Capítulo 179°: "¿Él es tu novio?".

1,2,3 tomé aire y nos hundimos. Abrí mis ojos y… ¡woow! Comenzamos a nadar, Ryan me sonreía de vez en cuando. Estábamos bien alejados de las bochas, subimos a respirar porque después de casi 2 minutos, no podía aguantarme más. Tragué aire reiteradas veces y volvimos a bajar. Había corales, plantas marinas, pescados de todo tipo, de todos colores. Era todo muy hermoso. Menuda belleza la que la naturaleza tenía, se veía tan hermoso; era todo perfecto… como si fuera una película. Volvimos a salir a la superficie y respiré algo cansada, no podía dejar de mover mis pies bajo el agua o me hundiría.

—¿Te gusta? —preguntó Ryan sonriendo ampliamente.

—Gracias, Riri —sonreí contenta. Sentía dolor, pero estaba cubierto de felicidad, no lo sé. Me tenía bien.

—___________(tu nombre) —habló—, ¿me dejas hacer algo? —preguntó él.

—Depende qué —vaya a saber que querría hacer.

—No es nada malo, vamos —sonrió.

—Está bien. Sí, hazlo —le di el permiso requerido.

—Gracias —sonrió levemente.

Mis pies flotaban sueltos, claro estaba nadando. Ryan me rodeó con su brazo derecho, atrayéndome hacia él. Me sentía más retenida, segura, cuando mis pies aún seguían flotando, él me sonrió levemente con dulzura. Sé lo que seguiría. Él se acercó a mí, para encontrarme besando sus labios otra vez. Era literalmente, flotar; mis pies no tocaban nada firme, como los de él.

—Oye, Ryan —me separé de él interrumpiendo el beso—, yo no puedo hacer esto.

—___________(tu nombre) no estamos…

—Enserio, no puedo —él todavía me tenía abrazada por la cintura, pegándome a su cuerpo.

—Solo disfruta —me aconsejó. Yo sonreí y él también lo hizo, para volver a besarme.

Narra Justin:

Habían pasado algunas horas desde la llegada a la playa junto a Rosadela. El crepúsculo estaba marcando su comienzo. Los reflejos del sol se veían alucinantes sobre el mar. Con Rosa nos sentamos frente al agua, en la arena.

—Podría quedarme a vivir aquí —aseguró ella, perdiendo sus ojos café en el agua.

—Amas el mar, ¿verdad? —que pregunta sonsa, claro que lo ama. Es surfista.

—Es lo que me hace sentir viva —respondió ella sonriendo. No podía apartar mis ojos de ella.

—¿Surfeas hace mucho? —cuestioné, ella se volteó a verme divertida.

—5 años —respondió—. Surfeaba en República Dominicana, pero me mudé aquí hace unas semanas —me explicó.

—Eres latina —claro que lo era.

—Sí —sonrió—. Hablo español, solo que no entenderías —se encogió de hombros divertida.

—Soy malo para hablar español —le avisé de ante mano.

—No es tu fuerte, todo lo contrario al canto —aseguró divertida.

—Amo cantar, no hablar español —me libré de culpas. Ella rió divertida.

—Amo surfear —masculló ella divertida.

—¿Por qué lo amas tanto? —cuestioné.

—Es parte de mí, soy yo misma cuando estoy sobre la tabla. Amo sentir el agua en mi piel y en mi cabello, me gusta remontar olas. Simplemente no hay explicación, nací para ser pez —resumió. Reí con sus últimas palabras.

—Me gusta nadar —pero no tanto como a ella.

—Ven —me dijo levantándose, me extendió la mano y me jaló; haciendo que también quedara de pie.

Caminamos hasta la costa, justo donde el agua choca con tus pies y regresa hacia el mar. Rosa me tenía de la mano, atado a ella, no me molestaba eso para nada, al contrario.

