Justin
caminó hacia mí, yo me volteé a cerrar la mampara cuando sentí como sus brazos
se prendían de mi cintura y besaba mi cuello provocativamente. Tiré mi cabeza
hacia atrás callando un gemido, ¡era un Dios con los besos en el cuello!, sus
manos se posicionaron en mi vientre, mientras sus dientes jugaban a mordisquear
la piel de mi cuello.
—Puedes
conocerme hoy, nena —musitó besando mi cuello sin descanso, sonreí divertida.
No me molestaba jugar a este juego, lo había hecho antes, no con él, pero lo
había hecho en fin.
—Eres
tú quien desea conocerme, Justin —volteé sobre mis pies, quedando de frente. Él
sonrió levemente.
—¿Tengo
el gusto?
Pasé
mis manos por su cabello para prenderme por la parte de atrás de su cuello y
empujarlo hacia mí. Atrapé sus labios en un beso lo suficientemente caliente.
Justin jugaba con mi lengua, encargándose de divertirme lo suficiente, me
desprendí de sus labios y bajé besando su mandíbula hasta tener control de mi
cuello. Dejé algunos chupones allí, para comenzar a morder sensualmente cerca
del lóbulo de su oreja, sentía el pecho de Justin subir y bajar a descompás del
mío.
Las
manos de Justin bajaron hasta mis muslos, él tiró con fuerza, alzándome, yo
envolví su cintura con mis piernas. Justin nuevamente acorraló mis labios en un
beso, nuestros labios peleaban una pelea de un compás rápido y pasional. Era
dulcemente caliente. Quizás, el más caliente que probé. Sentí el impacto al
chocar las rodillas de Justin contra la cama, él suavemente me dejó en ella sin
dejar de besarme, poniéndose sobre mí de un modo que no cargaba todo su peso encima
de mí, volvió a hacer su magia sobre mi cuello. Sus manos bajaron hasta el
borde de mi camiseta, entonces ayudándolo él me quitó de encima mi prenda
negra, dejándome en sostén. Suspiró y mientras bajaba por mi cuello hasta mi
pecho, mis gemidos quedaban mudos en mi boca gracias a la lengua de Justin
jugando sobre la piel de mi pecho.
Mientras
él jugaba en mi pecho antes de quitarme el sostén, tiré del borde de su
camiseta, mientras él se separaba un poco de mí para quitársela. Me sonrió con
algo de lujuria mientras hacía que levantara mi espalda para desprender mi
brasier. Comenzó su juego de besos y mordiscones en mis senos, mientras yo solo
me encargaba de sentirme amada, casi tocando el cielo por la magia que ejercía
Justin. Bajó sus manos hasta el botón de mi jean, mientras tanto haciendo un
juego bastante difícil con mis pies, me quité las botas. Él me sacó el pantalón
tirándolo a un lado. Él me devolvió sus labios besándome otra vez en la boca mientras
con sus dedos frotaba mi femineidad. Mi espalda se arqueaba mientras sentía
como me humedecía para él.
—Estás
que ardes —susurró él sensualmente en mi oído, era mi turno.
—Y
aún no has visto nada —sentencié sonriendo sexy. Me moví para voltearlo,
quedando sobre él.
Hice
mi cabello hacia un costado mientras él miraba como me posicionaba sobre él a
horcajadas. Me dirigí a besar su cuello mientras mis manos desprendían el botón
del jean. Bajé besando la piel de su cuello, pasando por su pecho, también por
sus perfectos abdominales, para detenerme donde comenzaba el elástico de su
bóxer. Tiré de su Jean para dejarlo caer al suelo, junto con el resto de las
prendas. Lo mismo hice con el bóxer, para tener de frente a su gran amigo, por
así llamarlo. Lo tomé entre mis manos y Justin soltó un suspiro ahogado cuando
pasé mi lengua por su longitud. Él solo soltaba gemido tras gemido, cuando me
dispuse a hacerle sexo oral. Luego de unos minutos, él tomó mi cara y jaló en
son de que ya no más. Así que así fue cuando él tomó el mando poniéndose sobre
mí.
Sentí
como después de quitarme mis bragas, él entraba lentamente en mí. Solté un
gemido mientras arañaba su espalda arqueando mi espalda al sentir como crecía
en mí. Él comenzó a entrar y salir de mí a su antojo, mientras besaba mi
cuello. Después de unos minutos las embestidas fueron más y más rápidas, hasta
sentir que yo me vine con él dentro.
—Justin,
no tenemos protección —le recordé al oírlo gemir entrando y saliendo de mí. Eso
solo significaba una cosa, estaba por acabar y si lo hacía dentro de mí, nueve
meses después tendríamos una criatura en brazos. Ninguno de los dos quería eso.
Él salió de mí y acabó sobre mi vientre.
