extrañaba llorar en el hombro
de alguien, no entendía por qué debía ser con Justin, pero en ese momento era
lo que menos me interesaba.
—Todo estará bien —susurró
mientras acariciaba mi espalda. Estaba tan aferrada a él como una niña temerosa—.
Vamos a casa —me ofreció. Levanté mi mirada húmeda, no quería ir si su madre
estaba allí.
—Está tu madre —dije
con un hilo de voz y ahogándome en mis propias lágrimas.
—Mamá se fue a Los
Ángeles. No voy a dejarte sola hoy —me advirtió, de seguro pensaba que me
cortaría y, honestamente, tenía razón. Si estaba sola haría cualquier cosa para
destruirme.
Caminamos en
silencio casi 10 cuadras, Justin me llevaba abrazada por los hombros y yo no
dejaba de llorar.
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Respuestas:
Yenixhithax: ¡Ya la seguí! Jaja. Besos (:
Laury: ¡Justin es un tierno, algo coqueto, pero tierno en
fin! Jaja. Besitos.
BelieberSwag: ¡Aw, me encanta que te guste! Sabes, todo lo
que me has comentado respecto a la novela, fue lo que buscaba que entendieran
al leer. Busqué hacer una novela un poco realista, porque la vida no es siempre
felicidad y amor. Besos a ti linda (:
Bien, aquí les dejo otro capítulo (: ¡Espero que les guste!
Las amo, linduritas.
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— Poly—
P/D:
COMENTENN! :)