martes, 7 de enero de 2014

Capítulo 12°: "Mejor te beso yo".




Al llegar a la casa de ___________(tu nombre) bajé y golpeé la puerta, al abrirse ella apareció parada ante mí vestida así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=109267716&.locale=es. Traía maquillaje natural, pero sus labios pintados de rojo oscuro, traía su cabello recogido. Estaba deslumbrante, ¡demasiado hermosa!



—Y bien —ella giró hábilmente sobre sus tacones con una leve sonrisa en el rostro—, ¿estoy acorde al evento?



El vestido se ceñía en la parte de sus pechos hasta su cintura, su escote era pronunciado dejándome notar que tenía un buen busto y una gargantilla repleta de piedras preciosas colgaba de su delicado cuello, preferí no dejar mis ojos pegados en ese lugar, seguí bajando, el vestido caía hasta unos cuantos palmos sobre su rodilla con gracia y se adaptaba a su pequeña pero bien formada figura de mujer. Los tacones me dejaban apreciar que sus piernas estaban repletas de músculos bien torneados, gracias al deporte, deduje. Sobre sus hombros descansaba un abrigo liviano color celeste, ella estaba demasiado hermosa.




—Bueno, te ves preciosa —sonreí ampliamente volviendo mi vista a su rostro—. Realmente, hermosa.
—Gracias —murmuró apenada.
—Ya vámonos —le indiqué—. No queremos llegar tarde —ella sonrió levemente y salió de la casa para cerrar la puerta y comenzar a caminar tras de mí. Abrí la puerta trasera y ella subió, por detrás de ella subí yo. Estábamos mamá, ___________(tu nombre) y yo. Kenny conducía.
—Hola, linda —saludó mamá—. Te ves encantadora.
—Gracias, Pattie —se dirigió a mamá—. También estás preciosa.
—Supongo que vas a quedarte a la cena, ¿verdad? —mamá estaba siendo agradable con ella. Le agradaba, era notable.
—Oh, sí —respondió—. Justin me invitó —añadió luego.
—Es egocéntrico que te invite al cine a ver una película sobre él, ¿no lo crees? —solté una risa divertida y __________(tu nombre me siguió la acción.
—¡Mamá! —protesté entre risas.
—Es cierto —mantuvo su postura ella—. Ni siquiera has mirado la cartelera.
—Oh, no es nada egocéntrico —me defendió ___________(tu nombre)—, más bien es una muestra de que me lleva a donde él debe ir.



Más que un reclamo o una broma, había sonado como algo demasiado romántico. No quería crearme ilusiones de que ella me quería como yo, pero a veces me era difícil negarlo. De todas formas, aunque Ryan no estuviera con ella, estaba metido en medio de los dos y eso complicaba las cosas.

El resto del camino fuimos hablando alegremente entre los tres, hasta llegar al lugar. Mamá bajó y como habíamos organizado, pasó por la alfombra, saludó, se tomó algunas fotos y se fue. El lugar estaba atascado de paparazzis, pude notar como el hecho intimidó de una manera considerable a ___________(tu nombre).



—Tranquila —le susurré mientras tomaba su mano apretándola levemente, ella se exaltó un poco y me sonrió torpemente, aún así se veía preciosa—. Ellos no te darán miedo si tú los intimidas primero.
—¡Oh, genial! Deberé patear traseros —sonreí divertido, ella me miró fijo, ¡Demonios! Anhelaba besarla.
—Vamos, bajemos —le pedí—. Mira, yo abro la puerta y te espero, tú bajas y caminas de mi brazo, ¿vale? —ella asintió— ¿Posarás?
—¿Tú qué dices? —yo me encogí de hombros.
—Lo que tú prefieras, estará bien —no iba a obligarla a sacarse fotos, sería absurdo. Aunque de todas formas, le sacarían fotos bajando del automóvil.
—Bueno, bajemos —me sugirió—. Posaré para que no digan que soy la amiga cabrona de Justin Bieber —sonreí divertido y bajé del auto, los flashes arrasaron contra mi cuerpo, sin embargo, era inmune al hecho.



