—Te extrañé tanto
—susurró agitado dejando pequeños besos contra mi hombro, luego de haberse
vuelto a su lado de la cama.
—Te quiero, Justin
—solté aferrándome a su pecho—. Te quiero mucho.
…Al día siguiente…
Me levanté, me
duché y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=111704885&.locale=es
. Dejé mi cabello suelto y no me maquillé. Decidí bajar, luego de charlar un
rato con Pattie, Justin se nos unió y almorzamos temprano, sobre las 12:00 del
medio día, para comparar con mis hábitos alimenticios, pero fue porque debíamos
partir al estudio de televisión para estar puntuales a las 15:00 p.m.
Narra Justin:
___________(tu
nombre) se había quedado detrás de cámara con Kenny. Sabía que en la entrevista
buscarían hablar de ella y no estaba seguro si hacerlo o no. Solo preferí dejar
que fluyera en el momento. Luego de retocarme, me llevaron al set y la
conductora esperaba allí. No sería una entrevista en vivo, lo que era mejor
para mí.
—Hola, Justin —me
saludó simpáticamente una rubia cerca de los 30 años, la cual nunca antes me
había entrevistado.
—Hola —saludé
simpáticamente mientras le veía sentarse frente a mí en otro de los sillones.
—Mi nombre es Karla
—acomodó su cabello hacia atrás de su hombro para luego tomar unos papeles—,
comenzaremos a grabar en ahorita mismo, ¿sí? —yo asentí.
—Vale. Solo
hagámoslo —estaba acostumbrado, nada nuevo para mí.
El director indicó
que comenzaban a filmar y así todo comenzó, otra vez. Odiaba la rutina.
Al aire.
—Buenas tardes, Los Ángeles —saludó la rubia
simpáticamente mientras miraba a la cámara—. Es un gusto presentarles la
entrevista del día. Como lo habíamos anticipado durante la semana, hoy estará
con nosotros la estrella del pop masculino, Justin Bieber —otra presentación
poco original para la lista—. Hola, Justin.
—Hola, Karla —sonreí ampliamente, otra vez.
—Es un honor para nosotros tenerte aquí en
nuestro living —pronto llegarían las preguntas.
—Oh, el honor es mío —sonreí, nuevamente.
—Déjame preguntarte, Justin, ¿has estado
mirando televisión? —¿Qué clase de pregunta era esa?
—Bueno… —carraspeé acomodándome en el sillón—,
en realidad no.
—Pero es de suponer tuyo, que todo mundo
esté hablando de la muchacha que has ido a buscar al aeropuerto ayer, ¿verdad? —ella
me miró divertida, como si escondiera algo detrás de sus ojos y deduje que ella
reconoció a ___________(tu nombre) detrás de las cámaras, junto con Kenny.
—Ella es una muchacha —me animé a darle
créditos—. No hay nada de lo que preocuparse.
—Ella es ___________(tu nombre y apellido),
¿no? Una gran jugadora de polo canadiense y una chica que hace dos días ha
ganado la competencia de equitación realizada en Georgia, ¿no es así? —y allí
íbamos, ellos lo sabían todo.
—Oh, sí —sonreí buscándola detrás de cámara,
ella estaba sonriéndome, regresé mi vista a Karla. Ella esperaba algún
comentario más—. Es una gran jugadora de polo y monta muy, muy bien —Karla me
sonrió.
—¿Están saliendo? —se animó a cuestionar.
Busqué con la mirada a mi novia, quién al entender lo que le preguntaba sin
soltar alguna palabra se encogió de hombros y luego asintió sonriendo.
—Estamos en el mejor estado que alguien
podría estar —Karla arqueó una ceja.
—¿Y cuál es ese estado, Justin?
—Estamos muy enamorados y estamos tomándolo
con calma —me sentí orgulloso de decir eso.
—Es bueno oír eso, creímos que nunca
superarías a Selena —ellos buscaban la forma de armar chismes.
—Sí, bueno… —carraspeé y sonreí
simpáticamente, por mucho que quisiera mandarla al demonio por nombrar a Selena—,
Selena fue alguien importante en mi vida, pero supongo que todo ciclo tiene un
fin y el nuestro ya ha sido, ¿no? —me encogí de hombros— La quise mucho, pero
eso ya pasó a ser parte del pasado.
—Debemos suponer, entonces, que no harás
planes de gira hasta un largo tiempo —dedujo.
—No, no es que no haré planes por mi vida
privada. Realmente, a penas estoy metiéndome en el estudio, me lo estoy tomando
con calma. Me llevará algún tiempo tener la música nueva, promover el álbum,
hacer todos los requisitos que uno nuevo precisa, ¿sabes? Y te deja poco tiempo
para pensar en una gira, al menos hasta que la promoción haya terminado —y no estaba
apurado por subirme a un avión y viajar por el mundo.