—Diablos
—musitó tumbándose a mi lado en la cama con su respiración agitada, al igual
que la mía. Él me envolvió por la cintura con uno de sus brazos y besó mi cien—.
Eres increíble.
—El
mérito también fue tuyo —volteé a mirarlo, tal como él lo hacía. Lo notaba
feliz—, ¿estás feliz?
—¿Tú
qué crees? —eso fue un sí indirecto.
—Caitlin
podría llegar en cualquier momento —y el problema, era que compartíamos
habitación.
—Pues,
en realidad, no creo que sea así —musitó él mientras acariciaba mi mejilla aún
un poco agitado—. Ryan no la dejará volver temprano a casa si han salido a
cenar —yo sonreí divertida.
—¿Te
quedas a cenar? —le ofrecí. Él sonrió levemente. Y pues, no. No cenaríamos
abajo, por seguridad, no quería que nadie nos viera, así que subiría alguna
porción de pizza o algo que habría en la cocina.
—Vale
—aceptó—, pero luego me voy. Tengo que hacer un bolso para mañana.
—Ey
—sonreí divertida—, no dije que te quedaras a vivir.
—Ya
quisieras —musitó divertido y besó mi mejilla dulcemente.
—Ya,
¿qué quieres comer? —le pregunté sentándome en la cama mientras me agachaba a
tomar la camiseta de Justin. Era más grande que la mía, así que básicamente me
quedaría como un vestido.
—Lo
que tú comas —se encogió de hombros mientras miraba detenidamente como me ponía
su camiseta.
—Venga,
ya regreso —musité.
Salí
de la habitación sintiendo los ojos de Justin clavados en mí. Entré a la cocina
y me dirigí a la heladera, como de costumbre había una caja de pizza, había
tres porciones, así que la tomé, también tomé un paquete con tostadas y dos
botellas de agua mineral. Subí las escaleras, debía admitir que estaba cansada
y apenas eran las 09:00 p.m. de un sábado, un sábado que parecía ser tranquilo.
Entré a la habitación y Justin estaba acostado, con sus bóxers puestos.
—Bien,
encontré pizza, tostadas y agua —hablé cerrando la puerta con mi pie a duras
penas. Él solo se encargaba de mirar—, podrías ayudar, ¿no crees? —él rió
divertido y tomó de mis manos la caja de pizza— Gracias —mascullé.
—Ven,
siéntate —me pidió haciendo un lugar en la cama. Yo cerré la puerta y me senté
en el lugar que él dejó—. Se te ve sexy —yo solté una risa mientras tomaba una
porción de pizza.
—Cállate
y come —le ordenó. Él rió tomando otro trozo de pizza.
—Venga,
estás agresiva, ¿eres así después del sexo? —fruncí el ceño viendo como él
comía un trozo de pizza.
—¡Mierda!
—mascullé luego de tragar— Deberías cerrar tu boca más a menudo —él rió
divertido y bebió un sorbo de agua.
—Solo
bromeaba —aseguró pasando la lengua por sus labios, yo le di otro mordisco a la
pizza haciéndole saber que no estaba contenta—. ¿Te enojarás? —yo negué con la
cabeza.
—Oye
—hablé luego de tragar—, tengo una propuesta —él arqueó una ceja.
—¿A
quién quieres matar? —dijo en son de broma. Yo solté una risa algo estúpida, él
me sonrió. Le gustaba verme reír.
—Tampoco
es para que digas que soy una asesina. Aún me falta entrenamiento —él alzó las
manos en defensa y luego le dio otro mordisco a la pizza—. Mira, las cosas van
así —sonreí levemente analizando mi pedazo de pizza—, tengo la oportunidad de
grabar un demo, puedo hacerlo sola, con una banda o con alguien más, y
honestamente pensé en ti —confesé y elevé mis ojos para mirarlo—, ¿qué dices?
—Venga,
¿crees que voy a hacerlo? —me preguntó mirándome fijo, yo me encogí de hombros.
—¿Por
qué no? —le pregunté sonriéndole—, tienes condiciones y es una excelente
oportunidad.
—No
lo sé —se encogió de hombros mirándome fijamente—. No estoy a tu nivel.
—¿Bromeas?
—reí divertida, estaba jodiéndome, ¿no?— Estás a mi altura sin pensarlo dos
veces, cantas como un Dios, Justin, ¿crees que me tragaré el cuento de que no
cantas bien? —negué con la cabeza burlándome— Podrías hacerlo y lo sabes.
—Nena,
no es lo mismo —negó con la cabeza sonriendo levemente—. Tú amas hacerlo, yo
no.
—¿No
amas la música? —Justin se encogió de hombros ante mi pregunta.
—No
es que la odie, pero vivo sin ella —sonrió algo conformista—. Tú no lo harías.
Mientras
hablábamos sobre otras cosas el tiempo pasó, eran las 11:00 p.m. cuando Justin
salió de casa.
