Capítulo 206°: "Podríamos ser amigas".

—Te amo con locura, ___________(tu nombre) —mi nombre sonaba tan lindo en sus labios.

—Y yo, Justin. Te amo con locura y te amaré por siempre.

Dirán: “Siempre” No existe alguien que ame para siempre. Pues, sé que es algo fuerte decir eso, aún así estoy segura de que los años que me restan de vida amaré a Justin como el primer día, porque hace aproximadamente 4 años que no dejo de amarlo, porque él cambió mi vida, porque es él la causa de todo en mí. Porque el amor verdadero nunca muere.

…Al día siguiente…

Desperté a las 07:00 a.m., Harry vendría en una hora. Me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=54984767, traía el cabello suelto y venía sin maquillaje, no me daban ánimos de maquillarme. Tomé mi bolso y me senté en la sala del departamento, Justin había ido a bañarse. El teléfono del hotel sonó, así que lo tomé y respondí.

#Vía telefónica#

—Hablamos de recepción, señora Bieber —dijo la voz de una muchacha. Me había dicho señora Bieber, sonó tierno.

—Sí, diga —le pedí. De seguro era por la llegada de Harry.

—El señor Harry Styles la busca aquí abajo —me indicó ella.

—Dígale que suba —le pedí.

—Bien, adiós.

#Fin vía telefónica#.

Cuando tocaron la puerta me dirigí a atender, entonces estaba allí parado sonriendo ampliamente Harry.

—Hola Hazza —saludé divertida.

—Hola, chica de sudadera roja —saludó él entrando al departamento—, ¿qué tal estás hoy con esos mini-shorts? ¿No sufres frío? —preguntó divertido.

—Estoy bien, sonso —le respondí—. Y no tengo frío, aquí está la calefacción.

—Es cierto —dijo mirando el ambiente—, aquí hace calor —añadió.

—¿Quieres desayunar? —le pregunté.

—¿No desayunas aún? —cuestionó sonriendo.

—No —respondí yo.

—Pues —desparramó sus rulos—, si me toca cocinar, podrían echarnos del hotel —me aclaró.

—Pedí el desayuno —le informé entre risas—. Hay tortitas de manteca, dulce de frutas rojas, jugo de naranjas y café caliente.

—¡Lo habrías dicho antes! —me regañó.

—Ven, vamos a la cocina —le indiqué y así lo hicimos. Nos sentamos en la mesa y comenzamos a desayunar, también había pedido un desayuno para Justin.

—¿Justin? —preguntó Harry.

—Estaba duchándose —le respondí y bebí un sorbo de café—, ¿te ha dicho Paul algo del dueto?

—Tendrá vídeo —largó sin filtros—. Solo eso.

—¿Nada más? —pregunté.

—Oh y debe ser romántico, de amor o rompimiento. Lo que prefiramos —una cosa no hace a la otra.

—¿Y tú qué prefieres? —le pedí opinión.

—Pues, odio los rompimientos —declaró a favor del amor.

—También yo —me sinceré—. Odio escribir canciones de rompimientos.

—Hola —saludó Justin simpáticamente.

—Hola, Justin —saludó Harry mientras estrechaba la mano con mi novio.

—Hola, lindo —saludé yo, Justin se acercó a mí y besó mis labios dulcemente.

—¿Cómo van? —preguntó simpáticamente.

—Pues, debatiendo qué escribir —le respondió Harry.

—Tu desayuno —dije indicándole donde estaba. Él se sentó a mi lado, me refiero a Justin.

—Gracias —me dijo—, pero sigan. No se intimiden.

—Bien —habló Harry—, la melodía ya la tengo —me avisó él.

—La letra será fácil con la melodía —le indiqué.

—¿Dices? —preguntó el chico de rizos.

—Sí, estoy acostumbrada a escribir rápido —bromeé. Harry rió, Justin estaba concentrado en las tortitas de manteca.

—¿Tú qué dices Justin? ¿Vas a matarme? —Justin lo miró confundido mientras masticaba un trozo de tortita.

—¿De qué hablas? —preguntó con la boca llena. Harry y yo reímos.

