—¿Crees
que me interesa? —cuestionó con ira— Me da por las pelotas si tu madre me
acepta o no, ella no me conoce y solo se encarga de juzgarme por si visto o no
de una manera, aburrida y elegante, como a ella le gusta, ¿crees que eso está
bien, Justin? —estaba gritándome, me desesperaba.
—¡Diablos!
—grité esta vez yo—, sé que crees que mi madre es una mierda, ¿vale? Pero al
menos no es una criminal, ¿no? —dije cínicamente.
Recibí
un profundo silencio a modo de respuesta, había metido demasiado la pata, ¿no
era así? Pues, cuando estoy nervioso o enfadado, mis palabras no se controlan,
no tengo medidas de lo que digo y termino haciendo esta clase de mierda.
—Nena
yo no… —comencé a hablar unos minutos después de pensar bien qué debía decir.
No podía seguir cagándola.
—Puedes
irte al demonio y pudrirte allí dentro, idiota —ella estaba más furiosa que
antes aún—. Sabes, si quieres follarme solamente y luego tratarme como una
puta, ya para el carro y déjame aquí. No estoy dispuesta a aceptar que seas un
idiota conmigo como se supone que lo eres con todas, ¿vale? Me importa una
mierda tu ayuda, me importarás una mierda si me tratas así.
Deduje
que era mejor guardar total silencio. Así que conduje el resto del camino, casi
15 minutos, sin hablar. Escuchaba su respiración a mi lado y me desesperaba
saber que había hecho mal las cosas. Al llegar al lugar donde le daría la
sorpresa, si podría llamarse así, estacioné pero no me inmuté por salir, ella
tampoco. Solo se quedó viendo por la ventanilla del coche.
—Nena…
—No
me digas así —me exigió volteándose a ver con su cara húmeda y sus ojos llenos
de furia.
—Estás
llorando, preciosa —pensé en voz alta y mis manos se dirigieron a secar sus
lágrimas. Ella me quitó la mano bruscamente. Enserio estaba enojada—. No
controlé mi ira, lo lamento. No quise decir nada de lo que solté. Fui un idiota
—intenté excusarme cabizbajo.
—Pues,
¿sabes que me lastimas cuando dices eso, verdad? —me gritó furiosa— ¿quieres
saber qué fue lo que pensé durante todo el camino? ¿Quieres hacerlo? —simplemente
no dije nada, al parecer eso le pareció un sí— Pues, quería encontrar una puta
cuchilla y hacerme tantos cortes como sean posibles —al oír eso mi corazón se
frenó.
—No,
no me digas eso —le pedí sacudiendo mi cabeza, me acababa de convertir en un
monstruo para ella. Eso no era justo—. A veces solo no puedo controlar decir lo
que pasa por mi cabeza y es un acto de estupidez muy grande, pero no pienso
mucho de lo que digo —confesé. Sus ojos seguían desprendiendo lágrimas y estaba
desesperándome. La había destruido otra vez.
—Estoy
cansada, necesito un respiro. Necesito alejarme de ella —la miré detenidamente,
para descubrir que hablaba de Jen o ___________(tu mamá), como prefieran
decirle—. Necesito ser fuerte.
—Ven
aquí —musité y la jalé para abrazarla como se podía dentro del coche—. Lo
lamento muchísimo, ¿sí? —ella asintió llorando en mi pecho.
…
Ella había
conseguido sosegarse y yo librarme un poco de mi peso. Así que bajamos del auto
dispuestos a entrar, aunque ella no supiera dónde estuviéramos.
—¿Qué
es aquí? —cuestionó ante el enorme edificio.
—Ya
verás —mantuve el misterio tomando su mano. Ella comenzó a caminar detrás de
mí.
—¿Y
esos ruidos? —cuestionó algo confundida. Yo sonreí divertido.
—Estamos
en un lugar de práctica de tiro —ella me miró arqueando una ceja, se veía linda—.
Voy a enseñarte a disparar, te servirá de mucho dado a juzgar lo que los dos
sabemos.
—Tengo
buena puntería —presumió.
—¿Segura?
—ella asintió.
