miércoles, 25 de abril de 2012

Capítulo 186°: "Te prometo que todo ese dolor que pasaste voy a borrarlo".




No quería que esto acabara, ya no quería que la anestesia se fuera y sentir dolor otra vez. No quería separarme de él, aunque debiera hacerlo. Si era lo que debía hacer, quería morir en sus brazos con tal de contar con una sonrisa en el rostro. Pero simplemente, el beso terminó y todos esos sentimientos negros y ese vacío regresó a mí, como una ola de dolor y golpes.

Tú amor es mi vuelta de página, donde solo quedan escritas las palabras más dulces”—murmuró Justin estando a unos escasos 5 milímetros de mis labios—. Te elijo a ti, cariño. Si aún estás dispuesta a volver conmigo y casarnos en unos meses, te elijo a ti —mi corazón latía más rápido de lo normal y necesitaba besarlo otra vez. Era justo lo que esperaba.
—Justin, ¿todo será igual? —saqué a luz mi duda. No quería que si volviéramos las cosas cambiaran, no soportaría eso.
—Claro que sí, mi amor —aseguró acariciándome la mejilla—. Todo será igual, porque te amo igual o más que antes —sonrió levemente, creo que ya su corazón tenía la esperanza de volver a tenerme, igual que el mío de tenerlo. Yo solo sonreí—, ___________(tu nombre), ¿serías mi novia? —mi corazón se paralizó, el alma me había vuelto al cuerpo.
—Sí —sonreí ampliamente—, volveré a confiar en ti y en tu amor.
—Te amo, linda —murmuró acortando los escasos milímetros que nos separaban. Sus labios me besaron suavemente, pero fue un corto beso. Muy corto para lo que yo deseaba.
—También te amo —respondí sonriendo pegada a sus labios aún.
—Vamos —me indicó sobre mis labios—, vamos a casa.
—¿A dónde? —cuestioné separándome de él.
—Donde esperaba vivir el resto de nuestras vidas, alejados de todos —claro, la “nueva casa”.
—Vamos —acepté—. Pero mañana debo irme a casa, ¿va?
—Está bien —aceptó él.

Salimos de la fiesta, lo que menos me preocupó fue saludar a Jaden. Mi prioridad ahora solo era dormir entre los brazos de Justin, otra vez, como tanto anhelé durante estos meses. Subimos a mi auto, él conducía. Dijo que dejaría el de él allí y que Jaden se lo llevaría mañana. Comenzó a conducir, mientras nos alejamos dos o tres calles el silencio fue protagonista del rodaje por la calle. Hasta que me incliné sobre el asiento y encendí la radio. Malditos, justo sonaba mi nuevo single: “I can be decent”.

—¡Odio esa canción! —exclamó Justin— Y espero que los rumores no sean verdad.
—El vídeo ya está filmado —logré murmullar sin empezar a reír nerviosamente.
—¿Es tan sexy como dicen? —cuestionó él. Claro, Justin y sus celos, sin ellos él no viviría.
—Solo un poco —me limité a no decir la verdad, solo a minimizar las cosas.
—¡Espero no verte hacer cosas como se rumorean! —exclamó, yo solo reí por lo bajo. Extrañaba esto.
—Te extrañé, mucho, Justin —murmuré. Él sonrió orgulloso sin dejar de ver el camino. Mi teléfono comenzó a sonar, raro, ¿quién llamaría a la 01:00 a.m.? Tomé el teléfono y respondí.

#Vía telefónica#
—¡Hi, we’re One Direction! —dijo una voz bastante familiar.
—¡Hazza! —exclamé sonriendo.
—¿Cómo estás, amiga? —preguntó él. Vi como el ceño de Justin se fruncía levemente.
—Bien, muy bien —ahora mejor que nunca—. Estoy feliz de la vida, ¿tú?
—Bien —respondió—. Aunque echo de menos estar de gira, ¿por qué tan feliz? —cuestionó él.
—Es que… regresé con él —Harry sabía perfectamente a quién me refería con “él”.
—¿Enserio? —notaba su alegría—, me gusta eso. Me gusta saber que estas bien ahora.
—¿Y tú? —me refería a Caroline, ellos iban mal—, ¿qué sucedió con Caroline?
—Pues, todo mal, manita —sí, así me decía. Manita, de hermanita. O a veces solo me decía Mana.
—Cuéntame, ¿ella ya no regresará? —cuestioné yo.
—No, Manita. Ella ya no regresará —se lamentó Harry. Me daba lástima, él era un buen chico.
—¡Uf! Ella se lo pierde, Harry —claro que sí—, pero descuida. Llegará alguien mejor —o eso es lo que todos esperamos alguna vez.
—Gracias, Mana —murmuró él—. Oye mañana hablamos, ¿ya?
—Ya —acepté—. Mañana te marco.
—Un beso, Mana.
—Adiós, Hazza —saludé y él colgó la llamada.
#Fin vía telefónica#.

Vi como el ceño de Justin se descomprimía levemente, ¡era un jodido celoso!

—¿Quién era? —cuestionó lo obvio.
—Harry —respondí mientras guardaba mi teléfono.
—¿Styles? —cuestionó él. Ven, era celoso.
—Sí, él —respondí otra vez.
—¿Se hicieron amigos? —murmuró Justin. Creo que estaba haciéndome de esos cuestionarios que te hacen tus padres cuando llegas de afuera de casa.
—Viví casi 3 meses con ellos, claro que sí —afirmé. No esperaba otra, no iba a llevarme mal con ellos.
—Jodidos —murmuró entre dientes. Yo solo aclaré mi garganta.
—Va, no seas celoso —le pedí. Él sonrió levemente.
—Lo lamento, pedo debo compensar 3 meses de celos inamovibles —me recordó. Sentí una pequeña punzada en mi corazón. Pero, rápidamente desparramé su presencia con una sonrisa.
—Te extrañé —repetí otra vez—. Cada noche soñé con un llamado tuyo que dijera: “te elijo a ti”. Pero… luego enviaste la carta, pidiéndome que regresara, como si la culpa hubiese sido mía —sonreí amargamente y bajé la mirada—. Pero, ya pasó.
—Y aún sigo retorciéndome en mí mismo, como un idiota. Fui un completo pendejo —se culpó a sí mismo.
—Justin, ya es pasado —le recordé. Aunque doliera y sé que nunca se olvidaría, era pasado. Un estúpido y doloroso pasado—. Solo importa vivir el presente, ser y seguir siendo lo que somos.
—Y ¿qué somos? —cuestionó él por lo bajo, como queriéndose asegurar de algo.
—Somos la muestra exacta de que el verdadero amor, sí existe —y es más fuerte que todo y todos.

Llegamos a casa después de casi 1 hora de “viaje”. La madrugada estaba encantadora, ver nuevamente todos esos árboles alumbrados solo por la gran luna llena de hoy, era perfecto. Solo me remontaba a pensar en esas estrelladas noches de septiembre, cuando las estrellas son partícipes de esas dulces y perfectas historias de amor llevadas a la pantalla grande. Me gustaba imaginarme mi vida tan dulce y perfecta como en esos cuentos; no sería malo que sucediera. Pero aún así, sin darme cuenta es lo que sucede. Todos los días de mi vida, están convirtiéndose en parte de mi cuento de hadas, el simple cuento, la simple historia, de la muchachita de 14 que sufre por amor, pero así encuentra al amor de su vida. Estoy orgullosa de saber que mi príncipe azul, es Justin.

Bajamos en casa, luego de que él aparcara. Entramos, todo seguía igual desde aquel día en que me fui, no creo que Justin haya estado mucho más de un mes aquí. En realidad, dudo mucho que así haya sido. Luego de entrar y cerrar la puerta, nos acomodamos en el sillón de la sala, sin importar que fueran casi las 02:30 de la madrugada.

