jueves, 30 de agosto de 2012

Capítulo 217°: "Si lo amas, lucharás por él con uñas y dientes".




—Estoy muy seguro de que alguna vez tendré que dejar de hacerlo —nunca había hablado de esto con Justin—. De que esa sensación se acabará y solo querré ser un hombre cincuentón tipo, hogareño que cuida de sus nietos mientras sus padres trabajan y está con su esposa viviendo su principio de vejez contento y feliz en casa. Pero a veces la pesadilla de que eso me pase a los treinta me atormenta —confesó.
—Eso no sucederá, Justin —confirmé yo—, porque tus Beliebers te aman y estoy segura de que sus hijas también lo harán —él me sonrió.
—Te amo.
—Y si ellas dejan de amarte, Jessica y yo lo haremos —murmuré apoyando mi cabeza en su hombro.

Llegamos al hotel luego de pasar casi todo el día fuera. Justin se había ido a duchar para salir a cenar, luego lo haría yo. En realidad, la charla sobre ser famosos y los fans, hoy me había dejado bastante pensativa sobre lo que quería hacer. La música siempre había sido lo principal en mi vida, hasta hace poco más de 5 meses. En realidad, sentía que era más importante sentirme feliz y completa, de alguna forma eso lo encontraba en Justin y en Jess, en planear mi futuro, en integrarme en mi familia. Necesitaba alejarme bastante de “la fama”, y aún me cuestionaba cuánto tiempo sería. Estaba pensando en cuestiones que quizás debía plantearme después de que Jessica llegara a colonizar nuestra faceta de padres a mí y a Justin, pero no podía trasladarme hasta ese momento para pensar la decisión. En realidad, necesitaba saber qué iba a suceder con lo que amo hacer y es la música. No sería fácil abrir paso nuevamente y remontarme en mi sueño, porque quizás mi sueño ya no sería cantar; sino que me volcaría más en ser una grandiosa madre y atender a Jess. Pero en realidad, no me sentía capaz de pisar la tierra con fuerza y bajar mis manos para dejar de cantar. No podía decepcionar a tantos fans y no podía decepcionarme a mí misma.

—¿En qué piensas tanto? —me preguntó Justin entrando a la habitación.
—¿Eh? —reaccioné y sonreí sonsamente.
—¿En qué piensas? —volvió a preguntarme.
—Solo sonseras —me limité a decirle. Sabía que él odiaba la idea de que considerara dejar de cantar.
—Yo sé lo que es —se anticipó a advertirme.
—¿De qué hablas? —le pregunté.
—A juzgar por tu semblante, piensas en la charla de hoy a la mañana —aseguró—. No sabes qué hacer ¿verdad?, no quieres dejarlo.
—¿Tú crees que debo hacerlo? —pregunté confundida. Él frunció el ceño.
—Sabes lo que creo —me recordó—. Para mí es absurdo.
—No quiero cambiar y ser una mala madre —le advertí. Él no inmutó su expresión.
—Serías mala madre si privas a Jess de verte cantar en un escenario —me explicó—. Ella amará la música y lo sabes, porque vivirá esto. Lo hace desde ahora, que ni siquiera conoce la luz del día —era un buen punto—, ¿por qué lo dejarías si también sería parte de ella?
—Aún no lo sabemos —preferí contradecirlo para mantener mi punto— y no quiero pasarme el día encerrada en un estudio, para solo ver a Jessica por la noche, darle el beso de las buenas noches y ya no verla hasta el día siguiente —le expliqué a brevedad—, tú sabes cómo es el manejo de las grabaciones, Justin.
—Y sé que Jess puede ir contigo o quedar conmigo —habló seguro.
—Sí, quizás sí —hablé—. Pero no me gustaría terminar viendo a Jessica solo dos horas diarias y que viva criada por niñeras.
—Lo tengo más que claro, princesa —me afirmó Justin—. Por eso mismo sé que mamá amará cuidar a Jess cuando sea necesario. Además, te ayudaré con la niña y también tendrás tiempo para ella.
—No lo sé, Just —hablé afligida. Era confuso y no quería cagarme la luna de miel, con honestidad.
—Ya dejemos eso para luego —me pidió—. Estamos de luna de miel, ¿la pasarás llorando? —me preguntó mientras tomaba mi cara entre sus suaves manos.
—No, tienes razón —él secó mis lágrimas.
—Bien, tengo planes —me avisó sonriendo ampliamente. Lo miré con curiosidad.
—¿Cuáles?
—Iremos a cenar —me anticipó—. A un restaurante que te encantará —prosiguió hablando.
—¿A dónde vas a llevarme, Just? —le pregunté sonriendo divertida ante sus muecas.