—La canción será romántica y tendrá un vídeo —largó Styles, Justin frunció el ceño y tragó rápidamente la comida.

—¿Bromeas? —preguntó.

—No, amor —me entrometí yo—. Pero no matarás a Harry.

—¿Segura? —cuestionó Justin mirando a Harry.

—Claro que no, yo no maté a la chica de Mistletoe, la de Boyfriendo o la de As long as you love me —le recordé. Él cedió y me miró dulcemente.

—Solo por trabajo —aclaró y volvió a mirar a Harry. Éste último suspiró aliviado.

—Y bien —hablé esta vez a Harry—, ¿grabamos mañana a la mañana?

—Sí —afirmó él—. Y recuerda, en inglés, porque no hablo francés.

—Descuida —le pedí.

—¿Comienzan a grabar el vídeo mañana? —preguntó sin entender Justin.

—No —me negué yo—. A penas si comenzamos a grabar la canción, amor —le expliqué.

—Oh —murmuró—, porque podrías llamar a Ryan para que los ayude con el vídeo —me indicó.

—Sí, es cierto —recordé a mi amigo—. Llamaré a Ryan para que me ayude con lo del vídeo de la canción.

—¿Quién es él? —preguntó Harry.

—Ryan Butler —nombré a mi amigo.

—Un viejo amigo que estudió director de cine, podría ayudarlos con el vídeo —le explicó Justin amablemente a Harry.

—Oh, genial —sonrió Styles—, ¿es el chico que salió contigo cuando no estaban? —obviamente se refirió a mí.

—Sí —dije algo en voz baja—, él mismo —afirmé.

Terminamos de desayunar, Justin se fue porque tenía una reunión con Scooter y Usher, así que yo me quedé con Harry escribiendo. Para las 11:00 a.m. teníamos la canción terminada. Entonces, Harry dijo que me vería mañana en el estudio, se despidió y se fue. Quedé sola.

No sabía qué hacer, Justin volvería como a las 12:00 del medio día y no había nada por hacer. Entré a Twitter desde la laptop y twitteé varias cosas:

“Tenemos sorpresas que les van a gustar, no solo yo. Ya verán”.

“Hace mucho no twiteo, pero no desesperen. Estoy bien, llegué hace dos días a L.A. Estaba vacacionando”.

“No puedo decirles qué estoy grabando, quedarán con la duda”.

“Extraño las giras y convivir a diario con ustedes, Fighters. Cuanto antes pueda, quiero volver a hacerlo”.

“Claro que sí, los amo :)”.

Cerré sesión en Twitter y ya eran las 11:30 de la mañana. Mi teléfono comenzó a sonar, lo tomé entre mis dedos y me extrañó demasiado ver quien llamaba. Dudé unos segundos sobre si responder o no, pero… lo hice. Respondí a la llamada.

#Vía telefónica#

—¿Aló?

—___________(tu nombre), hola —saludó simpáticamente—. Habla Rosa.

—Sí, Hola Rosa —saludé de la misma manera.

—¿Estás ocupada? —me preguntó.

—Pues, en realidad todo lo contrario —confesé.

—Sé que debes creer que enloquecí o que esto es raro, pero… ¿quieres ir de compras por la tarde? —me ofreció— Si es que no estás ocupada —en realidad, sí me pareció raro. Pues ella siempre era distante conmigo.

—Oh, sí —afirmé. Estaba desocupada hoy—. Me gustaría salir de compras —añadí.

—Es que debo contarte algo.

—¿Algo, de quién? —juro que si eran chismes de Justin, iba a mandarla a la mierda y no trabajaría más con ella. Quiera Alison o no.

—Mío y de Ryan —eso sonó lo suficientemente raro e inquietante.

—¿Enserio? —cuestioné. Ya me imaginaba qué sucedía allí y más conociendo a Ryan.

—Sí —afirmó ella—. Sé que es raro, más que quiera contártelo a ti, pero eres amiga de Ryan y lo conoces mejor que yo.

—Sí, es cierto —podría decirse, que era la mejor amiga de Ryan, ¿quién mejor que yo para conocerlo?