—Cierra los ojos —me indicó. Yo así lo hice—, bien. Ahora siente el viento en tu rostro, el agua comenzará a chocar contra tus pies —y así fue—. El mar habla con cada uno de sus movimientos, cuando está turbulento es cuando está en sus malos días para turistas, solo acepta surfistas que lo amamos todo el año. Cuando está más o menos, es porque al día siguiente estará turbulento, es el último día que los turistas tocarán agua y cuando está calmo, nos pide a los surfistas que esperemos un tiempo para buenas olas, ¿tú qué crees? ¿Cómo está ahora? —preguntó ella.

—Deberás esperar para surfear —claramente verde.

—Así es —afirmó ella. Lentamente abrí mis ojos y la miré, ella seguía con los ojos cerrados.

—¿Eres rápida nadando? —pregunté, planeaba divertirme.

—Sí —respondió de la misma forma, digo sin abrir sus ojos.

—Veámoslo —le propuse. Antes de que reaccionara la jalé y comencé a correr hacia el agua.

Cuando llegamos a una profundidad adecuada para nadar comenzamos a nadar. Efectivamente era mucho más rápida que yo. Al regresar a lo playo comencé a caminar, ella me llevaba algunos pasos de distancia.

—¡No se vale! —me quejé.

—Has perdido —presumió ella divertida.

—No es así —me negué—. Tú has…

—¡Has perdido, Justin! —repitió interrumpiéndome.

—¡No!

—Eres un mal perdedor —me afirmó ella mientras se sentaba en la arena.

—No es así —intenté retrucar mientras me sentaba a su lado.

—Te ha ganado una chica latina, admítelo —me exigió. Yo solo reí.

—Una latina muy hermosa.

—Eres un canadiense muy apuesto —me devolvió el cumplido.

Comenzamos a acercarnos, como quien dice para besarnos, estábamos cerca. Pero se escucharon unos gritos divertidos y ruido a chapoteo. No pude probar sus labios, gracias a la imagen que volteé a ver junto con ella. La imagen que quedaría grabada en mi cerebro para hacerme llorar por las noches cuando no tengo otro remedio más que ese.

Eran ellos, mi ex mejor amigo, Ryan, y ___________(tu nombre). Ella corría mientras reía y gritaba muy divertida y él por detrás queriéndola atrapar. La alcanzó y cuando lo hizo abrazándola por la cintura cayeron, luego de haber tropezado, a la arena. Él, al parecer, la besó. Ella solo no hizo nada. Lo malo era que no podía quitar la mirada de ellos. Sentía esa, simple, necesidad de ir y romperle la cara a Ryan, para después llevarme a ___________(tu nombre) de aquí. Odiaba el hecho de ver esa estúpida escena. Ella se puso de pie, divertida, él la persiguió y volvió a “cazarla”, entonces ella volteó sobre sus talones y él la abrazó por la cintura; esta vez ella se abalanzó sobre él y lo besó. Mi corazón se desgarraba, como si un gato clavara sus uñas y las pasara por él para hacerlo trizas. No quería ver eso, pero mis ojos no se movían de allí; no podía dejar de verlos allí, besarse.

—Ella no es… —alcanzó a mascullar Rosadela, mis ojos estaban húmedos.

—Sí, es ella —la interrumpí, para responder apresuradamente.

—Y él es…

—Él era mi mejor amigo —le afirmé. Ella me miró compasivamente.

—Pero ¿ella no es tu novia? —cuestionó confundida.

—No —me negué—. Me dejó ayer mismo —le avisé. Suspiré y volví mi vista hacia Rosa. Ella me miraba afligida.

Narra ___________(tu nombre):

(Hollywood)

Después de estar varias horas divirtiéndonos en la playa, regresé a casa. Ryan se despidió y retomó el camino hacia su casa. Solo, no hice más que acostarme. No había prestado atención, en la playa, de si Justin seguía allí o no. En realidad, no sabía que habrían hecho después de que con Ryan nos fuéramos a bucear.