Me quedé esperando a un lado de la puerta y ___________(tu nombre), la angelical chica que me acompañaba a mi última premiere, se deslizó hábilmente sin mostrar nada indebido fuera del auto. Me sonrió algo temerosa y cuando ella se hizo a un lado cerré la puerta, le ofrecí mi brazo y ella envolvió el suyo delicadamente. Comenzamos a caminar por la alfombra violeta hasta llegar al lugar definido para las fotos. Los paparazzis gritaban como locos la típica pregunta de cuándo te ven con “alguien nuevo”: “¿Es tu nueva novia?” Realmente, no me tomé el tiempo de responder. No era momento y tampoco era algo que quisiera hacer. No iba a decir que sí, porque no lo era, pero no quería decir que no, por orgullo quizás. Para presumir a la belleza que me acompañaba.

Me tomé algunas fotos solo y rápidamente me percaté de que ___________(tu nombre) estaba siendo devorada por los flashes de la misma forma que yo, no me percaté de que ella no estaría acostumbrada al hecho, estaba tensa, hecha una bola de nervios. La jalé suavemente de la mano, ella me miró y sonrió. La acerqué un poco más y la rodeé por la cintura.



—Sácate una conmigo —y era raro que fuera yo quién dijera esas palabras que tanto oí en los M&G.
—Vale —ella sonrió naturalmente y dirigió su mirada al frente, los flashes comenzaron a dispararse rápidamente sobre nosotros.
—Debemos entrar —añadí en un susurro.



Elevé una mano hacia la multitud, diciendo que ya no más. Luego comencé a caminar sin soltar a ___________(tu nombre), ella era un cachorrito mojado e indefenso en medio de una tormenta de fieras hambrientas. No quería que arruinaran la noche, así que debía encargarme de mantenerla a salvo.


Luego de ver la película era hora de pasar al salón de fiestas del cine privado en el que estábamos, para dar comienzo a la cena de clausura del team y los invitados. No me alejé en ningún momento de ___________(tu nombre), sabía que ella estaría perdida entre tanta gente.



—Es increíble que te abras así a tus fans —comentó mientras caminábamos por el pasillo repleto de grupos de personas hablando, mozos repartiendo champagne en copas y estatuas decorando la instalación. Era una recepción adecuada, diría yo.
—Bueno, todo esto que ves se los debo a ellas —eso y mucho, mucho más—. Aunque sabes, creo que a menudo ellas se decepcionan de mí.
—¿Por qué creen eso? —su tono se sintió preocupado. Fue raro, la miré recorriendo la expresión de su cara, era bella sin más que decir. Perfecta.
—Solo tengo 19 años, cometo muchos errores a menudo. Ellas no aceptaron jamás a Selena y cada vez que saben que me cruzo con ella arman un lío. No sé si me entiendes —quizás no—, pero te sigues rodeando de la gente que quieres y es feo saber que parte de las otras personas que te aprecian, no aceptan ese hecho.
—Es duro oírte decir eso —sus ojos marrones estaban mirándome, prestándome atención como jamás me había prestado atención alguien en mi vida.



Me hacía sentir especial que ella ni siquiera tuviera idea de mi vida en la fama, de que no conociera si quiera un tercio de lo difícil que es lidiar con el mundo mirándote bajo la lupa. La hacía demasiado ingenua en algún punto y desinteresada en otro, el cuál llegaba a hacerme sentir el chico crédulo y confianzudo que llegó desde Canadá hace años a la gran ciudad para cumplir su sueño, de aquél chico que confiaba en todo el mundo solo quedaban ruinas. Ya no era fácil para mí creer en todas las personas, sin embargo, con ___________(tu nombre), confiar era demasiado fácil.