—El amor lo puede todo —aseguró Justin, yo solo sonreí levemente.
—También lo creo así —si no, no estaría con él ahora.
—Te amo, ___________(tu nombre) y nunca voy a perdonarme haberte hecho sufrir tanto —de alguna forma, sentía que todo lo que él decía me reconfortaba más y más.
—Cada día que pasaba lejos de ti, moría más y más —suspiré intentando no llorar, aunque estuviera bien—. Justin, prométeme que no pasará más. Que ya nadie podrá separarnos, que seremos felices —le pedí mientras tomaba sus manos entre las mías, sin dejar de verlo a sus ojos miel.
—Te lo prometo, princesa —me sonrió ampliamente—. Te prometo que todo ese dolor que pasaste voy a borrarlo.
—Te creo, Justin. Creo en ti —como siempre lo hice. Como siempre mi corazón, se encargó de hacerlo.
—Prometo no fallarte, lo prometo —murmuró acercándose a mí.
—Te amo —suspiré mientras me abstenía otra vez al impulso de tirarme sobre él—, te amo, Justin.
—Te amo —repitió él rosando nuestros labios. Entonces, otra vez volvió a besarme.

…Al día siguiente…

Desperté feliz, entre los brazos de Justin; lo que tanto había deseado muchas noches anteriores. Miré mi reloj sin hacer tanto barullo, eran las 10:00 a.m. De un salto me levanté despertando a Justin.

—Buenos días —me saludó. Extrañaba oír su voz en las mañanas, adormilada.
—Buenos días, Just —saludé yo, sonriendo.

Besó mis labios y sin nada más que decir me metí en la ducha, luego me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47757579&.locale=es, con lo que encontré aquí en el armario. Me arreglé el cabello y salí. Justin estaba sentado en el borde de la cama y cuando me vio salir, rápidamente levantó la vista.

—¿Ya te vas? —preguntó Justin revolviéndose el cabello.
—Debo ir con mamá, sabes ella ya entró en fecha y en cualquier momento va a dar a luz —le recordé, mientras me arreglaba las pulceras.
—Oh —sonrió levemente sin dejar de mirarme con atención—, te has cortado el cabello —murmuró.
—Sí —afirmé yo moviéndolo levemente—, ¿qué dices?
—Me gusta —respondió—. Todo se te ve bien, lindura.

Mi teléfono comenzó a sonar, lo tomé y era un mensaje: “Ven en el primer vuelo a Atlanta, mamá está internada para dar a luz”. Era Michael, ¡mierda! Mamá no llegó a Los Ángeles.

—¡Justin! —exclamé— date una ducha, rápido —ordené. Él rascó su cabeza extrañado y arqueando una ceja, como confundido.
—¿Qué es lo que sucede? —preguntó adormilado, con sus ojos entrecerrados poniéndose de pie.
—Mamá, está internada para dar a luz —respondí mientras intentaba encontrar mi bolso en la habitación.
—¿Enserio? —cuestionó él despabilándose de golpe.
 —Sí —murmuré—. Debemos ir lo más rápido posible al aeropuerto y comprar dos pasajes hacia Atlanta —claro, si es que él vendría.
—Me doy una rápida ducha y vamos —me informó él encaminándose al baño.

Mientras Justin se duchaba metí en una maleta algunas prendas que quedaban todavía aquí de los dos. Tomé los pasaportes, documentos del bolsillo de Justin y los metí en mi cartera. Me maquillé un poco, debía estar “presentable”, apuesto a que la prensa hoy nos atosigaría a mí y a Justin. Claro, nos verían otra vez juntos.

Justin terminó de bañarse y salió vistiendo jeans, remera blanca y supras negras. Condujo hasta el aeropuerto y allí pedimos dos boletos al próximo vuelo a Atlanta, gracias a Dios solo era en 20 minutos y había asientos libres en primera clase. Compramos dos y nos fuimos por un frappuccino a Starbuks. Justin pidió uno de caramelo y yo el sabor original.

—Linda, ¿tu mamá está bien? —preguntó Justin. Lo sé, mamá estaba cerca de los 43 y es raro que una mujer a esa edad dé a luz sin complicaciones.
—No lo sé —Michael había evadido esa parte en el mensaje—. Michael no comentó nada de eso en el mensaje. Fue muy sintético —más de lo debido.
—Imagínate cuando tú estés en lugar de ___________(tu mamá) y yo de ___________(tu papá) —sonrió levemente y le dio un sorbo a su frappuccino.
—No puedo hacerlo aún —sonreí levemente, algo divertida. Aunque me dolía hablar de eso, nunca olvidaría a ese bebé que nunca pude dar a luz—. Siento todo muy prematuro.
—Estoy feliz por tus padres —murmuró él mientras me veía beber de mi bebida helada.
—También yo —sonreí complacida—. No creí volver a ver a mis padres juntos otra vez.
—Ojalá mis padres pudieran estar juntos —deseó él—. Pero el tiempo pasó demasiado rápido. Papá está bien con su mujer y mamá está feliz con Richard. No dejaría que Jazzy y Jaxon pasen por lo que yo cuando mis padres no estaban juntos —su corazón era tan grande y puro.
—Amas a tus hermanos —claro, era obvio.
—Como tú a los tuyos —murmuró él mirándome atentamente.
—Es distinto —suspiré algo dolorida—. No son de mi sangre, yo… por más que quiera, tengo otros genes. Otra sangre corriendo en mi piel.
—¿No has pensado en buscar a tu madre? —era rara la pregunta de Justin, no lo había pensado nunca.
—¿Para qué? —pregunté amargamente— ella no me quiso. Ella me abandonó en casa de mis padres.
—Quizás no podía tenerte —claro, es la escusa de todas, ¿no?
—Era una adicta con problemas penales —o eso era lo que mis padres dijeron.
—Te ayudaría a encontrarla si es lo que quieres, linda —me informó Justin. No lo sé, no quería encontrarla, ¿para qué lo necesitaría con 19 años y la vida, casi, resuelta?
—¿De qué serviría? —cuestioné frunciendo el ceño.
—Simplemente, para ver de quien heredas tremenda belleza —puede que sí, porque de ___________(tu mamá) y ___________(tu papá) no podía ser, ya que siendo adoptada sería descabellado parecerme a alguno de ellos. Un caso imposible. La duda de saber de quién había heredado mi cabello ondulado castaño, mis ojos cafés, mis labios perfectamente delineados, mi sonrisa amplia, mis pestañas rizadas y negras como la noche, mi altura no muy baja ni muy alta, mis piernas estrechas pero adorables, mis curvas voluptuosas.
—Quizás la duda se despierte como una fierecilla rasgando mi mente ahora, pero… no creo que sirva de mucho más que para problemas familiares, Justin —claro que no, para más no serviría—. Ya no quiero pelear con mis padres, ya no resisto tanto como antes —era más débil.
—No debes porqué pelear con ellos —él cree eso, vaya a saber qué opinan mis padres.
—Quizás mis padres no crean igual —y eso no sería de mi gusto. Al contrario, odiaría pelearme con ellos, otra vez.
—Vuelo “CDF-116” con destino a Georgia — Atlanta, por favor abordar por la puerta número 13°, llamado número 1 —avisó la voz de los parlantes.

Nos levantamos de la silla y con el papeleo ya hecho nos subimos al avión. Nos sentamos en nuestros asientos, gracias a Dios íbamos solo de a dos y no era por ser descortés, era por privacía y seguridad. Luego de casi dos horas nos encontrábamos en Georgia, hacía mucho no venía aquí. Al llegar tomamos un taxy y nos dirigimos al hospital. Al llegar, nos mandaron a obstetría.

