—¡Maldito él y sus maldiciones! —me quejé de la actitud de Bieber.
—Ese chico quiere algo contigo —me afirmó mi madre.
—¿Gayber? —pregunté confundida.
—Sí, él.
—¡Me tiraré del carro! —exageré—. Imposible, lo odio —añadí
negando a toda costa la suposición de mamá.
—Al parecer él no —aseguró ella.
—¡Qué feo suena eso! —mascullé.
—¿Por qué lo odias? —preguntó mientras conducía.
—¡Es un maldito idiota!
—Sí al igual que todos los famosos —sé que lo decía
insinuando que hasta mis favoritos lo son. Que no hay excepciones. ——No todos
son así ¿sabes? —le afirmé— Algunos no cambian por la fama, porque aman lo que
hacen.
—¿Por qué? —se refería a porqué eran inmunes al cambio.
—Son especiales —respondí.
—No existen las excepciones ___________(tu nombre) —me
contradijo mi madre.
—Y jamás dije que sí —le recordé—. Solo dije que son
especiales. Ellos sí aman lo que hacen —le expliqué otra vez.
—Lo dudo. Todo por el dinero.
—Esto logra cagarme el pensamiento mejor cambiemos de tema —le
propuse.
—Conocerás mi casa aquí, es enorme ¿Sabes? —ella,
claramente, cambió de tema.
—¿Enserio? Seguramente es genial —aseguré sonriendo.
—Ya la verás, todavía tenemos unos 15 minutos de viaje.
—¡Genial! No falta mucho.
Condujo por un barrio de casas elegantes hasta llegar a una
blanca muy bonita.
—Aquí es —me comentó aparcando.
—¡Woow! Es hermosa.
Bajamos, buscamos las maletas y entramos. La casa era
totalmente lujosa, era preciosa, era algo así… http://www.embelezzia.com/vivienda/casa-de-lujo-en-malibu.
—Ven —me llamó subiendo las escaleras.
—Yap —accedí subiendo con mis maletas.
—Esta será tu habitación —me informó.
—¡Woow! —era así http://www.hogarismo.es/2010/10/13/habitaciones-monocromaticas/ como
la primera— Es hermosa —comenté.
—Genial, me gusta que te agrade. Ahora te dejo así te
adaptas —sonriendo feliz se fue de la habitación.
Dejé las maletas a un lado, me metí en el baño, me di una
ducha muy relajante, salí, busque ropa, me puse esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=31422739&.locale=es
y bajé, la escalera llevaba a la sala. Allí estaban sentados dos hombres. Un
señor mayor y un chico más o menos de mi edad.
—Hola —saludé.
—Hola —saludó el tipo más grande.
—___________(tu nombre), él es mi jefe —me presentó mi madre
al tipo mayor.
—Un gusto, soy ___________(tu nombre) —me presenté.
—Un gusto, soy Nicholas. Él es mi hijo Santiago —me informó.
—Hola —saludé al chico.
—___________(tu nombre) debo irme al trabajo —me avisó—.
Santiago se quedará contigo ¿Podrías atenderlo? —me preguntó.
—Sí, claro —respondí obligada, básicamente.
—Gracias. Volveré temprano, te amo —besó mi frente y se fue
con Nicholas.
—¿Quieres tomar algo? —le ofrecí.
—No, gracias —respondió sonriendo.
—Entonces… —aclaré mi garganta— ¿Eres de aquí?
—Pues… ajá. ¿Tú no verdad?
—Nop, soy de Georgia Atlanta —le respondí.
—Oh, al sur del país ¿No? —me cuestionó su geografía.
—Sí, allí mismo —respondí divertida.
—No soy muy bueno en geografía —se escudó en vano.
—Dímelo a mí —tampoco lo soy.
—Entonces… ¿No conoces L.A? —por lo obvio, no lo hago.
—La verdad el camino corto del aeropuerto hasta aquí lo
conozco apenas, luego… absolutamente nada —respondí sonriendo.