—¡Justin! —podía reconocer esa voz a millas de distancia y me cuestioné qué hacía allí antes de voltear y verla vistiendo un elegante vestido negro, largo y lleno de brillos.
—Hola, Selena —fingí mi mejor sonrisa para no mostrarme triste otra vez delante de ella—. Pensaba que irías a la premiere de New York la semana pasada, no que vendrías a Canadá.
—Oh, bueno. Estoy con la gira aquí, hablé con Pattie hoy y me dijo que estaría bien que viniera aquí —sonrió encantadoramente y miró a ___________(tu nombre) con simpatía.
—Selena, ella es ___________(tu nombre). ___________(tu nombre), ella es Selena —las presenté. Selena recorrió a la angelical chica a mi lado inspeccionando su aspecto, de seguro se sintió intimidada por tanta belleza. ___________(tu nombre), ni siquiera notó el hecho.
—Es un gusto, Selena —murmuró y extendió su mano para saludarla, Selena respondió al gesto simpáticamente. Me preguntaba si fingía ser simpática o era real—. He oído mucho sobre ti.
—El gusto es mío, preciosa —murmuró Selena sonriéndole—. Lindo vestido.
—Gracias —a ___________(tu nombre) no pareció intimidarle que Selena estuviera mirando detalle por detalle su cuerpo, su atuendo y todo lo demás. Por el contrario, no buscó esconderse, ella estaba plantada dejándose mirar con seguridad sobre su cuerpo.
—Me agrada ver que hayas encontrado una nueva cita, Justin —miré a Selena frunciendo el ceño.
—Es una amiga, Selena. Ella es la ex novia de Ryan —Selena se quedó viéndome fijo.
—Lo lamento —se disculpó—. No intenté ofenderte —añadió refiriéndose a ___________(tu nombre), quién le devolvió una mueca parecida a una sonrisa.
—No te preocupes —habló con un tono dulce—. No debes estar celosa, Justin es un buen amigo, solo eso —miré a Selena de mal manera, ella había metido la pata.
—No estoy celosa, ___________(tu nombre) —remendó Selena con un tono serio.
—Gracias a Dios —le brindó una  sonrisa.
—Es más, me gustaría que pudiéramos salir alguna vez. Pareces ser agradable —Selena estaba siendo honesta, la conocía demasiado bien. Sus intensiones eran buenas.
—Sería un gusto —murmuró ___________(tu nombre) y le regaló una pequeña sonrisa.
—Deberíamos entrar —prácticamente, le indiqué a ___________(tu nombre) que entráramos. No quería seguir viendo como ella socializaba con mi ex novia. Era inquietante.
—Fue genial conocerte, ___________(tu nombre) —le aseguró Selena sonriéndole—. Me agradó verte, Justin. La película fue genial.
—Gracias, Selena. También fue lindo verte —murmuré sonriéndole levemente—. Gracias por venir.
—No fue nada —murmuró ella—. Adiós chicos.
—Adiós —dijimos al unísono mientras Selena se iba hacia el lado del cine nuevamente, con ___________(tu nombre) retomamos nuestro camino al salón.
—Con que ella es la famosa Selena —murmuró mirándome con una sonrisa juguetona en el rostro.
—Así es —sonreí levemente—. No esperaba que viniera, realmente.
—Ella es linda —me afirmó. “No más linda que tú”, le retruqué en mis pensamientos.
—Sí, pero ya no significa nada para mí —solo recuerdos.
—Superar a una persona que te lastima así debe ser un gran paso —dedujo ella mientras entrábamos al salón. Sonaba “Always on my mind — Michael Bublé”, excelente versión.
—Cambiando de tema —la miré atentamente—. Me quedaré hasta mañana en la noche —le comenté—. Luego regresaré a Los Ángeles dos semanas, porque tengo que hacer cosas en el estudio y luego, pensaba ir unos días a Puerto Vallarta. Pensé que podrías venir con migo, digo… no iré yo solo —me corregí antes de que entendiera mal las cosas—. Viene el team, mamá, Lil Twist, quizás Jaden, puede que invite a Caitlin y Christian también.
—Irá Ryan —supuso y sí, estaba en lo correcto.
—Si no firma en contrato de Will, sí —ella me miró confundida—. Él está por firmar para hacer una película como co-director con Will Smith —resumí el tema. Ella me miró asombrada.
—No quiero rozarme con él —dijo perdiendo su vista en uno de los centro de mesas—. Al menos, no hasta que sepa que lo he olvidado.
—Está bien si dices que no —no podía obligarla—. No voy a asesinarte —ella sonrió.
—Además, tengo la competencia pronto —añadió a sus razones para no ir.
—Oye, hablando de eso —sonreí mientras se me acababa de ocurrir una alegre idea—, ¿podemos pasar el día en el hípico mañana? —le pregunté—. Me refiero a mamá, Scooter, Kenny, tú y yo. Todos.
—Claro que sí —respondió alegremente—. Solo dime a qué hora irán y estaré allí, esperándolos.
—¡Genial, hablaremos con mamá ahora! —me aseguró— Sé que va a encantarle el lugar.