Luego de que me cambiara así http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=57624851, salimos del hotel para caminar hasta el restaurante misterioso del que Justin habló pocos segundos.

—Comenzaba a echar de menos esos centímetros de más —comentó divertido Justin. Yo reí.
—También yo —hablé—. Extrañaba mis pies en puntas.
—Gracias a Dios el restaurante está hasta la plaza de San Marcos, así que son como 5 cuadras.
—Gracias a Dios —repetí sus palabras entre risas. Él me abrazó por la cintura, acercándome a él.
—Lindo 16 de febrero, ¿no? —me sonrió.
—Me has hecho acordar —hablé. Él me miró raro.
—¿De qué? —al parecer a él también se le había pasado.
—Por empezar que olvidé decirte feliz día el 14 —le sonreí avergonzada. Él también.
—También lo hice —murmuró.
—Y lo segundo es que la semana entrante es tu cumpleaños número 22, mi amor —él me miró y sonrió divertido—. Aún no he planeado tu regalo —mentí. Él rió.
—Mejor, porque no quiero un regalo —pues, quiera o no lo tendría.
—Voy a darte uno igual —le anticipé. Él frunció el ceño.
—Eres terca —me describió.
—Tal como tú cuando yo digo que no quiero regalos —era cierto, ninguno de los dos asimilábamos un no.
—¡Ya, me lo merezco! —sobre actuó teatralmente. Yo reí ante su voz dramática.
—¿Te has percatado de que estamos yendo a cenar cuando el crepúsculo cae en Venecia y no hemos visto ese hermoso acontecimiento? —le pregunté.

Todo a nuestro alrededor se veía naranja, amaría ver un crepúsculo en alguno de los canales de la hermosa ciudad, creo que sería lo más romántico del mundo. Los pocos árboles que teníamos alrededor se alzaban, no muy altos, y se sacudían con suavidad, dejando pasar una suave y congelada brisa por las calles italianas. Amaba estar en Venecia.

—Pues, prometo que mañana iremos a las góndolas a verlo desde allí —me aseguró él. Yo le sonreí.
—¡Genial! —exclamé. Amaba esa idea.
—¿Por qué te gusta tanto Venecia? —era una pregunta que nunca antes alguien me había hecho, y en realidad no tenía una respuesta tan estrafalaria y profunda.
—Pues… ¿has prestado atención a sus edificios? —él asintió— Amo que estén diseñados a la antigua, amo sus calles, sus palacios, el sin fin de historias que me imagino. No lo sé —me encogí de hombros divertida—, ¿no crees que hace muchísimo tiempo aquí pudo existir la historia de amor más perfecta? Quizás, había bribones de esos que iban a los calabozos y luego para salvar sus vidas intentaban hacer reír al rey vestidos de sonsos. No lo sé —repetí. Él sonrió divertido—, me gusta por su historia y su clase antigua.
—¿Te gustaba historia en el colegio, no? —me preguntó.
—Más que ti, seguro amor —él rió apretujándome contra su cuerpo.
—¡Oye! —protestó divertido— no es que no me gustara, pero veía más divertido jugar vídeo juegos detrás del libro —Justin y sus ideas.
—Lo sé, lo sé —murmuré—. Por eso mismo ni siquiera sabes los continentes —bromeé.
—Pues, ¿para qué quiero hacerlo? —su orgullo habló. Yo reí.

Llegamos, luego de caminar unos cuantos minutos, al restaurante. Justin pidió una mesa, y aunque logró después de varios intentos que entendieran su pésimo italiano, cuando me dispuse a hablar, ya lo habían entendido. Nos dieron una mesa para dos, sin reservación por supuesto. Teníamos una excelente vista de la plaza de San Marcos, por donde todavía algunas personas caminaban apresuradas y otras, simplemente quedaban a sentarse en una banca para admirar los últimos rayos de sol o para esperar a alguien más.