…Al día siguiente…

Tuve que despertar temprano, tenía que irme a ensayar con los chicos. Lunes, las 07:00 a.m. ¡mierda! Odio los lunes, odio despertar temprano, sí; lo sé, soy una floja total. Bajé los pies al suelo frío, el sol se filtraba por las ranuras de la ventana. Abrí las persianas y el sol estaba allí, no muy fuerte, había algunas nubes también, pero hacía un poco de calor. Me duché y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=46929978, me recogí el cabello en una media cola, algo desprolijo, pero me quedaba bien, o más bien a mí me gustaba como me quedaba. Después de desayunar tomé camino en mi auto hacia el estudio. En mi auto sonaba “In the end — JJ heller”. Me gustaba esa canción, me daba paz y tranquilidad, me conectaba a una parte de mí a la cual no conocía mucho. Al llegar, bajé hacia el estudio y entré.

—Hola —saludaron todos los chicos, Usher y One Direction, al unísono.

—¡Ven! —exclamó mi productor— No entiende la teoría: “No tacones”.

—Lo lamento, Ushi-Ush —me disculpé divertida. Él odiaba que le dijera así—. Hola chicos.

—¿Estás mejor? —preguntó Harry.

—Sí —sonreí—, estoy bien.

—¡Estás bronceada! —exclamó Louis. Yo solo reí, al parecer me había quemado mucho.

—Fui a la playa ayer —mascullé.

—Oh —sonrió maliciosamente Liam. Yo lo miré raro.

—¡Liam! —se quejó Niall—, ¿has regresado con Justin? —claro, olvidaba que el chico de cabello dorado era belieber boy.

—No —respondí, algo afligida.

—¡Niall! —lo regañó Zayn— Oye, sigo creyendo una buena idea rapear los meses —se encogió de hombros. Usher revoleó los ojos.

—Están hace media hora aquí —me avisó—, ¡Zayn aún sigue con su rap!

—Es cool —le comentó el moreno—¸¡vamos, admítelo! Vendería mucho —Usher solo rió.

—Tanto como un concierto de ustedes desnudos —ejemplificó mi productor. Louis rió y todos miramos a Harry.

—No es mala idea —opinó el chico de rizos encogiéndose de hombros con una sonrisa en el rostro.

—Ya, ya, ¿qué haremos hoy? —le pregunté a Usher.

—Mama Jan trabajará con ustedes —nos avisó—. No olviden que su voz debe alcanzar para todos los conciertos y hace mucho no están de gira —añadió Usher. Trabajar con Mama Jan era sinónimo de rigor.

—¿Mama Jan? —cuestionó Louis, no la conocía.

—¡Es la mamá de Chaki Chan! —exclamó sonsamente Niall. Todos reímos ante su comentario.

—Es la profesora de voz —corregí su idea.

—¿Tenemos profesora? —preguntó pervertidamente Harry.

—Hola —saludó ella. Entonces la cara de Harry se aterró, de seguro porque imaginaba a una rubia sexy de 20 años y llegó Mama Jan.

—Hola, Jan —saludé sonriendo.

—Hola, linda —ella ya había trabajado conmigo.

—Hola —saludaron los chicos.

Luego de que Mama Jan nos hiciera trabajar casi 1 hora en ejercicios de calentamiento de la voz, nos pidió que cantáramos una canción cada uno. Zayn cantó “I want” era de ellos, de One Direction. Niall, desafortunadamente, “One Time — Justin Bieber”. Liam “The Reason — Hoobastank”. Louis “She’s the one”. Harry cantó “Loving me”, la canción era mía, la había escrito para mi segundo álbum. Y luego me tocó a mí. Elegí “Can’t be tamed — Miley Cyrus”, por indicaciones de Mama Jan debía elegir algo que me quedara alto y esta canción, lo hacía.

