—Ro… Ron… Ronan —logré
decir, él esbozó esa media sonrisa tan costosa que me alegraba la vida.
—¡Siser! —balbuceó,
corrí lo más rápido que pude y casi abalanzándome sobre la silla de ruedas lo
abracé con fuerzas.
—Ronan, te encontré
—enmarqué su cara entre mis manos y besé su frente—. Te extrañé demasiado,
precioso. Juro que te sacaré de aquí.
—¿Eso? —tartamudeó
entre dientes viendo mi cuello.
—Es lo que menos me
interesa ahora —confesé y le sonreí ampliamente—. Juro que saldremos de esto
juntos, hermano. Juro que voy a sacarte de aquí, llevarte lejos y serás feliz.
Ronan, viviré para ti si es necesario, pero no dejaré que nadie te haga daño.
—Jen —su
vocabulario había avanzado un poco, apuesto a que no estaba solo aquí.
—¿Alguien te cuida,
verdad?
—Sí —dijo él
toscamente—. Dida.
—Mmj, Jen la manda,
¿verdad? —él asintió casi nulamente, pero yo lo entendía a la perfección— ¿No
te hace daño, no?
—No —respondió al
instante—. Dida buena.
—Ronan, saldremos
de aquí y voy a ponerte en libertad otra vez —le aseguré mirándolo con cariño.
Lo había echado tanto de menos.
—Te amo, Siser.
Mi corazón se
detuvo al oírlo decir eso, suspiré y sonreí, intentando tragarme el nudo en mi
garganta, pero era imposible. Jen había ido demasiado lejos, yo no le
permitiría que siga haciendo cosas por Ronan, él era inocente de toda su
mierda. Debía sacarlo de allí en ese momento, pero no podía actuar. Estaba como
una idiota frente a él.
—También te amo,
hermano —le sonreí ampliamente—. Lamento no haber llegado antes aquí, sabes,
desde que te fuiste nada ha sido fácil para mí.
—¡Ow! —volteé
desesperada a ver quién venía ahora a joder—, ¡Qué adorable escena! —masculló
con cinismo Alex. Fruncí el ceño poniéndome de pie.
—¡Vete! —le ordené.
Él me sonrió divertido.
—Te dije que iba a
agradarte venir —estaba haciendo juegos mentales otra vez—. A Ronan le gustaría
saber lo que has estado haciendo.
—¡Él no tiene la
culpa de nada! —le recordé, Alex frunció el ceño como confundido.
—¿Y no has matado
por él? —no miré a mi hermano, porque sabía que no podría negárselo. Con él no
podía mentir, ni jugar a nada.
—¡Ya cierra tu puta
boca, imbécil! —le dije entre dientes— Si no quieres pagar lo que dices,
cállate.
—Ramera, tú cierra
la boca —lo oí decir mientras me presionaba las muñecas con fuerzas otra vez.
En una descripción
bastante detallada de él, podía decir que su cabello rubio y alborotado se le
vería sexy si no estuviera maltratándome o no trabajara para Jen. Tenía unos
ojos verdes como el césped en primavera, impresionantes. Sus labios eran
gruesos y estaban teñidos de un rosa natural que se veía adorable. Tenía unas
lindas mejillas un poco ruborizadas naturalmente. Su cuerpo estaba trabajado y
eso podía notarse.
Respecto a su
actitud, pareciera ser un chico salido de una película mafiosa, aunque en
realidad era en eso lo que se había convertido mi vida. Solo hablaba con
insultos y una voz gruesa y penetrante. Sexy, quizás. Su mirada era fría y
sensual a la vez, una mezcla rara que intimidaba si te dejabas ver a los ojos.
Alex era un prototipo de matón de película, estaba segura de eso.
—A mí no me dices
ramera, ¿oíste, imbécil? —él rió irónicamente y soltó mi mano.
—Volveré, perra,
volveré —me aseguró. Yo solo ignoré sus palabras. Él dio la vuelta y salió del
lugar.
New York
Narra Justin:
Lo poco que había
dormido la noche anterior, no alcanzó para saciar mis nervios. Me dolía la
cabeza y estaba en un estado nervioso inexplicable. Necesitaba actuar, hacía
casi un día no sabía nada de ___________(tu nombre) y aunque estaba
profundamente dolido porque me ocultara que atacó la central de Jen, debía
salvarla.
Me levanté de la
cama y me duché. Me puse un jean negro, una remera blanca, una chaqueta de
cuero marrón y mis supras azules. Ni siquiera me preocupé por mi cabello. Bajé
a la cocina y tomé un poco de café con una tostada, iría directo hacia casa de
Miley. No podía contener la calma como Dolly aconsejaba, simplemente no podía
convivir con la idea de que ella estaba corriendo peligro en donde estuviera.