—¡Mich! —exclamé. Estaba agotada, los viajes en avión (por más cortos que sean) lograban cansarme más de lo común.
—¡Hermana! —murmuró él y se puso de pie. José me sonrió ampliamente y me abrazó. Papá seguramente estaba dentro con mi madre, creo que era parto natural.
—Hola, chicos —saludó Justin.
—Hola José —saludé yo.
—Hola —saludó mi hermano menor.
—¿Mamá, como está? —pregunté vacilando. Necesitaba una respuesta.
—Está bien —respondió José sin soltarse de mi cintura—. Está muy bien, dicen que Lola llegará en perfecto estado y mamá estará muy bien también.
—¡Me alegra eso! —suspiró Justin sonriendo ampliamente.
—¿Cuánto tardarán? —cuestioné ansiosa. Moría por tener a la pequeña en brazos, así no sea mi hermana de sangre tampoco, la amaría como una. Tal como lo hago con mis hermanos.
—No lo sé —respondió el novio de mi estilista (bueno, ahora ex estilista), mi hermano Michael.
—Mierda, no soy paciente —murmuré mientras me soltaba de José y atravesaba por detrás de mi novio, para sentarme en una de las sillas.
—Deberás tener paciencia —me recordó Justin, mientras se sentaban todos a mi lado. Justin a mi derecha, Michael a mi izquierda y José a la izquierda de Mich.
—Lo sé, no hay mucho por hacer —murmuré ceñuda, Justin rodeó mis hombros con su brazo y yo me recosté.
—¿Ustedes no estaban peleados? —cuestionó confundido mi hermano menor. Justin sonrió inquisitivamente.
—Pero ya estamos otra vez —me limité a responder. José bamboleó la cabeza como diciendo: “estos muchachos”.
—Ya lo entenderás —le comentó Justin—. Solo tienes 16, yo conocí a ___________(tu nombre) con 17 y mírame, voy a casarme con ella. Cuando eso te suceda, entenderás nuestro ir y venir —le explicó Justin. Yo solo sonreí mirando sus ojos.
—Son raros —balbuceó mi querido hermano mayor.
—¿Nerea no vino? —cambié drásticamente de tema.
—¿Ya la extrañas? —bromeó José entre risas.
—Sí, viene luego —me respondió mi hermano.
—Y… no, no la extraño, enano —respondí a mi hermano de 16.
—¿Ya has conseguido nueva estilista? —preguntó Michael. De repente vi como la cara de Justin se tensaba a penas.
—Sé que Alison trabajaba en ello, pero dudo tener a alguien que pueda remplazara a Nerea —respondí más centrada en el rostro de mi flamante novio.
—Nerea era eficiente —la halagó su hermano.
—No cuando le calzaba esas mayas que odiaba —musitó Justin frunciendo el entrecejo. Yo solo reí levemente, aún me preocupaba la tensión en su rostro cuando mencioné lo de la nueva estilista.

Una mujer cuarentona de cabello perfectamente recogido bajo esa boina que usan las enfermeras de operaciones, cirugías o partos color verde menta apareció tras abrir la puerta blanca de la sala de partos. Una enorme sonrisa se dibujaba en sus carnosos labios color rosa pálido. El sonido de sus zapatos blancos de enfermera repiqueteó sobre el encerado suelo blanco mientras lográbamos mis hermanos, Justin y yo ponernos de pie tan rápido como fuera posible.

—La niña es la beba más adorable que he visto en años —murmuró la mujer—. Felicitaciones, han tenido una hermana bellísima.
—¿Todo está bien, nuestra madre? —preguntó José desesperado. Es que ningún doctor acreditó fe antes de que mamá saliera muy bien de esta. No siempre una mujer de cuarentaitrés sale bien de un parto natural.
—Su madre está de maravillas junto con la bebé, a la cuál mencionó llamar Lola Courtney ___________(tu apellido) —leyó de la planilla la cuarentona.
—Muchas gracias, señora —murmuró Michael, Justin y yo solo escuchábamos atentamente.

Luego de que nos dejaran entrar y comprobar con nuestros propios ojos de que Lola era realmente hermosa, con Justin decidimos irnos a casa de mis padres al menos por una taza de té helado o algún bocadillo que pudiera hacernos saciar el hambre hasta que la hora de la cena llegaba, porque ninguno cargaba con el gusto de almorzar a las 02:30 de la tarde.

—¡Muchachos! —gritó uno de esos hombres mientras 3 o 4 más portadores de esas cámaras corrían hacia nosotros. Intentamos apresurarnos, pero no funcionó—, ¿están juntos otra vez?
—…






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Chicas, responderé en la próxima entrada, estoy con prisa. Las amo (: Gracias, hermosas. Prometo responder en la próxima entrada, enserio :)



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—Poly—





P/D: COMENTENN!

lunes, 23 de abril de 2012

Capítulo 185°: "Tu amor es mi vuelta de página, donde solo quedan escritas las palabras más dulces".




Entré a mi casa, quién sabe por qué tenía la necesidad de ducharme y cambiarme otra vez. Me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47598275&.locale=es, me arreglé el cabello, me maquillé un poco y tomé las llaves de mi coche. Al salir de casa camino a abrir la cochera, Justin y Rosadela salían de casa de él. Al verme, Justin quedó parado, viéndome como un estúpido. Solo me acomodé un poco la falda y seguí caminando. Abrí el portón y me subí en mi hermoso audi TT. Encendí la radio, ni siquiera me percaté de qué música estaban pasando. Solo di marcha atrás y bajé a la acera. Miré por el retrovisor, ellos seguían viéndome. Esta vez, ella también. Solo aceleré y me largué a conducir. Si había algo que iba a hacer, era cambiar. No iba a llorar más a Justin, eso era claro.

Bajé en el centro comercial, solo cabe mencionar que compré muchas cosas, mucha ropa. Entré en una de las peluquerías y, sí, me corté el cabello. Me lo corté corto, debajo de la oreja, antes de los hombros (así como Selena, cuando se hizo carré, ¿lo recuerdan?). No me importaba que fueran a decirme, a mí me gustaba.


Narra Justin:


¿Qué sucede Justin? —me preguntó Rosa mientras acariciaba mi mejilla. Estábamos en la sala de casa.
No, no es nada, Rosa —intentaba quitarme la imagen de ___________(tu nombre) de la cabeza, pero no podía.
Justin, no soy sonsa —me informó ella—, podrías decirme lo que sucede ¿no?
Es solo que… —suspiré—. Enserio, no es nada —preferí retractarme.
Es ella, ¿no? —creo que Rosa se refería a ___________(tu nombre).
¿Por qué preguntas?
Desde que la has visto, no has dicho nada y estas así, raro —me explicó ella y se me quedó viendo, esperando respuesta.
Lo lamento Rosa —me disculpé sacudiéndome el pelo—. Es que… no estoy acostumbrado a estar lejos de ella aún.
No la has olvidado, ¿verdad? —preguntó ella. Claro que no.
Para serte sincero, Rosa, no —respondí.
Ella tampoco lo ha hecho —me aseguró la morena.
¿Cómo lo sabes? —cuestioné yo.
Cuando se bajó esas dos semanas de la gira, yo entré a trabajar en su equipo de estilistas, quizás ocupe el lugar de Nerea. Ella no me vio, es decir no tuve contacto con ella, pero… no la veía bien. No estaba radiando felicidad como cuando estaba con ella —esperen, ¿Rosadela trabajando con ___________(tu nombre)? Mi querida Smilove va a matarme.
¿Trabajarás con ella? —cuestioné confundido.
Si quedo con el empleo me será más que útil para entrar en la universidad —me confesó.
Ella… debe odiarte —murmuré. Rosa sonrió amargamente.
Deberías ir con ella —sus palabras me dejaron totalmente helado.


Narra ___________(tu nombre):


Era la noche y llegué a casa. En el porche de mi casa encontré un ramo de rosas, blancas. Y debajo del ramo bombones. Los alcé y muy sorprendida, atónita y confundida entré con eso en mis manos. Me senté en el sillón e intenté buscar una tarjeta o algo, pero no tenía dedicatoria ni tarjeta, nada.