—¿Quieres dar un paseo? —me invitó.
—Debo pedir permiso y mi madre acaba de salir, si la llamo
me asesinará —exageré divertida.
—No lo creo. Ella es muy buena.
—¿La conoces? —me pareció extraño.
—¡Claro! —respondió el hijo del jefe de mamá.
—Genial.
—Sí, genial —comentó disperso.
—¿Pasa algo? —pregunté curiosa de su actitud.
—No —respondió—, por cierto… linda sonrisa.
—Muchas gracias —mascullé apenada.
—¿No tienes ganas de ir por un jugo? Hay un Starbuks aquí
cerca —me gustaba la idea de que sea cerca.
—Vamos —acepté.
—Yo invito —me avisó sonriendo.
—Ya —acepté.
Tomé mi bolso de mano y mi I-phone, salimos y cerré la
puerta con llave. Camino al Starbuks.
—Entonces… ¿Tienes novia? —pregunté sacando charla.
—Sí, ¿Tú, novio? —me preguntó.
—También.
—Me extrañaría que no la tuvieras —comentó—. Además escuché
a tu mamá decir que eres independiente, que cantas bien y sobre todo eso eres
muy hermosa.
—¿Ella habla de mi? —las ilusiones crecían dentro de mí.
—Es tu madre después de todo —dijo encogiéndose de hombros.
—Sí, así que… ya me conoces —comenté.
—Algo así —masculló divertido.
De repente comenzó a sonar mi teléfono así que atendí
#Vía telefónica#
—¿Aló? —respondí.
—¡___________(tu nombre)!
—creo que era Christian— Te fuiste.
—¿Christian?
—pregunté.
—Sí, soy Chris —me
afirmó—. Ni siquiera te despediste de mí —me sacó en cara. Esto me parecía
raro.
—¡Ni que fuéramos los
mejores amigos! —protesté divertida— Creí que no te interesaría.
—¡No soy tan
ignorante! Además somos conocidos cercanos —éste chico era divertido.
—Eres un bobo.
—¡Oye! —se quejó.
—Ahora me despido. Me
quedaré en L.A por 1 mes, te extrañaré, te quiero. ¿Ahora sí? —pregunté.
—¡Mejor! Luego
hablamos ¿Ok? Adiós —colgó.
#Fin vía telefónica#
—¿Tu novio? —preguntó Santiago.
—No, un… amigo —aclaré dudosa de que seamos amigos.
—No suenas segura —me comentó.
—Es que… no es muy seguro —le afirmé.
—Prefiero que no me expliques de seguro no entiendo —me
comentó divertido mientras entrábamos al Starbuks.
Pedimos dos batidos, sí primeramente eran jugos ahora…
batidos, y nos sentamos en una mesa.
—¿Cuántos años tienes? —me preguntó sacando tema de
conversación.
—14, 15 en un mes y medio ¿tu? —pregunté yo.
—15 recién cumplidos —me respondió.
—Oh, no me llevas mucho —deduje.
—Pero soy mayor y debes obedecerme —me avisó maliciosamente.
—¡Claro! —dije con sarcasmo.
—Solo bromeaba, pero… harás mi tarea de matemática —sé que
bromeaba.
—Oye —fruncí el ceño.
—Estoy bromeando —me aclaró lo obvio.
—Mejor así.
—Me caes súper.
—También tú —y era difícil. Soy un poco antisocial.
—Lástima que te irás pronto —se lamentó.
—En un mes —le recordé.
—Es… pronto de todos modos —rió.
—Lo sé, pero… tengo mi vida allá.
—Entiendo eso.
Charlamos un rato más y regresamos a casa. Eran las 11:30
a.m mamá regresaría a eso de las 2:00 y Santiago se iría a las 4:00.
Llegamos a casa y fuimos al comedor, o eso creo.
—Oye… espérame aquí, me voy a poner algo más cómodo.
—No te tardes, me aburro —me pidió sonriendo.
—Ok —dije resignada entrando a la cocina—, ¡Me pierdo en
esta casa!
