Capítulo 3°: "No me conoces, es mejor que no hables de mí".

"No importa lo que digas, así que ni siquiera hables".

—¿Podrías dejar de tomar? —pregunté, ella rió cínicamente, algo muy característico de ella.

—No, no puedo y no quiero —me respondió tambaleándose un poco. Jodida ___________(tu nombre), era tan ardiente.

—Te llevaré a tu casa —le anticipé. Miley no se encontraba con nosotros.

—Tú no me llevarás a ningún lado, estúpido —me daban ganas de abofetearla.

—Enserio, déjate de juegos. Si algo te pasa, Sam me matará —pues, sí. Ella amaba a su hermana.

—¿Y desde cuándo te importa Samanta o su hermana? —preguntó en tercera persona y rió cínicamente—. Estás actuando como un completo caballero, Bieber —añadió antes de dejarme responder—, ¿no querrás follarme verdad?

—No te dejarías —hablé y le guiñé un ojo divertido. Iba a divertirme, ¿qué más daba? Estaba ebria, quizás terminara acostándome con ella, no me vendría nada mal.

—Estoy ebria, lo sé. Me fallan un poco las piernas y estoy mareada, pero sé que no me acostaría contigo —afirmó—. Porque eres poca cosa, ¿sabes? Acostarte con ciento de mujeres no te hace fuerte y mucho menos invencible, Bieber. Solo te convierte en un idiota.

—Y a ti ser una chica sexy no tapa que seas una resentida —ella rió con ánimos.

—Primero intenta conocer de mí, Bieber —me pasó por un lado y se perdió entre la gente que aún quedaba en el lugar.

No se guardaba sus opiniones, eso era obvio. Sinceramente, era algo así como un peligro para tu reputación, aunque sinceramente acostarse con semejante cosa sexy, debe ser la gloria. Estuve charlando y bailando un rato con unos amigos que Miley había invitado a la fiesta. El clima volvió a ser irrumpido por ___________(tu nombre), todos prestaban atención a ella. Estaba sobre la barra, tenía una botella de whisky en su mano y bailaba muy sensualmente con otra muchacha. Skillex le parecía algo sensual, al parecer, sus movimientos eran parejos y algo ebrios. Sus atributos estaban a poca imaginación. La falda era corta y su bralet era escotado. Al parecer, no le importaba enseñar sus atributos.

—¿La conoces? —le pregunté a Dan, quien estaba a mi lado. Él sin desviar la mirada suspiró.

—La más alta es ___________(tu nombre y apellido) y la otra es Noa, la hermana de Miley —¡dios mío! Noa estaba tan distinta.

—No puedo creerlo —murmuré. Sinceramente, no podía quitarle los ojos a mi cuñada.

—Tu cuñada, viejo, es demasiado ardiente —abrí la boca como para afirmarlo, pero no era mi propósito dejar a Sam en segundo plano.

—Como Sam —proseguí a decir, éste soltó una risa cómplice.

—Vamos, Justin. Sé que te encanta tu cuñada —me incitó a confesar—. Está mucho más buena que Sam —eran cosas distintas, pero sí. Tenía razón.

—Está bien, me encantaría acostarme con ella —confesé—. Pero eso no sucederá. No me relacionaré con la hermana de mi novia.

—Al menos no en esta semana —me advirtió Dan, lo miré extrañado—. Sé que no pasarás del viernes con tu amada Sam —lo dijo irónico.

—Eso lo veremos —¿lo estaba diciendo yo? No podía creerlo. Dan soltó una carcajada.

—Solo disfruta —me aconsejó volviendo a ver a las muchachas.

…Al día siguiente…

Ir al colegio fue algo que no me llamó la atención, por eso mismo no lo hice. Mi madre ni siquiera se percató de mi presencia. Mucho menos Jazzy, Jaxon o mi padre. Desperté casi cerca de las 11:00 a.m., deduje que el colegio había acabado temprano, por los comentarios de ayer. Así que me duché, me cambié y tomé rumbo a la casa de Sam, antes del viernes necesitaba acostarme con ella… para luego botarla.