—Se rumoreaba que ibas a tomarte un largo
descanso después de todo lo que sucedió con la policía y esas cosas —allí
íbamos, camino a hablar de lo mismo. Saqué mi mejor sonrisa, deseando que no se
viera tan falsa y sentí la tensión crecer.
—Bueno, fue un golpe duro —mucho—. Muchas de
mis fans se fueron, comenzaron a reclamarme cosas y a pedir que volviera en mí,
a ser yo mismo. Sinceramente, estaba mal —muy—. De todas maneras, no conducía
ebrio, ni drogado. Solo tenía la licencia vencida, es un delito y sí, pagué.
Pero, no creo que sea razón para que se me tilde de drogadicto o alcohólico,
cuando en realidad, no lo soy. Solo tengo 19, casi 20, años. Muchas cosas se me
escapan —como a todo mundo—. Y soy culpable de ellas, lo sé. Solo estoy
equivocándome y creciendo. Deberían dejar de esperar educarse conmigo, ya que
no soy un colegio de modales o algo así —me encogí de hombros.
—¿Sigues pensando en tus fans? —la miré
fijamente y pasé saliva.
—Claro que sí —el nudo crecía en mi
garganta, no quería quebrarme—. Ellas lo son todo para mí. Mis pequeñas y
hermosas Beliebers —sonreí melancólicamente—. Muchas de ellas están aquí desde
mis covers en youtube, desde One Time, ¿cómo podría no pensar en ellas? Si mi
vida está aquí y así gracias a su dedicación —carraspeé aclarando mi garganta—.
Las amo. Son parte de mi vida, son mi familia. Les pido perdón por las muchas
veces que las lastimé, solo no intentaba hacerlo. Estoy viviendo, aprendiendo a
vivir, y siendo honesto, tengo que caer para ser fuerte y aprender. Sé que las
lastimo en el proceso, pero eso no quita que las ame. Claro que no —me convencí
a mí mismo.
—Me dio mucha lástima ver las noticias en la
televisión y ver que estabas arrestado, Justin —sonreí amargamente.
—Ya no quiero hablar de esto —o terminaría
llorando—. Ya no lo haré, no pasará.
—¿Se debe a ___________(tu nombre)? —cuestionó
ella sonriéndome como mamá lo haría.
—Quizás —sonreí más animado—. Realmente, fue
grandioso encontrarla. Ella… ella es tan distinta —no quería venerarla, pero
realmente ella era especial—. Supo desconectarme de todo esto —me referí a los
problemas—. Y lo único que espero ahora, es que mis Beliebers puedan ser
felices con mi elección. No quiero que ellas me odien por querer y ser feliz.
Sé que ___________(tu nombre) aprenderá a quererlas y viceversa. Realmente,
entenderán de lo que hablo con el tiempo —Karla me sonrió dulcemente.
—¿Quieres saber algo? —supe que era una
pregunta retórica— Es grandioso verte así. Hacía tiempo no te escuchábamos
hablar así.
La entrevista fue
grabada rápido, quizás por el hecho de que era corta. Saludé a Karla y me
dirigí hacia Kenny y ___________(tu nombre).
—Scooter te había
dicho que no hablaras de… —comenzó a regañarme preocupada ___________(tu
nombre). Sonreí divertido.
—No te preocupes —le
pedí interrumpiéndola—. Ya hablé, Scooter no puede hacer nada ahora.
—¿Nunca obedeces? —solté
una risa mientras caminábamos para largarnos de allí de regreso a casa. Kenny
venía atrás de nosotros.
—¿Tú qué crees? —ella
frunció el ceño, haciéndome reír más.
—Deberás aprender a
hacerlo, ¿sabes? Me gusta el orden —sentenció.
—¿Enserio? —la miré
divertido— Bien, a ti te obedeceré —alcé mis manos en son de rendición—. No
podría decirte que no, ¿sabes?
—¿Qué haremos
ahora? —me preguntó emocionada.
—¿Quieres regresar
a casa? —le ofrecí— O podríamos hacer lo que quieras —me encogí de hombros
pasando mi mano por mi cabello mientras salíamos a la claridad del día para
caminar hacia el aparcamiento al aire libre.
—Mmmh —me sonrió
ampliamente—, ir a casa estará bien.
—Quizás podemos
mirar una película en el sillón —le ofrecí sonriendo—. Besuquearnos también —ella
soltó una risa divertida.
—¡Eres terrible,
Bieber! —me informó exclamando.
