—Devuélveme mi
teléfono —le exigí a Ryan, él estaba esquivándome.
—¡No seas pesada y
déjate de tonterías! Acabas de hacer una cagada, que te salió mal por suerte —sentenció.
Yo me aferré a su cintura haciendo berrinche como una niña pequeña.
—Ryan —le hice
pucherito, él no se inmutó. Me elevé en mis puntas ante su quietud absoluta y
lentamente lo besé. Sí, estaba besando a Ryan en un estado de ebriedad
impresionante.
—Diablos,
___________(tu nombre) —protestó alejándome de él—. Vamos, te llevaré a tu
casa. Estás ebria —sentenció.
—Pero devuélveme mi
teléfono —le exigí. Él se negó jalándome hacia la salida.
—Te lo daré cuando
estés sobria otra vez —suspiré cabreada.
…Al día siguiente…
Domingo con resaca,
no era tan novedoso, ¿verdad? Me dolía la cabeza y giraba todo en la
habitación. Divisé a Caitlin durmiendo como si fuera la última vez, supuse que
llegó mucho más tarde que yo. Me maldecía en ese momento por haber bebido la
noche anterior. Ni siquiera podía recordar con lucidez lo que hice. Solo recordaba
que Ryan tenía mi celular.
Entré al baño
arrastrando los pies e intentando no caerme, estaba mareada. Me paré frente al
espejo, ¡estaba destruida! Mis ojeras eran horriblemente asquerosas, mis ojos
estaban dilatados y entrecerrados. La luz los cerraba más, siempre que bebía
esto pasaba al día siguiente, aún así mis ánimos por dejar de hacerlo no eran
muchos. Me cepillé los dientes intentando quitarme el sabor horrible que tenía
en la boca. Luego, solo me metí bajo el agua tibia.
Cada vez me notaba
más deteriorada, como si el tiempo no me sentara bien. Me veía bien, pero no me
sentía así. Las ganas de cortarme regresaron a mí, sentía la necesidad de que
duela otra vez. Pero recordé a Bieber diciéndome que no lo hiciera y de alguna
manera sentía la necesidad de cumplir esa promesa, ¡era absurdo! Salí de la
ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=67958029&.locale=es. Me maquillé y recogí mi cabello,
intentando no despertar a Caitlin.
Al bajar en la sala
estaban Samanta, Rodrigo y mis padres jugando a un juego de mesa que ni
siquiera presté atención en saber cuál era.
—Linda borrachera
portabas anoche —creo que Samanta quería vengarse.
—Cágate —le sugerí—.
Es mi drama, ¿no crees?
—No es manera de
que llegue una dama —se entrometió Rodrigo sintiéndose poderoso sobre mí.
—Es cierto —aseguró
mi madre. Yo reí cínicamente.
—¿Por qué no solo
usas tu boca para hacer lo que mejor sabes hacer? —no estaba de humor como para
dar lindas respuestas—, mejor no te metas en mi vida, imbécil.
—¡Oye! —me irrumpió
mi padre— contrólate, niña.
—Oh, ¡ya deja de
defenderla! —le grité exasperada— me parece justo que intentes salvarla de toda
la mierda que me dieron a mí, pero ella no será igual que yo —les recordé—.
Cuando mucho puede hacerlos abuelos —miré despectivamente a Sam—, pero no será
la clase de mierda que soy yo. Simplemente dejen de hacerme ver como una
energúmena, ¿vale?
—¿Por qué mejor no
te tragas tus palabras, ___________(tu nombre)? —alzó la voz la perra de
Samanta— Eres una vergüenza, ¿cómo puedes ser tan desagradecida?
—Ya Sam —habló mamá
dulcemente, intentaba detenerla.
—¿Y qué harán? —pregunté
desafiándolos—, ¿meterme en un centro para discapacitados? —la cara de mis padres
cambió totalmente, intentando que no hablara más. Había una reputación que
mantener delante de Rodrigo, ¡eran unos farsantes! Reí cínicamente—. La vida es
más de lo que ustedes creen, son unos idiotas —sentencié.
—Son tus padres —me
recordó Rodrigo.
—¿Y eso qué? —pregunté
despectivamente— No quita todo lo malo que son —sin decir más, me largué a la
cocina.
Eran las 02:00 p.m.
según el reloj de la cocina, no apetecía comer nada. Estaba aburriéndome, necesitaba
hacer algo. Honestamente, pensándolo con tiempo, mi vida era muy poco
interesante. Por más frío que hiciera, salí al patio y me recosté en el césped
bajo un viejo árbol que estaba allí desde que tenía memoria.