…Al día siguiente…

Me levanté a las 08:00. Me levanté con mucha flojera. Había extrañado mi cama, en realidad… extrañaba, aún, despertar con Justin todas las mañanas. Me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47605741&.locale=es. Me peiné y simplemente no intenté maquillarme, no tenía ganas. Tomé mi teléfono y bajé. Desayuné solo una manzana y un vaso de agua. Aún no podía quitarme la inquietud de las flores y los bombones de anoche, ¿quién sería? Quizás, Ryan. Tocaron el timbre, reiteradas veces. Entonces, rápidamente me dirigí a abrir la puerta.

¡Jaden! —exclamé sorprendida, no esperaba verlo aquí hoy.
Hola, ___________(tu nombre) —me saludó simpáticamente.
Pasa —le indiqué haciéndome a un lado. Él entró y yo cerré la puerta—, ¿qué te trae por aquí?
Vine a ver como estabas —sonrió.
Ojalá pudiera responderte esa duda —sonreí amargamente mientras nos sentábamos en los sillones.
Me contó Bieber que te vio ayer —murmuró Jaden, dudoso mi respuesta.
Sí, cuando salía él me vio —afirmé.
¿Ibas a cambiarte el look? —preguntó divertido, era simpático y con un gran sentido del humor.
De hecho sí —reí por lo bajo—, ¿te gusta?
Se ve bien —afirmó Jaden.
Eres el primero en verlo —nadie de mi entorno lo había hecho todavía.
No me sorprende una cosa así cuando tu hermana se rapa la cabeza a los 12 años y se pinta el cabello de verde —se encogió de hombros como si nada sucediera. Yo solo reí.
Willow tiene swag.
Eso dicen —sonrió—. Oye, venía para invitarte a la fiesta que daré hoy por la noche en casa —me informó.
Oh, quizás vaya —la posibilidad de que no vaya pasaba por ver a Justin con Rosadela. No quería eso.
¿Quizás? —cuestionó actuando desesperación Jaden, era un genial actor. Como su padre—, ¡Nada de eso, señorita! Irás a mi fiesta.
Está bien —sonreí—. Iré a tu fiesta.
Oh, casi lo olvido. Es de disfraces, así que deberás ir disfrazada, pero disfraz con mascara o antifaz —sonrió maliciosamente.
Está bien, Smith —volví a aceptar.


El día pasó rápido. La fiesta comenzaba a las 21:00, así que antes de esa hora, me duché, me peiné tal como una princesa y me puse mi disfraz, obviamente de princesa, http://www.polyvore.com/disfraz/set?id=47610444. Tomé mi teléfono y conduje hasta casa de Jaden, allí se daría la fiesta. Bajé y entré.

¡___________(tu nombre)! —exclamó Ryan mientras se acercaba sonriendo.
Hola, Riri —saludé. Me sonaba raro, él no estaba enojado, ni parecía estarlo. Era raro.
¿Te invitó Jaden? —cuestionó sonriendo mientras se frenaba frente a mí.
Sí —respondí—, eres un superhéroe ¿no? —cuestioné divertida.
Sí, su majestad —me respondió él divertidamente.
¿Has visto a Jaden? —debía saludarlo al menos, ¿no? Solo por cortesía.
Estaba junto a la barra —murmuró Ryan buscando con la mirada a Smith—. Ven, vamos a buscarlo.
Ya —acepté, él jaló de mi mano haciendo que comenzáramos a caminar.
¿Qué tal te ha ido en tu regreso? —cuestionó para no quedar en “silencio”. No sé que tanto silencio, si después de todo la música era fuerte.
Pues, nada mal —sonreí. Simplemente decía, mi regreso fue un fiasco. Me separé de las únicas personas que me podían hacer sonreír, One Direction, y al llegar veo a Justin con su querida Rosadela, ¿algo mejor?
¿Nada mal? Esperaba que digas, que estuvo genial —me miró inquisitivamente.
Ah, psss… solo extrañaré a mis amigos —sonreí tímidamente, gracias a Dios, no debía seguir hablando. Estábamos a solo dos pasos de Jaden.
¡Chicos! —exclamó sonriendo—, viniste —se dirigió a mí.
Of course —murmuré divertida. Él me sonrió detrás de su antifaz.
¿No beben? —cuestionó pasándonos dos copas, en realidad no. Odio ese jodido dolor de cabeza después de una copa de alcohol. No quiero imaginarme la migraña que siente aquel que vive alcoholizado.
No, gracias —dije yo. Ryan solo agarró la copa, sin decir nada.
Estás muy linda, princesa —me halagó Jaden. Ryan solo carraspeó la garganta.
Pendejo —murmuró divertido.
¡Oye! —protestó Jaden. Yo solo reí.
Gracias, Jaden —le respondí yo.
¿Bailamos? —cuestionó divertido Ryan.

Comenzamos a bailar en medio de la pista, era divertido ver los movimientos de Jaden y más aún los de Ryan, ¡era muy gracioso! Bailamos un buen rato, al compás de unas cuantas canciones, hasta que se armó el “Bebe y traga”. No entendía mucho del tema, casi no asistía a fiestas privadas, ni nada de eso. Era más de las que prefería dormir, sí con 19 años soy de esas. Entonces, dos muchachos, calculo que amigos de Jaden, se pusieron en medio de la pista de baile, se formó una gran ronda, todos aplaudían y gritaban como locos.

¿No juegas? —cuestionó Willow mirándome con una sonrisa en la cara.
¿A eso? No, gracias —me negué. Creo que era absurdo beber así. Bebían vodka a más no poder. Era estúpido.
No, a eso no —me corrigió ella—. Ahora comienzan los duelos de baile, la mujer y el hombre que ganen serán el rey y la reina del baile.
Estoy de vestido, Will —así le decíamos de cariño. Sí, conocía a la muchacha de cabello verde a mi lado—. Además, me ganarán aquí.
¿No quieres ser la reina del baile? —cuestionó ella sonriendo pícaramente.


Narra Justin:


Aún no había llegado a la fiesta de mi querido amigo Jaden. Rosa, simplemente, terminó hoy conmigo. No a malos planes, solo dijo que yo debía estar con quien me hiciera feliz completamente, no con alguien que solo me pareciera atractiva. No había encontrado otro disfraz más que el de príncipe, odiaba la idea, pero no me quedaba otra opción. Al llegar a casa de Jaden, aparqué donde encontré lugar y bajé. Me encaminé a entrar y así lo hice. Cuando entré, dos muchachas bailaban sobre la barra, una vestida de azul, esas piernas se me hacían conocidas y la otra era Willow, lo decía por su cabello.

¡Justin, hermano! —me saludó Dan, un viejo amigo.
Hola, Dan —saludé yo estrechando la mano, sin dejar de ver a las de la barra.
¡Qué hermosuras! ¿no? —cuestionó divertido mi amigo, claro mientras veía a las muchachas sobre la barra bailar al ritmo de “Poker Face — Lady Gaga”.
¿Quién es la que no es Willow? —la de azul.
No lo sé —respondió—, andaba con Jaden hace un rato.
Oh.
Está de princesa —me miró divertido—, quizás sea la tuya hoy.
No lo creo —no creo que ella sea ___________(tu nombre), así que tampoco creo que pueda ser mi princesa.
¿Harás el concurso de baile? —me preguntó mi viejo amigo.
¿Hay duelo? —mascullé sonriendo.
Sí.
Competiré —amo competir.

Las muchachas terminaron de competir, Willow abrazó amistosamente a la muchacha de azul, comentaban algo que era casi imposible oír desde tan lejos. Más bien, era imposible con tanto barullo. Entonces Jaden, ayudó a la muchacha de azul a bajar, a la ganadora. Y le colocó una cinta blanca en su muñeca. Ella sonrió amablemente, esa sonrisa, así tenga antifaz y todo. Era igual a la de ___________(tu nombre), aunque no creo que ella esté aquí. Dan me jaló haciendo que me parara imponentemente ante el retador.

Bien, muchacho —habló—, conoces las reglas.
Cuando prefieras comenzar —murmuré.