—Lo sé, nena —la
abracé por la cintura—, pero no niegues que te encanta la idea —ella volvió a
reír mientras yo le sonreía divertido.
—Estará bien, solo
si la película no es de amor —la miré simulando ofensa.
—¿Enserio? —le
cuestioné en broma— ¿Quieres ver una de terror? Claro que no, soy miedoso.
—¡Pareces niña,
Bieber! —se burló.
—¿En la cama
también? —susurré a su oído, ella me miró con el ceño fruncido.
—No puedo opinar.
Eres el único que he probado —hizo un mohín, yo reí divertido.
—Aceptaré mirar una
película de terror, está bien —suspiré simulando pesar—. Pero solo si me dejas
abrazarte cada vez que tenga miedo.
—Te pasarás la
película abrazándome, ¿no? —dijo con un tono de pesadez, como si fuera obvia mi
intención.
—Es que hasta los
créditos dan miedo —intenté no reír y lo logré.
—Deberías ser chantajista
—habló mientras se metía al auto y yo me arrastraba a su lado.
—Séh —dije con
despreocupación—, lo estoy pesando últimamente.
Al llegar a casa
bajamos y entramos a la sala. Ella se sentó en el sillón más grande frente a la
pantalla. Busqué el control remoto y un rato después nos decidimos por “El Conjuro”.
Busqué palomitas y nos acurrucamos en el sillón. Ella estaba con los brazos
envueltos a mi torso y su cabeza apoyada en mi pecho, sus piernas atravesaban las
mías horizontalmente, yo tenía mis brazos rodeándola.
—Adoro tu olor —me
informó sin despegar los ojos de la película. Sonreí dulcemente al oírla decir
eso.
—¿Es hora de
besuquearnos? —reclamé en su oído a modo de pregunta. Ella sonrió escondiéndose
en mi pecho.
—Calla, come y mira
—me ordenó volviendo su vista a la película.
—Qué severa eres —ella
rió sin dejar de mirar el televisor.
Oí pasos entrar a
la sala, supe que sería Ryan, mamá no estaba, por ende era la única opción. Volteé
mi cabeza a un lado y él estaba allí.
—¿Te unes? —le pregunté,
___________(tu nombre) me miró primero a mí y luego a él.
—¿No sobro? —los
dos negamos con la cabeza hacia él.
—Únete —repetí.
Ryan se sentó en el sillón individual.
—¿No la habían
visto antes? —preguntó mirando la pantalla.
—No —dijimos al
unísono.
—Está buena —comentó.
—Nada de
besuquearnos ahora —susurró ___________(tu nombre) para que solo yo la
escuchara. Sonreí divertido y ella regresó su atención a la película.
Casi una hora
después la película culminó, entonces me percaté de que ella dormía en mi
pecho.
—Estuvo buena —aseguró
Ryan volteándose a vernos. Sonrió divertido—. Al parecer, se aburrió.
—Estaba cansada —me
animé a decirle—. Tuvimos una mañana bastante atareada. Sabes cómo son los
estudios de televisión.
—Nada parecido a un
hípico, eso lo aseguro —sonreí asintiendo en su dirección—. Ella tiene suerte —noté
como la miró dulcemente—.Y tú también. Ella es grandiosa.
—¿Qué hora es? —cambié
de tema antes de entrar a un campo incómodo.
—Las 07:00 p.m. —respondió
luego de mirar su reloj.
—¿Quieres ir a cenar?
—le ofrecí. Él miró confundido la escena.
—¿Y ella? —me
preguntó— No la dejarás sola.
—Irá con nosotros —le
respondí divertido.
—Oh, vale —se
encogió de hombros.
—Nena —susurré
cerca de su oído, ella se removió abriendo sus ojos lentamente, para regalarme
una sonrisa luego.
—Me quedé dormida —me
informó lo obvio sentándose correctamente.
—Planeamos salir a
cenar —le expliqué—, ¿vienes?
—¿A dónde iremos? —cuestionó
y le sonrió simpáticamente a Ryan, para regresar su vista nuevamente a mí.
—A algún
restaurante —respondí encogiéndome de hombros.
—¿No prefieren que
cocine? —nos ofreció.
—Lo que él diga —le
respondió mi amigo.
—Yo era para que no…
—Está bien por mí
hacerlo —se encogió de hombros metiendo un mechón de su cabello detrás de su
oreja—. Además, tengo ganas de hacerlo.
—Bien —le sonreí—.
Vamos a la cocina.
Ella cocinó para
tres. Hizo unas exquisitas empanadas árabes, comida que jamás había probado,
pero era exquisita en realidad.
—¿Pattie no cena? —cuestionó
ella al cabo de unos minutos.