Y allí estaba,
extrañando muchísimo a Ronan. Pensaba mucho en él a diario. A veces, solo
necesitaba recordar sus vivaces ojos azules para flotar otra vez. Me preguntaba
si su cabello rubio casi dorado seguía así de hermoso, si sus ojos seguían
transmitiendo esa paz, si su alma seguía iluminando a quienes él quería. Por
las noches me parecía oírlo reír, lo extrañaba demasiado. Extrañaba que él
estuviera allí para mí. Necesitaba encontrar a Ronan, costara lo que costara y
estaba dispuesta a empezar al día siguiente.
¿Él me recordaría?
Quizás, estaba enojado conmigo y no querría verme. Tal vez, pensó todo este
tiempo que me olvidé de él, que ya no lo amo con todo mi corazón. Si él supiera
todo lo que sufro desde que se lo llevaron de la casa. Aún no entiendo la
crueldad y el desamor de mis padres, ¿cómo puedes meter a tu hijo en un lugar así
solo por el “qué dirán”? Es totalmente desalmado de su parte. Ronan necesitaba
amor, él era un ser especial, no podía estar con cualquier persona. Él no
quería estar con cualquier persona. Recién en ese momento entendía por qué
Ronan no quería a mi mamá, ella debía de tratarlo mal. Ronan les tiraba el
cabello a quienes no quería y muchas veces mamá estaba que lloraba por los
tirones que le pegaba mi hermano, a veces hasta le arrancó mechones enteros. Él
nunca fue capaz de pegarme. Ni siquiera de despreciarme.
Cuando reaccioné
estaba mirando las nubes pasar sobre mí, lejos muy lejos, con los ojos tan
llorosos como cada vez que lo recordaba. Estaba llorando otra vez, sola.
Necesitaba a Ronan con mi vida. Entré a la casa y escuché a mi madre llamarme.
—¿Qué quieres? —cuestioné
de mal modo secándome mis lágrimas.
—Te buscan —añadió.
Salí a la sala y me quedé sorprendida.
—Hola —dijo él
sonriéndome, ¡no podía creerlo! Era demasiado fuerte, ¿estaba aquí?
—¡Chris! —exclamé y
me tiré a sus brazos. Él respondió apretándome contra él con fuerzas.
—¡Estás preciosa! —él
había hecho un cambio grandísimo en dos años.
—¡No puedo creerlo!
—exclamé inspeccionándolo— ¡estás tan… sexy! —él soltó una risa, yo lo jalé
hasta la cocina—, ¿quieres algo de beber?
—Agua —me pidió.
Serví en un vaso y se la pasé. Me senté y quedé mirándolo, él hacía lo mismo
mientras bebía.
—Enserio, no puedo
creerlo. Estás aquí, Christian Beadles —musité. Él rió divertido. Siempre tan
simpático.
—Estoy aquí,
___________(tu nombre y apellido) —bromeó, no dejaba de mirarme—. Estás
distinta.
—¿Para bien o para
mal? —pregunté curiosamente. Chris era una de las personas que más amaba en mi
vida.
—No lo sé —sentenció
y me sonrió—. Estás preciosa.
—Oye, también
cambiaste. Estás sexy y ardiente —él rió divertido.
—Sigo siendo el
mismo Chris.
—Y yo la misma
___________(tu nombre).
—Cait no opina lo
mismo —murmuró Chris, lo miré raro, ¿qué le habría dicho Caitlin?
—¿Qué te dijo ella?
—le pregunté astutamente.
—Pues, que eres más
dark y que a veces te comportas fría y ruda —Chris se encogió de hombros—. Con
migo no será así, ¿verdad, linda?
—¡Qué pendejo eres!
—musité y solté una pequeña risa.
—¿Y mi hermana? —me
preguntó él recordando a Cait.
—Está durmiendo —respondí—.
Anoche fuimos a una fiesta y aún no despierta —eso fue lo que me hizo recordar
que no tenía mi celular.
—¡Uh, se la pasan
de fiesta! —bromeó él—, pero es domingo y vamos a hacer algo.
—¿Algo como qué? —le
pregunté divertida, él se encogió de hombros.
—No lo sé —musitó—,
¿qué dices de ir por un café, así me pones al día? —me ofreció. Por mí, estaba
bien.
Salimos de la casa,
hacía algo de frío, pero era soportable para mí. Tenía muchas cosas las cuales
hablar con Chris. Así que pedimos dos cafés en la cafetería y nos sentamos en
una de las mesas.
—¿Te quedas a
vivir? —Chris negó con la cabeza.
—No, no. Me vuelvo
la semana próxima —me explicó—. Tengo que terminar la prepa en Paris, mamá no
quiere que me mude a New York hasta que termine con las clases, así que supongo
que recién el próximo año vendría.
—¡Qué mala onda! —me
quejé yo, él sonrió divertido.
—Sí, pero el año
próximo estaré aquí —aseguró.