Aparqué mi carro frente a la entrada de su enorme mansión. Tenían dinero, su familia tenía muchos recursos económicos. Bajé y toqué timbre, luego de unos segundos la puerta de la enorme mansión se abrió.

—Buenos días —saludó una simpática mujer. Alta de ojos claros y cabello color miel. Era una mezcla de Sam y ___________(tu nombre).

—Buenos días, Señora —saludé cordialmente—, busco…

—Sí, a Sam —me sonrió—. Pasa —me aconsejó—. Sam llegará en pocos minutos del colegio.

—Gracias —pasé justo detrás de ella.

—Si quieres sube —me propuso—, Sam llegará pronto e irá a su habitación. Espérala allí si deseas —me sonrió simpáticamente.

Luego de unos segundos me encontraba en la habitación de mi novia. Era grande, espaciosa. Tenía algunos osos de peluches y posters en sus paredes. Era algo infantil para su edad. Estaba leyendo mensajes en mi celular cuando la puerta de la habitación se abrió y del otro lado estaba ___________(tu nombre) vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=64532993&.locale=es. Me miró unos escasos segundos. No traía maquillaje y su cabello estaba recogido muy desprolijamente.

—¿Qué haces en mi habitación? —preguntó con una voz algo ronca.

—¿No es la habitación de Sam? —cuestioné confundido. Ella cerró la puerta.

—Hasta casi una hora, era mi habitación junto con la de Samanta —me explicó, se tomó la cabeza estando algo pálida.

—¿Qué tienes? —le pregunté poniéndome de pie frente a ella, parecía estar mareada.

—Estoy algo mareada —me explicó sentándose en su cama—. No es nada —añadió.

—¿Segura que estás bien? —volví a preguntar. Ella asintió con una mueca de dolor—, oye, me puedo quedar a esperar a Sam.

—Sí —musitó—, mientras no me estorbes, sí —añadió.

—¿Llegaste bien anoche? —cuestioné. Al menos intentaba no quedar en silencio. Sería incómodo.

—Daniel me trajo —me explicó entre un suspiro—, no recuerdo mucho. En realidad, es poco lo que recuerdo.

—No queda bien que fumes —le informé. Ella me miró despectivamente.

—No queda bien que folles a una distinta por semana —se encogió de hombros—. No todo es lo que esperamos, Justin. Soy sensual, como te encargaste de describirme ante Dan, Jaden y Ryan, pero tengo mis lados negativos.

—Oye, ¿quién diablos te dijo eso? —ella sonrió cínicamente, quizás se dio cuenta de mis nervios.

—Justin, tengo tu edad, pero sé bien cuando un muchacho me mira con ojos de lujuria —suspiró actuando interés—, ¡Justin Bieber quiere follarme! Solo déjate de idioteces, Bieber.

—Yo no dije que quería hacerlo —fruncí el ceño. No lo dije, pero lo pensé.

—No soy estúpida —me recordó—. Pero me vale madre lo que opines o quieras hacer, no voy a acostarme contigo, Justin.

—No te lo he pedido tampoco, ___________(tu nombre) —hablé con seguridad. Ella alzó una ceja.

—No serías capaz, Bieber —me retó.

—¿No? —cuestioné con sarcasmo—, pues sabes que no, porque estoy con Sam, por si no sabes.

—¿Hasta cuándo? —preguntó—, ¿El viernes?

—No lo sé —me encogí de hombros—, quizás hasta que las cosas terminen por sí solas —ella soltó una carcajada.

—Sí, hasta el viernes —se respondió ella sola.

—¡Ya deja de tratarme así! —le exigí elevando un poco la voz, ella me miró atentamente—, No soy un juguete para que tú intentes desquitarte por mí, ¿sabes? Comienzo a creer que sientes celos de que Sam esté conmigo —y sí, por algo actuaba así de histérica y celosa, ¿no?

—No me gustas, Justin —me recordó con seguridad—. No me gustas ni tú y mucho menos tu fama de patán. Eres un niño encerrado en el cuerpo de un joven de 17; y lo peor es que te has metido con mi propia hermana.

—Tú hermana sabe como soy, ¿no lo recuerdas? —___________(tu nombre) soltó una carcajada muy irónica—, ella tiene cierto punto de culpa también.