Conduje desesperado
hasta casa de Miley, intentando que ningún control policial me diera una multa
por exceder el límite de velocidad. Al llegar aparqué y me bajé del automóvil casi
sin frenarlo. Golpeé desesperado la puerta de Miley, necesitaba saber que
__________(tu nombre) estaba bien. Mi querida amiga atendió segundos después
con cara de mal dormida y desarreglada.
—Por favor, dime
que sabes dónde está —le pedí, Miley hizo un gesto con la cara haciéndose a un
lado para que yo entrara.
—Lamentablemente,
no —masculló. Pasé la mano por mi cabello para tirar nerviosamente de las
puntas, esto comenzaba a volverme loco.
—¡Diablos! —protesté—,
Estoy desesperado Miley, necesito saber de ella —mi amiga suspiró frustrada.
—Descuida, Justin —todos
lo decían, pero era difícil dada a conocer la situación que yo sabía de Jen y
todo eso—. Ella siempre se va de la casa así y regresa a los dos o tres días,
no te hagas tanto lío —suspiré una vez más.
—Gracias, Miley —le
sonreí forzadamente y salí de su casa.
No me había servido
de nada hablar con ella, en fin de cuentas estaba en la misma situación que
antes. Necesitaba saber algo de ella. Monté mi auto otra vez, honestamente no
sabía qué hacer. Sabía que las cosas estaban mal, pues ella no respondía su
teléfono, lo que quería decir que estaba en problemas. ¿A quién podía recurrir
ahora para que me ayudara? Los chicos de la pandilla, me detestan y tienen
justas razones. No sabía a quién acudir.
Sin embargo, en ese
mismo momento recordé la existencia de Chaz. Él podía ayudarme.
Bristol
Narra
___________(tu nombre):
Sentía que mi
corazón explotaría de la felicidad, pero al mismo tiempo me sentía demasiado
frustrada y con odio por lo que Jen estaba haciéndonos.
Le avisé a Ronan
que iría a darme una ducha, así debiera vestirme luego con esa ropa asquerosamente
rosa y femenina, sentía la necesidad de limpiarme, me sentía sucia. Así que
luego de bañarme, me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=70596963&.locale=es
y me recogí el pelo desprolijamente en un moño, para regresar donde Ronan.
—Ronan —lo hablé,
él movió sus ojos hasta mí. Estaba en una silla de ruedas automática que él
manejaba con poca movilidad desde su brazo derecho—, ¿tienes hambre?
—Dida —arqueé una
ceja ante su comentario. No había nadie más que yo, ¿qué querría decir con eso?
—¿Dida cocina? —él
asintió levemente, yo le sonreí sentándome en su cama frente a él—, Ronan,
¿mamá nunca viene a verte? —él negó levemente mirando hacia abajo.
—No.
—Yo creí que te
tenía en un centro de rehabilitación —él no se inmutó—, a ver, ¿te siguen
gustando las damas? —él alzó los ojos y sonrió de lado.
—Sí.
—¿Tienes un juego
aquí? —él asintió levemente—, Va, juguemos entonces.
New York
Narra Justin:
Conduje hasta la
guarida de Chaz, estaba desesperado por hacer algo con respecto a la
desaparición repentina de mi novia, ¡esto no podía quedarse así!
—Chaz —hablé solamente
entrando a la oficina, él junto con Alfredo y Ryan G. voltearon a verme.
—Justin, ¿pasa
algo? —creo que se notaba en mí lo exasperado que estaba.
—Sí, pareciera que
has visto un fantasma —comentó Alfredo mirándome raro.
—Necesito ayuda —confesé—,
___________(tu nombre) desapareció. Estoy seguro de que Jen la ha secuestrado —Chaz
me miró sorprendido.
—¿Qué? —cuestionó
alarmado Ryan G.
—¡No puedo creerlo!
—confesó Chaz— ¿Enserio?
—Sí, Chaz —afirmé
intentando tranquilizarme—, ¡estoy volviéndome loco!
—Bro, hay algo que
___________(tu nombre) no te dijo —volteé a mirar a Chaz detenidamente, él
estaba sin expresión, era difícil descifrar qué diría.
—¿De qué carajos
hablas? —Alfredo y Ryan G, miraban con cara de no entender nada.
—Bueno,
___________(tu nombre) vino a hablar conmigo antes de ayer, me pidió ayuda para
salir del país camino a Bristol para rescatar a Ronan —abrí los ojos
asombrados.
—¿Y le diste ayuda
para que vaya sola sabiendo que yo no estaba enterado de esto? —si era así,
sacaría la pistola que tenía en el bolsillo trasero del jean y juraba que lo
haría volar en pedazos.