—Mataba
mi tiempo tirando dardos a una foto de Sam hace poco y siempre quería darle en
los ojos, era como un placer, pues todos los dardos daban allí —relató su
historia con placer en sus ojos—. Ojalá ella habría estado en lugar de…
—Prefiero
no oír tus pensamientos morbosos —la interrumpí. Ella se encogió de hombros.
—Enserio,
no sé disparar —recordó segundos después.
—Por
eso voy a enseñarte —le recordé, ella me sonrió levemente.
Luego
de pasar por gerencia para pedir los auriculares para hacer menos tedioso los
ruidos que oíamos, un número de cabina y un arma nos dirigimos a dónde debíamos
estar.
—Venga,
tenemos una hora para hacerlo —aseguré cerrando la puerta de la cabina. Ella me
miró y asintió acomodándose las orejeras.
—Bien,
tú mandas —la oí decir, así que le pasé la pistola.
—Empúñala
por el agarre —le indiqué, ella acomodó su mano—. Tú dedo índice irá en el
gatillo y la otra mano también en el agarre. Ahora, apunta levemente un poco
más arriba de dónde quieres dar la bala. Con tu pulgar gatilla la palanca de
arriba —ella lo hizo y se escuchó el ruido de cómo la bala se acomodaba en su
lugar para ser disparada—. Bien, gatilla —le indiqué. Ella apretó el gatillo
oyéndose el típico ruido de un disparo, miré donde exactamente había dado la
bala y para mi sorpresa, había dado en el medio de la cabeza del tipo que
teníamos enfrente, que era un muñeco claramente.
—¡Bam!
—dijo ella y me sonrió orgullosa. Estaba atónito, darle tan puntualmente a algo
me había tomado demasiada práctica.
—No
puedo creerlo —escupí y la miré asombrado—. Le has dado para matar.
—Tengo
buena puntería —repitió egocéntricamente.
—Venga,
una puntería excelente —aseguré—. Pero vamos, quiero verte otra vez. Quizás fue
suerte de principiante —ella rió burlona y se alistó para disparar otra vez,
sin inmutarse, apuntó y tiró nuevamente. Esta vez dándole en medio del tórax.
—Creo
que podría dispararle a alguien, ¿no? —se volteó a verme rápidamente. Yo reí
incrédulo mientras pasaba mi mano por mi cabello.
—Claro
que sí, nena —ella sonrió orgullosa.
…
Una
hora después estuvimos en el carro, ella de todos los tiros que había
ejecutado, solo falló a dos. No sabía si era suerte de principiante, si había
empuñado un arma alguna otra vez o si ser criminal lo llevaba en su sangre,
pero si avanzaba así, pronto estaría a nivel para buscar a Ronan. Su teléfono
sonó desconcertándola un poco, sin dudarlo atendió.
Narra
___________(tu nombre):
#Vía telefónica#.
—¿Dolly? —mencioné, pues
era su número el que me llamaba— ¿pasa algo?
—¿Qué diablos hiciste para
tener a Jen en Seattle hoy mismo? —mi garganta se secó al instante y miles de
preguntas recorrieron mi cerebro.
—¿Qué? —cuestioné
estúpidamente— ¿cómo coño puede estar allí?
—Dímelo tú —me pidió—.
Llegó hoy.
—Yo no dije nada de dónde
estuve los últimos tres días —le aseguré, pues era así. Jamás había hablado de
mi estadía en Seattle.
—Parece que ella lo sabe de
todas formas —era eso o estaba por otra cosa allí.
—¿Y estás segura de que
está por mí en Seattle? —Dolly tosió confundida.
—No lo sé —escupió—. La vi
aparcar frente al viejo edificio abandonado del centro.
—Dolly, busca ayuda de
Jhones —le aconsejé— e intenta averiguar qué hace allí.
—Nena, no encontraré pistas
de Ronan en Seattle —me aseguró.
—¿Tú qué sabes? —ella no
era Jen, quizás mi madre tenía pistas allí que podrían ayudar— Si no lo harás,
iré yo misma —estaba dispuesta a hacerlo.