—Ella es una estúpida, Justin —aseguró—. Sam ni siquiera sabe quién eres en realidad, ¿te sentirías feliz viéndola llorar el lunes? —me miró directo a los ojos— Ni siquiera sé por qué diablos hablo de esto —se retractó ante mi silencio—, a ti no te importará ver llorar a Sam, después de todo ella no será especial para ti. La verás llorar como has visto a todas las demás y solo dirás que todo acabó, que ya se te fue el “amor”.

—Ya deja de hacer esto —le pedí sofocado—, ¿qué diablos te pasa? Es mi vida, ¿lo recuerdas?

—No me interesa tu vida, Justin —me advirtió—, pero sí la de mi hermana.

—No me conoces, es mejor que no hables de mí.

—¿Qué más puedo conocer, Bieber? —me preguntó con recelos—, ¿qué más quiero conocer? Ya sé lo suficiente.

—A mí no me molesta que tú seas como eres, ¿por qué debo molestarte yo a ti? —era absurdo, había algo que me causaba cierta curiosidad en su actitud.

—Yo no soy novia de tu hermano —me recordó—, ¿qué harías si sucedería así?

—Asesinaría a Jaxon —musité recapacitando.

—Las mismas ganas de asesinar a Sam las tengo yo —me informó—, ¿qué buscas de ella, Justin? Es una inocente muchachita de 16.

—Me gusta —mentí. Sí, Sam era sexy, pero no más que eso. No tenía algo que la haga muy especial a las demás.

—Es mentira, Justin. Lo que dices es mentira —aseguró.

Se puso de pie y salió de la habitación. Ella amaba dejarme a las puras hablando solo. Odiaba lo que hacía, ¿por qué debía tratarme así? Yo no era nadie para ella y ella, sinceramente, no era nadie para mí, ¿por qué tenía que interesarse tanto en mi comportamiento? Quizás a veces hacía lo mismo yo con ella, pero no era porque me interesara. ¡Diablos! Debía dejar de pensar tanto en algo que venía de alguien que, honestamente, no me inspiraba mucha coherencia y credibilidad.

Luego de unos diez minutos más de estar allí la puerta de la habitación se abrió y Sam entró con cara de cansancio, sonrió ampliamente al verme y cerró la puerta.

—Hola, Justin —me saludó. Yo le sonreí. Pero no lo graba quitarme las palabras de su hermana de la cabeza.

—Hola, cariño —saludé yo. Me puse de pie y besé sus labios intentando pensar en otra cosa que no fuera “Soy un completo idiota”.

—¿Volviste muy tarde anoche, no? —me preguntó ceñuda— por eso no fuiste hoy.

—Sí, es cierto —confesé. Ella sonrió algo triste—. Descuida, no estuve con nadie.

—Me dijeron que estuviste muy pegadito con mi hermana anoche —soltó con tristeza. Abrí los ojos y la miré asombrado.

—¿Qué cosa? —pregunté confundido—, estuve hablando unos pocos minutos, luego se fue a bailar con quién sabe quién. Estaba ebria, intentaba traerla a casa. No pasó nada, linda. Lo juro —acomodé su cabello detrás de su oreja.

—Justin —suspiró y acarició mi mejilla—, júrame que soy distinta.

—Lo eres —¿por qué diablos debía mentir compulsivamente? ¿Por qué?

—¿Te quedas a almorzar? —me preguntó sonriendo levemente. Me acerqué y besé sus labios levemente.

—Venía a invitarte para salir a comer —le informé a modo de respuesta.

—Ya, me cambio y vamos —murmuró.

Narra ___________(tu nombre):

Tomé mi bolso y bajé. Hoy almorzaría con Miley y Ryan, al parecer Ryan era muy amigo de Miley, quizás novio. No lo sé. Al llegar al comedor mi madre se propuso comenzar a hablar conmigo al parecer.

—¿A dónde vas? —cuestionó con una dulce voz.

—Saldré a almorzar con Miley y Ryan —me limité a decirle.

—Necesito hablar contigo —me informó.

—Que sea rápido, por favor —estaba con prisa y odiaba hablar con esa mujer.