—Bien, ¿pasas por mí? —me preguntó ella.

—Ok, paso por ti a las 3, ¿te va?

—Sí, como gustes —me indicó.

—Ya, te veo. Bye, Rosa.

—Adiós —saludó y yo colgué.

#Fin vía telefónica#.

Enserio, fue extraño que ella llamara para eso, pero no debe ser otra cosa más que lo que dijo. Dejé mi teléfono a un lado y justo en ese momento Justin atravesó la puerta sonriendo.

—Hola, lindura —saludó él simpáticamente y volteó a cerrar la puerta.

—Hola, mi amor —saludé yo—, ¿por qué tanta felicidad? —cuestioné. Él se sentó a mi lado.

—Porque grabaré con la mujer más hermosa del mundo y no solo una canción, sino que también un vídeo —lo miré raro, ¿a quién se refería?

—¿De quién hablas?

—De ti, sonsa.

—¿Enserio? —pregunté divertida, en realidad no pensé que aceptarían el dueto comercial.

—Sí —afirmó y besó mis labios fugazmente—. Claro que luego de que seamos padres —aclaró.

—Rosadela llamó hace segundos —le comenté. Él me miró tenso.

—¿Qué quería? —cuestionó.

—Pues, invitarme a ir de compras —le expliqué—. Quiere charlar sobre Ryan —Justin rió.

—De seguro están saliendo —pensó lo mismo que yo.

—Sí, lo mismo dije —afirmé yo—. Me iré a las 03:00 —le anticipé.

—Está bien —aceptó él—. No pediré para ir —me dijo divertido.

—Será mejor —sé que no se siente cómodo con ella.

—¿Qué almorzaremos? —preguntó, sí ya casi eran las 12:00 del medio día.

—No lo sé —respondí—. Tengo ganas de comer verduras —confesé. Él sonrió.

—Eres vegetariana —me recordó entre risas.

—Lo sé —afirmé divertida—, por eso te digo.

—No sé, ¿qué comeremos hoy? —volvió a decir su pregunta— quizás pizza o tarta de verduras.

—Mmh… aunque no creas tengo ganas de comer nuggets de pollo —confesé. Sí, no era de las vegetarianas que nunca comían carnes. Por mis defensas tenía obligación de comer carne de vez en cuando.

—Oh, ¡qué rico! —exclamó— aros de cebolla, nuggets de pollo y ensalada, ¿va? —me ofreció.

—Ya —acepté.

—Pediré que nos suban la comida —añadió levantándose del sillón hacia el teléfono inalámbrico.

…Mientras almorzábamos…

—Vi que estabas twiteando hoy —me comentó Justin.

—Sí —afirmé—, estaba demasiado desocupada —añadí divertida.

—Te hicieron un hastagh luego —dijo orgulloso de mí—, decía “#MyFighterComeBack”.

—¡Oww, qué tiernos son! —claro que eran tiernos, muy tiernos. Nunca terminaría de agradecer tanto amor de su parte.

—Tú eres tierna —dijo él embobado mirándome.

—¡Qué sonso! —exclamé apenada— siempre con lo mismo.

Terminamos de comer y era temprano aún para ir por mi estilista. Así que Justin logró convencerme de mirar TV.

—Mira —dijo deteniéndose en un canal de noticias.

—El cantante de As Long As You Love Me al parecer junto con la bellísima ___________(tu nombre) van a ser padres. El rumor corre y fuentes dicen que es cierto. Podemos ver que ella ya no frecuenta lugares públicos con frecuencia, viste ropa holgada y cómoda y no usa tacones. Además de eso, ha subido unos insignificantes kilos de peso, ¿estará por ser madre? Pues, no lo sabemos, pero creemos que sí es así. Así que felicidades, chicos —pues, sí era cierto y debía decir “gracias” por las felicidades que desearon. Pero me cabreaba que digan cosas sin que yo o Justin las afirmemos.

—Pues, no saldré a decir que no —pensé en voz alta.

—Tampoco yo —rió él—. No voy a mentir.

—Tampoco yo —repetí sus palabras. Él rió.