—¿Estás loco o qué
te pasa, Bieber? —me preguntó mirándome raro Somers— Claro que no. Ella no
salió de aquí, es más, le dije que no iría sola porque nosotros iríamos con
ella.
—Jodida
___________(tu nombre) —maldije.
—¿Quiénes la vieron
por última vez? —me preguntó Ryan G.
—Mi madre y Jazzy,
en la clase de Ballet —respondí confundido—, luego ya no pude contactarla.
—¿Y luego no
supiste nada? —yo negué con la cabeza ante la pregunta de Alfredo.
—Es claro que Jen
la secuestro —habló convencido Chaz—, sabemos como es. Es capaz de cualquier
cosa por cubrir su culo.
—¿Y dónde debería
tenerla? —preguntó Alfredo para sí mismo.
—Quizás en Bristol —deduje,
Chaz elevó la mirada y la clavó en mí.
—Es algo lógico —aseguró
Ryan G.—. Quizás hasta la tienen con Ronan.
—Debemos viajar —aseguró
Alfredo—, hay que salvarla.
—Hay que averiguar
dónde están —Chaz era precavido y pensaba las cosas en frío, tenía razón. No
podíamos arriesgarnos a morir.
—Hay que tener un
buen plan —les corregí las ideas.
Bristol
Narra
___________(tu nombre)
—No puedo creer que
me ganes tres partidas seguidas —sonreí al verlo con una expresión de orgullo.
—¡Vaya, vaya! —volteé
y una mujer de unos cuarenta y tanto de cabello castaño, ojos grises y enorme
sonrisa. Parecía ser buena, pero trabajaba para Jen, ¿qué podía tener de buena?—
Tenemos compañía, hola —me saludó. Ronan sonrió al verla.
—Dida —exclamó mi
hermano.
—Hola —saludé
secamente—, soy ___________(tu nombre y apellido), hermana de Ronan.
—Soy Tita, su
enfermera —era simpática después de todo.
—Un gusto —sentencié
duramente.
—Me gustaría
hablarte luego —me informó.
—Cuando desees
hacerlo estaré dispuesta —no iba a ser considerada con ella.
—Bien, Ronan —le
habló a mi hermano—, es hora de bañarte.
Luego de que Tita
se fuera con Ronan camino al baño me tiré en su cama. No podía creerlo, estaba
con él. Pero no todo se basaba en eso, estaba corriendo peligro continuamente
en esta casa, no podía solo relajarme y ser feliz con Ronan. Debía encontrar la
forma de salir, de vengarme de Jen y ser libre una vez más. Alejarme de toda
esta mierda en la que acababa de meterme. Suspiré frustrada mientras me ponía
de pie otra vez.
Cerré mis ojos
recordando cómo había bailado Don Quijote para Pattie y lo bien que me había
salido. Sonreí apenas, jamás dudé por qué no lo hacía profesionalmente, pero
esta vez me lo pregunté, ¿por qué no me dedicaba a ser bailarina de alguna
compañía? En realidad era lo que amaba hacer, ninguna cosa me llenaba tanto
como ponerme en puntas y ser elegante. Adoraba sentir el viento en mi rostro
mientras saltaba o hacía un par de giros. Nada se comparaba con el ballet para
mí, por mucho que doliera era lo que adoraba hacer. Pensaba arduamente en
audicionar para Pitt la siguiente temporada, ¡amaría ser el estelar de algún
clásico! Como el Cascanueces, quizás el Lago de los Cisnes o Don Quijote tal
vez.
New York
Narra Justin:
Habíamos logrado
rastrear una propiedad en Bristol con el nombre de Jennifer Wood, la cual
estaba desocupada porque nadie habitaba allí. Dedujimos rápidamente que podía
ser de Jen, fue ese mismo día cuando partimos hacia Bristol, juro que estaba
totalmente cegado y era capaz de matar a cualquiera que se interpusiera.
—Cálmate, viejo,
¿sí? —Chaz, quien iba sentado a mi lado palmeó mi hombro amistosamente.
—Estoy totalmente
ciego de odio, Chaz —confesé, Alfredo y Ryan G. iban hacia delante jugando
poker.
—Debes pensar con
la cabeza, no con el culo, ¿lo tienes, verdad? —suspiré asintiendo—, no puedes
hacer cagada, está en peligro la vida de ___________(tu nombre), ¿lo recuerdas?
—Chaz tenía razón.
—No puedo entender
cómo diablos Jen, siendo su madre, puede secuestrarla —sacudí la cabeza
intentando saber que no era real, pero sí lo era.