…Al
día siguiente…
Mi
reloj sonó a las 06:00 a.m., me di una ducha y me cambié así http://www.polyvore.com/cgi/set?id=69244375&.locale=es.
Peiné mi cabello dejándolo caer por mis hombros sin más que hacer, me maquillé
como acostumbraba a hacerlo; delineado negro y labios rojos. Tomé mi bolso y
bajé, Justin pasaría por mí a las 07:00, porque según él tenía que presentarme
a Chaz, ya que su amigo quería conocerme.
Tomé
un vaso de leche y comí una tostada con mermelada de frambuesa. Eran las 07:00
en punto cuando la bocina de Justin sonó. Terminé la leche y salí de la casa
con mi bolso. Justin sonrió y se estiró a abrirme la puerta. Yo entré y cerré
la puerta.
—Hola,
Justin —saludé sonriéndole amargamente.
—Qué
bonita estás hoy —masculló y besó mis labios, para luego conducir.
—¡Qué
adulador! —mascullé riendo divertida—, ¿vienes listo para Seattle, Bieber? —él
asintió.
—Siempre
estoy listo, nena —él soltó una sonrisa sexy.
—¡Oh,
venga! Eres todo un sexy malote —dije sarcásticamente. Él rió divertido ante
mis palabras.
—La
pregunta es, ¿tú estás lista? —eso me causó un gran desacomodo de mis ideas.
No
sabía qué pasaría en Seattle, quizás simplemente nada y todo quedaría en la
nada, como hasta ese mismo momento lo estaba. Pero, existía también la
posibilidad de que todo cambiara. De que encontrara pistas para saber dónde
diablos Jen tenía a Ronan, de que me dispararan a mí o a Justin, también a
Jhones o Dolly. Quizás, mi madre estaba allí mismo esperando con un arma para
matarnos a todos. No tenía para nada claro qué diablos debía hacer, como tratar
con gente que había matado a quien sabe cuánta otra persona. Honestamente,
estaba metiéndome en las entrañas del peligro, de un mundo que jamás pensé
tocar.
—No
lo sé —confesé con toda frialdad. Justin rió divertido.
—Sabes,
nena —suspiró apretando un poco más el volante—, no dejaré que nada te pase, ¿vale?
Sé que quizás no debería meterme, porque es tu familia y es tu tema, pero estoy
involucrado lo suficiente como para hacer sufrir a quien te haga daño, ¿lo
entiendes, verdad? —yo asentí, en vano, porque él no me veía.
—Justin,
si quieres irte y dejarme sola, no te culparé —él abrió la boca para decir
algo, pero me anticipé a eso—. Déjame hablar —le pedí, él volvió a guardar
silencio—. No es fácil para mí, yo jamás estuve tan cerca de sentir la
adrenalina en mis venas, simplemente me pasé mi vida llorando y siendo una
idiota. Tú lo has hecho y sabes —sonreí amargamente—, por algo dejaste de
hacerlo. Tienes tus causas y no las quiero, porque es parte de tu pasado y yo
solo me fijo en el presente de las personas con quienes estoy. No te estoy
aferrando a mí, si quieres salir de esto, enserio, no dejaré de estar contigo,
tampoco de quererte.
—Bromeas,
¿verdad? —preguntó sonriendo divertido sin mirarme— No salí porque no me
gustara el peligro. Salí porque el negocio no era tan sensato y justo como
parecía. Los muchachos llegaron a matar personas solo por ser testigos, ¿qué
diablos de sentido tenía eso? —negó con la cabeza con algo de impotencia—. No
intento alejarme de ti, porque sé lo estúpidos que pueden ser esos tipos. Ellos
no dudarán en hacerte volar, seas quien seas, ¿lo tienes nena? Yo estoy para
defenderte, ¿vale? —suspiré mientras sentía como una de sus manos caía sobre mi
rodilla sin que él dejara de ver la carretera—. Todo estará bien.
—Es
lo único que espero, Justin —pensé en voz alta dejando salir un suspiro.
Llegamos
a un lugar bastante alejado de la ciudad casi al cabo de cuarenta y cinco
minutos de viaje. Al llegar, Justin aparcó en un estacionamiento privado y me
dijo que lo siguiera. Salimos del auto y caminó hasta algo parecido a una
oficina. Al llegar, solo entró, como si fuera dueño y señor.
El
lugar era algo terrorífico, me preguntaba si todos los lugares con los cuáles
comenzaría a tratar serían esa clase de mierda. Había aceite de autos por todos
lados. Al entrar a la oficina, había tres tipos allí dentro. Tenían cara de
pocos amigos y lo primero que hicieron fue mirarme con cara de intrusa. Uno de
ellos se paró y le sonrió amistosamente a Justin, el peligro abundaba en sus
ojos.