—For those who don’t know me

I can get a bit crazy

Have to get my way

24 hours a day

‘Cause I’m hot like that

Every guy everywhere

Just gives me mad attention

Like I’m under inspection

I always get til 10

‘Cause I’m built like that

I go thru guys like Money

Flyin’ out their heads

They try to change me

But they realice they can’t

And maybe tomorrow is

A day I never planned

If you gonna be my man understand

I can’t be tamed

I can’t be saber

I can’t blamed

I can’t can’t

I can’t can’t be tamed

I can’t be change

I can’t be tamed

I can’t be

I can’t be tamed

If I see my reflection

About my intentions

Ill tell ya I’m not here to sell ya

Or tell ya to go to hell

I can’t completely lie

I’m like a puzzle but

All my peices are jagged

If you can understand this

We can make some magic

I’m on like that

I wanna fly I wanna drive I wanna go

I wanna be apart of somethin I don’t know

And if you try to hold me back I might explode

Baby by now you should know

I can't be tamed

I can't be saved

I can't be blamed

I can't can't

I can't can't be tamed

I can't be change

I can't be tamed

I can't be (can't be)

i can't be tamed

I'm not a trick you play

I’m wired a different way

I’m not a mistake

I’m not a fake

Its set in my DNA

Don't change me

Don’t change me

Don’t change me

Don't change me

(I can't be tamed)

I wanna fly I wanna drive I wanna go

i wanna be apart of somethin i dont know

and if you try to hold me back i might explode

BABY BY NOW YOU SHOULD KNOW

I can't be tamed

I can't be saved

I can't be blamed

I can't can't

I can't can't be tamed

I can't be change

I can't be tamed

I can't be (can't be)

I CAN'T BE Tamed —creía que ésta era una gran canción. Terminé de cantar acostada en el piso, sí. Estaba loca, no es novedad

—¡Me gusta! —gritó Zayn acostándose a mi lado.

—¡Ya, levántense! —exigió Mama Jan— Te agitas cuando cantas bailando —estaba fuera de estado.

—Estoy fuera de estado —me excusé poniéndome de pie sin que se vea mi ropa interior.

—¡No es excusa! —me avisó Jan— Deberás practicar más y hacer ejercicio mientras cantas.

—¿Correr cantando? —preguntó Louis. Mama Jan asintió.

—Todos ustedes —les avisó a ellos. Quienes me miraron aterrorizados.

 —Pero yo no puedo correr cantando —le avisó Zayn encogiéndose de hombros.

—Tampoco yo podía —le avisé. Entonces frunció el ceño, como diciéndome “Calla”.

—Y ahora casi puedes —masculló Mama Jan. Ella siempre quería más, es decir; quería ir más allá de lo perfecto.

Terminamos de ensayar, mi garganta estaba agotada, me dolían las cuerdas vocales; sí esos simples centímetros de membrana que hacen que pueda cantar. Me monté en el auto y conduje hasta casa, casi era hora del almuerzo. Preparé una ensalada y la comí. Luego bebí un vaso de jugo, cogí una manzana, la comí. Subí a mi habitación, hoy haría ejercicio, me cambié por algo así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=46984421&.locale=es, tomé solo mis audífonos y mi teléfono. Salí de casa, dispuesta a correr en el parque al menos tres kilómetros. Gracias a Dios, no había nadie allí. Así que podría cantar tranquila.

Comencé a correr al ritmo de Express yourself. La cantaba sin problema alguno. Algunos muchachos cruzaron en skate por la calle, fue cuando creí mala idea traer el abdomen al descubierto. Ellos me veían con cara de babosos, odiaba que eso sucediera. Yo solo seguía corriendo, no me importaba mucho quien me mirara y quién no. El sol estaba bastante fuerte, yo solo seguía corriendo. Era una buena forma de matar el tiempo, correr cantando. Al menos no pensaba en el raro día que ayer tuve junto a Ryan. Mucho menos pensar en todo el dolor que regresaría cuando recuerde a Justin y comience a extrañarlo. Mi único consuelo es que si eligió a Rosadela, él es feliz ahora mismo, ¿no?

Después de 1 hora y media, decidí regresar a casa. Me quité los audífonos y los colgué de mi cuello, para comenzar a caminar hacia casa. No iba muy concentrada en el camino, entonces de repente choqué con alguien y caí, más bien caímos. Alcé la mirada y Justin estaba ahí, mirándome dolido; como supongo que yo a él.

—___________(tu nombre) —mencionó mi nombre.

—No esperaba chocar contigo, lo lamento —me disculpé, poniéndome de pie al igual que él.