—Linda —suspiró aliviadamente—, yo creo que deberíamos decirle a todos que es verdad, que sí estás embarazada.

—¿Tú duces? —le pregunté.

—No podrás esconderlo —me recordó y era cierto. Esconder la panza de un embarazo de 7 meses, por ejemplo, es imposible.

—Sí, es cierto —aseguré—. Pero… ¿cómo lo decimos? —pregunté.

—No lo sé, ¿un tweet? —propuso él.

—Por mí está bien —respondí.

—Bien, déjamelo a mí —me pidió él. Sacó su I-phone y escribió unos breves segundos. Luego me miró a mí—. Fíjate —tomé mi BlackBerry Torch y entré a Twitter. Me apareció el primer Twitt y era de Justin, lo abrí y decía: “Sí, es cierto. Voy a ser papá. ___________(tu nombre) está embarazada y estoy mucho más que feliz. Gracias, #lasamo”.

—Las Beliebers querrán matarme —aseguré yo.

—¿Dices? —preguntó él— No lo harán, no lo permitiré. Es más, ¿me ayudas a escribirles una carta? —preguntó él dulcemente. A penas si eran la 01:30 p.m., tenía tiempo.

—Ya —acepté.

Luego de un largo rato tuvimos la carta hecha, decía así:

“Beliebers (Fans de Justin) y Fighters (Mis fans):

Sí, estos sí somos nosotros (Justin y ___________(tu nombre)) escribiendo la carta. Sabemos que el embarazo colmará la boca de todos maldiciéndonos a los dos, pero queremos decir que… no nos olvidaremos de ustedes. Al contrario, hace semanas venimos planteándonos el tema de si decírselos o no, ya que no queremos que nos odien por ser felices. Somos jóvenes, yo a penas tengo 22 años y __________(tu nombre) 19. Pero nos sentimos listos como para casarnos y tener una familia, una familia de la que todos ustedes nuestros fans, también forman parte.

Para nosotros no hay algo más importante que nuestros fans y queremos que se sientan cómodos y quieran al bebé que viene en camino como nosotros lo querremos. Espero que no nos odien solo por crecer, nosotros los amamos. Gracias, enserio, muchísimas gracias por hacernos felices. Los amamos y no vamos a dejarlos, al contrario, estamos con ustedes.

___________(tu autógrafo/firma) y (Autógrafo de Justin)

Justin publicó una foto de la carta en su Twitter, diciendo: “Sé que no van a dejarnos”. Yo me despedí de él y conduje hasta casa de Rosadela, sí. Casi hasta Hollywood, donde estaba nuestra antigua casa con Justin. En el camino fui escuchando música y pensando en distintas posibilidades para el vídeo que grabaríamos con Harry. Debía hablar con Ryan del vídeo. Sé que Paul y Alison querrían grabarlo ahora, no después de un año. Por eso mismo tendría que ser dentro de poco y no cuando esté como una pelota de basket.

Al llegar a la casa de Rosadela bajé y toqué timbre. Ella salió sonriendo ampliamente y me saludó.

—Hola —dije yo sonriendo ampliamente.

—Hola —respondió ella.

—¿Ya vamos? —cuestioné.

—Sí, vamos al centro comercial, si quieres —me indicó.

—Sí, no hay drama —acepté. Subimos al auto y comencé a conducir.

—Oye, antes que nada —habló mientras yo comenzaba a conducir—, ___________(tu nombre) que no haya bronca entre nosotras ¿ya? Lamento mucho haberme metido en tu relación, enserio… no pensé que Justin haría tanto alboroto porque yo lo saludara y eso. Enserio, perdón —se disculpó ella.

—Ya no hay bronca —aseguré—. Todo pasó y quedó, como debe, en el pasado.

—Mejor —comentó aliviada—, creí que me odiabas.

—No, no te odio —reí divertida—. En realidad, nunca te odié. Solo me maldije a mí y a nadie más.

—Es raro, cualquier otra habría querido arrancarme los pelos —sí, era cierto lo que Rosadela decía.