—Somers
—abrió la boca Justin para decir mientras estrechaba la mano con un tipo de
unos veintidós años, cabello castaño y ojos cafés.
—Hola
Bieber —saludó el tipo.
—Chaz,
ella es ___________(tu nombre y
apellido), mi novia. Linda, él es Chaz Somers, un viejo amigo —Chaz se acercó y
me saludó con un beso en la mejilla.
—Ellos
son mis chicos, Justin —presentó Chaz luego de saludarme—. Él es Alfredo
Flores, traído directamente desde México y él de su lado es Ryan Good, un viejo
amigo, experto en explosivos —el tipo hizo un ademán de humildad sonriendo
divertido.
—Un
gusto muchachos, yo soy Justin…
—Bieber
—terminó la frase el que se hacía llamar Alfredo Flores—, no hace falta tener
tu tarjeta de presentación.
—¿Quién
querría? —preguntó sarcásticamente Ryan. Honestamente, yo no entendía nada.
—El
único tipo que tuvo los huevos para enfrentar a Fred, ¡agallas, hermano!
Agallas —alagó ese tal Flores. Yo solo no entendía nada.
—¿Y
tú, chica? —miré rápidamente con ojos fríos a Chaz. No me dejaría intimidar. Debía
trabajar en mi personalidad. Tenía que correr el peligro en mis venas ahora—,
¿enfrentarte a Jen?
—La
puta es mi madre —solté, Chaz me miró asombrado ante la crueldad de mis
palabras secas y vacías—. Y sí, si piensa que mi culo está totalmente
descubierto, tienes razón.
—¿Matarás
a tu madre, hermana? —cuestionó Good, lo miré rápidamente—, ahora entiendo por
qué el Sr. Agallas —creo que hablaba de Justin—, te quiere por novia.
—Ella
no sabe toda la mierda que hice —habló Justin, intentando frenar las palabras.
Pues, si no lo sabía iba a saberlo pronto.
—Ya,
dejemos de hablar tanto —interrumpió Chaz—. Otro día vendrán de visitas, ¿no
les parece? —Justin frunció el ceño desconforme.
—Sí,
tenemos un vuelo que tomar —me recordó él apretándome por la cintura.
—Vengan
—habló Somers.
Casi
quince minutos después estábamos abordando uno de los jets privados más lujosos
de New York. No había reglas que cumplir con Chaz, según deduje esta era la
devolución de alguna especie de favor del pasado. Subimos al jet y poco después
estábamos flotando en el aire.
—¿Por
qué te tratan como una especie de Dios raro del peligro y las armas? —solté sin
pensarlo dos veces. Él me miró rápidamente.
—Tengo
un poco de fama en el negocio —se encogió de hombros. No solo era eso y lo
sabía.
—Claro
y yo tengo fama en los bares, pero no por eso me tratan como una puta ama y
dueña de la música —le sonreí algo cínica—. Está bien que recién me meto en
esto, pero no puedes ocultármelo todo, ¿venga?
—Vale,
vale —alzó las manos en defensa—. Hasta que estuve en la pandilla nadie salía
porque tenía ganas, solo a prueba de bala salías, literal. Pues, yo salí y
ellos creen que mis huevos para enfrentar a Fred fueron demasiado grandes y ya —se
encogió de hombros.
—Venga
—musité, él me miró detenidamente—, eres el puto amo de sus traseros, de alguna
manera —Justin soltó una risa ante mis palabras.
—A
veces me pregunto dónde aprendiste tal vocabulario —yo me encogí de hombros y
sonreí mientras él me estrechaba contra su pecho desde mis hombro con uno de
sus brazos.
—El
ambiente de la noche no enseña buenas palabras —Justin besó mi cien mientras
acariciaba mi brazo por el otro lado—. Supongo que cuando deba apuntar a algún
engendro con un 38 (arma), no podré decirle palabras distinguidas y dulces —solté
una risa algo cínica. La idea de ser una criminal, no me convencía aún.
—Es
cierto —afirmó Justin mientras yo me dedicaba a mirarlo detenidamente—. No
puedes mostrarte débil.
Woooow me encantoo poly ... perdon por no comentar en el cap. anterior es que lo lehi hoy porque me habia quedado a dormir en la casa de mi prima y no tiene internet entonces no pude me encantoo sgulaa besitoss Pituu!! ;D
ResponderEliminarme encanto el capitulo fue muy bkn tienes qe seguirla besos <3
ResponderEliminarSiguelaa y ponlos a patear traseros hahaha
ResponderEliminar--taylor
síguela!!! perdón por no comentar antes es que tenia demasiados deberes esta semana empiezo exámenes así que tal vez no pueda entrar a leer y bueno cuando termine me tocara igualarme y leer los caps que subas.
ResponderEliminarMe encanto el capitulo siguela!!
xx