—El año que viene
tengo pensado mudarme a Los Ángeles —él me miró algo raro—. Sí, planeo
presentar un demo para trabajar con una disquera.
—Sabes que es
difícil, ¿no? —yo asentí ante el comentario realista de Chris.
—Si no tomas
riesgos no ganas, Chris —le recordé, pues era así. Si no arriesgaba no ganaría,
pero tampoco perdería. Solo por el hecho de no intentarlo—. Sabes lo que amo
cantar, no puedo quedarme de brazos cruzados a esperar que una oportunidad
caiga del cielo. Si así es, la tomaré y estaré feliz, pero mientras tanto
debería luchar, ¿no crees?
—Claro que lo creo —me
sonrió ampliamente—. Es lo que debes hacer, luchar por lo que crees correcto.
—Va, Chris —sonreí
dulcemente—, cuéntame cómo te la pasas en Paris.
—De maravillas —aseguró—.
Tengo buenos amigos y la prepa a la que voy es muy mona. Además, practico skate
y sigo haciendo vídeos allí.
—Me alegra que te
hayas adaptado, Chris —él era sociable y amistoso, no se le habrá complicado en
el tema.
—¿Y por aquí, qué
tal las cosas? —me preguntó simpáticamente. Yo bebí un sorbo buscando algo que
contarle, había cosas pero todas me comprometían con mi moral y la de
Christian. Era preferible, contar cosas aburridas.
—Conseguí la beca
en la escuela de artes de New York poco después de que Cait y tú se fueran —Chris
creo que no sabía eso—. También dejé de bailar —debía mantener mis mentiras
ante todos, aunque un día se descubrirían y no sabía las consecuencias. Era
mejor que ser pisoteada, estaba segura de eso—. No lo sé —sonreí amargamente—,
mi vida no ha mejorado, Chris.
—Me llama la
atención que te maquilles y vistas así —confesó, yo inspeccioné mi ropa. No
venía tan rockera.
—Es porque no me
has visto más producida —musité, él rió divertido.
—De todas formas,
te queda bien —aseguró—. Aunque me gustaba la ___________(tu nombre) de antes.
—No creí que iba a
verte hoy —aún no lograba salir de mi asombro.
—Pues, yo sí —afirmó
divertido.
—¿Te quedas en
casa, no? —él negó con la cabeza tragando un sorbo del café.
—Estoy quedándome
en el apartamento de papá —me afirmó—. De todas formas, quiero pasarme todos
los días contigo y Cait, como era antes —yo sonreí asintiendo.
—Y así será, Chris —no
planeaba otra cosa—. Excepto por la mañana, porque voy al colegio aún.
—Oh, va —sonrió—. De
todas formas, pienso dormir hasta el mediodía —confesó.
—¡Qué flojera! —protesté,
él frunció el ceño divertido.
—Hablas tú, todavía
tienes cara de dormida, amour —sonreí ante su palabra en francés.
—No te hagas el de
los idiomas, Beadles —protesté otra vez, él rió.
—Lo lamento —musitó—,
tengo incorporado el francés.
—¡Va y te me vienes
a hacer el extranjero, Beadles! No te queda —le informé, pues claro que para mí
no le quedaba. Lo conocía desde que tenía uso de razón, para mí él seguía siendo
el Chris de New York, mi mejor amigo.
—Oye, yo no afirmé
que no te quedaba lo rocker, aunque lo pienso —yo fruncí el ceño y él rió.
—No es una moda —le
recordé—, es como visto y ya.
—Deberías venirte a
Francia conmigo unos días —me agradaba totalmente lo que proponía Christian.
—Sería grandioso —sonreí
ampliamente—, sabes… creo que podría ir para navidad, ¿qué dices? —tenía dos semanas
libres, es decir: “dos semanas para pasar en Paris”.
—¡Sería genial!
Amaría pasar navidad contigo y Cait, junto con mamá obviamente —estaba
totalmente entusiasmada con la idea.
—¡Amo esa idea,
Chris! —afirmé.
—Le diré a mamá que
hable con tus padres —aseguró Chris—. Ella no va a negarse, te echa tanto de
menos.
—También extraño a
Sandy —su mamá—, hace muchísimo no sé nada de ella.
—Pues, sigue
trabajando en su línea de cosméticos —soltó mi amigo—. Le va bien.
—Me pone feliz
saber eso —afirmé. Sandy siempre había sido amorosa conmigo, más bien fue como
mi segunda madre.
—___________(tu
nombre), ¿eres feliz ahora? —él habló con una voz dulce y melodiosa, haciendo
que mis ojos se llenaran de lágrimas en pocos instantes.
—¿De qué felicidad
hablas? —le pregunté de buena manera fregando mis ojos.
—No lo sé, ya no
sufres Bullying, digo, ¿ha cambiado tu vida?
