Capítulo 208°: "Una buena elección para esta noche".

Todos nos saludaron emocionados, nos desearon felicidades y luego nos dirigimos al comedor. Entré charla y charla, el almuerzo fue servido.

—¿Cómo van con la boda? —preguntó Jeremy amablemente. Él era dulce conmigo, como si fuera mi segundo padre.

—Pues, Dominic dijo que enviaría las tarjetas el 1 de enero —sí, las tarjetas de invitación.

—Oh, ¡genial! —exclamó Diane ante mi respuesta—. Muero por ir a Sao Paulo.

—Es un lugar muy precioso —le aseguró Justin. Creo que a él le gustan sus playas.

—Ya lo creo —aseguró Bruce—. Parece ser genial.

—Oye, Just, ¿y a dónde irán de luna de miel? —preguntó la inocente voz de Jaxon. Amaba a ese niño. Era dulce y hermoso.

—Pues… no arruinaría la sorpresa ante mi linda y flamante futura esposa, ¿no creen? —lo miré con el ceño fruncido.

—Oh, vamos —insistió su hermano pequeño—. Hazlo por ___________(tu nombre) —sonreí, creo que si era por eso menos lo diría. Lo que él quería era que yo no supiera a dónde iríamos para hacerlo más interesante.

—¿La llevarás a Disney? —preguntó divertida Jazzy. Yo reí al mismo tiempo que Justin lo hizo.

—No, Jazzy —respondió Justin—. La llevaré a un lugar que le encantará, bueno no solo a uno, sino a tres —hace poco solo eran dos, ¡eso está mal!

—¿No eran dos? —cuestioné curiosamente. Diane rió.

—Ahora son tres —me explicó Justin.

Narra Justin:

No iba a confesar el tercer lugar, ella sabía de dos: “Venecia, Brujas” y faltaba el tercero (que no lo sabrán hasta que se vayan allí, muahaha). Quería darle la sorpresa y sé que le encantaría porque ella siempre dijo que le gustaría ir a conocer el lugar sin dar un concierto o trabajar allí.

—Volviendo al tema —habló mi padre y miró a mi novia dulcemente—, estoy feliz de que estén juntos y felices —me miró a mí.

—Créeme que también yo —era lo que más feliz me hacía.

—¿Todos saben de esa criatura, verdad? —preguntó Jeremy— Yo escuché en las noticias, pero como no vi fotos y no escuché entrevistas creí que era un rumor, un sonso rumor como muchos otros —___________(tu nombre) rió un poco divertida.

—Sí, todos saben —afirmó ella—. Preferimos confesar porque no queríamos mentirles a todos.

—Eso fue bueno de su parte —afirmó mi abuelo con un tono muy paternal. Ellos, toda mi familia, apreciaban como una hija a ___________(tu nombre)—. Exponer su vida para sus fans por no mentirles, fue muy dulce.

—Pues, la prensa se encargaría de hacerlo saber de todos modos —como todo lo que “intentábamos conocer”—, entonces preferimos confesar —añadí.

Terminamos de almorzar y mis abuelos y mi padre subieron a dormir un poco, ya que el viaje los había cansado. Mis lindos hermanos, no quisieron. Entonces se quedaron con ___________(tu nombre) y conmigo en la sala jugando al monopolio. Luego de un rato, dejamos de jugar.

—Justin —habló mi hermana, yo la miré atentamente—, debo contarte algo.

—Dime —le pedí. Jaxon estaba sentado en la falda de ___________(tu nombre) mirando atentamente.

—Tengo novio —soltó tranquilamente, yo necesitaba que alguien dijera que había oído mal.

—¡Jazmine! —me exalté celosamente.

—¡Justin! —me regañó mi novia algo ceñuda—, ¿cómo se llama, cariño?

—Se llama Luca —habló Jaxon—, va con ella a la escuela.

—¿Y papá sabe? ¿Se han besado? ¿Han tenido una cita? —cuestioné exasperado. Jaxon rió, seguramente de mi cara.

—¡Bieber! —volvió a regañarme mi novia—, ¡apenas tiene 8!

—Pues, no, a todas tus preguntas respondo que no —habló mi hermanita.

—Deberé hablar con ese niño —murmuré. ___________(tu nombre) me miró ceñuda.

—Justin —me regañó por tercera vez—, son unos niños.

—¿Y eso qué? —cuestioné inocentemente.

—¡No tienen la culpa de tus celos! —exclamó.

—Oye, ___________(tu nombre) —habló Jaxon acariciando la mejilla de mi novia. La quería como una hermana—, ¿encontraré una novia como tú? —preguntó. Mi novia sonrió dulcemente enternecida.