El duelo comenzó y, a mi parecer, lo había hecho trizas. Entonces Jaden, mi flamante mejor amigo, llegó con una banda blanca para la cabeza, atándomela en la frente.

Bien hecho, bro —sonrió ampliamente, como diciendo que yo había planeado ganar.
Jaden…
¡No hay tiempo de charla! —me gritó él. Jalándome donde la ganadora del concurso femenino.
Es hora del lento —masculló el dj—. A ver, los reyes —entonces Jaden hizo que me enfrentara a la muchacha de vestido azul. Era verdad, estaba disfrazada de princesa. Y… cada vez me aseguraba más de que era ella, era ___________(tu nombre).
Hola —saludé tímidamente, esperando que fuera su voz la que hablara.
Hola —afirmativamente era ella, dudo que no me haya conocido.
¡Es hora de bailar! —exclamó Jaden y la música se cortó. Éste nos empujó a los dos de modo que chocáramos levemente.

Ella tambaleó gracias al suave impacto, yo solo reaccioné de rodear su cintura con mis manos. Era ella, estaba más que seguro, claro que era ella. Jaden sonrió cómplice de alguien o de mí quizás. Como si todo habría estado planeado. La música comenzó a sonar, “Unchained Melody — Righteous Brothers”. Sus brazos tímidamente se enredaron en mi cuello y mis pies comenzaron a moverse lentamente al compás de ese clásico lento. Estaba lleno de miedo, nervios, coraje contra mí mismo. Fui un completo idiota y odiaría que ahora fuera tarde para repararlo todo.

Lentamente su cabeza fue cayendo sobre mi pecho, mis ojos se humedecieron rápidamente. Hundí mi nariz entre su cabello, olía a jazmines con un toque de rosas, como siempre. Su piel era cálida, tanto o más como antes. Me sentía en casa, sentía esa satisfacción que solo alcanzas cuando por dentro estás más que bien. Aún así, no pude evitar derramar algunas lágrimas. Bajé mi vista y ella estaba escondida en mi pecho, llorando también. La canción terminó más rápido de lo que esperaba, solo siguió la música y nosotros dos quedamos inamovibles allí, abrazados llorando como bebés.

___________(tu nombre) —susurré a su oído—, acompáñame —le pedí. Ella se separó de mí enjuagando sus lágrimas rápidamente y negó con la cabeza.
Lo lamento, Justin —se negó ella—. Pero ésta noche solo seremos lo que somos —esas palabras resonaron fuertemente en mi cabeza, ¿a qué se refería?
¿Ser lo que somos? —cuestioné. Ella secó las lágrimas que caían por mi mejilla y se perdió entre el tumulto de gente.


Narra ___________(tu nombre):


A veces, simplemente, creo que soy una estúpida. Soñé con éste momento durante todas las noches de éstos 3 meses. Despertaba esperando que toda la realidad fuese una maldita pesadilla, que el dolor no existiera. Y ahora, que el momento llegó, que estaba entre sus brazos, solo me dediqué a sentirme una estúpida y llorar como una niña perdida del resto. No logro explicarme, qué diablos intento hacer cuando lo tengo cerca. Quiero tenerlo, pero solo me alejo. Como si temiera que vuelva a lastimarme.

___________(tu nombre) —me habló Ryan, volteé con los ojos lagrimosos—, ¿qué sucedió?
Soy una estúpida —logré murmurar antes de llorar—. Me voy a casa, saluda a Jaden.
¿Te vas?
Sí —afirmé y me encaminé hacia la salida.

Salí de la casa, aún así por los jardines delanteros de la mansión había gente y más gente. Antes de llegar a mi auto sentí la mano de alguien tomarme del brazo, esperaba voltear y ver a cualquier persona menos a él, menos a Justin. Pero… era él.

Por favor —me rogó—, necesito hablar contigo.
Ya no quiero llorar —murmuré. Él negó con la cabeza. Creo que si hablaba se largaría a llorar.
Por favor, no te haré llorar —mi corazón se derretía a cada palabra.
Justin…
Por favor —repitió por tercera vez.
Está bien —acepté.

Jaló de mí y me dirigió a un portón algo escondido. Éste nos llevó a un patio trasero enorme, luces y plantas abundaban allí. Nos dirigimos a una banca alejada del ruido y nos sentamos allí.

___________(tu nombre), me comporté como un pendejo —admitió él cabizbajo.
Yo no voy a juzgarte —me digné a responder mientras me quitaba el antifaz. Él levantó la cara sorprendido y se quitó la máscara también—. Yo también me comporté mal.
No creí que ibas a irte, no creí que iba a perderte —confesó Justin con sus hermosos ojos miel húmedos.
Tú no me perdiste —suspiré intentando contener mis lágrimas—, yo huí. Yo te di tanto espacio hasta irme.
Nunca nadie podrá hacerme sentir como tú lo haces —se sinceró tomando mis mano entre las suyas—. ___________(tu nombre), fui un estúpido, no merecías que te lastime como lo hice.
Me equivoqué al meterme con Ryan —confesé yo. Él solo acarició mi mejilla con la yema helada de sus dedos. Seguramente, eran los nervios.
¿Hay alguna forma de resolver todo lo que hice mal, princesa? —me preguntó mirándome fijo a los ojos.
Yo siempre estaré esperándote —debía ser sincera y eso estaba haciendo.


(Escuchen “Turning page — Sleeping at last”)


Sus labios lentamente se encontraban a cada segundo que transcurría cerca y más cerca de los míos. Sentía la necesidad de abalanzarme sobre él y besarlo como nunca jamás antes lo había hecho. Pero estaba ahí, dura, tiesa, nerviosa. Su tierna mano se dirigió a mi mentón levantándome levemente la cabeza.

Si quieres que me detenga, solo dímelo.

No respondí, no era necesario que lo hiciera, porque aunque intentara hacerlo sus labios ya estaban sobre los míos. Él rozó sus labios suavemente sobre los míos, estaba inamovible, tiesa, anonadada. Hasta que apretó su boca contra la mía, tomándome por la nuca, entonces nuestros labios comenzaron a bailar a un ritmo apresurado y deseoso de más. Había deseado besarlo desde hace 3 meses, había deseado estar así con él desde hacía tiempo. Nuestras lágrimas se mesclaban entre nuestros labios, aún me dolía el corazón. Aún me faltaban oír cuatro palabras: “Te elijo a ti”. Aún me faltaba escuchar esa frase que me daría seguridad. Se sentía tan suave, tan reconfortante. Me sentía completa y feliz, pero a la vez vacía y triste, tal como antes lo hacía.

No quería que esto acabara, ya no quería que la anestesia se fuera y sentir dolor otra vez. No quería separarme de él, aunque debiera hacerlo. Si era lo que debía hacer, quería morir en sus brazos con tal de contar con una sonrisa en el rostro. Pero simplemente, el beso terminó y todos esos sentimientos negros y ese vacío regresó a mí, como una ola de dolor y golpes.

Tú amor es mi vuelta de página, donde solo quedan escritas las palabras más dulces” —murmuró Justin estando a unos escasos 5 milímetros de mis labios—. Te elijo a ti, cariño. Si aún estás dispuesta a volver conmigo y casarnos en unos meses, te elijo a ti —mi corazón latía más rápido de lo normal y necesitaba besarlo otra vez. Era justo lo que esperaba.



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Chicas, responderé en la próxima entrada, estoy con prisa. Las amo (: Gracias, hermosas.



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—Poly—





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sábado, 21 de abril de 2012

Capítulo 184°: "Las decepcioné, ¿verdad?".




Encendí mi laptop y me metí en Twitter. Todo el mundo conmocionado por el Topic Trenging: #EllaNosDioNombre. Al entrar, entendí que se trataba de ___________(tu nombre). Me metí en su perfil y tenía 3 actualizaciones nuevas:
-Lamento lo de anoche, tenía sueño y no me sentía bien. No me odien, Pequeñas Sonrisas.
-Venezuela es bellísimo. Prometo irme sabiendo bailar Merengue Venezolano :)
-¡Ustedes lo han dicho! Son mis #Fighters. Los amo, mis Fighters.