—No la conocías ¿Verdad?
—Llegué hace 1 hora o un poco más y… la verdad solo conozco
mi habitación —le expliqué.
—Se debe sentir feo —me comentó divertido.
—Sí —afirmé—, la verdad sí.
—Am… ¿Qué hacemos? —me preguntó.
—¿Nada? —pregunté divertida y reí— A ver… ¡ya sé!
—Dime —me pidió.
—No tengo nada, solo jodía —le avisé encogiéndome de
hombros.
—No tengo idea tampoco —me comentó.
—Entonces… ¿Qué te parece aburrirnos?
Sonseamos hasta las 2:00 que llegó mi madre.
—Buenos días chicos —saludó mamá entrando a la cocina.
—Hola mami —saludé.
—Hola —ése fue Santiago.
—Olivia cocinó, seguramente —¿Olivia?
—¿Olivia?
—Sí ¡___________(tu nombre)! —me respondió mi madre— Es la
ama de llaves.
—Oh, no la conozco —no conozco nada aquí.
—Vengan vamos al comedor.
Caminamos por la inmensa casa y llegamos al comedor. Allí
nos sentamos y una señora de piel blanca y cabello castaño sirvió la comida,
era Olivia. Comimos, luego charlamos un rato hasta que Santiago se fue. El día
pasó rápido, nos acostamos temprano por el cansancio. A las 10:00 pm me
despertó mi teléfono, era Adam.
#Vía telefónica#
—¡Amor! —saludé.
—Linda —exclamó.
—¿Cómo estás, lindo?
—pregunté— No te llamé porque el hijo del jefe de mamá estuvo en casa todo el
día y además me acosté a dormir, estoy un poco cansada —me defendí ante
cualquier acusación próxima.
—No importa, amor. Yo
estoy bien ¿Tu?
—También, estoy genial
—respondí—. Un poco cansada por el viaje y toda la cosa.
—Te extraño ¿Sabes?
—me comentó tiernamente.
—Sí, amor. También te
extraño.
—Las horas son tan
largas sin ti —¿dirán que no es tierno? Pues, no pueden.
—¿Recién pasó un día? Sabes…
te pienso a cada segundo —le informé.
—te amo mi niña.
—También te amo
—sonreí aunque no pudiera verme.
—¿Y qué tal Los
Ángeles? —me preguntó cambiando de tema.
—Es lindo aunque no
conozco casi nada —le respondí—. Digo… conozco el camino del aeropuerto a casa
y nada más.
—Ya conocerás —me dio
por seguro—. Tienes tiempo ¿No?
—Claro—sonreí— ¿Y allí
que tal todo?
—Michael peleó con los
chicos —me comenzó a contar.
—¿Con todos? —pregunté
asombrada.
—Sí, ¿Por qué crees
que me llevó a jugar fútbol? —me preguntó divertido.
—¿No sabes por qué?
—dije divertida.
—No tengo idea.
—¿No has visto a
Brenda?
—No, además ¿A qué
vendría? Tú no estás aquí —lo noté algo nervioso, pero preferí hacer como si
nada.
—Es verdad —me
convencí a mí misma—. Solo quería saber si ya comenzaron a ensayar con el
Gayber, digo… Bieber.
—Lo del musical
—recordó.
—Sí, eso mismo pues.
—No lo sé pero… tal
vez le pregunte a él —me comentó.
—Como prefieras —me
daba igual.
—Ya, averiguaré.
—¿Sabías que te amo?
—Sí, tal vez ¿Tu?
Digo… ¿Sabes que eres mi mundo? —me preguntó.
—Tal vez —respondí
apenada.
—Oye… debo irme a
dormir.
—Sí —interrumpí—,
conozco la ley esa, te amo. Que descanses. Te llamo mañana a primera hora.
—Igual tú, te amo
—colgó.
#Fin vía telefónica#
Luego de esto dejé mi teléfono en la mesa de noche, me di
vuelta y me quedé dormida nuevamente.