—Si eres como Justin, sí —afirmó ella y besó la mejilla de mi hermano.

—¡Oye! —protesté celoso.

—¡Podría ser mi hijo! —me recordó.

—No, es que como tú no hay dos —Jazzy rió dulcemente.

—Justin eres tierno —afirmó mi hermana.

—También deberás buscar un novio como yo —bromeé. Jazzy rió divertida.

—¿No puedes ser mi novio tú? —preguntó. Amaba cuando Jazzy era dulce conmigo.

—¡Oye! Es mío —le advirtió mi novia bromeando. Jazzy rió.

La noche llegó, la preparación de la cena fue graciosa. Ver a Jazzy, mi abuela y ___________(tu nombre) luchar en la cocina me causaba algo de gracia. Subí y me di una ducha, me cambié por unos jeans, unas supras negras y un pulóver rojo oscuro. Cuando salí del baño ___________(tu nombre) estaba en la habitación.

—Mi amor —hablé, ella me sonrió.

—Mi madre, papá, Michael, Nerea, Lola y José ya llegaron —me avisó ella dulcemente.

—Oh, bien —sonreí—, ¿te irás a bañar?

—Sí —afirmó—, ¿tú ya bajas? —preguntó. Amaba cuando hablaba así de dulce.

—Pues, prefiero esperarte —sonreí, me acerqué a ella (quien estaba sentada en el borde de la cama) y besé sus labios dulcemente.

—Ya, iré a bañarme —me explicó. Se puso de pie y se adentró en el baño.

Mientras ella se bañaba, yo me senté en el borde de la cama y abrí el cajón de mi mesa de noche. Allí tenía preparado el regalo de noche buena de mi hermosa princesa. Los de los demás estaban bajo el árbol de navidad en la sala. Esperaba que hoy fuera una noche muy especial, no delante de todos, sino que en la intimidad con ___________(tu nombre).

Luego de unos minutos salió del baño, vistiendo así http://www.polyvore.com/nb/set?id=55375994, traía su cabello laceado y largo. No traía una gota de maquillaje y amaba cuando se veía así. Sencilla y natural, hermosa.

—Oww, ¡qué linda estás, mi amor! —su panza era lo más tierno que había visto. Era pequeña, una típica panza de 3 meses y 1 semana.

—¡Qué sonso! —dijo algo apenada mientras la abrazaba.

—Nuestra niña será tan hermosa como tú —sí, el bebé sería una niña.

—Y tan dulce como tú —me devolvió el halago orgullosa—. Será la niña con más amor del mundo.

—No lo dudes —la amaría como a nadie en el mundo y creo que ___________(tu nombre), también lo haría.

—Mejor bajemos —me indicó—. No queremos hacerlos esperar.

Salimos de la habitación y bajamos. En la sala estaban todos, incluyendo a mi madre y Richard. Nos miraron dulcemente y saludaron. La mayoría asombrados por la panza de ___________(tu nombre) ya que la última vez que la habían visto no tenía panza.

—¡Es tan raro verte de mi estatura! —bromeó Nerea, la ex-estilista de ___________(tu nombre).

—¡Oh, tampoco es tanto! —le devolvió la broma de la misma manera mi novia, quien estaba abrazada a mi cintura.

—¿Me das a Lola? —le pregunté a ___________(tu papá), quién la tenía alzada.

—Claro —accedió—. Ten cuidado, ama tirar el cabello de las personas —tomé a la niña en brazos, era hermosa. Una beba realmente preciosa.

—¡Oh, qué linda eres Lola! —ella me sonrió como cualquier bebé lo hace.

—Créeme que aún no podrás odiarla hasta que te muerda o te tire el cabello —afirmó su hermano mayor, José.

—Es mala —afirmó ___________(tu nombre). Yo reí divertido.

—Como tú —le dijo José.

—Ya tendrás el tuyo —me recordó Diane divertida.

—¡Te sacará canas verdes! —bromeó mi abuelo. Intenté pensar que no sería llorona, mala y egoísta.

—No, no será así —se negó mi novia—. Ella será dulce y amable.

Luego de charlas nos pusimos a cenar. La cena estuvo exquisita y divertida. Más de una vez las sonseras de José fueron motivo de risa. Éramos muchos, pero la pasamos bien. Llegó la hora de los regalos a media noche y antes de que fueran las 12:30 a.m., todos nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. ___________(tu nombre) salió vistiendo del baño su pijama. Yo tenía puesta una camiseta blanca y un pantalón de basket.