—La pasta está buena —comentó Justin luego de probar su primer bocado.
—Es Italia —le recordé—. Aquí comen mucha pasta.
—Y pizza —añadió él y sonrió sonsamente.
—Sí, es cierto —murmuré y le devolví la sonrisa—, estaba pensando en algo.
—¿En qué? —preguntó como diciendo: “si no me dices, no sabré que piensas”.
—Pues, ¿a Jessica le gustará el francés o algún otro idioma como a mí? —le comenté mi pensamiento.
—No lo sé —se encogió de hombros. Claro, ni él ni yo lo sabíamos—. Pero sí sé que quiero que Jessica vaya a una escuela de artes —afirmó—. Bueno, si es que tiene dotes de cantante, pintora, actriz o bailarina —aclaró.
—Ya te dije, Justin —repetí mi idea—. Si Jess quiere hacerlo, lo hará. Si no, no lo hará.
—Lo sé, mi amor —habló con una dulce voz—, pero ¿tú crees que a Jess no le gustará la música, al menos? —preguntó.
—Pues… no lo sé —quizás sí, quizás no.
—Linda, lo lleva en la sangre —sí, eso era cierto.
—Pues, sí. Aún así, no lo sabemos —le informé—. Si va a gustarle que sea natural, porque no hay nada peor de que te obliguen a hacer algo o que te guste algo.
—Sí, tienes razón, mi amor —me sonrió.
—Finalmente, Jess de mi parte tendrá la libertad que desee para decidir sobre qué hacer de su futuro. Mientras tanto no se perjudique, yo la apoyaré —porque después de todo, es el roll de una madre.
—Y yo —afirmó Justin—, aunque seré demasiado celoso. Lo doy por seguro —y eso sí que no lo dudaba.
—Créeme que a eso no lo dudaría nunca, mi amor —por un cierto lado, amaba que él fuera celoso.
—Oye, hablando con honestidad, también tienes celos a veces —habló divertido. Yo fruncí el ceño—. Y no lo niegue, señora Bieber —añadió hablándome con formalidad.
—¡Qué bien suena que me digas señora Bieber! —hablé divertida— Amo llevar tu apellido.
—Pues, yo seré Justin ___________(tu apellido) —reí energéticamente al escuchar eso.
—¡Estás loco! —hablé— Aquí solo la mujer…
—Lo sé —interrumpió—. Pero es que suena sexy, linda —yo reí divertida.
—¡Estás loco! —afirmé.
—¿Por ti? —preguntó retóricamente y sonrió con orgullo y amplio—, ¡no es novedad, cariño!
—Oye amor —hablé luego de beber un sorbo de jugo—, olvidé comentar que antes de la boda Alison me dio la fecha en la que grabaré con Hazza.
—¿Enserio? —me preguntó sonriéndome—, ¿cuándo será?
—Pues, el 25 de agosto —le respondí—. Grabaremos en Malibú, así que…
—¡Genial! —exclamó sonriendo— iremos a la playa.
—Exactamente, eso —hablé yo sonriéndole.
—¡Oww, la primer ida de Jess a la playa! —habló emocionado.
—Es verdad —le sonreí divertida—, aunque… no creo que quieras ir a las grabaciones.
—Ya te imagino paseándote con él de la mano —frunció el ceño enojado—, ¡diablos! —indudablemente eran celos.
—¡Eres celoso, querido amor mío! —él sonrió ante mi acento sureño.
—Y lo sabes —murmuró—, por eso no entiendo cómo has accedido a grabar el vídeo del dueto.
—¡Justin! —protesté—, bien sabes que Harry es mi amigo.
—Sí, sí —aceptó a duras penas. Yo lo miré sonriéndole levemente—. Además, será una buena oportunidad para Ryan —él sería el director.
—Ryan y Rosadela —la estilista del vídeo—, se encargarán de que se vea estético —afirmé—. Será más que genial, ellos tienen buenas ideas. Son creativos —y muy grandes amigos míos.
—Hay algo que me agrada en Harry —se sinceró Justin dejando de lado sus celos.
—¿Qué? ¿Bromeas? —pregunté incrédula, él asintió reafirmando que había algo que le agradaba de Hazza—, a ver, ¿qué es?
—Pues, cuando cometí el estúpido error de no controlar mis impulsos con Rosadela, él fue quien más te consoló —era cierto, Harry siempre estuvo ahí—, después de todo, permitió que no calleras.
—Es verdad —afirmé intentando no odiar a Rosadela, otra vez—. Pero, no hay broncas por eso. Creo que si las habría no estaríamos de luna de miel —bromeé. Él sonrió con culpa. Creo que esa sonrisa, cuando habláramos del tema, no cambiaría.
—Enserio, Harry, al igual que Niall, Zayn, Louis y Liam se portaron como grandes amigos —era cierto, más que cierto. Solo ellos me consolaron, pero Justin no tenía que atormentarse por ello.
—¿Vas a joderte toda la vida con eso, Justin? —le pregunté gracias a su mueca de arrepentimiento—. Ya sabes que eso pasó y que no volverá a suceder. Aprendí cosas buenas de ello y no voy a dejar que suceda otra vez —claro que no lo haría—. Ya olvídalo, déjalo ir.
—¿Cómo olvidar el peor error de mi vida, princesa? —habló afligido, como si hiciera solo días que había sucedido ello.
—También cometí errores, mi amor —y muchos—, pero si hay algo que aprendí de ellos es a verle el lado bueno y hacer lo posible para dejarlos ir y no cometerlos, otra vez. Y sabes… —guardé silencio dos o tres segundos, él miraba atento. Sonreí orgullosa—, eso lo aprendí de ti.
—Sí, quizás sí —sonrió sin afligirse—. Eso quiere decir que…
—Fuiste un buen maestro —lo interrumpí divertida. Él rió por lo bajo—. También aprendí a sonreír siempre y a “solo respirar” en las despedidas.
—Just Breathe —recordó sonriendo—. Como olvidar ese día en Canadá.
—A veces creo que… cada momento junto a ti o referido a ti, aprendí algo nuevo. Algo que me hizo más fuerte —y sí, así era. No tenía dudas al respecto. Él me había convertido en alguien fuerte.
—Pues, me siento orgulloso de que sea así, mi amor —habló y acarició mi mejilla dulcemente.