Sueño:
—Ay, ya —dije risueña sintiendo cosquillas.
—¡Vamos se que te gusta! —dijo Bieber besando mi cuello.
—Quítate —le pedí entre risas—, me da cosquillas.
—¡___________(tu nombre)! —estaba besándome el cuello— Eres
hermosa.
—¡Ay, quítate! —repetí entre risas.
—Ok, ok —dejó de besar mi cuello y besó mis labios
apasionadamente. -
—Esos besos sí me gustan ¿Sabes? —sonreí.
—Sí, lo sé —afirmó y volvió a besarme.
Realidad…
¡Ah! —desperté— ¿qué mierda fue eso? Digo… ¿yo soñando con
Gayber? Me volveré loca, estoy loca. Encima… ¿ME BESABA? Ay que asco. —Miré la
hora— Oh shit, recién son las 3:00 AM. Buscaré agua.
Salí de mi habitación a duras penas ¿Por qué? Ok, estaba
todo oscuro, soy muy miedosa y… no conocía el maldito lugar. ¿Lindo no? Llegué
a la cocina, prendí el interruptor, tomé un vaso, lo llené de agua, me lo bebí.
Lo dejé en el fregadero, apagué la luz y subí, entré a mi habitación, me acosté
y volví a dormirme.
Al día siguiente…
Desperté a eso de las 7:00 a.m, me di una ducha, me envolví
en una toalla, salí, busqué lo que me pondría, me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=31562381&.locale=es y
bajé.
En la cocina
—Buenos días —saldudé.
—Hola ___________(tu nombre) —estaba desayunando—. Pedí el
día libre, bueno… Nicholas me lo dio libre. Quiere que los lleve a ti y a
Santiago a la playa —me comentó mi madre.
—¿No tiene clases?
—Día libre —repitió sonriendo.
—¿Cuándo nos vamos? —pregunté y bebí un poco de jugo.
—A las 8:30.
—Ok, entonces… me voy a cambiar y la cosa esa —le avisé.
—Ok, diré que preparé tu desayuno a Oli —me avisó.
Subí, preparé mi bolso, me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=31579004&.locale=es y
regresé abajo. Me senté en la mesa, mamá ya no estaba allí. Eran las 8:05.
Olivia trajo mi desayuno.
—Buenos días señorita, aquí está su desayuno —me dijo
formalmente.
—Gracias, Olivia —sonreí—. Y… una cosa. No me digas señorita
soy… ___________(tu nombre) —le pedí simpática.
—¿Algo más? —preguntó amablemente.
—No, gracias.
Me comí mi desayuno mientras pensaba en llamar a Adam.
Terminé en unos 10 minutos. Estaba lista y me sobraban 15, así que llamé a
Adam.
#Vía telefónica#
—¿Quién osa de
despertarme a la madrugada? —preguntó adormilado.
—¡Claro! Gracias eh
—dije actuando mi ofensa.
—¡Amor! ¡Amor! ¡Vida!
—se desesperó reaccionando.
—Sí, claro —usé
sarcasmo.
—Duermo pesado, lo
sabes —me recordó divertido.
—Ya, sí —reí
divertida—. ¿Cómo estás?
—¡Genial! ¿Tu?
—Por ir a la playa —le
comenté.
—Lindo ¿No?
—Sí, eso creo.
—Ya, oye te llamo luego
y me cuentas ¿Sí? —me pidió.
—Ya, así quedamos. Te
amo.
—También yo linda
—truncó la llamada.
#Fin vía telefónica#
En eso mamá entró a la cocina con Santiago y Nicholas.
—¡Hola pequeña! —saludó Nicholas.
—Hola ___________(tu nombre) —saludó Santiago sonriendo.
—Hola —saludé y me puse de pie— ¿Ya nos vamos? —pregunté.
—Sí —respondió— busca tus cosas.
—Las dejé en la sala —le informé.
—Entonces…
—Subí todos los bolsos de la sala —interrumpió a mamá
Santiago—, despreocúpate ___________(tu mamá).