—Fue una linda noche —aseguró mi novia metiéndose a la cama.

—Pues, aún no has visto lo más lindo —ella me miró confundida.

—¿De qué hablas? —cuestionó mirándome divertida.

—¿Crees que no iba a darte regalo de navidad? —le sonreí. Ella me miró sonsamente.

—Pues, sí —afirmó. Yo reí.

—Bueno, sí tengo un regalo.

—¡No debías! —se quejó.

—No comencemos con la historia de siempre —le pedí abriendo el cajón de la mesa de noche. Tomé el pequeño paquete entre mis manos—, ten mi princesa, es para ti —susurré y besé su mejilla. Le entregué el paquete en sus manos.

—Gracias —murmuró. Rasgó el paquete rompiéndolo, respetando la tradición de romper el papel para tener buena suerte. Tomó la caja azul entre sus manos y la abrió. Me miró sorprendida agarrando el regalo entre sus manos—, ¿no crees que un zafiro morado es demasiado, Justin?

—¿No te gusta? —pregunté rápidamente.

—Es hermoso —entonces no entendía por qué su pregunta anterior—. Pero sale una fortuna.

—Y te lo mereces —me indicó—. Te amo y quería regalártelo, así que deberás aceptarlo.

—Te amo, Justin y no porque me regales un zafiro. Te amo porque eres lo que más feliz me hace en el mundo.

Me acerqué a ella y apoyé mis labios sobre los suyos. Necesitaba besarla con dulzura otra vez. Lentamente nuestras bocas comenzaron a bailar. Sus besos eran los mejores que alguna vez había probado y en 3, casi 4 años, no necesitaba ni deseaba besar a otra persona como deseaba besar a ___________(tu nombre) cuando la veía. No, no era de pendejo. En realidad, la amaba con locura y necesitaba hacerle saber que era la única persona que me hacía feliz de esa manera, de sobre manera.

—Just —habló ella—, te amo —susurró—, y no basta decir eso. Para mí eres la persona con más luz que he conocido alguna vez. Gracias por hacerme feliz hoy y siempre.

—Mi amor —acaricié su mejilla y clavé mi mirada dulcemente en sus ojos—. Eres la mujer que quiero amar hoy y siempre.

—Justin, debo hablar sobre después del embarazo —habló ella. La miré raro, en realidad no sabía de qué quería hablar—. No voy a seguir cantando, al menos por tres o cuatro años.

—¿Qué? —cuestioné. Creí que ese tema ya había sido descartado— No, no puedes hacerlo.

—¿Por qué no? —cuestionó ella mirándome atentamente. No es que no pudiera hacerlo, es que no debía hacerlo.

—Podremos sobre llevar a Jess y a la música —no respondí exactamente lo que ella quería.

—Quiero prestarle la atención requerida a Jessica —me explicó.

—Y lo harás —porque yo también ayudaría con la crianza de nuestra hija.

—Sí, pero deberá ir al estudio conmigo, a las presentaciones y a todos lados —comentó—. No quiero que se crie en este ambiente tan atareado —algo de razón tenía, aún así no era excusa para que ya no cante.

—¡Oh, cariño! —protesté—, la niña tendrá una niñera que podrá acompañarte a ti para cuidar de ella en el estudio, las presentaciones y todo. Jess irá con nosotros y tendrá quien se dedique a ella bajo tu inspección.

—No será lo mismo, no lo sé —murmuró.

—Es más, quizás mamá esté dispuesta a hacerlo —pues, mi madre no trabajaba y siempre estaba dispuesta a ayudar. Mucho más cuando se tratara de su nieta. Claro que lo haría.

—Si Pattie estará dispuesta a ayudarme con la niña en esas ocasiones, lo haré. Si no olvídate de que cante, hasta al menos 3 años —estaba seguro de que mamá aceptaría.

—Hablaré con mamá llegado el momento —ahora sería demasiado adelantado.

—Estoy ansiosa por tener a Jess en brazos. Quiero conocerla —sonrió angeladamente, un brillo especial iluminó sus ojos. Posé mi mano sobre su pequeña panza.

—Será el primer ángel de nuestras vidas —sonreí—. Porque pienso tener más hijos —le advertí.

—También yo —me indicó—. Pero no hasta un pasado tiempo del nacimiento de Jess.

—¿Cuánto? —pregunté— ¿6 meses, 1 año? —sí, quería niños y que no tuvieran tanta diferencia de edad.

—¿Estás loco? —me preguntó— 2 años —me indicó.