—Necesito saber qué diablos tienes —me exigió—, ¿cómo es eso de que andas de alcohólica por las fiestas? —solté una carcajada.

—¿Y a ti qué? —le pregunté. Su cara se enfureció— Es mi vida, ___________(tu mamá), ¡será lo que yo quiera!

—Eres una deshonra —intentó herirme—, ¿qué piensas hacer? No puedes vivir así.

—¿Qué no puedo? —pregunté con ironía—, pues lo hago y estoy viva y feliz.

—No vivirás siempre así, muchachita —me advirtió con el ceño fruncido y la voz alta—. Deberás consolidar tu futuro.

—Y lo estoy haciendo —le advertí. Mi madre no sabía de mis presentaciones en los clubes de la ciudad—. Solo quédate tranquila, ___________(tu mamá) —le pedí—. Yo sé cómo manejarme.

—¡Diablos mocosa! —protestó.

—Me iré, nos vemos luego —hablé antes de que ella lo hiciera y salí de mi casa.

Caminé hasta mi coche (BMW M1 coupe), me subí al automóvil y comencé a conducir fuera de la casa. Puse la música fuerte en el reproductor, sonaba “The Ramones”. Conduje hasta el centro comercial, aparqué y bajé. Entré y caminé hasta el local de comida que me dijo Miley, entré y estaban en una mesa ella, Ryan y Jaden.

—Hola —saludé sentándome en la silla desocupada.

—Hola —saludaron al unísono.

—Creí que no vendrías —murmuró Miley, la miré y suspiré.

—Mi madre cree que puede controlarme ahora —le expliqué—. Me retrasó, la muy vil.

—¿No has visto a Justin? —preguntó Ryan, lo miré frunciendo el ceño.

—Sí, estuvo conmigo hoy —todos me miraron asombrados.

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Respuestas:

Majo: ¡Gracias, linda! En cuanto tenga tiempo pasaré por la nove. Besitos :)

Vitha: ¡Gracias, cariño! También te quiero mucho. Besitos.

Tami: Hola, bueno… para escribirla me inspiro en lo que querría ser. Me encantaría ser rockeara y rebelde, jaja. Además, ¿qué muchacha no quisiera tener a Justin babeando por ella? Pues… en sí, me baso en lo que querría que fuera. Me alegro que te guste el personaje. Es un gusto :) Besitos.

Vale: Enserio, admirarte es poco. Conozco un poco el esfuerzo de lo que es ser bailarina y hay muchas cosas que se dejan de lado, muchos sacrificios por hacer. Y por lo que he visto, eres una total reina en ello. Pues, sabes… solo es práctica. Cuando comencé a escribir no era muy buena que digamos, más bien todo lo contrario. Y mírame ahora, no creo ser excelente escribiendo, pero he mejorado mucho. Gracias por todo el apoyo, Vale. Te adoro miles. Besitos linda.

Valiitha: Descuida, descuida. La seguiré jaja. Besos.

Anónimo: ¡Hola linda! Es un gusto encontrarte comentando, y pues sí. En cuanto tenga un tiempo prometo seguir “Aprendiendo a Creer en el Amor”. No te desesperes, lo haré. Besitos.

Mony: Hola, linda. Yo estoy bien, ¿tú? ¿Cómo te encuentras? Rashita es toda una rebelde, y aún no has visto nada jaja. Pues, no te mueras mujer! Sí, volví a hacerlo. Necesitaba estar más cerca de ustedes otra vez, y creo que esta es la manera. Espero que vayas bien en tu concurso de Historia, te deseo toda la suerte. Y también para tu chorro de exámenes jaja. Yo gracias a Dios, ya salí de vacaciones ayer :D No debes disculparte, sé que tienes una vida además de la novela, no voy a matarte por ello jaja. Te adoro, mi Polieber! Besitos.

Barbii: Hola, un gusto :) Gracias por leerme, enserio. También por tus palabras, besitos linda :)

Bien, aquí el capítulo que les debía jaja. Intentaré subir cuanto antes pueda. Ahora tengo más tiempo para escribir. Ya salí de vacaciones así que… ¡tengo más tiempo para dedicarme a escribir! Las amo.

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