—No soy tan agresiva —en realidad, no soy agresiva—. No sería capaz ni siquiera de pensarlo.

—Mejor —dijo positiva— y bien, oye… ¿puedo preguntar algo sobre Ryan? —me cuestionó ella.

—Sí, dime —le pedí.

—¿Es tan pendejo como dicen? —preguntó sin filtros. Creo que era algo buena de ella, que no andaba con regodeos. Era muy directa para decir las cosas.

—Pues… —no sabía qué decirle. Ryan era pendejo cuando quería solamente— él lo es cuando quiere. Mira, cuando dijo estar enamorado de mí, ni siquiera salió con alguien. Luego fue pendejo otra vez, pero cuando peleé con Justin y salí con él era un caballero y me cuidaba mucho. Ryan es pendejo cuando quiere —repetí.

—No sé si conmigo quiere o no —confesó.

—¿Salen? —pregunté tomando camino al centro comercial.

—Pues, no —se negó—. Porque aún no le dije respuesta.

—Es decir que ya te propuso salir —deduje.

—Ajá —afirmó ella—. Me dijo que yo le gustaba.

—Pues, no sé bien que decirte, Rosa —confesé.

—¿Cómo te pidió a ti para salir? —preguntó ella. Me pareció raro, pero no tenía razones para no contestarle.

—Pues, en realidad fue a casa y solo se dio besarnos. Al otro día me llevó a la playa y me dijo que él quería estar conmigo, sin importarle que deba sufrir porque yo ame a Bieber —resumí lo que pasó hace meses.

—A mí me dijo que quería salir a cenar conmigo —me explicó ella—. Me dijo que le gustaba y que quería conocerme.

—¿Y tú viste sinceridad en sus ojos? —fue una pregunta algo estúpida, lo sé.

—No lo conozco mintiendo, tampoco diciendo la verdad —me respondió ella.

—Pues, no puedo decirte más de que “hagas lo que tu corazón dicte”. Mira, una persona sabe cuando le están mintiendo o al menos duda de que diga la verdad. Tú eres una persona muy intuitiva —sí, eso era notorio—. Tú sabrías si Ryan miente o no. Si te quiere, él es muy buena opción —Ryan era dulce y romántico. Muy compañero y dedicado cuando quería.

—Quizás intente salir con él —confesó ella.

—Me gustaría ver a Ryan feliz —odiaba que siguiera enamorado de mí.

—Sí —afirmó—. Sería lindo comenzar algo con alguien —al parecer, ella era una buena persona.

Hablamos hasta llegar al centro comercial. Allí bajamos y entramos.

—¿Tienes tienda favorita? —le pregunté yo mientras caminábamos por el amplio pasillo lleno de tiendas del centro comercial.

—En realidad, no —me respondió ella—. Nunca compré aquí, siempre compro en tiendas del centro —me explicó brevemente.

—Yo vengo siempre que puedo —o sea que no mucho—,  pero casi siempre compro cuando viajo o voy de gira.

—¿Eres compulsiva al comprar? —preguntó, no de mala sangre, si no que lo hizo de curiosa.

—No, no tanto —respondí—. Tengo muchísima ropa, sí. Pero no compro compulsiva. Es que me regala ropa Justin, Pattie, mamá o mis hermanos.

—Yo sí soy compulsiva comprando —confesó algo apenada—. Tengo mucha ropa, no tanta como tú, pero tengo.

—Yo tengo debilidad por los Louboutin —confesé entre risas.

—¿Te gustan los tacones? —preguntó.

—Adicción, dicen todos —respondí divertida—. Es que tengo muchísimos pares, además soy bastante baja y amo usar tacones.

—A mí me gustan los bolsos —me comentó ella.

—¿Si? —pregunté— quizás te de algunos de los míos. Tengo unos sin estrenar y en realidad, no los uso.

—¿Enserio? —preguntó emocionada.

—Sí, Rosa —afirmé—. Sabes, creo que podremos ser grandes amigas.

—También pienso eso, ___________(tu nombre) —dijo sonriéndome.

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Les traje otro capítulo, para que no me odien :) jajaja. Las amo, linduras.

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