Estaba en Venezuela, seguramente el alboroto del que hablaba lo había producido yo con la carta. Había cambiado su ánimo, conociéndola ella no puede fingir. Conozco tanto de ella, como ella misma o más quizás. Dicen que nunca terminas de conocer a una persona, lo sé es verdad. Pero conozco tanto de ella como para saber qué reacción tomará ante cada acción que pueda presentársele.

—Justin —me habló mamá abriendo la puerta de la habitación.
—Dime, mamá —le pedí mientras volteaba a verla.
—Saldremos a cenar, vamos —me indicó que, básicamente, saliera de la habitación rápidamente.
—No iré —me negué.
—Pero Justin —intentó protestar mamá. Simplemente volteé y la escuché suspirar profundamente—, ¿te encuentras bien, cariño?
—No, no lo hago —respondí.
—¿Extrañas a Rosadela? —sé que mamá no apoya la idea de que haya dejado ir a ___________(tu nombre) por una muchacha que poco y nada conozco.
—Sí, pero no es eso mamá —creo que ella bien sabía a qué se debía esto.
—¿Le has dado la carta a Harry? —preguntó, claro… ella sabía de la carta.
—Sí —volteé a verla, ella se encontraba sentada en el sillón, mirándome atentamente—. No creo que la haya recibido, ella no me llamó —o eso prefería creer.
—¿Esperas que te llame, aún con lo que has hecho? —otra más que presumía de su negatividad.
—¿Por qué no, mamá? —todo era posible, ¿no? O al menos, era lo que me dignaba a pensar. Lo que deseaba que pasara.
—Quizás porque… has dejado que se vaya y has preferido a Rosadela —se limitó a herirme.
—¿Nunca va a perdonarme entonces? ¿No volverá? —sé que mamá no sabrá las respuestas. Pero sí sé que me dirá, indirectamente, lo que ella haría.
—Yo no volvería —confesó. Mis ánimos morían lentamente—. Te perdonaría, es más quizás no estaría enojada. Simplemente, me sentía ultrajada si me pidieras que regrese, porque eres tú quien deberías ir por ella.
—¿Por qué yo? —cuestioné confundido—, ella se ha ido.
—Ella se ha ido, porque tú la has soltado —me corrigió mi madre—. Si tú tienes un globo y lo sueltas, él ya no regresará. Tú deberás buscarlo y atraparlo, otra vez —ejemplo fácil.
—Mamá yo…
—Ella cree que tú has elegido a Rosadela —me informó mi madre interrumpiéndome—. Todos creemos eso.
—¿Crees que amo a Rosadela? —le pregunté. Mamá negó la cabeza.
—No —respondió rápidamente. En realidad, tenía razón. Querer no es amar—. Yo sé bien que amas a ___________(tu nombre), pero no importa lo que yo crea o sepa. Porque no quiere decir que ella lo vea así —me recordó mi madre.
—Ella sabe que la amo más que a nada, mamá —claro que lo sabe.
—Si ella te habría cambiado por Ryan, ¿creerías lo mismo? —simplemente, se levantó y salió por donde entró.

Mamá tenía razón, si había alguien que debía arrepentirse y pedir perdón, era yo.


(Venezuela)
Narra ___________(tu nombre):

Desperté a las 11:00 a.m. cuando me avisaron que debíamos salir. Me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47514402&.locale=es. Me arreglé el cabello, me delineé los ojos y salí hacia el comedor.

—Buenos días —saludé al entrar.
—¡Mierda! —protestó Nerea—, ¿te has puesto perfume, cuñada?
—Tienes el olfato sensible, es todo —murmuré ceñuda.
—Alguien no está de humor hoy —sonrió ampliamente en son de broma Niall, esperaba lo mismo de mi parte, pero no pasaría.
—Siempre es así cuando duerme poco —le anticipó Alison. No era verdad, solo estaba de mal humor por la carta y creo que era obvio.
—¿Qué haremos hoy? —preguntó Harry mientras salía en bóxer del pasillo donde las habitaciones.
—Firmar autógrafos, pero a la tarde —nos avisó Paul—. Luego iremos por la noche a un club de merengue venezolano.
—¿Club de merengue? —preguntó Louis.
—¿A qué? —añadió a las preguntas Liam.
—A distendernos —respondió mi managger—. Además podrían tomar clases.
—La de la idea fuiste tú, ¿no? —me preguntó Zayn mirándome asesinamente.
—Yo solo dije —respondí con voz baja y seca. No era apropósito.
—Bien, cuando deseen pueden ir a almorzar a donde deseen —nos informó Alison—. Antes de las 2 deben estar aquí —añadió.

Todos salieron como disparados, no sé qué tanta prisa había por salir. Yo ni siquiera inmuté algún gesto en mi cara, simplemente quedé allí sentada como si el tiempo no corriera y tuviera suficiente tiempo como para no hacer nada.

—¿No vienes? —cuestionó Harry saliendo del pasillo nuevamente, esta vez vestido.
—No apetezco de tratar mal a más gente —respondí.
—Oh, vamos —insistió—. Almorcemos juntos —añadió.
—No, enserio —me negué yo otra vez.
—Si es por Bieber, vamos… sabes que todo estará bien pronto —me recordó.
—Enserio, Harry. No quiero terminar peleando contigo también —no había peleado con nadie aún.
—¡No lo harás! —aseguró él— Enserio, no hablaremos de él. Vamos, Venezuela es muy bella como para que tú te quedes encerrada.
—Está bien, vamos —acepté a las puras.

Tomé mi bolso y salimos. Ni siquiera sé a dónde íbamos. Bajamos las escaleras, y salimos del hotel. Caminamos al menos media cuadra y Harry me jaló hacia dentro de un restaurante muy mono. No había nadie allí, claro. Eran las 11:45, ¿quién almuerza a esa hora? No lo sé, simplemente creo que Harry y yo seríamos unos locos almorzando a esta hora. Da igual, ya no importa qué sea o qué digan los demás, ¿no?

—¿Dormiste anoche? —me preguntó Harry— vi cuando te fuiste corriendo —me comentó.
—Luego de hablar con Louis me dormí —respondí mientras nos sentábamos en una de las mesas.
—Oh, Lou habló contigo —sonrió levemente—. No está todo tan mal. Quizás si lo llamas las cosas…
—No lo llamaré —me negué rotundamente—. Él fue quien debió elegir, él deberá ser quien llame o quien pida perdón.
—El orgullo…
—No me quitará mi orgullo también —lo interrumpí. Ven, estaba de mal humor.
—Está bien —se resignó—. Es tu decisión.
—Decepcioné a muchas fans, ¿no? —pregunté cabizbaja. Odiaba hacer eso. Era lo peor del mundo.
—Ellos deben entender que somos personas, normales. Que tenemos días en los cuales solo queremos estar solos —la respuesta, fue un indirecto sí.
—Ellos solo querían un puto autógrafo, pero no podía estar allí sin pensar en llorar —era obvio que estaba tirándome la culpa de todo, ¿verdad? Pues, no podía darme a torcer. La culpa era mía.
—No te eches la culpa —me pidió Harry.
—¿Cómo no hacerlo? —cuestioné amargamente— si después de todo fue mi puta culpa sentirme así por las palabras de Justin.
—Deberías hablar con él —repitió Harry. Todo mundo dice lo mismo, solo que mi orgullo no opina igual—. Ya sabes, los dos están mal.
—¿Hablar con Justin? —cuestioné irónica— Si él no me llama primero o viene a pedir disculpas, las vacas hablarán con él. Porque yo no regresaré a hablarle hasta escuchar dos palabras de su boca: “Te elijo”.
—¡No seas orgullosa!
—No, lo soy Harry —claro que sí lo era. Era la persona más orgullosa del mundo en ese momento—. Simplemente, le di espacio para que eligiera y nunca supe a quién diablos eligió. Yo no le besaré el trasero porque él sea Justin Bieber…
—Quizás, debas hacerlo porque es el hombre que amas —me interrumpió Harry. Mi corazón gritaba desesperado y golpeaba mi pecho. Las lágrimas se habían secado la noche anterior. Me sentía fría y dura.
—Siento que nada puede tocarme, Harry —y eso era desesperante—. Siento que estoy convirtiéndome otra vez en la fría y rebelde muchachita de 14 que no comía por placer y le gritaba insultos en la cara a la gente porque lo veía divertido —sí, así era.
—No dejaré que así sea —me advirtió—. Quizás antes las personas que eran tus amigos lo permitieron, pero yo no lo haré. Me considero tu amigo y voy a hacer lo posible para que eso no suceda.