…Al día siguiente…




Habíamos quedado de ir al hípico a las 09:00 a.m., almorzaríamos ahí y a las 03:00 p.m. volveríamos por el equipaje porque el vuelo salía a las 06:00 p.m.

Al llegar al hípico no tardé mucho en divisar a ___________(tu nombre). Ella vestía pantalón a rayas blanco y negro, un sueter negro y botas de montar negras (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=109579838&.locale=es). Su cabello iba recogido en un moño alto. Justo en el momento que nos acercamos a verla junto con mamá y Scooter, ella saltó el último obstáculo de la pista sin dificultad y de vuelta hacia la puerta de la cerca nos divisó. Sonrió ampliamente, ató a su caballo a uno de los postes y con un paso ligero se dirigió a nosotros.



—Hola —saludó simpáticamente mientras salía de la pista y se acercaba a nosotros—, se me pasó el tiempo.
—Hola, bonita —saludó mamá.
—Hola —murmuré simpáticamente.
—Eso ha estado de espectáculo —aseguró mamá sorprendida—. Eres un primor montando.
—Bueno, gracias —murmuró ella alagada—. Pero no creo que quieran verme montar —aseguró divertida—, ¿han desayunado?
—No —respondimos al unísono.
—Pensé que podríamos hacerlo aquí —habló Scooter.
—¡Oh, lo lamento! —me disculpé— Scooter, ella es ___________(tu nombre). ___________(tu nombre), él es Scooter, mi managger.
—Un gusto —___________(tu nombre) le sonrió—. Por cierto, podríamos desayunar en el restaurante.
—¡Oh, eso estaría bien! —afirmó mamá divertida— Estoy muriendo de hambre.
—Vamos —le indiqué.
—Oh, sí. Adelántense. Está hacia allí —apuntó hacia un camino que dirigía al restaurante—. Voy a llevar a Donato a la caballeriza —nos explicó ___________(tu nombre).
—Acompáñala, Justin —me pidió mamá, caché su intención rápidamente. Sonreí mentalmente.
—Ven —me indicó sonriendo la ex novia de mi mejor amigo—. Podrás conocer a Tania.
—Vale.
—Los esperamos allí —afirmó Scooter comenzando a caminar con mamá.



Bajamos hacia la pista y comenzamos a caminar por la tierra a penas húmeda del lugar.



—Te embarrarás —me afirmó—. Quizás quieras ir con tu mamá. Yo los alcanzo en un segundo.
—No voy a morirme por tener barro en las suelas —le comenté divertido—. Soy igual que tú.
—Estoy acostumbrada a la tierra —se encogió de hombros. La pista era grande.
—Me gusta el lugar —confesé—. Es relajante —ella me sonrió ampliamente.
—Sí, sí que lo es —sus ojos no se separaban de los míos. Ningunos de los dos podía negar la atracción.



Un silencio se apoderó de nosotros hasta que llegamos a donde ella había dejado a su caballo. Estaba muriéndome por estrecharla entre mis brazos y besarla, el deseo cada vez era mayor.