—Mi madre fue capaz
—la historia de Chaz era muy triste—. Hasta casi me mata —sonrió odiosamente—,
¿qué esperas? Todas las madres no son como Patricia.
—Jen merece tener
una bomba atascada en el trasero y morir como un animal peligroso —deseé con
odio y rencor fluyendo en mis venas—. Sabes, esto ya es personal.
—¿Y qué harás? —cuestionó
irónicamente— Patearle el trasero, sí, parece ser bueno —dedujo—. Pero, quién
sabe, ¿no? Puede que a ___________(tu nombre) le moleste que tú la mates de un
tiro en su cien, ¿no lo has pensado, Justin? ¿Quieres perder a la única mujer
que has querido? —Chaz era como un psicólogo que no conocía demasiado de mí,
pero a la vez sí lo hacía. Era raro.
—Sí, es cierto —musité—.
Pero, Jen no puede quedar así de impune por secuestrar a su hija y a su hijo
también.
—¿Sabes a cuánta
gente quiero asesinar? —Chaz negó con la cabeza con una mueca divertida—, pero
no puedo hacerlo, no es lo que debo, ¿y tú, debes matar a Jen? —él tenía razón.
No podía hacerlo.
—Si hay alguien que
debe hacerlo, definitivamente no soy yo —Chaz asintió.
—En todo caso, creo
que el derecho más “legítimo” —enfatizó—, es solamente ___________(tu nombre).
—No lo sé —suspiré
frustrado—, solo quiero tener la seguridad de que ella está bien.
Por más que
sintiera un recelo por el hecho de que me había ocultado que atacó la base de
Jen, que sabía dónde estaba Ronan y además de que planeaba rescatar a Ronan sin
mí. No podía odiarla, no podía despreocuparme. Solo lograba odiarme a mí mismo
por haberla dejado sola, ¿cómo diablos pasó? Quizás yo debería haber ido al
ensayo con Jazzy, ¡yo debía haberla llevado a algún maldito lugar después de
que saliéramos del estudio! Puta vida, ¿por qué a ella? ¿No era demasiado con
lo que había sufrido? Pues, no. Porque seguían pasándole cosas malas.
—Chaz, ¿qué pasa si
murió? —aunque sería imposible creerlo para mí, era una opción, ¿no?
—Viejo —suspiró—,
no debes pensarlo así, ella está bien, ¿lo tienes? —yo asentí— Jen no sería
capaz de matarla sin un poco de tortura primero.
—Sí, quizás tengas
razón, pero… ¿y si no es así? —sé que estaba siendo pesimista— si alguien llegó
a hacerle daño a ___________(tu nombre) voy a volarle la cabeza y a hacerlo
sentir tan miserable que deseará de rodillas que lo mate —sentencié entre
dientes.
—Es que no hay otra
opción, Justin —sentenció con seguridad—. Sé que está viva y que no va a
pasarle nada de lo que no pueda salir. La encontraremos y salvaremos a ella y
Ronan, ¿lo tienes claro o deberé hacértelo entender a golpes, Bieber? —reí ante
su broma algo agresiva.
—Gracias —susurré
ante su actitud. Él me sonrió levemente.
—Para esto estamos
hermano, para ayudarnos.
No podía entender
por qué estaba tan consternado ante saber que ___________(tu nombre) estaba
secuestrada, quizás estén maltratándola ahora mismo, no lo sabía. Sin embargo,
cada segundo que pasaba hacía que creciera un odio incomparable dentro de mi
pecho. Era desesperante.
Una sensación que
jamás había sentido. Una angustia mezclada con desesperación, teñida con un
poco de tristeza, ¡debía buscarla y protegerla de lo que sea! Estaba seguro de
que podría hacerlo, porque honestamente, ya no permitiría que me ocultara nada,
ni siquiera cosas como estas, que podrían llevarla a la muerte. Jen era una
psicópata, no podía dejar que llegara a herirla. No dejaría que así pasara.
Podía cerrar los
ojos e imaginármela cantando o bailando, era lo que más quería ahora en el
mundo y no permitiría que Jen le hiciera daño, esa perra iba a pagarlo, fuera
como fuera. Chaz no dejaba de preocuparse para que yo controlara mi ira,
Alfredo y Ryan G. solo estaban como dos idiotas jugando poker, ¡necesitaba
llegar a Bristol y encontrarla! Necesitaba con todas mis fuerzas abrazar a
___________(tu nombre), besarla y decirle que todo estaría absolutamente bien.
siguela me encanto, siguela pronto!
ResponderEliminarHola Poly como estas??
ResponderEliminarBueno men encanto el cap. estubo buenisimooo me encanta tu novee siguelaa!
Bueno besitos te quiero mucho yop Pituu! (っ◕‿◕)っ