—¿Cuándo vienes a Seattle? —me
preguntó— Organizaré un pequeño plan con Jhones, veremos qué tiene Jen aquí.
—¿Es necesario que vaya? —Jen
no sería idiota. Comenzaría a sospechar.
—Busca la manera —me pidió—.
Dile que te vas de vacaciones con Justin, ¿qué dices? —sería una buena idea, si
no me hubiese ido con Rodrigo hacía un par de fines de semana.
—Vale, veré como hago —mascullé.
Era obvio que necesitaría de Justin, otra vez—. Cuanto antes esté allí te
aviso, ¿venga? Habla con Jhones —solo colgué.
#Fin vía telefónica#.
Justin
estaba viéndome con curiosidad, en cuanto corté él arrancó el coche esperando
que hablara, y era lo que iba a hacer. Necesitaba de él otra vez.
—Era
Dolly —él solo guardó silencio esperando a que le dijera qué sucedía—. Necesito
ir a Seattle cuanto antes —él volteó a verme unos leves segundos y luego
comenzó a conducir.
—¿Cuándo
iremos? —se incluyó— ¿Y, por qué?
—Jen
se dirigió a Seattle hoy, Dolly la vio entrar en un edificio abandonado en la
ciudad. Tenemos que saber qué diablos hacía allí. Ella organizará algo con
Jhones, para que nosotros vayamos y ayudemos con el operativo —Bieber asintió
guardando los datos—, ¿cuándo podremos salir de New York?
—Tenemos
que hacerlo muy bien planeado, no podemos dejar que Jen sospeche —él tenía
total razón.
—Y,
¿qué haremos? —era bastante difícil que ella no note mi ausencia.
—Tengo
una idea —sentenció—, dile que viajarás a Los Ángeles para probar suerte con
una disquera, dile que yo te acompañaré porque también podría probarme en una y
ya, ¿vale? —yo asentí. Era una buena idea.
—De
todas maneras, tenemos que encontrar un medio para ir hasta Seattle más rápido
que el tren y que Jen no lo conozca —quién sabe y la cruzábamos allí. Ella no
podía conocernos.
—Tengo
un amigo que puede ayudarnos —miré a Justin curiosamente, ¿de quién hablaría?—.
Se llama Chaz Somers, estuvo en la pandilla conmigo y luego se salió, porque no
era lo suyo —Justin se encogió de hombros—, podría ayudarnos. Él tiene gente
dispersa en todo New York.
—¿Y
cómo ayudaría? —no lo tenía bien claro.
—Chaz
podría conseguirnos un yet privado —aseguró Justin—. Además, me debe un par de
favores.
—Es
confiable, ¿verdad? —Justin soltó una pequeña risa.
—Es
un buen tipo, descuida —me pidió—. Además, podría sernos de gran ayuda.
—Venga
—acepté, pues necesitábamos alguna ayuda para llegar a Seattle mañana, casi por
la mañana diría yo—, pero no quiero meter mucha gente en esto, Just.
—No,
descuida bebé —me pidió él y sonrió levemente sin mirar—. Chaz sabe manejarse
en estos casos —afirmó—, nadie más estará en esto.
Justin
me dejó en casa casi a las 06:00 p.m., al llegar solo entré a mi habitación me
quité el saco y bajé nuevamente, necesitaba hablar con mi padre, ya que suponía
que Jen no estaría en casa. Él estaba en la sala de estar leyendo una revista.
—Papá,
necesito hablar contigo —solté sentándome frente a él, quien dejó la revista en
la mesa de vidrio y me miró detenidamente.
—Te
escucho, linda —él era dulce conmigo, aunque yo lo había hecho pasar mucha
mierda hacía unos años. Todo lo dulce que sea, no le sacaba lo hipócrita que
pudo ser.
—Mañana
me voy a New York por la mañana con Justin —sentencié sin más, él estaba a
punto de hablar, pero yo me decidí a seguir—. No espero que me dejes o no —solté
prosiguiendo—, en realidad solo te avisaba a ti, ya que mamá no está, porque me
iré a probar en un estudio de música. Está decidido, ¿ya?
—¿Cuándo
regresas? —me preguntó.