—Salió temprano —me
informó Ryan—. No dijo si vendría.
—Supongo que cenará
fuera —deduje.
—Es una lástima que
se pierda esto —habló Ryan alagando la comida.
—De seguro se fue
con alguna de sus amigas —me encogí de hombros divertido—. Mejor, más comida
para nosotros.
—Egoísta —musitó
ella mirándome divertida.
—¿Hasta cuando
estás aquí? —preguntó Ryan hacia mi novia. Lo dijo con un tono casual,
inocentemente.
—Mañana —musitó
___________(tu nombre) algo seca. Ella no estaba bien con él eso era obvio—.
Por la noche. Mi vuelo sale sobre las once de la noche.
—Llegas como a las
04:00 a.m. a Canadá —le aseguré—. El vuelo saldrá pasada media noche.
—¿Qué tal las cosas
en Toronto? —volvió a hablar Ryan.
—Ya sabes —ella se
encogió de hombros—. No salí más allá del hípico, porque la competencia se
llevaba todo mi tiempo. Supongo que lo de siempre. Nada interesante —le sonrió
amargamente—. Oigan, ¿se enojan si me voy arriba? —la miré confundido— Estoy
agotada.
—Vale —aceptamos al
unísono.
—Hasta mañana,
chicos. Los veo —sonrió y se esfumó hacia la escalera con rapidez.
—Ella me odia —aseguró
Butler melancólicamente.
—Solo no lo supera —me
encogí de hombros metiendo otro bocado a mi boca—. Supongo que no es fácil.
Luego de ordenar un
poco la cocina Ryan salió hacia casa de Lucy. Mamá había llegado minutos antes
y dijo que iría a recostarse porque tuvo un día pesado. Yo solo entré a mi habitación
con la esperanza de que ___________(tu nombre) estuviera allí, pero ella no
estaba. Entré a su habitación ya que la puerta estaba entreabierta. Ella estaba
sentada en su cama con una camiseta mía de la cual se había adueñado en Puerto
Vallarta, su cabello estaba recogido en un moño desprolijo y estaba con su portátil
entretenida.
—¿Estás bien? —pregunté
cerrando la puerta detrás de mí. Ella se asustó y luego me sonrió serena.
—Sí —murmuró—.
Estoy bien.
—Casi no has
cenado.
—No tenía hambre —me
explicó.
—¿Segura? —ella
asintió— ¿Por qué comes tan poco?
—¿También tú? —preguntó
divertida haciendo la portátil a un lado para quedarse frente a mí cuando me
senté al borde de su cama.
—¿También yo qué?
—Caitlin dice que
estoy demasiado flaca —habló rápidamente—. Exageran, siempre he sido así.
—Ryan también lo
dice —hablé seriamente. Ella frunció el ceño.
—¿Ryan habla de mí
contigo? —cuestionó arqueando una ceja— Es absurdo…
—No cambies de tema
—le exigí—, ¿por qué comes así?
—¿Así cómo? —preguntó
con naturalidad— Estoy bien, no tengo nada. Enserio.
—Estás delgada —mi
voz era severa—. No permitiré que…
—No tengo hambre —me
soltó encogiéndose de hombro—. Como lo necesario hasta que no tengo más hambre.
Es eso. No hay nada detrás. Estoy saludable, bien. Me siento bien, llena de
fuerza y energía, ¿qué podría estar mal? —suspiré pesadamente y fruncí el ceño.
—¿Segura? —ella
asintió ferviente.
—Sí.
—Vale, vale —sonreí
y besé su frente—. No quiero verte mal.
—No estoy mal —me
aseguró—. Estoy mejor que nunca —añadió rodeando mi cuello con sus brazos.
—Oye —mojé mis
labios con mi lengua y enmarqué su rostro entre mis manos dedicándole una
sonrisa—, es la última noche que te veo hasta quién sabe cuándo, es mi deber
como novio dormir contigo —ella sonrió divertida.
—No tienes remedio,
Bieber —negó con la cabeza divertida.
—Es que no puedo
controlarme contigo —confesé encogiéndome de hombros, ella rió.
—Tampoco yo —me
informó—. Tampoco yo —sonrió divertida.
Hicimos el amor
como jamás en nuestro corto plazo junto lo habíamos hecho. Pude sentirla
completamente mía y terminé de descubrir que no podía perderla, pasara lo que
pasara. La quería demasiado como para dejar que cualquier cosa arruinara lo que
teníamos.
La miré dormir
entre mis brazos, hasta quién sabe qué hora, pero deduje que era la madrugada,
el sueño se apoderó de mí y me quedé aferrado a ella durmiendo plácidamente.
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