—Gracias —sonreí.
—¿A qué hora vuelven? —preguntó Nicholas.
—A eso de las 5:00 o las 6:00.
—Ok, cuídense. —saludó y se fue.
Salimos y subimos al auto, mamá conducía y nosotros dos
atrás. Realmente ni siquiera vi el clima, iba mirando Twitter. Me habían mencionado
en una publicación.
JustinBieber
@_________(tn) Te estoy siguiendo :) Sígueme.
Entré a su maldito Twitter y lo seguí.
_______(tn)
@JustinBieber listo, ahora si no me maldices estará bonito.
Luego de eso apagué mi Black Berry. Y… al parecer los 15 minutos
fueron rápido. Porque ya me encontraba bajando del auto.
En el estacionamiento, abajo del auto.
—Vamos más a la arena —nos propuso mamá.
—Ya, ¡Vamos! —dijimos con Santiago al unísono.
Comenzaron a caminar, me dejaron a una gran distancia atrás.
Cuando llegué ellos estaban ya sentados.
—¡Gracias por dejarme atrás! —dije con sarcasmo.
—Eres lenta —bromeó Santiago.
—Lo sentimos —se disculpó divertida mamá.
—¡Esto está vaciiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiio! —dije quedándome
mirando a algunas personas.
—¿Pasa algo? —dijo mirando hacia todos lados.
—Sí, eso —indiqué..
—No me creía tan lindo —masculló Santiago mirando donde yo.
Unas niñas venían corriendo hacia nosotros, desbocadas muy
alteradas. Eran unas 7 o 8.
—¡Tu! Tú eres a la que Bieber sigue ¡Aah! —gritaba una de
ellas.
—Bieber no me sigue —literalmente.
—¡Sí, en Twitter! —gritó otra de las muchachas.
—¿Eso qué? —no es gran cosa.
—¡Eres su novia!
—¡AAAH! NI LOCA.
Las desbocadas esta me quedaron mirando y comenzaron a
gritar ¡Malditas!, comencé a correr, me aturdían. Así que subí al auto como
pude. Ellas se largaron. Santiago se acercó y golpeó el vidrio de la
ventanilla.
—¿No están? —pregunté alarmada bajando el vidrio.
—No —respondió divertido—. ¿Eso que fue? —preguntó.
—¡Están locas! Todo ese alboroto porque el Gayber, digo, Justin
Bieber me sigue en Twitter —le comenté. Él solo reía— ¡No es gracioso! —me
quejé—, dicen que soy su estúpida novia —Santiago solo reía— ¡ey! —me quejé y
abrí la puerta, cosa que hizo que se la pegara en la frete, obvio que sin ser
intencionalmente.
—¡AAAAAAAUCH! —gritó con dolor.
—¡Lo siento, lo siento, lo siento! —repetía bajando del
auto.
—Claro, sí —dijo sarcásticamente mientras tocaba su frente.
—Mil disculpas, Santiago. No lo hice apropósito —me sentía
una tonta.
—Descuida, vamos con ___________(tu mamá) —me pidió.
—Ya, vamos.
Cerré el auto y comenzamos a caminar, estaba mal digo… ¡Le
di su peor portazo! Además esas niñas ¿Qué tenían? ¿Están locas? Como si fuese
tanta emoción que Justin Bieber te siguiera en Twitter, la verdad ¡Woow!
Caminamos hasta llegar donde mi madre y nos sentamos. Santiago seguía con un
poco de dolor, se notaba en su cara.
—¿Qué sucedió? —preguntó mi madre.
—¡Tengo menos neuronas de lo usual! —respondió tocándose la
cabeza. Mamá rió.
—¿Qué pasó? —preguntó ella otra vez.
—Es que sin querer le di un portazo a Santiago —respondí
apenada—. Es que esas malditas niñas, me corrieron gracias al puto de Bieber.
—¡___________(tu nombre)! —me regañó mamá— controla tu
vocabulario.
—Descuida, estoy bien —dijo Santiago y rió levemente.