—En
dos o tres días —en realidad, no lo sabía muy bien.
No
tenía nada que escuchar, lo tenía decidido, así que subí a mi habitación y armé
un pequeño bolso. Tomé la guitarra que había traído junto con Justin, me senté
en la azotea mientras tocaba algunos acordes.
Estaba
cantando un cover que amaba hacer, era “I’d rather go blind — Etta James” (http://www.youtube.com/watch?v=WA1nw-CF_x0, para las que me pidieron
que pusiera la música, aquí está (: espero les guste, Dana canta del
espectáculo).
El
atardecer se veía realmente agradable desde arriba, la soledad siempre fue un
sentimiento que me agradó cuando necesitaba refrescar mi mente, y… ¿a quién no?
Mis dedos fluían divertidos y simples sobre los acordes en el solo y mi voz
cantaba amoldándose a los juegos que practicaba con mis cuerdas cuando volví a
cantar. La canción no describía lo que sentía en ese momento, pero era una de
mis favoritas, por eso mismo la cantaba. Una balada que proponía mostrar mi
voz, no solo me gustaba, la amaba honestamente.
Puse
mi guitarra hacia un lado mientras me recostaba en la silleta viendo como el
cielo sobre mi cabeza era azul un poco oscuro, bajando por un celeste, parando
por un rojo raro, hasta llegar a un amarillo-naranja. Era uno de los mejores
atardeceres, todo parecía perfecto. El viento, el aroma, los colores. New York
estaba preciosa hoy. Suspiré poniendo mis manos detrás de mi cabeza, estaba
totalmente relajada.
Mi
cabeza estaba repleta de ideas, mágicamente en algunos cuántos días, no eran
Ronan, ni Jen, ni peligro, ni nada a lo que pudiera asociársele armas, muerte,
sangre o una película de terror. Asombrosamente tenía a Justin en mi cabeza y
una melodía algo así como un blues de fondo. Así que me dirigí, tomé una
libreta de partituras donde tenía un par de canciones sin terminar y puse una
página en blanco. Hacía bastante no lo hacía.
…
Casi
una hora pasé escribiendo y borrando sobre el mismo papel, ni siquiera me había
dado cuenta del frío y la noche caer sobre mí. Pero estaba más que conforme con
mi nueva canción.
—Nena
—volteé desesperada a ver, efectivamente era él.
—Justin
—musité y sonreí levemente, para ser realista. Era solo a él a quien quería ver—,
¿qué haces aquí? —él limpió sus manos, había subido por la escalera que había
entre las enredaderas, la que llevaban al balcón de mí habitación solamente.
Pues, no podía entrar por la sala sin que Sam no lo viera.
—Vine
a verte —sentenció con naturalidad—. No soporté tanta distancia —solté una risa
divertida—, ¿qué hacías?
—Mmh…
componiendo —él se sentó en la punta de la silleta para mirarme detenidamente—,
¿qué? —pregunté intimidada por cómo me miraba.
—Nada
—me sonrió—, ¿me muestras qué componías? —tragué saliva, me daba pena hacerlo.
Honestamente, me costaba decirle te quiero a él, justamente a él.
—Bueno…
—callé. Él arqueó una ceja divertido.
—No
creo que sea malo —aseguró—. Por el contrario, escribes maravilloso.
—Venga,
pero no acepto risas ni lágrimas ¿me oyes? —él asintió algo confundido. Tomé la
guitarra otra vez y comencé a tocar.
—You
held my heart
Making
me fly, baby
It
was like novel
And
no one was there, yeah
the
days
Took
away my pain without making me mourn
But
it there you were
Appearing
in the shadows
And
history
He
tells me not flee now
I
ensures
That
might be something more
And
I'm just saying
That
I can not lose you now
My
arms will need
When
the cold of the night
Whispering
that should I let you
Oh,
no, no, no —comencé a puntear mi guitarra, casi como si fuera que tocara una
eléctrica, solo que era acústica y no se oía con el mismo sentimiento que con
una guitarra de blues, pero no era tan malo.