…Al día siguiente…


Habíamos ido a las góndolas, tal como me lo había prometido el día anterior. Pagó para subir a una y así lo hicimos, un hombre remaba en el “Gran Canal” de la ciudad italiana. El crepúsculo se presentaba frente nuestros ojos y a lo lejos la sombría silueta de el cementerio acuático de Venecia. Evadiendo el cementerio, ¡el paisaje era bellísimo!

—Sé que son pocas personas las que nos tienen fe —hablé rompiendo el silencio—. Para ser honestos, la mayoría cree que solo nos casamos porque estoy embarazada —y eso era absurdo. Estúpido, en realidad—. Pero, yo creo que será para siempre.
—¡Claro que así será! —exclamó él— No voy a alejarme.
—¡Pamplinas con que “si lo amas déjalo ir”! —exclamé, Justin rió levemente. Estaba abrazándome por los hombros y yo me encontraba recostada sobre su pecho—. Yo creo que si lo amas, lucharás por él con uñas y dientes.
—¡Claro que es así! —él pensaba como yo—. Jamás te dejaría ir, ___________(tu nombre) —besó mi frente con dulzura.
—Yo, no me iría —le anticipe.
—Tampoco yo —aseguró. Levantó mi rostro desde mi barbilla con su suave mano, dulcemente comenzó a besar mis labios. Amaba sus dulces besos. 

9 comentarios:

  1. awww perdon poly no llegue a comentar en los otros, los examenes me matan wiii soy la primera en comentar te adoro poly se que lo sabes pero te lo mereces, mereces que te lo diga todo el tiempo.
    YOP DAII

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  2. hola paula, que ha pasado?, por que ya no te conectas :(

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  3. Hey, Me encanto este capitulo :D Te lo digo de nuevo, Eres gran escritora

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  4. Poli me encantaron los dos últimos capitulos que subiste. Te quiero y lo sabes, ¿cierto? Bueno me voy que es nochesita :) Besos esponjositos para ti

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  5. ola poly se que no he comentado desde ase un monton por que no he tenido mucho tiempo por la escuela pero no he dejado de leer tu nove enserio es hermosa y no la dejare de leer asta el fin y aunque no comente reuerda que siempre leer tu novela por que es H E R M O S A <3 como siempre me encantan los capitulos y siguela pronto...
    Sarahi (de mexico) besos cuidate <3 :D

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  6. Creí ya haber comentado desde el sabado ¬¬' pero veo que mis comentarios se los han raptado los ovnis u.u
    Llevo algo de prisa Polí porque entre semana me limitan el tiempo en el ordenador. Aún así sabes que cada capitulo es oro puro y a mi me encantan. Te adoro y se que lo sabes pero quiero recordartelo :) Otra cosa, sobre la twicam y eso...me encanta!!!
    Solo que sea un sabado, ¿vale? Es que entre semana no puedo :(
    Bueno, de nuevo te quiero mucho hermanita belieber.
    Besos :)

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  7. Hola,soy una lectora tuya desde hace tiempo y queria decirte que me encanta tu novela y que no la cambies.Tambien queria proponerte que como tu tienes una novela maravillosa,podrias darme tu opinión sobre la mia,si puedes:
    http://tuvidajuntoajustinbieber.blogspot.com.es/
    P.D:¡Soy una gran fan de Justin Bieber!Lo amo.
    Besos.

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  8. Por cierto,antes me olvidé y me puse como anonimo pero soy Pao2011.
    Gracias.

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