—¡No! —me negué— es mucho tiempo.

—Para ti, porque no cargas con un bebé dentro —me explicó. Yo reí de su expresión.

—Lo veremos luego —preferí decir para no perder.

—Ya —accedió—. Cambiando de tema, luego de la luna de miel —ella estaría embarazada de 6 meses y medio, casi 7—, iremos de compras para la bebé —me sonrió— y ambientaremos su habitación.

—¡Oh, como quiero que eso suceda! —sí, me encantaba imaginarnos con una bebé, haciendo cosas de padres— Jess, sin nacer aún, me trae loco igual que tú.

—¡Ow! —besó mi mejilla— Estoy segura de que seremos felices.

—No lo dudes, princesa —haría todo para que fuera feliz—, haré todo para verte sonreír a ti y a Jess. Hasta pegarle a un paparazzi si es necesario —como pasó en Hawái.

—No me hagas recordarlo —me pidió—. Odio ese recuerdo. Verte pelear y que te hayan pegado, ¡ash! Me da odio.

—No, tranquila —le pedí—, no volverás a verme así otra vez. Solo lo hice para protegerte —murmuré y besé su frente.

—Lo sé —afirmó ella—, sé qué harías cualquier cosa por defenderme y ahora no solo a mí, sino que también a Jess —y cuando decía cualquier cosa, era cualquier cosa—. Pero la violencia me parece tan brusca e hiriente.

—También creo eso, pero en ese momento no pude hacer otra cosa. Estaban lastimándote y mi reacción fue lastimarlos a ellos —fue algo primitivo de mi parte, pero no pude hacer otra cosa.

—Ya, no hablemos de eso —me pidió—. No quiero recordarlo.

—Está bien, mi amor —besé sus labios fugazmente.

—Just, mi amor —habló en un susurro sobre mis labios—, quiero hacer el amor hoy —confesó. Sonreí sobre sus labios.

—Una buena elección para esta noche —susurré de la misma manera que ella.

Ella se subió sobre mí y comenzamos a besarnos dulcemente, aunque cada vez la pasión subía en nosotros. Mis manos recorrían sus muslos, casi descubiertos ya que su pijama era un short. Mis labios bajaron a su cuello. Amaba su perfume y la suavidad de su piel. Hacer el amor con ella embarazada, era lo más delicado que alguna vez pude hacer. Aún así, amaba besarla hasta el cansancio.

Minutos después, nuestra ropa quedó esparcida por la habitación y nosotros dos abrazados bajo las sábanas. Puedo jurar que con 21 años, casi 22, era la persona más feliz del universo entero y no puedo negarlo, amo acostarme con ___________(tu nombre). Es la mujer más perfecta que he conocido y no quiero conocer a otra, porque es ideal para mí. Sus ojos me vuelven loco cuando me miran dulcemente y cuando se achican debido a su risa, me vuelven loco. Su nariz es la más linda y perfecta que vi alguna vez, en su cara es el detalle perfecto. Su boca es el conjunto de curva más sensual que existe, amo cuando la pinta de rojo oscuro, contrastando con su piel, la hace ver distinguidamente sexy y atrevida. Amo su cuello largo y sus hombros estrechos a medida perfecta de su espalda. Sus curvas, las curvas de su cuerpo, son delicadas y precisas, naturales, pequeñas a comparación de alguna mujer que podamos decir “tiene curvas perfectas”, pero eran las que más me gustaban a mí. Sus piernas eran largas, pero formadas; el ejercicio había incorporado músculos a sus piernas y el bronceado que se daba en los veranos las hacía ver delicadas y elegantes. Amaba a mi futura esposa en su totalidad, desde su cabello hasta las uñas de sus pies. Todo lo que conllevaba dentro y fuera. Su delicadeza, su forma de decir te amo y su forma de sonreír sonsamente cuando se relaja. Amo su forma de mirar a lo lejos cuando canta con el corazón, su forma de hacer rechinar las cuerdas de la guitarra cuando se distrae mirando algo en el público. Su forma de caminar mientras canta en un escenario. La amo, simplemente, la amo.

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Esperaba subir ayer, lindas. Pero no tuve tiempo. Lo lamento, de todas maneras alcancé a subir hoy. No les prometo subir mañana porque no sé si podré escribir, creo que no tendré tiempo. Pero les prometo que subiré el martes. Además, tengo una sorpresa para el sábado :) Sé que va a gustarles, así que van a tener que esperarme un poquito jiji. Las amo, linduras. Veré si pronto puedo hacer maratón :) ¡Besitos! Espero que les guste el capítulo.

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