…2 meses después…


La gira ya había terminado, había sido un total éxito. Me uní mucho más con los chicos, teníamos planes de seguir trabajando juntos pronto. Adorábamos la idea de hacer música juntos. No sabía mucho de Justin, solo que no había terminado con Rosadela.

Nos encontrábamos en Paris, la ciudad del amor. Era la última vez que trabajaría con Nerea, para el vídeo de la nueva canción. Sí, el vídeo sexy, del cual todos llevan casi 2 meses hablando. Casi todas las escenas estaban hechas. Solo faltaban las que yo hacía bailando. Me daba lástima que sea la última vez que trabajara con Nerea, encontrar otra estilista como ella estaría difícil luego de ella, ¿no? Pero bueno, las cosas cambian. Hacía frío, el lugar estaba desierto solo estaban los chicos, Alison, los camarógrafos y el director. Salí vistiendo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47569883&.locale=es, me sentía intimidada lo admito, traía un maquillaje pesado (labios rojos oscuro, delineado grueso y rabioso, ojos sombreados oscuros y pestañas postizas largas y negras). Traía una peluca de color rojo oscuro, casi castaño, larga y ondulada con flequillo recto sobre los ojos.

—Mierda —murmuró Zayn. Los chicos estaban con cara de babosos impresionante, como si nunca habrían visto a una mujer en bragas.
—¡No es la gran cosa! —les avisé intimidada.
—Lesly es ardiente —me informó Harry. Yo solo reí nerviosamente.
—Bien, debes sentirte sexy, pisa sexy, respira sexy —el director era pasional, eso era obvio, ¿no?
—Va, está claro —le avisé.
—Quiero ver que Lesly sea una sexy ramera —me indicó. Alison estaba algo incómoda, pero ella sabía que este era un paso importante—. Está todo listo —aseguró—. Así que vamos, comenzaremos a grabar.

Subí a la tarima donde estaba el caño en medio, ya había tomado las clases, no me intimidaba en lo absoluto. Según dicen, los cabarets franceses eran los más ardientes que pudo haber, contaban con grandes prostitutas y bailarinas. Lesly, ahora era de ellas. Era ella quien debía obtener toda la atención. No solo de los hombres, sino también del mundo para que compren su música, mí música.

—1,2,3 acción —indicó en el alta voz el director. Todos miraban ansiosos. Nadie excepto Usher conocía la canción, es decir nadie aquí la había oído.

Rodeé el caño tal como lo había ensayado antes con mi coreógrafo. La idea de ser sexy, no se quitaba de mi cabeza. Debía llegar a cada una de sus cabezas, debía ser su deseo, lo que todos desean y quieran comprar. Necesitaba vender una ___________(tu nombre) que había crecido, que era una mujer independiente y extravagante ahora. Hice la coreografía tal como la había marcado mi coreógrafo, claro solo esa escena. Hasta que oí el preciado “Corte”.

—¡Espectacular! —gritó Liam aplaudiendo de pie.
—Payne —lo regañó Niall y lo jaló para que se sentara otra vez. Yo solo reía apenada.
—Me gusta tu actitud —me avisó Alison—. Me gusta Lesly —rió divertida. Estaba relajada, eso era bueno.
—Debes cambiarte —me avisó el director—. Grabaremos dos escenas más y luego iremos a almorzar —añadió.
—Está bien —afirmé—, ¿Nerea? —cuestioné al no verla.
—Te espera en el camarín.

Fui hasta allí y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47572331&.locale=es, el lema de estas escenas era: “El arma humeante bajo tus pies”. No sé bien qué significado debía darle, si bailaría con una pistola bajo mis pies o simplemente era que tenía el control de todo lo que sucedía. Ner alisó el cabello de la peluca y volvió a ponérmela. Se veía mejor ahora. Salí otra vez al set, pero esta vez todo estaba ambientado distinto. Había una o dos mesas, vasos de whisky en ellas y los chicos estaban sentados allí.

—¿Por qué el cambio? —cuestioné llegando.
—Zayn será tu amor prohibido —soltó sin filtros el director—. Es un cambio de último momento. Deberás acercarte y decirle: “Quieres un show especial, ¿verdad?”. Entonces él asiente con el vaso de whisky en mano y tú vuelves al caño y sigues bailando.
—Pero…
—___________(tu nombre), está bien —me avisó Alison. Si ella decía eso.
—Va —acepté subiéndome a la tarima otra vez.

Grabamos las dos escenas, aunque las tuvimos que repetir algunas veces porque Niall o Harry irrumpían con sus risas en medio de la actuación. Luego de hacer esto, me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47574187&.locale=es. Me quité la peluca y un poco de maquillaje. Entonces, con los chicos salimos a almorzar a un restaurante muy prestigioso del centro.

—Pediré caracoles —murmuró Niall cerca de mí. Yo solo largué una pequeña risa.
—Te atragantarás con sus caparazones —bromeé. Liam se unió a mi risa.
—Eres un estúpido —se quejó Niall entre risas.
—No, no es él quien toca los traseros en concierto —masculló Harry mirando ceñudo a Louis.
—Dijiste que eras mío —protestó Louis.
—¡Claro que sí, cariño! —bromeó Harry, yo solo contenía la risa junto con Zayn, Liam y Niall— Pero no puedes tocarme así frente a las niñas.
—Son unos sonsos —soltó Zayn y comenzamos a reír sonoramente.
—Bonjour, messieurs. Mademoiselle, que vont-ils demander? (Buenos días, señores. Señorita, ¿qué van a ordenar?) —preguntó un mesero sonriendo ampliamente.
—Bonjour, Monsieur. S’il vous plaît, un plat de pâtes pour tour le monde (Buenos días, señor. Por favor, un plato de pasta para cada uno) —le indiqué yo. Dudo que alguno de los chicos supiera hablar francés.
—Merci, belle dame. Puis-je apporter des ordres (gracias, bella señorita. Enseguida le traigo las ordenes) —sonrió cordialmente y se retiró.
—Hablas francés —comentó obnubilado Liam. Creí que eso era obvio.
—Sí —afirmé extrañada—, todo mundo sabe.
—Creí que solo cantabas en francés —opinó Zayn.
—No, también lo hablo a la perfección —amaba el francés.
—¡Eres tan talentosa! —me halagó Louis. Yo solo reí apenada.
—Tienes novia, Tomlinson —le recordó Niall ceñudo.
—Y ella —se entrometió Harry. Creo que se refería a mí y Ryan.
—Lástima que ya he terminado con él —susurré. Ellos me miraron rápidamente.
—¿Qué? —dijeron al unísono, sorprendidos.
—Sí —afirmé—. En realidad, decidimos ya no seguir porque no funcionaría.
—Después de ese vídeo dudo que Ryan siguiera siendo tan liberal —bromeó Harry. Yo solo reí levemente.
—No tengo ganas de volver a Los Ángeles —ya los chicos no estarían. Ellos regresarían a Londres.
—¿Y por qué no? —preguntó Niall. Creo que a él sí le gustaría, solo por ver a su ídolo.
—Estaré sola allí —me lamenté.
—Ven con nosotros a Londres —me ofreció Liam simpáticamente.
—No puedo —aunque quisiera—. Tengo que trabajar en promocionar mi próximo disco, grabar el disco y además comenzaré a trabajar en un proyecto con Peta.
—Irás a visitarnos, ¿no? —preguntó Zayn sonriéndome.
—Claro que sí —respondí.
—Haremos fiestas y te divertirás —aseguró Niall.
—Además, podríamos conseguirte candidato —añadieron Louis y Harry al unísono. Yo solo reí divertida.
—No lo dudo chicos —eran grandiosos.
—Vamos a extrañarte, Carrot —me informó Louis.
—Es verdad, ¿quién nos regañará en las mañanas? —se cuestionó Niall haciendo pucherito.
—¿Quién me quitará los cigarros y los tirará? —preguntó Zayn de la misma forma que Niall.
—¿Con quién voy a hablar ahora? —preguntó Harry.
—¿Quién va a ir al gimnasio conmigo ahora? —cuestionó Liam.
—¿Quién va a exigirme que use calcetines? —ese fue Louis. Simplemente sonreí con los ojos húmedos.
—Me harán llorar, sonsos —los regañé—. También voy a extrañarlos. Pero nos llamaremos y estaremos en contacto, lo prometo —en dos meses, te acostumbras a verlos todos los días.
—¿Enserio, Carrot? —preguntó Louis como en los dibujos animados. Yo solo reí.
—Sí —afirmé.