—Venía de buscarte en tu casa —me comentó. Había una enorme incomodidad entre nosotros. Era la primera vez en tiempo que hablábamos sin ser nada.

—Salí a correr, estoy entrenando para la gira —le avisé. Estaba dispuesta a seguir caminando—, ¿por qué me buscabas? —pregunté involuntariamente.

—¿Podemos hablar en un lugar más reservado? —respondió Justin con otra pregunta.

—Vamos a casa —propuse, comenzando a caminar.

Estábamos a solo 2 cuadras, llegamos rápido. Sentía una incomodidad al tenerlo al lado, pero no poder siquiera tocarlo. Él ya no era mío, yo ya no era suya. Se sentía tan raro, más que nada doloroso.

—Dime —le pedí sentándome frente a él en uno de los sillones.

—Por favor, sé sincera conmigo —sus ojos, de ante mano, ya estaban húmedos.

—Dime —repetí.

—Te vi ayer en la playa con Ryan…

—Sí, estabas con Rosadela —interrumpí, su cara se tensó. Yo solo guardé silencio.

—Vi como te besaba al atardecer cuando salían del agua —añadió—, ___________(tu nombre) ¿tú eres su novia? —fue directo, eso me gustó.

—No —respondí tranquila conmigo misma. Yo no estaba mintiéndole.

—¡Eres una caradura! —exclamó.

—No soy novia de Ryan —repetí.

—¿Entonces porqué sales con él y lo besas como si lo fuera? —cuestionó Justin algo cabreado conmigo— ¡Sabes cómo es! Ahora todo mundo tiene fotos de ti besándolo.

—Y… ¿hay algún problema? —cuestioné— También hay fotos tuyas con Rosadela, ¡no soy yo la única! —exclamé.

—Pero yo no besé a Rosadela —me retrucó.

—Y yo sí a Ryan, ¿qué hay con eso? —pregunté secamente. Los ojos de Justin desbordaron algunas lágrimas.

—¡Estás comportándote justo como dijiste que no serías! —me recordó el con un hilo de voz.

—Lo dices porque eres tú quien está llorándome, si fuera yo la que estuviera en tu lugar, tú no estarías escuchándome —le recordé. Claro, esto ya había sucedido cuando yo solo tenía dieciséis.

—¡Actúas como la maldita insensible que conocí cuando solo tenías catorce! —me gritó poniéndose de pie. Entonces, mis lágrimas llegaron. Él sabía que si era así solamente era porque estaba mal, necesitaba ayuda. No porque me gustara.

—¡Estás siento tú el insensible! —le grité poniéndome de pie también, solo que era más baja que él— ¡Tú solo dices eso porque no recuerdas que yo era así gracias a mis problemas! Eres tú el que está juzgándome, ¡yo solo estoy pasándola bien! Al igual que tú con Rosadela, ¡si no te gusta, pues aíslate en un frasco y múdate a Alaska, Justin Bieber! —le grité furiosa.

—Olvidas que yo no estoy tomándolo como divertido a estar lejos de ti —me gritó él, los dos estábamos llorando.

—¡Tampoco me gusta estar lejos de ti, Justin! —le recordé en una voz normal, débil pero normal—. Odio la idea de que quizás, ya estés con ella. Pero… ¿qué diablos puedo hacer yo? —pregunté.

—Lo que estoy esperando desde que te fuiste —me respondió él.

—Que regrese —pensé en voz alta.

Justin se acercó a mí, no podía moverme. Estaba tiesa, dura como una estatua. Agarró mi cintura con una mano, mi nuca con la otra y sus labios se posaron ansiosos sobre los míos. No podía resistirme al poder que él ejercía sobre mí. Una electricidad recorría mi cuerpo con cada movimiento suave y delicado que sus labios proponían. Yo nunca podría dejar de amarlo, fuera lo que fuera que sucediera entre nosotros.

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Lindas, respondo y todo en la próxima entrada, ¿sí? Estoy con prisa. Las amo, bellezas.

—Poly—

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