—Justin, él es Donato —me presentó—. Lo tengo desde que empecé a hacer equitación. Es mi mejor amigo.
—Hola, Donato —murmuré acariciando la cabeza del caballo. Era precioso.
—No es demasiado manso como Tania —me aseguró. Con que Tania era una yegua—. Sin embargo, no pienso poder ir a la competencia sin él. Trabajamos duro para esto —ella agarró las riendas y comenzó a jalarlo. El caballo atendió caminando pacíficamente. Comenzamos a caminar hacia el sur, siguiendo el rumbo de hoy.
—Lo quieres mucho —obviamente—. Supongo que sientes por él lo que yo siento por mi primer guitarra.
—Jamás te he oído cantar —murmuró mirándome divertida—. Sería lindo alguna vez.
—Podría invitarte a algún concierto —y lo haría con todo gusto.
—Cuando desees, Justin. Será un honor asistir —mi nombre se oía acaramelado en sus labios.
—Veré que puedo hacer —murmuré.



Llegamos a la caballeriza entre risas de anécdotas de ella y sus primeras clases de montar. Allí me mostró a Tania, una yegua preciosa que estaba en el lugar al lado de Donato. Ella amaba a sus caballos.



—Y aquí es mi santuario cuando estoy mal —añadió cerrando el candado de los caballos.
—Así que aquí has estado el día del desastre —por no especificar más.
—Aquí ha sido —murmuró metiendo los pulgares en los pasa cintos de su jean. Elevó su vista y me sonrió tenuemente, con amargura—. No creí jamás que encontraría un amigo que no fuera Chaz, incluso que no fuera Ryan. Fue grandioso para mí saber que cuento contigo, Justin. Realmente, lo encuentro increíble. Que hayas tomado un vuelo un día antes para consolarme, que me hayas llevado a la premiere. Las cosas han sucedido rápido, pero agradezco que las verdades se sepan —sus ojos brillaban misteriosamente y sentía la conexión crecer entre nosotros.
—Eres grandiosa, ___________(tu nombre), no podía dejar que estuvieras mal por algo que no vale la pena —ella volvió a sonreírme, volviéndome loco.
—Tú eres grandioso —me afirmó ella—. No deberían juzgarte por tus errores, eres una persona maravillosa.



Antes de que pudiera darme cuenta ella estaba rodeando mi cuello con sus brazos, atiné a hacer lo mismo por su cintura, ella escondió su rostro en mi pecho, suspiró con fuerzas y reafirmó el agarre. Inhalé su aroma, vainilla y chocolate, ¡dulce hasta la muerte! Seductor y tierno a la vez, era embriagador. Perdí la noción del tiempo teniendo su cuerpo entre mis brazos, la aferré a mí con necesidad, envolviendo su cintura con fuerzas. Mis brazos sobraban para darle más de una vuelta, se volvía chaparrita entre mis brazos. Estaba abrazando a lo que acababa por convertirse en mi mundo.

Ella se separó, no sé cuando tiempo después. Sus ojos quedaron mirándome a una distancia peligrosamente corta. Sus brazos seguían envolviendo mi cuello y los míos su cintura. No deseaba soltarla. Era lo último que quería. Mis ojos miraron sus labios pintados con un suave brillo labial color durazno, si mis conocimientos no fallaban.



—Desde que te conocí me pregunté qué se sentiría besarte —luego de susurrar eso junto a ella descubrí que había pensado en voz alta. Sus ojos mieles me miraban atentamente.
—Justin, no podemos hacerle esto a Ryan —¡bingo! Ella también quería besarme.
—Él te perdió —le recordé, ella no se inmutó ante ello—. Y tampoco podría negar que hay algo entre nosotros —ella sonrió levemente.
—También he querido besarte —confesó agachando su cabeza contra mi pecho sin hacer desaparecer esa sonrisa llena de pena.
—Bésame —le pedí. Ella alzó la cabeza rápidamente para hacerme encontrar con sus ojos mirándome asustados—. Mmmh —sonreí ante ella—, mejor te beso yo.



Acorté la distancia entre nosotros y antes de lo que pudiera recordar ella recibió mis labios en los suyos. Mi pulso se aceleró, la apreté contra mi cuerpo como rogándole que no se separara. Sus labios suaves y su olor dulce estaban embriagándome. Ella aprisionó mis labios con los suyos y le devolví el gesto, era una pelea dulce y deliciosa. Sentí como sonrió en medio del beso y no pude evitar hacerlo.


Acababa de robarse mi corazón, entero. No había marcha atrás.

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