Hope
It
is not ally of danger
But
it my heart
Just
need a kiss of fire within me
But
it, baby
No
reflections,
thoughts,
opinions
To
press my mind!
Just
a story
That
writes what we can be
Baby,
baby, baby
thou
knowest
You
know how my heart suffers at night
All
the tears
Who
wet my cheeks
When
I can not flee (I can not flee)
You
know, baby, I love you
Oh,
I want so much —Justin me miraba fijamente, sonrió levemente y tomando mi cara
entre sus manos me besó con una sonrisa en los labios.
—También
te quiero —aseguró a milímetros de mi cara— y la canción, es de las mejores que
oí alguna vez.
—La
escribí antes de que llegaras —confesé mirando sus perfectos ojos avellana—. Y
para ser honesta, la escribí porque luego de salir de esta mierda que será
encontrar a mi hermano, voy a presentarme a un estudio con esta misma canción.
—Juro
que te llevaré hasta el fin del mundo —afirmó—. Triunfarás con esa voz potente
y áspera que tienes nena (como la de Dana (la del vídeo) para que tengan idea),
llegarás lejos —aseguró sonriendo con orgullo de mí.
—¿Hablaste
con Chaz? —le pregunté dejando la guitarra a un lado.
—Ya
sé a dónde tenemos que ir mañana a las 08:00 a.m. —me respondió—. Para las
09:30 a.m. estaremos en Seattle, ¿vale? —yo asentí y le sonreí levemente. No
era algo que me emocionaba moverme como una criminal. Pero debía hacerlo.
—¿Y
con Pattie, hablaste? —él asintió levemente.
—No
hay problema por ella —escupió—, ¿tu padre? Porque ella —Jen—, no está aquí —supuso—,
¿verdad?
—Lo
tengo controlado —aseguré—. Y no, Jen no llegó.
—Bien,
estás sola en casa —lo miré arqueando una ceja, ¿cómo diablos sabía eso? Ni
siquiera yo lo sabía.
—¿Qué?
—Tu
padre salió cuando llegaba en el auto con Samanta y Caitlin salió para cenar
con Ryan —me sonrió pícaramente.
—Hace
frío —musité poniéndome de pie—. Ven.
Justin
caminó hacia mí, yo me volteé a cerrar la mampara cuando sentí como sus brazos
se prendían de mi cintura y besaba mi cuello provocativamente. Tiré mi cabeza
hacia atrás callando un gemido, ¡era un Dios con los besos en el cuello!, sus
manos se posicionaron en mi vientre, mientras sus dientes jugaban a mordisquear
la piel de mi cuello.
—Puedes
conocerme hoy, nena —musitó besando mi cuello sin descanso, sonreí divertida.
No me molestaba jugar a este juego, lo había hecho antes, no con él, pero lo
había hecho en fin.
—Eres
tú quien desea conocerme, Justin —volteé sobre mis pies, quedando de frente. Él
sonrió levemente.
—¿Tengo
el gusto?
Pasé
mis manos por su cabello para prenderme por la parte de atrás de su cuello y
empujarlo hacia mí. Atrapé sus labios en un beso lo suficientemente caliente.
Justin jugaba con mi lengua, encargándose de divertirme lo suficiente, me
desprendí de sus labios y bajé besando su mandíbula hasta tener control de mi
cuello. Dejé algunos chupones allí, para comenzar a morder sensualmente cerca
del lóbulo de su oreja, sentía el pecho de Justin subir y bajar a descompás del
mío.
La ame siguela esta super buenaaa
ResponderEliminar--Taylor
Me encanta siguela
ResponderEliminarasofljsakjfsk siguela
ResponderEliminarOh Dios mio! jajajajajajajajaja perverción totaal :O la amoooooo siguela,amigaa L te quiero muchisimo
ResponderEliminaroh margot las cosas se ponen calientes siguela besos <3
ResponderEliminarquien es dana
ResponderEliminarDana es una cantante y actriz que les di como referencia para que imaginaran la voz de ___________(tu nombre) al cantar :) Búscala si quieres, su nombre es Dana Fuchs, la que canta en el link del vídeo que dejé para que vieran la canción y eso :)
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