Terminamos de almorzar y volvimos al set, ya que tenía que grabar las últimas tomas y el vídeo estaría listo para editar y ya. Me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47597094&.locale=es, me maquilló Ner nuevamente y me puso la peluca. La escena solo fue de baile en el caño, así que en menos de una hora, ya teníamos todo lo que necesitábamos. Volví a ponerme la ropa que tenía, debía ir al hotel por los bolsos e ir al aeropuerto.

Llegamos a Los Ángeles luego de casi 9 horas de viaje, eran las 06:00 de la tarde, había sol, hacía calor. No era un día muy lindo, el clima estaba pesado, muy pesado. Rob tomó mis maletas y con Alison y Nerea subimos a la camioneta, a los minutos dejamos a cada una en sus casas y yo llegué a la mía. Bajé y quedé viendo como la camioneta se iba.

Todo estaba igual. El olor a pino y verano, sol y arena, no había nada nuevo. Inspeccioné el vecindario con la vista y ver el auto de Justin frente a mí casa, en su casa específicamente, me extrañó, ¿a caso él ya no vivía en la otra casa? Digo… donde Rosadela está más cerca.

Entré a mi casa, quién sabe por qué tenía la necesidad de ducharme y cambiarme otra vez. Me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=47598275&.locale=es, me arreglé el cabello, me maquillé un poco y tomé las llaves de mi coche. Al salir de casa camino a abrir la cochera, Justin y Rosadela salían de casa de él. Al verme, Justin quedó parado, viéndome como un estúpido. Solo me acomodé un poco la falda y seguí caminando. Abrí el portón y me subí en mi hermoso audi TT. Encendí la radio, ni siquiera me percaté de qué música estaban pasando. Solo di marcha atrás y bajé a la acera. Miré por el retrovisor, ellos seguían viéndome. Esta vez, ella también. Solo aceleré y me largué a conducir. Si había algo que iba a hacer, era cambiar. No iba a llorar más a Justin, eso era claro.

Bajé en el centro comercial, solo cabe mencionar que compré muchas cosas, mucha ropa. Entré en una de las peluquerías y, sí, me corté el cabello. Me lo corté corto, debajo de la oreja, antes de los hombros (así como Selena, cuando se hizo carré, ¿lo recuerdan?). No me importaba que fueran a decirme, a mí me gustaba.




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Liza: ¡Eres la primera! Jaja. No llores, jajaja; tu perro vale más que la novela, ¿no? Jajajaja. Deberías haberlo llorado, ok no ._. estoy loca jajaja. Un besote, linda. Te quiero mucho.
Sara: Hola (: Respecto a Rosa, ella pasará a tener un papel muy distinto, descuida. No creo que vayas a odiarla más. Un beso, linda. Te quiero muchísimo.
Dahi: Gracias, Dahi. Enserio, gracias por tantas palabras lindas. Te quiero, un besito.
Anónimo: ¡Hola! ¡No llores! No es bueno llorar, al contrario. Y descuida, Justin se dará cuenta. Es más, ya se dio cuenta. Solo falta que lo remedie y pronto… eso pasará. Te mando saludos, linda. Un beso.
Yuvi: Hola, linda (: Yes, ¡___________(tu nombre) estuvo en tu país! No escribo perfecto jaja, en realidad… creo que hay personas que lo hacen mejor, de todas maneras… gracias. En unos pocos capítulos habrá reconciliación y será la más linda de todas. Te deseo suerte con tus exámenes. Besos, linda.  Te quiero (:
Ainelen: ¡Besos, linda!
Belen: Hola, linda. Bienvenida, es un gusto. Gracias por leer, tú vales mucho (: Un besito.
Daniela: ¡Hola, Dani! (: Bienvenida. Jaja, es un gusto que te agrade mi novela, enserio. Gracias, pero no llores, ¿ya? Jaja. No debes agradecerme, al contrario. Yo debo agradecerte, así que… GRACIAS :) Un beso, linda.
Sarahi: ¡Hola! Yo… estoy bien, ¿tú? Descuida, pronto en algunos capítulos ___________(tu nombre) y Justin regresarán. Ojalá mi nove fuera cierta, ojalá jaja. Todas seríamos felices. Un beso, linda. Te quiero.
Andrea: ¡Hola! Es un gusto, bienvenida. Gracias por meterte en mi blog y empezar a leer mi nove. Es un gusto. Pasaré pronto por tu novela, hace mucho busco una de Harry para leer, quizás pueda ser la tuya :) Un beso, linda.
Consue: ¡Hola, linda! Claro que te extrañé y… ¿cómo no acordarme de ti? Jaja. Gracias por decirme tantas cosas hermosas, enserio linda, es un gusto. Me has sacado una sonrisota enorme, amo sonreír jaja. Estoy orgullosa de tener lectoras como tú. Gracias, simplemente eso. Y… sí he recibido la solicitud, te acepté claro jaja. Pronto hablaremos, lo prometo. Respecto a los memes, ¡Los amo! Jaja, son muy geniales. Te quiero muchísimo, linda. Un beso, vecina.
Mony: ¡Hola, hola! Yo… he estado muy bien, ¿tú? Espero que tu día de descanso haya estado genial. Iré a tu país, no sé cuando, pero iré y comeremos tacos jaja. Te amo, amiguchisss :) besotes.
Javi: ¡Bienvenida al mundo de comentarios, entonces! Jaja. Gracias, gracias, gracias. Es un honor caerte bien :$ tú también pareces muy buena onda, somos chicas buena onda :) jajaja. ¡Pronto pasaré por tu novela! Creo que debe ser cool. Un beso, linda.
Marta: ¡No llores! Pero… sí, todos los chicos son pendejos, todos. Joder, me haces lo del valenciano apropósito porque no sé hablarlo y me gustaría hacerlo, ¿verdad? Jajaja. Ok no ._. ¡Je t’aime, belle! (Yo lo hago en francés jajaja).
Tamy: ¡Vives en España! Te envidio, muero por vivir en España jaja. Un beso, hermana Uruguaya-española jaja.
Yasmina: ¡Lindo nombre! Bienvenida al mundo de los comentarios jajaja. Y… es verdad, Justin se está comportando como un pendejo. No falta mucho para que vuelvan, solo unos pocos capítulos. Besotes, linda.
Lelyn: ¡Un beso linda!



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Bueno chicas, esto fue todo por hoy. Las amo, linduras. Gracias por todo.







—Poly—





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