—Lo siento, enserio lo siento —repetí.
—Está bien —sonrió.
Mi teléfono comenzó a sonar, era el estúpido de Bieber, así
que… contesté.
#Vía telefónica#
—¡Te odio! ¿Sabes? —lo
decía por lo de las chicas esas.
—Al menos hola ¿No
crees? —dijo despectivamente.
—¡Me siguen un montón
de locas desaforadas por Los Ángeles! —me quejé— Todo porque me sigues en
Twitter.
—¡No soy JUSTIN! BOBA —me
gritó.
—¿Entonces?
—Soy Ryan —me
respondió— y gracias por los insultos. Se los diré a Bieber —me comunicó.
—¿Qué haces llamándome
desde su teléfono? —si quería hablarme podía hacerlo de su número.
—Solo le hicimos una
broma, con los chicos, y le quitamos su teléfono y aquí estoy en clases de
Español, hablando por teléfono contigo —me explicó.
—¡Bonito lío! —reí
divertida—, si se trata de joder a Bieber, pues… ¡Hablemos!
—Espera… ¿Cómo es eso
de que te seguían unas lunáticas? —preguntó Butler entre risas.
—Estoy ahorita mismo
en la playa y un par de lunáticas me comenzaron a correr, diciéndome que era
novia del Gayber porque me sigue en Twitter —le informé ceñuda.
—Vete acostumbrando si
serás su amiga —me indicó.
—¿Amiga? No friegues.
Ni loca —no estaba en mis planes hacerlo.
—¿Lo odias, no?
—¿Odiarlo? Ni que
fuese importante —menosprecié.
—Estás loquita. El
chico es buena persona ¿Sabes? —me comentó.
—¿Sí? —cuestioné— No
parece… más bien parece engreído y arrogante.
—Deberías conocerlo y
pasar tiempo con él.
—¿Qué? Ni ebria.
Enserio… realmente no lo soporto mucho que digamos —me sinceré.
—Oye… debo cortar ¿Ya?
Adiós, te veré luego —colgó.
#Fin vía telefónica#
—En Atlanta— Narra Justin:
—¡Ves! Te lo dije —me repitió dándome mi teléfono.
—Ahora entiendo —respondí— pero… ¿Por qué engreído y
arrogante? ¿Eh?
—Tal vez se deba a tus groserías a veces —comentó Ryan.
—A ver, dime alguna —le pedí. Yo no soy grosero.
—Sacar el dedo medio, por ejemplo. No es de alguien cortes —me
dio el ejemplo él.
—¡Sabes que odio que me persigan! Por eso lo hice, me cansé
bastante de los paparazzi ese día —me defendí.
—¡Eh ahí otra razón! Siempre… siempre… pero SIEMPRE quieres
la respuesta a todo escudándote —otro ejemplo.
—¡Sabes! Sueles cansarme a veces —comenté perplejo.
Dicho eso me levanté y salí de allí. La profesora no estaba,
era… hora libre. Así que me senté en un lugar retirado del salón.
¡Aaah! ¿Qué mierda tienen? ¿Odiarme? ¿Qué les he hecho? No
los jodo, soy amable, no he cambiado. Siempre fui así y… mucha gente me quiso.
Además ¿Qué? Ser famoso siempre quiere decir que seas engreído ¿No? Bueno,
lamento informarle a ___________(tu nombre) que NO es así, que si quiere mi
amistad luchará por ella. Esperen… ¿Amistad? Ni yo creo eso, digo… me odia
¡Hello! ¿De qué amistad hablo?
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Chicas :) De ahora en más será un poco más difícil que suba rápido los capítulos ¿Por qué? Bueno es que el colegio & algunas cosas personales que hago me llevan tiempo, pero... seguiré en esto porque me encanta & lo amo.
Gracias a las que leen, desde ya :) Las quiero, un beso Beliebers ♥
-Poly-
Gracias a las que leen, desde ya :) Las quiero, un beso Beliebers ♥
-Poly-
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