—Cambió mucho, sí —afirmé—,
pero no quiere decir que sea feliz ahora. En realidad, sigue siendo la misma
mierda.
Narra Justin:
Eran casi las 03:00 de la tarde de un domingo y yo seguía
absurdamente aburrido en casa. No había salido la noche anterior y nada
emocionante había pasado ese fin de semana. Bajé hacia la cocina, otra vez.
Mamá estaba allí esta vez.
—Hola, Justin —me
saludó.
—Hola —respondí.
—¿Jazzy está en la
casa? —yo negué con la cabeza. Pues, sí. Mi hermana por parte de padre, se
había mudado con nosotros.
—Salió —le expliqué—.
Me dijo que estaría en la casa de al lado con una de sus compañeras de ballet.
—¿Qué tal el ensayo
ayer? —se refería al ensayo de ballet de Jazzy.
—Oh, pues bien —musité—.
Cambiará de profesora para la semana entrante —era todo lo que sabía del tema.
—Oh, bien —murmuró
mamá—. Estaré en el despacho terminando unos papeles —me informó y se fue de la
cocina. Yo tomé un vaso y bebí agua.
—Bieber —me habló
la voz de Jazzy.
—Hola, Jazzy —le
sonreí amablemente.
—¿Quieres merendar?
—Jazzy tenía dieta de bailarina, por eso respetaba un régimen de seis comidas
diarias.
—Vale, pero que no
sean verduras —protesté, Jazzy soltó una risa.
—Leche y galletas
de avena, ¿te apetece? —yo asentí desde la silla.
—Sí, me apetece —hablé.
Ella sacó dos vasos y comenzó a verter leche—. ¿conoces a ___________(tu nombre
y apellido)? —le pregunté, quizás la conocía del ballet.
—Oí hablar de ella
ayer en ballet —musitó mi hermana—. Dicen que es una bailarina de la ostia.
—Oh —sonreí
mientras ella me pasaba la leche y se sentaba frente a mí.
—¿La conoces? —yo
asentí mientras le daba un sorbo a la leche.
—Es una amiga —le
expliqué—. Y sí, baila de la ostia.
—¿Enserio? Me
gustaría conocerla —aseguró Jazzy y me sonrió divertida.
—¿Para qué?
—Para que me enseñe
algunos trucos —aseguró—. Todos en el ballet comentaban que es bailarina
profesional y que es una de las mejores que podría conseguir la compañía.
—¿Quieres que la
llame? —pregunté ofreciéndole que ___________(tu nombre) viniera.
—…
Coso!!! La amo joder! Como escribes tan bien? Nolose pero me gusta es asi como ohh bueno es Poly, y veo yo ohh bueno se entiende no?, es asi como que deberias hacer un libro, te acuerdas de mi? La que te hacia unos comentarios que daban flojera en la otra? Pues la misma y si no te acuerdas pues regresate jajaj esque no comento porque falta de tiempo o me da flojera xD pero no dudes que la amo, sabes? Lloro con el final de la otra que nunca aprendi del todo su nombre me parece hermosa algun dia la leere otra vez :3 es muy hermosa, creeme tire lagrimas a mod ojos y esta esta pff fabulosa, creeme no esperaba menos pero crei que iba a ser como "oye todavia extraño a ____ la adoptada" bueno todavia lo hago pero esta esta bomba (me da risa esa palabra) y pues espero que la sigas! Cuidate te dejo mañana reanudo clases :s
ResponderEliminarWww está genial
ResponderEliminarMe encanta esta novela Diooos! Jolínes es que me emociono con solo leerla,tiooo.Cada día estoy pendiente de si subes o no capitulos.Estoy enganchadisimaa! Me encanta la personalidad que tiene _________ Jajajajaj y me encanta como es Justin.Hacen bellísima pareja.Solo que me gustaría que le pusieras más cosas así como le pusistes el anterior capitulo,que ella se emborrachaba o algo y luego,pasaban las consecuencias.Eso hace que anime la novela jajajaja.En serio, y esto es de verdad, ¡amo tu novela más que ninguna otra cosa en el mundo! (Bueno , sí, a Justin jajaja) Siguela por que es increible y no paro de leerla sonriente porque me encanta! Cuidate ;) Te quiere, tu seguidora jiji.
ResponderEliminaraaaaaaaaa siguela enserio poly soy tu fan me encanto el capitulo,aora llego chris sexy beadles ajjaja siguela dejas kn la intriga siempre,bye besos <3
ResponderEliminarTU! ash por fa siguela necesito que la sigas o literal me da un paro!
ResponderEliminaraaaah¡?
ResponderEliminarporuqe no has subido
2 dias sin tu novela es una eternidad
para todas y mas donde la dejaste
su pronto porfavor¡¡¡¡
LA AMO¡¡¡